Los agricultores y los trabajadores del campo permanecen expuestos a diversos productos químicos que les permite optimizar el desarrollo de sus labores. Plaguicidas, herbicidas, sustancias para el mantenimiento de equipos y maquinaria, e incluso, productos de limpieza y desinfección hacen parte de sus labores cotidianas. Sin embargo, es fundamental encontrar un balance entre el uso racional de estas sustancias y los mínimos impactos de su uso, ya que pueden provocar daños en la salud humana y el medio ambiente.
Conscientes de esa necesidad, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) lanzaron recientemente la Cartilla de aplicación ‘Gestión del riesgo químico en el sector agrícola’, una publicación que brinda orientaciones prácticas al sector de la agricultura. Allí se describen las sustancias químicas más usadas en el agro, los riesgos que representan para la salud, los controles que se pueden establecer, las medidas para el uso seguro de las sustancias y las claves para su correcto almacenamiento y eliminación.
