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Primeros auxilios en accidentes de tránsito, ¿cómo actuar correctamente?

Por Gerencia de Comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) Tan solo entre enero y junio de 2024, las víctimas de accidentes de tránsito (tanto de lesionados como de fallecidos) ascendieron a 16.000, según datos del Observatorio Nacional de Seguridad Vial. Los más afectados continúan siendo, en su orden, los usuarios de motocicletas, los usuarios de vehículo particular, los peatones y los ciclistas. Y es que encontrarse con un siniestro vial en cualquier desplazamiento, se convirtió en una triste constante: ya sea una simple colisión o un aparatoso accidente por exceso de velocidad, incumplimiento de las señales de tránsito, estado de embriaguez, fallas mecánicas o mal estado de la vía, entre otros factores, nadie es ajeno a presenciar un incidente que puede cambiar vidas en un instante. Por eso, saber cómo actuar para socorrer a las víctimas y brindarles primeros auxilios de forma adecuada y efectiva es parte de nuestra responsabilidad social y de los deberes que todos tenemos como ciudadanos. ¿Qué hacer ante la ocurrencia de un accidente de tránsito? De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) citados por el Ministerio de Transporte de Colombia (2022), una intervención adecuada en primeros auxilios en el lugar del accidente puede prevenir hasta en un 4,5 % la ocurrencia de las muertes previo o durante su traslado al hospital. Esto debido a que el 75 % de las muertes ocurre en la primera hora después del accidente y cada 10 minutos de retraso en la atención incrementan en un 6 % la probabilidad de obtener resultados negativos graves como discapacidades severas o fallecimientos. Por lo tanto, es esencial actuar con rapidez y prudencia para asegurar la seguridad de todos los involucrados y minimizar los daños. Pareciera frase de cajón, pero, como en toda emergencia, el primer paso siempre será mantener la calma, actuar con serenidad y evaluar la situación con claridad. Para ello, el Ministerio de Transporte y la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) han establecido el protocolo PAS, cuyas siglas indican el paso a paso de la acciones que deben realizar las personas que deseen auxiliar a las víctimas: ‘Proteger, Avisar y Socorrer’. “Saber cómo actuar para socorrer a las víctimas y brindarles primeros auxilios de forma adecuada y efectiva es parte de nuestra responsabilidad social». Por lo tanto, es esencial actuar con rapidez y prudencia para asegurar la seguridad de todos los involucrados y minimizar los daños. Pareciera frase de cajón, pero, como en toda emergencia, el primer paso siempre será mantener la calma, actuar con serenidad y evaluar la situación con claridad. Para ello, el Ministerio de Transporte y la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) han establecido el protocolo PAS, cuyas siglas indican el paso a paso de la acciones que deben realizar las personas que deseen auxiliar a las víctimas: ‘Proteger, Avisar y Socorrer’. Proteger Ubícate en un lugar seguro. Si eres conductor de un vehículo, estaciónate fuera de la calzada y enciende las luces de emergencia. Ponte el chaleco reflectivo si dispones de este elemento en tu kit de carreteras y ubica señales de advertencia para demarcar el área impactada. Esto ayudará a reducir la probabilidad de que ocurra otro accidente y brindará un lugar seguro, tanto para el accidentado como para quienes brinden auxilio. Así mismo, asegúrate de que en la zona no exista ningún peligro visible que te pueda poner en riesgo a ti o a las personas que requieren ayuda. Avisar Contacta a los organismos de socorro para solicitar ayuda. Si estás en una ciudad marca a la línea de emergencia local y si te encuentras en una carretera nacional comunícate con el #767. Aquí es clave que indiques tu ubicación con el mayor detalle posible señalando referencias que faciliten la llegada de los operadores encargados de atender la emergencia de acuerdo con la gravedad de la situación (ambulancia, policía de tránsito, bomberos, Defensa Civil, Cruz Roja, entre otras). Así mismo, detalla las características y cantidad de vehículos y personas involucradas, informa si hay fallecidos, heridos o personas atrapadas. y en qué estado se encuentran. También es importante que precises si existen peligros adicionales visibles en la escena como fuego, derrame de líquidos y presencia de olores fuertes o extraños. Adicionalmente, deberás proporcionar tu número telefónico para asegurarte que recibas la asistencia necesaria y seguir las instrucciones que te proporcionen. No cuelgues el teléfono sin comprobar que la información haya sido correctamente recibida por el operador de la línea de emergencia. Socorrer Acércate a la víctima y solo si tienes conocimientos en primeros auxilios, ofrece ayuda inicial acorde a tu capacidad. Asegúrate de no causar daño adicional y actúa con cuidado y calma para no empeorar la situación. Para ello, ten en cuenta las siguientes recomendaciones que proporciona la ANSV: Atención especializada Una vez lleguen los organismos de socorro, el personal de salud prestará los primeros auxilios y realizará los exámenes correspondientes a las víctimas, evaluando sus signos vitales (exploración primaria) y la gravedad de las lesiones (exploración secundaria cefalocaudal). A través del Centro Regulador de Urgencias y Emergencias, se determinará a qué Institución Prestadora de Salud (IPS) se debe trasladar al paciente según la gravedad y el tipo de lesiones, asegurando así que reciba la atención médica adecuada lo más pronto posible. Este procedimiento es crucial para aumentar las posibilidades de recuperación y minimizar las secuelas de las lesiones. Por su parte, la autoridad de tránsito se encargará de preservar el lugar de los hechos para evitar cualquier alteración que pueda afectar la investigación. Recolectará todos los elementos que puedan servir como material probatorio, incluyendo vehículos, huellas y testimonios de testigos. Este proceso es fundamental para esclarecer las causas del accidente y determinar responsabilidades, así como para implementar medidas preventivas que puedan evitar futuros incidentes similares. “En todos los casos en que exista una víctima lesionada o fallecida, la autoridad de tránsito remitirá a los conductores implicados a una prueba de embriaguez, siempre que se encuentren en condición para ello”, indica la ANSV. Referencias Observatorio

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“Gastroseguridad turística” o cómo sortear las intoxicaciones alimentarias cuando viajamos

Por José Miguel Soriano del Castillo, catedrático de Nutrición y Bromatología del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universitad de Valencia. Tomado de The Conversation. Disponible en: theconversation. com/gastroseguridadturistica-o-como-sortear-lasintoxicaciones-alimentariascuando-viajamos-228939 El pasado 23 de abril, un tiktoker y youtuber peruano llamado Óscar Curi sufrió una intoxicación alimentaria mientras viajaba por la India, lo que acarreó su ingreso hospitalario. El afectado no solo lo documentó en sus redes sociales, sino que, además, aconsejó con vehemencia no visitar ese país. Curiosamente, otro vídeo ya había revelado las malas prácticas higiénico-sanitarias del mismo manipulador del alimento siete meses antes. Aparte de señalar la falta de respeto del tiktoker por el país que le acogió cuando la situación se generó por su propia irresponsabilidad, este caso sirve para poner de relieve la importancia de tomar precauciones con la comida cuando viajamos al extranjero. Pero detengámonos primero en lo que ingirió Óscar Curi. Horas antes de la intoxicación En uno de los vídeos que subió a las redes sociales, puede verse al influencer recorriendo la ciudad de Benarés, a orillas del río Ganges. En un puesto prueba “kachori”, un pastel relleno, picante y frito. Se prepara con harina de trigo o garbanzo a la que se añade una mezcla especiada. Cuando se lo lleva a la boca, nuestro protagonista descubre con sorpresa que está vacío y llega a tachar la especialidad local de «pan aceitoso y hueco». En realidad, suele rellenarse de lentejas, garbanzos, especias y, a veces, patatas u otros ingredientes. Al morder en una esquina, el consumidor puede introducir los ingredientes incluidos en el plato. El siguiente vídeo fue grabado en el hospital. De haberse informado, podría haber disfrutado de un buen “kachori” en excelentes puestos callejeros de Benarés, como el Chachi Ki Kachori o el Ram Bhandar. Al menos, Óscar Curi podría haber aprovechado su influencia para que sus seguidores se concienticen de la necesidad de informarse sobre la seguridad alimentaria antes de viajar. Eso es lo que intentaremos hacer en este artículo. ¿Qué es la gastroseguridad turística? El concepto “gastroseguridad turística” fue acuñado por nuestro grupo de investigación cuando llevó a cabo un análisis alimentario de puestos callejeros en Egipto a través del Observatorio de Nutrición y Seguridad Alimentaria para el Mundo en Desarrollo, institución perteneciente a la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Valencia. El estudio permitió crear una sede del Observatorio en El Cairo (Egipto). Desde allí se realizaron inspecciones higiénico-sanitarias de manipuladores de alimentos, así como de los sánduches y otros productos que elaboraban. Aplicar la gastroseguridad turística implica educar a las personas que viajan a otros países sobre los posibles riesgos de los alimentos que van a consumir allí y enseñarles estrategias para evitarlos. No debemos olvidar que los puestos de comida callejeros son los lugares más propicios para las intoxicaciones y toxiinfecciones alimentarias. Si Óscar Curi hubiera conocido esta disciplina, habría sabido, entre otras cosas, que las bacterias Staphylococcus aureus, Escherichia coli, Salmonella spp. o Bacillus cereus han sido detectadas en el “kachori” elaborado en varios puestos de la India. “ Aplicar la gastroseguridad turística implica educar a las personas que viajan a otros países sobre los posibles riesgos de los alimentos que van a consumir allí y enseñarles estrategias para evitarlos». Decálogo del turista prevenido “ Siguiendo estos consejos, los turistas pueden disfrutar de la rica y variada oferta de comida callejera en cualquier país de manera más segura y satisfactoria». Siguiendo estos consejos, los turistas pueden disfrutar de la rica y variada oferta de comida callejera en cualquier país de manera más segura y satisfactoria. Una norma fundamental es informarnos de la seguridad alimentaria antes de viajar y, sobre todo, respetar a sus habitantes y a su cultura. Como dice un proverbio hindú, “el corazón en paz ve una fiesta en todas las aldeas”.

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El método Tellington y otros trucos para que tu mascota no sufra con el ruido de la pólvora

Texto tomado y adaptado de: Alcaldía de Bogotá Consulta la versión original del artículo en: bogota.gov.co/mi-ciudad/ ambiente/como-evitar-quetu-perro-o-gato-se-asustencon-ruido-de-la-polvora En la época de Navidad, muchos animales sufren por los fuertes sonidos que causa la pólvora, tanto la fauna silvestre, como perros y gatos que conviven con sus cuidadores en casas de familia y, en especial, los animales en condición de calle. Por ello, el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA) brinda algunas recomendaciones para que cuides a tus animales de los estruendos de la pólvora y puedas vivir unas festividades en paz y tranquilidad junto a tu mascota. Efectos del sonido de la pólvora en los animales domésticos Mientras que muchas personas disfrutan los fuegos pirotécnicos que se utilizan en las fiestas navideñas, hay quienes sufren con el efecto que producen estos artefactos por padecer de trastornos como, por ejemplo, autismo o Asperger. Así mismo, para quienes tienen alta sensibilidad al sonido, el ruido intenso y los destellos pueden resultar extremadamente perturbadores y generar episodios de ansiedad o estrés. Esto mismo sucede con los animales, ya que tienen una sensibilidad auditiva más aguda que los humanos según indica el IDPYBA Incluso, el ruido de la pólvora, en algunos animales, puede desencadenar consecuencias en la salud negativas como pánico, ansiedad, náuseas, taquicardia, infartos, desorientación, aturdimiento, abortos y, en casos extremos, provocar la muerte. Daniela Bernal, bióloga del equipo de Cultura Ciudadana y Educación del IDPYBA, afirma que «cuando los animales sienten el estruendo de la pólvora, perciben como si se tratara de una explosión ya que no comprenden lo que está sucediendo y lo perciben como si fuera una amenaza, lo que desencadena el aumento de frecuencias cardiacas que genera estrés o, inclusive, producirles la muerte». El IDPYBA señala, además, que el estrés causado por la pólvora provoca cambios en el comportamiento de los animales domésticos. Bajo estos efectos, pueden morder objetos, intentar escapar o buscar desesperadamente un lugar donde esconderse, acciones y cambios en el carácter que aumentan el riesgo de sufrir accidentes, atropellamientos, desorientación o extravíos. ¿Cómo puedo proteger a mi animal de compañía de los sonidos de la pólvora en esta Navidad? El Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA), nos da algunas recomendaciones para que los perros y gatos domésticos no sufran con los sonidos de la pólvora en época navideña: En casa: 1. Mantén las puertas y ventanas cerradas para reducir el ruido de la pirotecnia y evitar que las mascotas escapen como reacción al miedo producido por las detonaciones. 2. Aplica el ‘Método Tellington’: consiste en ubicar una tela o bufanda en el torso del animal para simular un abrazo. Esto estimulará la circulación de su sangre en el cuerpo y así se liberarán las tensiones. En la figura 1 te mostramos la manera correcta de aplicar esta técnica. 3. Permítele a tu mascota contar con un lugar de resguardo dentro de tu vivienda. Procura no dejarla sola, tu compañía le ayudará a sentirse más segura. 4. Intenta poner música de relajación a alto volumen (asegúrate de que sea una melodía sin percusiones) para intentar opacar el ruido de la pólvora. Busca en internet o en proveedores digitales opciones de música relajante para animales y encontrarás gran variedad apta para perros y gatos. 5. Dale un paseo a tus mascotas, especialmente, si son de raza canica para que hagan ejercicio y puedan descargar energía. De esta manera, cuando escuchen las explosiones de la pólvora se sentirán más relajadas. Para los gatos, lo recomendable es ponerles una manta o juguete en su lugar de refugio, para que con el olor de este recuerden que ellos están seguros y a salvo. 6. Si tu perro o gato se esconde al escuchar la pólvora, es mejor dejarlo tranquilo y evitar sacarlo de su escondite. Forzarlo a salir solo aumentaría su nivel de estrés. En dicho caso, asegúrate de permanecer cerca para brindarle calma y apoyo, sin invadir su espacio. 7. Si tu animal de compañía se pone ansioso no lo regañes ni lo encierres. Anímalo a jugar y proporciónale sus juguetes preferidos, así lograrás distraerlo. No es recomendable abrazarlo o llenarlo de caricias en esos momentos, ya que esto podría reforzar su reacción de miedo y necesidad de protección. Lo ideal es brindarle calma a través de actividades que desvíen su atención y le den seguridad sin exagerar las muestras de afecto. 8. Si sales en la noche, lleva a tu animal de compañía con collar, correa y placa con sus datos ya que es muy difícil predecir cómo reaccionará en caso de que se presenten ruidos de pólvora. Si lo mantienes bien sujetado evitarás un accidente claramente prevenible. 9. Evita transitar por zonas con altos niveles de ruido, como música, o en lugares con aglomeración de personas, esto puede aumenta el estrés en ellos, y predisponerlos a estímulos más fuertes como la pólvora. La fauna silvestre también sufre con los efectos de la pólvora Los animales domésticos no son los únicos que sufren por el uso de pólvora y fuegos pirotécnicos en las festividades. La fauna silvestre también se ve afectada pues está mucho más expuesta al ruido, las partículas y los gases tóxicos que desprende la pirotécnica. Los animales silvestres pueden sufrir taquicardia, lesiones en su salud e, inclusive, infartos. Por ejemplo, «las aves terminan desplazándose durante largo tiempo a otros sitios lo cual genera la desubicación y se pierden, por consiguiente, las crías quedan abandonadas y mueren», explica la bióloga Daniela Bernal. Por otro lado, las aves migratorias también se ven gravemente afectadas por los sonidos de la pólvora, que les impide descansar adecuadamente. Esto es especialmente perjudicial, ya que después de recorrer grandes distancias necesitan recuperar fuerzas. La falta de descanso interrumpe sus patrones de migración, afecta su salud y puede incluso desorientarlas, lo que aumenta el agotamiento y, como consecuencia, el riesgo de padecer accidentes. Los pequeños mamíferos, como roedores y murciélagos, suelen experimentar un aumento acelerado en su frecuencia cardiaca debido a su tamaño y la sensibilidad de su sistema

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Ideas para celebrar una Navidad (y un año nuevo) sostenible

Por Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Comunicadora social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad / Líder de comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) Se acerca diciembre. Mes de reuniones familiares, novenas de aguinaldos, Navidad y fiestas de fin de año. Un mes que es sinónimo de compartir con los seres queridos y de poner en práctica la bondad y la generosidad: dar y recibir parece ser la fórmula especial de la temporada. Pero el espíritu navideño también suele tener un sabor amargo, al menos para el planeta. La época favorece un mayor consumo de bienes y servicios, las compras se disparan y con ellas nuestra huella ambiental. Para hacernos una idea del impacto que la Navidad genera sobre el medio ambiente, la ONU (2018) estima que, en algunos países, la producción de residuos plásticos aumenta entre un 25 y un 30 % durante diciembre, debido a los envoltorios de los regalos, las tarjetas, los embalajes de alimentos, el uso de vasos, platos y cubiertos desechables y los juguetes y adornos navideños que terminan en los basureros. A esto hay que sumarle las cientos de toneladas de comida que se desperdician anualmente durante estas fechas. “En algunas zonas del mundo, estas fiestas se han convertido en sinónimo de comer en exceso y, frecuentemente, en desperdicio de alimentos”, advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2020). A su vez, un estudio realizado en 2020 por la iniciativa Too Good To Go (un movimiento internacional contra el desperdicio de alimentos) en colaboración con la Fundación Ebro Foods, de España, evidenció que mantener los típicos excesos propios de las fiestas decembrinas conlleva a que un 20 % de la comida que se prepara acabe en la basura siendo la cena de Nochebuena la que más sobras genera. Ni qué decir del consumo eléctrico. Tan solo en Colombia, la firma Raddar, experta en conocimiento y análisis sobre el comportamiento del consumidor, ha desarrollado investigaciones que demuestran que en diciembre el consumo de energía en el país se incrementa hasta en un 22 % por cuenta de la iluminación navideña. La misma firma ha encontrado que los gastos de los hogares colombianos en el último mes del año registran un aumento considerable en comparación con el periodo enero-noviembre debido a la llamada “canasta de Navidad”, que incluye gastos en regalos, celebraciones, cenas, licores y turismo. En este sentido, los indicadores señalan que, en promedio, los hogares colombianos gastaron 20,8 billones de pesos para celebrar la Navidad en 2020, lo que significa un promedio de 1’356.527 pesos por hogar y cerca de 445.000 por persona. Esto, pese a la contracción económica generada por la pandemia. Más allá del impacto al bolsillo hay que analizar el efecto que estas compras navideñas generarán a corto, mediano y largo plazo: miles de prendas de vestir y accesorios, adornos, juguetes y residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) que terminarán en botaderos porque fueron reemplazados o sencillamente porque ya no son útiles o no gustan tanto como cuando fueron adquiridos. Considerando lo anterior, vale la pena apostar por una Navidad más responsable y sostenible, una celebración en la que la esencia se mantenga, pero se modifiquen algunos hábitos y costumbres que le pasan factura al planeta. Ese sería, al final, el mejor regalo que le podemos dar este año a nuestro hogar común. Decoración consciente Reciclar está de moda y es absolutamente necesario, ¿por qué no hacerlo con la decoración navideña? No se requiere renovarla año tras año. Basta algo de creatividad para que los mismos adornos luzcan diferentes en cada ocasión. Por ejemplo, ¿sabías que los árboles de Navidad sintéticos pueden usarse hasta por 12 años? A la hora de comprar la decoración elige artículos durables que puedas reutilizar en cada Navidad. Prefiere aquellos elaborados con maderas certificadas, barro, cerámica y materiales que se puedan reciclar o biodegradar al final de su vida útil. También puedes elaborar tus propios adornos con materiales reciclables. En internet existe toda una variedad de tutoriales para crear manualidades a partir de corchos, residuos de madera, envases plásticos, frutos secos, telas, etc. En cuanto a la iluminación, lo ideal es elegir bombillas ahorradoras y versiones que incorporan paneles solares. A ello hay que sumarle un uso responsable de las mismas, como evitar dejarlas encendidas por largos periodos de tiempo o toda la noche. Así mismo, es importante no sobrecargar árboles, ventanales y fachadas ya que estos consumos desmedidos son los responsables del incremento de la huella de carbono. Si los adornos eléctricos requieren pilas para su funcionamiento, es preferible optar por aquellos cuyas baterías sean recargables y usarlos con mesura. Al momento de armar pesebres se recomienda evitar el uso de biodiversidad nativa como musgo, heno y otras plantas, cuya extracción de sus ecosistemas termina afectando el ciclo natural de los mismos. Tip extra: Planifica tus compras e intenta realizarlas con anterioridad. Algunos estudios demuestran que las compras impulsivas, de última hora, le salen caras al bolsillo y al medio ambiente. Obsequios “eco-friendly” (aplica para Navidad, reyes magos y cumpleaños) Si de detalles se trata, nada mejor que regalar una experiencia. Una caminata ecológica, un plan para descubrir una reserva natural, un paseo por una finca agroturística, un bono para sembrar un árbol, son algunas opciones que no solo pueden caerle muy bien al destinatario del regalo sino también a las comunidades locales que los ofrecen. Si el obsequio es físico, en primer lugar, piensa muy bien en la utilidad que se le dará al mismo y en los gustos del receptor. No regales por regalar porque, seguramente, terminará en la basura. Elige productos de marcas sostenibles y responsables con el medioambiente o apoya emprendedores, artesanos y comercios locales. Recuerda que las compras internacionales, que viajan miles de kilómetros para llegar a su destino, tienen una huella de carbono muchísimo más alta. Intenta que los productos no contengan elementos contaminantes o cuyo porcentaje de plástico, por ejemplo, sea mínimo. En

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El trabajo decente, la apuesta actual y futura por la sostenibilidad

Por Jacqueline  Mesa / Gerente técnica del CCS Ingeniera forestal / Especialista en Gestión Medioambiental / Magíster en Salud y Seguridad en el Trabajo Cómo citar este artículo: Mesa J. ( 2024). El trabajo decente, la apuesta actual y futura por la sostenibilidad. Protección & Seguridad No. 416 (julio – agosto 2024), ( 416), 16- 19. https://ccs.org.co/portfolio/etrabajo-decente-apuesta-actual-futura-sostenibilidad-crecimiento-economico/ Hoy en día, el concepto de «trabajo decente» se menciona con mayor frecuencia, especialmente en el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular, del número 8 que tiene como fin «promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos». Sin embargo, esta búsqueda no es nueva; ha sido uno de los mayores retos para los gobiernos, las empresas y las personas en general en su esfuerzo por construir una sociedad más justa y equitativa. En este sentido y antes de profundizar en el tema, es necesario retomar la definición de trabajo decente según Levaggi (2004): “Es un concepto que busca expresar lo que debería ser, en el mundo globalizado, un buen trabajo o un H empleo digno. El trabajo que dignifica y permite el desarrollo de las propias capacidades no es cualquier trabajo; no es decente el trabajo que se realiza sin respeto a los principios y derechos laborales fundamentales, ni el que no permite un ingreso justo y proporcional al esfuerzo realizado, sin discriminación de género o de cualquier otro tipo, ni el que se lleva a cabo sin protección social, ni aquel que excluye el diálogo social y el tripartismo”. Tomando como base esta definición, quizá, es necesario que la sociedad actual se replanteé si el desarrollo económico y social está aportando de manera significativa a la creación de empleos (y trabajos) que logren dignificar y permitan el desarrollo de las personas. Además, es crucial cuestionarse si, efectivamente, se están cumpliendo los cuatro objetivos estratégicos que propuso Juan Samavia, primer director de la OIT en 1999 y que corresponden a los derechos en el trabajo, a las oportunidades de empleo, a la protección y al diálogo social. Así mismo, si se está aportando a metas transversales como la inclusión social, la erradicación de la pobreza, el fortalecimiento de la democracia, el desarrollo integral y la realización personal. Es crucial, por lo tanto, que las organizaciones públicas y privadas, así como los gobiernos identifiquen las características clave del trabajo decente y se cuestionen si los empleos que generan cumplen con este estándar. A continuación, se presentan los cuatro principales componentes del trabajo decente (aunque no son los únicos): En este aspecto las organizaciones y empleadores deben abordar dos elementos que, a su vez, deben ser compatibles: asegurar la generación de productividad y que el empleo generado sea de calidad. Al referirse a trabajo productivo se hace mención a aquel que produce valor al generar productos o servicios y que asegura estándares de ingresos y protección social para los/as trabajadores/as (Atlahua et al., 2023). Por otro lado, el empleo de calidad, de acuerdo con algunas características del índice de calidad del empleo, se puede medir por cuatro dimensiones: 1) calidad intrínseca del trabajo (incluye variables como la cualificación, la autonomía y el apoyo social); 2) calidad del empleo el cual debe asegurar estabilidad laboral y oportunidades de desarrollo profesional); 3) riesgos laborales (dimensión orientada a la reducción de la exposición a peligros y riesgos en el trabajo): y 4) tiempo de trabajo y conciliación vida/ trabajo (cuyas variables principales se refieren a la duración de la jornada, el horario y la intensidad de la labor), entre otras (Muñoz de Bustillo & Fernández Macías, 2021). Teniendo en cuenta lo anterior, las organizaciones deben enfocarse en generar empleo productivo y de calidad como un medio para asegurar una fuerza de trabajo satisfecha, lo que, a su vez, fomenta altos niveles de productividad en los entornos laborales. Este enfoque crea un círculo virtuoso que garantiza la continuidad de los negocios y, por ende, la posibilidad de generar mejores empleos en el futuro. 2. Protección social Instrumentos de protección social como el seguro social¹, la asistencia social y los programas de trabajo e inclusión económica ayudan a las personas, especialmente a las poblaciones más vulnerables, a encontrar mejores empleos. La protección social que debe garantizar el empleador, al incluir a sus trabajadores en los sistemas establecidos por los países, impulsa el crecimiento y brinda al trabajador la tranquilidad de acceder a los servicios asociados. Asimismo, la protección social permite al trabajador acceder a un ingreso digno en caso de enfermedad o incapacidad, sin que esto comprometa su calidad de vida ni la de su familia. En la vejez, garantiza que el trabajador siga recibiendo ingresos y accediendo a servicios de seguridad social cuando su capacidad física disminuye debido a la edad. Además, en caso de fallecimiento, asegura que su familia pueda mantener un ingreso, proporcionando estabilidad y apoyo económico en momentos críticos. Adicionalmente, les permite a los trabajadores mejorar la productividad e invertir en la salud y la educación de sus hijos, proporciona seguridad alimentaria y protege a la población de edad avanzada. La protección social puede tener un impacto transformador en la vida de los más pobres y vulnerables al proporcionar una ayuda vital a miles de millones de habitantes durante las crisis, impulsar el capital humano de las próximas generaciones y empoderar a las personas que se encuentran marginadas (Banco Mundial, 2024). La seguridad social representa uno de los mayores retos del trabajo decente si se consideran las cifras del Banco Mundial (2024) que indican que la proporción de la población mundial en edad de trabajar ha alcanzado su nivel máximo y que el envejecimiento global está en aumento. En tan solo tres décadas, uno de cada cuatro residentes de Europa, América del Norte y Asia tendrá más de 65 años. Durante el mismo período, más de un tercio de los jóvenes del mundo de entre 15 y 24 años vivirán en África. Entre tanto, la población mundial en edad de trabajar

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Pasos y claves para integrar la sostenibilidad a las cadenas de suministro¹

Por Lizeth Salamanca / Líder de Comunicaciones del CCS / Comunicadora social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad Cómo citar este artículo: Salamanca L. ( 2024). Pasos y claves para integrar la sostenibilidad a las cadenas de suministro. Protección & Seguridad No. 414 (marzo – abril 2024), ( 414), 17- 24. https://ccs.org.co/portfolio/integrar-sostenibilidad-cadenas-suministro-competitividad-sostenibilidad/ Dime cómo compras o cómo contratas y te diré qué tan sostenible eres”. La premisa cobra cada vez mayor relevancia cuando se trata de abordar los desafíos y oportunidades que surgen en la gestión de proveedores y actividades de abastecimiento y que pone a prueba la capacidad de respuesta y proactividad de las organizaciones. De hecho, el control de la cadena de suministro se ha convertido en una actividad clave de la administración empresarial ya que en ella “se juega gran parte de su competitividad y de la sostenibilidad de su modelo de negocio” como lo indica Fernando Passarelli, coordinador del programa ‘Valor RSE + Competitividad’². Acorde con su experiencia, Passarelli indica que es justamente en los momentos transaccionales que el valor de una organización se crea o se destruye. Algunas de las razones que explican este fenómeno, según Fernando Varela, codirector de LEAD Sostenibilidad, tienen que ver con los riesgos ambientales y sociales que afectan a los proveedores y que, tarde o temprano, si no se abordan adecuadamente, terminan provocando disrupciones en la cadena de abastecimiento y, en consecuencia, interrupciones al negocio y afectaciones a la imagen y legitimidad de las empresas ancla. Pero también hay un convencimiento cada vez más arraigado y respaldado por evidencia de que el mejor aliado para descarbonizar una compañía, dar pasos significativos en el uso racional de recursos, conseguir eficiencias en el aprovechamiento de materias primas o alcanzar mayores niveles de innovación es la cadena de suministro. Así mismo, hoy por hoy, existe una creciente legislación y marcos regulatorios en cuanto a la responsabilidad que atañe a las empresas frente a la gestión de su clúster de servicios aguas arriba (en el aprovisionamiento) o aguas abajo (en la distribución): por un lado, se les exige que tengan un comportamiento ético y proactivo en la contratación y el relacionamiento con sus proveedores y contratistas, así como un proceso exhaustivo para identificar, controlar y mitigar impactos, especialmente, en lo que tiene que ver con los derechos humanos y laborales (lo que se denomina «debida diligencia»). Por otro lado, se les insta —cada vez de forma más obligatoria— a adoptar una mayor transparencia en el reporte y divulgación frente a lo que hacen y cómo lo hacen. A esto se suman, según lo advierte Varela, las demandas de los consumidores y de la sociedad en general, que exigen una mayor implicación de las empresas en este ámbito. Surge entonces la pregunta acerca de ¿cómo gestionar de forma sostenible las cadenas de suministro? y, sobre todo, ¿cómo hacerlas más resilientes y generadoras de oportunidades para las empresas? Competitividad y sostenibilidad en la práctica: iniciativas y aprendizajes de Cerro Matoso Elkin Rey Líder en Seguridad & Riesgos Cerro Matoso ¿Cuál es la importancia de que las grandes compañías jalonen y fortalezcan a sus cadenas de suministro en términos de competitividad y sostenibilidad? En un entorno cambiante, globalizado y exigente como el que enfrentamos en la actualidad, resulta crucial impulsar cadenas de suministros enfocadas en la competitividad y la excelencia como un aspecto fundamental para alcanzar el éxito y perdurar en el tiempo. Desde la visión de Cerro Matoso, se considera que estos elementos son fundamentales para lograr: 1. Eficiencia operativa: una cadena de suministro bien gestionada puede mejorar la eficiencia en la producción y distribución de bienes y servicios. 2. Gestión de riesgos: una cadena de suministro robusta es capaz de adaptarse a cambios inesperados en el entorno empresarial. Esto resulta especialmente importante para garantizar la continuidad del negocio y minimizar los riesgos operativos. 3. Sostenibilidad: la gestión responsable de la cadena de suministro implica considerar el impacto de las operaciones en la seguridad, el medio ambiente, la sociedad y la economía. 4. Innovación: la colaboración estrecha con los proveedores y otros socios de la cadena de suministro puede fomentar la innovación y el desarrollo de nuevos productos y servicios. Al compartir conocimientos y recursos, las organizaciones pueden identificar oportunidades de mejora y crear soluciones innovadoras que las diferencien en el mercado. ¿Qué iniciativas o buenas prácticas desarrolla Cerro Matoso para impulsar la sostenibilidad en su cadena de suministro?, ¿qué programas o acciones desarrollan con sus empresas contratistas? Cerro Matoso ha implementado distintas iniciativas y buenas prácticas para impulsar la sostenibilidad en su cadena de suministro. Algunas de estas acciones incluyen: • Gestión de riesgos materiales: la supervisión en línea es la responsable de identificar, analizar, controlar, evaluar y reportar los riesgos del negocio, incluidas todas las etapas de la cadena de suministro. Esto facilita la gestión de controles necesarios para lograr resultados efectivos y garantizar que los trabajadores empleados y contratistas regresen a casa vivos, sanos y salvos. • Promoción de compras locales: el plan de compras locales es la estrategia diseñada para mejorar el desarrollo socioeconómico de la región a través de la adquisición de bienes y servicios. El objetivo es consolidar y potencializar las actividades en este ámbito, así como desafiar la productividad de los proveedores en el área de influencia de la operación. • Diseño e implementación de un Sistema de Gestión de Contratistas y Compras Locales: un proceso que detalla la duración de la relación de una empresa contratista con nuestra organización, abarcando desde la definición del alcance de trabajo y la selección del proveedor, hasta la movilización de los trabajadores, la planificación y ejecución de las tareas, y finalmente, el cierre del contrato. Cada una de estas etapas se gestiona como un punto de control, con su correspondiente sistema de verificación obligatorio. • Metodología de reporte de comportamiento ECO 24/7: para la gestión de los peligros y riesgos, implementamos el proceso ECO 24/7 desarrollado para identificar los comportamientos seguros y a riesgo de todos los trabajadores (empleados

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La mujer trabajadora en estado de gestación, una oportunidad para mejorar la gestión de los riesgos ocupacionales

Por Luis  López / Médico cirujano / Especialista en Salud Ocupacional / Magíster en Seguridad y Salud en el Trabajo con énfasis en Ergonomía Cómo citar este artículo: López L. ( 2024). La mujer trabajadora en estado de gestación, una oportunidad para mejorar la gestión de los riesgos ocupacionales. Protección & Seguridad No. 414 (marzo – abril 2024), ( 414), 56- 60. https://ccs.org.co/portfolio/mujer_trabajadora_estado_gestacion/ El trabajo es un reconocido determinante social de la salud (DSS) que permite a las personas mejorar su calidad de vida, sus ingresos económicos y el acceso a servicios sociales esenciales lo que impacta positivamente en su bienestar físico y mental. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los DSS como las circunstancias en las cuales las personas nacen, crecen, trabajan, viven y envejecen, así como el conjunto de fuerzas y sistemas (políticos, laborales, sociales y económicos) que influyen sobre la vida cotidiana (Urbina Fuentes & González Block, 2012). A pesar de la positiva influencia del trabajo en la salud, la existencia de contaminantes físicos, químicos y biológicos, así como las condiciones de carga física y mental presentes en todos los ambientes de trabajo conduce a circunstancias de exposición que pueden afectar la salud de los trabajadores. Esto adquiere especial importancia cuando la organización cuenta con trabajadoras en estado de embarazo ya que el feto es inmaduro y mucho más sensible a los riesgos ocupacionales (Marrero Santos et al., 2015). Esta particularidad insta a revisar la exposición de la mujer trabajadora a contaminantes y condiciones riesgosas que pueden repercutir en la salud de la diada madre-hijo. Los empleadores en Colombia están obligados a identificar los peligros, así como a evaluar y a controlar los riesgos ocupacionales presentes en los centros de trabajo (Decreto 1072 de 2015). Sin embargo, la evaluación específica de la exposición ocupacional en mujeres en estado de gestación no se encuentra en el marco jurídico mientras que los principios de la ética han limitado los estudios que abordan a las trabajadoras en esta condición (Sáenz et al., 2017). Sin duda esta particularidad representa un reto para las organizaciones, pero invita a crear Entornos Laborales Saludables (ELS) que incluyan la gestación en sus panoramas de exposición como una variable crucial. De esta forma, ante la notificación de una trabajadora en estado de embarazo, se deberán adoptar medidas de control de forma preventiva y no reactiva con el fin de iniciar su respectivo seguimiento y control por la ruta integral de atención materno-perinatal. Gestión de los riesgos ocupacionales en las trabajadoras gestantes Muchos peligros ocupacionales pueden afectar directamente el embarazo y causar teratogenicidad. Los teratógenos son agentes que causan alteraciones irreversibles en el crecimiento, la estructura o la función del embrión o el feto en desarrollo (Morgan-Ortiz et al., 2016). El daño que causan los contaminantes físicos y químicos durante la gestación es bastante conocido: teratogenicidad por exposición a radiaciones ionizantes y sustancias químicas, hipoacusia fetal y materna por ruido y amenaza de aborto por vibraciones de cuerpo entero son algunos ejemplos de peligros ocupacionales lesivos en el embarazo (Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo [INSHT], 2011). Los contaminantes biológicos también pueden afectar la gestación. A este grupo pertenecen el citomegalovirus, la varicela y el virus de la hepatitis B presentes en el sector salud, así como el toxoplasma gondii, agente causal de la toxoplasmosis, que afecta a quienes laboran en el sector veterinario, ganadero y agrícola. Sin embargo, hay otros peligros para esta población trabajadora específica que se encuentran subestimados en las organizaciones. Tal es el caso de las condiciones de seguridad (superficies, impactos, caídas, desnivel, herramientas), la carga física (manipulación de cargas, esfuerzo físico, postura prolongada, movimientos repetitivos) y la carga mental (trabajo nocturno, horas extras, estrés laboral). Por ejemplo, las mujeres que trabajan prolongadamente de pie y aquellas que se desempeñan en turnos nocturnos, tienen mayor riesgo de tener hijos con bajo peso al nacer (inferior a 2500 gramos) y partos prematuros (antes de las 37 semanas de gestación) (Martínez et al., 2017). Es fundamental que el profesional de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) que realice la evaluación de los riesgos ocupacionales en la empresa tenga en cuenta que los riesgos pueden ser mayores en las mujeres embarazadas y decida la implementación de controles dirigidos a esta población. En este sentido, cuando las organizaciones tienen trabajadoras en estado de embarazo, la gestión de los riesgos ocupacionales requiere la participación de varias disciplinas (profesionales en SST, ergónomos, psicólogos, médicos obstetras, médicos ocupacionales, entre otros) que articulen conocimientos según el área de experticia para desarrollar estrategias efectivas de gestión de los riesgos para el embarazo y garantizar que la mujer gestante trabaje en condiciones de seguridad. Además, se recomienda la participación de los diferentes niveles jerárquicos de la organización (supervisores, mandos medios y gerentes) para facilitar la adopción de estas medidas que protegen el embarazo. A continuación, se recomienda una secuencia de acciones para la gestión de riesgos ocupacionales en el contexto de trabajadoras gestantes (ver figura 1): 1. Individualizar los casos. Cada mujer embarazada tiene características particulares de salud y cada cargo tiene particularidades de exposición, razón por la cual la toma de decisiones sobre el manejo de la gestante no debe seguir un protocolo estandarizado aplicable a todas las trabajadoras en dicha condición, sino un conjunto de medidas que respondan a la realidad ocupacional de cada caso. 2. Evaluar los puestos de trabajo donde se emplean mujeres en edad fértil y en estado de embarazo. La notificación del estado de gestación debe desencadenar una serie de acciones que comienzan en los controles duros de la exposición, como la eliminación/sustitución del riesgo para la salud materno-perinatal (reemplazo de sustancias químicas teratógenas) o la ejecución de controles de ingeniería (aislamiento de fuentes de radiación o ruido, sistemas de ventilación según el riesgo químico e implementación de cabinas de seguridad biológica). Además, el empleador debe adoptar controles administrativos para disminuir la exposición (como el ajuste del tiempo de trabajo al eliminar horas extras e implementar rotación de tareas o de

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Trabajar ‘en cadena’ para elevar la productividad y la competitividad de las mipymes colombianas

Por Aurelio Mejía / Gerente general de Colombia Productiva / Economista de la Universidad de Antioquia / Especialista en Gobierno, Gerencia y Asuntos Públicos de la Universidad Externado de Colombia / Magíster en Economía de la Salud de la Universidad de York. Colaboradores Giovanny Serrano¹,Jennifer Pineda²,Nathalia Córdoba³,Miguel Pire4,Camilo Torres5y José David Piñeros6 Cómo citar este artículo: Mejía A. ( 2024). Trabajar ‘en cadena’ para elevar la productividad y la competitividad de las mipymes colombianas. Protección & Seguridad No. 414 (marzo – abril 2024), ( 414), 30- 33. https://ccs.org.co/portfolio/trabajar-cadena-productividad-competitividad-mipymes-colombianas/ En Colombia, a pesar de que las micro, pequeñas y medianas empresas desempeñan un papel fundamental al generar el 67 % del empleo, su contribución al Producto Interno Bruto (PIB) se sitúa en un 28 %7. Este porcentaje se ubica por debajo del aporte promedio de las mipymes de los países pertenecientes a la OCDE que alcanza el 50 % y y también queda rezagado con respecto a algunos países de la región tales como Brasil (60 %), Chile (49 %) y México (46 %). Un camino para que las mipymes del país aumenten su contribución al PIB consiste en elevar su productividad, calidad y competitividad. Esto puede lograrse mediante el fortalecimiento de sus capacidades para trabajar en cadena con otras empresas de sus sectores e industrias, dentro y fuera del país. No obstante, este proceso solo será factible si los productos y servicios que las mipymes ofrecen son de alta calidad y poseen un nivel de sofisticación y especialización que cumpla con los estándares requeridos por las empresas ancla, sean estas nacionales, internacionales o del Estado. Sin embargo, la falta de coordinación y vínculos entre empresas —que restringe la capacidad para generar economías de escala— también reduce las oportunidades de las mipymes de encadenarse con nuevos compradores, impide la transmisión de avances tecnológicos y afecta el desarrollo de bienes y servicios más sofisticados, reduciendo así su capacidad competitiva. Así, cuando una mipyme logra un encadenamiento o una conexión efectiva en una cadena de suministro, este logro no es otra cosa que el resultado de un proceso de mejora interna, de una puesta a punto para convertirse en una proveedora idónea que cumple las condiciones y requerimientos del mercado. Es decir, que ha alcanzado procesos con altos niveles de productividad y calidad, una eficiente capacidad de producción y de respuesta al cliente, un óptimo y consciente uso de los recursos, materias primas y capacidad logística, así como una oferta con valor agregado. En este sentido, el fortalecimiento de cadenas de suministro puede generar beneficios microeconómicos como mejoras en la productividad gracias a una mayor innovación de procesos y productos, aumento del empleo y de puestos de trabajo de mayor calidad, fortalecimiento de los eslabonamientos productivos —hacia atrás y adelante—, mayor participación de las micro y pequeñas empresas de bienes y servicios, así como el aumento de la capacidad exportadora de las empresas locales y su consiguiente inserción en cadenas globales. Un mercado lleno de oportunidades Pero, más allá de estos beneficios, ¿qué pueden lograr las empresas al ser mejores proveedoras y tener encadenamientos efectivos con empresas ancla (nacionales, extranjeras y del Estado) y al insertarse en cadenas de valor? Las cifras sobre oportunidades de mercado son muy dicientes. De acuerdo con un análisis realizado por Colombia Productiva8 sobre el porcentaje del consumo de materias primas, materiales y empaques en el Total del Consumo Intermedio9 (y que tuvo en cuenta las cifras de la Encuesta Anual Manufacturera del DANE para 2022), el 75 % del consumo de las materias primas, materiales y empaques totales son adquiridos en la industria nacional. Este porcentaje varía dependiendo de la actividad de las empresas proveedoras. Por ejemplo, en el sector agroindustrial (donde se analizaron 21 clases industriales de consumo intermedio) se efectúan compras por un total de 64 billones de pesos en bienes y servicios esenciales para la producción. De este monto, el 91 %, es decir, 58 billones de pesos, corresponde a materias primas, materiales y empaques. A ello se suma que el 86 % de estos se adquirieron en el país por una suma que asciende a los 49 billones de pesos. Entre los sectores manufactureros (89 clases industriales analizadas) se encontró un consumo intermedio de 146 billones de pesos, de los cuales, 129 billones (el 88 %) corresponde a materias primas, materiales y empaques. De estos, el 70 % ($93 billones) fue comprado en el país. Ahora bien, si se pone el foco en las compras que realizan las empresas del Estado, se obtiene que, a diciembre de 2022 y según cifras de Colombia Compra Eficiente, el monto de contratación en Colombia alcanzó los 163 billones de pesos, cifra cercana a 11,1 % del PIB. De este monto contratado, 63 billones de pesos se destinaron a contratación directa, 42 billones a contratación especial y 52 billones correspondieron a recursos contratados a través de esquemas de competencia. La participación de las mipymes en las compras públicas fue superior al 85 %. Una estrategia para fortalecer las cadenas de suministro inclusivas y sostenibles De acuerdo con el Conpes 4129 de 2023 de la Política de Reindustrialización que lidera el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y de la cual Colombia Productiva es uno de los ejecutores, “la falta de encadenamientos impide la generación de riqueza de manera inclusiva y un uso más productivo del capital, las capacidades humanas, la infraestructura y la tecnología”. Dicho Conpes plantea instrumentos para fortalecer los encadenamientos y ayudar a las mipymes colombianas a insertarse en cadenas de suministro inclusivas y sostenibles. Bajo el liderazgo de la cartera anteriormente mencionada, Colombia Productiva implementó en diciembre de 2023 la iniciativa gubernamental ‘EnCadena, mejores proveedores’. Se trata de una estrategia gubernamental de encadenamientos que, a través de servicios de asistencia técnica, formación y herramientas digitales y complementarias, fortalecerá las capacidades de proveeduría de las mipymes para así fomentar el fortalecimiento de cadenas productivas de alto valor agregado que incorporen el uso de tecnología intermedia y avanzada en Colombia. ‘En Cadena, mejores proveedores’ busca mejorar

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Protección financiera frente al riesgo de desastres: un mecanismo para la resiliencia y la sostenibilidad

Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Comunicadora Social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad / Líder de Comunicaciones / Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). Cómo citar este artículo: Salamanca Galvis, L. V. (2021). Protección financiera frente al riesgo de desastres: Un mecanismo para la resiliencia y la sostenibilidad. Revista Protección & Seguridad, (399), septiembre-octubre. Colombia es un país que, por su configuración geográfica y ambiental, es altamente vulnerable frente a amenazas de origen natural como los movimientos telúricos, las precipitaciones torrenciales, las inundaciones, los huracanes, los intensos periodos de sequía y los deslizamientos de tierra, entre otros fenómenos, que a lo largo de su historia han afectado su desarrollo económico y social. Las pérdidas de vidas humanas, la destrucción total o parcial de infraestructura pública y privada, la suspensión de operaciones en diversos sectores de la economía durante semanas e, incluso, meses, y la pérdida de cultivos ha generado un grave impacto al presupuesto nacional y al patrimonio de pequeños y grandes empresarios, comerciantes, emprendedores y ciudadanos en las últimas décadas. Para no ir tan lejos, el paso del huracán Iota por el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, en noviembre de 2020, dejó más del 98 % de la infraestructura de la isla de Providencia afectada y 1.134 viviendas destruidas, según la Evaluación de Daños y Análisis de Necesidad realizada días posteriores a la catástrofe por la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). La emergencia afectó los planes de reactivación económica del archipiélago, en un momento en el que el sector turístico —previamente afectado por la pandemia—, apenas iniciaba su reactivación: una buena proporción de hoteles, restaurantes y comercios de los cuales depende la subsistencia de gran parte de los isleños se vio gravemente afectada. Así mismo, el Gobierno Nacional estimó que los recursos necesarios para mitigar esta emergencia superarían los 82 mil millones de pesos. Lo anterior demuestra que el riesgo de desastres puede afectar, desde el punto de vista macroeconómico, la sostenibilidad fiscal de los Estados. A su vez, impacta el patrimonio de las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas en una región o país, que pueden ver amenazada su continuidad dependiendo de la gravedad de las pérdidas generadas por el desastre y de la capacidad económica con la que cuentan para afrontar una emergencia y llevar a cabo la reposición o reconstrucción posdesastre. De ahí la importancia que adquiere el aseguramiento en la gestión del riesgo de desastres pues permite contar con una protección financiera con el fin de disminuir la vulnerabilidad fiscal de un territorio u organización y aumentar su nivel de resiliencia. Así, tal y como lo establece la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), se trata de mecanismos o instrumentos financieros de retención intencional o transferencia del riesgo que se establecen en forma ex ante con el fin de acceder de manera ex post a recursos económicos oportunos para la atención de la emergencia y la recuperación. No en vano, el decreto 2157 de 2017, “por medio del cual se adoptan directrices generales para la elaboración del plan de gestión del riesgo de desastres de las entidades públicas y privadas”, menciona la protección financiera en su numeral 2.3 como el conjunto de “instrumentos del mercado financiero suscritos de manera anticipada para disponer de recursos económicos, una vez se materialice el riesgo, para cubrir el costo de los daños y la recuperación” y establece que “la entidad responsable deberá suscribir coberturas financieras que le permitan atender los impactos ante la ocurrencia de un desastre ya sea por el ejercicio de la actividad propia o por aquellos eventos de origen natural que la afecten directamente o al entorno acorde con las ofertas que para ello ofrezca el mercado financiero”. Dada la importancia que adquieren estos mecanismos, máxime en un escenario en el que los fenómenos de variabilidad climática se hace sentir con mayor intensidad, hablamos con Carlos Alberto Varela Rojas, vicepresidente Técnico de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda) para que nos contara sobre los avances, perspectivas y desafíos que tiene el sector asegurador frente a la gestión del riesgo de desastres y por qué las organizaciones, sin importar su tamaño, sector o naturaleza deben empezar a considerar la protección financiera como un asunto de carácter estratégico en su planeación y operación. CCS: La gestión del riesgo comprende diversos aspectos. Una de estos es la transferencia del riesgo. ¿Cómo se está abordando actualmente la protección financiera frente a los riesgos de desastres desde el sector asegurador? Carlos Varela, vicepresidente técnico de Fasecolda: El riesgo de desastres no ha sido ajeno al sector asegurador. Por su naturaleza catastrófica, las compañías de seguros y reaseguros han venido estudiando continuamente este tipo de riesgos desde hace varias décadas, mejorado las metodologías para su adecuada medición y posterior tarifación previo a la expedición de las pólizas. Uno de los riesgos catastróficos más relevantes para el país es el de sismo. Después del terremoto del eje cafetero, tanto las compañías de seguros como el supervisor y regulador financiero, acometieron la tarea de mejorar los esquemas de protección y aseguramiento contra este riesgo. Después de un trabajo de casi dos décadas, a partir del 2019, las aseguradoras realizan modelaciones probabilísticas de las pérdidas por sismo, utilizando softwares de avanzada que contienen información de la amenaza sísmica regional y local, así como datos sobre las características físicas de las edificaciones presentes en el país. La información específica que las compañías han venido recopilando de todos y cada uno de los bienes inmuebles asegurados, ha repercutido no sólo en el abordaje de los terremotos sino en la cobertura por inundación, vientos huracanados y movimientos en masa. Hoy el sector cuenta con información de los bienes asegurados, en un nivel de detalle que hace tan solo cinco años parecía imposible de alcanzar. ¿Dónde están los riesgos (en términos de coordenadas geográficas)?, ¿qué tipo de edificación cuenta con cobertura?, ¿dicha edificación es privada, pública, es una empresa, es una PYME?, ¿qué uso

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‘Desarrollando Ciudades Resilientes MCR2030’, un marco de articulación en Colombia para la resiliencia ante desastres

Por: Cómo citar este artículo: Velandia Granados, G., & Torres Forero, B. Y. (2021). Desarrollando Ciudades Resilientes MCR2030: Un marco de articulación en Colombia para la resiliencia ante desastres. Revista Protección & Seguridad, (399), septiembre-octubre. A lo largo de la historia, Colombia ha sido impactada por diversos desastres. Dichas situaciones han permitido reconocer que la gestión del riesgo de desastres es un determinante y, a la vez, un condicionante para el desarrollo sostenible del país, en términos de planificación y planeación del desarrollo seguro. De ahí, la importancia de reconocer y destacar el rol tan importante de las comunidades, las autoridades locales y las entidades público–privadas para avanzar en la construcción y el fortalecimiento de la resiliencia y la gestión del riesgo de desastres en el país. La iniciativa ‘Desarrollando Ciudades Resilientes 2030’, MCR2030 (por sus siglas en inglés) es una alianza global que busca la articulación entre los diferentes actores del orden nacional y territorial con un propósito común: fortalecer las capacidades en gestión del riesgo de desastres para lograr la construcción de la sostenibilidad y la resiliencia territorial. Esta iniciativa global cuenta con una coordinación regional y nacional que facilita la conexión entre las necesidades de los territorios locales y una red de aprendizaje propicia para incidir en la reducción de los daños, pérdidas y costos asociados a los desastres. MCR2030 se soporta en el éxito del trabajo realizado en el marco de la Campaña Mundial ‘Desarrollando ciudades resilientes: ¡Mi ciudad se está preparando!’, que concluyó a finales de 2020 y promovió la implementación de ‘Diez aspectos esenciales para lograr ciudades resilientes’. Se trata de un decálogo concebido para guiar a los gobiernos locales en la planificación y toma de decisiones en materia de resiliencia, una apuesta adoptada por más de 4.347 gobiernos locales en el mundo y por más de 71 entidades territoriales en Colombia. En la actualidad, la MCR2030 busca incrementar el número de territorios comprometidos con la reducción del riesgo climático y de desastres así como la construcción de la resiliencia en el orden local, avanzando en la formulación e implementación de los planes territoriales de gestión del riesgo de desastres, planes de adaptación al cambio climático y demás acciones para mejorar las capacidades territoriales y aumentar el número de alianzas a nivel global y regional a lo largo de esta hoja de ruta hacia la resiliencia. En el caso de Colombia se convierte en una de las principales herramientas para mejorar los avances en la implementación de la Política Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, con miras a lograr mayores alcances en la sostenibilidad, la seguridad territorial y la protección de los bienes e intereses colectivos a través de la formulación y/o actualización de los planes territoriales de gestión del riesgo (municipal, distrital, departamental y nacional), acordes con lo establecido en el marco normativo reglamentario (Ley 1523 de 2012[1]). El enfoque programático de la iniciativa MCR2030 se apoya en una hoja de ruta conformada por tres etapas que abordan los procesos de comprensión del riesgo, la planificación y la implementación de acciones estratégicas que guían a los territorios, progresivamente y de manera particular, en el fortalecimiento de sus capacidades de reaccionar con efectividad y rapidez ante los efectos e impactos de las emergencias y los desastres. Gráfica 1. Hoja de ruta para la resiliencia MCR2030 Colombia Fuente: UNGRD a partir UNDRR, 2021 Es así como la UNGRD, en calidad de entidad coordinadora del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo (SNGRD) y miembro del Comité Regional de Coordinación de la MCR2030, en articulación con la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres Regional para Las Américas y El Caribe (UNDRR), ha puesto en marcha esta estrategia en Colombia como una contribución al desarrollo sostenible. Esta colaboración persigue la articulación con el marco normativo nacional en la construcción de sinergias entre socios estratégicos y, a su vez, la promoción, la divulgación y el apoyo (coordinado con el orden departamental) a los municipios y demás territorios que deseen inscribirse. De igual manera, la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) ha manifestado que, mediante la articulación de múltiples partes interesadas, la iniciativa MCR2030 busca impulsar la resiliencia territorial a través de la incidencia política, el intercambio de conocimientos y experiencias, y el establecimiento de redes de aprendizaje entre ciudades. De forma simultánea, estimula el fortalecimiento de las capacidades técnicas, conecta múltiples niveles de gobierno y promueve alianzas estratégicas[2]. Es fundamental también reconocer que la naturaleza y el origen de los escenarios de riesgo han cambiado y evolucionado y que los territorios se enfrentan al aumento de las condiciones de riesgo de desastres derivados de los efectos del cambio climático u otros factores como la pandemia por la COVID-19. Así, el enfoque de la gestión del riesgo de desastres debe ser sistémico, integral y sectorial, permitiendo la participación de todos los actores y facilitando que las entidades público, privadas y comunitarias comprendan los escenarios de riesgo para la posterior implementación de las medidas de reducción, el fortalecimiento de sus capacidades para la atención, la ejecución de la respuesta, la recuperación y por supuesto, la gobernanza en la Gestión del Riesgo de Desastres. Recientemente, Colombia ha soportado eventos como el paso de los huracanes ETA e IOTA, el impacto de las lluvias, de los eventos asociados a las precipitaciones y su impacto en diferentes departamentos del país. Esto, sumado a la actuación y respuesta para enfrentar la pandemia por la COVID-19, ha evidenciado las capacidades y fortalezas del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres.  No obstante, también ha generado necesidades y retos para continuar robusteciendo la gobernanza, los instrumentos de planificación y las acciones de articulación con cada uno de los actores en la implementación de los procesos de la gestión del riesgo concebidos desde la política nacional. De este modo, ‘Desarrollando Ciudades Resilientes 2030’ se constituye como una hoja de ruta que permitirá a las autoridades y entidades territoriales orientar sus procesos de

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