Prácticas de seguridad en el amarre

Prácticas de seguridad en el amarre

Mantenimiento de Equipos Mantenimiento de Equipos

Las maquinillas usadas para el amarre, cabrestantes, maquinillas/chigres, estachas de amarre y accesorios y aparejos de amarre, tienen que ser correctamente mantenidos y sometidos a mantenimiento periódico como está prescrito en el sistema de mantenimiento planificado.

El mantenimiento rutinario debe incluir inspecciones visuales de todos los equipos con regularidad, el engrasado de las toberas de engrase en la maquinaria móvil y en los rodillos de guía cabos y en los guías cabos de peana. Los engranajes y embragues expuestos deben también ser adecuadamente engrasados con un compuesto apropiado. Los frenos tienen que ser examinados cuidadosamente para asegurar que todas las articulaciones están funcionando correctamente, que el espesor del material de la banda de freno es adecuado y el estado de las zapatas de freno es satisfactorio. Los embragues deben operar suavemente, y las clavijas de sujeción de los embragues deben estar colocadas en las palancas de control del embrague listas para su empleo. Las palancas de control de las maquinillas tienen que estar marcadas indicando la dirección de operación para soltar y retirar.

Los extremos de los tambores deben ser mantenidos libres de daños, oxidación y pintura, y las bancadas de la maquinaria deben ser examinadas periódicamente buscando deterioro o daños.

Se debe asegurar que todos los guías cabos de amarre están girando libremente mostrando superficies libres de oxidación o daños que pudieran desgastar por roce las estachas de amarre. Se debe comprobar cuidadosamente la integridad de todos los equipos de amarre tales como bitas, cáncamos y sondalezas.

Antes de comenzar las operaciones de amarre, todos los equipos deben ser examinados visualmente buscando defectos visibles y el funcionamiento de la maquinaria verificado. Todo equipo defectuoso tiene que ser retirado del servicio.

Equipos de protección personal

Todo el personal que participa en las operaciones de amarre y remolque debe llevar puesto el equipo correcto de protección personal (EPP). El equipo debe estar detallado en el Sistema de Gestión de Seguridad del buque y tiene que incluir buzos de alta visibilidad, un casco de seguridad con correa para sujetar la barbilla, calzado o botas de seguridad, guantes y, en climas fríos, ropa adecuada de abrigo de alta visibilidad. El personal del castillo de proa debe tener a mano gafas protectoras en caso de que el ancla tenga que ser soltado en una emergencia.

El uso de guantes en las operaciones de amarre es con frecuencia un tópico debatido, y el mejor consejo es idealmente no llevarlos demasiado sueltos para que no queden atrapados en los cables por los extremos de los tambores. Siempre se deben usar guantes cuando se manipulan cables de acero debido a la posibilidad de lesiones a las manos por alambres rotos.

Operaciones con remolcador

El personal situado listo en proa y popa será avisado por el puente cuando tienen que ser utilizados los remolcadores, serán informados cuándo y dónde los remolcadores tienen que hacerse firmes y si se usará el cabo de un remolcador o el del buque. En la mayoría de los casos se usará el cabo del remolcador, pero si un cabo del buque va a ser usado tiene ser confirmado que tiene una carga mínima de rotura (MBL) por lo menos el doble del esfuerzo de tracción del remolcador en el noray, con objeto de aguantar todo tiro posible de carga dinámica que pueda ocurrir durante la operación de remolque.  Los cables del buque usados para remolcar tienen que estar en buen estado con empalmes sólidos y sin empalmes cortos en su longitud.

Cuando las guías son empleadas para enganchar el cabo mensajero del remolcador o para alargar guías al atracadero, éstas deben estar compuestas con un nudo de boza que no contiene ningún material o peso adicionales. Esto es para reducir el riesgo de lesiones por latigazos al personal en el remolcador o en tierra. El personal del remolcador tiene que ser ordenado a permanecer fuera del alcance mientras que la guía está siendo largada a la cubierta del remolcador. Una vez amarrada la estacha de remolque, el remolcador tiene que ser avisado que la estacha está amarrada y que se puede aplicar tensión. Toda la tripulación tiene que situarse fuera del alcance en una posición de seguridad porque puede ocurrir tensión repentina en la estacha de remolque con escaso preaviso.

Las estachas del remolcador usadas para remolcar al buque tienen que ser colocadas con el ojo sobre el poste de una bita de atraque, y las estachas del buque usadas para remolcar deben ser colocadas sobre bitas. Las bitas usadas deben tener una carga de seguridad de trabajo que supera las cargas dinámicas esperadas en la estacha de remolque. La carga de seguridad de trabajo en las bitas tiene que estar marcada con mucha visibilidad.

Durante las operaciones de remolque, la tripulación debe mantenerse fuera del alcance de la estacha de remolque ya que puede tensarse repentinamente y los miembros de la tripulación tiene que asegurarse que permanecen en un lugar de seguridad fuera del alcance de la zona donde la estacha podría romperse bajo tensión con un latigazo de retroceso. Los cabos generalmente se romperían retrocediendo a una zona a lo largo de la línea donde apuntaban. Si se coloca alrededor de un noray o pedestal el cabo puede romperse retrocediendo con un latigazo alrededor del noray o guía en un arco mucho más amplio.

Las estachas del remolcador deben ser soltadas solo cuando la orden de hacerlo es recibida del puente. Una vez que el ojo de la estacha de remolque ha sido retirado de las bitas se avisará al remolcador que puede comenzar a recuperar el cabo. El cabo del remolcador debe ser bajado bajo control con el cabo mensajero tendido cuidadosamente mientras que el remolcador aplica tensión en su cabo. La persona que tiende el mensajero tiene que asegurarse de permanecer fuera del alcance del cabo mensajero suelto en la cubierta. Una vez que el remolcador ha recuperado su estacha de remolque en la cubierta, el mensajero debe ser tendido lo más lejos posible mientras la tripulación del remolcador lo están recuperando en cubierta. Las estachas de remolque y los cabos mensajeros no deben ser dejados caer al agua ya que pueden ocurrir problemas.

Operaciones de amarre información general

Los puestos de amarre deben ser mantenidos libres de suciedades, desechos y despojos, todas las fugas de aceite hidráulico tienen que ser rectificadas y limpiadas, y en la mayor medida posible las cubiertas pintadas con un tratamiento antideslizante. Por la noche, los puestos de amarre deben estar adecuadamente iluminados para permitir las operaciones con seguridad. Se debe asegurar que hay suficiente personal listo para asistir en las operaciones de amarre tanto en proa como en popa, con un oficial presente.

Las comunicaciones por radio deben ser comprobadas con el puente antes de comenzar las operaciones y todas las comunicaciones tienen que identificar al buque para garantizar que no existe confusión con otros buques que operan con el mismo canal de radiofrecuencia. Uno de los principales peligros en las operaciones de amarre es que los cabos pueden romperse y en la práctica se rompen, y en los cabos de fibra sintética puede observarse muy poca o ninguna indicación sonora antes de ocurrir la rotura. Debido a la elasticidad inherente en los cabos sintéticos cuando se rompen pueden desplazarse una distancia considerable al retroceder con el latigazo de tensión.

Los cabos de acero pueden dar algún aviso sonoro de que están rompiéndose porque los cables y hebras se rompen individualmente y se separan, pero debido a la falta de elasticidad no se desplazan tanto como un cabo sintético una vez separados. De todos modos, los cabos de acero pueden todavía causar lesiones graves o fatales. Por tanto, el personal tiene siempre que asegurarse que están colocados en un lugar de seguridad fuera de la trayectoria por donde un cabo pudiera retroceder al romperse y retroceder bajo tensión. Cuando se observe que un cabo tiene tensión excesiva, en la mayor medida posible se deben tomar medidas apropiadas para reducir la tensión.

El personal nunca debe colocarse de pie dentro del seno de un cabo en ningún momento, y toda la tripulación en ese servicio debe estar pendiente el uno del otro alertando a sus colegas si ven que pueden encontrarse en una posición peligrosa. Los tambores de las maquinillas o los extremos de los tambores no deben nunca ser dejados en marcha y girando con la palanca de control no atendida.

Una persona con experiencia debe estar siempre lista en los controles para manipular la maquinilla; la palanca de control no debe nunca ser atada y abandonada. Es necesario asegurarse que la tensión de afloje y giro lento de una maquinilla o su freno está por debajo de la carga mínima de rotura (MBL) del cabo en el tambor. Típicamente el freno debe aflojarse a 60% de la MBL del cabo en el tambor. Se tiene que asegurar que los cabos son bobinados en los tambores de tal manera que el cabo está ejerciendo un tiro contra el extremo fijo del conjunto de banda del freno.

En los tambores dotados de frenos de disco, el cabo puede ser bobinado en el tambor en cualquiera de las dos direcciones. Los cabos deben ser dirigidos, en la mayor medida posible, sin cambios bruscos de dirección. Los cabos de acero y fibra sintética necesitan ser mantenidos separados y no se debe permitir su cruce o ser dirigidos a través de la misma sondaleza. Todos los cabos, en la mayor medida posible, deben ser dirigidos al noray en tierra de tal manera que se mantenga un ángulo mínimo entre el cabo y el plano horizontal.

En la medida práctica posible, los amarres de costado tienen que ser pasadas desde lo más lejos posible en proa y popa y a ángulos rectos de la línea de proa y popa del buque. En la medida práctica posible, los esprines tienen que ser pasados en paralelo con la línea de proa y popa del buque. Cuando hay disponibles cabos de fibra sintética y de acero, el mismo tipo y tamaño de cabos tienen que ser usados para el mismo servicio. Por ejemplo, todos los esprines pueden ser de acero y todos los cabos de proa de fibra sintética. La mezcla de cabos sintéticos y de acero no es recomendado para el mismo servicio.

Muchos buques usan ambos tipos de cabos de acero y sintéticos para amarrarse al muelle, y muchos cabos de acero tienen colas de cuerda para darle al cabo de amarre algo de elasticidad. Sin embargo, debido a la elasticidad limitada en un cabo de amarre de acero o de acero con cola de cuerda, comparada con la elasticidad de un cabo sintético, se recomienda no pasar los cabos de acero como primeros cabos cuando se acerca al muelle para arriar al buque a su posición

Amarre

El puente avisará el costado que usará el buque en el atracadero, el número de cabos de proa y de popa, amarras de costado y esprines que van a ser puestos en servicio, y el cabo que será el primero enviado a tierra, ambos a proa y popa, y cómo va a ser enviado a tierra, ya bien por bote auxiliar o por una guía. Las trincas del ancla necesitan ser despejadas junto con el escobén y las tapas del tubo de la gatera, y las anclas puestas listas para soltarlas.

Cuando no fuera posible soltar el ancla ‘desde el tubo de la gatera’ el ancla tiene que ser retraído lentamente fuera del alcance de la bocina del escobén y puesta en freno, y el molinete sacado de engranaje de modo que esté listo para su empleo en una emergencia. Para la operación proyectada se deben tomar suficientes tramos de cabos de amarre de los tambores de las maquinillas o cabos enrollados y dejados en cubierta antes de llegar, listos para enviarlos al atracadero.

Cuando los cabos están siendo alargados es mala práctica intentar pisarlos con el peso corporal para detener su marcha. Cuando se van a lanzar guías al atracadero el amarrador en tierra tiene que ser alertado de este hecho. Cuando las guías están siendo devueltas, el personal en cubierta tiene que ser alertado de que una guía está siendo devuelta y lanzada a la cubierta. Cuando se usan botes auxiliares para pasar cabos, se debe tener cuidado de bajar los cabos bajo control en todo momento y que no se dejan caer sin control al bote auxiliar.

Cuando los extremos de tambores son usados para tensionar cabos, dos personas tienen que participar en la operación, una tendiendo el cabo en el extremo del tambor y una enrollando el cabo en la cubierta al tiempo que está siendo tesado. Tres revoluciones alrededor del tambor tienen que ser suficiente para poner tirante el cabo; de todos modos, en tambores con nervio pueden ser necesarias más revoluciones.

El cabo no debe ser mantenido firme sobre el extremo del tambor para prevenir que el cabo se derrita y funda en el extremo del tambor. Una vez conseguida la tensión adecuada, el cabo tiene que ser abozado y depositado en las bitas de amarre. Con cabos de fibra, la boza usada debe ser idealmente del mismo material que el cabo que está siendo abozado, es decir bozas sintéticas para cabos sintéticos y bozas de fibra natural para cabos de fibra natural. La MBL de la boza debe ser alrededor del 50% de la MBL del cabo que está siendo abozado. Sin embargo, las bozas de poliamida (nilón) no deben ser usadas en cabos de poliamida debido al bajo coeficiente de fricción del material. Los cabos de acero deben ser abozados con una boza de cadenas con un nudo de cabeza de alondra ampliamente espaciado y la cola de la cadena envuelta alrededor del cabo contra el tendido. Un nudo de ballestrinque no puede ser empleado ya que puede dañar el cabo.

Cuando se dispone el cabo sobre las bitas de amarre, las primeras una o dos vueltas tienen que ser tomadas directamente alrededor del primer poste de las bitas o alrededor del exterior de ambos postes antes de depositar el cabo en figuras de ocho alrededores de las bitas. Una vez que el cabo ha sido depositado en las bitas la boza debe ser soltada del cabo. Los cabos no deben nunca ser dejados en los extremos del tambor cuando no están siendo tensados; tienen que ser siempre depositados en las bitas.

Las maquinillas de tambor dividido están diseñadas de modo que el cabo bajo tensión está en la primera bobina del tambor que proporciona una fuerza máxima de tiro. Cuando se traslada el cabo de amarre desde el lado de almacenaje del tambor al lado de tensado, hay que tener cuidado cuando se maniobra el cabo por el hueco en el divisor del tambor. El personal debe estar posicionado de manera que tiren del cabo desde el lado de almacenaje hacia el lado de tensión en lugar de empujar, porque esto implica el riesgo de que el cabo retroceda hacia el tripulante que empuja y posiblemente causar lesiones.

Una vez que el buque está amarrado firme, las anclas necesitan ser sujetadas colocando las barras de guillotina en su lugar por los cables del ancla. Algunos buques tienen montadas maquinillas dotadas de una modalidad de auto tensión o automática. Se recomienda no usar estas en la modalidad de auto tensión cuando están conectadas a un distribuidor en tierra o cuando el espacio delante de la proa y detrás de la popa aparece limitado, ya que han ocurrido casos de buques moviéndose lenta y sigilosamente a lo largo del atracadero debido a las condiciones medioambientales predominantes.

Desatraque/Desamarre

En las faenas de desatraque/desamarre los cabos tienen que ser soltados y arriados a bordo conforme con las instrucciones recibidas del puente. Una vez dada la orden de soltar los cabos restantes, los mismos tienen que ser aflojados pronto y entonces arriados a bordo una vez que los amarradores los hayan soltado. Una vez soltados desde los norays en tierra, el puente tiene que ser avisado este hecho. El puente tiene también que ser avisado cuando los cabos ya han salido del agua y se puede usar la maquinaria de propulsión y las hélices. Las anclas tienen que estar sujetadas cuando el puente da la orden de hacerlo, y el puente tiene que ser informado cuando las anclas ya han sido sujetadas con todas las trincas para el viaje accionadas y la bocina del escobén y las tapas de la gatera cubiertas.

Referencias

  • RA08 – Diciembre 2009 – Uno de una serie de boletines de Prevención de Siniestros de Steamship Mutual producidos por la Ship Safety Trust

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Análisis integral de la gestión de riesgos industriales: una agenda académica de alto impacto

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Colombia acoge la Décima Conferencia Latinoamericana de Seguridad de Procesos con más de 700 participantes y delegaciones de 15 países

El evento se desarrolla del 18 al 20 de septiembre en Barranquilla con la presencia de expertos técnicos nacionales e internacionales, líderes prevencionistas,  profesionales y estudiantes interesados en intercambiar experiencias y conocimientos acerca de las últimas tendencias y avances en seguridad de procesos y prevención de accidentes mayores. En un esfuerzo global por prevenir accidentes graves mediante la promoción del aprendizaje permanente y la mejora continua en la seguridad de procesos, el Centro de Seguridad de Procesos (CCPS) del Instituto Americano de Ingenieros Químicos (AIChE) y el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) dieron apertura oficial a la Décima Conferencia Latinoamericana de Seguridad de Procesos que, por primera vez, se desarrolla en Colombia. 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Camargo, por su parte, indicó que el desarrollo de eventos de esta índole constituye  una oportunidad para que los ejecutivos, líderes, profesionales y estudiantes del continente, tengan la posibilidad de acceder a un contenido con el mayor rigor técnico y de actualidad en lo que respecta a la seguridad de procesos en las pequeñas, medianas y grandes industrias de la región.  Por su parte, la presidenta del CCS, enfatizó en la necesidad de concientizar a las organizaciones y empresas en la importancia de desarrollar controles exhaustivos en aquellas operaciones que tienen un alto potencial de liberar sustancias que pudieran poner en peligro no solo a la infraestructura misma, sino a los trabajadores, las comunidades vecinas personas y el medio ambiente. «Esperamos que la seguridad de procesos ocupe un lugar preponderante y logre posicionarse al mismo nivel que lo ha logrado la Seguridad y Salud en el Trabajo en la mente de todas las personas que, desde los entornos laborales, tenemos el propósito de salvaguardar la vida», señaló Solano Luque. El evento arrancó con una masiva afluencia de público: más de 700 personas, entre ellas, expertos técnicos, ejecutivos de alto nivel, líderes prevencionistas, profesionales y estudiantes del continente se dieron cita alrededor de la gestión de estos riesgos en el Centro de Convenciones Hilton Garden Inn de Barranquilla, escenario de este encuentro. La apertura a la jornada académica de este primer día estuvo a cargo de David Riaño, vicepresidente ejecutivo de Energías para la Transición de Ecopetrol a través de la conferencia ‘Transición energética justa y segura’ en la que expuso los desafíos y oportunidades que enfrenta la industria energética en la región, especialmente en el contexto de la transición hacia fuentes más sostenibles. Riaño subrayó la importancia de garantizar que este cambio hacia energías limpias se realice de manera segura, preservando tanto la integridad de los procesos como el bienestar de las personas y el medio ambiente. La presencia de Ecopetrol en este escenario no es gratuita. Responde a una muestra de cómo el sector de hidrocarburos viene abanderando procesos de innovación, tecnología, seguridad y cuidado de sus operaciones, que suman de manera destacable al intercambio de conocimiento en gestión de riesgos. A continuación, Ítalo Cardona, director de la Oficina de la OIT para los Países Andinos lideró la conferencia ‘Construyendo una cultura colectiva para la prevención de riesgos’. Durante su presentación, en la que destacó que la gestión de riesgos debe ser una acción colaborativa, coordinada en las organizaciones y habló de la necesidad de poner a las personas en el centro de las estrategias corporativas Por su parte, Jorge Trujillo, vicepresidente de Operaciones del Magdalena Medio de SierraCol Energy ofreció una ponencia acerca de la selección e implementación de indicadores de desempeño en seguridad de procesos para generar cultura. En su intervención, Trujillo compartió con los asistentes cómo esta compañía está implementando KPI de seguridad de procesos basados en el estándar API RP 754, una herramienta que permite monitorear el desempeño de la seguridad y mejorar continuamente sus operaciones. Acto seguido, Miguel Navarro, director de desarrollo de negocio de Gexcon, la compañía noruega líder en en seguridad contra incendios y explosiones, realizó una intervención en la que destacó el rol y la importancia de los profesionales de gestión de la seguridad de procesos. Finalmente, los asistentes se llevaron poderosas claves para impulsar la sostenibilidad en sus organizaciones de la mano de Martín Fernández, presidente de Whycomm, consultora especializada en alineamiento organizacional. Fernández instó al público a  abordar la sostenibilidad a partir de dos factores esenciales del liderazgo: la guía y visión. “Suenan parecido, pero impulsan aspectos opuestos. Se trata de gestionar el corto plazo, aunque sin perder la noción de futuro. (…). Liderar la sostenibilidad es la habilidad de conectar en forma proactiva el presente con el futuro”, señaló. De esta forma, se dio inicio a una jornada académica que promete ser un espacio clave para el fortalecimiento de la seguridad de procesos en un escenario técnico que reúne a delegaciones provenientes de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, India, México, Nicaragua, Noruega, Perú, Portugal, Trinidad y Tobago, Estados Unidos, Uruguay y Venezuela con un mismo propósito común: preservar la vida mediante la gestión oportuna y eficiente de los riesgos.

Preauditorías RUC®

Como respuesta a la necesidad de estructurar un sistema que permita armonizar los requisitos legales en Seguridad, Salud y Ambiente y los exigidos por las compañías contratantes de hidrocarburos y otros sectores, en el año 1998 se creó el Registro Uniforme de Evaluación de Contratistas en Seguridad, Salud y Ambiente RUC®. El RUC® se compone de estrategias adaptadas a las necesidades reales de la industria y apoya los procesos de administración de Contratistas, entendiendo la dinámica de sus operaciones y los retos de sostenibilidad del negocio. Las empresas contratantes reconocen la importancia de estos aspectos, como la transparencia y la responsabilidad social corporativa. Por esta razón, buscamos la mejora continua a través de la excelencia en los procesos, donde la participación activa de las empresas contratistas y proveedoras es esencial. Antes de calificarse con el RUC® usted tiene la oportunidad de obtener un diagnóstico preliminar mediante el producto de PREAUDITORIA DEL RUC®, realizado por el Consejo Colombiano de Seguridad. Este proceso busca brindar a la organización una idea general de cómo está preparado su sistema de gestión y prepararse para obtener la calificación del RUC® La preauditoría RUC® es una evaluación real que no tiene validez para el registro ni está sujeta al reglamento del RUC®. NO puede ser considerada como una auditoría interna. Su resultado no afecta ni influye en las actividades del Sistema RUC®. Su propósito es evaluar los requisitos clave del sistema de gestión de Seguridad, Salud en el Trabajo y Medio Ambiente, conforme a las exigencias de la guía de contratistas del RUC®. A través del desarrollo de la PREAUDITORÍA su organización logrará determinar el cumplimiento del Sistema de Gestión de acuerdo con lo indicado en Guía del RUC®, Identificar las desviaciones evidenciadas en el proceso de evaluación de la empresa, con el fin de establecer un programa para su adecuación con base en los requisitos del RUC® y lograr un diagnóstico de estado del sistema de gestión. Para más información puede consultar nuestra línea 2886355 opción 2-2 o a través de nuestro correo servicioalcliente.ruc@ccs.org.co

Caída mortal desde la caja de un camión

Tomado de: INSST – Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo. (s.f.). Caída mortal desde la caja de un camión. https://www.insst.es/stp/binvac/caida-mortal-desde-la-caja-de-un-camion Trabajo que realizaba El trabajador de 31 años llevaba 9 días en el puesto de trabajo. Pertenecía a una microempresa dedicada al alquiler de maquinaria y se había desplazado a una ferretería donde habían adquirido unas vallas metálicas. Estando allí, junto al almacén, se ofreció a ayudar en la operación de carga de un palé con 40 vallas metálica en un camión. Cada una tenía unas dimensiones de 1,90 x 2,50 m y pesaba 20 Kg. En total eran unos 800 Kg. Originalmente el paquete contenía 70 vallas, y venía flejado y retractilado con una película transparente ajustada. A este paquete se le habían quitado 30 vallas, por lo que el envoltorio se encontraba abierto, con el plástico y los flejes rotos. La carga estaba sobre un palé de 2,52 m x 2,10 m, más grande que los utilizados por la empresa habitualmente. Para esta operación el encargado del almacén utilizaba una carretilla elevadora de tracción eléctrica. La horquilla de espesor 35 mm, anchura 80 mm, longitud 0,8 m y anchura del portahorquilla 1,04 m. El camión también era propiedad del comercio al menor de ferretería. Disponía de una caja abierta de 4 m x 2,10 m, carga máxima de 3.500 Kg y una altura de suelo a caja 0,87 m. Accidente Estando junto a la puerta trasera del almacén, el trabajador y un empleado de la ferretería se situaron en un lateral sobre la caja del camión a una altura de 85 cm con el fin de dirigir, señalizar o estabilizar la carga en caso de ser necesario. Con la carretilla elevadora manipulaban el palé para situarlo sobre el camión, por donde se había abatido un lateral. El conductor seguía también las indicaciones del encargado de la ferretería pues las dimensiones del palé le dificultaban la visibilidad. En ese momento, cuando la carga estaba levantada y a punto de ser colocada en la caja del camión, el palé se rompió y parte de la carga cayó sobre la caja del camión, produciendo un gran estruendo y desestabilizando también la caja. Los empleados, por temor a que la carga les cayera encima, saltaron por la parte derecha de la carretilla. Al chocar entre ellos cayeron al suelo. Uno de ellos se golpeó la cabeza contra el firme, y después el otro de costado le cayó encima. Las lesiones sufridas provocaron el fallecimiento de uno y contusiones en el costado izquierdo al otro. Otras circunstancias relevantes Causas Del análisis de los datos y descripciones recogidas, se deducen las siguientes causas del accidente: El origen del accidente se indica en este árbol de causas: Pudo haberse evitado Este accidente podría haberse evitado si el empresario hubiera evaluado los riesgos inherentes de su empresa y determinado las medidas necesarias de prevención para sus empleados. Si la persona que manejaba la carretilla y el auxiliar hubieran recibido una formación relacionada con los riesgos del uso de la carretilla probablemente no hubieran procedido de esa forma, sobrecargando la máquina y permitiendo que alguien se ubicara en una zona peligrosa. Los trabajadores no tenían a su disposición una máquina, o equipo adecuado para el trabajo que debían realizar. Se hubiera evitado el accidente si sólo las personas autorizadas con la formación necesaria utilizaran la carretilla. La mala sujeción de las cargas sobre las horquillas y los defectos estabilidad de la carga provocaron la rotura del palé. Para garantizar un apoyo seguro de la carga, debe tenerse en cuenta que los brazos de la horquilla estén suficientemente distantes y que abarquen la carga lo máximo posible. Las cargas se situarán siempre sobre la horquilla de forma que sea imposible su caída. Las causas del accidente fueron motivos de infracción grave según lo dispuesto en la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales y el Real Decreto 1215/1997 de seguridad y salud para la utilización por los trabajadores de los equipos de trabajo. El motivo de la sanción fue por no poner a disposición de los trabajadores equipos adecuados al trabajo que debía realizarse, ni adoptar medidas de organización para evitar la ubicación de trabajadores a pie en la zona de trabajo sin mantener espacios libres. También se consideró que la carretilla se sobrecargó y que la conducción del equipo tenía que estar reservada a trabajadores que hubieran recibido una formación específica. El espacio de lecciones aprendidas es una herramienta para evitar que se presenten accidentes. Invitamos a las empresas a enviar sus lecciones aprendidas al correo de Nidya Mariela Corzo Zambrano gerencia.auditoriaruc@ccs.org.co para que sean compartidas a través de estos boletines. 

El uso y cuidado correcto de la estiba

Tomado de: Central de Maderas G&S SAS. (2014, agosto 13). El uso y cuidado correcto de la estiba. https://www.centraldemaderas.com/el-uso-y-cuidado-correcto-de-la-estiba/ Las estibas de madera son herramientas esenciales en la cadena de suministro, utilizadas para facilitar el manejo, almacenamiento y transporte de mercancías, son las encargadas de movilizar y cuidar las mercancías a lo largo de la cadena de suministro, es claro que el cuidado de estas también genera ahorro, por lo que no solo debemos enfocar nuestra atención en la inversión de nuevas estibas, sino también en el cuidado de los productos sobre ellas, adicionalmente si las estibas son tratadas de la manera correcta tienen una vida útil de hasta 5 años minimizando altamente los costos de inversión por este tipo de productos.  Aunque son versátiles y económicas, su uso inadecuado puede resultar en daños a la carga, accidentes laborales o incluso problemas ambientales. Por restas razones, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos: Selección de estibas de madera El primer paso para un uso adecuado es la correcta selección de las estibas. Se deben considerar varios factores, como: Cargar y apilar correctamente Una vez seleccionada la estiba adecuada, es crucial seguir las mejores prácticas para cargar y apilar los productos: Manejo y almacenamiento El manejo y almacenamiento de las estibas también son aspectos clave para garantizar su uso seguro y eficiente: Reparación y mantenimiento Las estibas dañadas deben repararse inmediatamente o ser retiradas de uso. Revisar regularmente las estibas para detectar posibles daños y realizar mantenimiento preventivo es una práctica esencial. Si una estiba tiene uno o dos elementos rotos, remplazar estos elementos es muy sencillo, pero si seguimos utilizando la estiba, los demás elementos perderán estabilidad y fuerza fracturándose y dejando la estiba 100% obsoleta. Si utilizamos estibas en mal estado dentro de las operaciones se corre el riesgo de pérdidas de mercancías, y accidentes innecesarios. Cumplimiento normativo y medioambiental El uso de estibas de madera está sujeto a regulaciones ambientales y de seguridad. Es importante estar al tanto de las normativas locales e internacionales que aplican al uso y desecho de estibas: El uso adecuado de estibas de madera es fundamental para garantizar la seguridad, la eficiencia y la sostenibilidad en el manejo de cargas. Al seleccionar estibas de calidad, seguir las mejores prácticas de carga y apilamiento, y cumplir con las normativas vigentes, las empresas pueden optimizar sus operaciones logísticas y reducir riesgos. La implementación de un programa de mantenimiento y reciclaje adecuado también contribuye a prolongar la vida útil de las estibas y a proteger el medio ambiente.