Texto tomado y adaptado de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos y del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia.
Las verduras son una parte esencial en una dieta saludable y balanceada. Las verduras de hoja de verde, especialmente las anchas, como la lechuga, la espinaca, el repollo, la rúgula, la acelga, el kale y la col rizada, por ejemplo, brindan nutrientes y vitaminas que favorecen determinadas funciones del organismo e incluso, por sus propiedades, pueden proteger de enfermedades cardiacas, accidentes cerebrovasculares y algunos tipos de cáncer.
No obstante, al igual que otras frutas y verduras pueden estar contaminadas con microorganismos perjudiciales para la salud. Estos pueden llegar al alimento a través de distintos medios: pueden estar presentes en la tierra del cultivo, en el agua con la que se riegan, en las instalaciones en donde se alistan y empacan, en los vehículos donde se transportan, en los estantes donde se comercializan o, incluso, en las mismas manos de quienes las manipulan en el proceso de compra.
De ahí su importancia de lavarlas correctamente, sobre todo cuando se van a consumir crudas, ya que pueden originar enfermedades transmitidas por alimentos (ETA) e intoxicaciones alimentarias.
¿Eres amante de las ensaladas o sueles incorporar este tipo de vegetales en tus comidas? Aquí te contamos cómo consumirlas con la mayor seguridad e higiene posible.
Verduras prelavadas
Hoy por hoy, en el mercado se encuentran presentaciones de verduras de hojas verdes que ya se venden prelavadas. Incluso, algunas contienen en sus embalajes etiquetas de “listas para comer” o “lavada tres veces” las cuales se han convertido en opciones para consumir en cualquier momento y lugar.
Al respecto, los CDC señalan que estas presentaciones se pueden consumir irectamente ya que el proceso de lavado comercial elimina la mayor parte de la contaminación, aunque advierten que esto no garantiza el ciento por ciento de inocuidad. Por ello, también hay que verificar que el empaque esté completamente sellado con su cierre original, de modo que no haya tenido exposición a contaminación alguna.
Pasos para un correcto lavado
La mejor manera de lavar las verduras de hoja verde, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) es enjuagarlas bajo el agua de la llave. De acuerdo con esta autoridad sanitaria, los estudios muestran que esta medida elimina una gran parte de los microbios, así como la tierra presente en tallos y hojas. Los pasos para llevar a cabo este proceso de manera adecuada son los siguientes:
• Lávate las manos durante 20 segundos con agua y jabón antes y después de manipular las verduras de hoja verde.
• Quita las hojas rasgadas o dañadas. También se recomienda retirar las hojas exteriores de repollos y lechugas.
• Enjuaga las hojas bajo el agua de la llave. Usa las manos para refregarlas suavemente por ambas caras, a fin de ayudar a eliminar suciedades. No es aconsejable ejarlas en remojo. Si lo haces en un recipiente, los microorganismos presentes en algunas hojas se pueden propagar a otras.
• Deja escurrir las verduras en un recipiente totalmente aseado o seca las hojas con una toalla de papel completamente limpia.
Uso de soluciones
Puedes utilizar vinagre de cocina o jugo de limón para lavar las verduras de hojas verdes. Sin embargo, los CDC advierten que no están al tanto de estudios que demuestren la efectividad de estas prácticas. A su vez, no recomiendan utilizar jabones, detergentes, cloro, blanqueadores u otras soluciones presentes en el mercado para hacer la desinfección de las verduras.
Por su parte, durante la pandemia el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia aconsejó utilizar una solución de hipoclorito de sodio para desinfectar las frutas y verduras. Según esta cartera la forma correcta de hacerlo es diluyendo 20 gotas de hipoclorito de sodio comercial en un litro de agua. Los ciudadanos deben ser cuidadosos en la proporción recomendada para evitar intoxicaciones por el uso inadecuado de este producto químico.
El lavado no lo es todo
Si bien un correcto lavado de las hojas verdes puede reducir la probabilidad de contraer alguna enfermedad o infección, la clave también está en la manipulación que de estas se haga en la cocina, durante la preparación de los alimentos. Algunos consejos que proporcionan los CDC son los siguientes:
• Separa las frutas y verduras frescas de las carnes, las aves, los pescados o los mariscos crudos. Esto también aplica en el momento de las compras, cuando se ubican en el carrito del mercado, en las bolsas y, luego, en el refrigerador.
• Usa tablas de cortar y utensilios para las frutas y verduras frescas diferentes a los que empleas para las carnes. Si esta no es una opción, lava con agua y jabón los elementos y pica por separado evitando que entren en contacto entre sí durante todo el proceso de preparación.
• Si las verduras frescas entraron en contacto con carnes crudas o sus jugos, lo mejor será cocinarlas. En el caso de algunas hojas verdes,
se pueden pasar por agua hirviendo durante algunos minutos.
• Las ensaladas no deben permanecer sin refrigeración por más de dos horas.
Referencias
- CDC (s.f.) Lechuga, otras verduras de hoja verde y seguridad de los alimentos. https://www.cdc.gov/foodsafety/es/communication/leafy-greens.html
- Ministerio de Salud y Protección Social (2020) Establecimientos de alimentos, bebidas y medicamentos con lineamientos por COVID-19 https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Establecimientos-de-alimentos-bebidas-y-medicamentos-con-lineamientos-por-COVID-19.aspx#:~:text=Lavar%20y%20desinfectar%20las%20frutas,producto%20indicado%20para%20este%20fin.
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