Gestión de la SST

Trabajo y cáncer. Medidas de prevención y afrontamiento de la enfermedad en el entorno laboral

Por Leidy Liceth Pérez Claros / Enfermera / Especialista en salud ocupacional / Magíster en salud y seguridad en el trabajo / Líder técnica del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). El cáncer es una enfermedad crónica no transmisible de interés para la salud pública por su gran impacto de morbi-mortalidad a nivel mundial. Como tal, el término «cáncer» se designa a un amplio grupo de enfermedades que pueden afectar cualquier parte del organismo (Organización Mundial de la Salud, 2021). Por lo tanto, cada tipo de cáncer (según el órgano que afecte) puede diferir de las demás tipologías. Sin embargo, a grandes rasgos, se podría afirmar que el común denominador de estos procesos patológicos es la transformación de las células normales por células tumorales, con la capacidad de multiplicarse y diseminarse. Esta patología cada día cobra mayor importancia, ya que es una de las causas principales de muerte en el mundo. Tan solo para el 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que unas 10 millones de personas murieron por esta enfermedad siendo los tres tipos de cáncer más frecuentes el de mama (2,26 millones de casos); el pulmonar (2,21 millones de defunciones) y el colorrectal (1,93 millones de fallecimientos) (Organización Mundial de la Salud, 2021). Incluso, frente a este panorama, las proyecciones no son alentadoras: según afirma el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU., se calcula que, en 2040, el número de casos nuevos detectados de cáncer aumentará a 29,5 millones por año, mientras que el número de muertes por esta causa se incrementará en 16,4 millones (Instituto Nacional del Cáncer, 2020). Frente a las cifras, en Colombia se encuentra que, desde que se dio inicio al registro de la información de las personas diagnosticadas con esta enfermedad y atendidas en el marco del Sistema General de Salud (establecido mediante la Resolución 0247 de 2014), se reportaron 139.789 casos en el país, cifra que ha ascendido a 347.745 personas para el 2020 con algún tipo de cáncer. Así mismo, se afirma que, en este mismo periodo, el número de casos nuevos reportados fue de 42.893 y se informaron 27.300 fallecimientos (Fondo Colombiano de Enfermedades de Alto Costo, 2021). Enfermar de cáncer Adicionalmente al proceso fisiopatológico desencadenado por el cáncer y desde una perspectiva integral, esta condición afecta de forma negativa las diferentes dimensiones del ser humano, situación que se agudiza cuando las personas que padecen esta enfermedad, en ocasiones, son condicionadas con la “etiqueta” de enfermedad terminal, lo cual puede conducir a que el paciente diagnosticado, se autocondene a una pena de muerte (si así pudiese denominarse) sin ni siquiera conocer detalles del proceso, tales como el tipo y etapa del cáncer o el tratamiento y alternativas de intervención. Lo que sí es una realidad es que las consecuencias de padecer cáncer tienen manifestaciones de diferente índole en el plano individual con la presentación de problemas o, incluso, trastornos mentales que incorporan desde ansiedad, angustia y pánico hasta depresión, entre otros. Así mismo, las afectaciones físicas dan lugar a procesos de profundo dolor, diagnósticos y tratamientos prologados, con la necesidad de requerir amplios periodos de ausentismo y, con ello, cambios en las dinámicas sociales, laborales y familiares. Desde una visión más global, se encuentra el impacto social con la disminución de la calidad de vida y los costos asociados a las prestaciones tanto de salud como económicas del Sistema General de Seguridad Social (SGSS). Sumado a lo anterior, el cáncer es una enfermedad catalogada de alto costo, lo que se traduce, infortunadamente, en barreras administrativas a las que se ven enfrentados los pacientes y sus familias para acceder de manera oportuna a los servicios de salud. Esto, pese a la creación de la cuenta de alto costo por parte del gobierno, precisamente, para aunar esfuerzos de algunos actores del SGSS y garantizar una gestión solidaria y adecuada. Por su parte, a nivel laboral, esta enfermedad, independientemente de su origen, bien sea laboral o de origen común, afecta de forma directa a las empresas, a través de una disminución de la productividad, aumento en los días perdidos, reasignación de la operación, requerimientos de rehabilitación y reubicación laboral, entre otros. El cáncer y el trabajo Una de las principales características del cáncer es la multicausalidad ya que, frente a su etiología, se ha determinado que su aparición está dada por la interacción entre diferentes factores que abarcan desde los aspectos individuales (genéticos) hasta factores externos (la exposición a agentes carcinógenos). En este punto, el trabajo adquiere un papel definitivo ya que estos factores externos pueden estar presentes en los entornos laborales, a través de peligros cancerígenos de tipo físicos, químicos y biológicos. Dicha multicausalidad, sumada al tiempo que puede tardar en manifestarse alguna sintomatología sugestiva o relacionada con el cáncer, ha conllevado a un subregistro de eventos de origen laboral. Lo anterior representa un gran problema porque da lugar a intervenciones tardías y dificultades en la definición de origen de la enfermedad. Sin embargo, en Colombia, pese al posible subregistro, en el Decreto 1477 de 20141 se encuentran, a la fecha, varios tipos de cáncer incluidos en la tabla de enfermedades laborales, que, aunque no se establecieron dentro del grupo de enfermedades directas, en caso de demostrar relación causal de índole ocupacional, podrían determinarse como “de origen laboral”. En la tabla 1 se enlistan los tipos de afectaciones incluidas y los agentes etiológicos relacionados. Por otra parte, desde la literatura científica se ha documentado evidencia sobre la relación causal entre los carcinógenos ocupacionales y el cáncer de pulmón, vejiga, laringe y piel, así como la leucemia y el cáncer nasofaríngeo (Organización Internacional del Trabajo, 2021). Tabla 1. Tipos de cáncer incluidos en el grupo II de la tabla de enfermedades laborales En concordancia con esto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirma que, entre los cánceres que afectan a las personas, el cáncer de origen laboral es completamente prevenible siempre que se tomen medidas adecuadas para evitar la exposición de los trabajadores a los agentes carcinogénicos en el

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ISO 45003, nueva herramienta para la gestión del riesgo psicosocial en las organizaciones

Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Comunicadora Social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad / Líder de Comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). Así como el trabajo es beneficioso para la salud mental porque permite a las personas trazarse objetivos, cumplir propósitos, relacionarse con otros y mantenerse productivas, a su vez, puede convertirse en un factor de riesgo si el entorno en el que este se desarrolla es adverso. Esto último, según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2019) se asocia comúnmente a políticas inadecuadas de seguridad y protección de la salud, prácticas ineficientes de gestión y comunicación, labores o tareas que no se adaptan a las competencias del trabajador, bajos niveles de apoyo, cargas excesivas de trabajo, largas jornadas laborales y estilos de liderazgo que propician el acoso, el maltrato y/o la intimidación, entre otros. También inciden aspectos como la incertidumbre frente a los contratos laborales, la preocupación constante por perder el empleo, la reducción de beneficios y las bajas retribuciones económicas. El resultado: los trabajadores que se ven expuestos a estas condiciones suelen padecer estrés, fatiga y desmotivación laboral, entre otros síntomas, lo que les termina ocasionando problemas físicos y psicológicos como ansiedad y depresión. Tales efectos generan impactos negativos para las empresas que van desde el incremento del absentismo, la pérdida de productividad y la alta rotación del personal hasta incrementos en las tasas de accidentalidad y fatalidades como consecuencia del descenso en los niveles de atención y concentración de los colaboradores. Así lo advierte la OMS en sus estudios, cuyos indicadores revelan, además, que las pérdidas en productividad a causa de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad le cuestan a la economía mundial hasta un billón de dólares anuales. Esta problemática no es ajena a Colombia. Desde el 2007, las encuestas nacionales de condiciones de salud y trabajo realizadas por el Ministerio del Trabajo vienen evidenciando que dos de cada tres trabajadores han manifestado estar expuestos a factores de riesgo psicosociales durante su jornada laboral y que, entre un 20 % y un 33 %, manifestaron sentir altos niveles de estrés1. Incluso, datos más recientes señalan que, durante la pandemia, el 14,3 % de los colombianos encuestados admitió haber padecido sobrecarga laboral con respecto a su rutina diaria previa al inicio de la crisis sanitaria, tal y como lo reveló la Encuesta Pulso Social del Dane desarrollada a mediados de 2021. De hecho, con relación al teletrabajo y a las medidas de trabajo remoto adoptadas por muchos sectores económicos antes y durante la emergencia ocasionada por la COVID-19, la OMS señala que los trabajadores en casa están expuestos a riesgos psicosociales específicos, como el aislamiento, los límites difusos entre el trabajo y la familia, un mayor riesgo de sufrir violencias y la sobrecarga de labores domésticas, entre otros. Por su parte, en la guía denominada ‘Gestión de los riesgos psicosociales relacionados con el trabajo durante la pandemia de COVID-19’, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) instó a los empleadores a proteger la salud mental de sus trabajadores y a integrar este aspecto en los Sistemas de Gestión de la Seguridad y Salud en el trabajo (SG-SST), en los planes de preparación y respuesta ante situaciones de emergencia y en los planes de reincorporación al trabajo, en el marco de la reactivación económica actual. Como respuesta a este escenario, un año después, el pasado 8 de junio de 2021, la Organización Internacional de Normalización (ISO, por sus siglas en inglés) publicó la ISO 45003:2021 ‘Gestión de la Salud y seguridad psicológica en el trabajo – Directrices para la gestión de riesgos psicosociales’, la primera norma internacional que brinda a empresas y organizaciones de todo tipo orientaciones sobre la identificación y gestión de riesgos psicosociales dentro de un sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo. Para conocer su contenido, propósito y alcance, hablamos con Susana Romero, experta en sistemas de gestión de bienestar y empresa saludable, quien hace parte de la junta directiva de la Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral (AEPSAL) e integrante el Movimiento Internacional Excelencia y Salud Empresarial y Sostenibilidad (MIESES). De acuerdo con Romero, los riesgos psicosociales son uno de los mayores desafíos que enfrentan hoy por hoy las organizaciones paragarantizar la salud, la seguridad y el bienestar de todos sus colaboradores “Estos riesgos configuran una de las partes más complejas deanalizar en el Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo no solo porque involucra un gran carga personal e íntima sino porque también es uno de los factores más críticos si tenemos en cuenta que fácilmente puede originar un accidente físico”, explica la experta. Si bien la ISO 45003 llega a integrar la familia de normas ISO 45001, no es certificable como sí lo es la 45001:2018. Esto se debe a que esta nueva guía brinda pautas y directrices sobre los riesgos psicosociales en el ámbito laboral convirtiéndose en un complemento perfecto para desarrollar una gestión integral de la seguridad y la salud en el trabajo. “Así, lo ideal es que aquellas empresas que estén trabajando en la certificación de la norma ISO 45001 de 2018 o en su actualización yadaptación, se apoyen en esta guía la cual les permitirá llegar al detalle del análisis, la gestión, la planificación de acciones y el monitoreo de los riesgos psicosociales que tienen un impacto en el desempeño del SG-SST”, sugiere Romero. No obstante, desde su experiencia de más de 20 años en este campo, afirma que la gestión de los riesgos psicosociales se ha transformado en un talón de Aquiles para las organizaciones. La dificultad para identificarlos y abordarlos reside, en su opinión, en un común denominador que caracteriza a este tipo de riesgos: su carácter intangible. “Suelen ser factores invisibilizados pues dependen de la percepción particular de las personas y de la organización en su conjunto. En cambio — continúa la especialista— si un trabajador sube una escalera yo sé que existe una posibilidad de que

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Agentes carcinógenos de tipo biológico, peligros presentes en el Trabajo

Por: Leidy Liceth Pérez Claros / Enfermera / Especialista en Salud ocupacional / Magister en Salud y Seguridad en el Trabajo / Líder técnica del CCS / Bogotá, Colombia / Agosto de 2020. Introducción El cáncer es una causa de morbilidad y mortalidad de impacto a nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el último informe publicado este año: World Cancer Report (OMS, 2020) estableció que una de cada seis personas muere al año por esta causa y este comportamiento se encuentra en ascenso. Por su parte para el año 2018, 18,1 millones de personas de todo el mundo presentaron cáncer y 9,6 millones murieron por esta enfermedad, estimando la OMS que para el 2040 la carga se duplicará a unos 29-37 millones de nuevos casos. Esta enfermedad corresponde a un proceso fisiopatológico en el cual las células presentan un proceso de crecimiento y diseminación incontrolados cuya etiología es multicausal; específicamente, cuando se hace referencia a cáncer ocupacional, concierne al desarrollo de esta patología contraída como resultado de la exposición a agentes con capacidad de inducir carcinogénesis en el ser humano, presentes en las actividades inherentes a la labor o en el medio en que se desarrolla. Tal como sucede con la mayoría de las enfermedades laborales, el cáncer se desarrolla en un tiempo prologado supeditado al tiempo de exposición y a las características individuales propias de cada trabajador, por lo que la determinación del origen laboral se dificulta, incluso cuando no se tiene una trazabilidad de la exposición a los agentes carcinógenos en la historia laboral del trabajador, o cuando por desconocimiento de los profesionales de la salud no se contemplan los aspectos laborales dentro de la evaluación de los factores de riesgo de las personas que se diagnostican con esta enfermedad. En Colombia, mediante el Decreto 1477 de 2014 (modificado por el Decreto 676 de 2020) se establece la Tabla de Enfermedades Laborales expedida por el Ministerio del Trabajo, en la cual se han incluido algunos tipos de cáncer, sin embargo, no corresponden al grupo de enfermedades directas, es decir que para determinarse de origen laboral se debe demostrar relación causal de índole ocupacional. Los peligros que se han relacionado con estos tipos de cáncer son físicos (radiación ionizante y ultravioleta) y químicos, no obstante, aunque no se encuentren incluidos, los peligros biológicos son de gran importancia puesto que algunos agentes tienen la capacidad de desarrollar cáncer de forma directa (alterando la dinámica celular normal) e indirecta (afectando el sistema inmunológico o generando procesos de inflamación crónica). Agentes cancerígenos de tipo biológico La Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer – IARC (por sus siglas en inglés: International Agency for Research on Cancer) como organismo de la OMS especializado en las investigaciones oncológicas, ha establecido 4 grupos de clasificación para cancerígenos (Grupo 1: el agente es carcinógeno para los humanos, Grupo 2A: el agente es probablemente carcinógeno para los sereshumanos, Grupo 2B: el agente es posiblemente carcinógeno para los seres humanos, Grupo 3: el agente no es clasificable en cuanto a su carcinogenicidad en seres humanos), concretamente dentro del grupo 1 a la fecha la IARC ha relacionado 11 agentes biológicos que se han comprobado como cancerígenos para los seres humanos, distribuidos de la siguiente manera: 1 bacteria, 7 virus y 3 parásitos, los cuales se enlistan en la tabla 1 y se relacionan con el tipo de cáncer que se ha asociado a cada uno. Es importante aclarar que esta clasificación no está relacionada con el ámbito laboral. Tabla 1. Agente cancerígeno de tipo biológico clasificado en el grupo 1 por la IARC. Exposición ocupacional a agentes cancerígenos de tipo biológico Dentro de los 11 agentes clasificados como cancerígenos para el ser humano en el grupo 1 de la IARC (Tabla 1), se encontró principalmente el reporte de 4 de estos agentes como peligros en lugares de trabajo, en los que se presenta la fuente y el mecanismo de transmisión ocupacional. En primera medida se destaca la bacteria incluida, la cual corresponde al bacilo Helicobacter pylori (H. pylori) que ha sido estudiado por la IARC desde 1994 y determinado como agente cancerígeno, dentro de los tipos de cáncer asociados en adultos se encuentra, el cáncer de estómago, linfoma MALT gástrico (tejido linfoide asociado a mucosas, MALT por sus siglas en inglés), esófago y otros tipos de cáncer menos frecuentes de: hígado, colon y recto, páncreas, pulmón, cabeza y cuello. La IARC plantea que existen varias líneas de evidencia que apuntan a que la carcinogénesis gástrica está asociada a la inflamación gástrica crónica y el estrés oxidativo resultante de la H. pylori, puesto que produce un recambio celular alterado acompañado por cambios en la expresión génica, metilación y mutación (OMS, 2020). El mecanismo de transmisión de este agente es de persona a persona y en el ámbito laboral se establece que es un peligro biológico que puede encontrarse en aquellos trabajos en los que hay contacto estrecho entre trabajadores con pacientes portadores de la H. pylori. A continuación, se exponen algunas publicaciones que muestran esta relación: Durante el 2018 se realizó una revisión de la literatura científica (Ofori et al. 2018) con el objetivo de identificar los peligros laborales para gastroenterólogos, dentro de los principales hallazgos relacionados con el agente causal H. pylori, los autores afirman haber encontrado varios artículos que exponían un alto riesgo de transmisión de la bacteria entre el personal del área de endoscopia, así mismo señalan que mediante un estudio de casos y controles con 122 gastroendoscopistas y enfermeras del área de endoscopía, se determinó que la infección por H. pylori fue más común en el personal del área de endoscopía que en la población general por lo que los investigadores concluyeron que este agente causal debería considerarse un riesgo ocupacional (Peters, 2011). Así mismo, en otro estudio, se informó que la incidencia de infección por H. pylori fue aproximadamente del 2,6% por año entre los endoscopistas y que en comparación con los casos control (no médicos), los endoscopistas tenían

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Los indicadores de desempeño en la industria desde la perspectiva de seguridad de procesos: diferencias, usos y lecciones aprendidas

Por María Camila Suárez Paba / Ingeniera Química / Magíster en Ingeniería Química / Doctora en Ingeniería – Universidad de Kioto (Japón) / Conocimiento y experiencia en desastres naturales que desencadenan accidentes industriales (Natech), medidas de prevención y mitigación para mejorar la capacidad de recuperación territorial a los riesgos Natech, seguridad de procesos y análisis cuantitativos de riesgos / Bogotá, Colombia / 2020. ¿Qué son los indicadores de desempeño? Es claro para los propietarios o administradores de instalaciones peligrosas, que deben conocer los riesgos existentes en estas. Esto se logra a través de una cultura de seguridad conocida y aceptada en toda la empresa y a través de la implementación de un sistema de gestión de la seguridad, que se revise y actualice periódicamente. Lo anterior permite que las instalaciones industriales estén preparadas ante cualquier accidente que pueda ocurrir. Sin embargo, para lograr tal estado, es importante que las organizaciones se apoyen en indicadores de desempeño de seguridad de procesos que, si se monitorean, pueden usarse para limitar o prevenir incidentes relacionados con el proceso (OECD, 2008). Es así como en la industria de procesos, los programas de mejora continua utilizan indicadores para medir el desempeño actual y futuro de sus procesos. Esto les permite obtener una mirada de las buenas prácticas y las oportunidades de mejora, lo que repercute en una mejora continua de la seguridad de sus operaciones (CCPS, 2011). Teniendo en cuenta lo anterior, es posible afirmar que los indicadores de desempeño son herramientas utilizadas para monitorear el cumplimiento de los objetivos de un sistema, proporcionando información sobre los niveles de seguridad. Estos indicadores pueden tener diversos enfoques, ser abordados desde una perspectiva de la salud y seguridad en el trabajo o desde una perspectiva de seguridad de procesos, los cuales no necesariamente tienen una relación directa. A su vez, pueden tener un carácter retrospectivo o prospectivo. A pesar de las diversas alternativas existentes para plantear indicadores de desempeño, aún no se ha establecido una fórmula genérica que pueda ser adaptada a cualquier tipo de industria. Por lo tanto, la implementación de este tipo de indicadores depende de las características y particularidades de cada instalación industrial, sus procesos, sistemas de seguridad y cultura de seguridad de procesos, entre muchas otras variables. Es así que, tal como lo afirman Swuste y colaboradores, aún no se ha identificado la «solución milagrosa» en este sentido (Swuste et al., 2016). Debido precisamente a las múltiples alternativas, existen también diversas definiciones que abordan desde diferentes aristas los indicadores de desempeño. La Tabla 1 muestra un paralelo sobre algunas de las definiciones de los indicadores de seguridad de procesos, propuestas por diferentes autores, tanto desde una óptica de la literatura científica como desde la literatura profesional. Esto sugiere que aún no existe un consenso en la definición, pero si se observa detenidamente, el enfoque abordado es el mismo; esto es, evaluar la efectividad con que un sistema controla sus riesgos, mediante el cumplimiento de objetivos previamente establecidos que contemplan aspectos organizacionales, del proceso y de la infraestructura. Tabla 1. Definiciones de diversos autores sobre indicadores de seguridad de procesos. Adaptado de (Swuste et al., 2016) En la práctica, la gestión del desempeño se hace evidente en la selección de indicadores representativos que reflejen de forma realista el estado del entorno laboral y los procesos productivos. Por lo tanto, se utilizan para determinar qué tan alejado o cercano está el sistema de la situación óptima, de acuerdo con los estándares y objetivos definidos por el gerente de seguridad de procesos y su equipo. Pero la pregunta que surge entonces es ¿qué debe considerar una adecuada gestión del desempeño?, ¿indicadores retrospectivos, prospectivos o una combinación de ambos? ¿Indicadores retrospectivos, prospectivos o una combinación de ambos? Los indicadores retrospectivos son precursores de incidentes de pérdida de contención, mientras que los indicadores prospectivos miden la calidad del sistema de gestión (Knegtering and Pasman, 2009; Zwetsloot, 2009). Otras definiciones establecen que los primeros se refieren a “medidas de la ocurrencia y frecuencia de eventos que ocurrieron en el pasado, como el número de lesiones, enfermedades y muertes” (OSHA, 2019). Los segundos, por su parte, se refieren a “medidas proactivas, preventivas y predictivas que brindan información sobre el desempeño efectivo de sus actividades de seguridad y salud; es decir, que miden los eventos que conducen a lesiones, enfermedades y otros incidentes y revelan problemas potenciales en su programa de seguridad y salud (OSHA, 2019)”. Nótese, sin embargo, la distinción entre las dos aproximaciones: por una parte, la primera definición hace referencia a la seguridad de procesos y por otra, la segunda definición tiene un enfoque en seguridad industrial, es decir, la seguridad al trabajador. Esto denota que existen dos dimensiones de los indicadores de seguridad, a saber: seguridad personal versus indicadores de seguridad del proceso. La distinción entre indicadores de seguridad personal y de procesos es relativamente clara, pero a la hora de hacer esta distinción entre los indicadores prospectivos y los reactivos, las cosas se tornan algo confusas (Hopkins, 2009). Por lo anterior, resulta muy importante que esta diferencia esté claramente establecida cuando se trata de definir indicadores de desempeño. Lo anterior debido a que, de acuerdo con Hopkins, la seguridad industrial se enfoca en eventos de alta probabilidad, pero de baja consecuencia, como caídas o tropezones, mientras que la seguridad de procesos se concentra en eventos de baja probabilidad y alta consecuencia, como es el caso de incendios o explosiones (Hopkins, 2011). Lo anterior indica que el primero busca prevenir incidentes que puedan afectar a los trabajadores y el segundo prevenir un accidente mayor. Cabe mencionar que ambas aproximaciones no son mutuamente excluyentes y por el contrario son complementarias. Lo importante de la discusión es la relación causal entre las mediciones de desempeño proactivas (indicadores prospectivos) y las mediciones de resultados (indicadores retrospectivos). Esto es, las condiciones de seguridad modificables y los resultados no deseados. De acuerdo con Dyreborg (2009) un enfoque proactivo sugiere que desde una mirada de la seguridad de procesos se deban considerar

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Precauciones 2020 de seguridad con cilindros de gas

Por Óscar Mauricio Barajas Pinzón / Ingeniero mecánico / Magíster en Automatización Industrial / Loss Prevention Department Saudi Aramco / Abqaiq Arabia Saudita / Diciembre de Precauciones 2020. Introducción Los cilindros de gas son ampliamente utilizados en el país en la industria o en medicina. Los gases más utilizados son: nitrógeno, oxígeno, argón, dióxido de carbono, helio, acetileno, propano y GLP. El hecho de tener un gas almacenado a presión en un recipiente conlleva peligros que deben conocerse, con el propósito de manejar y controlar el riesgo, y mitigar las posibles consecuencias apropiadamente. El presente artículo busca explorar las principales precauciones de seguridad en cuanto a almacenamiento, transporte y uso de cilindros presurizados. Especiales consideraciones se mencionarán para el uso de equipos de oxicorte. Referencias documentales y normativas Los siguientes documentos y referencias normativas internacionales pueden utilizarse como guía: NFPA 55 “Standard for the Storage, Use, and Handling of Compressed Gases and Cryogenic Fluids in Portable and Stationary Containers, Cylinders and Tanks”. ISO 20475: Gas Cylinders, Cylinder bundles, periodic inspection and testing. ISO 22434: Transportable cylinders, inspection and maintenance of cylinder valves. OSHS 1910-101. Compressed Gases. Consideraciones durante transporte y manipulación de cilindros Los cilindros de gas comprimido tienen una gran variedad de forma y tamaños que debe ser estudiada y conocida en detalle por los usuarios. Figura 1. Diferentes formas y tamaños de cilindros Los cilindros deben manipularse, movilizarse y transportarse con precaución: Los cilindros deben tener instaladas las tapas protectoras en su parte superior para proteger la válvula cuando no se utilizan o cuando son transportados. Los cilindros deben asegurarse en posición vertical durante su movilización. Los cilindros deben identificarse correctamente. Las válvulas en los cilindros vacíos deben estar cerradas. Se deben utilizar canastas y carretillas de seguridad cuando son transportados. No se deben utilizar eslingas, cuerdas o dispositivos electromagnéticos para movilizar cilindros. Los cilindros no deben caerse ni usarse como rodillos o soporte para otros equipos. No utilizar tapas protectoras de válvula para enganchar dispositivos para elevación o movilización de cilindros. Los cilindros deben tener las etiquetas apropiadas, de acuerdo con la naturaleza del gas almacenado. Por ejemplo, las etiquetas DOT tienen información: Nombre del producto. Número de las Naciones Unidas asignado al gas, por ejemplo, UN 1006 para el Argón y UN 1013 para el dióxido de carbono. Rombo de las Naciones Unidas para facilitar identificación de peligros. Figura 2. Etiquetas DOT para identificación de cilindros Medidas de seguridad durante el almacenamiento Las siguientes medidas de seguridad deben implementarse durante el almacenamiento de cilindros a presión: Los cilindros deben almacenarse en posición vertical y deben asegurarse. Los cilindros que contienen oxígeno deben almacenarse, al menos, a 6 metros de cilindros que almacenan otras sustancias como el acetileno o a 1,5 metros de una barrera no combustible, tal como una pared resistente al fuego. Esta pared debe tener una resistencia de 30 minutos, como mínimo. No se deben almacenar cilindros a temperaturas mayores a 52 °C. Los cilindros vacíos deben estar debidamente identificados y deben almacenarse separadamente de los cilindros llenos. Se recomienda implementar medidas para restringir el acceso de personal no autorizado a la zona de almacenamiento. Para prevenir corrosión, los cilindros deben almacenarse preferiblemente en superficies que no estén en contacto directo con el suelo. El área debe estar seca, bien ventilada y libre de la acción del polvo o la humedad. Los cilindros deben asegurarse para evitar su caída. Las tapas protectoras deben instalarse para proteger las válvulas cuando estos cilindros son transportados o almacenados. Figura 3. Distancias para separación segura entre cilindros. Fuente: NFPA 55. [3] Especialmente el acetileno posee un peligro adicional y es su alta reactividad. Bajo determinadas condiciones, inclusive en ausencia de aire u oxígeno, el acetileno se puede descomponer en sus elementos esenciales: carbono e hidrógeno. Solo el personal entrenado debe operar los equipos de oxicorte. [5], [6], [7]. Inspección antes de uso Antes de su uso, los cilindros presurizados se deben inspeccionar visualmente, con el propósito de identificar una o más de las siguientes fallas: Precauciones durante uso de cilindros Las siguientes consideraciones de seguridad deben implementarse cuando se utilizan cilindros presurizados: Inspeccione los cilindros y sus conexiones. Utilice reguladores de presión aprobados para ser conectados en las válvulas. En equipos de oxicorte, atrapa llamas deben instalarse en los reguladores de presión y en la antorcha. Inspeccione los manómetros, reguladores, válvulas, mangueras, antorcha y cilindro para identificar daños. Se debe verificar la fecha de prueba hidrostática. No utilice un martillo o una llave para abrir las válvulas del cilindro. Si las válvulas no se pueden abrir manualmente, notifíquelo al proveedor. La persona que va a operar la válvula de un cilindro presurizado debe hacerse a un lado del cilindro y no ubicarse directamente en frente de la salida de gases. Antes de intentar controlar cualquier fuga en el cuerpo del cilindro o en mangueras y dispositivos asociados, primero cierre la válvula del cilindro. No utilizar aceite o grasa como lubricante en conexiones. Las roscas y acoples deben ser los mismos de la válvula del cilindro. Los cilindros deben protegerse de la luz solar, de la acción directa de llamas y cualquier fuente de calor. Los cilindros deben estar asegurados durante su utilización. Retire los cilindros que estén fuera de uso de las áreas de trabajo calientes donde se realicen cortes o soldaduras, o utilice un escudo resistente al fuego. Cierre siempre las válvulas de los cilindros vacíos. No utilice los cilindros como rodillos. Especialmente el acetileno puede formar compuestos explosivos cuando se encuentra en contacto con algunos metales, tales como cobre o plata. Los acoples de cobre no deben utilizarse en cilindros con acetileno. Las pruebas hidrostáticas de los cilindros deben realizarse cada 5, 10 o 12 años dependiendo de la naturaleza del almacenado y el tipo de cilindro utilizado. Las siguientes recomendaciones generales de seguridad deben considerarse cuando se utilizan equipos de oxicorte [2]: Las antorchas no deben dejarse desatendidas. Acoples comprimidos deben utilizarse en las conexiones de mangueras. Todas las conexiones, mangueras, tanques, reguladores y

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Guía para la gestión del riesgo químico en lugares de trabajo Resumen Ejecutivo

Por: Diana Marcela Gil Bohórquez / Ingeniera Química / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / Máster en MBA, Dirección y Administración de Empresas / Directora de Productos y Servicios en Mejora y Soluciones. Yady Cristina González / Ingeniera química / Especialista en Epidemiología / Contratista Componente de Seguridad Química Ministerio de Salud y Protección Social. Yezid Fernando Niño Barrero / Ingeniero Ambiental y Sanitario / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / M.Sc. Salud Pública / PhD en Ingeniería (c) / Gerente Técnico del CCS. Hernán Darío Rentería / Médico cirujano / Especialista en Salud Ocupacional y en Toxicología Ocupacional / Gerente de DR HR LTDA. Introducción En el mundo se utilizan millones de sustancias químicas. En el Registro CAS (Chemical Abstract Service) se tienen identificadas más de 155 millones de sustancias desde principios de 1800. Este panorama hace necesario que la formulación de acciones preventivas para su manipulación deba ajustarse al tipo de sustancia y a las condiciones de su uso y producción. En este contexto, esta guía busca ser un instrumento utilizado en las empresas, por los responsables de seguridad y salud en el trabajo o por los académicos que quieren realizar la gestión del riesgo químico en áreas de trabajo con base en la identificación, análisis, evaluación y comunicación de peligros; permitiendo conocer elementos sobre seguridad, higiene industrial y salud laboral, entre otros aspectos. Antecedentes NormativosEl desarrollo normativo en Colombia en materia de sustancias contempla temas de prevención de Accidentes de Trabajo (AT) y Enfermedades Laborales (EL), higiene industria, seguridad industrial, prevención de accidentes mayores, emisiones contaminantes, gestión integral de residuos, pasivos ambientales, posconsumo, Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono (SAO), aire y salud, minería y salud, salud ambiental, seguridad en el uso de plaguicidas, seguridad en el uso de productos químicos en el hogar, seguridad en la producción y el uso de medicamentos, transporte de mercancías peligrosas, plaguicidas químicos de uso agrícola, fertilizantes, sustancias de control especial, entre otros. Adicionalmente, se cuenta con estándares técnicos nacionales e internacionales, tales como las Normas Técnicas Colombianas para el Transporte de Mercancías Peligrosas, las normas de la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego – NFPA y las normas de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa, entre otras (Libro Naranja, Libro Púrpura, GRE 2016). Marco conceptualIncluye las definiciones de: riesgo (según el Decreto Único Reglamentario del Sector Trabajo y según el Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos – SGA), producto químico (según el artículo 2° de la Ley 55 de 1993 y el SGA), producto químico peligroso (conforme con la aplicación de los criterios de clasificación de peligrosidad establecidos en el SGA), vías de ingreso y escenarios de exposición potencial. Identificación de peligros, evaluación y valoración del riesgo Sistemas de clasificación de peligros de las sustancias químicasSistema Globalmente ArmonizadoEl Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (SGA) es una iniciativa de las Naciones Unidas para estandarizar internacionalmente la clasificación química, el etiquetado y las Fichas de Datos de Seguridad (FDS) en el lugar de trabajo. En Colombia el SGA fue adoptado a través del Decreto 1496 de 2018. En relación con el SGA se desarrollan los siguientes aspectos Peligros de las sustancias químicas de acuerdo con el Sistema Globalmente Armonizado (SGA) Comunicación de peligros según SGA Etiquetado de las sustancias químicas Contiene información sobre los casos en los que se debe etiquetar o re etiquetar un producto, productos que no requieren etiquetado o re etiquetado que cumpla los requisitos del SGA, diseño de etiquetas, tamaño de la etiqueta, nombre de la sustancia, datos del proveedor, importador o fabricante, pictogramas, palabra de advertencia, indicación de peligro, consejos de prudencia, diseño de etiqueta según SGA, etiqueta de productos químicos trasvasados que no requieren cumplir con los requisitos del SGA, verificación del cumplimiento del etiquetado, recomendaciones para el etiquetado, mecanismos alternativos de etiquetado y etiquetado de productos de alta rotación y de envases pequeños. Fichas de Datos de Seguridad (FDS) de las sustancias químicas El proveedor de la sustancia química debe hacer entrega de la ficha de datos de seguridad de cada una de las sustancias químicas peligrosas, esta debe contar con todos los elementos definidos en el SGA y aquellos complementarios que estén definidos en la Ley 55 de 1993. La Ficha de Datos de Seguridad se compone de 16 secciones con información específica que puede clasificarse en los siguientes bloques: bloque a) Identificación de la sustancia y sus peligros. Este bloque se divide en 3 secciones: identificación del producto, identificación de peligros y composición/información sobre los componentes. Bloque b) Recomendaciones para situaciones de emergencia. Este bloque se divide en 3 secciones: primeros auxilios, medidas de lucha contra incendio y medidas que deben tomarse en caso de vertido accidental. Bloque c) Recomendaciones para el manejo de la sustancia. Este bloque se divide en 4 secciones: manipulación y almacenamiento, controles de exposición/protección personal, propiedades físicas y químicas, estabilidad y reactividad. Bloque d) Información toxicológica y eco toxicológica. Este bloque se divide en 3 secciones: información toxicológica, información eco-toxicológica, información relativa a la eliminación de los productos. Bloque e) Información complementaria. Contendrá aspectos relacionados con el transporte seguro de las sustancias químicas, la descripción de las normas reglamentarias existentes en el país que sean aplicables de manera específica a la sustancia y una sección denominada “otras informaciones”, que podrá contener las actualizaciones de la FDS, control de cambios, clasificación con otras metodologías y demás información que considere pertinente el responsable de la elaboración de la FDS. Frente a la verificación del cumplimiento de la FDS, la empresa deberá validar que contenga una mínima información y estructura que le permita evidenciar la calidad y coherencia de la información allí consignada. Existen otros aspectos que se pueden evaluar en las FDS, es el caso de la coherencia interna en aspectos como la información fisicoquímica y toxicológica con la clasificación de peligros, la definición de uso de EPP para la manipulación con mayores restricciones que para la atención de emergencias, etc. Es recomendable

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Manejo seguro de productos químicos en el hogar

Por: Yezid Fernando Niño Barrero / Ingeniero Ambiental y Sanitario / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / M.Sc. Salud Pública / PhD en Ingeniería (c) / Gerente Técnico del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). Diana Marcela Gil Bohórquez / Ingeniera química / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / Máster en MBA, Dirección y Administración de Empresas / Directora de Productos y Servicios en Mejora y Soluciones. Hernán Darío Rentería / Médico / Especialista en Salud Ocupacional y Toxicología ocupacional. Yady Cristina González Álvarez / Ingeniera química / Especialista en Epidemiología / Contratista Componente de Seguridad Química Ministerio de Saludy Protección Social. ¿Qué es un producto químico? Los productos químicos están definidos en Colombia, según el artículo 2° de la Ley 55 de 1993, como los elementos y compuestos químicos, y sus mezclas, ya sean naturales o sintéticos. Por su parte, el Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (SGA) define una sustancia química como “un elemento químico y sus compuestos en estado natural u obtenidos mediante cualquier proceso de producción, incluidos los aditivos necesarios para conservar la estabilidad del producto y las impurezas que resulten del proceso utilizado, y excluidos los disolventes que puedan separarse sin afectar a la estabilidad de la sustancia ni modificar su composición”. ¿Qué es un producto químico peligroso? Se considera un producto químico peligroso a aquel que incluye características peligrosas para la salud, el ambiente y la infraestructura, conforme con la aplicación de los criterios de clasificación de peligrosidad establecidos en el SGA. Cabe señalar que Colombia a partir de 2018 adoptó el SGA y por lo tanto, una sustancia será considerada peligrosa siempre y cuando cumpla con al menos uno de los criterios de peligrosidad de este sistema, como se sintetiza en la ilustración. ¿Cuáles son las vías de ingreso de los productos químicos? Dentro de las vías de ingreso de las sustancias químicas al organismo se encuentra la vía respiratoria, cutánea y digestiva (Bernabé, Izcapa, Rivera, Arcos, & Bravo, 2014); la sustancia química deberá atravesar las membranas celulares para acceder al órgano donde se produce el efecto. Vía respiratoria Esta vía es la más común y por lo tanto la más importante, en especial para aquellos gases, vapores o sustancias sólidas o líquidas que poseen una presión de vapor alta o tienen mayor posibilidad de pasar al aire. Hay partículas que pueden ser retenidas a nivel de las vías respiratorias superiores y otras que pueden penetrar a través del sistema respiratorio. La sustancia química puede ingresar al cuerpo cuando la respiramos a través de la nariz o la boca. Cuando se huele una sustancia química, se está respirando. Pero ciertas sustancias químicas no tienen olor o la persona se acostumbra a él y deja de notarlo. El efecto está asociado al tamaño de la partícula, su estado físico y los peligros de la sustancia. Vía cutánea La piel es el órgano de mayor tamaño en el cuerpo humano y es una de las principales capas de protección del organismo para diversos agentes físicos, químicos y biológicos, y a su vez uno de los principales órganos expuestos a los productos químicos. Las sustancias que entran al organismo por vía dérmica deben atravesar una serie de capas que forman la piel hasta llegar a los capilares sanguíneos y poder ser absorbidos. Vía digestiva No es habitual que en el hogar se presente de manera directa la exposición a sustancias químicas por esta vía, por lo que comúnmente estas exposiciones están asociadas a accidentes derivados de inadecuadas condiciones de almacenamiento, uso y manejo de los productos químicos en el hogar. El efecto por esta vía puede estar asociado a peligros de corrosión o irritación directamente sobre el tracto digestivo o por los peligros asociados al metabolismo de las sustancias químicas. ¿Qué productos químicos se utilizan en el hogar? La mayoría de los productos que se encuentran en su hogar pueden contener sustancias químicas, por lo tanto, se debe ser cuidadoso al leer las etiquetas y en especial las advertencias, de tal forma que se puedan identificar fácilmente cuáles productos contienen sustancias químicas con características de peligrosidad. Entre los productos comúnmente utilizados en el hogar y que pueden contener sustancias químicas peligrosas, se incluyen: Desinfectantes para baños y cocinas, sanitizadores, blanqueadores. Productos de limpieza o mantenimiento del hogar, tales como: jabones, ceras, betunes, velas, limpiadores de desagües, limpiavidrios, desengrasantes, desmanchadores, pinturas, pegamentos, ambientadores, desinfectantes multiusos, ácido muriático (ácido clorhídrico), creolina, naftalina, varsol. Productos para automóviles almacenados en la casa, tales como anticongelantes o líquido para lavar parabrisas. Productos de belleza o para el cuidado de la salud, tales como medicamentos, alcohol antiséptico, cosméticos para el cabello y las uñas, cremas depilatorias, aditivos de tinturas para el cabello, lacas. Aerosoles y cebos para cucarachas. Insecticidas. Venenos para ratas y otros roedores. Productos para eliminar malezas. Productos para el cuidado de sus plantas y del jardín. Champú antipulgas o garrapatas, polvos y baños desinfectantes para mascotas. Productos químicos para piscinas. Combustibles como gasolina, ACPM. Juegos pirotécnicos y pólvora. ¿Cómo reconocer si las sustancias químicas utilizadas en el hogar son peligrosas? Una sustancia es clasificada como peligrosa si cumple alguno de los siguientes criterios: peligros físicos, refiriéndose a características de las sustancias que pueden generar daños sobre la infraestructura y los materiales; peligros a la salud, que se asocian a los efectos agudos o crónicos sobre la salud de las personas; y los peligros para el medio ambiente, que pueden afectar algún componente del medio natural, específicamente en el medio acuático o la capa de ozono. Revisa la etiqueta. Los productos químicos con características de peligrosidad deben tener los elementos de comunicación de peligros en la etiqueta.Uno de los elementos fundamentales para informar a los usuarios de sustancias químicas sobre los peligros de estas y las recomendaciones para su uso y manejo, son las etiquetas, que incluyen información para tomar medidas de precaución que eviten efectos indeseados sobre la salud y el ambiente, así como información de las medidas de actuación en caso de

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Ergonomía cognitiva con enfoque incluyente

Por: Andrea Catalina Beltrán Franco / Psicóloga / Especialista en Psicología Organizacional / Especialista en Salud y Seguridad en el Trabajo / Estudiante de maestría en Salud y Seguridad en el Trabajo. En la actualidad, hablar de ergonomía desde una mirada simplista y reductiva, centrada únicamente por aspectos físicos, es poco aceptada por la comunidad científica, debido a que con el paso del tiempo este concepto también ha evolucionado, haciéndose complejo y abarcando diferentes áreas del conocimiento; por lo cual, ha requerido un abordaje más amplio como el propuesto por la teoría de los sistemas, que reconoce la importancia de la interrelación entre las diferentes partes de los sistemas con su entorno, del cual se retroalimentan constantemente. Desde este enfoque, y como aporte a las nuevas estrategias que sugieren en el estudio desarrollado por Dul, et.al. (2012) para fortalecer el abordaje y la aplicación de una ergonomía de alta calidad centrada, entre otras cosas, en una visión integradora del conocimiento, así como, en el rendimiento y el bienestar. Es relevante, que al estar en un momento del tiempo en el que prima lo tecnológico y, nuevamente, como ha sucedido en otros momentos de la historia, en el que podrían seguir reemplazándose trabajos que hasta ahora son desarrollados por personas, para ser asumidos por inteligencia artificial; surge la necesidad de fortalecer la educación a la población en estrategias de aprendizaje digital con ayuda de la ergonomía, y en especial, de la ergonomía cognitiva desde la cual se trabaje, a partir de una orientación incluyente, que facilite la adaptación de las personas a dichos cambios del entorno, reconociendo sus diferencias y/o características individuales, no solo a nivel físico sino también cognitivo. Como lo expresan en el libro de Cañas y Waerns (2001) “gran parte del trabajo en ergonomía cognitiva ha sido desarrollado en el nivel perceptual de la cognición” (p.20) así pues, los nuevos retos, propios de nuestra era de comunicación y tecnología conllevan a ocuparnos desde la psicología y la ergonomía cognitiva en estudios tales como: los procesos mentales implicados de acuerdo a edad, género, orientación, raza y demás variables sociodemográficas que inciden en la adaptación físico-mental de las prótesis en biomedicina, la educación a distancia, realidades virtuales, elementos de protección personal adaptados según el género, orientación y cultura, entre otros temas de interés; facilitando la interacción entre los seres humanos y los sistemas de su entorno. La ergonomía con enfoque incluyente se ha trabajado principalmente en el área física, con el diseño de espacios, herramientas y objetos para mujeres trabajadoras y población con necesidades especiales. Sin embargo, a nivel cognitivo no se evidencian muchos aportes en la investigación actual. A pesar de encontrarnos en el siglo XXI, sabemos que muchas personas en el lugar de trabajo son discriminadas por su identidad, sexo y orientación sexual, etc.; facilitando el acoso laboral y generando mayores exigencias mentales y físicas a partir de una organización heteronormativa de las labores. De esta manera, nos encontramos con personas que deben asumir funciones en su trabajo solo porque convencionalmente han sido asignadas según sexo, sin considerar las percepciones y expectativas que surgen a raíz de sus propios procesos identitarios y experiencia. Personas que a pesar de los avances en ergonomía física, usar elementos de protección que no se ajustan a sus características morfofísicas, y personas con constantes o producto de las características socioculturales que determinan otros roles en sus condiciones laborales, extralaborales e individuales. Es así como surge la propuesta de una nueva línea de estudio en ergonomía cognitiva, desde la cual se estudien a profundidad aspectos cognitivos con un enfoque incluyente y que, a futuro, también superen las estructuras socioculturales y laborales tradicionales. Desde esta perspectiva, analizar la ergonomía cognitiva aportaría a otros estudios de la ciencia de la salud que reconocen la importancia de investigar sobre la incidencia de variables como el género sobre diferentes fenómenos del contexto. Por ejemplo, en el trabajo realizado por Makarek y Persinger (1995) citados por Torres, et al. (2006) se afirma que: “las diferencias de género en el rendimiento cognitivo se han demostrado ya desde la infancia…” (p.409) estos autores también comentan que las investigaciones han demostrado que esto estaría relacionado con el impacto que tienen algunas hormonas como los estrógenos en el sistema nervioso central, específicamente en algunas estructuras involucradas en el proceso de memoria; por tanto, la forma como nos acercamos y comprendemos el mundo es diferente desde que comenzamos a interactuar con él. Por esto, no es difícil comprender que en diferentes áreas del conocimiento exista el interés sobre dichas diferencias, estudios centrados en la variable sexo, como el desarrollado por Torres, et al. (2006) en el que se concluye que: “Las mujeres superan a los hombres en tareas verbales, de velocidad perceptiva…tareas de memoria y aprendizaje verbal. Los hombres superan a las mujeres en tareas visoespaciales y resolución de problemas matemáticos” (p.413) Esto permitiría avanzar en la ergonomía cognitiva, debatiendo y profundizando en la comprensión sobre las formas en las que se relaciona hombre y mujer con los objetos y espacios de acuerdo con su contexto sociocultural y habilidades mentales. Cabe resaltar, que en la Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo (s.f) de la OIT se enuncia que: “no se puede establecer ninguna diferencia en el desarrollo de la capacidad cognitiva entre dos sexos sin tener en cuenta este contexto social en el que se desarrolla el trabajo” (p. 29.93) De esta manera, se reconoce la importancia de entender al ser humano como un sujeto social que durante su desarrollo también se ve influenciado por el contexto socio cultural en el que haya crecido. Así mismo, investigaciones en ergonomía se han interesado en realizar aportes al enfoque incluyente, como la realizada por Guastello et al., (2014) en la que se aclara que a pesar que la variable sexo no fue objeto central de su investigación es importante estudiarla, debido a que notaron diferencias en cuanto a su objeto de estudio; y aunque las autoras, solo se limitan a dicha variable, estudiando

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Neuroseguridad laboral: neurociencias aplicadas en prevención de accidentes de trabajo y enfermedades laborales

Por: Efraín Butrón P. / Médico especialista en medicina del trabajo / Director general de Neuroseguridad Laboral y Neurocinco Lab Institute / Medellín – Colombia / 2019 La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que el costo total de los accidentes de trabajo (AT) a nivel mundial y las alteraciones de la salud equivalen aproximadamente al 4% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, una suma 20 veces superior a la de ayuda oficial para el desarrollo. A nivel mundial con datos suministrados en el año 2018 por las OIT en la problemática de accidentalidad laboral tenemos (Organización Internacional del Trabajo, OIIT, 2017): Cada 15 segundos un trabajador muere y 153 trabajadores tienen un accidente de trabajo, se presentan 2.300.000 muertes al año por accidentes de trabajo y 317.000.000 de accidentes laborales anuales. Desde mi experiencia, me preguntaba insistentemente ¿por qué un trabajador que hace una actividad laboral para mejorar las condiciones básicas de él y su familia, su desarrollo personal, no percibe el peligro, se accidenta y hasta pierde la vida, impactando a su familia y su entorno? Como no encontraba las respuestas me dedique a investigar las causas que intervenían en este proceso llegando hasta las neurocompetencias y otros temas cuyas conclusiones ustedes leerán aquí. Así mismo empezamos a indagar sobre la forma como el cerebro influye en el individuo a la hora de tomar decisiones y acciones laborales. La idea es identificar por qué la accidentalidad laboral no disminuye a pesar de todas las medidas técnicas y financieras que se han venido aplicando, aplicando,viéndolo desde ese punto, habría una crisis, hay una crisis en el viejo paradigma de la ingeniería de seguridad y salud en el trabajo. La crisis entre el factor humano y el cumplimiento de las normas y estándares de seguridad se da por la falta de resultados contundentes para lograr disminuir los accidentes graves o mortales. A pesar de los esfuerzos, la accidentalidad no disminuía en la proporción esperada; poco a poco fueintroduciéndose el concepto de que, aunque los ambientes y protocolos de seguridad contemplaban los peligros y riesgos inherentes a la labor, el trabajador al interactuar en ese ambiente laboral con sus actos inseguros o errores hacían una grieta en la seguridad, constituyéndose estos factoreshumanos como una causa básica de los accidentes graves o mortales. Los seres humanos independientemente a su roll siempre tendrán en acción sus funciones ejecutivas superiores que determinan con protagonismo su seguridad no solo en el trabajo sino en todos los momentos de su vida. Después de investigar casos de accidentes graves y mortales en trabajadores accidentados en miles de empresas durante los últimos 20 años podemos mostrar alternativas efectivas para prevenir los accidentes y salvar vidas, ya que no basta la norma y los ambientes laborales seguros; existe un componente cerebral específico que predetermina la seguridad del trabajador. Según mis estudios, en el antiguo Instituto Seguro Social de Colombia durante 50 años implementaron control de condiciones ambientales peligrosas, sin bajar tasas de accidentalidad, esto mismo se observa en las tasas de accidentalidad del Sistema de Riesgo Laboral, por esto es necesario avanzar en el control de factores humanos con enfoque hacia neuroseguridad laboral inteligente mediante neurociencias aplicadas al comportamiento. Aproximadamente el 90% de las causas inmediatas de los accidentes investigados ocurrieron por errores humanos por lo tanto si fortalecemos las neurocompetencias y la percepción de riesgos entre otras, estaremos construyendo prevención real en las organizaciones y esto se logra evaluandodesde ese mundo irreal de cada trabajador las áreas de las neurocompetencias que son los responsables en gran porcentaje de la ocurrencia de la mayoría de los accidentes a nivel mundial. En dichas investigaciones encontramos que existen causas inmediatas que son los síntomas y las causas básicas que es la verdadera enfermedad que está ocasionando los accidentes de trabajo. En las investigaciones en campo encontramos lo siguiente: En factores humanos o causas básicas: ◥ 35% de los accidentes son por problemas de neurocompetencias.◥ 19% de los accidentes de trabajo son problemas de conocimiento de tareas aplicadas.◥ 14% de los accidentes de trabajo son por falta de habilidad y destreza de tareas.◥ 12% de los accidentes son por capacidad física o fisiológica inadecuada. Al analizar lo anterior se encuentra que el 80% de la accidentalidad son ocasionadas por estas cuatro causas anteriores de factores humanos. En factores de trabajo el 36% son por falta de liderazgo o supervisión; es decir existe un jefe o supervisor que no realiza una función de verdadero neurolíder en el control de los accidentes y enfermedades laborales. Es necesario profundizar en la exploración de la condición humana desde el campo de las Neurociencias, aplicando la tecnología de punta y el conocimiento científico conociendo los potenciales del cerebro y la importancia del conocimiento así como del entrenamiento de las funciones ejecutivas superiores de la mano de métodos científicos probados por terceros que garantizan la evolución y fortalecimiento de las habilidades blandas como las cognitivas y afectivas para el logro de una cultura efectiva orientada hacia la seguridad individual y colectiva. Así mismo podemos reconocer que falta algo más en las estrategias aplicadas para disminuir las pérdidas humanas, y es este el momento de grandes cambios para dar a conocer, aplicar y experimentar lo que nunca se ha hecho: la implementación de la neuroseguridad en el campo laboral. Nuestra investigación y experiencia parten desde nuestra cultura misma, que desempeña un rol fundamental para insertar con éxito los cambios que se requieren desde lo fisiológico, físico, emocional y racional; estamos seguros que es necesario dar el siguiente paso para implementar aquí y ahora este revolucionario método científico que será una poderosa herramienta que nos ayude a culminar exitosamente las intervenciones laborales, tomando como base el funcionamiento del cerebro como el responsable directo de la seguridad en los seres humanos desde todos sus roles; nos enfocaremos desde el rol del trabajador hasta llegar al punto álgido que falta intervenir, sin que eso tenga que remplazar lo que se está haciendo hoy día en todas las áreas, que lógicamente son

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Importancia de las certificaciones profesionales internacionales en seguridad y salud ocupacional

Importancia de las certificaciones profesionales internacionales en SST

Por Ingeniero Oscar Mauricio Barajas Pinzón / CSP, CFPS, NEBOSH IGC/IFC/IOG/PSM, ISO 450001 Lead Auditor /Loss  Prevention Department – Saudi Aramco / Abqaiq – Arabia Importancia de Saudita. Introducción En la Resolución 754 de 2021 se establecen los requisitos para la expedición y renovación de las licencias de personas naturales o jurídicas, públicas o privadas, que oferten servicios de seguridad y salud en el trabajo en lo nacional, cuya vigencia es de 10 años, es válida para todo el territorio nacional y su expedición no tiene costo. La vigilancia y control de las licencias están a cargo de las Secretarías Seccionales y Distritales de Salud. Estas licencias en salud ocupacional constituyen un gran avance en la normalización del conocimiento de seguridad en Colombia. Sin embargo, pese a ser una gran iniciativa, la licencia en salud ocupacional no es reconocida internacionalmente. Debido a lo anterior, adicional a la licencia en salud ocupacional, es recomendable que los profesionales de seguridad, salud ocupacional y seguridad de procesos se certifiquen internacionalmente con el propósito de tener reconocimiento y ampliar opciones laborales. En el mercado de seguridad hay certificaciones reconocidas internacionalmente tales como: ◥ CSP – Certified Safety Professional. ◥ ASP – Associate Safety Professional. ◥ NEBOSH. ◥ CFPS – Certified Fire Protection Specialist. ◥ ISO 45001:2018 Lead Auditor. ◥ CCPSC. Estas entidades internacionales tienen también códigos y esquemas de ética que soportan el reconocimiento, credibilidad y transparencia de las certificaciones. El propósito del presente artículo es describir estas certificaciones, discutir ventajas y beneficios y mostrar los contenidos temáticos más relevantes. Ventajas de las certificaciones internacionales en seguridad Las principales ventajas que pueden tener los profesionales que deciden certificarse internacionalmente son: ◥ Adquirir reconocimiento y credibilidad internacional (Adams, 2004). ◥ Mayores probabilidades de contratación laboral en el ámbito internacional. ◥ Participación en la formulación de normas y estándares. ◥ Acceso a especialistas y grupos de profesionales reconocidos mundialmente en diferentes temáticas de seguridad y salud  ocupacional: seguridad industrial, seguridad de procesos, higiene, ergonomía, ingeniería en protección contra incendios, manejo de emergencias, auditorías, entre otros. ◥ Acceso a grupos de investigación. ◥ Es una oportunidad para actualizar conocimientos. ◥ Satisfacción personal. Las certificaciones profesionales constituyen un constructor moral, brindando justificable orgullo a los individuos que han probado su competencia en el campo de seguridad a través de sus habilidades para cumplir los requerimientos de la certificación. La designación profesional va a identificar al individuo con su trabajo y lo va a forzar a realizar ese trabajo de forma ética, con responsabilidad y con calidad (Gorbell, 2016). Entidades más reconocidas que proveen certificaciones internacionales Board of Certified Safety Professionals (BCSP) BCSP, con sede en Indianápolis, Indiana (EE. UU.), es una corporación sin fines de lucro reconocida como líder en acreditación de alta calidad para profesionales de la seguridad, la salud y el medio ambiente (SH&E). BCSP establece estándares y certifica criterios de competencia en la práctica de seguridad profesional (Board of Certified Safety Professionals, 2021). Desde 1969, la Junta de Profesionales de Seguridad Certificados (BCSP) ha establecido y certificado los criterios de competencia técnica para los profesionales de la seguridad, la salud y el medio ambiente. Las certificaciones generadas por el BCSP son las siguientes: ◥ CSP – Certified Safety Professional. ◥ ASP – Associate Safety Professional. ◥ SMS – Safety Management Specialist. ◥ GSP – Graduate Safety Practitioner. ◥ TSP – Transitional Safety Practitioner. ◥ OHST- Occupational Health and Safety Technician. ◥ CHST- Construction Health and Safety Technician. ◥ STS – Safety Trained Supervisor. ◥ STSC – Safety Trained Supervisor Construction. ◥ CIT – Certified Instructional Trainer. National Fire Protection Association (NFPA) La NFPA (National Fire Protection Association) es una organización fundada en Estados Unidos en 1896, encargada de crear y mantener las normas y requisitos mínimos para la prevención contraincendio, capacitación, instalación y uso de medios de protección contra incendio, los cuales son utilizados tanto por bomberos, como por el personal encargado de la seguridad. Sus estándares conocidos como National Fire Codes recomiendan las prácticas seguras desarrolladas por personal experto en el control de incendios (National Fire Protection Association, 2021). NFPA tiene las siguientes certificaciones internacionales y designaciones: ◥ Certified Fire Protection Specialist (CFPS). ◥ Certified Fire Inspector I (CFI). ◥ Certified Fire Inspector II (CFI-II). ◥ Certified Fire Plan Examiner (CFPE). ◥ Certified Hazard Recognition Specialist (CHRS). ◥ Certified Electrical Safety Worker (CESW). ◥ Certified Electrical Safety Technician (CEST). ◥ Certified Electrical Safety Compliance Professional (CESCP). ◥ Certified Emergency Power Systems Specialist for Facility Managers (CEPSS). ◥ Certified Emergency Power Systems Specialist for Health Care Facility Managers (CEPSS-HC). ◥ Certified Fire Alarm ITM Specialist (CFAITMS) for Facility Managers. ◥ Certified Life Safety Specialist (CLSS-HC) for Health Care Facility Managers. ◥ Certified Sprinkler ITM Specialist for Facility Managers (CSITMS). ◥ Certified Water-Based Systems Professional (CWBSP). ◥ Certified Wildfire Mitigation Specialist (CWMS). ◥ Certified Marine Chemist (CMC). ◥ Certificación de Especialista en Inspección, Prueba y Mantenimiento de Sistemas de Rociadores (CEIPMSR-LatAm). Nebosh El National Examination Board in Occupational Safety and Health NEBOSH fue fundada en 1979 en el Reino Unido con el propósito de promover seguridad, salud y un mejor ambiente en lugares de trabajo. NEBOSH también alcanzó Awarding Body Status de Scottish Qualifications Authority (SQA) Accreditation desde 2009 (Nebosh, 2021) Las cifras de Nebosh a grandes rasgos son las siguientes: ◥ 33 certificaciones. ◥ 400.000 alumnos. ◥ 600 instituciones asociadas. ◥ Los exámenes son ofrecidos en 130 países. Las certificaciones Nebosh son las siguientes: ◥ National and International General Certificate in Occupational Health and Safety. ◥ NEBOSH HSE Certificate in Process Safety Management. ◥ International technical certificate in oil and gas operational safety. ◥ National and International Health and Safety Management for Construction. ◥ Certificate in Fire Safety. ◥ Certificate in Environmental Management. Nebosh también tiene programas de diploma y maestrías para aquellos profesionales que quieran profundizar sus conocimientos a niveles de postgrado. CCPS – Center for Chemical Process Safety CCPS reúne a fabricantes, agencias gubernamentales, consultores, instituciones académicas y aseguradoras para liderar el camino hacia la mejora de la seguridad de los procesos

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