Gestión de la SST

La salud y la seguridad en el trabajo: una visión desde la sostenibilidad

Por Mauricio López González, director ejecutivo de la Red Colombia del Pacto Global, iniciativa de las Naciones Unidas. El Pacto Global de las Naciones Unidas es la iniciativa corporativa más grande del mundo, con más de 15.000 empresas y organizaciones, estructurada en 69 redes locales en más de 130 países en el mundo. Desde su fundación, en el año 2000, sus temas esenciales han sido la promoción de los Derechos Humanos, los estándares laborales para un trabajo digno, la protección ambiental y la lucha contra la corrupción a través de un decálogo de principios que pueden ser consultados con más detalle en www.pactoglobal-colombia.org. En Colombia, hay más de 600 empresas y organizaciones adheridas al Pacto Global en todos los sectores productivos e incluyen a grandes, medianas y pequeñas empresas, a la academia, a organizaciones sociales, gremiales y sindicales y a medios de comunicación. Desde el 2015, con la promulgación por parte de las Naciones Unidas de la Agenda 2030 de Sostenibilidad, el Pacto Global ha sido un referente esencial para la promoción adecuada y la inserción de la sostenibilidad en todas las actividades de la sociedad. No es una acción deshilvanada y marginal, sino que promueve una integración armónica y permanente entre 107 el desarrollo económico y social, y de estas dos variables insertadas en un ecosistema natural. Por eso la sostenibilidad es el eje que mueve la tendencia actual. A través de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de sus 169 metas se presenta, de manera sistémica, todo un catálogo de referencias indispensables para alcanzar logros, tanto a nivel global como local, hacia el año 2030. Es decir que, hablando en plata blanca, solo nos quedan ocho años para alcanzar los objetivos centrales de tener un mundo mejor y más humano para todos los habitantes de este único planeta que tenemos. Dentro de todo el panorama integrador de los ODS, y haciendo la necesaria salvedad de que dicha articulación es esencial para alcanzar los objetivos propuestos, en esta ocasión nos vamos a concentrar en la Salud y la Seguridad en el Trabajo como eje central de varios de esos objetivos. En primer lugar, en Colombia, el Conpes 3918 de marzo de 2018 mediante el cual se establecen los lineamientos centrales para el cumplimiento de la Agenda 2030, presentó una meta para ese año con relación al ODS 8 ‘Trabajo Decente y Crecimiento Económico’. Esta meta consiste en la aspiración de alcanzar una tasa de formalidad laboral (% de la población ocupada) del 60 %. tiene toda la lógica. Definitivamente, con más empleos formales, se obtienen impactos positivos como los aumentos de coberturas en los sistemas de seguridad social y de pensiones, mayor salud y seguridad en el trabajo, inclusión y disminución de las inequidades, por mencionar algunos ejemplos. Y es que solo basta con mirar las metas del ODS 8 para encontrar relaciones directas: se alcanzan mayores niveles de productividad económica, a través de la diversificación, la modernización tecnológica y la innovación (meta 8.2); se apuesta por lograr un empleo pleno y productivo garantizando un trabajo decente, sin discriminaciones de ningún tipo (meta 8.5); se protegen los derechos laborales y se promueven los entornos seguros y protegidos para la totalidad de los trabajadores (meta 8.8). Y si comenzamos a movernos por todo el universo de los ODS, encontramos relaciones directas con el ODS 3 ‘Salud y Bienestar’, el ODS 4 ‘Educación de Calidad’ y el ODS 5 ‘Equidad de Género’. Lo mismo ocurre con en el ODS 10 ‘Reducción de las desigualdades’ y conel ODS 16 ‘Paz, Justicia e Instituciones Sólidas’ porque, al tener un empleo seguro, digno, que permite avanzar hacia un mejor estadio de humanidad, la vida en el trabajo y el trabajo en la vida se vuelven amables y permiten una mejor convivencia, un mejor estar, una mayor formación, una inclusión sin discusiones. En Pacto Global nuestra apuesta recoge, sin duda, el esfuerzo colectivo como elemento sustancial para lograr los propósitos tal y como lo indica el ODS 17 ‘Alianzas para lograr objetivos’. Es ahí donde está la clave principal para entender que como sociedad debemos apropiarnos activamente de nuestra responsabilidad para que, entre todos, construyamos redes que permitan contar con ambientes de trabajo seguros y confiables. No hay mejor palabra que la CONFIANZA para apuntalar la SOSTENIBILIDAD. La integración armónica entre las variables económica, social y ambiental pasa por una convicción profunda acerca de nuestro papel en la vida, nuestros impactos y nuestra propia existencia y la de los demás. Por eso en Pacto Global nuestros esfuerzos están encaminados a consolidar la senda segura de la Agenda 2030, como el mejor guión aseguir si queremos lograr un mundo mejor, solidario, seguro y pacífico. ¡Manos a la obra! Artículo técnico tomado del Directorio ‘Perspectivas de Sostenibilidad 2022’ del Consejo Colombiano de Seguridad.

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Variabilidad climática y fenómenos meteorológicos extremos, amenazas para la salud y la seguridad en el trabajo

Cástulo Rodríguez Correa, médico especialista en medicina del trabajo; vocero autorizado y expresidente de la Sociedad Colombiana de Medicina del Trabajo. Cómo citar este artículo: Rodríguez, C. 2022. JVariabilidad climática y fenómenos meteorológicos extremos, amenazas para la salud y la seguridad en el trabajo. Revista Perspectivas de Sostenibilidd Directorio 2022. 395 pág. 101 – 103. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/variabilidad-climatica-y-fenomenos-meteorologicos-extremos/ Las temperaturas continúan aumentando en todo el mundo agravando la carga de calor existente en las áreas tropicales y zonas aledañas a estas, tanto para entornos de trabajo interiores como exteriores. Los períodos calurosos más prolongados y frecuentes pueden generar un mayor estrés por calor ocupacional, lo que conduciría a más casos de enfermedades relacionadas, como lo es la insolación, el agotamiento, la disminución de la tolerancia química y la fatiga, por mencionar algunos ejemplos. La exposición a mayores temperaturas también puede reducir las funciones cognitivas y generar un mayor riesgo de lesiones o fallas en la seguridad. Además, el calor puede ser un factor que contribuya a muchas otras lesiones o enfermedades graves o mortales, como las provocadas por caídas o infartos de miocardio. Con temperaturas más altas y la predicción de fenómenos meteorológicos extremos y más frecuentes, la exposición al calor y el estrés por este factor se están convirtiendo en un importante problema de seguridad para los empleados. Incluso, pequeños cambios en la temperatura promedio se traducirían potencialmente en un aumento sustancial en el número de muertes y casos de enfermedades graves relacionadas. Sin embargo, existen pocos estándares regulatorios para proteger a los trabajadores de los peligros relacionados con el cambio climático. Tal vez los trabajadores más expuestos a la variabilidad climática son los trabajadores agrícolas y de la construcción, los socorristas, los pescadores los agentes comerciales, los paramédicos, los trabajadores del transporte y otros colaboradores que desempeñan funciones al aire libre. Para ellos, especialmente, para quienes realizan trabajos físicamente exigentes durante períodos prolongados, las temperaturas elevadas son particularmente molestas. De hecho, en algunos casos, la necesidad de usar ropa protectora (debido a la naturaleza propia de su ocupación), puede incrementar el estrés por calor. No obstante, quienes se desempeñan en espacios interiores o seminteriores también pueden verse afectados por el aumento de la temperatura y la humedad. Las altas exposiciones al calor se pueden originar en ambientes interiores con poca ventilación ysin sistemas de enfriamiento. Incluso, en ocasiones las temperaturas en espacios interiores pueden llegar a ser más altas que en el exterior. A esto se le suma que, así como ocurre en entornos de trabajo al aire libre, algunos trabajadores de interiores también debenusan ropa protectora, lo que profundiza este estresor. A lo anterior se añade que la contaminación ambiental se encuentra vinculada a efectos agudos y crónicos sobre la salud. Las cardiopatías isquémicas, los accidentes cerebrovasculares, las enfermedades respiratorias y los trastornos alérgicos tienen una relacióncompleja con el cambio climático. Las temperaturas elevadas pueden aumentar los niveles de contaminación del aire, por ejemplo, de ozono a nivel del suelo y emisiones provenientes de incendios forestales. En este último caso, el humo que desprenden este tipo de conflagraciones contiene material particulado, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y varios compuestos orgánicos volátiles que contribuyen a reducir significativamente la calidad del aire en áreas urbanasy rurales, tanto a nivel local como en un radio de acción más amplio gracias a la acción del viento. Ya sea en interiores o al aire libre, los trabajadores pueden estar cada vez más expuestos a los contaminantes del aire como resultado del cambio climático. Debido a que los fenómenos meteorológicos extremos que dan lugar a desastres naturales como inundaciones, deslizamientos de tierra, tormentas y sequías son cada vez más frecuentes e intensos, la necesidad de contar con personal de emergencia es cada vezmayor. Por lo tanto, los trabajadores involucrados en las labores de rescate y recuperación, tendrán exposiciones más frecuentes a las condiciones de riesgo creadas por dichos eventos. A su vez, estos fenómenos pueden causar daños a la infraestructura como líneas eléctricas, carreteras, transporte y edificios, desastres que pueden conducir a un mayor riesgo de lesiones traumáticas. Por otro lado, las temperaturas y lluvias cambiantes pueden afectar el hábitat de vectores, patógenos, huéspedes y alérgenos. Tales cambios afectan también a los insectos vectores, aumentando sus poblaciones, extendiendo sus temporadas de transmisión y expandiendo su distribución estacional y espacialmente. Así mismo, el aumento de la prevalencia y distribución de patógenos puede afectar a los trabajadores de la salud, a los que se desempeñan al aire libre y a quienes se encargan de dar respuesta a las emergencias.Por ejemplo, quienes laboran en ambientes exteriores pueden tener un mayor riesgo de contraer enfermedades transmitidas por mosquitos, como fiebre del Nilo, dengue, chikunguña, malaria y zika y enfermedades transmitidas por garrapatas, como laenfermedad de Lyme. Posiblemente existen varias enfermedades crónicas que pueden agravarse o, incluso, atribuirse a los efectos del cambio climático. Prueba de ello es la epidemia de enfermedad renal crónica de etiología no tradicional (ERCnT), que se ha relacionado con el aumentode las temperaturas en las zonas bajas de Centroamérica. En conclusión, los riesgos para la salud y la seguridad asociados con el cambio climático no pueden subestimarse. Sin embargo, los trabajadores, en particular los que laboran al aire libre en las regiones tropicales y subtropicales, así como en los países de ingresos bajos y medianos, son especialmente vulnerables. Frente a este desafío, ¿cuál debe ser la respuesta de los gobiernos, los empresarios y los profesionales responsables de los programas de seguridad y salud en el trabajo? Por un lado, están las tareas del gobierno, el cual tiene que ayudar a mejorar nuestro conocimiento. La información sobre el cambio climático y la información sobre medidas técnicas de adaptación son de las más importantes. Financiar la investigación básica en esta área es una de sus tareas fundamentales. Así mismo, debe proporcionar el marco regulatorio para los mercados de seguros. Las consecuencias económicas de los desastres naturales pueden amortiguarse a través de pólizas. A su vez, fomentar el crecimiento ayudará a hacer frente

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Hacia una gestión regional de los riesgos psicosociales: estándares y directrices comunes de política pública

Pamela Gana, Intendenta de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Superintendencia de Seguridad Social de Chile. Desde 2017, la Alianza del Pacífico viene trabajando en la creación de un marco de acción general con el que cada país miembro podrá desarrollar actividades tendientes a fortalecer sus regulaciones en salud y seguridad en el trabajo con enfoque en salud mental. Pamela Gana, intendenta de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Superintendencia de Seguridad Social de Chile, entidad a cargo del proyecto, habló con el CCS sobre los avances y desafíos de esta apuesta regional. Aunque las modalidades y condiciones de trabajo vienen experimentando transformaciones desde hace varios años producto de fenómenos como la globalización, la irrupción de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) y los efectos del cambio climático, entre otros factores, la llegada de la pandemia de la COVID-19, ha acelerado definitivamente la metamorfosis laboral. De acuerdo con la OIT (2020), estos cambios se acompañan de nuevos desafíos psicosociales para la salud y el bienestar de los trabajadores que, si no se evalúan y gestionan adecuadamente, pueden aumentar los niveles de estrés y provocar problemas de salud física y mental. Por lo tanto, ha instado a los países a integrar la pro- 95 tección de la salud mental de los trabajadores en los Sistemas de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST). En Latinoamérica, uno de los primeros países en desarrollar acciones concretas en ese sentido fue Chile que, desde 2014, cuenta con una normativa que regula la evaluación del riesgo psicosocial en todas las organizaciones, independientemente de que sean públicas o privadas. De esta forma, le asigna al empleador la obligación de realizar la identificación, análisis y gestión de dichos riesgos bajo una metodología unificada, siendo el único instrumento validado en ese país para evaluar factores de riesgo psicosocial. “Bajo este enfoque empezamos a identificar que las enfermedades de salud mental, de origen laboral, van en aumento. A modo de ejemplo, en 2019, del total de enfermedades reconocidas como laborales, las que implicaron más días perdidos fueron las mentales, con un 60 %. Pero, además, comprendimos que no se trataba tan solo de un problema local, de Chile, sino de toda la región y que si bien, las normas de cada país mencionan la protección a la salud física y mental de los trabajadores, en la práctica son escasas las políticas y normativas específicas que buscan resguardar el bienestar mental —sostiene Pamela Gana, intendenta de Seguridad ySalud en el Trabajo de la Superintendencia de Seguridad Social de Chile—. En ese contexto, iniciamos conversaciones desde nuestro Ministerio del Trabajo para ver cómo podríamos desarrollar un trabajo más colaborativo entre los países de la región”. XII Cumbre de la Alianza del Pacífico, tuvo origen la Declaración de Cali, en la cual los gobiernos de Chile, Colombia, México y Perú se comprometieron a desarrollar acciones de intercambio de información y buenas prácticas en materia de prevención de riesgos psicosociales en los entornos laborales. De ahí en adelante, sumando a Argentina y Uruguay como países invitados, se empezó abonar el camino para el diseño de una política regional de gestión de factores psicosociales y promoción de la salud mental en el trabajo paralos países miembros de la alianza, proyecto que se concretó en 2020 con la ‘Declaración de Santiago’. De acuerdo con Gana, el objetivo general de esta iniciativa es que los países, pese a sus particularidades territoriales, sociales, culturales y productivas, cuenten con estándares y directrices comunes para la toma de decisiones y el desarrollo de acciones en materia de política pública asociada a la gestión de riesgos psicosociales. Entre los componentes que integran el proyecto está la elaboraciónde un diagnóstico de la situación actual de los países en esta materia; el diseño, lanzamiento y ejecución de una campaña comunicacional conjunta que apunte a la sensibilización y promoción del cuidado de la salud mental; y la realización de capacitacionesy talleres dirigidos a grupos de interés clave como colectivos de trabajadores, sindicatos y gremios empresariales. “Estas dos últimas actividades son estratégicas porque, aunque hoy por hoy hay mayor conciencia acerca de los riesgos psicosociales, todavía nos encontramos con gente que los asume como problemas netamente personales del trabajador y no como aspectos que un empleador puede y debe gestionar”, advierte Gana. Actualmente, el proyecto está a cargo de la Superintendencia de Seguridad Social de Chile como contraparte técnica y ya cuenta con la transferencia de recursos por parte de la Alianza del Pacífico para su ejecución. De hecho, ya se lanzó una licitación internacional para contratar a la firma consultora que será la encargada de desarrollar el diagnóstico regional y determinar indicadores comparables, data que servirá de insumo para establecer un marco de acción general con el que cada país podrá desarrollar actividades tendientes a fortalecer sus regulaciones en salud y seguridad en el trabajo con enfoque en salud mental. “Uno de los principales desafíos que deberá sortear este proyecto es lograr ser lo suficientemente transversal teniendo en cuenta la diversidad de los países participantes. Así se espera que el trabajo conjunto permita desarrollar sinergias para resolver intereses comunes tanto para los países miembro, como para otros de Latinoamérica y, al final, aportar al trabajo decente y al desarrollo económico de las naciones”, expresa la funcionaria.Otro de los desafíos tiene que ver Otro de los desafíos tiene que ver con los ciclos políticos. “No podemos negar que, desde que comenzamos a trabajar en esta iniciativa los gobiernos de los países miembro de la Alianza han demostrado voluntad e interés. No obstante, cuando se dan cambios de administración se suelen perder los contactos de los delegados y de esas contrapartes lo cual es un tema muy relevante para darle continuidad al trabajo que ya se viene realizando”, advierte la intendenta Gana. Finalmente, y dado que se espera tener le proyecto finalizado hacia el cierre de este año, está el reto de implementar la política y monitorear su estado de avance en cada uno

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Más de 30 billones de pesos se habría ahorrado el país en costos derivados de la siniestralidad laboral

En el periodo de 2013 a 2021, después de la expedición de la Ley 1562 de 2012, que modificó el Sistema General de Riesgos Laborales, se puede estimar que en el país se evitaron más de cuatro millones de accidentes de trabajo y se salvó la vida de más de dos mil trabajadores. De acuerdo con lo anterior, en los últimos nueve años el país se habría ahorrado un aproximado de 30,3 billones de pesos en costos derivados de la siniestralidad laboral, unos  3,4  billones de pesos anuales. Estos datos fueron revelados a partir del 55 Congreso de Seguridad, Salud y Ambiente, realizado por el Consejo Colombiano de Seguridad, en el que se desarrolló el Panel de Presidentes de ARL para abordar los retos del SGRL. Bogotá, D.C., 11 de julio de 2022. Tras cumplirse 10 años de la expedición de la Ley 1562 de 2012 que modificó el Sistema General de Riesgos Laborales (SGRL) en Colombia y reemplazó la terminología de “salud ocupacional” por “Seguridad y Salud en el Trabajo”, el Consejo Colombiano de Seguridad —a través del Observatorio de la Seguridad y Salud— se propuso estimar el potencial impacto económico de su entrada en vigor, considerando el comportamiento observado en la tendencia de la siniestralidad laboral de la última década. Para el análisis, se tomaron los datos registrados por Fasecolda sobre accidentes y muertes relacionadas con el trabajo en todo el país, desde el 2009 hasta el 2021. El estudio de la información se dividió en dos etapas: la primera abarcó el análisis de los datos del periodo comprendido entre el 2009 y el 2012, el cual se consideró como previo a la expedición de la Ley; a partir de allí se realizó un pronóstico hasta 2021 del comportamiento de la siniestralidad, sobre la información de este periodo. La segunda etapa consideró el rango de tiempo entre el 2013 al 2021, que corresponde al periodo de aplicación de la normativa, comparando el comportamiento real de los siniestros con el pronóstico realizado. La primera etapa mostró que, de continuar la tendencia evidenciada antes de la expedición de la Ley, la cifra anual de accidentes podría situarse en cerca de 1,5 millones de eventos en el 2021. No obstante, este escenario no ocurrió. Por el contrario, según los resultados de la segunda etapa de análisis que corresponde al periodo de aplicación de la ley (años 2013-2021), los accidentes de trabajo disminuyeron progresivamente, llegando a una cifra de 513.857 en 2021. En otras palabras, se podría considerar que para el 2021 se pudieron evitar un aproximado de 932.664 accidentes con respecto de lo previsto en la tendencia que mostraban los años 2009 a 2012 (ver gráfica 1 y tabla 1). Gráfica 1: Accidentes de trabajo en el periodo 2009 a 2021. Pronóstico y eventos ocurridos. Tabla 1: Accidentes de trabajo entre 2009 y 2021. Eventos ocurridos y pronóstico. Para el caso de la mortalidad laboral, los hallazgos fueron similares. Según el pronóstico, en promedio, el incremento de muertes podría haber alcanzado hasta 924 fallecimientos de trabajadores en 2021. Sin embargo, no fue así y, a partir del registro de 2013, la tendencia de los eventos mortales tendió a descender, llegando a una cifra de 608 trabajadores fallecidos en 2021, es decir, 316 menos de lo que podría haber ocurrido, de acuerdo con la tendencia observada en los años 2009 a 2012 (ver gráfica 2 y tabla 2). Vale la pena señalar que en 2021 la cifra de mortalidad sufrió un incremento a niveles similares al 2016. Gráfico 2: Muertes por causas asociadas al trabajo en el periodo 2009 a 2021. Pronóstico y eventos ocurridos Tabla 2: Muertes por causas asociadas con el trabajo entre 2009 y 2021. Eventos ocurridos y pronóstico. De lo anterior se puede inferir que, comparado con el pronóstico marcado por la tendencia de 2009 a 2012, para el periodo de 2013 a 2021, se presentaron alrededor de cuatro millones de accidentes de trabajo menos y se protegió la vida de más 2200 trabajadores. Estimación de los costos de la siniestralidad Bajo estos dos escenarios, se tomaron como referencia los costos estimados de los accidentes de trabajo y las muertes por causas laborales presentados por el Consejo Nacional de Seguridad de los Estados Unidos (NSC, por sus siglas en inglés), los cuales están representados en ingresos no percibidos o gastos incurridos debido a lesiones prevenibles fatales y no fatales. Estos reflejan el impacto en la sociedad, no específicamente en los empleadores (National Safety Council, 2022). Vale la pena señalar que Colombia no cuenta con estimación de los costos de siniestralidad, razón por la cual se acude a estimaciones internacionales de organizaciones altamente reconocidas. En este sentido, la estimación de costos del NSC para accidentes de trabajo es de $1.100 USD (aproximadamente $4.400.000 pesos) y para muertes es de $1.310.000 USD (aproximadamente $5.240.000.000  pesos) por cada caso (para efectos del cálculo se tomó como promedio una tasa de cambio de $4.000  pesos). Con estas cifras se calculó el costo de los eventos ocurridos y se comparó con el costo de los eventos pronosticados descritos en las tablas 1 y 2. Con base en lo anterior, se pudo estimar que el costo de los accidentes de trabajo ocurridos entre 2013 y 2021 fue de cerca de 24,7 billones de pesos y el costo de las muertes estuvo alrededor de 26,9  billones de pesos. Esto quiere decir que en los últimos nueve años los accidentes laborales y las muertes de trabajadores le han costado al país cerca de 51,6  billones de pesos. Realizando el mismo cálculo con las cifras pronosticadas en la tendencia de accidentes y muertes entre 2009 y 2012, el costo de los accidentes de trabajo y las muertes de los trabajadores pudo haber ascendido a una cifra cercana a los 81,9 billones de pesos. A partir de los resultados, se puede concluir que posterior a la expedición de la Ley 1562 de 2012 el país se ha ahorrado un aproximado de 30,3 billones de pesos en costos

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Durante el primer trimestre de 2022 se redujeron las tasas de siniestralidad laboral en el país

Durante los primeros tres meses se presentaron 111.396 accidentes de trabajo, lo que representa una tasa de 0,99 por cada 100 trabajadores, frente a una tasa de 1,21 durante enero-marzo de 2021. En el mismo periodo se registraron 15.268 enfermedades calificadas; se pasó de una tasa de 146,1 en 2021 a 135,7 en el presente año. La mayor tasa la presentó el sector ‘Servicios sociales y de salud’, con un 81 % del total de los casos. El sector con mayor tasa de mortalidad laboral fue ‘Minas y canteras’: 9,57 decesos por cada 100.000 trabajadores. Esta cifra supera casi 10 veces la tasa nacional. El Observatorio de Seguridad y Salud en el Trabajo, del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS), presentó el más reciente informe de siniestralidad laboral, que evidencia una reducción en las cifras de accidentes de trabajo, enfermedades laborales y muertes por causas asociadas al trabajo. “Estas cifras que presentamos a continuación son fundamentales para tener una idea de los efectos en las condiciones de trabajo a las que se encuentran expuestos los trabajadores en Colombia y de la dinámica laboral de los sectores económicos. A su vez, esta información supone un diagnóstico que les permite a los diferentes actores la toma de decisiones desde aspectos normativos, técnicos y académicos, con el propósito común de preservar la vida e integridad de los trabajadores y contribuir a la construcción de entornos laborales seguros y saludables”, señaló Adriana Solano, presidenta ejecutiva del CCS. Conoce el informe en formato infografía ATEL-COL 1ER TRIMESTRE 2022 del Observatorio de Seguridad y Salud en el Trabajo, del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). El primer trimestre de 2022 arroja un promedio de 1252 accidentes laborales diarios Durante el primer trimestre de 2022 se presentaron 111.396 accidentes de trabajo, con una tasa de 0,99 accidentes por cada 100 trabajadores; y un promedio de 1252 accidentes al día. El sector ‘Inmobiliario’ presentó la mayor cantidad de casos, con 20.237, seguido por la ‘Industria manufacturera’, con 17.753. A su vez, los sectores que presentaron la mayor tasa de accidentalidad fueron ‘Minas y canteras’ y ‘Agricultura, ganadería, caza y silvicultura’, con 2,80 y 2,76 eventos por cada 100 trabajadores, respectivamente. Con respecto a la distribución geográfica de la accidentalidad, los departamentos que presentaron la mayor tasa de accidentalidad fueron, en su orden, Magdalena (1,47) y Meta y Caldas (cada uno con 1,41). Bogotá, por su parte, reportó el mayor número de eventos con un total de 33.592 accidentes de trabajo, seguida por Antioquia con 23.823. Cabe resaltar que, en comparación con el primer trimestre de 2021, se aprecia una reducción del 11 % en el total de accidentes reportados. ‘Servicios sociales y de salud’, el sector con mayor carga de enfermedad laboral Con relación a las enfermedades laborales, el informe evidencia que entre enero y marzo de 2022 se reportaron 15.268 enfermedades calificadas, con un promedio de 172 eventos diarios. Este indicador tuvo un aumento porcentual de 1,1 % en comparación con el mismo trimestre del año anterior. No obstante, la tasa de enfermedades calificadas por cada 100.000 trabajadores para el mismo periodo comparado se redujo, pasando de 146,1 en 2021 a 135,7 en 2022. El sector que presentó la mayor tasa de enfermedad laboral calificada fue ‘Servicios sociales y de salud’, con una tasa de 1593,9 por cada 100.000 trabajadores, lo cual supera ampliamente la tasa nacional. Así mismo, fue el sector que registró el mayor número de enfermedades calificadas con un total de 12.348 casos, lo que representa el 81 % del total reportado durante el trimestre.  Esto equivale a un aumento de 19 % frente al mismo periodo del 2021. Cesar fue el departamento que presentó la tasa de enfermedad laboral más alta, con 816,2 enfermedades calificadas por cada 100.000 trabajadores, seguido por La Guajira con 670,6. Por su parte, Bogotá D.C. reportó el mayor número de enfermedades laborales calificadas con 5028, seguido por Valle del Cauca, con 1509 casos lo que representa, en conjunto, el 43 % del total de eventos reportados durante el trimestre.  Aproximadamente, cada semana fallecieron nueve trabajadores por causas asociadas al trabajo Frente a la mortalidad laboral, el informe evidencia que durante el primer trimestre de 2022 se presentaron 110 muertes (un aproximado de 9 vidas perdidas por semana), con una tasa trimestral de 0,98 decesos por cada 100.000 trabajadores, siendo inferior con relación al mismo periodo del año anterior cuando se ubicó en 1,43. Cabe aclarar que el número de muertes calificadas por accidente de trabajo corresponde al 88 % del total de muertes calificadas (97 por accidente de trabajo y 13 por enfermedad laboral). Al comparar este indicador con el mismo trimestre del año 2021, las muertes calificadas por enfermedad laboral se redujeron en un 69 % mientras que los fallecimientos por accidente de trabajo revelan una reducción del 8 %. Los sectores con mayores tasas de mortalidad por cada 100.000 trabajadores fueron ‘Minas y canteras’ (9,57 superando casi 10 veces la tasa nacional) y ‘Eléctrico, gas y agua’ (4,73 cinco veces por encima de la tasa nacional). Sin embargo, los sectores que mayor número de eventos reportaron fueron ‘Inmobiliario’ y ‘Minas y canteras’ con 32 y 16 defunciones, respectivamente. En conjunto, representan el 44 % del total de muertes laborales reportadas en el periodo analizado. La seguridad y salud de los trabajadores: un reto para la agenda pública Es importante señalar que el país venía con una tendencia a disminuir sus cifras de siniestralidad antes de la pandemia; sin embargo, durante 2021 las cifras se incrementaron, lo que nos muestra que en la reactivación económica hay que redoblar los esfuerzos para fortalecer las condiciones de salud y cuidado de los trabajadores. En 2021 el número de accidentes de trabajo creció en 14 % con respecto al 2020 y el número de evento fatales alcanzó cifras no registradas desde el 2016. Desde el CCS se realiza un llamado a continuar manteniendo como prioridad el cuidado de los trabajadores. Se invita a revisar y actualizar los Sistemas de Gestión de

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La resistencia a los antimicrobianos: una amenaza para la salud mundial

Autores: Organización Panamericana de la Salud, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Organización Mundial de Sanidad Animal y Unión Europea Tomado y adaptado de: https://www.paho.org/es/documentos/folleto-trabajando-juntos-para-combatirresistencia-antimicrobianos La resistencia a los antimicrobianos (RAM) es un fenómeno natural de modificación genética de los microorganismos (como bacterias, virus, parásitos y hongos) que les permite ser cada vez más resistentes a la acción de los fármacos antimicrobianos (antibióticos, antifúngicos, antiparasitarios, entre otros). Aunque se trata de un proceso natural, el uso inadecuado y excesivo de antimicrobianos acelera su desarrollo e intensidad, de manera que hoy en día la RAM se ha convertido en una amenaza para la salud mundial. Los microorganismos resistentes a los antimicrobianos se encuentran en las personas, los animales, los alimentos y el medioambiente (agua, aire, suelo) y se transmiten de unos a otros. El control deficiente de las infecciones, las condiciones sanitarias inapropiadas y la manipulación incorrecta de los alimentos fomentan la propagación de microorganismos resistentes a los antimicrobianos. La RAM supone una creciente amenaza para la salud mundial pues las enfermedades infecciosas son cada vez más difíciles de curar y, por ende, los tratamientos son más largos y costosos. Día a día se pueden ver muchos ejemplos del uso inadecuado de los antibióticos como su utilización en las personas para el tratamiento de infecciones virales (como un resfrío o una gripe) y su administración en la producción animal como promotores de crecimiento o para prevenir enfermedades en los animales sanos. La RAM requiere una respuesta global debido a que pone en peligro la posibilidad de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Algunas infecciones comunes y potencialmente mortales, como la neumonía y las infecciones posoperatorias, así como el VIH, la tuberculosis y la malaria, son cada vez más difíciles de tratar debido a la resistencia a los antimicrobianos. De no controlarse, este fenómeno puede tener consecuencias significativas a nivel social, económico y de seguridad sanitaria, que pueden perjudicar el desarrollo de los países. Una lucha que requiere trabajo en equipo La prevención de la RAM y la lucha contra este fenómeno son responsabilidades compartidas por los sectores que se ocupan de la salud humana, la sanidad animal y el medioambiente y, por lo tanto, requieren una respuesta multisectorial, global y coordinada. En 2010, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) asumieron el firme compromiso de combatir la RAM y, desde entonces, trabajan de forma coordinada para mitigar los riesgos para la salud humana, la sanidad animal y el medioambiente. A este compromiso se unió también la Unión Europea (UE) que desde 2011 implementa planes de acción de lucha contra la RAM. Estos actores se han unido para implementar el proyecto “Trabajando juntos para combatir la resistencia a los antimicrobianos”. En el marco de esta iniciativa, que tendrá una duración de cuatro años (2020-2023), se brindará apoyo a siete países —Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay— en la implementación de Planes de Acción Nacionales (PAN) para combatir la resistencia a losantimicrobianos. Los PAN se encuentran en diferentes fases de implementación. El proceso prevé la realización de un análisis de situación multisectorial sobre la RAM para identificar brechas, oportunidades y próximos pasos para fortalecer la implementación, de acuerdo con los objetivos específicos de cada país. La iniciativa permitirá establecer relaciones con los principales actores que luchan contra esta amenaza a nivel mundial, intercambiar experiencias, abogar por la adopción de las mejores prácticas en el uso de antimicrobianos en el ámbito de la salud humana, la sanidad animal y la agroindustria, y promover acciones colaborativas, incluido el acceso al conocimiento sobre las mejores prácticas aplicadas en la Unión Europea. Uno de los grandes desafíos de este proyecto es alcanzar una comunicación de riesgos eficaz, mediante la cual se desarrollen procesos de concienciación, promoción y capacitación para generar conocimientos sobre la RAM a diferentes audiencias. Para ello, se trabaja en la conformación de una red de comunicadores sobre RAM, integrada por periodistas, técnicos de los ministerios de salud, agricultura y ganadería y representantes de la OPS, la FAO, la OIE y la UE. La resistencia a los antimicrobianos y la COVID-19 El proyecto también apoyará las acciones de los países para reducir los efectos del virus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad por coronavirus. La RAM podría aumentar las muertes relacionadas con la COVID-19, pues algunos pacientes pueden desarrollar infecciones bacterianas secundarias durante su hospitalización. Al mismo tiempo, la pandemia amenaza con debilitar aún más la eficacia de los antimicrobianos, ya que el aumento en su uso puede conducir a infecciones bacterianas más resistentes al tratamiento. El desafío que imponen las infecciones por microorganismos resistentes a los antimicrobianos podría convertirse en una enorme carga adicional para todos los sistemas de salud, ya sobrepasados en sus capacidades por la respuesta a la COVID-19. Lucha contra la resistencia a los antimicrobianos en el ámbito de la salud humana, la salud animal y la inocuidad de los alimentos Se ha venido adelantando un trabajo conjunto entre ministerios de salud, autoridades nacionales responsables de la regulación de medicamentos, estudiantes de medicina, universidades y organizaciones de la sociedad civil. El objetivo es fortalecer la prevención y el control de infecciones a nivel hospitalario, apoyar la elaboración de listas de medicamentos esenciales y directrices de tratamiento, fomentar redes de laboratorios y vigilancia, promover la investigación y el acceso al conocimiento, y sensibilizar a diferentes sectores y grupos de población sobre el uso adecuado de los antibióticos. De igual forma, se ha desarrollado un trabajo conjunto con ministerios de ganadería, agricultura, pesca y acuicultura, medioambiente e instituciones relacionadas; médicos veterinarios, estudiantes de medicina, veterinaria y otros centros académicos; así como productores primarios de alimentos de origen animal, fabricantes de alimentos para animales y representantes de la industria transformadora de alimentos, entre otros. Mediante la consolidación de los marcos políticos, legislativos, institucionales y de estrategia sanitaria, se busca fortalecer la gobernanza de la RAM

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Herramienta de 10 pasos para un retorno al trabajo seguro y saludable en tiempos de COVID-19

Tomado y adaptado de: Organización Internacional del Trabajo (OIT)* https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—americas/—ro-lima/documents/publication/wcms_745842.pdf *Esta herramienta fue elaborada por Carmen Bueno, especialista en Seguridad y Salud en el Trabajo de la oficina de la OIT para el Cono Sur de América Latina, y por Ariel Pino, especialista en Protección Social y Seguridad y Salud en el Trabajo de la Oficina de la OIT para el Caribe. Como parte de la reactivación económica que ya experimentan varios países de América Latina, incluido Colombia, y gracias a los avances en los planes nacionales de vacunación contra la COVID-19, muchos sectores empresariales e industriales están promoviendo el retorno a los lugares de trabajo. Algunos, están contemplando modelos híbridos en los que los trabajadores asisten solo algunos días de la semana a las oficinas y plantas o en horarios flexibles, mientras que otros están optando por una presencialidad progresiva. El hecho es que, luego de casi dos años de pandemia y de confinamientos, cierres y restricciones, muchos espacios laborales han empezado a recibir nuevamente a sus colaboradores. Ante esta nueva normalidad es necesario tomar medidas para garantizar un retorno seguro a los lugares de trabajo, que minimice los riesgos de exposición y contagio al virus. Por eso, el CCS presenta una guía práctica desarrollada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que, a través de 10 pasos, les ofrece a gremios, sectores industriales y empresas, orientaciones para formular y aplicar protocolos de seguridad y salud para el retorno laboral de sus trabajadores. ¿A quiénes está dirigida esta herramienta? • Empleadores y sus representantes• Trabajadores y sus representantes• Comités mixtos de seguridad y salud• Profesionales de la seguridad y salud en el trabajo• Supervisores y mandos intermedios• Instituciones y organizaciones de seguridad y salud en el trabajo• Otros organismos públicos con competencias relacionadas con el mundo del trabajo ¿En qué principios se basa esta herramienta? • Priorizar las medidas de prevención y control para que la reapertura de las empresas y el retorno a los lugares de trabajo en tiempos de COVID-19 sean seguros y saludables a fin de evitar nuevos brotes de contagios que pongan en peligro la vida de las personas y la propia estrategia de reactivación.• Fortalecer el enfoque centrado en el ser humano, en materia de seguridad y salud en el trabajo.• Para una reapertura de las empresas y un retorno seguro y saludable a los lugares de trabajo, habrá que considerar la política nacionalde retorno al trabajo, el marco normativo nacional y las instrucciones y avisos emanados de las autoridades públicas a cargo de las áreas laborales, de salud, protección social, medio ambiente y toda otra que sea de relevancia.• Un diálogo social efectivo entre empleadores y trabajadores en la definición de las medidas preventivas a adoptar a fin de lograr, a través de la consulta y la participaparticipación, un mayor grado de cumplimiento de las acciones acordadas y una mayor cultura preventiva.• La implementación de medidas preventivas según un orden jerárquico decreciente que antepone la adopción prioritaria de aquellas medidas que ofrecen una mayor eficacia frente al riesgo laboral. En consecuencia, en primer lugar, se adoptarán, siempre que sea osible, medidas que eliminen el riesgo. En segundo lugar, se optará por medidas que reduzcan el riesgo a través de controles de ingeniería, organizativos y/o administrativos. Finalmente, y como último recurso, se acudirá a los medios de protección personal. La jerarquía define el orden preferente en el que se deben considerar las medidas preventivas a adoptar según su grado de eficacia, aunque se pueden aplicar de forma simultánea diferentes combinaciones de los distintos niveles de control. Gráfico 1. Jerarquía de control de riesgos. • En la medida en que la situación epidemiológica de cada territorio y las características de los sectores de actividad, de los lugares de trabajo y de las tareas desempeñadas en cada lugar de trabajo son diferentes, será necesario hacer las adaptaciones particulares que fueran necesarias, las cuales también deberán considerar las condiciones concretas de cada persona trabajadora.• Al igual que en cualquier sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo, será necesario promover la mejora continua, a través de un monitoreo y evaluación constante de la implementación de las medidas, impulsando otras acciones que se estimen necesarias y proponiendo las actualizaciones y ajustes que fueran pertinentes.• Un enfoque transversal de género e inclusión en la seguridad y salud en el trabajo, que garantice un tratamiento específico a mujeres, a grupos de alto riesgo y a colectivos especialmente vulnerables, evitando conductas discriminatorias. ¿Dónde se puede aplicar esta herramienta? • En sectores de actividad económica y productiva, para entregar lineamientos a las empresas y/o elaborar protocolos sectoriales de seguridad y salud en el trabajo para un retorno seguro y saludable a los entornos laborales.• En empresas, cualquiera que sea su tamaño y actividad, para elaborar protocolos de seguridad y salud para un retorno seguro y saludable al trabajo. 10 pasos para «reactivar» los entornos laborales 1. Establecer un equipo bipartito para organizar el retorno al trabajo • Si el sector de actividad cuenta con una instancia de diálogo social, convocar a la misma. Si no existe, constituir un equipo bipartito con el mismo número de representantes empresariales como representantes de los trabajadores.• Si la empresa ya cuenta con un comité mixto de seguridad y salud en el trabajo, convocar a este comité.• Integrar el equipo con la más amplia representación de los distintas categorías y disciplinas del personal del sector o de la empresa, así como con un enfoque de género.• Si el sector o la empresa cuenta con un departamento de prevención o con un servicio de salud con expertos, integrar a alguno de sus miembros en el equipo bipartito.• Capacitar a los integrantes del equipo sobre los principios básicos para la formulación e implementación de las medidas preventivas y de control.• Informar a los integrantes del equipo sobre los pasos a seguir para organizar, de forma bipartita y en el marco de ese equipo, el retorno seguro y saludable al trabajo.• Definir como rol del equipo la

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El trabajo en casa. De la invisibilidad al trabajo decente

Resumen ejecutivo Fuente: Organización Internacional del Trabajo (OIT). Recuperado de: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_protect/—protrav/-travail/documents/publication/wcms_765898.pdf Con la propagación de la pandemia de COVID-19 en 2020, gran parte de la fuerza de trabajo mundial ha pasado a laborar desde sus casas, uniéndose a cientos de millones de otros trabajadores que llevaban decenios haciéndolo. Aunque ha sido durante mucho tiempo una característica importante del mundo del trabajo, el hogar como lugar de trabajo rara vez se tiene en cuenta en el diseño de las instituciones que rigen el mercado laboral. El repentino aumento del trabajo en casa ha traído consigo la necesidad apremiante de valorar sus implicaciones, tanto para los trabajadores como para los empleadores. El presente informe tiene por objeto conocer mejor esta modalidad de trabajo y proponer orientaciones sobre políticas que pueden allanar el camino hacia el trabajo decente para los trabajadores en domicilio, tanto antiguos como nuevos. ¿Qué es el trabajo en casa? La expresión «trabajo en casa», tal como se define en el Convenio (núm. 177) y la Recomendación (núm. 184) de 1996, de la OIT, es «el trabajo que una persona […] realiza: i) en su domicilio o en otros locales que escoja, distintos de los locales de trabajo del empleador; ii) a cambio de una remuneración; iii) con el fin de elaborar un producto o prestar un servicio conforme a las especificaciones del empleador, independientemente de quién proporcione el equipo, los materiales u otros elementos utilizados para ello» (Convenio núm. 177, artículo 1). Esta definición es aplicable a menos que la persona tenga «el grado de autonomía y de independencia económica necesario para ser considerada como trabajador independiente en virtud de la legislación nacional o de decisiones judiciales». Cabe señalar, asimismo, que una persona no se considerará trabajador en casa a los efectos del Convenio «por el mero hecho de realizar ocasionalmente su trabajo como asalariado en su domicilio, en vez de realizarlo en su lugar de trabajo habitual». Este informe aborda tres tipos diferentes de trabajo a domicilio: • El trabajo industrial a domicilio: que se refiere a la producción de bienes llevada a cabo por los trabajadores en su casa, ya sea como parte o en sustitución de la producción de la fábrica, pero también a la producción artesanal, como en la elaboración de artesanías.• El teletrabajo: que se refiere a los trabajadores asalariados que utilizan las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para realizar su trabajo a distancia. De conformidad con el Convenio núm. 177, se limita a los teletrabajadores que trabajan desde sus casas (o en otro lugar de su elección) de manera regular o permanente.• El trabajo en plataformas digitales: basado en el domicilio, que se refiere a las tareas del sector de servicios realizadas por trabajadores en plataformas de trabajo en régimen de externalización abierta, o crowdworkers, según las especificaciones del empleador o del intermediario, en situaciones en las que los trabajadores no tienen la autonomía e independencia económica para ser considerados trabajadores independientes de conformidad con la legislación nacional. El trabajo en casa existe en todo el mundo. En los países de ingreso alto se asocia principalmente con el teletrabajo, aunque también en esos países hay importantes bolsas de trabajo a domicilio en la industria manufacturera. Históricamente, el trabajo industrial a domicilio fue predominante en Europa y América del Norte, pero el desplazamiento de la manufactura de uso intensivo de mano de obra a países en desarrollo en los últimos decenios ha traído consigo un aumento del trabajo industrial en el hogar. En el mundo en desarrollo, en particular en Asia, se pueden encontrar trabajadores en casa en las diferentes cadenas mundiales de suministro de las industrias de la confección, la electrónica y el menaje del hogar. No obstante, también ocupan un lugar destacado en las cadenas nacionales de suministro. ¿Cómo se utiliza el trabajo en casa en la producción? Este tipo de trabajo es habitual tanto en la producción de bienes como en la prestación de servicios. Este último existió durante todo el siglo XX, pero fue en la segunda mitad del siglo, con los avances de las TIC, cuando surgió con fuerza en una amplia gama de industrias como la de seguros, la banca y el turismo. En el decenio de 1970 algunos empleadores comenzaron a experimentar con el teletrabajo, lo que dio lugar a una pequeña pero constante proporción de teletrabajadores de cuello blanco. El auge de las plataformas de trabajo digitales a partir de mediados del decenio de 2000 también ha ampliado las oportunidades de trabajar desde casa. Muchas de las labores de servicios anunciados en las plataformas de trabajo digitales son realizados por trabajadores en régimen de externalización abierta (crowdworkers) ubicados encualquier parte del mundo. Estos trabajos son similares a los trabajos industriales a domicilio: los trabajadores son remunerados por tarea o proyecto, y el trabajo se realiza según las especificaciones de un empleador o intermediario. La facilidad de subcontratar tareas a través de plataformas de trabajo digitales apunta a un aumento constante de las oportunidades de trabajo en casa en los próximos decenios. En el caso del trabajo industrial a domicilio y el trabajo en plataformas digitales basado en el domicilio, representa una modalidad de producción muy flexible que permite a las empresas responder rápidamente a los cambios en la demanda de productos y reducir los costos. Lo encontramos siempre y cuando: 1) el proceso de producción pueda desmontarse en tareas diferenciadas; 2) el capital necesario para la producción –por ejemplo, máquinas de coser, ordenadores personales, entre otros– sea accesible a un costo relativamente bajo;3) haya mano de obra disponible. La disponibilidad de esta mano de obra –a menudo mujeres que combinan el trabajo a domicilio con las responsabilidades del hogar y el cuidado de otras personas– depende en gran medida de los roles de género tanto en el hogar como en la sociedad. ¿Cuántos trabajadores a domicilio hay?, ¿dónde viven?, ¿cuáles son sus características? Los trabajadores en casa son un subgrupo de los trabajadores basados en el domicilio que, además de trabajar desde

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La SST se toma el campo colombiano

Más de 900 agricultores colombianos, especialmente del sector cafetero, han fortalecido sus conocimientos y prácticas en Seguridad y Salud en el Trabajo mediante jornadas de capacitación orientadas a fomentar el autocuidado y evitar la ocurrencia de accidentes de trabajo y enfermedades laborales en los entornos rurales. El proyecto hace parte de una estrategia conjunta entre el Ministerio del Trabajo, la Federación Nacional de Cafeteros, el Fondo Visión Cero de la OIT, con la cooperación de la Comisión Europea. Entre las actividades está el curso de aprendizaje virtual “Mi finca cafetera, un entorno de trabajo seguro y saludable” que ofrece capacitación en temas como identificación de peligros; evaluación, valoración y control de los riesgos; estándares de trabajo seguro; cultura del movimiento en las fincas cafeteras y prevención de condiciones negativas de salud a través de la promoción de espacios libres de humo, sustancias psicoactivas y alcohol, entre otras. Se espera que, en los próximos dos meses, más de 400 agricultores y agricultoras, sigan fortaleciendo sus capacidades en SST, lo que aporte a mejorar las condiciones de trabajo en el campo colombiano. Dosis de refuerzo para niños y adolescentes ¿Tienes hijos, hermanos, sobrinos o nietos entre los 12 y los 17 años? No olvides que la población colombiana en este rango de edad puede acceder desde el pasado 28 de marzo a la dosis de refuerzo contra la COVID-19, la cual será aplicada a partir del cuarto mes, luego de haber completado el esquema de vacunación correspondiente. El refuerzo será aplicado con el biológico producido por la empresa Pfizer. Por la inclusión laboral de personas con afectaciones en su salud mental El Ministerio del Trabajo lanzó a finales de marzo la estrategia ‘Laboral- Mente’ construida para promover la vinculación laboral, formal y digna de personas con afectaciones en su salud mental. De esta manera, a través de la red de prestadores del Servicio Público de Empleo, se pondrán en marcha los lineamientos y la Ruta de la Empleabilidad ajustada para la atención de este grupo poblacional. Sabías que… El hipopótamo fue declarado oficialmente como especie exótica invasora de Colombia. La declaratoria se da luego de conocerse el análisis de riesgo para el país presentado por expertos y autoridades ambientales. Su gran tamaño, su alto consumo de vegetación y la ausencia de depredadores naturales no solo dificultan su manejo y control, sino que le brindan el potencial para alterar los ecosistemas,así como para detonar el desplazamiento de especies nativas por competencia y transformación del hábitat. Con esta declaratoria, el MinAmbiente y las entidades del Sistema Nacional Ambiental (SINA) ahora podrán definir las medidas de prevención, control y manejo de esta especie en el país. Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y podrás leerla desde cualquier lugar. No olvides leer esta segunda edición del año. Accede a la revista completa aquí.

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Importancia de los drones en la gestión del riesgo de desastres en Colombia

Por José Ramón Carrero Guayazán / Ingeniero de Sistemas / Piloto profesional de drones / Team Leader Grupos Especiales de Búsqueda y Rescate y Equipos de Pilotos Profesionales de UAS/RPAS / Consultor en Tecnología UAS/RPAS – GdRD y Seguridad / 30 años de experiencia en Atención de Emergencias y Desastres en el sector público y privado en varios países. Cómo citar este artículo:Carrero, J. 2021Importancia de los drones en la gestión del riesgo de desastres en Colombia. Revista Protección & Seguridad No. 400 pág. 38 – 46. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/importancia-de-los-drones-en-la-gestion-del-riesgo-de-desastres-en-colombia/ Al igual que las computadoras, la programación lineal o los sistemas de transporte, los drones también evolucionaron para fortalecer, inicialmente, la respuesta de los Estados en sus confrontaciones militares. No obstante, hoy vemos cómo estos equipos y sistemas que, en un principio eran usados secretamente, cada vez más se incorporan en la industria 4.0 y están al alcance de cualquier persona. La palabra UAS (Sistemas de Aeronaves no Tripuladas, por sus siglas en inglés) incluye las expresiones UAV, RPA, RPAS, VANT, DRON o DRONE, independientemente de su sistema de propulsión, y son términos usados para identificar comúnmente las aeronaves piloteadas a distancia que conocemos como drones. Fue hacia el año 2006 cuando la Federal Aviation Administration (FAA) otorgó los primeros permisos comerciales para que drones no militares pudieran ser utilizados a nivel empresarial o profesional en diversas industrias. Desde entonces, las solicitudes se incrementaron exponencialmente e hicieron que, en 2012, el Congreso de los Estados Unidos aprobara la ley de reautorización de la FAA que entró en vigor en 2015 y que permitió abrir el espacio aéreo a estas aeronaves no tripuladas. De esta forma, inició su comercialización en ese país, un hecho que ha catapultado la utilización de los drones en muchos campos, incluyendo el recreativo, sobre el cual hoy los fabricantes tienen puesta la mira a nivel comercial. Por su parte, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) ha proporcionado el marco normativo general para que las autoridades de aviación civil en cada país generen las reglamentaciones del caso y puedan garantizar la operación segura de los UAS como nuevo componente del sistema aeronáutico mundial. Los drones y la gestión del riesgo de desastres en Colombia A nivel local, en Colombia, la Unidad Administrativa Especial de Aeronáutica Civil (UAEAC), profirió la Resolución 04201 de 2018 la cual incorpora las disposiciones sobre operaciones con los UAS en el país, estableciendo definiciones, su ámbito de aplicación y restricciones, entre otras. De esta reglamentación están exentas las operaciones con equipos de menos de 250 gramos, las Fuerzas Militares, la Policía Nacional y los organismos de socorro por su naturaleza y reglamentación propia. No obstante, en cualquier caso, se recomienda que todo piloto o explotador se registre, según su clase, ante la UAEAC. La regulación actual clasifica las operaciones con UAS de acuerdo con el riesgo operacional, definiendo tres tipos: Figura 1. Clasificación de las operaciones con UAS (Colombia) Figura 2. Recuento de registros en UAEAC de Colombia por marca y clase Al 30 de septiembre de 2021, en la plataforma de la UAEAC y según su reporte público, se encontraban registrados 987 explotadores o empresas, 2.108 operadores, 1.800 equipos o aeronaves y 10 proyectos experimentales. Como dato relevante, es preciso destacar que en el país la Aeronáutica Civil autoriza operaciones a 500 metros de altura con piloto en línea de vista y a 750 metros con otras tecnologías o con observador. Adicionalmente, toda operación que requiera permiso de la UAEAC deberá tramitarlo con 15 días de anticipación al vuelo y deberá contar con una póliza de responsabilidad civil. De otro lado, el uso de los drones en procesos de gestión del riesgo de desastres tales como conocimiento, reducción y manejo2 está favoreciendo la intervención de los organismos operativos encargados de la respuesta, así como de las entidades que participan en los Consejos de Gestión del Riesgo y que antes dependían del apoyo de aeronaves tripuladas en casos especiales de observación aérea. Los servicios que ofrecen los drones y su bajo costo de operación, en comparación con las aeronaves tripuladas, los convierten, sin duda alguna, en la herramienta tecnológica que se incorpora para facilitar las actividades relacionadas con la prevención y atención de emergencias. De esta manera, se viene adelantando la incorporación a sus fuselajes de dispositivos técnicos que permiten localizar personas y observar puntos críticos de riesgo. A esto se le suma la capacidad de transmisión en tiempo real y la grabación mediante cámaras de filmación, térmicas o multiespectrales, sensores y otros accesorios especializados que proporcionan información crucial para la toma de decisiones. Asumiendo los drones como tecnología innovadora, el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-20303 sintetiza, dentro de sus prioridades de acción, que la innovación impulsada por la inversión pública y privada es esencial para aumentar la resiliencia de los países y del medio ambiente. En tal sentido, resulta fundamental para salvar vidas, prevenir y reducir las pérdidas y asegurar la recuperación y la rehabilitación efectivas. Por lo tanto, para Colombia, al ser país firmante, se convierte en una premisa de gobierno por lo que debe apoyar el uso de los UAS en forma responsable y coordinada con todos los actores. Figura 3. Uso de los drones en los procesos de Gestión del Riesgo de Desastres en Colombia El dron es una herramienta que se viene utilizando en los procesos que hacen parte de la Gestión del Riesgo de Desastres. En el proceso de Conocimiento del Riesgo, los sobrevuelos realizados con estas aeronaves capturan imágenes de video y fotografía que permiten hacer análisis de las amenazas presentes en un determinado territorio, con el fin de identificar y caracterizar escenarios potencialmentepeligrosos, ejercer observación permanente de los puntos identificados y monitorear su comportamiento. La información capturada mediante este tipo de dispositivos sirve de insumo para diseñar estrategias de intervención y emitir una comunicación a los servicios de emergencia y a la comunidad en caso de que el riesgo llegue a materializarse. De igual manera, en

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