Estrés Térmico

El estrés térmico por calor es la carga de calor que las personas trabajadoras reciben y acumulan en su cuerpo, es el resultado de la interacción entre las condiciones ambientales (temperatura y humedad), la actividad física que realizan y la ropa que llevan.

El riesgo de sufrir alteraciones en la salud para una persona expuesta a un ambiente caluroso depende de la producción de calor de su organismo como resultado de la actividad física y de las características del ambiente que lo rodea, que condiciona el intercambio de calor entre el ambiente y su cuerpo.

El estrés térmico en el trabajo

En el mundo laboral, este riesgo se estudia dentro del campo de la Higiene Industrial cuando valoramos las implicaciones de este problema, es fundamental partir de un conocimiento amplio de la actividad que se desarrolla.

El estrés térmico corresponde a la carga neta de calor a la que los trabajadores están expuestos y que resulta de la contribución combinada de las condiciones ambientales del lugar donde realiza la tarea, la actividad física que ejecuta y las características de las prendas que porta. La sobrecarga térmica es la respuesta fisiológica del cuerpo humano al estrés térmico y corresponde al coste que le supone al cuerpo humano el ajuste necesario para mantener la temperatura interna en el rango adecuado.

Los estudios de estrés térmico deben tener en cuenta diferentes variables con el fin de determinar si existen factores de riesgo que puedan afectar la salud del trabajador. Entre los factores que se miden y que determinan el estrés térmico potencial se incluyen:

  • Temperatura del aire,
  • Humedad relativa,
  • Velocidad del aire,
  • Radiación,
  • Actividad metabólica
  • Tipo de ropa (emisividad y radiación de esta).

La medición de estos factores permite determinar las demandas térmicas internas y externas que dan lugar a la termorregulación del cuerpo humano.

Un nivel de estrés térmico medio o moderado puede dificultar la realización del trabajo, pero cuando se aproximan a los límites de tolerancia del cuerpo humano, aumenta el riesgo de trastornos derivados de la exposición al calor.

La sobrecarga térmica refleja las consecuencias que sufre un individuo cuando se adapta a condiciones de estrés térmico. No se corresponde con un ajuste fisiológico adecuado del cuerpo humano, sino que supone un costo para el mismo. Los parámetros que permiten controlar y determinar la sobrecarga térmica son: la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y la tasa de sudoración.

La sobrecarga térmica no se puede predecir de manera fiable solamente con base en el estudio del estrés térmico, ya que se desconoce la respuesta fisiológica que sufrirá el individuo o el grado de peligro al que se enfrenta una persona en cualquier momento, de acuerdo con los factores propios de cada persona, que incluso puede variar en el tiempo, por lo que estos factores o características personales son los que determinan la capacidad fisiológica de respuesta al calor.

Medidas contra el estrés térmico

  • En el lugar de trabajo

Las empresas pueden plantear soluciones organizativas, realizando ciertas tareas de riesgo por calor en las horas más frescas del día: las primeras de la mañana o las últimas de la tarde. De esta manera se reduce el riesgo de sufrir insolaciones o golpes de calor.

Los trabajadores que desarrollan su actividad al aire libre son más susceptibles de sufrir problemas derivados del calor, pero hay que tener en cuenta que la prevención debe estar presente en todos los ámbitos laborales, con independencia del tipo de trabajo o del lugar donde se lleve a cabo.

Hidratarse y mantener el ambiente fresco son prácticas muy recomendables para que nuestra actividad laboral se realice de forma eficaz y sin riesgos.

  • Controlar la actividad física

Evitar salir a hacer ejercicio en las horas centrales del día es esencial. Entre las diez de la mañana y las tres de la tarde se puede estar expuesto a rayos del sol y temperaturas ambientales altas; no es recomendable hacer ejercicio al aíre libre durante estos horarios, lo más prudente es realizar la actividad física cuando el sol y las condiciones térmicas sean las más favorables.

Frecuentemente somos capaces de advertir rápidamente el riesgo desde un punto de vista laboral, pero nos cuesta identificarlo cuando no trabajamos. Parece como si tuviésemos en cuenta infinidad de variables a nivel laboral y ninguna a nivel personal. El riesgo existe en ambas vertientes y hay que tenerlo en cuenta por igual.

El estrés térmico no sólo es un problema laboral, también se puede encontrar presente en la vida personal. Es importante tener cuidado con los rayos solares y con las altas temperaturas, especialmente en época de verano.

Factores Individuales De Riesgo

Se deben identificar las condiciones de salud y factores personales de riesgo de los trabajadores expuestos a este riesgo, que reducen la tolerancia individual al estrés térmico, entro los cuales se encuentran:

  • Edad

Se debe considerar que las personas de mayor edad son más susceptibles a padecer problemas de control de la circulación periférica o menor capacidad de mantener la hidratación y, en consecuencia, verse incrementada su vulnerabilidad al estrés térmico, por lo cual es importante asegurar que las personas de mayor edad cuenten con un adecuado estado cardiovascular, respiratorio y de sudoración, se encuentre totalmente hidratado y en buen estado de salud, para reducir el nivel de riesgo.

  • Índice de masa corporal (grado de obesidad o de desnutrición)

El sobrepeso representa un mayor factor de riesgo a la hora de enfrentarse a una situación de estrés térmico debido al incremento del aislamiento térmico que sufre el cuerpo, las posibles deficiencias del sistema cardiovascular y la baja condición física. Se deben analizar de manera específica los requerimientos individuales de cada persona a la hora de evaluar el riesgo de exposición al estrés térmico para cada trabajador.

  • Consumo de medicamentos

Existen medicamentos anticolinérgicos que pueden llegar a inhibir la sudoración especialmente en individuos de mayor edad. Algunos sedantes afectan a la sensación de sed, otros fármacos intervienen en la termorregulación, incrementan el calor metabólico y reducen la distribución del calor, condicionando la circulación periférica.

  • Consumo de bebidas alcohólicas

El consumo de alcohol produce vasodilatación perifé­rica y diuresis, que afectan a la respuesta del cuerpo al estrés térmico. Asimismo, bajas dosis de alcohol reducen la capacidad de termorregulación, incluyendo los reflejos vasomotores y la sudoración, y aumentan la probabilidad de una bajada de tensión durante la exposición.

  • Género

No son cien por ciento demostrables las diferencias en la respuesta al estrés térmico entre hombres y mujeres, debido a que la respuesta al calor puede estar condicionada también por la condición física y el nivel de aclimatación del individuo. Existen estudios en los que se ha observado infertilidad temporal para hombres y mujeres cuando la temperatura interna alcanza los 38 °C. También se ha observado que durante el primer trimestre de embarazo existe riego de malformación en el feto cuando la temperatura interna de la madre excede los 39 °C en un periodo prolongado.

  • Aclimatación

La aclimatación es un proceso gradual que puede durar de 7 a 14 días en los que el cuerpo se va adaptando a realizar una determinada actividad física en condiciones de calor (se recomienda que el primer día de trabajo la exposición al calor se reduzca a la mitad de la jornada; después día a día se debería aumentar progresivamente el tiempo de trabajo (10%) hasta la jornada completa. La aclimatación es específica para unas determinadas condiciones ambientales y de ropa, por lo que no se garantiza la respuesta cuando se cambian dichas condiciones.

Aunque la aclimatación se produce rápidamente durante el periodo de exposición al calor, también se pierde muy rápidamente cuando se interrumpe la exposición (una o dos semanas sin exposición requieren de 4 a 7 días para volver a recuperar la aclimatación). Los beneficios de la aclimatación consisten en mejorar la efectividad y la eficiencia del sistema de distribución y pérdida de calor, mejorar el confort en la exposición al calor y dificultar la aparición de sobrecarga térmica.

  • Hidratación

El cuerpo pierde agua por difusión a través de la piel y por la respiración, pero principalmente la pérdida de agua durante una situación de estrés térmico se produce mediante la sudoración. Al sudar también se pierden electrolitos como sodio, magnesio, potasio, calcio y cloro. El problema es que mantener la hidratación adecuada no es fácil, debido entre otros factores a que la sensación de sed no es siempre proporcional a la pérdida de líquidos. En algunos casos la rehidratación debe considerar también la recuperación de los electrolitos.

Efectos sobre la salud de la exposición al calor

Los posibles efectos de la exposición al calor no sólo pueden ser relacionados a las condiciones de salud de las personas, también el estrés térmico puede dar lugar a accidentes (atrapamientos, golpes o caídas al mismo o distinto nivel derivadas de mareos o desvanecimientos, etc.) debido a la perdida de condiciones de atención de la persona.

Algunos de los efectos en la salud por exposición a estrés térmico son:

  • Síncope por calor. Se refiere a la pérdida de conciencia o desmayo. Este es un signo de alarma de sobrecarga térmica.
  • Deshidratación y pérdida de electrolitos. La exposición prolongada al calor implica una pérdida de agua y electrolitos a través de la sudoración, pudiendo generar problemas gastrointestinales y calambres musculares.
  • Agotamiento por calor. Se produce cuando existe un nivel alto de deshidratación, con síntomas como disminución de las habilidades psicomotoras, nauseas, fatiga, entre otros. Si no es una situación muy grave, con la rehidratación y el reposo se dará la recuperación del individuo.
  • Golpe de calor. Se desarrolla cuando la termorregulación ha sido superada, y el cuerpo ha utilizado la mayoría de sus defensas para combatir la hipertermia (aumento de la temperatura interna por encima de la habitual). Se caracteriza por un incremento elevado de la temperatura interna por encima de 40,5 °C, y la piel caliente y seca debido a que no se produce sudoración. En este caso es necesaria la asistencia y tratamiento médico ya que puede esta situación mantenerse por algunos días.

Controles

  • Controles en la fuente

Sistema de ventilación: El aumento de la velocidad del aire incrementa la pérdida de calor, al facilitar la evaporación del sudor.

  • Controles en el medio

El calor radiante se puede reducir mediante la interposición de barreras materiales que reduzcan la radiación térmica. Si no es posible aislar las fuentes de calor mediante pantallas y la radiación térmica es muy intensa se utilizará ropa que proteja la piel. Por el contrario al cubrir la piel también se reduce la refrigeración de la piel por convección o evaporación del sudor.

  • Controles administrativos
    • Revisar los tiempos de exposición de forma que sean aceptables para los trabajadores, tiempos de recuperación suficientes y limitación de la carga física (tasa metabólica).
    • Reorganizar los horarios para realizar las actividades si se desarrollan al aire libre.
    • Mantener disponibles sistemas de hidratación para los trabajadores.
    • Hacer monitoreo a los cambios de las condiciones de trabajo.
    • Controles en el trabajador
    • Utilizar mecanismos de refrigeración personal, conjuntamente con ropa de protección, puede llegar a ser una alternativa. Existen chalecos refrigerados o trajes con mecanismos de refrigeración incorporados que impiden el incremento de la temperatura del cuerpo.

Es necesario hacer monitoreo a la eficacia de las medidas de control implementadas con el fin de hacer ajustes oportunos en caso de ser necesario, manteniendo el control y monitoreo de las condiciones fisiológicas de los trabajadores.

Fuente:

  • https://www.quironprevencion.com/blogs/es/prevenidos/estres-termico-evitarlo
  • https://www.cso.go.cr/divulgacion/campanas/estres_termico.aspx 

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