SG-SST

¿Cómo la estrategia de comunicaciones interna y la creación de cultura contribuye a la gestión sostenible?

Por Diana C. Forero Buitrago / Gerente de Comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) Comunicadora Social y Periodista / Magíster en Comunicación e Identidad Corporativa / Especialista en Marketing / Formación en Marketing Digital / Auditora ISO 9001-2015 Mucho se habla hoy de sostenibilidad. Pero lejos de ser una moda (que lleva años), es un compromiso que, como planeta, debemos seguir adoptando para “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus necesidades propias” (ONU, 1987). En ese compromiso, las organizaciones públicas y privadas han adelantado una serie de estrategias, con diferentes niveles de impacto —unas más avanzadas que otras—, que suman a ese propósito y responden a las metas que nos ha propuesto para el año 2030 la Organización de las Naciones Unidas a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Si bien suena inspirador y hay un cúmulo de buenas intenciones y acciones concretas, desde una mirada corporativa, ninguno de estos objetivos será viable sin el involucramiento, conciencia, compromiso y actuación de los colaboradores de las empresas. Son las personas el centro de la estrategia corporativa y, en esa medida, se constituyen en el eje para que cualquier iniciativa sea posible. ¿Cómo movilizar a los trabajadores para que apropien su gestión de cara a la sostenibilidad? Primero, vamos a precisar que más que sostenibilidad (como ese propósito superior) se hablará de gestión sostenible, en referencia a todas las acciones que las organizaciones realizan para asegurar la continuidad de negocio, gestionando su impacto económico, social y ambiental de forma segura, ética y responsable. “La gestión sostenible, básicamente, consiste en dejar de enfocarse en la maximización de beneficios a corto plazo y apostar por una gestión empresarial en la que se tenga en cuenta el impacto a largo plazo de sus acciones en la sociedad, en los empleados, en los clientes o proveedores y en la conservación del medio ambiente” (SAP, 2022). Para Paraschiv et al. (2012) este enfoque implica reconocer la integración de aspectos económicos, sociales y ambientales a nivel de cultura de la organización, siendo fundamental un profundo proceso de cambio cultural. Así las cosas, sin movilizar a nuestros actores internos, no será posible alcanzar esa gestión sostenible. ¿De qué manera se puede lograr? Puede ser tan sencillo como complejo: con cultura y comunicación. Cultura organizacional: movilizadora de estrategia Como ese conjunto de valores, creencias y comportamientos de los miembros de una compañía, la cultura de una empresa se constituye en el movilizador de cualquier tipo de iniciativa que la organización emprenda. Cuando las empresas adoptan estrategias de sostenibilidad es indispensable permear los objetivos, planes y acciones a todos los niveles de la organización y generar condiciones en las cuales los colaboradores se alineen y se generen los patrones de comportamiento deseados. Reyes (2021) señala que “incidir en la transformación de la cultura organizacional es fundamental para el desarrollo de la sostenibilidad, pues no solo se trata de implementar técnicas y estrategias, sino que tiene que ver con un es tilo y forma de hacer todo en la organización. La sostenibilidad está embebida en la cultura de todos los miembros de la organización. Es una nueva forma de vida, con una visión diferente y prioridades que van más allá de lo puramente económico” (como se citó en Camacho Castro et al., 2021). No obstante, es importante reconocer que la cultura no se impone, es una identidad que se crea, casi de manera natural si no se incide en ella, pero que puede ser administrada para orientarla hacia los propósitos institucionales. Para gestionar la cultura de la organización existen diversas estrategias; independiente de las que se adopten, se proponen cinco pilares sobre los cuales se requiere trabajar: El grupo directivo puede iniciar preguntándose: ¿todos mis trabajadores conocen la estrategia de gestión sostenible?, ¿saben cuál es la contribución desde su rol a la estrategia de sostenibilidad?, ¿cada quién entiende y practica en el día a día de sus actividades la sostenibilidad como estrategia? Estas inquietudes pueden dar luces hacia dónde dirigir las acciones para lograr una gestión sostenible eficaz en las organizaciones a partir del empoderamiento de una cultura bajo este enfoque. Como mencionó Peter Drucker, “la cultura se come como desayuno a la estrategia (…) la cultura es la que traduce la estrategia en acciones y comportamientos que producen los resultados”. Bajo esa mirada, la estrategia de comunicación se convierte en la piedra angular de la cultura de una organización. Estrategia de comunicación para una cultura de gestión sostenible Normalmente, cuando se habla de comunicación para la sostenibilidad, se hace referencia a un reporte al final de año, un listado de actividades o una serie de piezas gráficas o audiovisuales que dan cuenta del impacto generado por las acciones de una empresa. Sin embargo, va mucho más allá de eso. “En un modelo de negocios sostenible, donde la filosofía y los principios de la responsabilidad social guían el accionar de las empresas, la comunicación es un proceso clave para generar y reformar compromisos que impregnen a todos los niveles de la organización, rendir cuentas, incentivar el trabajo conjunto con grupos de interés para enfrentar problemas comunes y fortalecer la imagen y reputación organizacionales” (Asociación Empresarial para el Desarrollo, s.f.). Por ello, el objetivo más importante (y primario) es la interiorización y aprehensión de todos los trabajadores hacia esa mirada, con la claridad de la contribución de su rol en esa estrategia. El proceso de comunicación debe iniciar desde adentro sin desligar las necesidades de comunicación externa (que deben estar completamente alineadas) y con una mirada del propósito superior: velar por una reputación positiva, que no es otra cosa que cuidar la imagen para apalancar el desempeño en el mercado, movilizar beneficios económicos, retener el talento, fidelizar grupos de interés y generar una percepción acertada en la sociedad. Por ello, la estrategia de comunicación debe tener una visión integral. Para este caso, se abordará la primera parte de esa ecuación: a continuación, encontrará una serie de recomendaciones a partir de las

¿Cómo la estrategia de comunicaciones interna y la creación de cultura contribuye a la gestión sostenible? Leer más »

Gestión del riesgo de desastres, planes de ayuda mutua y requisitos de la Guía RUC®

Por Mauricio Gómez Triana / Auditor líder II Ingeniero químico / MSC. en Gestión y Evaluación Ambiental / Especialista en Seguridad Industrial, Higiene y Gestión Ambiental. Uno de los aspectos clave en la auditoría y evaluación de la Guía RUC® es el relacionado con los planes de ayuda mutua, de los cuales habla el numeral 3.2.7 y que son exigidos por el Decreto 1072 de 2015¹, requisito que, además, está estrechamente alineado con el espíritu de las responsabilidades establecidas en la Ley 1523 de 2012². Esta última normativa adopta la Política Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y en su articulado define los deberes y obligaciones para el sector privado. De hecho, el artículo 2 define que “la responsabilidad de la gestión del riesgo es de todas las autoridades y habitantes del territorio colombiano³” y que “en cumplimiento de esta responsabilidad, las entidades públicas, privadas y comunitarias desarrollarán y ejecutarán los procesos de gestión del riesgo, proceso que incorpora el conocimiento y reducción del riesgo y el manejo de los desastres en el marco de sus competencias, su ámbito de actuación y su jurisdicción como componentes del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres”. Adicionalmente, en su artículo 42 define responsabilidades más específicas para el sector privado, en particular, para las empresas que desarrollen actividades industriales o de otro tipo que puedan significar riesgo de desastre para la sociedad. En complemento, el Decreto 2157 de 2017 establece las directrices generales para la elaboración de los planes de gestión del riesgo de desastres por parte de entidades públicas y privadas, reglamentando así el artículo 42 de la Ley 1523 de 2012. En ese sentido, se reglamenta la necesidad de contar con análisis específicos de los escenarios de riesgo y de llevar a cabo la formulación del Plan de Gestión del Riesgo de Desastres de las Entidades Públicas y Privadas (PGRDEPP) que incluye, entre otros elementos, los protocolos y procedimientos de respuesta para cada tipo de emergencia, considerando los posibles efectos de eventos naturales sobre la infraestructura expuesta y aquellos que se deriven de daños de las mismas en su área de influencia, así como las que se deriven de su operación4. En otras palabras, asigna a la empresa la responsabilidad de identificar y gestionar las amenazas externas (de orden natural, socio-natural y tecnológicas) que puedan afectar sus instalaciones, así como los riesgos que su actividad productiva suponen para las comunidades vecinas y su entorno próximo. Ahora bien, el Ministerio del Trabajo establece que, para las empresas en general, las emergencias y la gestión del riesgo de desastres deben ser gestionadas de acuerdo con lo requerido el Decreto 1072 de 2015. En esta norma, particularmente, el artículo 2.2.4.6.25 ‘Prevención, preparación y respuesta ante emergencias’ define las responsabilidades de las empresas, incluyendo la formulación de un plan de emergencia para responder ante la inminencia u ocurrencia de eventos potencialmente desastrosos. Además, conmina a desarrollar programas o planes de ayuda mutua, identificando los recursos para la prevención y respuesta ante emergencias en el entorno de la empresa y articulándose con los planes que para el mismo propósito puedan existir en la zona donde se ubica. Bajo este panorama, la pregunta que se podría hacer un prevencionista es ¿cómo dar cumplimiento a dichos requisitos tanto desde la Ley 1523 de 2012, como desde lo exigido en el Decreto 1072 de 2015 sobre el plan de prevención, preparación y respuesta ante emergencias? Para responder a esta duda, en primer lugar, es fundamental considerar las condiciones operativas y las actividades de la empresa u organización, así como las responsabilidades del sector público, en particular las de las entidades territoriales y sus autoridades en la gestión del riesgo de desastres. Estas entidades son las encargadas de dirigir el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres a nivel territorial y, en el caso de los alcaldes, son los responsables directos de implementar los procesos de gestión del riesgo en su ciudad o municipio, lo que incluye el conocimiento, la reducción del riesgo y el manejo de desastres dentro de su jurisdicción5. “Las organizaciones deben evaluar la aplicación de la normatividad relacionada con la reducción del riesgo de desastres y los planes de atención en emergencias ante cualquier escenario de riesgo» En cumplimiento de las responsabilidades asignadas a las autoridades locales, los entes territoriales deben contar con instrumentos de planificación como los Planes Municipales de Gestión del Riesgo de Desastres y las estrategias de respuesta. Estos planes deben incluir la identificación de posibles escenarios de emergencia, incluyendo los generados por actividades industriales, así como las afectaciones a la infraestructura empresarial expuesta. Además, deben evaluar los riesgos, definir acciones para su reducción y establecer mecanismos de respuesta ante emergencias. Por lo tanto, la articulación del sector público y del sector privado tanto en lo referente al conocimiento del riesgo cómo a la reducción y el manejo del desastre, es fundamental. Volviendo a la pregunta planteada inicialmente, es crucial reconocer si la actividad industrial desarrollada puede significar algún tipo de riesgo de desastre para la sociedad. En este caso, es necesario que se adelante lo correspondiente a lo definido por el Decreto 2157 de 20176 (adicionado al capítulo 5, título 1 de la parte 3 del libro 2 del Decreto 1081 de 2015 Único del Sector de la Presidencia de la República). Esto implica la elaboración de un plan de gestión del riesgo de desastres, basado en los tres procesos clave: conocimiento, reducción y manejo del riesgo. Así, se garantizará la articulación de la respuesta de emergencia con los instrumentos de planeación de la entidad territorial. Se deberá identificar en qué estado se encuentran los instrumentos de planificación (planes de gestión del riesgo y estrategias de respuesta) de la entidad territorial en la cual se encuentra las instalaciones de la empresa, quién es el responsable o el coordinador del Consejo Territorial de Gestión del Riesgo y qué acciones de articulación se han adelantado en ese territorio, esto con miras a vincularse activamente a tales iniciativas. Será necesario, a

Gestión del riesgo de desastres, planes de ayuda mutua y requisitos de la Guía RUC® Leer más »

Trabajar ‘en cadena’ para elevar la productividad y la competitividad de las mipymes colombianas

Por Aurelio Mejía / Gerente general de Colombia Productiva / Economista de la Universidad de Antioquia / Especialista en Gobierno, Gerencia y Asuntos Públicos de la Universidad Externado de Colombia / Magíster en Economía de la Salud de la Universidad de York. Colaboradores Giovanny Serrano¹,Jennifer Pineda²,Nathalia Córdoba³,Miguel Pire4,Camilo Torres5y José David Piñeros6 Cómo citar este artículo: Mejía A. ( 2024). Trabajar ‘en cadena’ para elevar la productividad y la competitividad de las mipymes colombianas. Protección & Seguridad No. 414 (marzo – abril 2024), ( 414), 30- 33. https://ccs.org.co/portfolio/trabajar-cadena-productividad-competitividad-mipymes-colombianas/ En Colombia, a pesar de que las micro, pequeñas y medianas empresas desempeñan un papel fundamental al generar el 67 % del empleo, su contribución al Producto Interno Bruto (PIB) se sitúa en un 28 %7. Este porcentaje se ubica por debajo del aporte promedio de las mipymes de los países pertenecientes a la OCDE que alcanza el 50 % y y también queda rezagado con respecto a algunos países de la región tales como Brasil (60 %), Chile (49 %) y México (46 %). Un camino para que las mipymes del país aumenten su contribución al PIB consiste en elevar su productividad, calidad y competitividad. Esto puede lograrse mediante el fortalecimiento de sus capacidades para trabajar en cadena con otras empresas de sus sectores e industrias, dentro y fuera del país. No obstante, este proceso solo será factible si los productos y servicios que las mipymes ofrecen son de alta calidad y poseen un nivel de sofisticación y especialización que cumpla con los estándares requeridos por las empresas ancla, sean estas nacionales, internacionales o del Estado. Sin embargo, la falta de coordinación y vínculos entre empresas —que restringe la capacidad para generar economías de escala— también reduce las oportunidades de las mipymes de encadenarse con nuevos compradores, impide la transmisión de avances tecnológicos y afecta el desarrollo de bienes y servicios más sofisticados, reduciendo así su capacidad competitiva. Así, cuando una mipyme logra un encadenamiento o una conexión efectiva en una cadena de suministro, este logro no es otra cosa que el resultado de un proceso de mejora interna, de una puesta a punto para convertirse en una proveedora idónea que cumple las condiciones y requerimientos del mercado. Es decir, que ha alcanzado procesos con altos niveles de productividad y calidad, una eficiente capacidad de producción y de respuesta al cliente, un óptimo y consciente uso de los recursos, materias primas y capacidad logística, así como una oferta con valor agregado. En este sentido, el fortalecimiento de cadenas de suministro puede generar beneficios microeconómicos como mejoras en la productividad gracias a una mayor innovación de procesos y productos, aumento del empleo y de puestos de trabajo de mayor calidad, fortalecimiento de los eslabonamientos productivos —hacia atrás y adelante—, mayor participación de las micro y pequeñas empresas de bienes y servicios, así como el aumento de la capacidad exportadora de las empresas locales y su consiguiente inserción en cadenas globales. Un mercado lleno de oportunidades Pero, más allá de estos beneficios, ¿qué pueden lograr las empresas al ser mejores proveedoras y tener encadenamientos efectivos con empresas ancla (nacionales, extranjeras y del Estado) y al insertarse en cadenas de valor? Las cifras sobre oportunidades de mercado son muy dicientes. De acuerdo con un análisis realizado por Colombia Productiva8 sobre el porcentaje del consumo de materias primas, materiales y empaques en el Total del Consumo Intermedio9 (y que tuvo en cuenta las cifras de la Encuesta Anual Manufacturera del DANE para 2022), el 75 % del consumo de las materias primas, materiales y empaques totales son adquiridos en la industria nacional. Este porcentaje varía dependiendo de la actividad de las empresas proveedoras. Por ejemplo, en el sector agroindustrial (donde se analizaron 21 clases industriales de consumo intermedio) se efectúan compras por un total de 64 billones de pesos en bienes y servicios esenciales para la producción. De este monto, el 91 %, es decir, 58 billones de pesos, corresponde a materias primas, materiales y empaques. A ello se suma que el 86 % de estos se adquirieron en el país por una suma que asciende a los 49 billones de pesos. Entre los sectores manufactureros (89 clases industriales analizadas) se encontró un consumo intermedio de 146 billones de pesos, de los cuales, 129 billones (el 88 %) corresponde a materias primas, materiales y empaques. De estos, el 70 % ($93 billones) fue comprado en el país. Ahora bien, si se pone el foco en las compras que realizan las empresas del Estado, se obtiene que, a diciembre de 2022 y según cifras de Colombia Compra Eficiente, el monto de contratación en Colombia alcanzó los 163 billones de pesos, cifra cercana a 11,1 % del PIB. De este monto contratado, 63 billones de pesos se destinaron a contratación directa, 42 billones a contratación especial y 52 billones correspondieron a recursos contratados a través de esquemas de competencia. La participación de las mipymes en las compras públicas fue superior al 85 %. Una estrategia para fortalecer las cadenas de suministro inclusivas y sostenibles De acuerdo con el Conpes 4129 de 2023 de la Política de Reindustrialización que lidera el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y de la cual Colombia Productiva es uno de los ejecutores, “la falta de encadenamientos impide la generación de riqueza de manera inclusiva y un uso más productivo del capital, las capacidades humanas, la infraestructura y la tecnología”. Dicho Conpes plantea instrumentos para fortalecer los encadenamientos y ayudar a las mipymes colombianas a insertarse en cadenas de suministro inclusivas y sostenibles. Bajo el liderazgo de la cartera anteriormente mencionada, Colombia Productiva implementó en diciembre de 2023 la iniciativa gubernamental ‘EnCadena, mejores proveedores’. Se trata de una estrategia gubernamental de encadenamientos que, a través de servicios de asistencia técnica, formación y herramientas digitales y complementarias, fortalecerá las capacidades de proveeduría de las mipymes para así fomentar el fortalecimiento de cadenas productivas de alto valor agregado que incorporen el uso de tecnología intermedia y avanzada en Colombia. ‘En Cadena, mejores proveedores’ busca mejorar

Trabajar ‘en cadena’ para elevar la productividad y la competitividad de las mipymes colombianas Leer más »

Riesgos emergentes y desafíos en SST: nuevos productos químicos y amenazas biológicas

Este contenido es la segunda parte de una serie de tres artículos en los que se exponen los cinco riesgos emergentes más críticos para las organizaciones e industrias, y presenta algunas recomendaciones para abordarlos. El Consejo Colombiano de Seguridad – CCS, en conmemoración del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, presenta estos desafíos. Riesgos biológicos La aparición de nuevas enfermedades y la intensificación de algunas ya existentes, la resistencia a los antimicrobianos y la exposición a agentes patógenos en entornos laborales específicos está dando forma a un panorama laboral cada vez más complejo en términos de salud y seguridad laboral. Entre las causas está, por un lado, la creciente pérdida de biodiversidad en los ecosistemas generada por la deforestación y el cambio climático, entre otras, que conlleva el desplazamiento de especies y una cercanía cada vez mayor a los centros poblados incrementando así el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas y el desarrollo de nuevas pandemias como la vivida por la COVID-19. Además, los cambios en las temperaturas pueden dar origen a nuevos riesgos derivados de la exposición a agentes biológicos. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que un clima más cálido aumentará la reproducción, resiliencia y distribución de enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, la malaria y el virus del Zika, entre otros. A su vez, estima que el número adicional de personas infectadas por malaria en América del Sur se incrementará de 25 millones en 2020 a 50 millones hacia el 2080. Entre ellas, se verán afectados trabajadores expuestos que realizan actividades en entornos exteriores, como la construcción, la agricultura, la minería y los servicios ambientales. Por otro lado, el uso excesivo e inadecuado de antibióticos en la medicina humana y veterinaria, ha llevado al desarrollo de cepas bacterianas resistentes, dificultando así el tratamiento de infecciones. Esto no solo pone en peligro la salud de los trabajadores expuestos a estos agentes patógenos en sus labores diarias, como el personal del sector de la salud, sino que también puede tener un impacto económico significativo en términos de costos de atención médica y pérdida de productividad laboral para las organizaciones. Además, ciertos sectores laborales enfrentan riesgos específicos relacionados con la exposición a agentes biológicos. Por ejemplo, los trabajadores de laboratorio pueden enfrentar riesgos asociados con la manipulación de muestras biológicas y cultivos de microorganismos. Las enfermedades transmisibles infecciosas son las que han tomado mayor relevancia en torno a SST, debido al rápido y fácil contagio que se puede generar del agente patógeno infeccioso y la aparición de signos y síntomas tempranos y/o tardío que pueden generar en el trabajador enfermedades crónicas y mortales como VIH, fiebre amarilla, tuberculosis, malaria, entre otras. Por ello es indispensable que desde las organizaciones se realice la educación y capacitación en torno a la identificación del peligro biológico en cada uno de los entornos de trabajo y el adecuado uso de los equipos de protección personal, así como el fomento de las prácticas de higiene respectivas como el correcto lavado de manos en los momentos correspondientes. También es indispensable mantener al día los esquemas de inmunización de la población trabajadora que se encuentra expuesto al peligro, mantener estrictos protocolos de gestión de residuos líquidos y sólidos que contengan contaminantes biológicos y realizar un riguroso monitoreo a la salud de los trabajadores con la realización de los exámenes médicos periódicos pertinentes que permitan detectar, de forma oportuna y temprana, las enfermedades o condiciones relacionadas con la exposición a agentes biológicos.  Riesgo químico por sustancias nuevas De acuerdo con la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR) del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU., se calcula que, a nivel mundial, se usan casi 70.000 sustancias químicas y el sector de los productos químicos introduce aproximadamente entre 200 y 1000 sustancias nuevas cada año. Por ello, los riesgos químicos emergentes representan una preocupación para la salud y la seguridad en el trabajo. Desde la exposición a productos químicos industriales hasta el uso de nanomateriales en la producción, los trabajadores se enfrentan a una serie de desafíos que requieren una atención especializada y medidas preventivas efectivas. Por ejemplo, existe evidencia científica sobre el cáncer ocupacional derivado de la exposición, cada vez más frecuente, a sustancias químicas y procesos insalubres no solo en los ámbitos laborales, sino también en los entornos cotidianos como consecuencia de la contaminación ambiental. La Organización Panamericana para la Salud asegura que “el 19 % de todos los cánceres son atribuidos a exposiciones en el medio ambiente, incluyendo los lugares de trabajo, con cerca de 1,3 millones de muertes anuales”. Adicionalmente, se han identificado 160 carcinógenos ocupacionales (entre plaguicidas, asbesto, benceno, sílice cristalina) y algunas circunstancias como la exposición a rayos ultravioleta (UV) y al humo de tabaco. Además del cáncer ocupacional, el trabajo con nanomateriales presenta desafíos únicos en términos de salud ocupacional. Los nanomateriales, debido a su tamaño diminuto y propiedades únicas, pueden tener efectos biológicos inesperados y potencialmente dañinos cuando se inhalan o se absorben a través de la piel. Los trabajadores expuestos a nanomateriales en industrias como la electrónica, la medicina y la ingeniería de materiales pueden enfrentar riesgos de toxicidad pulmonar, inflamación crónica, daño genético y efectos carcinogénicos. Para abordar estos riesgos químicos emergentes, es esencial que los empleadores implementen medidas preventivas efectivas en el lugar de trabajo. Esto puede incluir la evaluación y gestión de riesgos químicos, la implementación de controles de ingeniería, como la ventilación adecuada, el uso de barreras físicas y la provisión de equipos de protección personal (EPP) adecuados, como respiradores y trajes de protección química. Además, la capacitación regular sobre seguridad química y prácticas de trabajo seguras es fundamental para aumentar la conciencia de los trabajadores sobre los riesgos asociados con los productos químicos y cómo minimizar la exposición. Además, es crucial fomentar la investigación continua sobre los efectos de los productos químicos en la salud humana, especialmente en lo que respecta a los nanomateriales y otros compuestos emergentes. Esto puede incluir estudios

Riesgos emergentes y desafíos en SST: nuevos productos químicos y amenazas biológicas Leer más »

Factores clave a considerar en la revisión del SG-SST

Retos y oportunidades para la mejora continua. Por Dora Y. Cárdenas G. Auditora RUC®️ (CCS) Ingeniera Industrial / Especialista en Seguridad y Salud en el Trabajo e Higiene Industrial / Auditora líder para Sistemas Integrados en normas ISO y para Tareas de Alto Riesgo. Cómo citar este artículo:Cardenas, D. (2023). Factores clave a considerar en la revisión del SG-SST. Retos y oportunidades para la mejora continua. Revista Protección & Seguridad No. 410 pág. 82-84. Consejo Colombiano de Seguridad. La revisión del Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST) por parte de la alta dirección es un factor clave para garantizar la eficacia y la mejora continua del sistema en las organizaciones pues determina las metas que se deben cumplir, las acciones que se deben llevar a cabo y la identificación de aspectos a fortalecer bajo un enfoque de mejora continua. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el entorno laboral permanece en constante evolución. Por ende, en el proceso de revisión del SG-SST se debe realizar un profundo análisis de los cambios, retos y oportunidades para que las organizaciones puedan enfrentarlos y asumirlos de manera efectiva, a través del planteamiento de estrategias y soluciones transformadoras con el propósito de continuar protegiendo la seguridad y la salud de los trabajadores, al mismo tiempo que se preserva el medio ambiente. Para la identificación de dichos retos y oportunidades se deben de tener en cuenta aspectos relevantes, entre ellos, los siguientes: El ambiente laboral ha ido experimentando cambios relevantes en los últimos años debido a fenómenos como la globalización, la automatización, la transformación digital y el crecimiento demográfico. Estos cambios suponen nuevos desafíos para la alta dirección al momento de revisar el SG-SST ya que este debe adaptarse y responder de manera efectiva a dichas transformaciones. Por lo tanto, se pueden generar impactos en temas como la asignación de recursos, las estrategias para el control de externalidades ambientales, los programas de capacitación y entrenamiento, el análisis de causalidad de accidentes y casi accidentes, la identificación de enfermedades laborales emergentes y el desarrollo de nuevos procesos o procedimientos, como parte de la gestión del cambio y el acoplamiento a la nueva legislación o a nuevos estándares laborales. Otros factores a considerar son los nuevos riesgos laborales generados por la adopción de tecnologías innovadoras y la transformación digital de los procesos productivos que pueden influir en la seguridad y la salud de los trabajadores. Entre estos podemos mencionar el incremento del estrés laboral relacionado con el trabajo a distancia, el riesgo ergonómico asociado al uso prolongado de dispositivos electrónicos y la ciberseguridad. A su vez, deben ser tenidos en cuenta los cambios en la naturaleza del trabajo que han ido generando una creciente precarización del empleo, la proliferación de trabajos temporales y el incremento del trabajo por proyectos, factores que han generado una mayor rotación de personal y la disminución de la estabilidad laboral. Por ende, la alta dirección deberá considerar en su revisión estos fenómenos y adaptar las estrategias de prevención y control que se puedan implementar, así como las políticas y prácticas de seguridad, salud en el trabajo y ambiente para garantizar la protección de todos los trabajadores, independientemente de su situación contractual. Finalmente, en la revisión tendrán cabida aspectos asociados a la diversidad e inclusión social en los entornos laborales. Es evidente que la presencia de trabajadores de diferentes culturas, géneros, edades y capacidades plantea desafíos y nuevas oportunidades en términos de seguridad y salud en el trabajo. Así las cosas, la dirección debe integrar en su valoración del SG-SST las necesidades específicas para estos grupos y garantizar que las políticas y prácticas de seguridad y salud sean inclusivas y sensibles a dichas particularidades. La revisión también debe prestar especial atención a la inclusión y protección de los grupos vulnerables, como los trabajadores informales, migrantes y personas con discapacidad. Esto, con el fin de desarrollar políticas y prácticas inclusivas en materia de seguridad y salud en el trabajo que aborden las necesidades específicas de estos grupos vulnerables y promuevan su participación en la prevención y el control de riesgos laborales. Para alcanzar este propósito será necesaria la sensibilización y capacitación de los directivos y trabajadores de manera que se fomente una cultura de respeto y solidaridad en el entorno laboral. 2. Integración con otros sistemas de gestión La eficacia del Sistema de Seguridad y Salud en el Trabajo puede optimizarse y fortalecerse mediante la combinación con otros sistemas de gestión que persiguen la calidad, la responsabilidad social corporativa, la continuidad del negocio, la ética y las políticas antisoborno. De esta forma, la revisión por parte de la alta dirección debe considerar la convergencia estratégica entre dichos sistemas con el fin de buscar oportunidades para la optimización y la armonización de las prácticas y procesos que conduzcan a la mejora en la calidad de vida de los trabajadores, así como a la madurez del sistema en sí mismo. Para ello, se debe adoptar un enfoque holístico considerando la interacción y complementariedad que hay entre la seguridad y la salud en el trabajo y la protección ambiental con otros aspectos de la gestión empresarial. Esto puede aportar una mayor eficiencia y efectividad en la implementación y el monitoreo del SG-SST. También se hace preciso tener en cuenta la gestión de las cadenas de suministro que, gracias a la globalización y a su complejización, generan mayores retos relacionados con la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Los riesgos y responsabilidades asociados a la gestión de proveedores deberán ser considerados para desarrollar estrategias que garanticen condiciones laborales sanas y seguras en todas las etapas de producción y distribución. Los riesgos y responsabilidades asociados a la gestión de proveedores deberán ser considerados para desarrollar estrategias que garanticen condiciones laborales sanas y seguras en todas las etapas de producción y distribución». 3. Formación y capacitación de los directivos El éxito de la revisión del SG-SST por parte de la alta dirección depende, en gran medida, de la formación y capacitación que

Factores clave a considerar en la revisión del SG-SST Leer más »

SST y trabajo decente, elementos clave en la estrategia de creación de valor sostenible

Por Carolina Antolinez, Líder Técnica CCS; Diana Forero, Gerente de Comunicaciones CCS, Jacqueline Mesa;, Gerente Técnica CCS; Viviana Salamanca, Líder de Comunicaciones CCS. Cómo citar este artículo:Antolinez, Carolina; Forero, Diana; Mesa, Jacqueline; Salamanca, Viviana. Consejo Colombiano de Seguridad. SST y Trabajo Decente, elementos clave en la estrategia de creación de valor sostenible. Diciembre de 2023. https://ccs.org.co/portfolio/sst-y-trabajo-decente-elementos-clave-en-la-estrategia-de-creacion-de-valor-sostenible/ Las organizaciones, sin discriminar su tamaño, naturaleza o sector, están conformadas por personas. Más allá del nivel de avance tecnológico o automatización de procesos, son los seres humanos quienes toman las decisiones, programan máquinas y dispositivos, supervisan su funcionamiento, dan vida a la cultura corporativa y lideran el cumplimiento de los objetivos. La esencia de cualquier empresa, institución o entidad radica en las personas que la integran: desde la alta dirección hasta el personal de base, cada individuo aporta con su conocimiento, experiencia y perspectiva única. En consecuencia, la gestión y protección del capital humano desempeña un papel crucial en el éxito de las organizaciones y la continuidad de los negocios. En este sentido, la Seguridad y la Salud en el Trabajo (SST) y la promoción del trabajo decente se han convertido en dos elementos cruciales en la estrategia de creación de valor sostenible para las organizaciones. Hoy por hoy, estos aspectos van más allá de ser un requisito legal y ético, convirtiéndose en un pilar fundamental en las estrategias de sostenibilidad corporativa. “Un entorno de trabajo seguro y saludable reduce el absentismo laboral, aumenta la productividad, eleva la moral y la satisfacción de los empleados y reduce los costos asociados a accidentes y enfermedades laborales. Todo esto se traduce en una mayor atracción y retención de talento, una mejora en el desempeño empresarial (al tiempo que crea valor social representado por una mejor calidad de vida y bienestar para los trabajadores y sus familias), sumado al fortalecimiento de la reputación corporativa”, asegura Adriana Solano Luque, presidenta ejecutiva del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). Por el contrario, una gestión deficiente en el cuidado y protección de los trabajadores puede acarrearle a una empresa pérdida de mercados, desconfianza, socavo de su legitimidad e, incluso, la imposibilidad de continuar operando; y, en un caso extremo, sanciones y multas. A esto se añade un nuevo desafío: las empresas, como actores clave del desarrollo económico, están llamadas a promover el trabajo decente, uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. En un mundo con una creciente expansión demográfica, las organizaciones deben apostar por la creación de oportunidades de empleo que no solo logren absorber la creciente fuerza laboral, sino que también ayuden a las personas a mejorar su calidad de vida y a romper los ciclos de pobreza y exclusión. Las estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indican que, para 2023, se ontuvo un déficit global de empleo de 453 millones de personas, lo que constituye un 11,7 % de la población en edad laboral. Este porcentaje se eleva al 14,5 % en el caso de las mujeres y alcanza un 25,7 % en países de bajos ingresos. Por ello, se insta a las empresas a garantizar condiciones dignas de empleo, tanto a sus trabajadores directos como en sus cadenas de suministro y erradicar prácticas que pongan en peligro los derechos laborales, fomentar la contratación de nueva mano de obra, especialmente entre grupos en situación de vulnerabilidad como jóvenes, mujeres y migrantes. “No es casualidad que la SST y el trabajo decente aparezcan de forma destacada y recurrente en el listado de los asuntos materiales (o aspectos de mayor relevancia) que, hoy por hoy, guían la estrategia de sostenibilidad de las empresas”, menciona Solano Luque Para la muestra, un estudio adelantado este año por la firma global de auditoría y consultoría KPMG sobre reportes de sostenibilidad en Latinoamérica, que consultó a 1.000 empresas de la región, evidencia que el 35 % de las organizaciones consultadas aborda la problemática de los riesgos sociales en sus reportes de sostenibilidad y que los elementos generalmente cubiertos tienen que ver con cuestiones de seguridad y salud en el trabajo, condiciones laborales y relaciones con la comunidad, siendo estos asuntos “cruciales para la mayoría de las empresas y sus negocios”, como lo indica la firma. Así mismo, el informe ‘Tendencias en informes de sostenibilidad para 2023’ encontró que entre los asuntos materiales más relevantes para las compañías están la Seguridad y la Salud en el Trabajo, las relaciones con proveedores, los derechos humanos, la inversión en la comunidad, el bienestar de los empleados, la diversidad y la inclusión. De otro lado, dentro de los criterios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) que los inversionistas y fondos de capital tienen en cuenta a la hora de otorgar apalancamiento financiero, se está tomando muy en cuenta el desempeño de las organizaciones en temas que incluyen (tan solo en el ámbito social) salud y bienestar; desarrollo de capital humano; condiciones laborales; abastecimiento ético de la cadena de suministro (con énfasis en la lucha contra la esclavitud moderna y el trabajo infantil); respeto de los derechos humanos en las instalaciones de la empresa y de los proveedores y contratistas; equidad de género, diversidad e igualdad de oportunidades en el lugar de trabajo, entre otros. “Así, en la medida en que una organización sea capaz de identificar y gestionar los riesgos derivados de sus actividades y operaciones en dichos ámbitos y de aprovechar las oportunidades que emergen de allí, podrá crear valor para sí misma y para la sociedad”, asegura Solano Luque. Por eso, considera clave impulsar “la filosofía de poner a las personas en el centro de las estrategias corporativas, partiendo de la base de que la salud, la seguridad y el bienestar en el trabajo son pilares de la sostenibilidad”. Para ello, desde su Declaración de Sostenibilidad, el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) insta a trabajar de la mano con las empresas, las cadenas de suministro, las agremiaciones y el sector público para impulsar las mejores prácticas de gestión económica, ambiental, social y de gobierno corporativo que conduzcan a la creación

SST y trabajo decente, elementos clave en la estrategia de creación de valor sostenible Leer más »

Control operacional del riesgo como pilar fundamental en la generación de entornos de trabajo seguros y saludables

Por Jorge Olave Molano / Gerente de Relacionamiento Institucional CCS / Bogotá, Colombia / Mayo de 2021 Cómo citar este artículo:Olave, J. 2021. Control operacional del riesgo como pilar fundamental en la generación de entornos de trabajo seguros y saludables. Revista Protección & Seguridad No. 397 pág. 40 – 42. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/control-operacional-del-riesgo-como-pilar-fundamental-en-la-generacion-de-entornos-de-trabajo-seguros-y-saludables/ La gestión de la seguridad y salud en el trabajo actualmente tiene un enfoque absolutamente integral, que va desde la visión holística de la prevención y la alineación con la estratégica de la organización, hasta el enfoque específico del control de los riesgos asociados a las tareas o actividades de la organización, promoviendo la visión integral de cada uno de los que construyen acciones relacionadas con la gestión de la seguridad y salud en el trabajo en los diferentes escenarios. El término «sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo» ha tenido evolución durante las diferentes etapas de concepción del mismo, teniéndose actualmente la definición acuñada por Ministerio del Trabajo como el «proceso lógico y por etapas, basado en la mejora continua, lo cual incluye la política, la organización, la planificación, la aplicación, la evaluación, la auditoría y las acciones de mejora con el objetivo de anticipar, reconocer, evaluar y controlar los riesgos que puedan afectar la seguridad y la salud en los espacios laborales» (Ministerio del Trabajo, 2015), resaltando así, que la seguridad y salud en el trabajo compila diferentes componentes y áreas del conocimiento que se articulan entre sí para lograr el «control de los riesgos» que puedan afectar la salud y seguridad de cada trabajador, a través de la intervención, de entre otros aspectos, el ambiente de trabajo donde se desarrollan las actividades. Uno de los componentes de la gestión de la seguridad y salud en el trabajo que tiene importante relevancia e influencia en la generación de entornos de trabajo seguros y saludables es el control operacional del riesgo, término que está referenciado en la norma internacional ISO 45001:2015 en el numeral ocho «planificación y control operacional», en el que se especifica que la organización debe planificar, implantar, controlar y mantener procesos para asegurar el cumplimiento de los criterios inherentes al sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo, por medio de entender y fijar criterios técnicos para los diferentes procesos, además del desarrollo e implementación de controles para dichos procesos bajo los criterios técnicos definidos, la estandarización, procedimientos e información documentada que garantice el cumplimiento de los parámetros control de los riesgos en los procesos y el análisis de las actividades de trabajo buscando la adaptación de estas al trabajador. Igualmente, la norma internacional ISO 45001: 2015 hace referencia en su numeral ocho de «planificación y control operacional» a la eliminación de peligros y reducción de riesgos para la seguridad y salud en el trabajo y, en su numeral 8.1.2, desarrolla criterios técnicos para la planificación y control operacional del riesgo, promoviendo que la organización diseñe, implemente y mantenga diferentes mecanismos para la eliminación de toda fuente de peligro que exista y redunde en la mitigación de los riesgos ocupacionales propios de la organización. Así, bajo lo especificado en la norma internacional ISO 45001 y lo que actualmente especifica el marco legal colombiano en materia de seguridad y salud en el trabajo, el control operacional del riesgo es la parte de la gestión integral de la seguridad y salud en el trabajo que busca definir, desarrollar e implementar mecanismos inmediatos para eliminar los peligros y mitigar, en su mayor expresión, los riesgos inherentes a las actividades y procesos de la organización, siendo establecidos tales controles operacionales de manera objetiva, estandarizada, clara y universal para los trabajadores, contratistas y partes interesadas que tengan contacto directo o indirecto con la fuente principal del peligro a través de procedimientos, información documentada, mensajes claros de límites de exposición al riesgo, medidas de advertencia, señales y demás, que complementen la eficacia de los controles operacionales implementados. Cabe resaltar algunas características esenciales del control operacional del riesgo: ◥ Un elemento de entrada clave para establecer, diseñar e implementar los controles operacionales del riesgo es la identificación de peligros, evaluación y valoración de riesgos, mediante metodologías y mecanismos cualitativos y cuantitativos que promuevan la visión de 360 grados de todos los peligros de la organización, con base en todas las actividades y procesos. Es necesario identificar parámetros como la probabilidad de materialización, la severidad o consecuencias generadas, el nivel de exposición de los trabajadores y demás elementos que permitan caracterizar el nivel de riesgo de las diferentes actividades y procesos de la organización, por supuesto fijando la atención a los que mayor valoración arrojen, siendo estos los mas críticos para la organización y sobre los cuales se deberán establecer controles operacionales de muy alta eficacia. ◥ El establecimiento, diseño e implementación de controles operacionales debe obedecer a una jerarquía de acuerdo con la eficacia de los mismos, para lo cual es importante recalcar que el Decreto Único Reglamentario 1072 en el artículo 2.2.4.6.24 «medidas de prevención y control», especifica que los controles deberán adoptarse con base en el análisis de pertinencia, teniendo en cuenta los diferentes niveles de jerarquía de control del riesgo, iniciando (y desarrollándose desde el de mayor eficacia al menos eficaz) con la eliminación del peligro como aquellos controles enfocados a desaparecer el peligro y/o riesgo.◥ Se continúa con la sustitución como una medida de control que busca cambiar y reemplazar una fuente de peligro por otra que genere un menor riesgo al trabajador; el siguiente nivel está desarrollado sobre los controles de ingeniería, definidos por el Decreto 1072 de 2015, como «Medidas técnicas para el control del peligro/riesgo en su origen (fuente) o en el medio, tales como el confinamiento (encerramiento) de un peligro o un proceso de trabajo, aislamiento de un proceso peligroso o del trabajador y la ventilación (general y localizada), entre otros». Haciendo claridad que sobre estos tres primeros niveles de la jerarquía del control del riesgo se desarrollan acciones de estandarización, definición

Control operacional del riesgo como pilar fundamental en la generación de entornos de trabajo seguros y saludables Leer más »

Sistemas integrados de gestión en las pymes

Por Felipe Murcia Tamayo / Ingeniero Industrial, Especialista en salud ocupacional, Auditor Interno HSEQ /Ex Líder Comités Técnicos del CCS / Bogotá, Colombia / octubre de 2020. Cómo citar este artículo:Murcia, F. (2020). Sistemas integrados de gestión en las pymes. Revista Protección & Seguridad No. 394 pág. 51-56. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/sistemas-integrados-de-gestion-en-las-pymes/ Las organizaciones, como sistemas económicos, sociales y productivos, se rigen por alcanzar resultados y metas con estándares de calidad, medio ambiente, seguridad y salud en el trabajo, cada vez más altos. Por ello, acuden a los sistemas integrados de gestión, los cuales hacen referencia al desarrollo de la gestión efectiva y productiva de las diferentes actividades o procedimientos dentro de una organización. Actualmente el comercio internacional ha impulsado la creación de normas internacionales de estandarización, con el fin de facilitar las relaciones comerciales, al desarrollar marcos comunes acerca de la comercialización, los procesos de producción, las actividades y los materiales, entre otros. Teniendo en cuenta lo anterior, las normas que integran un Sistema Integrado de Gestión (SIG) son: Sistema de Gestión de Calidad ISO 9001:2015, Sistema de Gestión del Medio Ambiente ISO 14001:2015 y Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo ISO 45001:2018, Decreto 1072 de 2015 y Resolución 312 de 2019. Figura 1. Sistemas que conforman el SIG Dichos sistemas de gestión proporcionan herramientas de interacción a nivel mundial con los diferentes sectores económicos, a través de la gestión empresarial de las organizaciones en temas como la satisfacción del cliente, mejora continua de los procesos, acciones preventivas y correctivas, responsabilidades y roles de la alta dirección, la gestión de los peligros y riesgos laborales, manejo y determinación final de residuos, y la protección del medio ambiente. Las pequeñas y medianas empresas (pymes) son símbolo de crecimiento económico, en la medida en que aportan el mayor porcentaje de empleo y el aumento al PIB para el país, por esta razón, se les ha venido exigiendo desde finales del siglo XX la necesidad de alcanzar certificaciones de sus procesos y procedimientos, cuyo principal objetivo es crecer y no estancar los procesos que se desarrollan. Entre otras cosas, el no contar con un SIG representa para las pymes una mayor dificultad en el establecimiento de controles e indicadores, los cuales permiten ejercer la autoevaluación de resultados a las organizaciones y así mismo realizar la planeación estratégica de forma acertada que incluya oportunidades de mejora (Galeano Villate, A. C., & Vargas Nuñez, J. D. , 2020). En la Tabla 1 se encuentra la clasificación de las empresas en Colombia según su tamaño. Tabla 1. Clasificación empresas en Colombia según tamaño *SMMLV: Salario mínimo mensual legal vigente.** UVT: Unidad de Valor Tributario.Fuente: elaboración propia con información suministrada por la Ley 905 de 2004 (Rama Legislativa del Poder Público, 2004). Beneficios de los SIG Colombia ha sido pionero en la integración de las normas ISO en sus empresas, sin embargo, este panorama se ha establecido más de la mano de la implementación de las normas del SIG a nivel individual, que con la adopción de sistemas integrados. La conjugación de las tres normas que componen el Sistema Integrado HSEQ trae consigo mayores beneficios, puesto que se abarcan aspectos integrales de cada organización en cuanto al manejo del riesgo, la definición de procesos de negocio y la satisfacción de las expectativas de los clientes. Adicionalmente, se reduce sustancialmente la documentación frente a escenarios en los cuales se adoptan las normas individualmente y sin integración. Todo esto, con el fin de dar cumplimiento a los tres objetivos de dichas normas, como son: la correcta gestión de la seguridad y salud en el trabajo, un adecuado relacionamiento de la producción con el medio ambiente y la obtención de calidad continua en productos y servicios (Kauppila, O., Janne, H., & Seppo, V., 2015). Con la implantación de un SIG no solo se controla el factor de desarrollo y calidad de un producto, sino también la reducción del impacto ambiental y la innovación en este tipo de procesos. Además, se impacta la reducción de riesgos laborales, que hoy en día continúan siendo altos. Esto cobra mayor importancia si se quiere entrar a competir a los mercados internacionales, ya que las disposiciones de las normas de los sistemas HSEQ, nacen y hacen parte del interés nacional de los países por comerciar y negociar de forma segura (Iglesias Rodríguez, G., Castro Ponte, A., Guerreiro, R., Formoso, F., & Couce, C., 2011). Para concluir, es importante desglosar algunos puntos en cuanto a los beneficios y ventajas que trae el cumplimiento y desarrollo de los SIG, tanto a nivel económico como social: SIG para pymes Específicamente para las empresas clasificadas como pymes en Colombia, existen algunas especificaciones técnicas y legales por cada uno de los sistemas de gestión: Los costos tangibles e intangibles y el daño a la reputación provocado por un accidente laboral pueden ser fatales para una pyme. Por esta razón, es fundamental tener un sistema de gestión de seguridad y salud apropiado, el cual según la legislación colombiana se debe cumplir con la Resolución 312 de 2019, derivada del Decreto Único Reglamentario del sector trabajo 1072 de 2015, en su capítulo 6, y la norma ISO 45001, la cual es extremadamente valiosa para los sistemas de gestión de seguridad y salud, y cualquier pequeña empresa puede implementarlo con el objeto de identificar los peligros laborales, mitigar riesgos, evitar la pérdida de productividad y establecer una cultura general de seguridad en su empresa. Lo anterior, teniendo en cuenta que la ISO 45001:2018 no es exigida como un requisito legal (Ministerio del Trabajo, 2016). A continuación, se relacionan los puntos clave de cada una de estas normas legislativas para el SG-SST: Tabla 2. Puntos clave para el desarrollo de un SG-SST Fuente: elaboración propia a partir de información suministrada por las normas SG-SST (ISO, 2018) (Ministerio del Trabajo, 2015) (Ministerio del Trabajo, 2019). 2. Sistema de Gestión de la Calidad La norma ISO 9001 es un sistema de gestión de calidad genérico que se puede aplicar

Sistemas integrados de gestión en las pymes Leer más »

La importancia de los trabajadores en el servicio al cliente

El conferencista y escritor, catalogado como el experto número uno en servicio y experiencia al cliente en América Latina, Gabriel Vallejo López, compartió en una charla con la presidenta del Consejo Colombiano de Seguridad (CSS), Adriana Solano Luque, su concepto de la gran importancia que tienen los trabajadores en el servicio al cliente. Nos habló, además, acerca de su libro más reciente ¨Las dos caras del servicio¨. Cómo citar este artículo:Consejo Colobiano de Seguridad (2020). La importancia de los trabajadores en el servicio al cliente. Revista Protección & Seguridad No. 394 pág. 14-15. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/la-importancia-de-los-trabajadores-en-el-servicio-al-cliente/ Exministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible y exdirector del Departamento de Prosperidad Social (DPS), Gabriel Vallejo lleva estudiando el tema de servicio al cliente por más de 20 años en los sectores público y privado. Ha publicado cuatro libros en el tema (más de 32.000 ejemplares vendidos), siendo ´Un paso adelante´ el libro de ´management ´ más vendido en Colombia en el año de su publicación y uno de los más vendidos de la década. En los últimos años, ha dictado más de 480 conferencias en varios países y ha sido columnista de opinión del diario económico Portafolio. En la actualidad, Gabriel Vallejo es uno de los expertos más reconocidos en el tema de servicio al cliente en América Latina. «Normalmente, la gente piensa que los temas del servicio tienen que ver solo con el mundo empresarial y no es así (…), la vida de todo el mundo gira en torno al servicio, por lo cual el reto del servicio no es un reto de las empresas, el reto del servicio es el reto de nuestras vidas y ese es el encanto de este tema». Con esta frase, Vallejo López inició su charla, explicando a los invitados la importancia de lo que significa el servicio en la vida de cualquier persona, pertenezca o no al mundo laboral. A lo largo de un poco más de una hora, Gabriel compartió con Adriana Solano y con todos los asistentes virtuales, diferentes conceptos y vivencias que demostraron el porqué es considerado todo un gurú en el tema. Con ejemplos reales y concretos dio a entender la importancia y el significado de los trabajadores en el servicio al cliente. «Anteriormente, se decía que las empresas son quienes deben motivar a los empleados, pero ese es un concepto mandado a recoger. Yo no creo que uno tenga que motivar a los empleados, aquí cada uno tiene que motivarse solo y esto tiene que ver con un tema que es muy importante y es el ¿cómo lograr tener empleados felices? Se logra teniendo gente que tenga un propósito de vida claro, porque uno de los grandes problemas nuestros es que nadie nos enseña a buscar nuestro propósito de la vida», aseguró Vallejo. ¿Cómo llegó a interesarse en el mundo del servicio? Vallejo López se remite al libro “Moment of truth”, escrito por el sueco Jan Carlzon, exdirector ejecutivo del Grupo SAS (Scandinavian Airlines Sytem) quien logró, gracias a la conciencia del servicio, volver a esta la aerolínea la más puntual del mundo. Vallejo considera a Carlzon como la leyenda más grande del mundo del servicio y fue él quien, en gran parte, lo influenció en su trayectoria profesional para convertirse hoy en día en todo un experto en el servicio al cliente. ¿Por qué somos tan malos prestando el servicio? Según Vallejo López, en Colombia, sólo tres de cada diez colombianos están satisfechos por el nivel del servicio recibido, es decir, siete de cada diez está insatisfecho. Para el escritor, el problema radica, en gran parte, en que las empresas siguen creyendo que el cliente es lo más importante y eso no es verdad. «La única ventaja competitiva sostenible en el tiempo es cómo logran las empresas generar experiencias memorables a los clientes, y éstas se generan a través de la gente, de las personas, de los empleados. Si una empresa se centra en sus empleados está mirando objetivamente », afirmó Gabriel. En conclusión, un empleado feliz atenderá mucho mejor a los clientes, su servicio, será superior a un empleado que no esté contento con lo que hace. ¿Cómo incide la felicidad del trabajador como parte del bienestar en el resultado de las estrategias de servicio? Según Vallejo, existen tres formas para determinar la felicidad de un trabajador en una empresa: Las dos caras del servicio: su último libro Durante los tres últimos años, Gabriel Vallejo se dedicó a buscar las situaciones cotidianas más especiales, donde el servicio al cliente se ha convertido en una experiencia catastrófica o en un ejemplo de servicio al cliente memorable y las recopiló en su último libro, “Las dos caras del servicio”. Por medio de 34 casos de experiencias de buen y mal servicio, el autor permite que el lector entienda los errores aciertos que se cometen a la hora de servir. El libro ofrece herramientas concretas y prácticas para mejorar sustancialmente en la prestación del servicio, además, permite a los lectores, por medio de conclusiones prácticas de cada uno de los 34 casos, aterrizar las enseñanzas al día a día del trabajo para ponerlo en práctica. Y es que en este libro se encontrarán experiencias de la vida real que permiten que quien lo lea, independiente del trabajo que tenga y de su rol en la organización o el sector en el que se desempeñe, pueda verse reflejado en él. Para mayor información sobre el autor y sus libros, puede ingresar a www.gabrielvallejolopez.com Vea la conversación completa entre Gabriel Vallejo López y Adriana Solano Luque escaneando el siguiente código QR.

La importancia de los trabajadores en el servicio al cliente Leer más »

El rol de empresas contratantes y contratistas en el fortalecimiento de la seguridad vial. Un reto común

Viviana Plazas Muñoz, abogada consultora, especialista en Derecho Laboral. Candidata a magíster en Seguridad y Salud en el Trabajo. Autora. Docente de posgrado y programas de educación continua en la Universidad de La Sabana y en el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). Cómo citar este artículo:Plazas, V. (2023). El rol de empresas contratantes y contratistas en el fortalecimiento de la seguridad vial. Un reto común. Revista Dataruc 2023 pág. 90-91. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/el-rol-de-empresas-contratantes-y-contratistas-en-el-fortalecimiento-de-la-seguridad-vial-un-reto-comun/ Actuar coordinadamente en pro de la prevención de siniestros viales resulta fundamental para el éxito de las relaciones entre contratistas y contratantes en la nueva realidad del trabajo y de las relaciones laborales. En efecto, independientemente del sector de la economía del que se trate, o de si la organización se dedica o no a la prestación del servicio público de transporte, la disminución de la accidentalidad, hoy por hoy, es tarea de todos. Y no es para menos. Cifras del Plan Nacional de Seguridad Vial 2022-2031 indican que para el 2019 los fallecimientos como consecuencia de siniestros viales constituyeron el segundo contexto de violencia que más ocasionó lesiones fatales de causa externa enColombia. Así mismo, las cifras mencionadas indican que los motociclistas representaron el 51 % de las víctimas fatales en Colombia, seguidos por los peatones y los usuarios de bicicleta quienes han tenido un incremento en la accidentalidad en los últimos años. Poresta razón, tanto contratantes como contratistas tienen una oportunidad histórica no solo de mitigar los riesgos de accidentalidad laboral en la vía a los que se exponen sus colaboradores, sino también de generar un impacto que redunde en beneficio de todos losactores viales. Los contratantes, por ejemplo, tienen el reto de implementar acciones para capacitar a sus colaboradores en seguridad vial. Adicionalmente, si cuentan con un Plan Estratégico de Seguridad Vial (PESV), la más reciente Resolución 40595 del Ministerio de Transporte les brinda herramientas para la verificación del cumplimiento de las normas en esta materia por parte de sus contratistas. Por un lado, comprobando que los contratistas obligados cuenten con un plan estratégico de seguridad vial y lo ejecuten; y, por otro, para aquellos contratistas, subcontratistas y terceros que ejercen el rol de conductores y propietarios de vehículos no obligados a tener un PESV, la norma indica que la organización debe establecer disposiciones que regulen, como mínimo, (i) los requisitos de seguridad vial que deben cumplir los conductores; (ii) la puesta a disposición de la organización, por parte del propietario del vehículo, del historial del conductor; (iii) la presentación, por parte del propietario del vehículo, de la documentación vigente del conductor y del vehículo; (iv) la participación del conductor en las capacitaciones de seguridad vial de la organización; (v) la presentación diaria de la inspección preoperaciónal del vehículo por parte del conductor del mismo; (vi) el cumplimiento de controles administrativos y perativos definidos por la organización; (vii) el reporte de siniestros viales ocurridos al servicio de la organización; así como (viii) la implementación de mecanismos de evaluación del cumplimiento de los requisitos aquí mencionados. Para los contratistas, por su parte, el conocimiento de los nuevos requisitos legales así como de aquellos que exige la organización contratante y la preparación e implementación de acciones oportunas para su cumplimiento representará una ventaja competitiva indudable. De esta manera, el efecto más probable será la superación de otros competidores que no cuenten con medidas de prevención en materia de seguridad vial. Una consecuencia que adquiere sentido en un mercado en el que la prevención de riesgos laborales y el cumplimiento de requisitos legales hoy en día pueden hacer la diferencia en materia de selección de contratistas.

El rol de empresas contratantes y contratistas en el fortalecimiento de la seguridad vial. Un reto común Leer más »