Monitoreo de la Salud

La resistencia a los antimicrobianos: una amenaza para la salud mundial

Autores: Organización Panamericana de la Salud, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Organización Mundial de Sanidad Animal y Unión Europea Tomado y adaptado de: https://www.paho.org/es/documentos/folleto-trabajando-juntos-para-combatirresistencia-antimicrobianos La resistencia a los antimicrobianos (RAM) es un fenómeno natural de modificación genética de los microorganismos (como bacterias, virus, parásitos y hongos) que les permite ser cada vez más resistentes a la acción de los fármacos antimicrobianos (antibióticos, antifúngicos, antiparasitarios, entre otros). Aunque se trata de un proceso natural, el uso inadecuado y excesivo de antimicrobianos acelera su desarrollo e intensidad, de manera que hoy en día la RAM se ha convertido en una amenaza para la salud mundial. Los microorganismos resistentes a los antimicrobianos se encuentran en las personas, los animales, los alimentos y el medioambiente (agua, aire, suelo) y se transmiten de unos a otros. El control deficiente de las infecciones, las condiciones sanitarias inapropiadas y la manipulación incorrecta de los alimentos fomentan la propagación de microorganismos resistentes a los antimicrobianos. La RAM supone una creciente amenaza para la salud mundial pues las enfermedades infecciosas son cada vez más difíciles de curar y, por ende, los tratamientos son más largos y costosos. Día a día se pueden ver muchos ejemplos del uso inadecuado de los antibióticos como su utilización en las personas para el tratamiento de infecciones virales (como un resfrío o una gripe) y su administración en la producción animal como promotores de crecimiento o para prevenir enfermedades en los animales sanos. La RAM requiere una respuesta global debido a que pone en peligro la posibilidad de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Algunas infecciones comunes y potencialmente mortales, como la neumonía y las infecciones posoperatorias, así como el VIH, la tuberculosis y la malaria, son cada vez más difíciles de tratar debido a la resistencia a los antimicrobianos. De no controlarse, este fenómeno puede tener consecuencias significativas a nivel social, económico y de seguridad sanitaria, que pueden perjudicar el desarrollo de los países. Una lucha que requiere trabajo en equipo La prevención de la RAM y la lucha contra este fenómeno son responsabilidades compartidas por los sectores que se ocupan de la salud humana, la sanidad animal y el medioambiente y, por lo tanto, requieren una respuesta multisectorial, global y coordinada. En 2010, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) asumieron el firme compromiso de combatir la RAM y, desde entonces, trabajan de forma coordinada para mitigar los riesgos para la salud humana, la sanidad animal y el medioambiente. A este compromiso se unió también la Unión Europea (UE) que desde 2011 implementa planes de acción de lucha contra la RAM. Estos actores se han unido para implementar el proyecto “Trabajando juntos para combatir la resistencia a los antimicrobianos”. En el marco de esta iniciativa, que tendrá una duración de cuatro años (2020-2023), se brindará apoyo a siete países —Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay— en la implementación de Planes de Acción Nacionales (PAN) para combatir la resistencia a losantimicrobianos. Los PAN se encuentran en diferentes fases de implementación. El proceso prevé la realización de un análisis de situación multisectorial sobre la RAM para identificar brechas, oportunidades y próximos pasos para fortalecer la implementación, de acuerdo con los objetivos específicos de cada país. La iniciativa permitirá establecer relaciones con los principales actores que luchan contra esta amenaza a nivel mundial, intercambiar experiencias, abogar por la adopción de las mejores prácticas en el uso de antimicrobianos en el ámbito de la salud humana, la sanidad animal y la agroindustria, y promover acciones colaborativas, incluido el acceso al conocimiento sobre las mejores prácticas aplicadas en la Unión Europea. Uno de los grandes desafíos de este proyecto es alcanzar una comunicación de riesgos eficaz, mediante la cual se desarrollen procesos de concienciación, promoción y capacitación para generar conocimientos sobre la RAM a diferentes audiencias. Para ello, se trabaja en la conformación de una red de comunicadores sobre RAM, integrada por periodistas, técnicos de los ministerios de salud, agricultura y ganadería y representantes de la OPS, la FAO, la OIE y la UE. La resistencia a los antimicrobianos y la COVID-19 El proyecto también apoyará las acciones de los países para reducir los efectos del virus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad por coronavirus. La RAM podría aumentar las muertes relacionadas con la COVID-19, pues algunos pacientes pueden desarrollar infecciones bacterianas secundarias durante su hospitalización. Al mismo tiempo, la pandemia amenaza con debilitar aún más la eficacia de los antimicrobianos, ya que el aumento en su uso puede conducir a infecciones bacterianas más resistentes al tratamiento. El desafío que imponen las infecciones por microorganismos resistentes a los antimicrobianos podría convertirse en una enorme carga adicional para todos los sistemas de salud, ya sobrepasados en sus capacidades por la respuesta a la COVID-19. Lucha contra la resistencia a los antimicrobianos en el ámbito de la salud humana, la salud animal y la inocuidad de los alimentos Se ha venido adelantando un trabajo conjunto entre ministerios de salud, autoridades nacionales responsables de la regulación de medicamentos, estudiantes de medicina, universidades y organizaciones de la sociedad civil. El objetivo es fortalecer la prevención y el control de infecciones a nivel hospitalario, apoyar la elaboración de listas de medicamentos esenciales y directrices de tratamiento, fomentar redes de laboratorios y vigilancia, promover la investigación y el acceso al conocimiento, y sensibilizar a diferentes sectores y grupos de población sobre el uso adecuado de los antibióticos. De igual forma, se ha desarrollado un trabajo conjunto con ministerios de ganadería, agricultura, pesca y acuicultura, medioambiente e instituciones relacionadas; médicos veterinarios, estudiantes de medicina, veterinaria y otros centros académicos; así como productores primarios de alimentos de origen animal, fabricantes de alimentos para animales y representantes de la industria transformadora de alimentos, entre otros. Mediante la consolidación de los marcos políticos, legislativos, institucionales y de estrategia sanitaria, se busca fortalecer la gobernanza de la RAM

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Herramienta de 10 pasos para un retorno al trabajo seguro y saludable en tiempos de COVID-19

Tomado y adaptado de: Organización Internacional del Trabajo (OIT)* https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—americas/—ro-lima/documents/publication/wcms_745842.pdf *Esta herramienta fue elaborada por Carmen Bueno, especialista en Seguridad y Salud en el Trabajo de la oficina de la OIT para el Cono Sur de América Latina, y por Ariel Pino, especialista en Protección Social y Seguridad y Salud en el Trabajo de la Oficina de la OIT para el Caribe. Como parte de la reactivación económica que ya experimentan varios países de América Latina, incluido Colombia, y gracias a los avances en los planes nacionales de vacunación contra la COVID-19, muchos sectores empresariales e industriales están promoviendo el retorno a los lugares de trabajo. Algunos, están contemplando modelos híbridos en los que los trabajadores asisten solo algunos días de la semana a las oficinas y plantas o en horarios flexibles, mientras que otros están optando por una presencialidad progresiva. El hecho es que, luego de casi dos años de pandemia y de confinamientos, cierres y restricciones, muchos espacios laborales han empezado a recibir nuevamente a sus colaboradores. Ante esta nueva normalidad es necesario tomar medidas para garantizar un retorno seguro a los lugares de trabajo, que minimice los riesgos de exposición y contagio al virus. Por eso, el CCS presenta una guía práctica desarrollada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que, a través de 10 pasos, les ofrece a gremios, sectores industriales y empresas, orientaciones para formular y aplicar protocolos de seguridad y salud para el retorno laboral de sus trabajadores. ¿A quiénes está dirigida esta herramienta? • Empleadores y sus representantes• Trabajadores y sus representantes• Comités mixtos de seguridad y salud• Profesionales de la seguridad y salud en el trabajo• Supervisores y mandos intermedios• Instituciones y organizaciones de seguridad y salud en el trabajo• Otros organismos públicos con competencias relacionadas con el mundo del trabajo ¿En qué principios se basa esta herramienta? • Priorizar las medidas de prevención y control para que la reapertura de las empresas y el retorno a los lugares de trabajo en tiempos de COVID-19 sean seguros y saludables a fin de evitar nuevos brotes de contagios que pongan en peligro la vida de las personas y la propia estrategia de reactivación.• Fortalecer el enfoque centrado en el ser humano, en materia de seguridad y salud en el trabajo.• Para una reapertura de las empresas y un retorno seguro y saludable a los lugares de trabajo, habrá que considerar la política nacionalde retorno al trabajo, el marco normativo nacional y las instrucciones y avisos emanados de las autoridades públicas a cargo de las áreas laborales, de salud, protección social, medio ambiente y toda otra que sea de relevancia.• Un diálogo social efectivo entre empleadores y trabajadores en la definición de las medidas preventivas a adoptar a fin de lograr, a través de la consulta y la participaparticipación, un mayor grado de cumplimiento de las acciones acordadas y una mayor cultura preventiva.• La implementación de medidas preventivas según un orden jerárquico decreciente que antepone la adopción prioritaria de aquellas medidas que ofrecen una mayor eficacia frente al riesgo laboral. En consecuencia, en primer lugar, se adoptarán, siempre que sea osible, medidas que eliminen el riesgo. En segundo lugar, se optará por medidas que reduzcan el riesgo a través de controles de ingeniería, organizativos y/o administrativos. Finalmente, y como último recurso, se acudirá a los medios de protección personal. La jerarquía define el orden preferente en el que se deben considerar las medidas preventivas a adoptar según su grado de eficacia, aunque se pueden aplicar de forma simultánea diferentes combinaciones de los distintos niveles de control. Gráfico 1. Jerarquía de control de riesgos. • En la medida en que la situación epidemiológica de cada territorio y las características de los sectores de actividad, de los lugares de trabajo y de las tareas desempeñadas en cada lugar de trabajo son diferentes, será necesario hacer las adaptaciones particulares que fueran necesarias, las cuales también deberán considerar las condiciones concretas de cada persona trabajadora.• Al igual que en cualquier sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo, será necesario promover la mejora continua, a través de un monitoreo y evaluación constante de la implementación de las medidas, impulsando otras acciones que se estimen necesarias y proponiendo las actualizaciones y ajustes que fueran pertinentes.• Un enfoque transversal de género e inclusión en la seguridad y salud en el trabajo, que garantice un tratamiento específico a mujeres, a grupos de alto riesgo y a colectivos especialmente vulnerables, evitando conductas discriminatorias. ¿Dónde se puede aplicar esta herramienta? • En sectores de actividad económica y productiva, para entregar lineamientos a las empresas y/o elaborar protocolos sectoriales de seguridad y salud en el trabajo para un retorno seguro y saludable a los entornos laborales.• En empresas, cualquiera que sea su tamaño y actividad, para elaborar protocolos de seguridad y salud para un retorno seguro y saludable al trabajo. 10 pasos para «reactivar» los entornos laborales 1. Establecer un equipo bipartito para organizar el retorno al trabajo • Si el sector de actividad cuenta con una instancia de diálogo social, convocar a la misma. Si no existe, constituir un equipo bipartito con el mismo número de representantes empresariales como representantes de los trabajadores.• Si la empresa ya cuenta con un comité mixto de seguridad y salud en el trabajo, convocar a este comité.• Integrar el equipo con la más amplia representación de los distintas categorías y disciplinas del personal del sector o de la empresa, así como con un enfoque de género.• Si el sector o la empresa cuenta con un departamento de prevención o con un servicio de salud con expertos, integrar a alguno de sus miembros en el equipo bipartito.• Capacitar a los integrantes del equipo sobre los principios básicos para la formulación e implementación de las medidas preventivas y de control.• Informar a los integrantes del equipo sobre los pasos a seguir para organizar, de forma bipartita y en el marco de ese equipo, el retorno seguro y saludable al trabajo.• Definir como rol del equipo la

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El trabajo en casa. De la invisibilidad al trabajo decente

Resumen ejecutivo Fuente: Organización Internacional del Trabajo (OIT). Recuperado de: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_protect/—protrav/-travail/documents/publication/wcms_765898.pdf Con la propagación de la pandemia de COVID-19 en 2020, gran parte de la fuerza de trabajo mundial ha pasado a laborar desde sus casas, uniéndose a cientos de millones de otros trabajadores que llevaban decenios haciéndolo. Aunque ha sido durante mucho tiempo una característica importante del mundo del trabajo, el hogar como lugar de trabajo rara vez se tiene en cuenta en el diseño de las instituciones que rigen el mercado laboral. El repentino aumento del trabajo en casa ha traído consigo la necesidad apremiante de valorar sus implicaciones, tanto para los trabajadores como para los empleadores. El presente informe tiene por objeto conocer mejor esta modalidad de trabajo y proponer orientaciones sobre políticas que pueden allanar el camino hacia el trabajo decente para los trabajadores en domicilio, tanto antiguos como nuevos. ¿Qué es el trabajo en casa? La expresión «trabajo en casa», tal como se define en el Convenio (núm. 177) y la Recomendación (núm. 184) de 1996, de la OIT, es «el trabajo que una persona […] realiza: i) en su domicilio o en otros locales que escoja, distintos de los locales de trabajo del empleador; ii) a cambio de una remuneración; iii) con el fin de elaborar un producto o prestar un servicio conforme a las especificaciones del empleador, independientemente de quién proporcione el equipo, los materiales u otros elementos utilizados para ello» (Convenio núm. 177, artículo 1). Esta definición es aplicable a menos que la persona tenga «el grado de autonomía y de independencia económica necesario para ser considerada como trabajador independiente en virtud de la legislación nacional o de decisiones judiciales». Cabe señalar, asimismo, que una persona no se considerará trabajador en casa a los efectos del Convenio «por el mero hecho de realizar ocasionalmente su trabajo como asalariado en su domicilio, en vez de realizarlo en su lugar de trabajo habitual». Este informe aborda tres tipos diferentes de trabajo a domicilio: • El trabajo industrial a domicilio: que se refiere a la producción de bienes llevada a cabo por los trabajadores en su casa, ya sea como parte o en sustitución de la producción de la fábrica, pero también a la producción artesanal, como en la elaboración de artesanías.• El teletrabajo: que se refiere a los trabajadores asalariados que utilizan las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para realizar su trabajo a distancia. De conformidad con el Convenio núm. 177, se limita a los teletrabajadores que trabajan desde sus casas (o en otro lugar de su elección) de manera regular o permanente.• El trabajo en plataformas digitales: basado en el domicilio, que se refiere a las tareas del sector de servicios realizadas por trabajadores en plataformas de trabajo en régimen de externalización abierta, o crowdworkers, según las especificaciones del empleador o del intermediario, en situaciones en las que los trabajadores no tienen la autonomía e independencia económica para ser considerados trabajadores independientes de conformidad con la legislación nacional. El trabajo en casa existe en todo el mundo. En los países de ingreso alto se asocia principalmente con el teletrabajo, aunque también en esos países hay importantes bolsas de trabajo a domicilio en la industria manufacturera. Históricamente, el trabajo industrial a domicilio fue predominante en Europa y América del Norte, pero el desplazamiento de la manufactura de uso intensivo de mano de obra a países en desarrollo en los últimos decenios ha traído consigo un aumento del trabajo industrial en el hogar. En el mundo en desarrollo, en particular en Asia, se pueden encontrar trabajadores en casa en las diferentes cadenas mundiales de suministro de las industrias de la confección, la electrónica y el menaje del hogar. No obstante, también ocupan un lugar destacado en las cadenas nacionales de suministro. ¿Cómo se utiliza el trabajo en casa en la producción? Este tipo de trabajo es habitual tanto en la producción de bienes como en la prestación de servicios. Este último existió durante todo el siglo XX, pero fue en la segunda mitad del siglo, con los avances de las TIC, cuando surgió con fuerza en una amplia gama de industrias como la de seguros, la banca y el turismo. En el decenio de 1970 algunos empleadores comenzaron a experimentar con el teletrabajo, lo que dio lugar a una pequeña pero constante proporción de teletrabajadores de cuello blanco. El auge de las plataformas de trabajo digitales a partir de mediados del decenio de 2000 también ha ampliado las oportunidades de trabajar desde casa. Muchas de las labores de servicios anunciados en las plataformas de trabajo digitales son realizados por trabajadores en régimen de externalización abierta (crowdworkers) ubicados encualquier parte del mundo. Estos trabajos son similares a los trabajos industriales a domicilio: los trabajadores son remunerados por tarea o proyecto, y el trabajo se realiza según las especificaciones de un empleador o intermediario. La facilidad de subcontratar tareas a través de plataformas de trabajo digitales apunta a un aumento constante de las oportunidades de trabajo en casa en los próximos decenios. En el caso del trabajo industrial a domicilio y el trabajo en plataformas digitales basado en el domicilio, representa una modalidad de producción muy flexible que permite a las empresas responder rápidamente a los cambios en la demanda de productos y reducir los costos. Lo encontramos siempre y cuando: 1) el proceso de producción pueda desmontarse en tareas diferenciadas; 2) el capital necesario para la producción –por ejemplo, máquinas de coser, ordenadores personales, entre otros– sea accesible a un costo relativamente bajo;3) haya mano de obra disponible. La disponibilidad de esta mano de obra –a menudo mujeres que combinan el trabajo a domicilio con las responsabilidades del hogar y el cuidado de otras personas– depende en gran medida de los roles de género tanto en el hogar como en la sociedad. ¿Cuántos trabajadores a domicilio hay?, ¿dónde viven?, ¿cuáles son sus características? Los trabajadores en casa son un subgrupo de los trabajadores basados en el domicilio que, además de trabajar desde

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