Imagen de WhatsApp 2025-09-23 a las 08.42.37_b106f8f1

La cultura preventiva es clave para evitar emergencias en espacios de alta concurrencia: reflexiones tras incidente en restaurante capitalino

El Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) lamenta el reciente incidente ocurrido en un reconocido restaurante de Bogotá, donde el fallo de una máquina de humo integrada al sistema de ambientación provocó la expulsión de material incandescente que dejó un saldo de 9 personas lesionadas, según los reportes oficiales.

Este evento pone de relieve la importancia de contar con un Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST) robusto, especialmente en espacios de alta concurrencia como restaurantes, bares, centros comerciales y centros culturales o de entretenimiento.

“El SG-SST no se limita a una política, una lista de chequeo de requisitos o una matriz de cumplimiento legal. Su verdadero valor radica en su aplicación diaria, en la cultura preventiva que impulsa y en la manera como orienta decisiones, conductas y mejoras continuas dentro de las organizaciones”, indica Adriana Solano Luque, presidenta ejecutiva del CCS. 

De ahí que una correcta implementación y seguimiento del SG-SST constituye una estrategia fundamental para la prevención de accidentes laborales y eventos que puedan afectar la seguridad e integridad de trabajadores, clientes o visitantes. Aquí algunas recomendaciones:

Aspectos clave para la prevención de accidentes

  • Mantenimiento de equipos: se debe verificar periódicamente el estado de las maquinaria y los equipos (incluyendo vehículos) y cumplir con los mantenimientos preventivos para determinar que los sistemas eléctricos y/o mecánicos funcionen adecuadamente y, así, reducir el riesgo de fallas eléctricas, volcamientos, atrapamientos, desajuste de piezas que puedan provocar lesiones o expulsión de materiales y/o gases peligrosos.
  • Identificar condiciones inseguras en las locaciones: inspeccionar periódicamente las instalaciones para identificar peligros y valorar riesgos reales y potenciales. Esto permite gestionar a tiempo amenazas como la acumulación de elementos inflamables, posible caída de objetos, elementos mal ubicados o presencia de estructuras defectuosas que puedan poner en riesgo la seguridad de trabajadores, clientes y visitantes, entre otras condiciones.

Se recomienda que estas inspecciones sean multidisciplinarias y cruzadas entre dependencias, es decir, realizadas desde diferentes perspectivas técnicas y con la participación de diversos roles para detectar con mayor precisión fallas antes de que se conviertan en eventos críticos.

  • Capacitación del personal: todos los trabajadores deben recibir inducciones, reinducciones y capacitaciones frecuentes en Seguridad y Salud en el Trabajo para que estén en capacidad de identificar y reportar condiciones inseguras, proponer acciones de mejora, adoptar comportamientos seguros y aplicar protocolos de emergencia. Especialmente, en entornos laborales que cuentan con zonas críticas como las áreas como cocina, donde el riesgo de quemaduras y caídas es elevado, se requiere entrenamiento constante en temas como limpieza de pisos, manejo de aceites y uso seguro del fuego.
  • Desarrollo y aplicación de protocolos de emergencia: establecer planes de respuesta claros y efectivos que permitan actuar con rapidez en caso de incidentes, minimizando el impacto sobre las personas, la infraestructura y las operaciones. Estos protocolos deben incluir rutas de evacuación correctamente señalizadas y accesibles, disponibilidad de equipos de control de incendios, formación en primeros auxilios y roles definidos para el personal en situaciones de emergencia.

Aquí es clave que dichos planes no permanezcan solo en el papel: su eficacia se garantiza mediante la realización periódica de simulacros, en los que participen tanto trabajadores como proveedores y clientes. De esta manera, se fortalece la capacidad de reacción colectiva y se reduce la probabilidad de que una emergencia se convierta en una tragedia de mayor magnitud.

“Debemos intensificar la identificación de peligros y el control de riesgos en todos los entornos, ya sean laborales, recreativos, educativos o culturales. Aunque casos como el ocurrido por estos días en un reconocido restaurante de Bogotá llamaron la atención mediática, no podemos olvidar que en Colombia, tan solo en el plano laboral, se presentaron 1456 accidentes diarios durante el primer semestre de este año. Una cifra que no podemos ignorar y que nos llama a acciones de prevención permanentes”, añade Solano Luque.

“No estamos exentos de sufrir un accidente, pero sí podemos anticiparnos, reducir la probabilidad de ocurrencia y minimizar sus consecuencias con una cultura sólida de prevención”, puntualizó la directiva.

Desde el CCS, el llamado es a reconocer la gestión integral de los riesgos físicos, químicos, eléctricos, mecánicos, biológicos y psicosociales como un pilar estratégico para garantizar el bienestar de las personas y, por ende, la sostenibilidad, la productividad y las organizaciones.

Compartir

Facebook
X
LinkedIn