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Gestión de conflictos y desastres: Estudio sobre la colaboración entre las organizaciones de empleadores y de trabajadores

En el presente informe se examinan las posibilidades de colaboración entre las organizaciones empresariales y de trabajadores en las crisis derivadas de conflictos y desastres. Se examinan con detenimiento los contextos de diversos países y se estudian iniciativas y políticas que tienen por objeto favorecer la continuidad del empleo, el trabajo decente y la actividad comercial. También
se examinan medidas adoptadas para aumentar la resiliencia en situaciones de conflicto o de destrucción masiva por desastres. En particular, en el informe se examinan las medidas que han adoptado las organizaciones empresariales y de trabajadores, así como sus diversas modalidades de cooperación mediante el diálogo social para prevenir las crisis, promover la paz y permitir la recuperación. Todo esto ayudará a comprender las funciones que desempeñan las organizaciones empresariales y de trabajadores en esos contextos, y la forma en que se podría reforzar esa colaboración en situaciones de crisis y cómo se podría reproducir en otros lugares.

  • El conflicto no está definido en la Recomendación núm. 205. A los efectos de la Recomendación, comprende tanto los «conflictos armados» como los «conflictos no armados». Abarca situaciones de índole muy distinta, entre ellas las situaciones de violencia que desestabilizan las sociedades y las economías.
  • El término desastre designa una disrupción grave del funcionamiento de una comunidad o sociedad en cualquier escala debida a fenómenos peligrosos que interaccionan con las condiciones de exposición, vulnerabilidad y capacidad, ocasionando uno o más de los siguientes: pérdidas e impactos humanos, materiales, económicos y ambientales.
  • El término resiliencia designa la capacidad que tiene un sistema, una comunidad o una sociedad expuestos a una amenaza para resistir, absorber, adaptarse, transformarse y recuperarse de sus efectos de manera oportuna y eficiente, en particular mediante la preservación y la restauración de sus estructuras y funciones básicas por conducto de la gestión de riesgos.

Conflictos, situaciones posteriores a un conflicto y entornos frágiles

En las sociedades de todo el mundo siguen produciéndose conflictos de diversa índole, desde enfrentamientos militares a gran escala hasta insurrecciones, violencia electoral o levantamientos populares. Estos conflictos tienen un profundo impacto en el empleo y las oportunidades de generación de ingresos, así como en el trabajo decente. Conducen al fracaso o la descomposición del Estado de derecho, destruyen los medios de subsistencia, desplazan a las poblaciones o interrumpen la educación. Otras consecuencias generales de los conflictos son la expansión de la economía informal, el colapso de la protección social y el aumento de actividades delictivas como la trata de personas. Afectan en particular a las poblaciones vulnerables, entre ellos los jóvenes vulnerables, las personas con discapacidades y las personas de edad avanzada.

En esta sección se examina el papel fundamental que pueden desempeñar las organizaciones empresariales y las organizaciones de trabajadores en cada etapa del ciclo del conflicto, utilizando ejemplos de Côte d’Ivoire, Kenya, Nepal y Sri Lanka, cuatro países que han experimentado períodos a menudo prolongados de violencia a gran escala.

Situaciones de desastre

  • Por mitigación se entiende la disminución o reducción al mínimo de los efectos adversos de un fenómeno peligroso. Los efectos adversos de los peligros, en particular los naturales, a menudo no pueden ser prevenidos por completo, pero se puede reducir de manera sustancial su escala o gravedad con diversas estrategias y medidas. Entre las medidas de mitigación figuran técnicas de ingeniería y construcción resistente a los peligros, así como el refuerzo de las políticas medioambientales y sociales y de sensibilización de la población.
  • La preparación es el conocimiento y la capacidad que desarrollan los gobiernos, las organizaciones de respuesta y recuperación, las comunidades y las personas para anticiparse a los efectos de desastres probables, inminentes o en curso, responder a ellos y recuperarse. La preparación se basa en un análisis sólido de los riesgos de desastre y en buenos vínculos con los sistemas de alerta temprana, y comprende actividades como la planificación de medidas para los casos de emergencia, el almacenamiento de equipos y suministros, la elaboración de mecanismos de coordinación, evacuación e información pública, y la formación teórica y práctica necesaria, que deberán estar respaldadas por medidas institucionales, jurídicas y presupuestarias oficiales. El término asociado «predisposición» describe la capacidad de responder rápida y adecuadamente cuando es necesario.

El gráfico 2 muestra la naturaleza cíclica de muchos desastres. Es similar al ciclo de los conflictos descrito en la sección anterior: supervisamos continuamente el clima, la actividad geológica, la degradación del medioambiente, etc., con la esperanza de poder detectar las señales de un desastre lo antes posible. Cuanto mejor preparados estemos, más rápidamente podremos responder a cualquier emergencia que surja y así, posiblemente, podremos mitigar sus efectos15. Los próximos pasos son estabilizar la situación centrándose en la infraestructura dañada y las poblaciones afectadas, antes de pasar a la reconstrucción a largo plazo y al aumento de la resiliencia.

En teoría, las organizaciones empresariales y las organizaciones de trabajadores desempeñan un papel importantísimo en la gestión de los desastres. La colaboración entre las organizaciones empresariales y los dirigentes empresariales, entre ellos las pequeñas y medianas empresas, encaminada a mejorar su preparación para las tormentas, los terremotos o las inundaciones, por ejemplo, podría reducir al mínimo los daños causados. Además, habida cuenta del gran número de afiliados a los sindicatos, las posibilidades de movilizar a los trabajadores para dar una respuesta inmediata son igualmente grandes. Dos ejemplos de Nueva Zelandia y del Japón así lo ilustran.

Para más información ingresa al documento completo: Gestión de conflictos y desastres: Estudio sobre la colaboración entre las organizaciones de empleadores y de trabajadores
 

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