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Riesgos emergentes y desafíos en SST: nuevas tecnologías e impacto en la salud mental

Este contenido es la tercera parte de una serie de tres artículos en los que se exponen los cinco riesgos emergentes más críticos para las organizaciones e industrias, y presenta algunas recomendaciones para abordarlos. El Consejo Colombiano de Seguridad – CCS, en conmemoración del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, presenta estos desafíos. Riesgos psicosociales derivados del uso de tecnologías 4.0 La llegada de nuevos avances tecnológicos, como la inteligencia artificial (IA), la robótica, el big data, el internet de las cosas (IoT) y la realidad aumentada, entre otros, ha revolucionado los procesos industriales y comerciales. Si bien estas innovaciones ofrecen numerosas ventajas como la eficiencia operativa y la reducción de costos, también introducen riesgos potenciales para la seguridad y salud de los trabajadores. Por ende, surgen cuestionamientos frente a la transformación de las relaciones humanas, la interacción hombre-máquina, la desconexión laboral y el bienestar integral de la fuerza laboral. Se debe considerar que los procesos de digitalización y automatización asociados a estas tecnologías están influyendo drásticamente en la transformación de puestos de trabajo al tiempo que exacerban peligros psicosociales. Efectos como la ansiedad, el (tecno)estrés, la sobrecarga de información, la destrucción de puestos de trabajo, la despersonalización y la falta de control o habilidad para adaptarse a los cambios tecnológicos que derivan en tecnofobia o tecnoadicción son parte del nuevo escenario que impacta en la salud mental de los trabajadores. A ello se suman los cambios en la naturaleza del trabajo como el aumento del trabajo remoto y el teletrabajo, que plantea nuevos desafíos para la gestión de la SST. La falta de supervisión directa y la separación física de los equipos de trabajo pueden aumentar la probabilidad de accidentes laborales y problemas psicosociales. En el Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST) se vuelve prioritario identificar peligros y evaluar riesgos, con especial atención en contrarrestar situaciones relacionadas con el riesgo psicosocial. En este sentido, urge la implementación de políticas que contemplen el derecho a la desconexión laboral, la capacitación en el uso y adaptación, la transición laboral justa y un liderazgo efectivo que apoye a los trabajadores en los procesos de integración de las nuevas tecnologías. De otro lado, se requiere aprovechar el potencial tecnológico para reducir o eliminar riesgos laborales producto de la ejecución de tareas repetitivas y peligrosas que pueden ser realizadas por cobots, la mayor disponibilidad de datos para tomar decisiones, la reducción de incidentes como consecuencia de mantenimientos predictivos y el desarrollo de dispositivos de protección personal inteligentes, capaces de identificar situaciones de riesgo y emitir alertas. Un llamado a la acción Como se evidencia, los diversos riesgos emergentes que han surgido tras las dinámicas climáticas, económicas, tecnológicas y de salubridad son indispensables de abordar y gestionar desde cada una de las empresas, con el fin de lograr organizaciones resilientes, decentes y sostenibles, que velan por la garantía de trabajos seguros, saludables y de bienestar para cada uno de sus actores. En las siguientes dos series encontrarás los riesgos emergentes relacionados con cambio climático, riesgo de desastres y nuevos productos químicos y amenazas biológicas. Lee la primera parte del artículo: Riesgos emergentes y desafíos en SST: cambio climático, riesgo de desastres y transición energética. Lee la segunda parte del artículo: Riesgos emergentes y desafíos en SST: nuevos productos químicos y amenazas biológicas.

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Riesgos emergentes y desafíos en SST: nuevos productos químicos y amenazas biológicas

Este contenido es la segunda parte de una serie de tres artículos en los que se exponen los cinco riesgos emergentes más críticos para las organizaciones e industrias, y presenta algunas recomendaciones para abordarlos. El Consejo Colombiano de Seguridad – CCS, en conmemoración del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, presenta estos desafíos. Riesgos biológicos La aparición de nuevas enfermedades y la intensificación de algunas ya existentes, la resistencia a los antimicrobianos y la exposición a agentes patógenos en entornos laborales específicos está dando forma a un panorama laboral cada vez más complejo en términos de salud y seguridad laboral. Entre las causas está, por un lado, la creciente pérdida de biodiversidad en los ecosistemas generada por la deforestación y el cambio climático, entre otras, que conlleva el desplazamiento de especies y una cercanía cada vez mayor a los centros poblados incrementando así el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas y el desarrollo de nuevas pandemias como la vivida por la COVID-19. Además, los cambios en las temperaturas pueden dar origen a nuevos riesgos derivados de la exposición a agentes biológicos. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que un clima más cálido aumentará la reproducción, resiliencia y distribución de enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, la malaria y el virus del Zika, entre otros. A su vez, estima que el número adicional de personas infectadas por malaria en América del Sur se incrementará de 25 millones en 2020 a 50 millones hacia el 2080. Entre ellas, se verán afectados trabajadores expuestos que realizan actividades en entornos exteriores, como la construcción, la agricultura, la minería y los servicios ambientales. Por otro lado, el uso excesivo e inadecuado de antibióticos en la medicina humana y veterinaria, ha llevado al desarrollo de cepas bacterianas resistentes, dificultando así el tratamiento de infecciones. Esto no solo pone en peligro la salud de los trabajadores expuestos a estos agentes patógenos en sus labores diarias, como el personal del sector de la salud, sino que también puede tener un impacto económico significativo en términos de costos de atención médica y pérdida de productividad laboral para las organizaciones. Además, ciertos sectores laborales enfrentan riesgos específicos relacionados con la exposición a agentes biológicos. Por ejemplo, los trabajadores de laboratorio pueden enfrentar riesgos asociados con la manipulación de muestras biológicas y cultivos de microorganismos. Las enfermedades transmisibles infecciosas son las que han tomado mayor relevancia en torno a SST, debido al rápido y fácil contagio que se puede generar del agente patógeno infeccioso y la aparición de signos y síntomas tempranos y/o tardío que pueden generar en el trabajador enfermedades crónicas y mortales como VIH, fiebre amarilla, tuberculosis, malaria, entre otras. Por ello es indispensable que desde las organizaciones se realice la educación y capacitación en torno a la identificación del peligro biológico en cada uno de los entornos de trabajo y el adecuado uso de los equipos de protección personal, así como el fomento de las prácticas de higiene respectivas como el correcto lavado de manos en los momentos correspondientes. También es indispensable mantener al día los esquemas de inmunización de la población trabajadora que se encuentra expuesto al peligro, mantener estrictos protocolos de gestión de residuos líquidos y sólidos que contengan contaminantes biológicos y realizar un riguroso monitoreo a la salud de los trabajadores con la realización de los exámenes médicos periódicos pertinentes que permitan detectar, de forma oportuna y temprana, las enfermedades o condiciones relacionadas con la exposición a agentes biológicos.  Riesgo químico por sustancias nuevas De acuerdo con la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR) del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU., se calcula que, a nivel mundial, se usan casi 70.000 sustancias químicas y el sector de los productos químicos introduce aproximadamente entre 200 y 1000 sustancias nuevas cada año. Por ello, los riesgos químicos emergentes representan una preocupación para la salud y la seguridad en el trabajo. Desde la exposición a productos químicos industriales hasta el uso de nanomateriales en la producción, los trabajadores se enfrentan a una serie de desafíos que requieren una atención especializada y medidas preventivas efectivas. Por ejemplo, existe evidencia científica sobre el cáncer ocupacional derivado de la exposición, cada vez más frecuente, a sustancias químicas y procesos insalubres no solo en los ámbitos laborales, sino también en los entornos cotidianos como consecuencia de la contaminación ambiental. La Organización Panamericana para la Salud asegura que “el 19 % de todos los cánceres son atribuidos a exposiciones en el medio ambiente, incluyendo los lugares de trabajo, con cerca de 1,3 millones de muertes anuales”. Adicionalmente, se han identificado 160 carcinógenos ocupacionales (entre plaguicidas, asbesto, benceno, sílice cristalina) y algunas circunstancias como la exposición a rayos ultravioleta (UV) y al humo de tabaco. Además del cáncer ocupacional, el trabajo con nanomateriales presenta desafíos únicos en términos de salud ocupacional. Los nanomateriales, debido a su tamaño diminuto y propiedades únicas, pueden tener efectos biológicos inesperados y potencialmente dañinos cuando se inhalan o se absorben a través de la piel. Los trabajadores expuestos a nanomateriales en industrias como la electrónica, la medicina y la ingeniería de materiales pueden enfrentar riesgos de toxicidad pulmonar, inflamación crónica, daño genético y efectos carcinogénicos. Para abordar estos riesgos químicos emergentes, es esencial que los empleadores implementen medidas preventivas efectivas en el lugar de trabajo. Esto puede incluir la evaluación y gestión de riesgos químicos, la implementación de controles de ingeniería, como la ventilación adecuada, el uso de barreras físicas y la provisión de equipos de protección personal (EPP) adecuados, como respiradores y trajes de protección química. Además, la capacitación regular sobre seguridad química y prácticas de trabajo seguras es fundamental para aumentar la conciencia de los trabajadores sobre los riesgos asociados con los productos químicos y cómo minimizar la exposición. Además, es crucial fomentar la investigación continua sobre los efectos de los productos químicos en la salud humana, especialmente en lo que respecta a los nanomateriales y otros compuestos emergentes. Esto puede incluir estudios

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Riesgos emergentes y desafíos en SST: cambio climático, riesgo de desastres y transición energética

Dada la rápida evolución y penetración de las nuevas tecnologías, los cambios en las dinámicas de trabajo y los desafíos ambientales del contexto actual emergen nuevos riesgos a nivel empresarial que impactan directamente aspectos laborales o exacerban algunas amenazas ya presentes. Esto exige una gestión proactiva por parte de empleadores, trabajadores y autoridades pertinentes. Este contenido es la primera parte de una serie de tres artículos en los que se exponen los cinco riesgos emergentes más críticos para las organizaciones e industrias, y presenta algunas recomendaciones para abordarlos. El Consejo Colombiano de Seguridad – CCS, en conmemoración del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, presenta estos desafíos. Riesgos derivados del cambio climático y desastres ocasionados por fenómenos naturales Los desafíos ambientales como el cambio climático, la escasez de recursos naturales vitales y la pérdida de biodiversidad también tienen un impacto directo en la salud y el bienestar de quienes laboran en diversas industrias. Las previsiones sobre el clima apuntan hacia un aumento en la frecuencia y la intensidad de los eventos climáticos extremos y una de las consecuencias de esta tendencia es la pérdida de puestos de trabajo y productividad. Por un lado, el calentamiento global está generando condiciones climáticas extremas y eventos meteorológicos más frecuentes y severos. Por ejemplo, el estrés térmico producto de elevadas temperaturas y oleadas de calor  afecta, sobre todo, a aquellos trabajadores que se desempeñan al aire libre, entre ellos, quienes hacen parte de la agricultura, la construcción, la recolección de residuos, el transporte y turismo, entre otros sectores. El calor extremo puede ocasionar el aumento de los casos de enfermedades relacionadas con el calor, como insolación, agotamiento por calor y cansancio entre los trabajadores, en especial cuando las ocupaciones exigen mucho esfuerzo físico o largas jornadas laborales a la intemperie. En 2030, las previsiones de la OIT indican que se perderá al año el equivalente a más del 2 %  del total de horas de trabajo en todo el mundo, debido al aumento de las temperaturas que pueden anular la capacidad de muchas personas para trabajar o reducir su desempeño viéndose obligadas a hacerlo a un ritmo más lento. De hecho, la misma OIT señala que al alcanzar los 33 o 34 °C, con una intensidad de trabajo moderada, los trabajadores pierden un 50 % de su capacidad. Incluso, el cansancio puede reducir el nivel de atención lo que conduce a errores en la seguridad y al aumento del riesgo de sufrir accidentes laborales. Así mismo, los eventos climáticos extremos como las lluvias torrenciales, los huracanes, las inundaciones, los incendios forestales, las tormentas eléctricas y las heladas ponen en riesgo la vida de los trabajadores en determinadas industrias y sectores económicos, bien sea porque se ven directamente expuestos (si se desempeñan en actividades al aire libre) o porque la infraestructura de sus oficinas o plantas se halla en lugares de alta vulnerabilidad. Además, aquellos que trabajan en sectores como la agricultura, la construcción o el turismo suelen ser más vulnerables, ya que dependen en gran medida de condiciones climáticas estables y entornos naturales intactos para su sustento. A lo anterior se suma que la ocurrencia de este tipo de eventos es cada vez más común. Un análisis de los registros de la Base de datos de sucesos de emergencias (EM-DAT) indica que entre 1970 y 2019 se han presentado 22.326 desastres. De esta cifra, el 62 % de los eventos registrados, el 80% de todas las muertes y casi todas las pérdidas económicas (99%) estuvieron asociadas a riesgos naturales. Si solo se tiene en cuenta este siglo, más del 90 % de los desastres registrados (2000 a 2019) tienen el mismo origen. Por otra parte, para 2023 se presentaron 399 desastres y más del 80 % de estos estuvieron asociados a eventos climáticos.  Adicionalmente, los desastres producto de fenómenos naturales pueden desencadenar accidentes industriales que ponen en jaque la seguridad y la salud de los trabajadores, así como impactos en las comunidades. Se requiere implementar medidas de SST para hacer frente a las condiciones climáticas extremas que se ajusten a las necesidades y realidades específicas de cada lugar de trabajo. De igual manera, incluir fenómenos climáticos en las evaluaciones estratégicas de riesgos, así como Integrar medidas de adaptación y resiliencia en las prácticas de seguridad y salud en el trabajo es esencial para garantizar la protección y reducir la vulnerabilidad. Gestionar y reducir el riesgo originado por las amenazas derivadas del cambio y la variabilidad climática, no solo asegura una adecuada protección de los trabajadores, sino que es clave en términos de resiliencia de las organizaciones y permite la continuidad de los negocios en el largo plazo. Riesgos de la transición energética La transición hacia la carbononeutralidad de las economías, la adopción de energías alternativas, el impulso de los empleos verdes y la economía circular, resultan fundamentales para abordar los desafíos del cambio climático y construir un futuro más sostenible. Sin embargo, esta transición no está exenta de riesgos, especialmente para la población trabajadora que depende de industrias relacionadas con los combustibles fósiles. La migración hacia un sistema energético más verde plantea una serie de desafíos para los trabajadores en términos de empleo, seguridad laboral y condiciones de trabajo. Al respecto, la OIT ha sido enfática en señalar que las medidas para hacer frente al cambio climático no pueden dejar de lado la preocupación por el trabajo decente y aboga por la necesidad de desplegar toda una serie de políticas sociales y de mercado de trabajo. Esto incluye, entre otras medidas, asistencia adecuada a las personas afectadas por los cambios, la creación de nuevas fuentes de empleo, la protección social, el desarrollo de habilidades y competencias, la recualificación, la gobernanza de la migración laboral, la seguridad y la salud en el trabajo y el diálogo social para garantizar que la lucha contra el calentamiento global no afecte negativamente los medios de vida de los trabajadores. Por su parte, la rápida evolución de las tecnologías asociadas a instalaciones fotovoltaicas, baterías, nuevos materiales de

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Ocho propósitos para un 2024 más sostenible y resiliente

Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis, líder de comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad. Cómo citar este artículo:Salamanca, V. 2024. Ocho propósitos para un 2024 más sostenible y resiliente. Revista Protección & Seguridad en la Comunidad No. 51 pág. 16 – 19. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/ocho-propositos-para-un-2024-mas-sostenible-y-resiliente En la búsqueda constante de un estilo de vida más consciente y respetuoso con nuestro entorno, el 2024 se presenta como una oportunidad para redefinir nuestras metas personales y hacer ajustes en nuestros hábitos. Todo esto en aras de crear un estilo de vida más responsable y sostenible. Cada acción, por más mínima y cotidiana que parezca, tiene un impacto sustancial. Por eso, en esta edición de Protección & Seguridad en la Comunidad te presentamos ocho propósitos prácticos y alcanzables para integrar la sostenibilidad en tu día a día ¡Anímate a adoptarlos! Reducir la huella de carbono personal: Reducir nuestra huella de carbono personal es esencial para combatir el cambio climático y preservar nuestro planeta. Optar por medios de transporte más ecológicos, como el transporte público, las bicicletas o los vehículos eléctricos e híbridos, puede reducir significativamente las emisiones de carbono asociadas a los desplazamientos. Asimismo, la elección de alimentos de origen local y de temporada, así como la reducción del consumo de carne, contribuyen a disminuir la huella ambiental asociada con la producción de alimentos. Reducir, reutilizar y reciclar son prácticas clave para minimizar los desechos, al igual que optar por productos con envases sostenibles. Además, el uso eficiente de la energía en el hogar, a través de la instalación de tecnologías más eficientes y la disminución del consumo eléctrico, es fundamental. Pequeñas acciones cotidianas como apagar los dispositivos electrónicos cuando no se utilizan o utilizar bombillas de bajo consumo también suman para alcanzar un estilo de vida más respetuoso con el medio ambiente. Entrar en la “onda” de la economía circular: Adoptar la economía circular en la vida cotidiana implica cambiar nuestra perspectiva hacia los recursos, fomentando la reducción de residuos y la reutilización de productos. Una manera práctica de comenzar es comprar productos duraderos y de calidad, evitando el consumo impulsivo. Así mismo, al reparar y dar una segunda vida a los objetos antes de desecharlos se contribuye significativamente a la economía circular. La práctica del reciclaje adecuado de residuos, incluyendo el compostaje de desechos orgánicos, también es esencial para cerrar el ciclo de los materiales. A su vez, la compra de productos de segunda mano o la participación en intercambios y “pulgueros” son excelentes formas de extender la vida útil de los artículos. De otro lado, vale la pena preguntarse sobre el origen y el ciclo de vida de los productos que adquirimos, consultar las etiquetas, investigar sobre los procesos de producción y apoyar empresas que adopten prácticas sostenibles y circulares para aumentar la demanda de estas prácticas en el mercado. Conservar la biodiversidad: Adopta un papel activo en la preservación de la biodiversidad. Planta árboles, participa en proyectos de reforestación, únete a campañas de voluntariado y sé parte de iniciativas comunitarias para proteger los ecosistemas locales. Cuando desarrolles actividades turísticas opta por destinos y operadores turísticos que implementen prácticas ecoamigables, que apoyen y respeten a las comunidades locales y que contribuyan a la preservación de los recursos naturales de las zonas en las que operan. Así mismo, sé un turista responsable: no dejes residuos en las áreas visitadas, no realices fogatas en zonas no aptas o que generen riesgo de incendios, haz un uso racional de los recursos y no extraigas fauna o flora de los ecosistemas que visites. Otro paso crucial para conservar la biodiversidad es tener en cuenta la procedencia de productos que sean elaborados con materiales extraídos de la naturaleza, como el cuero, la madera, el marfil y la palma, para citar algunos ejemplos. Antes de comprar artículos de ese tipo, investiga y asegúrate de que su obtención no fomente el comercio ilegal de especies, la degradación ambiental o la pérdida de biodiversidad. Procura que cuenten con certificaciones ambientales. Finalmente, a la hora de consumir pescados y mariscos respeta los periodos de veda que contribuyen directamente a la conservación de la biodiversidad marina y la preservación de los ecosistemas acuáticos. Estos períodos son esenciales para permitir que las poblaciones de peces se reproduzcan y se regeneren, fortaleciendo así la sostenibilidad de la pesca. Hacer un uso racional del agua: Reducir los desperdicios de agua y optimizar su uso es, quizá, uno de los desafíos más apremiantes de la humanidad para preservar este recurso vital y enfrentar la escasez hídrica. Basta con adoptar prácticas sencillas pero contundentes en la vida diaria. Tomar duchas más cortas, reparar inmediatamente las fugas, utilizar dispositivos de bajo consumo y captar y reutilizar aguas lluvia para labores de aseo o mantenimiento de jardines son acciones clave para conservar este recurso. Ahora bien, en el lavado de ropa, también se puede optimizar la demanda de agua. Una manera efectiva de hacerlo es asegurarse de cargar la lavadora completamente antes de cada ciclo, maximizando así la cantidad de ropa lavada por litro de agua utilizado. Preferir la configuración de carga completa o la opción de carga económica en la lavadora ayuda a reducir el consumo de agua y energía. Asimismo, utilizar detergentes ecológicos y en cantidades moderadas no solo es beneficioso para el medio ambiente, sino que también disminuye la cantidad de agua necesaria para enjuagar la ropa. Apoyar la agricultura sostenible: Opta por alimentos cultivados de manera sostenible y apoya a agricultores locales. Elige productos orgánicos y promueve prácticas agrícolas que respeten la salud del suelo y reduzcan el uso de pesticidas o fertilizantes químicos. Procura adquirir tus frutas y verduras en mercados campesinos o plazas locales para apoyar la economía campesina. Optar por una alimentación más consciente: Reducir el consumo de carnes rojas es una acción valiosa para disminuir la huella ambiental. ¿Sabías que la cría de ganado, en particular, genera emisiones considerables de gases de efecto invernadero como metano y óxido nitroso que contribuyen al cambio climático? Por eso, una estrategia

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Recomendaciones para afrontar la crisis hídrica en el sector industrial

En medio de la creciente alerta por el desabastecimiento hídrico que afecta a varios embalses, represas y cuerpos de agua del país por cuenta del Fenómeno de El Niño y las medidas de racionamiento impuestas en la capital colombiana y 12 municipios aledaños de la Sabana para enfrentar la crisis, se hace necesario abordar el impacto que el suministro limitado de agua puede tener en la productividad de las empresas y organizaciones. En Colombia, el Estudio Nacional del Agua 2022 del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) indica que las actividades productivas de agricultura y poscosecha representan el 43,25 % de la demanda hídrica sectorial con un consumo de 14 mil millones de metros cúbicos por año. A este le siguen las actividades de generación de energía (8224 millones de m3), la piscicultura (3971 millones de m3) y el consumo doméstico (2857 millones de m3). Otros sectores como las actividades pecuarias y de sacrificio, la minería, los hidrocarburos, la industria, el sector oficial y de servicios y la construcción tienen una participación mucho menor. Puntualmente, el sector industrial representa el 1% de la demanda hídrica; no obstante, la tasa de agua extraída que no retorna a la cuenca se sitúa en el 58 %, siendo el segundo sector que presenta mayor porcentaje a nivel nacional. Por su parte, el Registro Único Ambiental Manufacturero (RUA-MF) del Ideam, indica que las actividades industriales con mayor demanda hídrica son ‘fabricación de pulpas (pastas) celulósicas, papel y cartón’ con el 18 %, seguido de ‘elaboración y refinación de azúcar’ con el 10,8 %, y ‘elaboración de otros productos alimenticios n.c.p.’ con el 8,7 %. Con base en lo anterior, resulta evidente que las industrias y organizaciones que dependen del agua para llevar a cabo sus procesos de producción pueden experimentar interrupciones significativas si no tienen acceso suficiente a este recurso. Esto puede resultar en la reducción de la producción, retrasos en la entrega de productos y servicios, e, incluso, la suspensión temporal de las operaciones e interrupción del negocio. Esto puede tener un efecto dominó en toda la cadena de suministro y afectar la capacidad de las organizaciones para cumplir con los compromisos contractuales. Así mismo, la escasez de agua puede afectar la eficiencia operativa al limitar la capacidad para desarrollar labores de higiene y limpieza, refrigeración, producción de alimentos y bebidas, creación de mezclas, generación de vapor y otros procesos industriales que requieren de agua. Finalmente, pero no menos importante, el acceso restringido a agua potable puede afectar el bienestar de los empleados, especialmente, en entornos de trabajo donde se requiere agua para el consumo, la higiene personal y la seguridad. Por ello, si bien muchas de las medidas para enfrentar la crisis hídrica actual se han dirigido a los hogares con el propósito de fomentar un consumo racional y eficiente del recurso hídrico en los hogares, es preciso también adoptar acciones orientadas al mismo fin en los entornos laborales. Desde el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) se brindan algunas recomendaciones: Tomar medidas para el uso racional y eficiente del agua no solo permite afrontar la crisis actual por el desabastecimiento del recurso, sino que también ayuda a garantizar la disponibilidad y gestión sostenible del agua en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 6 – Agua limpia y saneamiento), garantizando un ambiente de trabajo sano, seguro y con bienestar para todos los trabajadores.

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Las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) se presentan con mayor frecuencia en la población laboralmente activa

Bogotá, 8 de febrero de 2024. El Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) hace un llamado acerca de la importancia de prevenir el contagio y transmisión de las enfermedades respiratorias agudas (ERA) e infecciones respiratorias agudas (IRA). A pesar de que próximamente se cumplirá un año desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró, en marzo de 2023, el fin de la pandemia por la COVID-19, este organismo ha insistido en la necesidad de protegerse y no bajar la guardia frente a las variantes del virus SARS-CoV-2 y otros como la influenza y el virus sincitial respiratorio (VSR), cuyos casos vienen en aumento pese a que, para esta época del año, se esperan picos respiratorios usuales, por el retorno a actividades educativas y laborales. Para el caso de Colombia, el Instituto Nacional de Salud (INS) se encuentra vigilando la situación epidemiológica de los virus respiratorios que generan las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA), teniendo en cuenta su incidencia en poblaciones priorizadas, como los menores de 5 años y los adultos mayores de 60 años. De acuerdo con los boletines epidemiológicos que presentó el INS, entre el 24 de diciembre 2023 y el 20 de enero de 2024, se evidenció un incremento de las IRA en 19 municipios con una población superior a los 100.000 habitantes. Adicionalmente, se evidenció que el grupo mayormente afectado es la población que está entre los 20 y los 39 años, con 145.104 casos que equivalen al 33,1 %, seguido por el grupo de 40 a 59 años con 100.264 casos (22,9 %). Esto indica que la población mayormente afectada es la que se encuentra en edad laboral activa. Adicionalmente, entre el 14 y 20 de enero, el país registró una tendencia de circulación viral relacionada con el VSR, enterovirus, rinovirus, adenovirus, parainfluenza e influenza B.   Adicionalmente, en Colombia se están experimentando los impactos del Fenómeno de El Niño el cual ha generado un aumento de las temperaturas y reducción de las precipitaciones en varias zonas del país. Esta situación ha exacerbado la aparición y frecuencia de incendios de cobertura vegetal, lo que ha ocasionado significativas pérdidas de hectáreas y migración de la fauna silvestre. Estos eventos pueden aumentar el contagio de enfermedades zoonóticas, como la gripe aviar, que pueden afectar el sistema respiratorio. De hecho, la Organización Mundial de Sanidad Animal indica que como consecuencia, cuando se pierde más del 25 % de la cubierta forestal, hay mayor probabilidad de contacto entre fauna silvestre y humanos. De igual manera, los incendios forestales aumentan la emisión y concentración de material particulado (específicamente de partículas finas inferiores a 10 micras) y demás sustancias en el ambiente que son potencialmente irritantes de la vía respiratoria (como monóxido de carbono, óxido nitrógeno, entre otras), que  afectan mayoritariamente a las poblaciones priorizadas ─anteriormente mencionadas─ o con comorbilidades como Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), rinitis, asma y demás e incrementando la aparición de ERA. Esto se debe a que, las capas de aire caliente presentes en el ambiente por presencia de El Niño y el calentamiento global imposibilitan la dispersión de este material particulado. Recomendaciones para prevenir las enfermedades respiratorias Dadas estas circunstancias, el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) hace un llamado para que las organizaciones gestionen los riesgos para la salud asociados a las condiciones climáticas y situación epidemiológica por la que está atravesando el país en la actualidad. Dada la alta presencia de enfermedades respiratorias en la población en edad productiva, se pueden generar consecuencias negativas en los entornos laborales como consecuencia de ausentismos por contagios, incapacidades o bajo rendimiento y productividad del personal afectado. “En este contexto, desde el Consejo Colombiano de Seguridad instamos a todas las organizaciones a implementar un seguimiento proactivo de la salud de sus trabajadores a través de sus programas de vigilancia epidemiológica y a promover una cultura de autocuidado. Es crucial adoptar medidas como el uso de tapabocas en personas sintomáticas, prácticas de higiene, reporte oportuno de síntomas, así como evaluar las condiciones de trabajo incluyendo la flexibilidad laboral en el personal que presente síntomas respiratorios. Además, es fundamental asegurar entornos laborales con ventilación mecánica y/o natural adecuada, entre otras medidas, para salvaguardar la salud y bienestar de nuestra fuerza laboral y sus familias”, indicó Adriana Solano Luque, presidenta ejecutiva del CCS. Algunas recomendaciones a nivel individual son: A nivel organizacional:

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Factores clave a considerar en la revisión del SG-SST

Retos y oportunidades para la mejora continua. Por Dora Y. Cárdenas G. Auditora RUC®️ (CCS) Ingeniera Industrial / Especialista en Seguridad y Salud en el Trabajo e Higiene Industrial / Auditora líder para Sistemas Integrados en normas ISO y para Tareas de Alto Riesgo. Cómo citar este artículo:Cardenas, D. (2023). Factores clave a considerar en la revisión del SG-SST. Retos y oportunidades para la mejora continua. Revista Protección & Seguridad No. 410 pág. 82-84. Consejo Colombiano de Seguridad. La revisión del Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST) por parte de la alta dirección es un factor clave para garantizar la eficacia y la mejora continua del sistema en las organizaciones pues determina las metas que se deben cumplir, las acciones que se deben llevar a cabo y la identificación de aspectos a fortalecer bajo un enfoque de mejora continua. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el entorno laboral permanece en constante evolución. Por ende, en el proceso de revisión del SG-SST se debe realizar un profundo análisis de los cambios, retos y oportunidades para que las organizaciones puedan enfrentarlos y asumirlos de manera efectiva, a través del planteamiento de estrategias y soluciones transformadoras con el propósito de continuar protegiendo la seguridad y la salud de los trabajadores, al mismo tiempo que se preserva el medio ambiente. Para la identificación de dichos retos y oportunidades se deben de tener en cuenta aspectos relevantes, entre ellos, los siguientes: El ambiente laboral ha ido experimentando cambios relevantes en los últimos años debido a fenómenos como la globalización, la automatización, la transformación digital y el crecimiento demográfico. Estos cambios suponen nuevos desafíos para la alta dirección al momento de revisar el SG-SST ya que este debe adaptarse y responder de manera efectiva a dichas transformaciones. Por lo tanto, se pueden generar impactos en temas como la asignación de recursos, las estrategias para el control de externalidades ambientales, los programas de capacitación y entrenamiento, el análisis de causalidad de accidentes y casi accidentes, la identificación de enfermedades laborales emergentes y el desarrollo de nuevos procesos o procedimientos, como parte de la gestión del cambio y el acoplamiento a la nueva legislación o a nuevos estándares laborales. Otros factores a considerar son los nuevos riesgos laborales generados por la adopción de tecnologías innovadoras y la transformación digital de los procesos productivos que pueden influir en la seguridad y la salud de los trabajadores. Entre estos podemos mencionar el incremento del estrés laboral relacionado con el trabajo a distancia, el riesgo ergonómico asociado al uso prolongado de dispositivos electrónicos y la ciberseguridad. A su vez, deben ser tenidos en cuenta los cambios en la naturaleza del trabajo que han ido generando una creciente precarización del empleo, la proliferación de trabajos temporales y el incremento del trabajo por proyectos, factores que han generado una mayor rotación de personal y la disminución de la estabilidad laboral. Por ende, la alta dirección deberá considerar en su revisión estos fenómenos y adaptar las estrategias de prevención y control que se puedan implementar, así como las políticas y prácticas de seguridad, salud en el trabajo y ambiente para garantizar la protección de todos los trabajadores, independientemente de su situación contractual. Finalmente, en la revisión tendrán cabida aspectos asociados a la diversidad e inclusión social en los entornos laborales. Es evidente que la presencia de trabajadores de diferentes culturas, géneros, edades y capacidades plantea desafíos y nuevas oportunidades en términos de seguridad y salud en el trabajo. Así las cosas, la dirección debe integrar en su valoración del SG-SST las necesidades específicas para estos grupos y garantizar que las políticas y prácticas de seguridad y salud sean inclusivas y sensibles a dichas particularidades. La revisión también debe prestar especial atención a la inclusión y protección de los grupos vulnerables, como los trabajadores informales, migrantes y personas con discapacidad. Esto, con el fin de desarrollar políticas y prácticas inclusivas en materia de seguridad y salud en el trabajo que aborden las necesidades específicas de estos grupos vulnerables y promuevan su participación en la prevención y el control de riesgos laborales. Para alcanzar este propósito será necesaria la sensibilización y capacitación de los directivos y trabajadores de manera que se fomente una cultura de respeto y solidaridad en el entorno laboral. 2. Integración con otros sistemas de gestión La eficacia del Sistema de Seguridad y Salud en el Trabajo puede optimizarse y fortalecerse mediante la combinación con otros sistemas de gestión que persiguen la calidad, la responsabilidad social corporativa, la continuidad del negocio, la ética y las políticas antisoborno. De esta forma, la revisión por parte de la alta dirección debe considerar la convergencia estratégica entre dichos sistemas con el fin de buscar oportunidades para la optimización y la armonización de las prácticas y procesos que conduzcan a la mejora en la calidad de vida de los trabajadores, así como a la madurez del sistema en sí mismo. Para ello, se debe adoptar un enfoque holístico considerando la interacción y complementariedad que hay entre la seguridad y la salud en el trabajo y la protección ambiental con otros aspectos de la gestión empresarial. Esto puede aportar una mayor eficiencia y efectividad en la implementación y el monitoreo del SG-SST. También se hace preciso tener en cuenta la gestión de las cadenas de suministro que, gracias a la globalización y a su complejización, generan mayores retos relacionados con la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Los riesgos y responsabilidades asociados a la gestión de proveedores deberán ser considerados para desarrollar estrategias que garanticen condiciones laborales sanas y seguras en todas las etapas de producción y distribución. Los riesgos y responsabilidades asociados a la gestión de proveedores deberán ser considerados para desarrollar estrategias que garanticen condiciones laborales sanas y seguras en todas las etapas de producción y distribución». 3. Formación y capacitación de los directivos El éxito de la revisión del SG-SST por parte de la alta dirección depende, en gran medida, de la formación y capacitación que

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SST y trabajo decente, elementos clave en la estrategia de creación de valor sostenible

Por Carolina Antolinez, Líder Técnica CCS; Diana Forero, Gerente de Comunicaciones CCS, Jacqueline Mesa;, Gerente Técnica CCS; Viviana Salamanca, Líder de Comunicaciones CCS. Cómo citar este artículo:Antolinez, Carolina; Forero, Diana; Mesa, Jacqueline; Salamanca, Viviana. Consejo Colombiano de Seguridad. SST y Trabajo Decente, elementos clave en la estrategia de creación de valor sostenible. Diciembre de 2023. https://ccs.org.co/portfolio/sst-y-trabajo-decente-elementos-clave-en-la-estrategia-de-creacion-de-valor-sostenible/ Las organizaciones, sin discriminar su tamaño, naturaleza o sector, están conformadas por personas. Más allá del nivel de avance tecnológico o automatización de procesos, son los seres humanos quienes toman las decisiones, programan máquinas y dispositivos, supervisan su funcionamiento, dan vida a la cultura corporativa y lideran el cumplimiento de los objetivos. La esencia de cualquier empresa, institución o entidad radica en las personas que la integran: desde la alta dirección hasta el personal de base, cada individuo aporta con su conocimiento, experiencia y perspectiva única. En consecuencia, la gestión y protección del capital humano desempeña un papel crucial en el éxito de las organizaciones y la continuidad de los negocios. En este sentido, la Seguridad y la Salud en el Trabajo (SST) y la promoción del trabajo decente se han convertido en dos elementos cruciales en la estrategia de creación de valor sostenible para las organizaciones. Hoy por hoy, estos aspectos van más allá de ser un requisito legal y ético, convirtiéndose en un pilar fundamental en las estrategias de sostenibilidad corporativa. “Un entorno de trabajo seguro y saludable reduce el absentismo laboral, aumenta la productividad, eleva la moral y la satisfacción de los empleados y reduce los costos asociados a accidentes y enfermedades laborales. Todo esto se traduce en una mayor atracción y retención de talento, una mejora en el desempeño empresarial (al tiempo que crea valor social representado por una mejor calidad de vida y bienestar para los trabajadores y sus familias), sumado al fortalecimiento de la reputación corporativa”, asegura Adriana Solano Luque, presidenta ejecutiva del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). Por el contrario, una gestión deficiente en el cuidado y protección de los trabajadores puede acarrearle a una empresa pérdida de mercados, desconfianza, socavo de su legitimidad e, incluso, la imposibilidad de continuar operando; y, en un caso extremo, sanciones y multas. A esto se añade un nuevo desafío: las empresas, como actores clave del desarrollo económico, están llamadas a promover el trabajo decente, uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. En un mundo con una creciente expansión demográfica, las organizaciones deben apostar por la creación de oportunidades de empleo que no solo logren absorber la creciente fuerza laboral, sino que también ayuden a las personas a mejorar su calidad de vida y a romper los ciclos de pobreza y exclusión. Las estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indican que, para 2023, se ontuvo un déficit global de empleo de 453 millones de personas, lo que constituye un 11,7 % de la población en edad laboral. Este porcentaje se eleva al 14,5 % en el caso de las mujeres y alcanza un 25,7 % en países de bajos ingresos. Por ello, se insta a las empresas a garantizar condiciones dignas de empleo, tanto a sus trabajadores directos como en sus cadenas de suministro y erradicar prácticas que pongan en peligro los derechos laborales, fomentar la contratación de nueva mano de obra, especialmente entre grupos en situación de vulnerabilidad como jóvenes, mujeres y migrantes. “No es casualidad que la SST y el trabajo decente aparezcan de forma destacada y recurrente en el listado de los asuntos materiales (o aspectos de mayor relevancia) que, hoy por hoy, guían la estrategia de sostenibilidad de las empresas”, menciona Solano Luque Para la muestra, un estudio adelantado este año por la firma global de auditoría y consultoría KPMG sobre reportes de sostenibilidad en Latinoamérica, que consultó a 1.000 empresas de la región, evidencia que el 35 % de las organizaciones consultadas aborda la problemática de los riesgos sociales en sus reportes de sostenibilidad y que los elementos generalmente cubiertos tienen que ver con cuestiones de seguridad y salud en el trabajo, condiciones laborales y relaciones con la comunidad, siendo estos asuntos “cruciales para la mayoría de las empresas y sus negocios”, como lo indica la firma. Así mismo, el informe ‘Tendencias en informes de sostenibilidad para 2023’ encontró que entre los asuntos materiales más relevantes para las compañías están la Seguridad y la Salud en el Trabajo, las relaciones con proveedores, los derechos humanos, la inversión en la comunidad, el bienestar de los empleados, la diversidad y la inclusión. De otro lado, dentro de los criterios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) que los inversionistas y fondos de capital tienen en cuenta a la hora de otorgar apalancamiento financiero, se está tomando muy en cuenta el desempeño de las organizaciones en temas que incluyen (tan solo en el ámbito social) salud y bienestar; desarrollo de capital humano; condiciones laborales; abastecimiento ético de la cadena de suministro (con énfasis en la lucha contra la esclavitud moderna y el trabajo infantil); respeto de los derechos humanos en las instalaciones de la empresa y de los proveedores y contratistas; equidad de género, diversidad e igualdad de oportunidades en el lugar de trabajo, entre otros. “Así, en la medida en que una organización sea capaz de identificar y gestionar los riesgos derivados de sus actividades y operaciones en dichos ámbitos y de aprovechar las oportunidades que emergen de allí, podrá crear valor para sí misma y para la sociedad”, asegura Solano Luque. Por eso, considera clave impulsar “la filosofía de poner a las personas en el centro de las estrategias corporativas, partiendo de la base de que la salud, la seguridad y el bienestar en el trabajo son pilares de la sostenibilidad”. Para ello, desde su Declaración de Sostenibilidad, el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) insta a trabajar de la mano con las empresas, las cadenas de suministro, las agremiaciones y el sector público para impulsar las mejores prácticas de gestión económica, ambiental, social y de gobierno corporativo que conduzcan a la creación

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Control operacional del riesgo como pilar fundamental en la generación de entornos de trabajo seguros y saludables

Por Jorge Olave Molano / Gerente de Relacionamiento Institucional CCS / Bogotá, Colombia / Mayo de 2021 Cómo citar este artículo:Olave, J. 2021. Control operacional del riesgo como pilar fundamental en la generación de entornos de trabajo seguros y saludables. Revista Protección & Seguridad No. 397 pág. 40 – 42. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/control-operacional-del-riesgo-como-pilar-fundamental-en-la-generacion-de-entornos-de-trabajo-seguros-y-saludables/ La gestión de la seguridad y salud en el trabajo actualmente tiene un enfoque absolutamente integral, que va desde la visión holística de la prevención y la alineación con la estratégica de la organización, hasta el enfoque específico del control de los riesgos asociados a las tareas o actividades de la organización, promoviendo la visión integral de cada uno de los que construyen acciones relacionadas con la gestión de la seguridad y salud en el trabajo en los diferentes escenarios. El término «sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo» ha tenido evolución durante las diferentes etapas de concepción del mismo, teniéndose actualmente la definición acuñada por Ministerio del Trabajo como el «proceso lógico y por etapas, basado en la mejora continua, lo cual incluye la política, la organización, la planificación, la aplicación, la evaluación, la auditoría y las acciones de mejora con el objetivo de anticipar, reconocer, evaluar y controlar los riesgos que puedan afectar la seguridad y la salud en los espacios laborales» (Ministerio del Trabajo, 2015), resaltando así, que la seguridad y salud en el trabajo compila diferentes componentes y áreas del conocimiento que se articulan entre sí para lograr el «control de los riesgos» que puedan afectar la salud y seguridad de cada trabajador, a través de la intervención, de entre otros aspectos, el ambiente de trabajo donde se desarrollan las actividades. Uno de los componentes de la gestión de la seguridad y salud en el trabajo que tiene importante relevancia e influencia en la generación de entornos de trabajo seguros y saludables es el control operacional del riesgo, término que está referenciado en la norma internacional ISO 45001:2015 en el numeral ocho «planificación y control operacional», en el que se especifica que la organización debe planificar, implantar, controlar y mantener procesos para asegurar el cumplimiento de los criterios inherentes al sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo, por medio de entender y fijar criterios técnicos para los diferentes procesos, además del desarrollo e implementación de controles para dichos procesos bajo los criterios técnicos definidos, la estandarización, procedimientos e información documentada que garantice el cumplimiento de los parámetros control de los riesgos en los procesos y el análisis de las actividades de trabajo buscando la adaptación de estas al trabajador. Igualmente, la norma internacional ISO 45001: 2015 hace referencia en su numeral ocho de «planificación y control operacional» a la eliminación de peligros y reducción de riesgos para la seguridad y salud en el trabajo y, en su numeral 8.1.2, desarrolla criterios técnicos para la planificación y control operacional del riesgo, promoviendo que la organización diseñe, implemente y mantenga diferentes mecanismos para la eliminación de toda fuente de peligro que exista y redunde en la mitigación de los riesgos ocupacionales propios de la organización. Así, bajo lo especificado en la norma internacional ISO 45001 y lo que actualmente especifica el marco legal colombiano en materia de seguridad y salud en el trabajo, el control operacional del riesgo es la parte de la gestión integral de la seguridad y salud en el trabajo que busca definir, desarrollar e implementar mecanismos inmediatos para eliminar los peligros y mitigar, en su mayor expresión, los riesgos inherentes a las actividades y procesos de la organización, siendo establecidos tales controles operacionales de manera objetiva, estandarizada, clara y universal para los trabajadores, contratistas y partes interesadas que tengan contacto directo o indirecto con la fuente principal del peligro a través de procedimientos, información documentada, mensajes claros de límites de exposición al riesgo, medidas de advertencia, señales y demás, que complementen la eficacia de los controles operacionales implementados. Cabe resaltar algunas características esenciales del control operacional del riesgo: ◥ Un elemento de entrada clave para establecer, diseñar e implementar los controles operacionales del riesgo es la identificación de peligros, evaluación y valoración de riesgos, mediante metodologías y mecanismos cualitativos y cuantitativos que promuevan la visión de 360 grados de todos los peligros de la organización, con base en todas las actividades y procesos. Es necesario identificar parámetros como la probabilidad de materialización, la severidad o consecuencias generadas, el nivel de exposición de los trabajadores y demás elementos que permitan caracterizar el nivel de riesgo de las diferentes actividades y procesos de la organización, por supuesto fijando la atención a los que mayor valoración arrojen, siendo estos los mas críticos para la organización y sobre los cuales se deberán establecer controles operacionales de muy alta eficacia. ◥ El establecimiento, diseño e implementación de controles operacionales debe obedecer a una jerarquía de acuerdo con la eficacia de los mismos, para lo cual es importante recalcar que el Decreto Único Reglamentario 1072 en el artículo 2.2.4.6.24 «medidas de prevención y control», especifica que los controles deberán adoptarse con base en el análisis de pertinencia, teniendo en cuenta los diferentes niveles de jerarquía de control del riesgo, iniciando (y desarrollándose desde el de mayor eficacia al menos eficaz) con la eliminación del peligro como aquellos controles enfocados a desaparecer el peligro y/o riesgo.◥ Se continúa con la sustitución como una medida de control que busca cambiar y reemplazar una fuente de peligro por otra que genere un menor riesgo al trabajador; el siguiente nivel está desarrollado sobre los controles de ingeniería, definidos por el Decreto 1072 de 2015, como «Medidas técnicas para el control del peligro/riesgo en su origen (fuente) o en el medio, tales como el confinamiento (encerramiento) de un peligro o un proceso de trabajo, aislamiento de un proceso peligroso o del trabajador y la ventilación (general y localizada), entre otros». Haciendo claridad que sobre estos tres primeros niveles de la jerarquía del control del riesgo se desarrollan acciones de estandarización, definición

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Salud auditiva y de la voz en el teletrabajo y trabajo en casa

Por Claudia Carolina Velásquez Bernal / Fonoaudióloga / Especialista en Gerencia en Seguridad y Salud en el Trabajo / Maestrante en Salud y Seguridad en el Trabajo Universidad Nacional de Colombia. Cómo citar este artículo:Velásquez, C. 2021. Salud auditiva y de la voz en el teletrabajo y trabajo en casa. Revista Protección & Seguridad No. 397 pág. 34 – 42. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/salud-auditiva-y-de-la-voz-en-el-teletrabajo-y-trabajo-en-casa/ Introducción La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el teletrabajo como: “una forma de trabajo en la cual: a) el mismo se realiza en una ubicación alejada de una oficina central o instalaciones de producción, separando así al trabajador del contacto personal con colegas de trabajo que estén en esa oficina y, b) la nueva tecnología hace posible esta separación facilitando la comunicación” (Martino, 2004). El teletrabajo en Colombia está regulado por la Ley 1221 de 2008 y la Circular 0021 de 2020 del Ministerio de Trabajo. Establece el teletrabajo como uno de los mecanismos de protección al empleo en Colombia, a partir de la declaración de la emergencia sanitaria debido a la pandemia por la enfermedad COVID-19. Alonso & Cifre (2002) indican los tipos de teletrabajo: trabajo desde casa, teletrabajo combinado, teletrabajo móvil y centros de trabajo. El trabajo en casa como modalidad de teletrabajo y enmarcado en el contexto actual se entiende como un traslado de las funciones del trabajador hacia un espacio diferente al habitual, debido a una circunstancia excepcional, en este caso la pandemia por la COVID-19, y donde se haga uso predominante de las tecnologías de la información y comunicación – TIC. Algunos autores señalan los beneficios de esta modalidad de trabajo: conciliación de la vida laboral con la personal, disminución en los tiempos de desplazamiento, además de permitirle al trabajador pasar más tiempo con sus seres queridos (García y Guevara, 2008). No obstante, aún se desconocen varios aspectos acerca de esta modalidad de trabajo en la vida personal y familiar del trabajador (López, Fondevilla & Sainz, 2009). Además de otras condiciones de salud, las relacionadas con la función vocal y la función auditiva son de vital interés en el trabajo y en el trabajo en casa. Recientemente se ha visto cómo algunas ocupaciones y trabajos han tenido una acelerada transformación en sus procesos productivos, trasladando su quehacer a sus hogares, donde las reuniones virtuales y las clases, además de la permanente comunicación con jefes y compañeros de trabajo, ha requerido tanto de una demanda vocal distinta a la habitual, como del uso permanente de dispositivos de audio (parlantes, auriculares) para escuchar de forma óptima a los interlocutores. Estas nuevas condiciones derivarán en un impacto sobre la salud auditiva y de la voz, manifestándose, por ejemplo, en la fatiga vocal, que es la sensación de cansancio posterior a un uso prolongado de la voz durante la jornada de trabajo, o en signos como acúfenos o descenso temporal del umbral auditivo debido a la exposición prolongada a ruido derivado del uso constante de auriculares. Efectos del teletrabajo y el trabajo en casa sobre la salud Si bien el uso de las TIC ha dado pie a una revolución en la vida diaria y en las formas de trabajo permitiendo el contacto entre las personas (familia, compañeros de trabajo y amigos) de forma inmediata, también ha generado una intrusión de las actividades del trabajo en los espacios y momentos de la vida personal (OIT, 2017). Al hablar acerca de los efectos que tiene esta modalidad de trabajo sobre la salud, cabe mencionar los relacionados con la organización del trabajo y los horarios, el desempeño individual, el balance entre la familia y el trabajo, la inserción laboral y el bienestar y salud ocupacional (Lampert Grassi & Poblete, 2018). Por su parte, las condiciones físicas, así como las herramientas y los factores biomecánicos son determinantes en la aparición de riesgos para la salud mientras se realizan actividades laborales. Los principales riesgos a los cuales está expuesto el teletrabajador están relacionados con los factores psicosociales, las alteraciones musculoesqueléticas (Arévalo & Guerrero, 2006), las condiciones del ambiente físico del trabajo, la fatiga visual, auditiva y de la voz. Particularmente, entre los factores de riesgo de disfonía en el contexto ocupacional, además del uso prolongado de la voz, se encuentran: factores físicos (temperatura, ruido, ventilación), el ruido y reverberación, polvo en el ambiente, tierra y factores de la organización del trabajo como el horario laboral (Mora, & Otros, 2018). Salud auditiva y de la voz en el teletrabajo y trabajo en casa Tanto la salud auditiva como de la voz genera un interés particular en el teletrabajo. Particularmente, las patologías auditivas y de la voz afectan significativamente a las empresas, ya que generan un importante número de incapacidades laborales y ausentismo, derivando en un impacto negativo a nivel productivo y económico (CESLA, 2017). Actualmente, el uso de dispositivos como auriculares, parlantes y micrófonos, junto con otras herramientas tecnológicas como los teléfonos celulares y los computadores, ha ido generalizándose y posicionándose como tendencia para el teletrabajo. El uso de estos elementos de forma inadecuada, las herramientas defectuosas, la exposición prolongada al ruido o una carga vocal permanente durante la jornada de trabajo constituyen factores desencadenantes de patologías auditivas y de voz de origen ocupacional. Las personas cuyo entorno laboral y condiciones de trabajo impactan en el sistema auditivo y vocal; quienes hacen un uso permanente de la voz y, de igual manera, quienes exponen su sistema auditivo durante el uso de dispositivos como diademas telefónicas, presentarán problemas de salud relacionados con afectaciones otorrinolaringológicas, puntualmente de sintomatología de vías respiratorias, problemas de la voz e hipoacusia (Chala, 2012). El mecanismo de la audición El oído es uno de los cinco sentidos del ser humano, encargado de percibir los estímulos sonoros que nos rodean durante las 24 horas del día, lo que quiere decir que la audición es un sentido que siempre está en funcionamiento; la audición permite percibir los sonidos, su volumen, tono, timbre y la dirección de la cual provienen, también nos ayuda a escuchar la voz,

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