Seguridad de procesos químicos, una disciplina crucial en entornos industriales
Por Johan Andrés García Meneses / Líder Técnico del CCS / Ingeniero químico / Magíster en Ingeniería Química La seguridad es un pilar esencial en cualquier ámbito de la sociedad. De acuerdo con nuestras percepciones, vivencias o cultura, podemos tener diferentes ideas o pensamientos sobre lo que consideramos seguridad. Sin embargo, si se le preguntara a cualquier persona sobre algunos términos relacionados, muy probablemente su respuesta se asocie con protección a las personas o al medio ambiente, de tal manera que se creen condiciones en las que los peligros estén identificados, los niveles de riesgos estén controlados y las amenazas minimizadas. En otras palabras, se trata de la tranquilidad que brinda contar con medidas adecuadas para evitar incidentes o enfrentar emergencias. Relacionar la seguridad con la tranquilidad en todo momento refleja el propósito último de las medidas preventivas: brindar confianza y estabilidad. Esto aplica tanto en la vida cotidiana como en entornos industriales, en los que la seguridad no solo se trata de cumplir normas, sino de crear un entorno favorable para que las personas puedan enfocarse en sus actividades sin temor a que algo salga mal. Para tal fin, existe un marco disciplinario encargado de la gestión de la integridad de los sistemas y procesos en los que hay presencia de sustancias químicas y en los que puede presentarse accidentes como incendios o explosiones y desencadenar eventos de grandes magnitudes. Esa disciplina recibe el nombre de Seguridad de Procesos Químicos y tiene por finalidad evitar la ocurrencia de eventos de alta consecuencia que involucren sustancias químicas. La industria química, en especial, las plantas industriales se componen de un sinnúmero de tecnologías como equipos especializados, unidades de procesos, sistemas de control, entre otros. Es decir, el componente tecnológico es clave y cuando existe presencia de sustancias químicas peligrosas, el riesgo puede ser mayor. Esto también es conocido como riesgo tecnológico, el cual se define como la posibilidad de que fallos en sistemas, equipos o procesos desencadenen eventos adversos que afecten a las personas, el medio ambiente o la infraestructura. Este tipo de riesgos no solo puede ocasionar pérdidas humanas y económicas, sino también generar impactos ambientales y sociales irreparables comprometiendo la reputación de las organizaciones involucradas. En un mundo en el que la complejidad tecnológica aumenta y las expectativas de sostenibilidad son cada vez mayores, es necesario asegurar la continuidad de los negocios en las organizaciones, así como la protección de los trabajadores, la comunidad, el medio ambiente y los bienes. Es así como la seguridad de procesos se erige como una disciplina técnica y estratégica diseñada para prevenir accidentes mayores desde la identificación y análisis de peligros hasta la implementación de controles técnicos y administrativos, basándose en normativas internacionales como Process Safety Management (PSM) de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA), IEC 61511 de la Comisión Electrotécnica Internacional o estándares como el Risk-Based Process Safety (RBPS). Además, la seguridad de procesos promueve una cultura preventiva, en la que todos los niveles de la organización participan activamente para garantizar la integridad y la continuidad de las operaciones. Para comprender la importancia de esta disciplina y cómo ha avanzado en el tiempo, a continuación, se presenta un resumen de los eventos de seguridad de procesos más conocidos cuyas consecuencias han sido significativas, no solo por el impacto a las personas y al medio ambiente, sino porque han marcado un punto de inflexión para nueva legislación y generación de conocimiento (ver figura 1). • El 19 de noviembre de 1984, en una instalación de Gas Licuado del Petróleo (GLP) en San Juan Ixhuatepec (zona metropolitana de ciudad de México), una falla en una válvula de seguridad de un tanque de almacenamiento de GLP causó una sobrepresión dentro del mismo, rompiendo una tubería. Esto condujo a una fuga seguida de violentas explosiones. Aproximadamente 500 personas murieron y más de 700 resultaron heridas. Este accidente representa la larga lista de explosiones BLEVE (acrónimo inglés de «boiling liquid expanding vapour explosion» que traduce explosión de vapores que se expanden al hervir el líquido). Este suceso en ciudad de México demostró el riesgo de las BLEVE en instalaciones y las lecciones aprendidas en particular, han impactado significativamente los estándares de diseño y operación (Mannan, Chowdhury, & Reyes-Valdez, 2012). • En la madrugada del 3 de diciembre de 1984, en Bhopal, trabajadores de Union Carbide India Limited (UCIL) se encontraban realizando un procedimiento de rutina para la limpieza de la planta —más exactamente lavando con agua una tubería—sin tener en cuenta las medidas de seguridad necesarias. De hecho, olvidaron cerrar los tubos para impedir que el agua ingresara a las cisternas. Debido a la presión, partículas de cloruro de sodio fueron arrastradas de los tubos, las cuales, junto con el agua y el Isocianato de Metilo (MIC) reaccionaron generando mucho calor. Con ello aumentó considerablemente la presión dentro de la cisterna E-610 con más de 42 toneladas de MIC, rompiendo las válvulas y produciendo una fuga inevitable. En poco tiempo, una nube cubrió el cielo de la planta y el viento la dirigió hacia zonas residenciales de Bhopal. Este gas se descompuso en fosgeno y cianuro, altamente tóxico para los seres vivos (Castrillón, 2015). Tres días después de la tragedia, el panorama era desolador. De acuerdo con Amnistía Internacional, se calculó que entre 7 mil y 10 mil personas murieron en este lapso y otras 570 mil quedaron expuestas a enfermedades crónicas y graves problemas de salud (Chemical Safety and Hazard Investigation Board). En vista de los aterradores acontecimientos, las industrias y muchos gobiernos alrededor del mundo fueron forzados a replantear las tecnologías y los sistemas de mantenimiento desde una perspectiva de seguridad de procesos. Sin embargo, la verdadera alarma para la industria química fue el desastre ocurrido en Bhopal. Con este accidente tanto la industria como la población general se concientizó sobre los peligros potenciales que tienen las instalaciones químicas. La seguridad de procesos ganó un reconocimiento absoluto como una práctica estándar y muchas iniciativas de regulación se implementaron a nivel mundial (Mannan,
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