Gestión de la SST

Preparación ante desastres durante la pandemia del COVID-19

Preparación ante desastres durante la pandemia del COVID-19

Fuente: Cruz Roja. (2021) Preparación ante desastres durante la pandemia de COVID-19. Recuperado de: https://www.redcross.org/cruz-roja/obtener-ayuda/tipos-de-emergencias/consejos-de-seguridad-para-coronavirus/preparacion-ante-desastres.html Estamos pasando momentos difíciles a medida que enfrentamos los impactos de la pandemia de la enfermedad de coronavirus. Es probable que el COVID-19 esté con nosotros durante un largo tiempo y es por eso por lo que debemos prepararnos de manera diferente para otros desastres que puedan afectar a nuestras comunidades. Es difícil pensarlo, pero otros desastres, como huracanes e incendios forestales, aún pueden suceder. Saber qué peligros pueden afectar a su comunidad y aprender qué hacer antes, durante y después de cada uno te ayudará  estar a salvo y a fortalecer tu capacidad de adaptación para que puedas recuperarte o “levantarte” rápidamente. Existen acciones que puedes tomar para prepararte, a la vez que te proteges del COVID-19 durante un desastre. Usa esta guía para planificar. ¿Qué desastres podría enfrentar? Algunos desastres, tales como inundaciones o incendios domésticos, pueden ocurrir en cualquier lugar. Otros, incluyendo terremotos y huracanes, son más comunes en determinadas regiones. Para entender sus riesgos locales: Identifica los posibles desastres en tu área. Familiarízate con las acciones que puedes tomar para mantenerte a salvo. Conoce el plan de respuesta de tu comunidad para cada desastre y determina si estos planes han sido adaptados al COVID-19. Obtén información de contacto de los gobiernos y las agencias estatales, locales y tribales y de las agencias de gestión de emergencia estatal. ¿Cómo cubriré mis necesidades básicas en un desastre durante la pandemia? Los desastres pueden causar desafíos repentinos como el corte de la energía eléctrica, bloqueo de caminos, interrupción de la respuesta de los servicios de emergencias y el cierre de tiendas y farmacias durante un período de tiempo extendido. La COVID-19 agrega un problema más a esta situación compleja. Prepárate ahora para tener habilidades esenciales y poder tener cubiertas tus necesidades básicas. Aprende habilidades que salvan vidas, como primeros auxilios y RCP. Arma dos kits de emergencia y ten suministro de medicamentos recetados para un mes. Comienza con esta lista de suministros básicos. Personaliza tu kit para cubrir sus necesidades. Incluye desinfectante y artículos de higiene como jabón y desinfectantes para manos para protegerse contra la COVID-19. Puede que algunos suministros sean difíciles de conseguir y la disponibilidad será menor durante un desastre, por eso comienza a recolectarlos ahora. » Kit para quedarse en casa (suministros de emergencia para dos semanas): incluye todo lo que necesitas para quedarte en casa durante al menos dos semanas con artículos tales como alimentos, agua, suministros de limpieza y desinfectante, jabón, productos de papel y artículos de higiene personal. » Kit de evacuación (tres días de suministros en un “bolso de evacuación”): el segundo kit debe ser una versión liviana y más pequeña que puedas llevar contigo si debes salir de tu hogar rápidamente. Incluye todo lo que necesitas para abastecerte por ti mismo durante tres días de alimentos, comida, artículos de higiene personal, suministros de limpieza y desinfectante que puedas usar si estás fuera de casa (pañuelos de papel, desinfectante de manos con 60 % de alcohol y toallas de desinfección). Asegúrate de que tienes tapabocas de tela, tales como mascarillas y bufandas, para todas las personas en tu hogar, de tal manera que puedan llevar uno de manera segura. Los tapabocas de tela no reemplazan al distanciamiento social físico. Continúa manteniendo una distancia de aproximadamente 2 metros entre tú y los demás en público. No se deben colocar tapabocas de tela en niños pequeños menores de 2 años, una persona que tenga dificultad para respirar o que no pueda sacarse el tapabocas sin asistencia. » Un suministro de medicamentos recetados que te dure un mes así como medicamentos de venta libre, como jarabes para la tos y medicamentos para reducir la fiebre y suministros o equipamiento médico. Mantén estos artículos juntos en un contenedor separado para que pueda llevárselos si tiene que evacuar. ¿Cómo planifico para un desastre durante una pandemia? Planifica lo que harás antes, durante y después de cada tipo de desastre. Las diferentes emergencias requieren diferentes acciones para mantenerte seguro. Asegúrate de que puedes enterarte rápidamente acerca de un peligro. Ten acceso a alertas climáticas y notificaciones comunitarias. Asegúrate de que puedes recibir notificaciones oficiales incluso durante una pérdida de energía. Sigue siempre las instrucciones de las autoridades locales. Regístrate para recibir las alertas de emergencia gratuitas que tu comunidad pueda ofrecer. Considera comprar una radio a baterías. Conoce qué tipo de notificaciones esperar y qué hacer cuando las recibas. Por ejemplo, un aviso para estar “en guardia” significa que debería estar listo para actuar; una “alarma” significa que debe tomar acción de inmediato. Conozca las señales naturales de alarma de un peligro, puede que no siempre recibas una alerta oficial. Debido al COVID-19, debes mantenerte actualizado acerca de la información y restricciones de tus autoridades de salud pública locales ya que esto puede afectar tus acciones y recursos e instalaciones disponibles. ¿Quedarse o irse? Algunos desastres requieren que te quedes donde estás para mantenerte seguro. Otros desastres requieren que vayas a otro lado para mantenerte seguro. Si necesitas ir a otro lado, piensa acerca de estas preguntas: ¿Dónde iré? ¿Cómo llegaré allí? ¿Dónde me quedaré? ¿Cómo puedo ayudar a protegerme del COVID-19? ¿Qué llevaré conmigo? Por ejemplo, en el caso de un huracán o un incendio forestal puede que necesites dejar tu hogar rápidamente y viajar a un lugar seguro fuera del área afectada. Si las autoridades te aconsejan que evacúes, debes estar preparado para irte inmediatamente con tu kit de evacuación (“bolso de evacuación” de suministros de emergencia). Planifica ahora si necesitarás ayuda para irte o si necesitarás compartir el transporte. Pregunta a amigos o familiares fuera de tu área si puedes quedarte con ellos. Habla y ve si tienen síntomas de COVID-19 o si tienen gente en sus hogares con un riesgo mayor de sufrir una enfermedad grave. Si tienen síntomas o personas con riesgo mayor en su hogar, realiza otros arreglos. Habla con hoteles, moteles y campings para

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Seguridad auditiva en el trabajo y en el teletrabajo

Seguridad auditiva en el trabajo y en el teletrabajo

Fuente: Audiocentro. (29 de abril de 2020). Seguridad auditiva en el trabajo y en el teletrabajo. Recuperado de: https://www.audiocentros.com/seguridad-auditiva-en-el-trabajo-y-en-elteletrabajo/ Cada 28 de abril, desde el año 1996, se conmemora el Día Internacional de la Seguridad y la Salud en el Trabajo (en ese año empezaron los movimientos sindicales y en 2003 se involucró la Organización Internacional del Trabajo). Un día para sensibilizar a la sociedad en general y a las administraciones y empresarios en particular, sobre la importancia que la protección en el trabajo tiene para la seguridad de los trabajadores. Desde 2020, debido a la pandemia causada por la COVID-19, las medidas de seguridad que se reclaman en los puestos de trabajo pasan por la protección frente al contagio. Se pide que los trabajadores, no sólo los del ámbito sanitario, puedan contar con las medidas necesarias para protegerse del contagio de este virus. Algo muy importante en los comercios y las actividades que se realizan de cara al público y en el que se prestan servicios a las personas. Pero, además de este tipo de protección, sigue siendo necesario concienciar sobre la necesidad de tomar las medidas necesarias para proteger la audición de muchos trabajadores. Jardineros, conductores de ambulancias, músicos, profesores de guarderías, entre otros, están expuestos a un ruido excesivo que puede afectar a su salud auditiva. Teletrabajo y auriculares La protección frente al contagio por COVID-19, por prioritaria, ha hecho que hayamos dejado de prestar atención a otros riesgos para la salud, en este caso auditiva, que se pueden derivar del teletrabajo. Son muchas las personas que, durante la pandemia, están teniendo que utilizar auriculares, conectados a sus equipos informáticos, para comunicarse con compañeros o clientes durante su jornada laboral. Si el uso es continuo y no se utilizan auriculares adecuados, los oídos pueden sufrir, a medio plazo, fatiga auditiva. Es lo que les ocurre a los teleoperadores. Un colectivo que atiende al día decenas de llamadas y cuya herramienta de trabajo básica es el oído. A través de los auriculares, los oídos pueden estar expuestos a más de 85 decibelios (dB). Si la conexión no es buena o si hay ruido en el lugar de teletrabajo, es habitual subir el volumen de los auriculares. Los auriculares que se introducen en los oídos son más peligrosos que los de diadema ya que se encuentran más cerca del tímpano y un elevado volumen, o un ruido inesperado y potente, puede afectar a esta delicada membrana. Consejos para proteger los oídos Si queremos proteger los oídos, es básico reducir el volumen de los auriculares. Existen auriculares en el mercado con control de ruido. Al eliminar el ruido del entorno, no es necesario subir el volumen para mejorar la audición. Si durante el teletrabajo debemos utilizar de manera continua los auriculares, es aconsejable adquirir un auricular de este tipo. Proteger la audición bien vale invertir un dinero extra. En todo caso es fundamental no elevar el volumen por encima de los 80 decibelios (evitar subir el volumen por encima del 60 %). Recuerda que cuanto mayor sea el volumen, menor debe ser el tiempo de exposición al mismo. Dejar descansar los oídos es importante para evitar la fatiga auditiva. La fatiga auditiva es un problema común hoy en día debido a la exposición al ruido y supone una reducción temporal de la capacidad auditiva. El daño auditivo es acumulativo por lo que, si la situación persiste, se pueden producir daños en las células del oído y, como consecuencia, la pérdida de audición será permanente.   Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y podrás leerla desde cualquier lugar. No olvides leer esta segunda edición del año y encuentra un especial sobre las vacunas contra la COVID-19. Accede a la revista completa aquí

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La OMS advierte que, según las previsiones, una de cada cuatro personas presentará problemas auditivos en 2050

La OMS advierte que, según las previsiones, una de cada cuatro personas presentará problemas auditivos en 2050

Fuente: Organización Mundial de la Salud (OMS). [2 de marzo de 2021]. La OMS advierte que, según las previsiones, una de cada cuatro personas presentará problemas auditivos en 2050. Recuperado de: https://www.who.int/es/news/item/02-03-2021-who-1-in-4-people-projected-to-have-hearing-problems-by-2050 Este es el dato que revela el primer Informe mundial sobre la audición que se hizo público el 2 de marzo de 2021, en el que también se informa que, al menos, 700 millones de los afectados necesitarán atención otológica y para mejorar su audición, así como otros servicios de rehabilitación, a menos que tomemos medidas para evitarlo. El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director General de la OMS, ha señalado: «Nuestra capacidad de audición es un bien muy preciado y, si no se tratan, las pérdidas auditivas pueden acarrear consecuencias devastadoras en la capacidad de las personas para comunicarse, estudiar y ganarse la vida. Además, también pueden afectar su salud mental y la posibilidad de que mantengan relaciones. Este nuevo informe expone este problema y ofrece intervenciones basadas en datos científicos para solucionarlo. Esperamos que todos los países integren estas medidas en sus sistemas de salud para hacer realidad nuestro anhelo de alcanzar la cobertura sanitaria universal». El informe, que se hace público en el marco el Día Mundial de la Audición que tiene lugar el 3 de marzo de todos los años, subraya la necesidad de actuar con rapidez para prevenir y resolver las pérdidas auditivas, invirtiendo y ampliando el acceso a los servicios de atención otológica y a la pérdida de audición. Se ha demostrado que la inversión en estos servicios resulta rentable: de acuerdo con los cálculos efectuados por la OMS, los gobiernos pueden prever la obtención de cerca de US$ 16 por cada dólar invertido.   Principales conclusiones del informe La falta de información precisa y las actitudes estigmatizadoras en torno a las enfermedades del oído y la pérdida auditiva suelen limitar el acceso de las personas a la atención a estas afecciones. Es incluso habitual que los propios profesionales de la salud carezcan de conocimientos sobre la prevención, la detección temprana y el tratamiento de la pérdida auditiva y las enfermedades otológicas, lo cual dificulta su capacidad para brindar la atención requerida. En la mayoría de los países estos servicios no están integrados en el sistema nacional de salud y las personas que presentan enfermedades del oído y pérdida auditiva encuentran dificultades para acceder a ellos. Además, este acceso no se mide ni se documenta suficientemente y los sistemas de información de salud carecen de indicadores pertinentes con ese fin. No obstante, la deficiencia más evidente en la capacidad de los sistemas de salud afecta a los recursos humanos. Aproximadamente el 78 % de los países de ingresos bajos cuentan con menos de un otorrinolaringólogo por cada millón de habitantes; el 93 % tiene menos de un audiólogo por cada millón de personas; solo el 17 % tiene uno o más logopedas por cada millón, y solo el 50 % dispone de, al menos, un maestro para sordos por cada millón de habitantes. De acuerdo con el informe, estas deficiencias se pueden solventar mediante la integración de la atención otológica y de la audición en la atención primaria, valiéndose de la formación y de los sistemas de distribución de tareas. Incluso en los países que cuentan con una proporción relativamente alta de profesionales en esta esfera, la distribución de estos especialistas es desigual, lo cual no solo plantea dificultades a las personas que necesitan atención, sino que también añade una carga de trabajo excesiva al personal que brinda esos servicios. Causas principales de la pérdida de audición En la niñez, casi el 60 % de los casos de pérdida de audición se deben a causas que pueden prevenirse mediante medidas como la vacunación para prevenir la rubéola y la meningitis, la mejora de la atención materna y neonatal y el cribado y el tratamiento temprano de la otitis media (es decir, las enfermedades inflamatorias del oído medio). En los adultos, la limitación de los ruidos, la escucha sin riesgos y la vigilancia de la posible ototoxicidad de los medicamentos, junto con una buena higiene otológica, pueden ayudar a mantener una buena audición y a reducir los riesgos de perderla. La detección es el primer paso para tratar la pérdida auditiva y las enfermedades del oído relacionadas con ella. El cribado clínico en momentos convenientes de la vida permite que estas afecciones se detecten en la etapa más temprana posible. Gracias a los avances tecnológicos recientes, que incluyen herramientas precisas y fáciles de usar, se pueden detectar las enfermedades del oído y la pérdida auditiva a cualquier edad, en entornos clínicos o comunitarios y con capacitación y recursos limitados. El cribado puede hacerse incluso en situaciones complejas como las que vivimos durante la pandemia actual de COVID-19 y puede abarcar a las personas que viven en regiones remotas y desatendidas.   Acceso rápido a la atención necesaria Una vez hecho el diagnóstico, es fundamental actuar rápidamente para obtener buenos resultados. La mayoría de las enfermedades del oído se pueden curar con un tratamiento farmacológico o quirúrgico y, en muchos casos, se revierte la tendencia y se recupera audición. Además, cuando la pérdida es irreversible, la rehabilitación permite que las personas afectadas no sufran consecuencias adversas. En la actualidad disponemos de diversas opciones eficaces. Las tecnologías auditivas, como los audífonos y los implantes cocleares, si se acompañan de servicios de apoyo y de una terapia de rehabilitación adecuados, son eficaces y rentables y pueden ser ventajosas tanto para los niños como para los adultos. Así mismo, el informe indica que la lengua de signos y otros métodos de sustitución sensorial, como la lectura labio facial, también son opciones útiles para muchas personas sordas; por otro lado, los servicios y las tecnologías de ayuda a la audición (como el subtitulado y la interpretación en lengua de signos) pueden ampliar aún más el acceso a la comunicación y la educación para las personas con pérdida auditiva. La Dra. Bente Mikkelsen, directora del Departamento de Enfermedades no

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Acerca de las variantes del virus que causa el COVID-19

Acerca de las variantes del virus que causa el COVID-19

Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). [2 de abril de 2021]. Acerca de las variantes del virus que causa el COVID-19. Recuperado de: https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/transmission/variant.html. La información sobre las características de estas variantes está surgiendo rápidamente. Los científicos están trabajando para aprender más sobre la facilidad con la que se propagan, si podrían causar enfermedades más graves y si las vacunas autorizadas actualmente protegerán a las personas contra ellas. Lo que sabemos Los virus cambian constantemente a través de la mutación y se espera que aparezcan nuevas variantes del virus con el paso del tiempo. A veces, emergen nuevas variantes y luego desaparecen. En otras ocasiones, emergen nuevas variantes y persisten. Se han documentado diversas variantes del virus que causa el COVID-19 a nivel mundial durante esta pandemia. El virus que causa la COVID-19 es un tipo de coronavirus, una gran familia de virus. Los coronavirus reciben este nombre debido a los picos en forma de corona que se encuentran en su superficie. Los científicos monitorean los cambios del virus, incluidos los cambios en los picos de la superficie del virus. Estos estudios, que incluyen análisis genéticos del virus, ayudan a los científicos a entender cómo los cambios en el virus pueden incidir en la forma en que se propaga y lo que les pasa a las personas que se infectan con él. Hay diferentes variantes del virus que causa la COVID-19 en circulación en el mundo. En colaboración con el Grupo Interagencial del SARS-CoV-2 (SIG), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos establecieron tres clasificaciones para las variantes del SARS-CoV-2 que están siendo monitoreadas: variante de interés (VOI, por sus siglas en inglés), variante de preocupación (VOC, por sus siglas en inglés) y variante de gran consecuencia (VOHC, por sus siglas en inglés). Actualmente, hay cinco VOC: B.1.1.7: esta variante se identificó por primera vez en los EE. UU. en diciembre del 2020. Se detectó inicialmente en el RU. B.1.35: esta variante se identificó por primera vez en los EE. UU. a finales de enero del 2021. Se detectó inicialmente en Sudáfrica en diciembre del 2020. P.1: esta variante se detectó por primera vez en los EE. UU. en enero del 2021. La variante P.1 se identificó inicialmente en viajeros provenientes de Brasil, a quienes se les realizó una prueba de detección durante los controles de rutina en un aeropuerto de Japón, a principios de enero. B.1.43 y B.1.43: estas dos variantes se identificaron por primera vez en California en febrero del 2021 y se las clasificó como VOC en marzo del 2021. Estas variantes parecen propagarse con mayor facilidad y rapidez que las otras variantes, lo que podría generar más casos de COVID-19. Un aumento en la cantidad de casos ejercerá mayor presión sobre los recursos de atención médica, implicará mayor cantidad de hospitalizaciones y la posibilidad de más muertes. asta el momento, los estudios sugieren que los anticuerpos generados a través de la vacunación con las vacunas autorizadas en la actualidad reconocen estas variantes. Este aspecto se está estudiando atentamente y hay más investigaciones en curso. Un mayor cumplimiento riguroso de las estrategias de mitigación de salud pública, como la vacunación, el distanciamiento físico, el uso de tapabocas, la higiene de manos, el aislamiento y la cuarentena, son esenciales para limitar la propagación del virus que causa el COVID-19 y para proteger la salud pública. Lo que no sabemos Los científicos están trabajando para obtener más información acerca de estas variantes y es necesario realizar estudios adicionales para comprender: Cuánto se han propagado estas nuevas variantes. Cómo la enfermedad causada por estas nuevas variantes difiere de la enfermedad causada por las otras variantes que están circulando actualmente. De qué manera pueden afectar estas variantes a los tratamientos, vacunas y pruebas disponibles en la actualidad. Lo que significa Los funcionarios de salud pública están estudiando estas variantes rápidamente para obtener más información acerca de cómo  controlar su propagación. Buscan comprender si estas variantes: Se propagan más fácilmente de persona a persona. Causan manifestaciones más leves o más graves de la enfermedad en las personas. Pueden detectarse con las pruebas virales disponibles. Responden a los medicamentos usados actualmente ara tratar a las personas con COVID-19. Inciden en la efectividad de las vacunas contra el COVID-19. Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y podrás leerla desde cualquier lugar. No olvides leer esta segunda edición del año y encuentra un especial sobre las vacunas contra la COVID-19. Accede a la revista completa aquí 

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¿Cuál es la efectividad de las vacunas actuales contra la COVID-19?

¿Cuál es la efectividad de las vacunas actuales contra la COVID-19?

Fuente: Bogotá.gov.co. Junio de 2021. ¿Cuál es la efectividad de las vacunas actuales contra COVID-19? Recuperado de: https://bogota.gov.co/mi-ciudad/salud/cual-es-laefectividad-de-las-vacunas-contra-covid-19. En el marco del Primer Encuentro Latinoamericano de Vacunas Anti-COVID-19, espacio liderado por la Secretaría de Salud de  Bogotá, con el objetivo de compartir conocimientos frente a este tema por parte de la comunidad científica, María del Pilar Lemos, experta en salud pública e inmunología, hizo un análisis detallado y explicó cuál es la efectividad de las vacunas que se aplican a la población mundial para combatir los efectos del SARS-CoV-2, virus que genera la enfermedad de la COVID-19. Lemos es bióloga de la Universidad Nacional de Colombia, magíster en Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins, Ph.D. en Inmunología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania e investigadora asociada en la División de Vacunas y Enfermedades Infecciosas del Fred Hutchinson Cancer Research Center. ¿Cuál es la efectividad de las vacunas contra COVID-19? En Bogotá, a la fecha, se aplican vacunas como Pfizer, Sinovac y Astrazeneca, biológicos que según disposición de su casa farmacéutica requieren de dos aplicaciones. Vacunas de otros laboratorios empezarán también a operar en Bogotá. Al respecto, María del Pilar Lemos, experta en salud pública e inmunología, explicó que las vacunas modernas desarrolladas contra la COVID-19 están diseñadas bajo métodos como: Vectores virales (vacunas AstraZeneca o Johnson&Johnson): es decir, que utilizan una versión inofensiva de un virus diferente llamado vector para enseñarle al cuerpo o sistema inmune a identificar el virus y defenderse contra el mismo. Material genético – RNA mensajero (vacunas Pfizer o Moderna): transportan las instrucciones genéticas del virus para que las células produzcan el antígeno o anticuerpo y entrenar al sistema inmune para combatir el virus. Células presentadoras de antígeno que, según la experta, están un poco demoradas por encontrarse en estudio. De esta manera, la experta precisó que la eficacia de estas vacunas está comprobada mediante estudios previos de tres fases en los que se vacuna a miles de personas voluntarias y mediante los cuales se comprueba que los biológicos son seguros y eficaces contra la enfermedad de la COVID-19, producida por el virus SARS-CoV-2, antes de implementar un programa de vacunación masiva de la población. Luego de que se comprueba la seguridad y efectividad de estas vacunas, la comunidad científica y entidades prestadoras de salud deben mantener un seguimiento detallado de farmacovigilancia para detectar cualquier efecto secundario adverso o imprevisto que se pueda presentar en alguna persona y tomar las medidas necesarias. En ese sentido, según Lemos, la vacuna Pfizer cuenta con las tres fases que demuestran una eficacia de más del 94 % de prevención de la enfermedad sintomática y excelente prevención de la mortalidad y hospitalización; se ha probado en 45 países y ya hay información aprobada para uso en adolescentes mayores de 12 años. La vacuna de AstraZeneca también completó sus tres fases de estudio, se ha probado en 29 países y en términos de eficacia, varios estudios del Reino Unido han demostrado un grado de protección de hasta el 74 %; en Brasil, del 62 % y en los Estados Unidos, del 72 %. En cuanto a la vacuna de virus inactivado como Sinovac, Lemos precisó que esta cuenta con dos fases de estudio, se han reportado muy pocos síntomas adversos asociados a esta vacuna, se ha comprobado una reducción de la mortalidad por el virus y una reducción de la enfermedad sintomática del 50 % en países como Brasil y del 91 % en Turquía. Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y podrás leerla desde cualquier lugar. No olvides leer esta segunda edición del año y encuentra un especial sobre las vacunas contra la COVID-19. Accede a la revista completa aquí 

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Beneficios de vacunarse contra la COVID-19

Beneficios de vacunarse contra la COVID-19

Fuente: Centros para el control y la prevención de enfermedades (CDC). [15 de junio de 2021]. Beneficios de vacunarse contra el  COVID-19. Recuperado de: https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/vaccine-benefits.html Las vacunas contra la COVID-19 son seguras Las vacunas contra la COVID-19 se desarrollaron con base en conocimientos científicos utilizados durante décadas. Las vacunas contra la COVID-19 no son experimentales. Atravesaron todas las etapas requeridas de los ensayos clínicos. Las pruebas y el monitoreo exhaustivos han demostrado que estas vacunas son seguras y efectivas. Las vacunas contra la COVID-19 se han sometido y continuarán siendo sometidas al monitoreo de seguridad más intensivo en la historia. Las vacunas contra la COVID-19 son efectivas Pueden evitar que contraigas y propagues el virus que causa la COVID-19. Las vacunas contra la COVID-19 también pueden evitar que te enfermes gravemente, aunque contraigas COVID-19. Vacunarse también puede proteger a las personas a tu alrededor, en especial aquellas con mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa de la COVID-19. La vacunación contra la COVID-19 es la manera más segura de ayudar a generar protección:  Vacúnate independientemente de que hayas tenido COVID-19. Los estudios han demostrado que la vacunación proporciona un fuerte refuerzo de protección en personas que se han recuperado de la COVID-19. La COVID-19 continúa siendo una amenaza para las personas que no están vacunadas. Algunas personas que contraen COVID-19 pueden enfermarse gravemente, lo que podría provocar su hospitalización, y algunas personas presentan problemas de salud permanentes por varias semanas después de haberse infectado, o incluso por más tiempo. Incluso las personas que no tuvieron síntomas cuando se infectaron pueden experimentar estos problemas de salud permanentes. Inmunidad después de vacunarse contra la COVID-19 Aún hay mucho que estamos aprendiendo acerca de las vacunas contra la COVID-19. No sabemos cuánto dura la protección en las personas que se vacunan. Lo que sí sabemos es que hay casos muy graves y muertes por COVID-19 en muchas personas. Si contraes la COVID-19, también corres el riesgo de contagiar a tus seres queridos, que podrían enfermarse gravemente. La opción más segura es vacunarse contra la COVID-19. En estos momentos, los datos sobre la efectividad de las vacunas en personas inmunodeprimidas, incluidas aquellas que toman medicamentos inmunodepresores, son limitados. Ninguna de las vacunas contra la COVID-19 pueden enfermarte de COVID-19 Ninguna de las vacunas contra la COVID-19 contiene el virus que causa el COVID-19 vivo, así que no es posible que una vacuna contra la COVID-19 te enferme. Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y podrás leerla desde cualquier lugar. No olvides leer esta segunda edición del año y encuentra un especial sobre las vacunas contra la COVID-19. Accede a la revista completa aquí 

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Posibles efectos secundarios después de vacunarte contra la COVID-19

Posibles efectos secundarios después de vacunarte contra la COVID-19

Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades [CDC]. (25 de mayo de 2021). Posibles efectos secundarios  después de vacunarte contra la COVID-19. Recuperado de: https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/expect/after.html La vacunación contra la COVID-19 ayudará a protegerte de contraer dicha enfermedad. Es posible que experimentes efectos secundarios, los cuales son signos normales de que tu organismo está generando protección. Estos efectos secundarios pueden afectar tu capacidad de realizar tus actividades diarias, pero deberían desaparecer al cabo de pocos días. Algunas personas no sufren efectos secundarios. Efectos secundarios comunes En el brazo donde recibiste la vacuna inyectable: Dolor. Enrojecimiento. Hinchazón. En el resto del cuerpo: Cansancio. Dolor de cabeza. Dolor muscular. Escalofríos. Fiebre. Náuseas. Para reducir el dolor y las molestias, donde recibiste la vacuna inyectable: Aplica un paño limpio, frío y húmedo sobre el área. Usa o ejercita tu brazo. Para reducir las molestias provocadas por la fiebre: Bebe mucho líquido. Usa ropa liviana. Si ya recibiste la segunda dosis Los efectos secundarios después de la segunda dosis pueden ser más intensos que los que experimentó después de recibir la primera. Estos efectos secundarios son signos normales de que su organismo está generando protección y deberían desaparecer al cabo de unos días. Cuándo llamar al médico En la mayoría de los casos, la molestia a causa del dolor o fiebre son un signo normal de que tu organismo está generando protección. Comunícate con tu médico o proveedor de atención médica: Si la irritación o sensibilidad en la zona de la inyección empeoran pasadas las 24 horas. Si tus efectos secundarios te preocupan o parecen no estar desapareciendo al cabo de algunos días. Tu organismo necesita tiempo para generar protección luego de aplicarte cualquier vacuna. Las personas se consideran completamente vacunadas dos semanas después de haber recibido la segunda dosis de las vacunas contra la COVID-19 o dos semanas después de haber recibido la vacuna contra la COVID-19 de dosis única. Debes seguir usando todas las herramientas disponibles para protegerte y proteger a otras personas hasta estar totalmente vacunado.   Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y podrás leerla desde cualquier lugar. No olvides leer esta segunda edición del año y encuentra un especial sobre las vacunas contra la COVID-19. Accede a la revista completa aquí

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Información para entender cómo actúan las vacunas contra la COVID-19

Información para entender cómo actúan las vacunas contra la COVID-19

Fuente: Centros para el control y a Prevención de Enfermedades [CDC]. (27 de mayo de 2021). Información para entender cómo actúan las vacunas contra la COVID-19. Recuperado de: https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/difffferent-vaccines/how-they-work.html Lo que necesitas saber Las vacunas contra el COVID-19 son seguras y efectivas. Puedes tener efectos secundarios después de vacunarte, pero son normales. Por lo general, el organismo necesita dos semanas después de haber recibido la vacuna completa para generar protección (inmunidad) contra el virus que causa la COVID-19. Si no te vacunaste sigue tomando todas las precauciones hasta estar totalmente vacunado. El sistema inmunitario: la defensa del organismo contra las infecciones Para entender cómo actúan las vacunas contra la COVID-19, es útil primero saber cómo combate las enfermedades nuestro organismo. Cuando los gérmenes, como el virus que causa la COVID-19, invaden nuestro organismo, atacan y se multiplican. Esta invasión, llamada infección, es lo que causa la enfermedad. Nuestro sistema inmunitario tiene diversas herramientas para combatir las infecciones. La sangre contiene glóbulos rojos que transportan oxígeno a los tejidos y órganos, y glóbulos blancos o inmunitarios que combaten las infecciones. Los diferentes tipos de glóbulos blancos combaten las infecciones de diferentes maneras: Los macrófagos son glóbulos blancos que absorben y digieren los gérmenes y las células muertas o a punto de morir. Los macrófagos dejan en el organismo los llamados “antígenos” que son partes de los gérmenes invasores. El organismo identifica los antígenos como peligrosos y estimula los anticuerpos para que los ataquen. Los linfocitos B son glóbulos blancos que actúan como defensa. Producen anticuerpos que atacan las partes del virus que dejaron atrás los macrófagos. Los linfocitos T son otro tipo de glóbulo blanco. Atacan a las células del organismo que ya están infectadas. La primera vez que una persona se infecta con el virus que causa la COVID-19, su cuerpo puede demorar varios días o semanas en desarrollar y usar todas las herramientas necesarias para combatir los gérmenes y vencer la infección. Después de la infección, el sistema inmunitario de la persona recuerda lo que aprendió sobre cómo proteger al organismo de la enfermedad. El organismo conserva algunos linfocitos T, conocidos como «células de memoria», que entran en acción rápidamente si el  organismo se vuelve a encontrar con el mismo virus. Cuando se detectan los antígenos familiares, los linfocitos B producen anticuerpos para atacarlos. Los expertos siguen estudiando para comprender durante cuánto tiempo estas células de memoria pueden proteger a una persona contra el virus que causa la COVID-19. Cómo actúan las vacunas contra la COVID-19 Las vacunas contra la COVID-19 ayudan a nuestro organismo a desarrollar inmunidad contra el virus que causa la COVID-19 sin que para ello tengamos que contraer la enfermedad. Los diferentes tipos de vacunas actúan de diversas formas para brindar protección. Pero, con todos los tipos de vacunas el organismo se queda con un suministro de linfocitos T de «memoria», además de linfocitos B que recordarán cómo combatir ese virus en el futuro. Por lo general, después de la vacunación, el organismo demora algunas semanas en producir linfocitos T y linfocitos B. Por consiguiente, es posible que una persona se infecte con el virus que causa la COVID-19 justo antes o justo después de vacunarse y que se enferme porque la vacuna no tuvo suficiente tiempo para generar protección. A veces, después de la vacunación, el proceso de generar inmunidad puede causar síntomas, por ejemplo, fiebre. Estos síntomas son normales y son una señal de que el organismo está desarrollando inmunidad. Tipos de vacunas Las vacunas ARNm contienen material del virus que causa la COVID-19, el cual instruye a nuestras células a crear una proteína inocua que es exclusiva del virus. Una vez que nuestras células copian la proteína, destruyen el material genético de la vacuna. Nuestro organismo reconoce que esa proteína no debería estar presente y crea linfocitos T y linfocitos B que recordarán cómo combatir el virus que causa el COVID-19 si nos infectamos en el futuro. Las vacunas de subunidades proteicas incluyen porciones inocuas (proteínas) del virus que causa la COVID-19, en lugar del germen completo. Una vez que recibimos la vacuna, nuestro organismo reconoce que esa proteína no debería estar presente y crea linfocitos T y anticuerpos que recordarán cómo combatir el virus que causa la COVID-19 si nos infectamos en el futuro. Las vacunas de vectores contienen una versión modificada de otro virus diferente del que causa la COVID-19. Dentro de la envoltura del virus modificado, hay material del virus que causa la COVID-19. Esto se llama «vector viral». Una vez que el vector viral está en nuestras células, el material genético les da instrucciones a las células para que produzcan una proteína que es exclusiva del virus que causa la COVID-19. Con estas instrucciones, nuestras células hacen copias de la proteína. Esto despierta en nuestro organismo una respuesta y empieza a crear linfocitos T y linfocitos B que recordarán cómo combatir el virus si nos llegamos a infectar en el futuro. Algunas vacunas contra la COVID-19 deberán aplicarse en más de una dosis Para una vacunación completa, deberá recibir dos dosis de la misma vacuna contra el COVID-19. Dos dosis: si recibes una vacuna contra la COVID-19 que requiere la administración de dos dosis, se considera que estás completamente vacunado dos semanas después de la segunda dosis. Las vacunas contra la COVID-19 de Pfizer-BioNTech, Moderna, Sinovac, Astrazeneca requieren la administración de dos dosis. Una dosis: si recibes una vacuna contra la COVID-19 que requiere la administración de una dosis, se considera que estás  completamente vacunado dos semanas después de la vacunación. La vacuna contra el COVID-19 Janssen de Johnson & Johnson solo requiere una dosis. Si han pasado menos de dos semanas desde que te vacunaste, o si aún tienes que recibir la segunda dosis, NO está totalmente protegido. Sigue tomando medidas para protegerte y proteger a los demás hasta que estés completamente vacunado (dos semanas después de la última dosis).   Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y

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Tendencias de la seguridad y salud en el trabajo para 2021

Tendencias de la seguridad y salud en el trabajo para 2021

Por: Yezid Fernando Niño Barrero / Gerente Técnico Consejo Colombiano de Seguridad / Bogotá, Colombia / Enero de 2021.  Después de un año complejo de cambios e incertidumbres, donde la planificación a largo plazo no fue posible y las decisiones se debieron tomar en el día a día, nos vemos enfrentados a un 2021 con la expectativa de saber si los cambios que tuvo el mundo se van a mantener o, por el contrario, volveremos a la “normalidad” que ya conocíamos. Esas expectativas de un nuevo año van a estar, seguramente, marcadas por el intento de cumplir las metas no alcanzadas en el 2020, metas que también estarán limitadas por una pandemia aún activa, en un año que inicia con nuevas cepas del virus y con las vacunas que se van aprobando poco a poco por las autoridades competentes en el mundo, pero aún con la certeza de que la pandemia no ha terminado. Durante la década del 2010 empresas y organizaciones empezaron a trazar planes a mediano plazo, muchas de ellas, en compañía de asesores, coach y motivadores. Trazaron metas con el lema “visión 20/20”, haciendo un juego de palabras entre el año 2020 y la agudeza visual esperada en una persona, lo que algunos pueden llamar “visión perfecta”. Sin embargo, el año 2020 no fue lo esperado: según la Unidad Macroeconómica de Análisis – UMAC, de la Universidad Nacional de Colombia, la industria manufacturera decreció -21,6 % frente al primer trimestre del 2019 y -25,4 % el segundo trimestre del mismo año (Urrea-Ríos & Piraján, 2020). Por otro lado, con corte al 30 de diciembre de 2020, el país había presentado un total de 6.231 casos confirmados de COVID-19 en empresas y un total de 22 muertes, 3.798 casos confirmados en las Fuerzas Militares y 1.752 en la Policía; así mismo, en el personal de salud se confirmaron un total de 10.082 casos, con 56 muertes en total[1]. Lo anterior muestra que, a parte de los graves impactos que ha tenido la pandemia en términos de salud pública, la afectación de los trabajadores de diferentes sectores económicos también ha sido muy alta y amerita tener en consideración estos datos, con el fin de limitar el impacto de la pandemia en 2021 hasta que sea claro su fin. Cerrando el año, el Departamento Administrativo de Nacional de Estadística (DANE) reportó, en el Informe de Mercado Laboral, que la tasa de desempleo para noviembre de 2020 fue de 13,3 % (DANE, 2020). Aunque la cifra ha mejorado con respecto al mes de mayo de 2020, que alcanzó el 21,4 %, aún está por encima de las cifras de antes de la pandemia. Esto sin contar que, según cifras publicadas en el Observatorio de Seguridad y Salud en el Trabajo del Consejo Colombiano de Seguridad, para el tercer trimestre de 2020, el número de trabajadores afiliados al sistema general de riesgos laborales disminuyó en un total de 644.860, es decir, que más de 600 mil trabajadores ya no cuentan con la protección de una ARL, ya sea por pérdida de empleo o precarización de este. Los datos anteriores muestran que el impacto económico y productivo en las empresas, sumado a la afectación del empleo y la calidad de los puestos de trabajo, imponen retos importantes para la seguridad social del país y, en particular, para la seguridad y salud en el trabajo, que tendrá que ver cómo las empresas buscarán optimizar sus recursos, disminuyendo inversiones en seguridad. Sumado a esto, las ARL, golpeadas por el impacto de la enfermedad laboral y disminución de sus ingresos, seguramente reducirán sus inversiones en prevención, así mismo, menos empleos formales implican menos empleadores conscientes, que busquen implementar sistemas de gestión y prácticas en seguridad y salud en el trabajo para la protección de sus trabajadores y prevenir los accidentes de trabajo y las enfermedades laborales. Con este panorama, sin el ánimo de ser premonitorios ni hacer un ejercicio de prospectiva, haciendo un análisis de lo sucedido en el año 2020 y fundamentado en la experiencia obtenida, en datos de análisis bibliométricos de ciertas temáticas en seguridad y salud en el trabajo, y la revisión en diversos portales y fuentes de información, se plantean los siguientes temas que pueden ser tendencia en 2021 en materia de Seguridad y Salud en el trabajo (SST): Elementos de protección personal adaptables e inteligentes Desde hace algunos años se viene hablando de elementos de protección personal – EPP inteligentes, o dispositivos electrónicos que incorporan tecnología que pueden ayudar a proteger a los trabajadores. A partir del año 2012 se encuentra acuñada la expresión “Smart PPE” en publicaciones científicas reportadas por la base de datos Scopus. Así mismo, se viene hablando de la posibilidad de adaptar mejor los EPP a las condiciones antropométricas de los trabajadores, incluso hacerlos personalizables o “customizables” para el tipo de tarea a desarrollar. Una publicación reciente presenta un prototipo de casco inteligente que monitorea las condiciones en el entorno de los trabajadores y realiza una evaluación de riesgos casi en tiempo real, incorporado a la protección de los trabajadores aspectos como el Internet Industrial de las Cosas (IIoT) y la Inteligencia Artificial (IA) (Campero-Jurado, Márquez-Sánchez, Quintanar-Gómez, Rodríguez, & Corchado, 2020). 2021 puede ser un año para que la experiencia de la pandemia, en la necesidad de suministrar EPP para todos los trabajadores independiente del sector económico, sea capitalizada para fomentar el desarrollo de las nuevas tecnologías en la protección de los trabajadores. Perspectiva de género en la seguridad y salud en el trabajo Haciendo revisión de diferentes temáticas en materia de seguridad y salud se observó que, utilizando la herramienta VOSViewer, era prevalente la incorporación de términos como “male” y “female” en las investigaciones publicadas en los últimos cinco años. Lo que podría interpretarse como una incorporación reciente de la perspectiva de género en la investigación en SST. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) menciona que “reconocer la diversidad en la fuerza de trabajo, incluidas las diferencias de género, es esencial para garantizar la seguridad

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Prevención del cáncer ocupacional que puede ser causado por derivados clorados presentes en labores de limpieza y desinfección

Prevención del cáncer ocupacional que puede ser causado por derivados clorados presentes en labores de limpieza y desinfección

Por: Daniel Arturo Quiroga Vargas / Ingeniero químico / Especialista en gerencia en salud ocupacional / Estudiante maestría en salud y seguridad en el trabajo / Líder técnico del CCS / Agosto de 2020 Introducción Los efectos agudos sobre la salud, originados por la exposición a productos de limpieza y desinfección, son bastante conocidos. En el año 2019, de acuerdo con cifras consolidadas por el Consejo Colombiano de Seguridad, el Centro de Información de Seguridad sobre Productos Químicos (CISPROQUIM®) atendió 11.182 eventos de emergencia, de los cuales 769 (6.9%) de los casos correspondieron a intoxicaciones con desinfectantes domésticos, limpiadores, jabones y detergentes (Hernández, 2020a). Las estadísticas del Sistema Nacional de Datos Sobre Intoxicaciones de los Estados Unidos (NPDS, por su sigla en inglés), reportan que entre los años 2012 y 2016 los Centros Toxicológicos de dicho país recibieron un promedio de 44.000 consultas por año, relacionadas con productos que contienen Hipoclorito de Sodio; lo que corresponde al 2% del total de eventos atendidos anualmente. En Europa, por otra parte, información consolidada de los Centros Toxicológicos de Francia, Italia, Bélgica, Grecia, Turquía, España y Portugal, da cuenta de 21.915 casos de intoxicación con Hipoclorito de Sodio en un periodo de tres años, involucrando todas las vías de exposición (Slaughter et al., 2019). Almacenamiento de productos de limpieza y desinfección. Fuente: 123rf.com En el marco de la actual pandemia por COVID-19, los productos químicos de limpieza y desinfección han sido ampliamente empleados dentro de la estrategia de prevención de la transmisión del agente patógeno SARS-CoV-2. En los Estados Unidos, tan solo entre Enero y Marzo de 2020 los Centros Toxicológicos atendieron un total de 45.550 consultas relacionadas con este tipo de sustancias (Chang et al., 2020). Para establecer las razones detrás de la materialización de dichos eventos, en el mes de mayo de 2020  los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), realizaron una encuesta a 502 adultos, encontrando que los usuarios de estos productos desarrollan prácticas de alto riesgo para su salud y la de personas cercanas, como la preparación insegura de soluciones, la mezcla de diferentes productos para “potenciar su efecto”, el almacenamiento al alcance de niños e individuos vulnerables, la aplicación de desinfectantes domésticos directamente sobre los productos alimenticios (frutas y verduras) y sobre las manos y la piel, así como su inhalación e incluso su ingestión (Gharpure et al., 2020). Los efectos crónicos sobre la salud de las personas expuestas ocupacionalmente a productos de limpieza y desinfección están asociados a enfermedades que se manifiestan con el tiempo, después de un periodo prolongado de exposición a “bajas” dosis de estas sustancias, por debajo del nivel que puede generar los efectos agudos descritos anteriormente. Como sucede con otras sustancias químicas, muchos de los efectos crónicos son aún desconocidos, por lo que es difícil establecer una relación entre la exposición y la enfermedad, a consecuencia del largo periodo de latencia (Niño-Barrero et al., 2020). Entre los posibles efectos crónicos sobre la salud de las personas que desarrollan labores de limpieza y desinfección, se encuentran el asma ocupacional, la exacerbación de asma de origen común, la bronquitis crónica (Bello et al., 2009), la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, tanto por el uso directo de las sustancias químicas, como por una exposición indirecta o pasiva (Carder et al., 2019; Moual et al., 2014), la dermatitis irritativa de contacto, por agresión sobre la capa protectora externa de la piel (Araghi et al., 2020), y el cáncer de origen ocupacional (Dragani, 2020). En el presente artículo se abordará precisamente la prevención del cáncer de origen ocupacional que puede ser causado por los derivados clorados presentes en el ambiente laboral durante el desarrollo de estas actividades, generados a partir de reacciones del Hipoclorito de Sodio y de otros productos precursores de Cloro. Generación de derivados clorados en labores de limpieza y desinfección Blanqueadores, removedores de moho, limpiadores de inodoros, aerosoles de limpieza y  geles y polvos abrasivos contienen Hipoclorito de Sodio en una concentración aproximada del 5%, como único ingrediente activo o acompañado de otros elementos (surfactantes, fragancias, Cloruro de Sodio, Silicato de Sodio, Hidróxido de Sodio, antioxidantes y agentes antiespumantes) (Odabasi, 2008). Se ha establecido que el Hipoclorito de Sodio puede generar sustancias tóxicas a través de reacciones con compuestos orgánicos como los alcoholes, las cetonas y los ésteres (Bond et al., 2014), por lo que las etiquetas de productos químicos que lo contienen indican expresamente que se debe evitar su mezcla con otros agentes de limpieza. Específicamente, al ser mezclado con sustancias a base de Amonio, reacciona formando Cloraminas (NH2Cl y NHCl2), mientras que su mezcla con limpiadores de naturaleza ácida puede causar la liberación de Cloro gaseoso (Cl2) (Nazaroff & Weschler, 2004). Los productos comerciales con Hipoclorito de Sodio contienen estabilizantes que son añadidos para minimizar su reacción con componentes orgánicos en la formulación. Sin embargo, el largo tiempo que puede pasar entre la producción y el uso de la sustancia (incluso del orden de meses), permite que sean posibles reacciones entre el Hipoclorito y los surfactantes contenidos, de tal forma que se generen derivados clorados (Odabasi, 2008; Odabasi et al., 2014). Al respecto, estudios realizados por Shin y Lim (2017) y Ayri et al. (2020), identificaron y cuantificaron la generación de hasta nueve compuestos orgánicos volátiles halogenados (Cloroformo, Tetracloruro de Carbono, Tetracloroetileno, Clorobenceno, 2-clorotolueno, 4-clorotolueno, 1,2-diclorobenceno, 1,3-diclorobenceno y 1,4-diclorobenceno) y de dos ácidos haloacéticos (Ácido Dicloroacético, Ácido Tricloroacético), tras diversos análisis efectuados sobre productos de limpieza y desinfección adquiridos en la República de Corea, Estados Unidos, Alemania y Turquía. En cuanto al Cloroformo (CHCl3), la reacción del Cloro activo generado por el Hipoclorito de Sodio, con la materia orgánica natural presente en las superficies a tratar (mesas, cocinas, inodoros, etc.), puede formar dicho Trihalometano volátil (Andra et al., 2015; Odabasi, 2008). Este agente químico, de hecho, se encuentra presente en el agua potable como un subproducto de los procesos de tratamiento de esta (Lévesque et al., 2002; Odabasi, 2008; Wawryk et al., 2021), y su

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