Teletrabajo saludable y seguro. Resumen técnico

Por Organización Mundial de la Salud (OMS) y Organización Internacional del Trabajo (OIT), 2021

Traducido por Gerencia de Comunicaciones del CCS

Disponible en https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_dialogue/—lab_admin/documents/publication/wcms_836250.pdf

Nota aclaratoria: del documento original se extrajeron los apartados que, para el propósito de esta publicación y el público al que se dirige, se consideraron más pertinentes y prácticos. Los interesados pueden consultar el informe completo en el link previamente proporcionado.

Mensajes clave

El teletrabajo es la práctica de trabajar de forma remota utilizando Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), las cuales tiene un papel importante y creciente en el lugar de trabajo y un impacto potencial en la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores.

Cuando se organiza y realiza correctamente, el teletrabajo puede ser beneficioso para la salud física y mental y el bienestar social. Puede mejorar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, reducir el tráfico vehicular y el tiempo destinado a los desplazamientos y disminuir la contaminación del aire, todo lo cual puede, indirectamente, mejorar la salud física y mental. El teletrabajo también puede tener beneficios sociales y de salud pública.

Los entornos de teletrabajo pueden no cumplir con los estándares de seguridad y salud ocupacional disponibles en los lugares de trabajo tradicionales.

Entornos físicos y diseños del lugar de trabajo deficientes, así como equipos y apoyos inadecuados pueden provocar trastornos musculoesqueléticos, fatiga visual y lesiones.

Trabajar en un entorno digital en aislamiento físico de los compañeros de trabajo, junto con las posibles dificultades para gestionar el equilibrio entre el trabajo y la vida privada en lugares por fuera del control directo del empleador, puede dar lugar a problemas de salud mental y conductas poco saludables.

Proteger y promover la salud y el bienestar en el teletrabajo requiere un conjunto integral de medidas para proporcionar un entorno de trabajo saludable y seguro, incluida una organización adecuada del trabajo.

Los gobiernos, los empleadores y los trabajadores tienen un papel en la protección y promoción de la salud y la seguridad durante el teletrabajo, incluida la ergonomía, la salud mental y el bienestar, tal como se define en el Convenio de la OIT sobre seguridad y salud en el trabajo (1981) y el Marco Promocional para la Seguridad en el Trabajo y Convenio sobre la Salud (2006).

Se deben desarrollar programas para promover el teletrabajo saludable y seguro. Dichos programas deben brindar asistencia para evaluar y gestionar los factores de riesgo para la salud y la seguridad; entre otros, el puesto de trabajo, los equipos informáticos y periféricos y el soporte TIC remoto.

Los servicios de salud ocupacional pueden ofrecer apoyo ergonómico, de salud mental y psicosocial.

Los trabajadores deben colaborar con los empleadores en la implementación de estas medidas, cooperando con su empleador y cumpliendo con sus propios deberes de salud y seguridad para garantizar condiciones dignas y seguras para el teletrabajo.

Impacto del teletrabajo en la salud

Resultados de salud física

Existe una amplia evidencia sobre el impacto del trabajo prolongado con los equipos de cómputo, en una serie de dolencias físicas (por ejemplo, daño musculoesquelético y fatiga visual) en entornos de oficina. Sin embargo, pocos estudios han evaluado específicamente el impacto en el escenario del teletrabajo. Pese a ello, las investigaciones realizadas han evidenciado impactos tanto positivos como negativos en la salud física.

que los trabajadores generalmente consideran que el teletrabajo tiene un efecto positivo en su salud, pero puede generar problemas derivados del diseño del puesto de trabajo y las largas horas laboradas (7). Así mismo, dos estudios informaron reducciones en la presión arterial —un estudio basado en cuestionarios del personal académico encontró que los teletrabajadores tenían menos problemas relacionados con la hipertensión arterial (8) y un estudio de trabajadores del gobierno sueco mostró que la presión arterial era significativamente más alta durante el trabajo en la oficina que durante el teletrabajo (9).

Si bien esta modalidad se ha utilizado más recientemente durante la pandemia ocasionada por la COVID-19 para prevenir la propagación del virus, también se ha descubierto que algunos teletrabajadores también han tenido problemas para continuar trabajando cuando están enfermos, lo que se ha denominado presentismo por enfermedad (10).

No obstante, estos estudios son preliminares. Por ende, se necesitará más investigación para determinar los verdaderos impactos del teletrabajo para diferentes trabajadores y durante períodos de tiempo más prolongados.

Resultados de salud mental

Antes de la aparición de la COVID-19, el teletrabajo a menudo se basaba en acuerdos individuales entre un trabajador y un empleador
(por ejemplo, para abordar mejor el equilibrio entre la vida laboral y personal). Sin embargo, en respuesta a la pandemia, se adoptó como parte de las medidas sociales y de salud pública, lo que podría dar lugar a un desajuste potencial de las preferencias de los trabajadores.

Varios estudios realizados antes de a pandemia de la COVID-19 indicaron que el teletrabajo podría reducir el estrés relacionado con el trabajo (11–14); mientras que otros evidenciaron un aumento del estrés (15–17).

Así mismo, cinco investigaciones (incluida una revisión), realizadas antes o durante la pandemia de la COVID-19, informaron que el aislamiento social es un posible efecto adverso para la salud asociado con el teletrabajo (7, 15, 18–20). Otro análisis informó una mayor incidencia de soledad, irritabilidad, preocupación y culpa entre los teletrabajadores (21).

Por el contrario, otro estudio basado en la revisión de los datos demográficos de los empleados, las reclamaciones médicas, las evaluaciones de riesgos para la salud y las horas de conectividad remota informó un riesgo reducido de depresión entre los que teletrabajaban en comparación con los que no lo hacían (22).

De otro lado, una investigación realizada en los EE.UU. durante la emergencia sanitaria informó que los participantes que trabajaban desde casa pasaban más tiempo de calidad con mascotas y familiares, aunque trabajar desde la oficina brindaba más oportunidades para socializar y generaba menos conflictos entre el trabajo y la familia (19). A su vez, un estudio español desarrollado durante el confinamiento domiciliario demostró que no teletrabajar contribuía a un mejor equilibrio ocupacional que conduce al bienestar (23) y una revisión de estudios encontró que el teletrabajo estaba asociado a una mayor conflictividad entre el trabajo y la familia y que dicho conflicto era mayor cuando las demandas laborales eran altas (24).

Finalmente, un estudio desarrollado en Japón en un momento en que el teletrabajo se estaba expandiendo debido a la epidemia informó que, a medida que aumentaba la frecuencia del teletrabajo, los trabajadores que preferían teletrabajar experimentaban menos
angustia psicológica que aquellos que preferían no hacerlo (25). Esto sugiere que la preferencia de los colaboradores afecta el impacto potencial de esta modalidad en la salud mental.

Factores de riesgo psicosocial

Cuando se organiza y se lleva a cabo adecuadamente, el teletrabajo puede ser beneficioso para la salud mental y el bienestar social: puede mejorar el equilibrio entre la vida laboral y personal, reducir el tiempo dedicado a desplazamientos desde y hacia el lugar de trabajo y ofrecer oportunidades para arreglos de trabajo flexibles.

No obstante, el teletrabajo también puede generar riesgos para el bienestar psicosocial, incluido el impacto en el ritmo de trabajo, horarios más prolongados, interferencia con el equilibrio entre la vida laboral y personal, aislamiento y desapego. También puede haber riesgo de violencia y acoso, incluido el ciberacoso. A su vez, el impacto psicosocial en el trabajador y su familia puede verse agravado en situaciones en las que el trabajador no cuenta con una estación de trabajo privada y tranquila.

Por su parte, la comunicación puede ser un desafío ya que se limita a los canales de TIC con poca o ninguna comunicación cara a cara y puede verse limitada por el ancho de banda de la conexión a Internet. Las dificultades relacionadas con la comunicación pueden dificultar la comprensión de las tareas asignadas lo que podría generar estrés a los trabajadores. Algunos, pueden sentir los efectos del aislamiento social o profesional debido a la disminución de la comunicación con sus colegas y la gerencia. En este sentido, los estudios han demostrado la importancia de gestionar una comunicación abierta que haga hincapié en compartir información (38) y comunicarse con un lenguaje motivador (39) para promover el bienestar de los trabajadores durante el teletrabajo.

Otro factor de riesgo psicosocial es la dilatación de la jornada laboral o hasta altas horas de la noche. Si los tiempos de trabajo establecidos no están bien definidos entre los trabajadores y sus jefes, se genera dificultad para desconectarse y administrar los horarios. Esto se agrava cuando una empresa trabaja en varias zonas horarias. Los empleados que laboran desde casa tienden a trabajar más horas que cuando lo hacen en las instalaciones del empleador. Esto se debe en parte a que el tiempo de viaje invertido en desplazarse al lugar de trabajo es reemplazado por actividades laborales, a cambios en las rutinas de trabajo y al desdibujamiento de los límites entre el trabajo remunerado y la vida personal (1).

Ahora bien, dado que el teletrabajo depende en gran medida de las TIC y del uso de Internet, el ciberacoso puede suponer un riesgo para los trabajadores. Esto puede ocurrir entre colegas, entre supervisores y subordinados y entre trabajadores y clientes o público de la empresa. Experimentar ciberacoso puede afectar la salud mental de los colaboradores. Para protegerlos de estas amenazas potenciales, los empleadores deberían considerar establecer una política en el lugar de trabajo que cubra el ciberacoso, en consulta con los trabajadores o sus representantes.

En línea similar, durante el teletrabajo la tensión entre familiares o compañeros de casa puede aumentar el riesgo de que un trabajador experimente violencia doméstica y acoso. Los empleadores pueden ayudar a sensibilizar a los colaboradores sobre las señales y los efectos de la violencia doméstica y brindar información sobre recursos relevantes y apoyo para las víctimas.

Se pueden considerar los siguientes puntos de acción para fomentar las interacciones sociales y promover la salud mental durante el teletrabajo:

  • Los empleadores deben alentar a los trabajadores a establecer límites en las horas de trabajo y mantener un horario regular para garantizar que no trabajen un número excesivo de horas. Los cronómetros y los registros de horas pueden ayudarles a realizar un seguimiento de sus horas y mantenerse dentro de un horario de trabajo saludable. Sin embargo, dichas herramientas deben ser confidenciales y los colaboradores no deben sentir que están siendo monitoreados o bajo vigilancia constante.
  • Los empleadores deben evitar contactar a los trabajadores fuera de las horas de trabajo programadas y deben alentar a los compañeros de trabajo y gerentes a comunicarse solo durante el rango definido.
  • Las interacciones sociales regulares durante el teletrabajo (por ejemplo, reuniones virtuales y tiempo social dedicado antes y después de las reuniones) pueden disminuir la sensación de aislamiento y desapego durante el teletrabajo. Se debe alentar a los colaboradores a conectarse con sus compañeros para reuniones virtuales y charlas informales.
  • Los empleadores deben proporcionar a los teletrabajadores herramientas y software de TIC que les ayuden a conectarse de manera eficiente con sus compañeros de trabajo y gerentes. La comunicación regular sobre los acontecimientos actuales, el intercambio de información e ideas para resolver problemas y la discusión de temas relacionados con el desempeño pueden reducir la tensión psicosocial. Sin embargo, es importante que los empleadores y líderes de equipos sean conscientes de la cantidad de reuniones en línea en las que participan los empleados, especialmente cuando estas se dan de forma consecutiva.
  • Se debe alentar a los trabajadores a participar en actividades sociales y recreativas placenteras durante los descansos laborales. Esto podría incluir breves descansos para la actividad física.
  • Los trabajadores deben estar informados sobre los posibles riesgos psicosociales relacionados con el teletrabajo, los primeros síntomas de problemas de salud mental y cómo y dónde pueden acceder a apoyos psicosociales y de salud mental.
  • Los teletrabajadores deben recibir capacitación sobre el comportamiento laboral apropiado y la etiqueta digital al interactuar con colegas. También deben ser entrenados en cómo identificar y responder al abuso o la intimidación.

Referencias

Consulte el listado de referencias en la versión original del documento: Healthy and safe telework: technical brief. Geneva: World Health Organization and the International Labour Organization, 2021. https://www. ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_dialogue/—lab_admin/documents/publication/wcms_836250.pdf

Artículo técnico tomado del Directorio ‘Perspectivas de Sostenibilidad 2022’ del Consejo Colombiano de Seguridad.