Por: Carlos Manuel Herrera Santos, Vicepresidente de desarrollo sostenible de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI)
Un tema común en la agenda empresarial es la recuperación tras los efectos devastadores de la pandemia. El país viene haciendo la tarea. La OCDE pronostica que este año el crecimiento nacional del PIB superará el 9 % y el próximo año será el país que más crezca en la región. A pesar de ello, los efectos no pasan y la amenaza es latente.
Hay muchas lecciones que nos deja la pandemia, pero hay tres reflexiones que caben en relación con la sostenibilidad:
- La destrucción de los ecosistemas favorece la propagación de muchos virus y enfermedades zoonóticas. La pandemia pone de presente la forma en que estamos devastando la biodiversidad, lo que no es solo un problema ético, sino un obstáculo para el progreso.
- Estamos en capacidad de tomar medidas para cambiar el rumbo. Por décadas los científicos han pedido cambios en nuestros hábitos y comportamientos para ser más sostenibles. La pandemia consiguió lo impensado: encerrar a países enteros y transformar nuestras rutinas. No necesitamos algo tan radical, pero es claro que podemos enfrentar los grandes problemas del planeta más rápido y a una mayor escala.
- La recuperación debe ser sostenible. Los dolorosos efectos de la pandemia deberían ser un llamado para impulsar una recuperación que tenga como uno de sus pilares la sostenibilidad. Si no queremos repetir estas tragedias, hay que refundar el modelo de desarrollo.
Incertidumbre y riesgo 2022
Muchos economistas sostienen que la recuperación se mantendrá en 2022 a pesar de la amenaza de las nuevas cepas; que la inflación, las tasas de interés, las interrupciones de la cadena de suministro y la pugna entre potencias serán temas relevantes, a lo que hay sumar
unas inciertas elecciones nacionales. Convivir y gestionar la incertidumbre se convierte en un imperativo para las organizaciones.
En este contexto, bien cabe adicionar la visión futura sobre los riesgos globales que volverá a publicar el Foro Económico Mundial, y en la que, seguramente, como ha sido una constante en los últimos años, los riesgos ambientales liderarán las mayores amenazas en el futuro, comprometiendo no solo la recuperación, sino también el nivel de bienestar y la misma cohesión social.
Afrontar riesgos de largo plazo como la repuesta fallida al cambio climático, la variabilidad climática extrema y la pérdida de biodiversidad, tomando acciones en el corto plazo, en un año con muchas incertidumbres, es un desafío urgente pues en la medida que estos riegos se materialicen las respuestas serán más limitadas y complejas de abordar, socialmente hablando.
Agenda 2022
Indiferente del cambio de gobierno, hay temas en la agenda de sostenibilidad, que seguirán vigentes el próximo año. Cuatro destacados son:
Descarbonización. El 2022 inicia con la nueva ley de acción climática que logró unanimidad en su aprobación en el Congreso y que formaliza la ambiciosa meta nacional de reducir el 51 % de sus emisiones. Los compromisos sectoriales son ahora parte de la ley y deberán iniciar su implementación, sentando así las bases para un mercado de carbono. El actual Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible se ha propuesto conquistar a 500 empresas del territorio nacional para que asuman una meta de neutralidad en carbono. Por lo tanto, se espera que haya más demanda de energía de fuentes no convencionales. Entre tanto, empresas que no han medido su huella se interesarán en hacerlo para los alcances 1 y 2, y las empresas líderes empezarán a afrontar el reto de trabajar en toda su cadena de valor y gestionar parte de las emisiones del alcance 3.
Biodiversidad. La reunión de las partes en China (COP 15) será el evento internacional con nuevas ambiciones. Al final del gobierno, habrá un esfuerzo sin precedentes para cumplir con la meta de llegar al 30 % del territorio bajo áreas protegidas. Las empresas jugarán
un papel importante en el marco de este propósito definiendo áreas de conservación por fuera de las áreas protegidas (OMEC). Por su parte, continuará el trabajo empresarial en restauración, fortalecimiento del sistema de información y creación de oportunidades a partir del uso sostenible. El proyecto de la ANDI en La Guajira será la mayor apuesta empresarial en la materia.
Economía Circular. Dentro de las novedades en este ámbito está la muy posible ley de plásticos de un solo uso, una regulación que se acompaña con el modelo de responsabilidades posconsumo de Minambiente y la regulación de todos los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos bajo el modelo de responsabilidad extendida al productor, iniciativas con las que Colombia mantendrá su liderazgo en esta materia. En el caso de envases y empaques, se espera un mayor trabajo en el tema de innovación, más infraestructura para aprovechar los materiales y campañas nacionales de sensibilización.
Sustancias químicas. Se completarán las tres principales peticiones de la OCDE: la norma de accidentes mayores implicará para las empresas reguladas nuevos requisitos; la norma de sustancias químicas de uso industrial fija nuevas reglas y abre un campo de regulación especializado con más de una decena de futuros reglamentos y, finalmente, se expedirán las normas que establecen el esquema obligatorio más exigente de información pública para el sector productivo: el Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes (RETC).
Artículo técnico tomado del Directorio ‘Perspectivas de Sostenibilidad 2022’ del Consejo Colombiano de Seguridad.