Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis, líder de comunicaciones del CCS / Comunicadora social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad.
La Seguridad y Salud en el Trabajo no solo es un factor estratégico que les permite a las organizaciones proteger su capital humano, mitigar riesgos en su cadena de valor, incrementar la productividad y blindar la continuidad de los negocios, también constituye una herramienta clave para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). ¿Cómo? A continuación, se evidencia la relación que existe entre la creación de entornos de trabajo sanos y seguros con algunas de las principales apuestas de la Agenda 2030.
ODS 1. Fin de la pobreza. La SST puede ayudar a reducir la pobreza al mejorar las condiciones de trabajo y promover el acceso a empleos seguros y saludables, lo que a su vez contribuye a aumentar los ingresos de las personas. Es preciso tener en cuenta que una gran mayoría de los trabajadores informales laboran en condiciones precarias, insalubres e inseguras, sin protección social, por lo cual la formalización del empleo es una estrategia para asegurar que la fuerza laboral de un país cuente con condiciones dignas de trabajo y pueda acceder a la seguridad social dentro de un mercado laboral incluyente, justo y equitativo.
De otro lado, hay que tener en cuenta que la muerte y la discapacidad resultantes de actividades laborales peligrosas constituyen una causa importante de pobreza que afecta a las familias de las víctimas, quienes pierden la capacidad productiva de sus integrantes y genera retrocesos en los avances en materia social.
ODS 3. Salud y bienestar.
Este objetivo cuenta con tres metas directamente relacionadas con la SST: la 3.5 “fortalecer la prevención y el tratamiento del abuso de sustancias adictivas, incluido el uso indebido de estupefacientes y el consumo nocivo de alcohol”; el 3.6 “reducir a la mitad el número de muertes y lesiones causadas por accidentes de tráfico en el mundo” y el 3.9 “para 2030, reducir sustancialmente el número de muertes y enfermedades producidas por productos químicos peligrosos y la contaminación del aire, el agua y el suelo”.
En todos los tres casos, la SST juega un rol esencial. En el primero, la promoción y el cuidado de la salud mental y la gestión oportuna de los riesgos psicosociales en los lugares de trabajo es una estrategia que incide positivamente en la reducción del consumo de sustancias psicoactivas por parte de la población trabajadora, pues les proporciona herramientas para gestionar sus emociones y les brinda apoyo para superar situaciones adversas.
Con relación a la meta 3.6, al menos para el caso colombiano, si bien se desconoce el número exacto de víctimas de siniestros viales de origen laboral, se sabe, sin embargo, que en el 21 % del total de los accidentes fatales en las vías que tuvieron lugar en el país entre 2016 y 2021 se vieron involucrados vehículos de transporte de carga y pasajeros, según datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
Además, se estima que más del 50 % de las fatalidades en las vías y carreteras del país están asociadas a actividades laborales (no necesariamente donde le sucede algo al trabajador, pero si se genera afectación o daños a terceros), dejando un enorme impacto social y económico para las organizaciones y la sociedad.
Frente a este panorama, adquiere relevancia la implementación de los Planes Estratégicos de Seguridad Vial (PESV) hoy ya incorporados al Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST). De esta forma, las organizaciones cuentan con una estrategia que les permite reducir riesgos de siniestralidad en entornos laborales e implementar mecanismos y herramientas que favorezcan la adopción de hábitos, comportamientos y conductas seguras en las vías, así como la identificación, análisis, valoración y control de los riesgos viales asociados a su operación.
Finalmente, en lo que respecta a la meta 3.9, la SST tiene como principal objetivo promover la prevención de accidentes y enfermedades laborales. Para ello, las organizaciones deben implementar un Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST). Este Sistema de Gestión es la herramienta esencial para que las empresas identifiquen los peligros a los cuales están expuestos los trabajadores, hagan la gestión del riesgo asociado y prevengan la ocurrencia de accidentes de trabajo y enfermedades laborales. Debe garantizar la aplicación de las medidas de control y prevención, el mejoramiento del comportamiento de los trabajadores, el aseguramiento de condiciones de trabajo sanas y seguras y la gestión eficaz de los riesgos en el lugar de trabajo.
La aplicación del SG-SST tiene como ventajas la mejora de las condiciones de trabajo, el bienestar y la calidad de vida laboral, la disminución de las tasas de ausentismo por enfermedad, la reducción de los indicadores de accidentalidad y mortalidad por accidentes de trabajo y el aumento de la productividad. Además, el sistema permite velar por el cumplimiento efectivo de las normas, requisitos y procedimientos de obligatorio cumplimiento por parte de las empresas y contratantes en materia de riesgos laborales.
ODS 5. Igualdad de género: la SST puede contribuir a la igualdad de género al mejorar la seguridad y las condiciones de trabajo de las mujeres en el lugar de trabajo y abordar los riesgos específicos que enfrentan las trabajadoras en ciertos sectores. De hecho, la OIT señala que “las cuestiones de igualdad de género y no discriminación, en particular la protección de la maternidad, el salario equitativo, el acoso sexual y la violencia en el trabajo, se relacionan con la SST y pueden resolverse mediante leyes relativas a la SST en el ámbito nacional, y también mediante normas que rigen las cadenas mundiales de suministro”.
ODS 8. Trabajo decente y crecimiento económico: la rigurosa aplicación de la normatividad en SST, la creación de iniciativas voluntarias y el trabajo constante en cuanto a actualización de leyes, reglamentos y sistemas relativos a la SST, ayuda a promover la creación de puestos de trabajo en condiciones dignas, fomenta la formalización, protege los derechos laborales y promueve un entorno de trabajo seguro y sin riesgos para los trabajadores. A su vez, permite a las organizaciones adoptar medidas para erradicar el trabajo forzoso y poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas.
Además, vale la pena destacar que, existe un estrecho vínculo entre la SST y las normas internacionales del trabajo. Así las cosas, las convenciones y recomendaciones de la OIT relativas a la SST han orientado la legislación pertinente en muchos países del mundo al punto que hoy, la SST es reconocida como un derecho fundamental.
Finalmente, en términos de crecimiento económico, el cuidado de los trabajadores, es decir, del activo más importante de cualquier organización, asegura la continuidad misma del negocio.
De otro lado, es preciso tener en cuenta queel avance hacia la descarbonización de las industrias, la adopción de energías renovables, la implementación de procesos ecoeficientes en los sistemas de producción y la introducción de la economía circular, traerá consigo grandes retos y nuevas oportunidades en materia de gestión laboral. El BID estima que los compromisos ambientales que los países han asumido en el marco del Acuerdo de París pueden llegar a generar 15 millones de empleos netos en América Latina al 2030.
Sin embargo, en esa transición hacia economías más verdes, es necesario tener en cuenta que las medidas para hacer frente al cambio climático no pueden dejar de lado la preocupación por el trabajo decente. Esto incluye, entre otras medidas, una asistencia adecuada a las personas afectadas por los cambios, la creación de nuevas fuentes de empleo, la protección social, el desarrollo de habilidades y competencias, la recualificación, la gobernanza de la migración laboral, la seguridad y la salud en el trabajo y el diálogo social para garantizar que la lucha contra el calentamiento global no afecte negativamente los medios de vida de los trabajadores. En otras palabras, un crecimiento económico sostenible, ecológico e inclusivo requiere una transición justa de la fuerza laboral.
ODS 9. Industria, innovación e infraestructura: la implementación del Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST) puede mejorar la calidad de la infraestructura en las organizaciones y promover la innovación y el desarrollo tecnológico en pro de la mejora de las condiciones laborales. Al basarse en el ciclo PHVA (Planear- Hacer- Verificar- Actuar) puede detonar investigaciones, nuevos desarrollos y transformaciones operativas y culturales, siempre bajo un enfoque de mejoramiento continuo. Así mismo, en términos de gestión de riesgos, la SST impulsa el desarrollo de infraestructuras seguras, sostenibles y resilientes a través de la eliminación de peligros, los controles de ingeniería, los controles administrativos o mediante la adopción de tecnologías y procesos industriales limpios y ambientalmente racionales.
ODS 12. Producción y consumo responsables. Hay un número de normas y códigos de práctica relacionados con la SST que se vinculan con la prevención de la contaminación y la liberación de sustancias peligrosas para el medio ambiente y, por lo tanto, fomentan prácticas de producción más sostenibles y responsables y reducen los riesgos ambientales. Muestra de ello es el desarrollo de un Programa de Gestión de Riesgo Químico en los lugares de trabajo y la adopción del Sistema Globalmente Armonizado (SGA) donde la identificación y comunicación de los peligros es esencial para evitar efectos adversos en la salud o al medio ambiente, promoviendo la manipulación responsable de los productos químicos para prevenir accidentes o situaciones de riesgo.
ODS 17. Alianzas para lograr objetivos: este objetivo reconoce que ningún actor, ya sea gobierno, empresa, sociedad civil u organizaciones internacionales, puede lograr por sí solo el desarrollo sostenible. Por lo tanto, se necesitan alianzas efectivas y duraderas entre los diferentes actores. En este sentido, la SST exige un trabajo coordinado y articulado entre varios actores que trabajen en pro de un mundo más sano, seguro y sostenible.
De esta manera, las empresas no solo tienen el compromiso de cumplir la legislación sino de implementar políticas y prácticas que promuevan la seguridad y la salud de sus empleados. Los trabajadores, a su vez, deben cumplir con los reglamentos de SST en sus lugares de trabajo, adoptar prácticas de autocuidado y ser parte activa en la identificación de riesgos y la implementación de medidas de prevención. Los gobiernos, por su parte, tienen la responsabilidad de establecer y hacer cumplir normas y regulaciones que garanticen condiciones de trabajo seguras y saludables. También deben promover la formación y educación para la prevención de riesgos laborales y fomentar la investigación en este campo. Finalmente, la cooperación internacional y la transferencia de conocimientos y tecnologías pueden ser fundamentales para mejorar la seguridad y la salud en el trabajo en todo el mundo. Los países y las organizaciones internacionales pueden trabajar juntos en la creación de programas de formación y capacitación para los trabajadores, el intercambio de buenas prácticas y la promoción de la investigación y la innovación en este campo.
Todo lo anterior demuestra que la SST es un eje esencial para el logro de varios de los ODS. Promueve una fuerza laboral saludable y segura, mejora la productividad y la eficiencia de las empresas y ayuda a promover prácticas de producción más sostenibles y responsables. Por lo tanto, las organizaciones deben tomar medidas efectivas para mejorar la SST y contribuir al logro de los ODS.