Ideas para celebrar una Navidad (y un año nuevo) sostenible
Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Comunicadora social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad / Líder de comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). En diciembre, mes de reuniones familiares, novenas de aguinaldos, Navidad y fiestas de fin de año. Un mes que es sinónimo de compartir con los seres queridos y de poner en práctica la bondad y la generosidad: dar y recibir parece ser la fórmula especial de la temporada. Pero el espíritu navideño también suele tener un sabor amargo, al menos para el planeta. La época favorece un mayor consumo de bienes y servicios, las compras se disparan y con ellas nuestra huella ambiental. Para hacernos una idea del impacto que la Navidad genera sobre el medio ambiente, la ONU (2018) estima que, en algunos países, la producción de residuos plásticos aumenta entre un 25 y un 30 % durante diciembre, debido a los envoltorios de los regalos, las tarjetas, los embalajes de alimentos, l uso de vasos, platos y cubiertos desechables y los juguetes y adornos navideños que terminan en los basureros. A esto hay que sumarle las cientos de toneladas de comida que se desperdician anualmente durante estas fechas. “En algunas zonas del mundo, estas fiestas se han convertido en sinónimo de comer en exceso y, frecuentemente, en desperdicio de alimentos”, advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2020). A su vez, un estudio realizado en 2020 por la iniciativa Too Good To Go (un movimiento internacional contra el desperdicio de alimentos) en colaboración con la Fundación Ebro Foods, de España, evidenció que mantener los típicos excesos propios de las fiestas decembrinas conlleva a que un 20 % de la comida que se prepara acabe en la basura siendo la cena de Nochebuena la que más sobras genera. Ni qué decir del consumo eléctrico. Tan solo en Colombia, la firma Raddar, experta en conocimiento y análisis sobre el comportamiento del consumidor, ha desarrollado investigaciones que demuestran que en diciembre el consumo de energía en el país se incrementa hasta en un 22 % por cuenta de la iluminación navideña. La misma firma ha encontrado que los gastos de los hogares colombianos en el último mes del año registran un aumento considerable en comparación con el periodo enero-noviembre debido a la llamada “canasta de Navidad”, que incluye gastos en regalos, celebraciones, cenas, licores y turismo. En este sentido, los indicadores señalan que, en promedio, los hogares colombianos gastaron 20,8 billones de pesos para celebrar la Navidad en 2020, lo que significa un promedio de 1’356.527 pesos por hogar y cerca de 445.000 por persona. Esto, pese a la contracción económica generada por la pandemia. Más allá del impacto al bolsillo hay que analizar el efecto que estas compras navideñas generarán a corto, mediano y largo plazo: miles de prendas de vestir y accesorios, adornos, juguetes y residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) que terminarán en botaderos porque fueron reemplazados o sencillamente porque ya no son útiles o no gustan tanto como cuando fueron adquiridos. Considerando lo anterior, vale la pena apostar por una Navidad más responsable y sostenible, una celebración en la que la esencia se mantenga, pero se modifiquen algunos hábitos y costumbres que le pasan factura al planeta. Ese sería, al final, el mejor regalo que le podemos dar este año a nuestro hogar común. Decoración consciente: Reciclar está de moda y es absolutamente necesario, ¿por qué no hacerlo con la decoración navideña? No se requiere renovarla año tras año. Basta algo de creatividad para que los mismos adornos luzcan diferentes en cada ocasión. Por ejemplo, ¿sabías que los árboles de Navidad sintéticos pueden usarse hasta por 12 años? A la hora de comprar la decoración elige artículos durables que puedas reutilizar en cada Navidad. Prefiere aquellos elaborados con maderas certificadas, barro, cerámica y materiales que se puedan reciclar o biodegradar al final de su vida útil. También puedes elaborar tus propios adornos con materiales reciclables. En internet existe toda una variedad de tutoriales para crear manualidades a partir de corchos, residuos de madera, envases plásticos, frutos secos, telas, etc. En cuanto a la iluminación, lo ideal es elegir bombillas ahorradoras y versiones que incorporan paneles solares. A ello hay que sumarle un uso responsable de las mismas, como evitar dejarlas encendidas por largos periodos de tiempo o toda la noche. Así mismo, es importante no sobrecargar árboles, ventanales y fachadas ya que estos consumos desmedidos son los responsables del incremento de la huella de carbono. Si los adornos eléctricos requieren pilas para su funcionamiento, es preferible optar por aquellos cuyas baterías sean recargables y usarlos con mesura. Al momento de armar pesebres se recomienda evitar el uso de biodiversidad nativa como musgo, heno y otras plantas, cuya extracción de sus ecosistemas termina afectando el ciclo natural de los mismos. Tip extra: Planifica tus compras e intenta realizarlas con anterioridad. Algunos estudios demuestran que las compras impulsivas, de última hora, le salen caras al bolsillo y al medio ambiente. Obsequios “eco-friendly” (aplica para Navidad, reyes magos y cumpleaños) Si de detalles se trata, nada mejor que regalar una experiencia. Una caminata ecológica, un plan para descubrir una reserva natural, un paseo por una finca agroturística, un bono para sembrar un árbol, son algunas opciones que no solo pueden caerle muy bien al destinatario del regalo sino también a las comunidades locales que los ofrecen. Si el obsequio es físico, en primer lugar, piensa muy bien en la utilidad que se le dará al mismo y en los gustos del receptor. No regales por regalar porque, seguramente, terminará en la basura. Elige productos de marcas sostenibles y responsables con el medioambiente o apoya emprendedores, artesanos y comercios locales. Recuerda que las compras internacionales, que viajan miles de kilómetros para llegar a su destino, tienen una huella de carbono muchísimo más alta. Intenta que los productos no contengan elementos contaminantes o cuyo porcentaje de plástico, por ejemplo, sea mínimo. En este sentido,
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