El segundo día del 56 Congreso de Seguridad, Salud, Trabajo y Ambiente llegó a su fin dejando grandes aprendizajes y nuevas perspectivas en todos los participantes. De mañana a tarde, fuimos testigos de conferencias magistrales e inspiradoras, análisis de casos y conexiones significativas. Los expertos compartieron su sabiduría, desafiaron nuestras ideas preconcebidas y nos motivaron a seguir buscando la excelencia en nuestras respectivas disciplinas.
En esta oportunidad estuvimos hablando de interseccionalidad de género edad y discapacidad como factores clave para la gestión integral de la SST; estrategias para construir una cultura preventiva sólida y proteger a los trabajadores de riesgos y amenazas e indicadores proactivos para evaluar el desempeño de los sistemas de gestión.
De igual manera, se llevó a cabo a cabo el conversatorio ‘¿Por qué la Seguridad, la salud y el ambiente son pilares fundamentales de la sostenibilidad?’ que contó con la participación de líderes de empresas referentes en el tema como Juan Diego Mejía, presidente de Esenttia y Santiago Mejía, gerente de Surtigas. El espacio fue moderado por Adriana Solano Luque, presidenta ejecutiva del Consejo Colombiano de Seguridad. Los invitados plantearon los factores que han llevado a sus compañías a alcanzar logros en términos de desarrollo sostenible partiendo de garantizar operaciones y actividades seguras y generar valor compartido en sus cadenas de valor.
La agenda académica continuó con charlas sobre liderazgo, excelencia en SST y pensamiento sistémico. Así mismo, considerando los nuevos desafíos que encaran las organizaciones frente al cambio climático, las nuevas tecnologías y la salud mental, se abordaron las enfermedades emergentes y otros riesgos asociados, así como las oportunidades que surgen a partir de una gestión proactiva de los mismos. Exposiciones a cargo de la OIT, Seguros Bolívar, GeoPark, Positiva y Sura, entre otras organizaciones comprometidas con la SST y la sostenibilidad enriquecieron la jornada.
El cierre de este segundo día estuvo enmarcado en el desarrollo de dos paneles con temas coyunturales para la gestión corporativa. Por un lado, un selecto grupo de abogados laborales compartió buenas prácticas legales en seguridad y salud laboral, así como criterios objetivos para aplicar la normatividad acorde con la realidad de cada organización. Este espacio contó con la moderación de Ángela Huzgame, directora de la Cámara Técnica de Riesgos de Fasecolda y la participación de los juristas Martín Sánchez, Belisario Velásquez y Germán Plazas. En seguida, se desarrolló el panel de equidad de género titulado ‘Acciones reales que impactan en la productividad organizacional a través de la equidad e igualdad de género’, liderado por Ítalo Cardona, director para los países andinos de la OIT y Adriana Solano Luque, presidenta ejecutiva del Consejo Colombianode Seguridad. Los participantes coincidieron en que la equidad de género no solo es un imperativo ético, sino también una poderosa herramienta para mejorar la productividad y el desempeño organizacional. El panel dejó claro que tomar acciones reales y comprometerse con la equidad de género no solo beneficia a las mujeres, sino que también impulsa la innovación, el talento y el éxito a largo plazo de las organizaciones.
Por su parte, el III Foro ARISE 2023 ‘Construyendo un futuro sostenible y resiliente’ finalizó con la firma de una declaración conjunta de miembros del sector privado de ARISE de las Américas y el Caribe en la que se comprometen a apoyar los objetivos y metas del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 y reconocen que el sector empresarial juega un papel esencial para su logro. La firma simbólica estuvo a cargo de Adriana Solano Luque, presidenta ejecutiva del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) y punto focal de la red Arise en Colombia junto a Nahuel Arenas, jefe ad interim de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres y Lizra Fabien miembro de la Junta directiva Global de ARISE.
La declaración incluye la adopción de cuatro principios fundamentales: 1) asignación de recursos e inversión en medidas de reducción del riesgo de desastres; 2) colaboración con gobiernos y comunidades para construir sociedades resilientes; 3) promoción de la conciencia y la educación en la reducción del riesgo de desastres; y 4) apoyo a la investigación y el desarrollo.