Custodia de producto: la gestión de riesgos desde el diseño hasta la eliminación

Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis Líder de Comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). Comunicadora social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad.

En 2019, el segundo informe de Perspectivas de los productos químicos a nivel mundial, presentado durante la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en Nairobi, advirtió que la producción mundial y el consumo de productos químicos viene experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años.

Para la muestra, el documento señala que la capacidad de producción química actual es de 2.300 millones de toneladas y se prevé que se dupliqué hacia el 2030 impulsada por el crecimiento de sectores industriales de uso intensivo de productos químicos como el agrícola, el farmacéutico, el textil, la construcción y la electrónica, por mencionar algunos ejemplos.

Sin embargo, pese a los esfuerzos y compromisos que los productores vienen desarrollando para maximizar los beneficios y minimizar
los impactos, el informe sostiene que muchas sustancias químicas peligrosas aún continúan siendo liberadas al medio ambiente en grandes cantidades que afectan la calidad del aire, del agua, del suelo y de los alimentos, lo que pone en riesgo la vida de los seres humanos y los animales (PNUMA, 2019).

No en vano, la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible incluye esta preocupación en dos de sus 17 ODS. En el número 3 ‘Salud y Bienestar’ se menciona la reducción sustancial del número de muertes y enfermedades causadas por productos químicos peligrosos, así
como la contaminación del medio ambiente.

Por su parte, el número 12 ‘Producción y consumo responsables’ establece la gestión y desecho de productos químicos y se proponía, como meta al 2020, lograr la gestión ecológicamente racional de los productos químicos y de todos los desechos a lo largo de su ciclo
de vida, de conformidad con los marcos internacionales convenidos y reducir significativamente su liberación a la atmósfera, el agua y el suelo a fin de minimizar sus efectos adversos en la salud humana y el medio ambiente” (Naciones Unidas, 2015).

A pesar de este marco de actuación, el mismo Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente se mostraba escéptico y en el citado informe concluyó que los países no cumplirían con el objetivo acordado por lo que instaba a tomar medidas urgentes para reducir daños aún mayores en la salud humana y las economías (PNUMA, 2019).

“Que el auge de los productos químicos se convierta en un escenario positivo o en uno catastrófico dependerá de cómo manejemos este gran desafío”, señaló Joyce Msuya, directora ejecutiva interina de ONU Medio Ambiente. “Lo que está claro es que debemos hacer mucho más y hacerlo unidos”, añadió la vocera durante la presentación del documento.

Entre las recomendaciones que el organismo proporciona, tanto a productores como a autoridades y gobiernos, están las siguientes (PNUMA, 2019):

• Abordar las brechas y vacíos en la legislación.
• Desarrollar y adoptar cadenas de suministro sostenibles basadas en un enfoque de reducción de riesgos.
• Robustecer y perfeccionar la evaluación y la gestión de riesgos de los productos químicos en todo su ciclo de vida.
• Fortalecer los aspectos de gestión de residuos y productos químicos en las políticas corporativas de sostenibilidad, los modelos de negocio y la rendición de cuentas.
• Intercambiar conocimientos sobre estrategias, instrumentos e iniciativas exitosas.
• Educar e innovar: integrar la química verde y sostenible en las políticas y programas de educación, investigación e innovación.
• Empoderar a los trabajadores, consumidores y ciudadanos en el conocimiento y gestión de los riesgos para protegerse a sí mismos y al medio ambiente.

Productos más seguros en todo su ciclo de vida: un enfoque de gestión

Bien podría decirse que una gran mayoría de estas recomendaciones convergen en un solo concepto: Custodia de producto o, en inglés, Product Stewardship. Para la Asociación de Industrias Químicas (CIA, por sus siglas en inglés), se trata de un enfoque que “integra todos los aspectos de la gestión de la salud, la seguridad y el medio ambiente de un producto a lo largo de su ciclo de vida,
teniendo en cuenta los requisitos reglamentarios existentes y emergentes, las presiones sociales y las mejores prácticas comerciales” (CIA, 2019).

No obstante, el término no se restringe tan solo a la industria química. Su adopción ha permeado otros sectores que, como ya se mencionaba, cada vez hacen un uso más intensivo de sustancias químicas en sus procesos productivos.

El Product Stewardship Institute (s.f.) lo define como “el acto de hacer que los productos [cualquiera que sea su naturaleza] sean más seguros para las personas y el planeta, desde el diseño hasta la eliminación”, de modo que se concentra en “minimizar los impactos sociales, ambientales, de salud y de seguridad tanto del producto en sí mismo como de su empaque o embalaje”.

Estos impactos pueden ocurrir a lo largo del ciclo de vida de un producto y están asociados con el consumo de materiales y energía; la generación de residuos y sustancias tóxicas, la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación de ecosistemas.

Inmerso en este concepto está el de ‘Responsabilidad Extendida del Productor’ (o Extended Producer Responsibility-EPR) puesto que se considera que, en la custodia o administración de productos, los fabricantes son quienes tienen la mayor capacidad y, por lo tanto, la mayor responsabilidad para reducir los impactos ambientales de los productos que ponen en los mercados (EPA, s.f).

De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, en el mundo, muchas empresas y multinacionales se están involucrando activamente en la custodia de sus productos a partir de acciones como la reducción o sustitución del uso de sustancias tóxicas en sus procesos de elaboración, la mitigación de los efectos del producto en la salud humana y el medio ambiente, el desarrollo de estrategias de producción más limpia y de eficiencia energética, la introducción del ecodiseño para favorecer la reutilización, reciclabilidad o biodegradación de sus componentes, la creación de mecanismos de devolución o retorno y gestión de envases (en algunos casos asociados a programas posconsumo) y, finalmente, la adopción de enfoques de economía circular.

En este proceso, las compañías que han aceptado el desafío están encontrando en la custodia de productos una oportunidad comercial. Al repensar sus bienes y servicios, así como sus relaciones con la cadena de suministro algunos fabricantes están aumentando drásticamente su productividad, reduciendo costos, fomentando la innovación de los mercados, brindando a los clientes más valor con un menor impacto ambiental y creando una ventaja competitiva (EPA, s.f.). Incluso, al reducir los riesgos asociados al ciclo de vida de
sus productos, también están evitando costos emergentes y daños a la reputación (CIA, 2019).

No obstante, para que la custodia de productos sea efectiva, el esfuerzo no solo se debe concentrar en el fabricante. Se requiere también la cooperación y el compromiso de todos los actores de la cadena de suministro: proveedores, distribuidores, minoristas, clientes, consumidores, recicladores, remanufacturadores y gobiernos. En otras palabras, la responsabilidad no solo es extendida, sino también compartida.

Empresas y multinacionales se están involucrando activamente en la custodia de sus productos a partir de acciones como la reducción o
sustitución del uso de sustancias tóxicas en sus procesos de elaboración».

Así las cosas, los proveedores deben ofrecer materias primas y sustitutos de estas que ofrezcan un mejor desempeño ambiental, los distribuidores y minoristas deben educar a los consumidores y generar mecanismos que les faciliten el retorno de los productos. Estos últimos, a su vez, deben tomar decisiones de compra responsables, usar los productos de forma segura y eficiente y adoptar las medidas necesarias para reciclar o disponer correctamente los productos al final de su vida útil. Por su parte, los gobiernos deben generar políticas públicas, marcos regulatorios e infraestructuras que promuevan y faciliten el trabajo de los recicladores.

De la custodia del producto a la agricultura sostenible

Quizá uno de los sectores que hace un uso más intensivo de productos químicos que entran en contacto con el medio ambiente es el agrícola. Plaguicidas, fertilizantes, herbicidas, fungicidas, insecticidas y fitoreguladores, entre otros, hacen parte del catálogo de agroquímicos cuyo gran desafío en la actualidad consiste en impulsar la productividad en la industria alimentaria en un planeta en el que la agricultura se halla cada vez más bajo una fuerte presión por reducir su impacto ambiental y, al mismo tiempo, satisfacer la demanda mundial de alimentos producto del crecimiento demográfico proyectado para las próximas décadas.

En este sentido, la gestión responsable y segura de los insumos agrícolas aparece como uno de los principios de la agricultura sostenible (FAO, 2016) sobre la base de que se requiere producir alimentos inocuos, nutritivos y asequibles bajo prácticas respetuosas de las comunidades y que cuiden la salud humana y el medio ambiente.

Ante esta necesidad, algunos de los principales productores de agroquímicos están empezando a introducir la Custodia de Producto en sus modelos de negocio como un factor que les permite encontrar el equilibrio adecuado para mejorar los rendimientos, proteger el medio ambiente y crear valor social mediante la gestión de los productos fitosanitarios en todas las etapas de su ciclo de vida, desde la investigación y desarrollo, hasta su uso y disposición final (BASF, s.f.).

Tal es el caso de Syngenta, que concentra sus esfuerzos en cuatro áreas clave: empaque y rotulado; transporte y almacenamiento; uso seguro y eficiente; y disposición segura de recipientes e inventarios obsoletos. Su mayor propósito es procurar el cuidado del medio ambiente y la salud de los agricultores, sus familias y la comunidad. No obstante, la compañía advierte que, particularmente en los países en desarrollo, las personas carecen de acceso a orientación sobre el uso de productos fitosanitarios de manera adecuada, eficiente, responsable y segura.

Uno de los principios de la agricultura sostenible (FAO, 2016) se basa en producir alimentos inocuos, nutritivos y asequibles bajo prácticas respetuosas de las comunidades y que cuiden la salud humana y el medio ambiente».

Por ello, uno de sus principios con relación a la custodia de productos tiene que ver con el suministro de información pertinente, completa y oportuna a sus clientes y consumidores. “Es fundamental que cada agricultor reciba orientación en el uso y manejo del producto, el transporte, el almacenamiento, la mezcla, la aplicación y la disposición responsable”, señala Fernanda Teixeira Saturni, líder de Sostenibilidad y Negocios Responsables para la Región Andina de Syngenta.

Por ello, se concentran en el etiquetado de productos como primer material informativo que entra en contacto con los usuarios finales de sus productos. Allí, se informa sobre cómo hacer un correcto uso y una disposición adecuada a través de instrucciones y recomendaciones.

Adicionalmente, Syngenta ha creado programas de capacitación y entrenamiento en buenas prácticas agrícolas dirigidos no solo a los trabajadores agrícolas y sus familias, sino también a empleados de las plantas, distribuidores, representantes en campo, clientes y comunidades en general, a través de eventos académicos, talleres y parcelas demostrativas cuyos contenidos técnicos son adaptados cultural y territorialmente a la zona en la que se desarrollan, teniendo en cuenta aspectos específicos de los cultivos, condiciones geográficas, costumbres y tradiciones de las poblaciones intervenidas.

La metodología comprende cinco reglas de oro del autocuidado que replican en todos los países en los que hacen presencia:

  1. Sea consciente de los riesgos: lea y comprenda la etiqueta.
  2. Tenga en cuenta las precauciones de seguridad.
  3. Use el equipo de protección personal apropiado para cada actividad.
  4. Mantenga en óptimas condiciones el equipo de aplicación.
  5. Mantenga una excelente higiene personal.

Por su parte, FMC Corporation, una empresa con presencia mundial y una de las líderes en el sector químico y de protección de cultivos, asegura que comprometerse con el desarrollo de acciones seguras, sustentables y éticas de todos sus productos, a lo largo del ciclo de vida, les ha permitido prevenir y mitigar la materialización de riesgos asociados a su manipulación y uso como los son casos de intoxicación, incidentes químicos o impactos ambientales por contaminación.

De acuerdo con su experiencia, un programa eficiente de custodia de producto involucra tres elementos esenciales: procesos, entendidos como guías, pasos, protocolos y procedimientos que permiten gestionar, de manera segura, los productos a lo largo del ciclo de vida; compromisos y corresponsabilidades por parte de todos los grupos de interés que participan en la cadena de suministro
y de los clientes y consumidores finales quienes deben adoptar buenas prácticas en el transporte, almacenamiento, manipulación, uso y disposición final y, por último, el monitoreo continuo tanto de los procesos mismos como de los incidentes toxicológicos, ambientales
y químicos, así como de los reclamos de calidad y de performance de producto, de manera que se logren identificar tendencias
y potenciales riesgos e implementar planes y medidas de mitigación para reducir desvíos en la gestión.

Adicional a ello, FMC, al igual que Syngenta, pone el foco en el etiquetado de sus productos. De hecho, la compañía cuenta con un proceso de revisión de etiquetas previo a su sometimiento ante las autoridades regulatorias, el cual garantiza que integran todas las recomendaciones para que sus clientes y consumidores puedan utilizar el producto de forma segura.

A pesar de los esfuerzos y avances en la materia, la industria reconoce que aún falta robustecer la cultura del Product Stewardship con un enfoque de mejora continua. “Cuando creemos que se ha hecho un gran trabajo y que hay un buen progreso, nos sigue sorprendiendo que todavía se estén incinerando o enterrando los envases, que se sigan vendiendo productos ilegales o falsificados, que continúen presentándose casos de intoxicación porque no se usan correctamente los elementos de protección personal o que se contaminen fuentes de agua o ecosistemas por malas prácticas. Se trata entonces de no bajar la guardia, porque el trabajo no está finalizado. Cuando se quiere cuidar la seguridad de las personas, el medio ambiente y los cultivos, no podemos relajarnos”, puntualiza, Marisa Uliveto, líder de gestión de productos para América Latina de FMC.

Referencias

  • Naciones Unidas (2015). Objetivos y metas de desarrollo sostenible. Desarrollo Sostenible. https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/
  • Asamblea de Medio Ambiente del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente -PNUMA (2019, marzo). Global Chemicals Outlook II: From Legacies to Innovative Solutions (N.o 2) Cuarta sesión. https://www.unep.org/resources/report/global-chemicals-outlook-ii-legacies-innovative-solutions?_ga=2.83545174.1123708349.1640859110-1991660389.1640859110
  • Chemical Industries Association (2019) Product Stewardship. The Responsible Care of products through all stages of their life cycle https://www.cia.org.uk/Portals/0/Documents/Product%20Stewardship%20Network/Product%20Stewardship%20guidance.pdf?ver=2019-05-31-103355-593
  • Enviromental Protection Agency. (s. f.). Basic Information. What Is Product Stewardship? Recuperado 30 de diciembre de 2021, de https://archive.epa.gov/wastes/conserve/tools/stewardship/web/html/basic.html#:%7E:text=Product%20stewardship%20is%20a%20product,the%20environmental%20impacts%20of%20products.
  • Product Stewardship Institute. (s. f.). What is product stewardship? www.productstewardship.us. Recuperado 30 de diciembre de 2021, de https://www.productstewardship.us/page/Definitions
  • FAO (2016). Agricultura sostenible Una herramienta para fortalecer la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe. https://www.fao.org/3/i5754s/i5754s.pdf
  • BASF. (2021, 1 enero). Life Cycle of a Product. https://agriculture.basf.com/cn/en/sustainable-agriculture/smart-stewardship/product-stewardship/life-cycle-of-a-product.html