Químico

Guía para la gestión del riesgo químico en lugares de trabajo Resumen Ejecutivo

Por: Diana Marcela Gil Bohórquez / Ingeniera Química / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / Máster en MBA, Dirección y Administración de Empresas / Directora de Productos y Servicios en Mejora y Soluciones. Yady Cristina González / Ingeniera química / Especialista en Epidemiología / Contratista Componente de Seguridad Química Ministerio de Salud y Protección Social. Yezid Fernando Niño Barrero / Ingeniero Ambiental y Sanitario / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / M.Sc. Salud Pública / PhD en Ingeniería (c) / Gerente Técnico del CCS. Hernán Darío Rentería / Médico cirujano / Especialista en Salud Ocupacional y en Toxicología Ocupacional / Gerente de DR HR LTDA. Introducción En el mundo se utilizan millones de sustancias químicas. En el Registro CAS (Chemical Abstract Service) se tienen identificadas más de 155 millones de sustancias desde principios de 1800. Este panorama hace necesario que la formulación de acciones preventivas para su manipulación deba ajustarse al tipo de sustancia y a las condiciones de su uso y producción. En este contexto, esta guía busca ser un instrumento utilizado en las empresas, por los responsables de seguridad y salud en el trabajo o por los académicos que quieren realizar la gestión del riesgo químico en áreas de trabajo con base en la identificación, análisis, evaluación y comunicación de peligros; permitiendo conocer elementos sobre seguridad, higiene industrial y salud laboral, entre otros aspectos. Antecedentes NormativosEl desarrollo normativo en Colombia en materia de sustancias contempla temas de prevención de Accidentes de Trabajo (AT) y Enfermedades Laborales (EL), higiene industria, seguridad industrial, prevención de accidentes mayores, emisiones contaminantes, gestión integral de residuos, pasivos ambientales, posconsumo, Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono (SAO), aire y salud, minería y salud, salud ambiental, seguridad en el uso de plaguicidas, seguridad en el uso de productos químicos en el hogar, seguridad en la producción y el uso de medicamentos, transporte de mercancías peligrosas, plaguicidas químicos de uso agrícola, fertilizantes, sustancias de control especial, entre otros. Adicionalmente, se cuenta con estándares técnicos nacionales e internacionales, tales como las Normas Técnicas Colombianas para el Transporte de Mercancías Peligrosas, las normas de la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego – NFPA y las normas de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa, entre otras (Libro Naranja, Libro Púrpura, GRE 2016). Marco conceptualIncluye las definiciones de: riesgo (según el Decreto Único Reglamentario del Sector Trabajo y según el Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos – SGA), producto químico (según el artículo 2° de la Ley 55 de 1993 y el SGA), producto químico peligroso (conforme con la aplicación de los criterios de clasificación de peligrosidad establecidos en el SGA), vías de ingreso y escenarios de exposición potencial. Identificación de peligros, evaluación y valoración del riesgo Sistemas de clasificación de peligros de las sustancias químicasSistema Globalmente ArmonizadoEl Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (SGA) es una iniciativa de las Naciones Unidas para estandarizar internacionalmente la clasificación química, el etiquetado y las Fichas de Datos de Seguridad (FDS) en el lugar de trabajo. En Colombia el SGA fue adoptado a través del Decreto 1496 de 2018. En relación con el SGA se desarrollan los siguientes aspectos Peligros de las sustancias químicas de acuerdo con el Sistema Globalmente Armonizado (SGA) Comunicación de peligros según SGA Etiquetado de las sustancias químicas Contiene información sobre los casos en los que se debe etiquetar o re etiquetar un producto, productos que no requieren etiquetado o re etiquetado que cumpla los requisitos del SGA, diseño de etiquetas, tamaño de la etiqueta, nombre de la sustancia, datos del proveedor, importador o fabricante, pictogramas, palabra de advertencia, indicación de peligro, consejos de prudencia, diseño de etiqueta según SGA, etiqueta de productos químicos trasvasados que no requieren cumplir con los requisitos del SGA, verificación del cumplimiento del etiquetado, recomendaciones para el etiquetado, mecanismos alternativos de etiquetado y etiquetado de productos de alta rotación y de envases pequeños. Fichas de Datos de Seguridad (FDS) de las sustancias químicas El proveedor de la sustancia química debe hacer entrega de la ficha de datos de seguridad de cada una de las sustancias químicas peligrosas, esta debe contar con todos los elementos definidos en el SGA y aquellos complementarios que estén definidos en la Ley 55 de 1993. La Ficha de Datos de Seguridad se compone de 16 secciones con información específica que puede clasificarse en los siguientes bloques: bloque a) Identificación de la sustancia y sus peligros. Este bloque se divide en 3 secciones: identificación del producto, identificación de peligros y composición/información sobre los componentes. Bloque b) Recomendaciones para situaciones de emergencia. Este bloque se divide en 3 secciones: primeros auxilios, medidas de lucha contra incendio y medidas que deben tomarse en caso de vertido accidental. Bloque c) Recomendaciones para el manejo de la sustancia. Este bloque se divide en 4 secciones: manipulación y almacenamiento, controles de exposición/protección personal, propiedades físicas y químicas, estabilidad y reactividad. Bloque d) Información toxicológica y eco toxicológica. Este bloque se divide en 3 secciones: información toxicológica, información eco-toxicológica, información relativa a la eliminación de los productos. Bloque e) Información complementaria. Contendrá aspectos relacionados con el transporte seguro de las sustancias químicas, la descripción de las normas reglamentarias existentes en el país que sean aplicables de manera específica a la sustancia y una sección denominada “otras informaciones”, que podrá contener las actualizaciones de la FDS, control de cambios, clasificación con otras metodologías y demás información que considere pertinente el responsable de la elaboración de la FDS. Frente a la verificación del cumplimiento de la FDS, la empresa deberá validar que contenga una mínima información y estructura que le permita evidenciar la calidad y coherencia de la información allí consignada. Existen otros aspectos que se pueden evaluar en las FDS, es el caso de la coherencia interna en aspectos como la información fisicoquímica y toxicológica con la clasificación de peligros, la definición de uso de EPP para la manipulación con mayores restricciones que para la atención de emergencias, etc. Es recomendable

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Manejo seguro de productos químicos en el hogar

Por: Yezid Fernando Niño Barrero / Ingeniero Ambiental y Sanitario / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / M.Sc. Salud Pública / PhD en Ingeniería (c) / Gerente Técnico del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). Diana Marcela Gil Bohórquez / Ingeniera química / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / Máster en MBA, Dirección y Administración de Empresas / Directora de Productos y Servicios en Mejora y Soluciones. Hernán Darío Rentería / Médico / Especialista en Salud Ocupacional y Toxicología ocupacional. Yady Cristina González Álvarez / Ingeniera química / Especialista en Epidemiología / Contratista Componente de Seguridad Química Ministerio de Saludy Protección Social. ¿Qué es un producto químico? Los productos químicos están definidos en Colombia, según el artículo 2° de la Ley 55 de 1993, como los elementos y compuestos químicos, y sus mezclas, ya sean naturales o sintéticos. Por su parte, el Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (SGA) define una sustancia química como “un elemento químico y sus compuestos en estado natural u obtenidos mediante cualquier proceso de producción, incluidos los aditivos necesarios para conservar la estabilidad del producto y las impurezas que resulten del proceso utilizado, y excluidos los disolventes que puedan separarse sin afectar a la estabilidad de la sustancia ni modificar su composición”. ¿Qué es un producto químico peligroso? Se considera un producto químico peligroso a aquel que incluye características peligrosas para la salud, el ambiente y la infraestructura, conforme con la aplicación de los criterios de clasificación de peligrosidad establecidos en el SGA. Cabe señalar que Colombia a partir de 2018 adoptó el SGA y por lo tanto, una sustancia será considerada peligrosa siempre y cuando cumpla con al menos uno de los criterios de peligrosidad de este sistema, como se sintetiza en la ilustración. ¿Cuáles son las vías de ingreso de los productos químicos? Dentro de las vías de ingreso de las sustancias químicas al organismo se encuentra la vía respiratoria, cutánea y digestiva (Bernabé, Izcapa, Rivera, Arcos, & Bravo, 2014); la sustancia química deberá atravesar las membranas celulares para acceder al órgano donde se produce el efecto. Vía respiratoria Esta vía es la más común y por lo tanto la más importante, en especial para aquellos gases, vapores o sustancias sólidas o líquidas que poseen una presión de vapor alta o tienen mayor posibilidad de pasar al aire. Hay partículas que pueden ser retenidas a nivel de las vías respiratorias superiores y otras que pueden penetrar a través del sistema respiratorio. La sustancia química puede ingresar al cuerpo cuando la respiramos a través de la nariz o la boca. Cuando se huele una sustancia química, se está respirando. Pero ciertas sustancias químicas no tienen olor o la persona se acostumbra a él y deja de notarlo. El efecto está asociado al tamaño de la partícula, su estado físico y los peligros de la sustancia. Vía cutánea La piel es el órgano de mayor tamaño en el cuerpo humano y es una de las principales capas de protección del organismo para diversos agentes físicos, químicos y biológicos, y a su vez uno de los principales órganos expuestos a los productos químicos. Las sustancias que entran al organismo por vía dérmica deben atravesar una serie de capas que forman la piel hasta llegar a los capilares sanguíneos y poder ser absorbidos. Vía digestiva No es habitual que en el hogar se presente de manera directa la exposición a sustancias químicas por esta vía, por lo que comúnmente estas exposiciones están asociadas a accidentes derivados de inadecuadas condiciones de almacenamiento, uso y manejo de los productos químicos en el hogar. El efecto por esta vía puede estar asociado a peligros de corrosión o irritación directamente sobre el tracto digestivo o por los peligros asociados al metabolismo de las sustancias químicas. ¿Qué productos químicos se utilizan en el hogar? La mayoría de los productos que se encuentran en su hogar pueden contener sustancias químicas, por lo tanto, se debe ser cuidadoso al leer las etiquetas y en especial las advertencias, de tal forma que se puedan identificar fácilmente cuáles productos contienen sustancias químicas con características de peligrosidad. Entre los productos comúnmente utilizados en el hogar y que pueden contener sustancias químicas peligrosas, se incluyen: Desinfectantes para baños y cocinas, sanitizadores, blanqueadores. Productos de limpieza o mantenimiento del hogar, tales como: jabones, ceras, betunes, velas, limpiadores de desagües, limpiavidrios, desengrasantes, desmanchadores, pinturas, pegamentos, ambientadores, desinfectantes multiusos, ácido muriático (ácido clorhídrico), creolina, naftalina, varsol. Productos para automóviles almacenados en la casa, tales como anticongelantes o líquido para lavar parabrisas. Productos de belleza o para el cuidado de la salud, tales como medicamentos, alcohol antiséptico, cosméticos para el cabello y las uñas, cremas depilatorias, aditivos de tinturas para el cabello, lacas. Aerosoles y cebos para cucarachas. Insecticidas. Venenos para ratas y otros roedores. Productos para eliminar malezas. Productos para el cuidado de sus plantas y del jardín. Champú antipulgas o garrapatas, polvos y baños desinfectantes para mascotas. Productos químicos para piscinas. Combustibles como gasolina, ACPM. Juegos pirotécnicos y pólvora. ¿Cómo reconocer si las sustancias químicas utilizadas en el hogar son peligrosas? Una sustancia es clasificada como peligrosa si cumple alguno de los siguientes criterios: peligros físicos, refiriéndose a características de las sustancias que pueden generar daños sobre la infraestructura y los materiales; peligros a la salud, que se asocian a los efectos agudos o crónicos sobre la salud de las personas; y los peligros para el medio ambiente, que pueden afectar algún componente del medio natural, específicamente en el medio acuático o la capa de ozono. Revisa la etiqueta. Los productos químicos con características de peligrosidad deben tener los elementos de comunicación de peligros en la etiqueta.Uno de los elementos fundamentales para informar a los usuarios de sustancias químicas sobre los peligros de estas y las recomendaciones para su uso y manejo, son las etiquetas, que incluyen información para tomar medidas de precaución que eviten efectos indeseados sobre la salud y el ambiente, así como información de las medidas de actuación en caso de

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Relato de átomos y moléculas

Relato de átomos y moléculas

Por Alejandro Aldana Pérez / Magíster en química / Bogotá, Colombia / 2020 A inicios del 2020, antes de la llegada del nuevo coronavirus, estalló un escándalo en el país. En un principio, uno podría haber pensado que el resonar del hecho estaba relacionado con temas de narcotráfico, carteles de la contracción, asesinatos de líderes sociales, el proceso de paz, el paramilitarismo, las chuzadas, la polarización, el ESMAD etc. Sin embargo, en esta ocasión la noticia no giraba en torno a los asuntos nombrados arriba. El acontecimiento estaba vinculado con la composición química de un medicamento de origen natural, elaborado a base de extracto de caléndula. De manera sorpresiva, en el amanecer del año veinte del siglo XXI, la química era el epicentro periodístico en Colombia. A grosso modo, el tema alrededor del fármaco era que este no estaba constituido de forma exclusiva de extracto de caléndula. Este hecho dejaba entredicho su clasificación como producto natural. Según los resultados reportados por los análisis químicos, ejecutados por una universidad pública del país, el medicamento presentaba alto contenido de un activo farmacológico conocido como diclofenaco (Correa, 2020). En este contexto, la situación en torno a dicho fármaco presentaba dos aristas por esclarecer. La primera de ellas es dejar claro que la presencia del diclofenaco en el fármaco nos conduce hacia el complejo camino de las restricciones relacionadas con los medicamentos tipo AINEs. Es decir, el diclofenaco, según los especialistas del tema, es un activo farmacéutico antiinflamatorio no esteroideo (AINEs), el cual en ciertas personas puede ocasionar episodios de alergias. Y aquí es crucial aclarar que el éxito del medicamento a base de caléndula radica en que este era una alternativa segura para aquellos individuos alérgicos a los AINES. Lo segundo que quedó en evidencia es que en el imaginario colectivo hay una manía de catalogar a los productos de origen natural como elixires de la curación y la inocuidad. En contraste, esa misma colectividad crucifica toda sustancia de origen sintético. A esto último lo etiquetan como “químico” y lo asocian con peligroso para la salud. En este orden de ideas, la química no debe asociarse sólo con lo negativo. Es lo mismo que la idea de concebir que la vida solo es tristeza y angustia. En ella también existe la felicidad y el sosiego. De igual manera, la química acoge lo peligroso y lo inocuo. Sin importar el origen sintético o natural de la sustancia. En este sentido, lo que se pretende probar es que lo natural no siempre implica inocuidad y para demostrarlo vayamos a la época de la antigua Roma. Los romanos se especializaron en el uso de pócimas venenosas. Estas fueron empleadas para aniquilar enemigos y ejecutar suicidios. También, fue la herramienta predilecta para derrocar a sus propios emperadores. El emperador Claudio, según relata la historia, fue asesinado por su esposa Agripina. La mujer aprovechó el gusto de su esposo por los hongos y le dio a comer unas setas venenosas. Las memorias cronológicas cuentan que Claudio no murió de inmediato. De acuerdo con los historiadores, el médico Xenophon introdujo una pluma en la garganta del envenenado, con el objeto de hacerle vomitar el material ponzoñoso. Sin embargo, se conoció que el doctor había untado la pluma con veneno. Finalmente, esta maniobra acabó con la vida del soberano (Cilliers, L., Retief, F. 2014). La versión expuesta arriba dice que al mandatario romano le suministraron setas venenosas. Se especula que estos hongos estaban relacionados con la Amanita phalloide (la oronja verde). No obstante, los hechos vinculados con la muerte de Claudio no son claros. Esto, debido a que algunos afirman que los hongos fueron envenenados de manera intencional. Independiente de cómo ocurrieron los hechos con relación al veneno, en algo sí están de acuerdo los historiadores: el asesinato se ejecutó con una sustancia proveniente de la naturaleza. Si la muerte de Claudio estuvo relacionada con la ingesta de oronja verde, ¿cuál fue la molécula causante del envenenamiento? La respuesta a este interrogante fue resuelta muchos años después de la era romana, por los químicos alemanes Wieland y Linen. Ellos lograron extraer de este hongo la sustancia conocida como la faloidina, que es una micotoxina que inhibe la síntesis proteica en las células del hígado. Esto trae como consecuencia una falla hepática irreversible (Kouznetsov, 1998). El caso de Claudio no fue el único asesinato cometido vinculado con productos de origen natural. Los hechos criminales de los romanos, con relación al empleo de sustancias venenosas, es vasto. Por ejemplo, se conoce que el filósofo Séneca fue inducido al suicidio por Nerón. La vía empleada fue la ingesta de cicuta. También se dice que el emperador Tito fue envenenado por su hermano menor con un molusco ponzoñoso. Asimismo, durante la antigua Roma, se cometieron crímenes ejecutados por mujeres diestras en la extracción de sustancias tóxicas de origen natural. Las más famosas fueron: Locusta, Martina y Canidia (Cilliers, L., Retief, F. 2014). En síntesis, en el apogeo del imperio romano, la naturaleza era la despensa química de la cual ellos echaban mano. En los sucesos anteriores, la muerte fue propiciada por sustancias letales de origen natural. Esto demuestra que no todo lo suministrado por la “pachamama” es inocuo. Por otra parte, a veces olvidamos que, durante toda nuestra existencia, llevamos a cuesta un extraordinario laboratorio de química conocido como el cuerpo humano. Este artefacto, para mantenerse vivo, se rige por procesos metabólicos y fisiológicos. Cuando hay alguna alteración en ese reactor químico natural, la ciencia médica entra en escena para tratar de restaurar el orden. Y esa labor es ejecutada con sustancias de origen natural o sintético. Es decir, la medicina recurre a los químicos. Finalmente, tal vez sea necesario apelar a la definición de la química para dejar claro este asunto. De tantas que hay, creo que la mejor de ellas, por su sencillez, fue hecha por un historiador, su nombre Yuval Noah Harari. Para él, esta ciencia se define de la siguiente manera: “(…) unos 300.000 años después de su aparición,

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Polvo de sílice cristalina

Polvo de sílice cristalina

Buenas prácticas en el control de la exposición ocupacional a sustancias comprobadamente carcinogénicas. Polvo de sílice cristalina.   Por: Daniel Arturo Quiroga Vargas / Ingeniero Químico / Especialista en Gerencia en Salud Ocupacional / Estudiante Maestría en Salud y Seguridad en el Trabajo / Líder Técnico del CCS / octubre 2019.      En conmemoración al 14 de marzo, Día Nacional del Trabajador en Construcción te dejamos las buenas prácticas en el control de la exposición ocupacional a sustancias comprobadamente carcinogénicas. Introducción En el marco normativo colombiano, la Ley 1562 de 2012 en su artículo 9° que modifica el artículo 66 del Decreto 1295 de 1994, indica: «(…) las empresas en donde se procese, manipule o trabaje con sustancias tóxicas o cancerígenas o con agentes causantes de enfermedades incluidas en la tabla de enfermedades laborales de que trata el artículo 3° de la presente Ley, deberán cumplir con un mínimo de actividades preventivas de acuerdo a la reglamentación conjunta que expida el Ministerio de Trabajo y de Salud y Protección Social”. La reglamentación a que hace referencia el anterior artículo está dada por el Decreto 1072 de 2015 del Ministerio del Trabajo, en su artículo 2.2.4.6.15. parágrafo 2, y particularmente por la Resolución 0312 de 2019 del Ministerio del Trabajo, «por la cual se definen los Estándares Mínimos del Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo SG-SST», en cuyo artículo  16 en relación con los estándares mínimos para empresas de más de cincuenta trabajadores, establece la priorización de acciones de prevención e intervención con respecto a agentes o sustancias catalogadas como carcinógenas del Grupo 1 de la clasificación de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (International Agency for Research on Cancer [IARC], 2019), o con toxicidad aguda (categorías I y II) según los criterios del Sistema Globalmente Armonizado, sexta edición revisada en español (Organización de las Naciones Unidas [ONU], 2015). Exposición ocupacional a sílice cristalina La sílice cristalina es una sustancia natural, presente en piedras, rocas, arena, suelo con cenizas, asfalto, arcilla, ladrillo, hormigón, baldosas (arcilla y cerámica), algunos materiales compuestos y minerales metálicos, así como en tejas, mortero, yeso, paneles de yeso y muchos productos comúnmente encontrado en proyectos de construcción (Sultan, 2018). La sílice cristalina es la materia prima fundamental para la fabricación del vidrio, y debido a sus propiedades físicas y químicas también es empleada en actividades de fundición, en plantas potabilizadoras de agua como medio granular filtrante, e incluso en la elaboración de pinturas y resinas. Entre los usos de la sílice cristalina, por ser componente principal de la arena, vale la pena resaltar el proceso denominado «sandblasting», de alisado, elaboración y limpieza de superficies duras, mediante el impacto en ellas de partículas sólidas de dicho material, con alta presión y velocidad (Jaimes, Rocha, Gómez y Severiche, 2015). Existen tres formas principales de sílice cristalina, el cuarzo, la tridimita y la cristobalita. Como contaminante químico en el ambiente laboral, el polvo de sílice cristalina es perjudicial para la salud debido a su tamaño de partícula (del orden de los 5 μm), de tal forma que penetra profundamente en los pulmones cuando es inhalada. Es por esto, que un trabajador expuesto a altos niveles de sílice cristalina podría desarrollar efectos sobre su salud, tales como una silicosis, tras unas pocas semanas; si en sus actividades laborales no cuenta con controles efectivos ante la exposición ocupacional y si existe una susceptibilidad del individuo, mediada por su estado de salud y una eventual condición de fumador. Como parámetro en monitoreos higiénicos realizados para establecer la presencia de este contaminante químico en el ambiente laboral, el valor límite de exposición ocupacional para sílice cristalina, del tipo cristobalita o cuarzo, promedio ponderado en el tiempo para una jornada ocupacional de 8 horas, TLVTWA, de la ACGIH® (adoptado para Colombia a partir del artículo 154 de la Resolución 2400 de 1979) es de 0.025 mg/m3. Este valor deberá corregirse cuando la jornada laboral supere las 8 horas al día o 40 horas a la semana, a través de la aplicación del modelo matemático desarrollado por Brief y Scala (Gracia, s.f.). De acuerdo con Sultan (2018), la presencia de altos niveles de polvo de sílice cristalina en el lugar de trabajo puede tener una o más de las siguientes causas: Tarea – Herramientas eléctricas de alta energía pueden producir una gran cantidad de polvo en un periodo de tiempo corto; Área de trabajo – Entre más cerrado sea un espacio, mayor acumulación de polvo en el ambiente laboral. Sin embargo, no se puede asumir que al trabajar al aire libre serán menores los niveles de material particulado; Tiempo – Entre más demorado sea el trabajo, mayor cantidad de polvo se generará; Frecuencia – Realizar una labor día tras día incrementa el riesgo de exposición por parte del  trabajador. En Colombia, además del sector de la construcción, existe exposición ocupacional al polvo de sílice cristalina en la minería del carbón. Resultados de estudios como el efectuado por la Universidad del Rosario, la Universidad de los Andes, Positiva Compañía de Seguros ARL, el Instituto Nacional de Salud y la Gobernación de Boyacá (Varona et. al., 2018), han permitido identificar que la mayoría de los mineros de carbón trabajan en minas pequeñas -de menos de 50 trabajadores-, mecanizadas o mixtas, con niveles de riesgo críticos por exposición a este contaminante químico. Control de la exposición En relación con la protección de la seguridad y salud de sus trabajadores, de acuerdo con el artículo 2.2.4.6.8 del Decreto 1072 de 2015, los empleadores están obligados a realizar la “identificación de peligros, evaluación y valoración de los riesgos y establecimiento de controles que prevengan daños en la salud de los trabajadores y/o contratistas, en los equipos e instalaciones”. Desde al año 2012 en su monografía 100C, la IARC ha clasificado el polvo de sílice cristalina (en forma de cuarzo o cristobalita), como agente carcinogénico del Grupo 1 (confirmado en seres humanos); de tal forma que, en el ámbito de la Seguridad y

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Herramientas para gestionar tareas de alto riesgo

El Sistema Globalmente Armonizado (SGA), herramienta clave para la gestión del riesgo químico

Gestión del riesgo químico   Por: Yezid Fernando Niño Barrero / Ingeniero Ambiental y Sanitario / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / MSc. Salud Pública / PhD en Ingeniería (c) / Autor del Libro Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (2018).   Las sustancias químicas están presentes en la vida cotidiana, desde el uso de sustancias de higiene personal, la producción de alimentos y el aseo doméstico, hasta el uso de sustancias químicas peligrosas en la producción industrial. A diario una persona  puede tener diferentes exposiciones a estas sustancias y sus peligros. En los lugares de trabajo es importante conocer cuáles son los peligros de las sustancias químicas, con el fin de establecer mecanismos para la comunicación de peligros, evaluar los riesgos asociados al uso de las sustancias y gestionar estos riesgos con el fin de evitar la presencia de enfermedades laborales o la ocurrencia de accidentes de trabajo. En la Segunda Encuesta Nacional de Condiciones de Seguridad y Salud en el Trabajo (Ministerio del Trabajo & Organización Iberoamericana de Seguridad Social – OISS, 2013) se indagó sobre la existencia de diferentes factores de riesgo en los lugares de trabajo, donde se encontró que el manejo o contacto de la piel con sustancias químicas se presenta con una frecuencia del 8,8%, la inhalación de gases y vapores en 11,8%, polvos y humos en 18,9%. Esto indica que los empleadores que participaron en la  encuesta sí identifican los peligros químicos. Gráfica 1: Peligros químicos en sitios de trabajo (adaptado de la Segunda Encuesta Nacional de Condiciones de Seguridad y Salud en el Trabajo, MinTrabajo – OISS, 2013) Para el logro de la gestión del riesgo químico, el país adoptó a partir del 2018 el Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (SGA) que, entre otros aspectos, reglamenta la Ley 55 de 1993 en lo concerniente a la definición del Sistema de Clasificación de las Sustancias en Colombia. Este sistema cuenta con criterios que fueron acordados en el marco de la Organización de las Naciones Unidas para la identificación de los peligros físicos, a la salud y al ambiente de las sustancias (Organización de las Naciones Unidas, 2015). El SGA cuenta con dos instrumentos esenciales para la comunicación de peligro: las fichas de datos de seguridad y las etiquetas, los cuales, cumpliendo los criterios del SGA, permitirán informar a trabajadores y otras partes interesadas sobre los peligros de las sustancias, sus características y medidas de actuación en caso de alguna situación de emergencia, entre otra información propia de la sustancia. Los empleadores tienen la obligación de garantizar que todas sus sustancias han sido clasificadas y, por lo tanto, exigir a sus proveedores el cumplimiento de la ley. En este contexto es importante que los empleadores incorporen dentro de sus procesos de cambio y adquisición de sustancias químicas, los criterios necesarios para exigir a sus proveedores la clasificación de sus sustancias químicas bajo el Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos. En este contexto, las empresas deberán acudir a diferentes herramientas que les permitan gestionar el riesgo químico, para lo cual se plantean los siguientes pasos: ◥ Paso 1. Inventario de sustancias químicas: Se requiere documentar las características de todas las sustancias químicas utilizadas en los lugares de trabajo. ◥ Paso 2. Identificación de los peligros de las sustancias: Clasificar las sustancias químicas de acuerdo con los criterios del Sistema Globalmente Armonizado. ◥ Paso 3. Definir sustancias de interés de acuerdo con su peligrosidad: Establecer intereses por efectos sobre seguridad (asociados a accidentes de trabajo) y salud (asociados a enfermedades laborales). ◥ Paso 4. Identificación de las condiciones de trabajo: Identificar claramente todas las condiciones de operación con sustancias químicas donde se consideren las medidas de protección implementadas, su estado de funcionamiento y calibración, según aplique, las cantidades, periodicidad y presentación de las sustancias químicas, entre otras. ◥ Paso 5. Priorización de sustancias con base en peligrosidad y condiciones de trabajo: Establecer un orden de prioridad acudiendo a metodologías simplificadas que permitan procesar toda la información de los pasos 3 y 4, con el fin de determinar aquellas sustancias que requieren acciones en el plazo inmediato o corto. ◥ Paso 6. Medición en el ambiente de trabajo y en el trabajador: Aquellas sustancias prioritarias y que sean técnicamente viables, se deberán medir en el ambiente de trabajo para evaluar la exposición de los trabajadores. Así mismo, se deberá considerar la evaluación de la condición de salud del trabajador y posibles efectos asociados a la exposición. ◥ Paso 7. Definir controles (jerarquía de control): La definición de controles deberá estar enfocada a controles duros cómo la eliminación, sustitución o controles de ingeniería, para posteriormente complementar con otras medidas como los controles administrativos y la correcta selección y uso de elementos de protección personal. ◥ Paso 8. Monitorear la eficiencia de los controles: Posterior a la implementación de los controles, se deberá evaluar su eficiencia para determinar si su implementación mejoró la condición y establecer el nivel de riesgo residual. ◥ Paso 9. Establecer esquema de inspecciones y auditoría: La aplicación de las medidas de control y el cumplimiento de los trabajadores de las medidas de seguridad deberán ser materia de seguimiento bajo las inspecciones rutinarias e incorporarse dentro de la evaluación realizada durante las auditorías al Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo. ◥ Paso 10. Mejoramiento continuo: En todos los casos, los hallazgos de auditorías, inspecciones, investigación de accidentes y enfermedades, etc., serán sometidos a un plan de mejoramiento que permita continuamente incrementar los niveles de seguridad y controlar de manera oportuna las desviaciones encontradas. Bibliografía ◥ Ministerio del Trabajo, & Organización Iberoamericana de Seguridad Social – OISS. (2013). Segunda Encuesta Nacional de  Condiciones de Seguridad y Salud en el Trabajo en el Sistema General de Riesgos Laborales de Colombia. Bogotá, D.C. ◥ Organización de las Naciones Unidas. (2015). Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (SGA) (6a Ediciòn).

El Sistema Globalmente Armonizado (SGA), herramienta clave para la gestión del riesgo químico Leer más »