Transformación digital: una estrategia para impulsar la productividad de la industria colombiana

Por Iván Mauricio Durán Pabón, Viceministro de transformación digital

En 2019 Colombia se convirtió en uno de los países pioneros de América Latina en establecer una política nacional para el uso estratégico de tecnologías digitales. El viceministro de transformación digital del MinTIC, Iván Mauricio Durán Pabón, habla de los programas que ya están en marcha en el país.

En Colombia, según la más reciente Encuesta de Transformación Digital desarrollada por la ANDI (2019), aproximadamente, una de cada tres empresas todavía no cuenta con una estrategia de transformación digital. Limitaciones presupuestales, falta de cultura, resistencia al cambio, desconocimiento sobre las bondades de las tecnologías y su posible aplicación en el negocio, bajo liderazgo y debilidades en el capital humano son considerados como las mayores barreras y desafíos que enfrentan las organizaciones para dar el salto hacia lo digital.

Incluso, pese a las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías para incrementar la productividad, fortalecer la competitividad y aportar a la sostenibilidad, se estima que más del 60 % de las empresas colombianas aún no realizan procesos de innovación, lo que supone un desafío en materia de política pública (MinComercio, 2020).

“Somos conscientes de que existen grandes brechas en el sector productivo en materia de adopción tecnológica. Por eso, hemos diseñado y venimos ejecutando una ruta para la transformación digital empresarial del país, que tiene el propósito de impulsar la adopción de tecnologías maduras y avanzadas en las cadenas de producción y comercialización”, señala Iván Mauricio Durán Pabón, viceministro de transformación digital del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.

De acuerdo con el funcionario, entre los programas que hacen parte de esa ruta se encuentran los Centros de Transformación Digital Empresarial (CTDE), desarrollados en conjunto con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT). Su propósito es desarrollar capacidades en las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que les permitan superar las barreras de apropiación tecnológica a partir de la implementación de un plan de transformación digital, entendiendo factores como la heterogeneidad de las regiones, el grado de madurez en términos de adopción digital y el tamaño de la empresa, entre otros factores.

Otra de las líneas de acción es la iniciativa ‘Quiero mi tienda virtual’ que tiene como objetivo implementar plataformas de comercio electrónico, páginas web, pasarelas de pago y logísticas de entrega a 6.690 empresarios del país. Por su parte, la iniciativa Apps.co busca impulsar la creación y consolidación de emprendimientos digitales y brindar mentorías y espacios de experimentación e investigación a través del uso de las metodologías ágiles.

“También venimos implementando el programa ‘Retos 4.0’, que cofinancia soluciones tecnológicas avanzadas a problemas previamente identificados en el sector productivo y la iniciativa ‘Agro 4.0’ cuyo propósito es implementar tecnologías de la cuarta revolución industrial en cultivos de café, cacao y aguacate para monitorear, a través de inteligencia artificial e internet de las cosas, variables agroclimáticas, enfermedades de los cultivos, calidad de las cosechas y prácticas sostenibles, entre otros aspectos”, explica Durán Pabón.

Estos esfuerzos se enmarcan en el Conpes 3975 con el que Colombia se convirtió, en 2019, en uno de los países pioneros de la región en establecer una política nacional para la transformación digital y la inteligencia artificial con el fin de impulsar la productividad de todos los sectores, mediante el uso estratégico de tecnologías digitales.

Y es que las empresas y organizaciones que no aborden el tren de la cuarta revolución industrial corren el riesgo de perder participación en el mercado, no contar con bienes y servicios diferenciados, no responder eficazmente a las dinámicas actuales y las nuevas demandas de los consumidores, enfrentar un difuso reconocimiento de su marca y, en el peor de los escenarios, no sobrevivir al cambio de paradigma y ser condenadas a la extinción como ya lo señalan expertos de la Consejería Presidencial para Asuntos Económicos y Transformación Digital (MinComercio, 2020).

Sin embargo, más allá de las bondades que las tecnologías 4.0 ofrecen a los modelos de negocio, también hay que tener en cuenta consideraciones en términos de seguridad y salud en el trabajo.

“La irrupción de las nuevas tecnologías está brindando la oportunidad para que las organizaciones y las personas en general conozcan nuevas formas de ser productivos. Muestra de ello es el teletrabajo, como forma organizacional amparada por la Ley 1221 del 2008 y las
nuevas formas de trabajo no presenciales como el trabajo en casa y el trabajo remoto, reglamentadas por la Ley 2088 del 2021 y Ley 2121 del 2021, respectivamente. Estas modalidades ofrecen un mayor equilibrio entre la vida laboral y personal, siempre y cuando se realicen de manera responsable”, advierte Durán Pabón. Por ello, insiste en que es clave lograr una mayor articulación entre las organizaciones y las ARL en términos de monitorear los ambientes y condiciones en las que los colaboradores realizan sus labores, implementar capacitaciones en habilidades blandas y técnicas, establecer canales de comunicación idóneos y prevenir riesgos asociados, tanto físicos como psicosociales.

Así mismo, el viceministro destaca que se requiere tener en cuenta que, con la adopción de tecnologías avanzadas en el sector empresarial, algunos riesgos se pueden exacerbar o, por el contrario, disminuir, dependiendo del sector y el proceso al que se apliquen. En este sentido, es clave que las organizaciones desarrollen un proceso de planeación y análisis integral que considere factores como la cultura organizacional, la caracterización del talento humano, la infraestructura disponible, las implicaciones económicas, sociales y ambientales, así como la identificación y gestión de los riesgos asociados a la transformación digital (especialmente aquellos que expongan la seguridad y salud de los trabajadores).

“Las organizaciones pueden ser “tecnológicamente responsables” al adoptar tecnologías que faciliten el trabajo del personal, aumente sus niveles de bienestar y mejore los procesos productivos. Esto implica capacitar permanentemente a las personas en cuanto al uso de las nuevas tecnologías, procurando que no sean excluidas ni reemplazadas de sus ocupaciones”, enfatiza el vocero de MinTic.

La pandemia, aún latente, viene presionando a las empresas a acelerar el uso de herramientas digitales y ampliar su conectividad digital, lo que está incidiendo positivamente en el desarrollo de habilidades digitales y en procesos productivos más eficientes. En medio de la crisis, surge una oportunidad disruptiva de apuntar hacia la sostenibilidad.

Artículo técnico tomado del Directorio ‘Perspectivas de Sostenibilidad 2022’ del Consejo Colombiano de Seguridad.