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Precauciones 2020 de seguridad con cilindros de gas

Por Óscar Mauricio Barajas Pinzón / Ingeniero mecánico / Magíster en Automatización Industrial / Loss Prevention Department Saudi Aramco / Abqaiq Arabia Saudita / Diciembre de Precauciones 2020. Introducción Los cilindros de gas son ampliamente utilizados en el país en la industria o en medicina. Los gases más utilizados son: nitrógeno, oxígeno, argón, dióxido de carbono, helio, acetileno, propano y GLP. El hecho de tener un gas almacenado a presión en un recipiente conlleva peligros que deben conocerse, con el propósito de manejar y controlar el riesgo, y mitigar las posibles consecuencias apropiadamente. El presente artículo busca explorar las principales precauciones de seguridad en cuanto a almacenamiento, transporte y uso de cilindros presurizados. Especiales consideraciones se mencionarán para el uso de equipos de oxicorte. Referencias documentales y normativas Los siguientes documentos y referencias normativas internacionales pueden utilizarse como guía: NFPA 55 “Standard for the Storage, Use, and Handling of Compressed Gases and Cryogenic Fluids in Portable and Stationary Containers, Cylinders and Tanks”. ISO 20475: Gas Cylinders, Cylinder bundles, periodic inspection and testing. ISO 22434: Transportable cylinders, inspection and maintenance of cylinder valves. OSHS 1910-101. Compressed Gases. Consideraciones durante transporte y manipulación de cilindros Los cilindros de gas comprimido tienen una gran variedad de forma y tamaños que debe ser estudiada y conocida en detalle por los usuarios. Figura 1. Diferentes formas y tamaños de cilindros Los cilindros deben manipularse, movilizarse y transportarse con precaución: Los cilindros deben tener instaladas las tapas protectoras en su parte superior para proteger la válvula cuando no se utilizan o cuando son transportados. Los cilindros deben asegurarse en posición vertical durante su movilización. Los cilindros deben identificarse correctamente. Las válvulas en los cilindros vacíos deben estar cerradas. Se deben utilizar canastas y carretillas de seguridad cuando son transportados. No se deben utilizar eslingas, cuerdas o dispositivos electromagnéticos para movilizar cilindros. Los cilindros no deben caerse ni usarse como rodillos o soporte para otros equipos. No utilizar tapas protectoras de válvula para enganchar dispositivos para elevación o movilización de cilindros. Los cilindros deben tener las etiquetas apropiadas, de acuerdo con la naturaleza del gas almacenado. Por ejemplo, las etiquetas DOT tienen información: Nombre del producto. Número de las Naciones Unidas asignado al gas, por ejemplo, UN 1006 para el Argón y UN 1013 para el dióxido de carbono. Rombo de las Naciones Unidas para facilitar identificación de peligros. Figura 2. Etiquetas DOT para identificación de cilindros Medidas de seguridad durante el almacenamiento Las siguientes medidas de seguridad deben implementarse durante el almacenamiento de cilindros a presión: Los cilindros deben almacenarse en posición vertical y deben asegurarse. Los cilindros que contienen oxígeno deben almacenarse, al menos, a 6 metros de cilindros que almacenan otras sustancias como el acetileno o a 1,5 metros de una barrera no combustible, tal como una pared resistente al fuego. Esta pared debe tener una resistencia de 30 minutos, como mínimo. No se deben almacenar cilindros a temperaturas mayores a 52 °C. Los cilindros vacíos deben estar debidamente identificados y deben almacenarse separadamente de los cilindros llenos. Se recomienda implementar medidas para restringir el acceso de personal no autorizado a la zona de almacenamiento. Para prevenir corrosión, los cilindros deben almacenarse preferiblemente en superficies que no estén en contacto directo con el suelo. El área debe estar seca, bien ventilada y libre de la acción del polvo o la humedad. Los cilindros deben asegurarse para evitar su caída. Las tapas protectoras deben instalarse para proteger las válvulas cuando estos cilindros son transportados o almacenados. Figura 3. Distancias para separación segura entre cilindros. Fuente: NFPA 55. [3] Especialmente el acetileno posee un peligro adicional y es su alta reactividad. Bajo determinadas condiciones, inclusive en ausencia de aire u oxígeno, el acetileno se puede descomponer en sus elementos esenciales: carbono e hidrógeno. Solo el personal entrenado debe operar los equipos de oxicorte. [5], [6], [7]. Inspección antes de uso Antes de su uso, los cilindros presurizados se deben inspeccionar visualmente, con el propósito de identificar una o más de las siguientes fallas: Precauciones durante uso de cilindros Las siguientes consideraciones de seguridad deben implementarse cuando se utilizan cilindros presurizados: Inspeccione los cilindros y sus conexiones. Utilice reguladores de presión aprobados para ser conectados en las válvulas. En equipos de oxicorte, atrapa llamas deben instalarse en los reguladores de presión y en la antorcha. Inspeccione los manómetros, reguladores, válvulas, mangueras, antorcha y cilindro para identificar daños. Se debe verificar la fecha de prueba hidrostática. No utilice un martillo o una llave para abrir las válvulas del cilindro. Si las válvulas no se pueden abrir manualmente, notifíquelo al proveedor. La persona que va a operar la válvula de un cilindro presurizado debe hacerse a un lado del cilindro y no ubicarse directamente en frente de la salida de gases. Antes de intentar controlar cualquier fuga en el cuerpo del cilindro o en mangueras y dispositivos asociados, primero cierre la válvula del cilindro. No utilizar aceite o grasa como lubricante en conexiones. Las roscas y acoples deben ser los mismos de la válvula del cilindro. Los cilindros deben protegerse de la luz solar, de la acción directa de llamas y cualquier fuente de calor. Los cilindros deben estar asegurados durante su utilización. Retire los cilindros que estén fuera de uso de las áreas de trabajo calientes donde se realicen cortes o soldaduras, o utilice un escudo resistente al fuego. Cierre siempre las válvulas de los cilindros vacíos. No utilice los cilindros como rodillos. Especialmente el acetileno puede formar compuestos explosivos cuando se encuentra en contacto con algunos metales, tales como cobre o plata. Los acoples de cobre no deben utilizarse en cilindros con acetileno. Las pruebas hidrostáticas de los cilindros deben realizarse cada 5, 10 o 12 años dependiendo de la naturaleza del almacenado y el tipo de cilindro utilizado. Las siguientes recomendaciones generales de seguridad deben considerarse cuando se utilizan equipos de oxicorte [2]: Las antorchas no deben dejarse desatendidas. Acoples comprimidos deben utilizarse en las conexiones de mangueras. Todas las conexiones, mangueras, tanques, reguladores y

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Guía para la gestión del riesgo químico en lugares de trabajo Resumen Ejecutivo

Por: Diana Marcela Gil Bohórquez / Ingeniera Química / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / Máster en MBA, Dirección y Administración de Empresas / Directora de Productos y Servicios en Mejora y Soluciones. Yady Cristina González / Ingeniera química / Especialista en Epidemiología / Contratista Componente de Seguridad Química Ministerio de Salud y Protección Social. Yezid Fernando Niño Barrero / Ingeniero Ambiental y Sanitario / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / M.Sc. Salud Pública / PhD en Ingeniería (c) / Gerente Técnico del CCS. Hernán Darío Rentería / Médico cirujano / Especialista en Salud Ocupacional y en Toxicología Ocupacional / Gerente de DR HR LTDA. Introducción En el mundo se utilizan millones de sustancias químicas. En el Registro CAS (Chemical Abstract Service) se tienen identificadas más de 155 millones de sustancias desde principios de 1800. Este panorama hace necesario que la formulación de acciones preventivas para su manipulación deba ajustarse al tipo de sustancia y a las condiciones de su uso y producción. En este contexto, esta guía busca ser un instrumento utilizado en las empresas, por los responsables de seguridad y salud en el trabajo o por los académicos que quieren realizar la gestión del riesgo químico en áreas de trabajo con base en la identificación, análisis, evaluación y comunicación de peligros; permitiendo conocer elementos sobre seguridad, higiene industrial y salud laboral, entre otros aspectos. Antecedentes NormativosEl desarrollo normativo en Colombia en materia de sustancias contempla temas de prevención de Accidentes de Trabajo (AT) y Enfermedades Laborales (EL), higiene industria, seguridad industrial, prevención de accidentes mayores, emisiones contaminantes, gestión integral de residuos, pasivos ambientales, posconsumo, Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono (SAO), aire y salud, minería y salud, salud ambiental, seguridad en el uso de plaguicidas, seguridad en el uso de productos químicos en el hogar, seguridad en la producción y el uso de medicamentos, transporte de mercancías peligrosas, plaguicidas químicos de uso agrícola, fertilizantes, sustancias de control especial, entre otros. Adicionalmente, se cuenta con estándares técnicos nacionales e internacionales, tales como las Normas Técnicas Colombianas para el Transporte de Mercancías Peligrosas, las normas de la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego – NFPA y las normas de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa, entre otras (Libro Naranja, Libro Púrpura, GRE 2016). Marco conceptualIncluye las definiciones de: riesgo (según el Decreto Único Reglamentario del Sector Trabajo y según el Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos – SGA), producto químico (según el artículo 2° de la Ley 55 de 1993 y el SGA), producto químico peligroso (conforme con la aplicación de los criterios de clasificación de peligrosidad establecidos en el SGA), vías de ingreso y escenarios de exposición potencial. Identificación de peligros, evaluación y valoración del riesgo Sistemas de clasificación de peligros de las sustancias químicasSistema Globalmente ArmonizadoEl Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (SGA) es una iniciativa de las Naciones Unidas para estandarizar internacionalmente la clasificación química, el etiquetado y las Fichas de Datos de Seguridad (FDS) en el lugar de trabajo. En Colombia el SGA fue adoptado a través del Decreto 1496 de 2018. En relación con el SGA se desarrollan los siguientes aspectos Peligros de las sustancias químicas de acuerdo con el Sistema Globalmente Armonizado (SGA) Comunicación de peligros según SGA Etiquetado de las sustancias químicas Contiene información sobre los casos en los que se debe etiquetar o re etiquetar un producto, productos que no requieren etiquetado o re etiquetado que cumpla los requisitos del SGA, diseño de etiquetas, tamaño de la etiqueta, nombre de la sustancia, datos del proveedor, importador o fabricante, pictogramas, palabra de advertencia, indicación de peligro, consejos de prudencia, diseño de etiqueta según SGA, etiqueta de productos químicos trasvasados que no requieren cumplir con los requisitos del SGA, verificación del cumplimiento del etiquetado, recomendaciones para el etiquetado, mecanismos alternativos de etiquetado y etiquetado de productos de alta rotación y de envases pequeños. Fichas de Datos de Seguridad (FDS) de las sustancias químicas El proveedor de la sustancia química debe hacer entrega de la ficha de datos de seguridad de cada una de las sustancias químicas peligrosas, esta debe contar con todos los elementos definidos en el SGA y aquellos complementarios que estén definidos en la Ley 55 de 1993. La Ficha de Datos de Seguridad se compone de 16 secciones con información específica que puede clasificarse en los siguientes bloques: bloque a) Identificación de la sustancia y sus peligros. Este bloque se divide en 3 secciones: identificación del producto, identificación de peligros y composición/información sobre los componentes. Bloque b) Recomendaciones para situaciones de emergencia. Este bloque se divide en 3 secciones: primeros auxilios, medidas de lucha contra incendio y medidas que deben tomarse en caso de vertido accidental. Bloque c) Recomendaciones para el manejo de la sustancia. Este bloque se divide en 4 secciones: manipulación y almacenamiento, controles de exposición/protección personal, propiedades físicas y químicas, estabilidad y reactividad. Bloque d) Información toxicológica y eco toxicológica. Este bloque se divide en 3 secciones: información toxicológica, información eco-toxicológica, información relativa a la eliminación de los productos. Bloque e) Información complementaria. Contendrá aspectos relacionados con el transporte seguro de las sustancias químicas, la descripción de las normas reglamentarias existentes en el país que sean aplicables de manera específica a la sustancia y una sección denominada “otras informaciones”, que podrá contener las actualizaciones de la FDS, control de cambios, clasificación con otras metodologías y demás información que considere pertinente el responsable de la elaboración de la FDS. Frente a la verificación del cumplimiento de la FDS, la empresa deberá validar que contenga una mínima información y estructura que le permita evidenciar la calidad y coherencia de la información allí consignada. Existen otros aspectos que se pueden evaluar en las FDS, es el caso de la coherencia interna en aspectos como la información fisicoquímica y toxicológica con la clasificación de peligros, la definición de uso de EPP para la manipulación con mayores restricciones que para la atención de emergencias, etc. Es recomendable

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Seguridad en el uso de productos químicos de consumo

Por: Daniel Arturo Quiroga Vargas / Ingeniero Químico / Especialista en Gerencia en Salud Ocupacional / Estudiante Maestría en Salud y Seguridad en el Trabajo / Líder Técnico del CCS / Marzo 2020. Introducción Los denominados productos químicos de consumo, es decir aquellos destinados para su uso en los hogares, suelen estar implicados en incidentes relacionados con la salud. En Colombia, en el año 2018 el 11.4% de los reportes de intoxicaciones recibidos por Cisproquim® (correspondientes a 1199 de un total de 10562) involucraron productos de uso doméstico. La mayoría de los casos que se reportan con esta clase de sustancias son eventos de descuido, no intencionales, que afectan especialmente a menores de edad que encuentran este tipo de sustancias a su alcance (Consejo Colombiano de Seguridad [CCS], 2019). En los Estados Unidos, en el año 2016, se presentaron más de 2 millones de intoxicaciones con sustancias químicas tanto de forma intencional como sin intención, en las cuales los productos de consumo doméstico de limpieza y desinfección estuvieron dentro de las cinco clases de sustancias más involucradas, con un 7.2% de los casos. De acuerdo con las estadísticas, el grupo de población con mayor riesgo de intoxicación involuntaria son los niños menores de 6 años, que representaron casi la mitad de los reportes (Bearth & Siegrist, 2019). En el Reino Unido, según el U.K. National Poisons Information Service, la más importante ruta de exposición en los accidentes que involucraron productos químicos de consumo fue la ingestión involuntaria. En más de la mitad de los casos, el paciente expuesto al químico nocivo fue un menor de edad, y la mayoría de los productos involucrados consistió en detergente lavavajillas, lejía, desincrustante y limpiador multiusos (Bearth, Miesler & Siegrist, 2016). Problemática relacionada con los productos químicos de consumo Los consumidores cometen normalmente una serie de errores potencialmente peligrosos durante el ciclo de vida de estos productos, que incluye su transporte, uso, almacenamiento y eliminación. Los escenarios que implican el almacenamiento incorrecto de los productos de limpieza son realmente peligrosos; por ejemplo, transportar un producto de limpieza sellado en una bolsa con otros alimentos es un peligro para la salud (Bearth & Siegrist, 2019). La materialización de estos errores entre los consumidores se da por una serie de barreras como la falta de conciencia, ignorancia o mala interpretación de la información de seguridad que se presenta, así como aspectos conductuales o situacionales, entre los que se destacan las distracciones y la baja percepción del riesgo. Las personas pueden considerar el manejo seguro de productos químicos en el hogar como algo innecesario que consume mucho tiempo, o no sentirse personalmente responsables del uso seguro de estos productos. Investigaciones sugieren incluso que los consumidores aplican heurística simple (juicio intuitivo) para evaluar los riesgos de los productos químicos en el hogar, en lugar de basarse en información objetiva como los pictogramas o las declaraciones de peligro y seguridad (Bearth, Buchmüller, Bürgy & Siegrist, 2020). Respecto a las decisiones basadas en una heurística simple, se ha acuñado el concepto de «efecto halo», el cual denota la tendencia de las personas a considerar atributos irrelevantes al juzgar los atributos desconocidos de determinados productos. Por ejemplo, una persona que sucumbe al «efecto halo» y desestima el peligro intrínseco para la salud de un producto desincrustante (de características ácidas) por ser respetuoso con el medio ambiente, podría almacenarlo en un armario de cocina de fácil acceso y, por lo tanto, poner en riesgo a los niños que puedan llegar al armario, derramar o beber tal producto (Bearth & Siegrist, 2019). Barreras para el uso seguro de los productos químicos de consumo Los consumidores realizan frecuentemente una valoración del riesgo de los productos químicos domésticos a partir de una estrategia de decisión simple, basada en la confianza en las autoridades, en los fabricantes, o en la naturalidad percibida. Normalmente un consumidor carece de los recursos necesarios (por ejemplo, tiempo, motivación, atención, falta de educación) para aplicar una estrategia de análisis de riesgo estructurada (Bearth, Saleh & Siegrist, 2019). Las percepciones de riesgo en productos químicos de consumo son complejas y están basadas en conceptos erróneos, en lo que investigadores han denominado «toxicología intuitiva». En las personas, la percepción del riesgo se desarrolla en un doble sistema: un sistema inicial que procesa de forma automática e intuitiva las opciones a las que se enfrenta, y un segundo que procesa la información sistemáticamente. Dependiendo de la tarea en cuestión o de los recursos individuales disponibles (edad, género, ocupación, educación, formación, entre otros), uno de los dos sistemas es el dominante impulsor de elecciones y comportamiento. Un consumidor con información de ingredientes e instrucciones de seguridad tendría garantías para efectuar un manejo adecuado y seguro de un producto químico doméstico, pero el juicio de riesgo intuitivo podría interferir con el análisis sistemático, especialmente si una persona es emotiva o no cuenta con un tiempo suficiente para tomar una decisión (Bearth et al., 2016). Esta barrera para la valoración de los riesgos de los productos químicos de consumo por parte de los usuarios se evidencia en el denominado «halo verde», que es la noción de que los productos de limpieza biodegradables, naturales o que están etiquetados como ecológicos o verdes, son más seguros que aquellos regulares, subestimando su peligrosidad y potencializando su efecto con actitudes desenfadadas durante el transporte, almacenamiento, manipulación o eliminación de los mismos (Bearth et al., 2020). Algunas de estas actitudes incluyen dejarlos al alcance de los niños, trasvasarlos en recipientes de alimentos (por ejemplo, botellas de refrescos) o que imiten las formas de estos, o en lugares donde podrían confundirse con alimentos o bebidas (Bearth et al., 2016). A este respecto, la normatividad colombiana en el Decreto 1496 de 2018 del Ministerio del Trabajo, parágrafo 1 artículo 7, establece: “(…) Se prohíbe el trasvase de productos químicos en envases que cuenten con etiquetado de alimentos o formas que representan o indiquen alimentos (…)”. Otra barrera tiene que ver con que para los productos de consumo empleados con frecuencia en el hogar

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Manejo seguro de productos químicos en el hogar

Por: Yezid Fernando Niño Barrero / Ingeniero Ambiental y Sanitario / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / M.Sc. Salud Pública / PhD en Ingeniería (c) / Gerente Técnico del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). Diana Marcela Gil Bohórquez / Ingeniera química / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / Máster en MBA, Dirección y Administración de Empresas / Directora de Productos y Servicios en Mejora y Soluciones. Hernán Darío Rentería / Médico / Especialista en Salud Ocupacional y Toxicología ocupacional. Yady Cristina González Álvarez / Ingeniera química / Especialista en Epidemiología / Contratista Componente de Seguridad Química Ministerio de Saludy Protección Social. ¿Qué es un producto químico? Los productos químicos están definidos en Colombia, según el artículo 2° de la Ley 55 de 1993, como los elementos y compuestos químicos, y sus mezclas, ya sean naturales o sintéticos. Por su parte, el Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (SGA) define una sustancia química como “un elemento químico y sus compuestos en estado natural u obtenidos mediante cualquier proceso de producción, incluidos los aditivos necesarios para conservar la estabilidad del producto y las impurezas que resulten del proceso utilizado, y excluidos los disolventes que puedan separarse sin afectar a la estabilidad de la sustancia ni modificar su composición”. ¿Qué es un producto químico peligroso? Se considera un producto químico peligroso a aquel que incluye características peligrosas para la salud, el ambiente y la infraestructura, conforme con la aplicación de los criterios de clasificación de peligrosidad establecidos en el SGA. Cabe señalar que Colombia a partir de 2018 adoptó el SGA y por lo tanto, una sustancia será considerada peligrosa siempre y cuando cumpla con al menos uno de los criterios de peligrosidad de este sistema, como se sintetiza en la ilustración. ¿Cuáles son las vías de ingreso de los productos químicos? Dentro de las vías de ingreso de las sustancias químicas al organismo se encuentra la vía respiratoria, cutánea y digestiva (Bernabé, Izcapa, Rivera, Arcos, & Bravo, 2014); la sustancia química deberá atravesar las membranas celulares para acceder al órgano donde se produce el efecto. Vía respiratoria Esta vía es la más común y por lo tanto la más importante, en especial para aquellos gases, vapores o sustancias sólidas o líquidas que poseen una presión de vapor alta o tienen mayor posibilidad de pasar al aire. Hay partículas que pueden ser retenidas a nivel de las vías respiratorias superiores y otras que pueden penetrar a través del sistema respiratorio. La sustancia química puede ingresar al cuerpo cuando la respiramos a través de la nariz o la boca. Cuando se huele una sustancia química, se está respirando. Pero ciertas sustancias químicas no tienen olor o la persona se acostumbra a él y deja de notarlo. El efecto está asociado al tamaño de la partícula, su estado físico y los peligros de la sustancia. Vía cutánea La piel es el órgano de mayor tamaño en el cuerpo humano y es una de las principales capas de protección del organismo para diversos agentes físicos, químicos y biológicos, y a su vez uno de los principales órganos expuestos a los productos químicos. Las sustancias que entran al organismo por vía dérmica deben atravesar una serie de capas que forman la piel hasta llegar a los capilares sanguíneos y poder ser absorbidos. Vía digestiva No es habitual que en el hogar se presente de manera directa la exposición a sustancias químicas por esta vía, por lo que comúnmente estas exposiciones están asociadas a accidentes derivados de inadecuadas condiciones de almacenamiento, uso y manejo de los productos químicos en el hogar. El efecto por esta vía puede estar asociado a peligros de corrosión o irritación directamente sobre el tracto digestivo o por los peligros asociados al metabolismo de las sustancias químicas. ¿Qué productos químicos se utilizan en el hogar? La mayoría de los productos que se encuentran en su hogar pueden contener sustancias químicas, por lo tanto, se debe ser cuidadoso al leer las etiquetas y en especial las advertencias, de tal forma que se puedan identificar fácilmente cuáles productos contienen sustancias químicas con características de peligrosidad. Entre los productos comúnmente utilizados en el hogar y que pueden contener sustancias químicas peligrosas, se incluyen: Desinfectantes para baños y cocinas, sanitizadores, blanqueadores. Productos de limpieza o mantenimiento del hogar, tales como: jabones, ceras, betunes, velas, limpiadores de desagües, limpiavidrios, desengrasantes, desmanchadores, pinturas, pegamentos, ambientadores, desinfectantes multiusos, ácido muriático (ácido clorhídrico), creolina, naftalina, varsol. Productos para automóviles almacenados en la casa, tales como anticongelantes o líquido para lavar parabrisas. Productos de belleza o para el cuidado de la salud, tales como medicamentos, alcohol antiséptico, cosméticos para el cabello y las uñas, cremas depilatorias, aditivos de tinturas para el cabello, lacas. Aerosoles y cebos para cucarachas. Insecticidas. Venenos para ratas y otros roedores. Productos para eliminar malezas. Productos para el cuidado de sus plantas y del jardín. Champú antipulgas o garrapatas, polvos y baños desinfectantes para mascotas. Productos químicos para piscinas. Combustibles como gasolina, ACPM. Juegos pirotécnicos y pólvora. ¿Cómo reconocer si las sustancias químicas utilizadas en el hogar son peligrosas? Una sustancia es clasificada como peligrosa si cumple alguno de los siguientes criterios: peligros físicos, refiriéndose a características de las sustancias que pueden generar daños sobre la infraestructura y los materiales; peligros a la salud, que se asocian a los efectos agudos o crónicos sobre la salud de las personas; y los peligros para el medio ambiente, que pueden afectar algún componente del medio natural, específicamente en el medio acuático o la capa de ozono. Revisa la etiqueta. Los productos químicos con características de peligrosidad deben tener los elementos de comunicación de peligros en la etiqueta.Uno de los elementos fundamentales para informar a los usuarios de sustancias químicas sobre los peligros de estas y las recomendaciones para su uso y manejo, son las etiquetas, que incluyen información para tomar medidas de precaución que eviten efectos indeseados sobre la salud y el ambiente, así como información de las medidas de actuación en caso de

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Ergonomía cognitiva con enfoque incluyente

Por: Andrea Catalina Beltrán Franco / Psicóloga / Especialista en Psicología Organizacional / Especialista en Salud y Seguridad en el Trabajo / Estudiante de maestría en Salud y Seguridad en el Trabajo. En la actualidad, hablar de ergonomía desde una mirada simplista y reductiva, centrada únicamente por aspectos físicos, es poco aceptada por la comunidad científica, debido a que con el paso del tiempo este concepto también ha evolucionado, haciéndose complejo y abarcando diferentes áreas del conocimiento; por lo cual, ha requerido un abordaje más amplio como el propuesto por la teoría de los sistemas, que reconoce la importancia de la interrelación entre las diferentes partes de los sistemas con su entorno, del cual se retroalimentan constantemente. Desde este enfoque, y como aporte a las nuevas estrategias que sugieren en el estudio desarrollado por Dul, et.al. (2012) para fortalecer el abordaje y la aplicación de una ergonomía de alta calidad centrada, entre otras cosas, en una visión integradora del conocimiento, así como, en el rendimiento y el bienestar. Es relevante, que al estar en un momento del tiempo en el que prima lo tecnológico y, nuevamente, como ha sucedido en otros momentos de la historia, en el que podrían seguir reemplazándose trabajos que hasta ahora son desarrollados por personas, para ser asumidos por inteligencia artificial; surge la necesidad de fortalecer la educación a la población en estrategias de aprendizaje digital con ayuda de la ergonomía, y en especial, de la ergonomía cognitiva desde la cual se trabaje, a partir de una orientación incluyente, que facilite la adaptación de las personas a dichos cambios del entorno, reconociendo sus diferencias y/o características individuales, no solo a nivel físico sino también cognitivo. Como lo expresan en el libro de Cañas y Waerns (2001) “gran parte del trabajo en ergonomía cognitiva ha sido desarrollado en el nivel perceptual de la cognición” (p.20) así pues, los nuevos retos, propios de nuestra era de comunicación y tecnología conllevan a ocuparnos desde la psicología y la ergonomía cognitiva en estudios tales como: los procesos mentales implicados de acuerdo a edad, género, orientación, raza y demás variables sociodemográficas que inciden en la adaptación físico-mental de las prótesis en biomedicina, la educación a distancia, realidades virtuales, elementos de protección personal adaptados según el género, orientación y cultura, entre otros temas de interés; facilitando la interacción entre los seres humanos y los sistemas de su entorno. La ergonomía con enfoque incluyente se ha trabajado principalmente en el área física, con el diseño de espacios, herramientas y objetos para mujeres trabajadoras y población con necesidades especiales. Sin embargo, a nivel cognitivo no se evidencian muchos aportes en la investigación actual. A pesar de encontrarnos en el siglo XXI, sabemos que muchas personas en el lugar de trabajo son discriminadas por su identidad, sexo y orientación sexual, etc.; facilitando el acoso laboral y generando mayores exigencias mentales y físicas a partir de una organización heteronormativa de las labores. De esta manera, nos encontramos con personas que deben asumir funciones en su trabajo solo porque convencionalmente han sido asignadas según sexo, sin considerar las percepciones y expectativas que surgen a raíz de sus propios procesos identitarios y experiencia. Personas que a pesar de los avances en ergonomía física, usar elementos de protección que no se ajustan a sus características morfofísicas, y personas con constantes o producto de las características socioculturales que determinan otros roles en sus condiciones laborales, extralaborales e individuales. Es así como surge la propuesta de una nueva línea de estudio en ergonomía cognitiva, desde la cual se estudien a profundidad aspectos cognitivos con un enfoque incluyente y que, a futuro, también superen las estructuras socioculturales y laborales tradicionales. Desde esta perspectiva, analizar la ergonomía cognitiva aportaría a otros estudios de la ciencia de la salud que reconocen la importancia de investigar sobre la incidencia de variables como el género sobre diferentes fenómenos del contexto. Por ejemplo, en el trabajo realizado por Makarek y Persinger (1995) citados por Torres, et al. (2006) se afirma que: “las diferencias de género en el rendimiento cognitivo se han demostrado ya desde la infancia…” (p.409) estos autores también comentan que las investigaciones han demostrado que esto estaría relacionado con el impacto que tienen algunas hormonas como los estrógenos en el sistema nervioso central, específicamente en algunas estructuras involucradas en el proceso de memoria; por tanto, la forma como nos acercamos y comprendemos el mundo es diferente desde que comenzamos a interactuar con él. Por esto, no es difícil comprender que en diferentes áreas del conocimiento exista el interés sobre dichas diferencias, estudios centrados en la variable sexo, como el desarrollado por Torres, et al. (2006) en el que se concluye que: “Las mujeres superan a los hombres en tareas verbales, de velocidad perceptiva…tareas de memoria y aprendizaje verbal. Los hombres superan a las mujeres en tareas visoespaciales y resolución de problemas matemáticos” (p.413) Esto permitiría avanzar en la ergonomía cognitiva, debatiendo y profundizando en la comprensión sobre las formas en las que se relaciona hombre y mujer con los objetos y espacios de acuerdo con su contexto sociocultural y habilidades mentales. Cabe resaltar, que en la Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo (s.f) de la OIT se enuncia que: “no se puede establecer ninguna diferencia en el desarrollo de la capacidad cognitiva entre dos sexos sin tener en cuenta este contexto social en el que se desarrolla el trabajo” (p. 29.93) De esta manera, se reconoce la importancia de entender al ser humano como un sujeto social que durante su desarrollo también se ve influenciado por el contexto socio cultural en el que haya crecido. Así mismo, investigaciones en ergonomía se han interesado en realizar aportes al enfoque incluyente, como la realizada por Guastello et al., (2014) en la que se aclara que a pesar que la variable sexo no fue objeto central de su investigación es importante estudiarla, debido a que notaron diferencias en cuanto a su objeto de estudio; y aunque las autoras, solo se limitan a dicha variable, estudiando

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Química sostenible: la vía para lograr el cumplimiento de los ODS

Por Daniel Arturo Quiroga Vargas / Ingeniero Químico / Especialista en Gerencia en Salud Ocupacional / Estudiante Maestría en Salud y Seguridad en el Trabajo/ Líder Técnico del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) / Enero 2020. Introducción En el año 1987, la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, creada en 1983 por la Organización de las Naciones Unidas, presentó ante la Asamblea General de dicha entidad el informe denominado «Nuestro Futuro Común», que también es conocido como «Informe Brundtland»,debido a que la política y ex primera ministra noruega, Gro Harlem Brundtland, presidió tal Comisión (Bermejo, 2014). El informe conceptualizó que: “está en manos de la humanidad hacer que el desarrollo sea sostenible, duradero, o sea, asegurar que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias” (Organización de las Naciones Unidas [ONU], 1987, p.23). El desarrollo duradero o sostenible, como se visualizó en el Informe Brundtland: «No es un estado de armonía fijo, sino un proceso de cambio por el que la explotación de los recursos, la dirección de las inversiones, la orientación de los progresos tecnológicos y la modificación de las institucionesse vuelven acordes con las necesidades presentes tan bien como con las futuras. No pretendemos afirmar que este proceso sea fácil o sencillo (ONU, 1987, p.24).» En los años 80, cuando el medio ambiente empezaba a captar la atención mundial, la pobreza era catalogada como la causa y efecto de los problemas ambientales (degradación ambiental, extinción de especies de fauna y flora). En las dos primeras décadas del Siglo XXI, además de la pobreza hay otras problemáticas globales de inequidad que enfrenta la humanidad, relacionadas con los derechos humanos, la migración y los refugiados y la igualdad de género (Gunawan, Permatasari & Tilt, 2019). Es por esto que, el día 25 de septiembre de 2015, en el marco de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, los líderes mundiales adoptaron un conjunto de 17 «Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODS», con 169 metas asociadas, a alcanzar durante un periodo de 15 años, entre el 2016 y el 2030; para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda global (ONU, 2015). La agenda es ambiciosa, lo cual se patentiza en las necesidades globales de inversión para el cumplimiento de los ODS, que de acuerdo con estimaciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo UNCTAD, están por el orden de USD $ 5-7 billones anuales(aproximadamente 7-9% del PIB Mundial) hasta el año 2030. Este paradigma de cumplimiento de los ODS, asegurar el futuro de la humanidad y potenciar la satisfacción presente de las necesidades y deseos humanos esenciales dentro de los límites ecológicos y de recursos del planeta, es muy relevante para la industria química global (Blum et al., 2017), un negocio de USD $ 4 billones que se extiende a todos los sectores de la economía y emplea directamente a más de siete millones de personas e, indirectamente a más de 20 millones (International Council of Chemical Associations [ICCA], 2017). Dado que la química se halla en el nivel molecular, es necesariamente relevante en una amplia gama de temáticas, que incluyen la salud, el bienestar, el agua limpia, la producción de alimentos, y la preservación de ecosistemas, entre otros (Anastas & Zimmerman, 2018). En concordancia con lo anterior, Anastas (2003) plantea que la sostenibilidad de la humanidad puede alcanzarse si la química fundamental, como base energética de nuestra sociedad y de nuestra economía, sufre transformaciones que le permitan proveer soluciones saludables en lugar de productos tóxicos, partiendo de materias primas renovables y no de fuentes agotables, y restaurando el ambiente antes que coadyuvando a su degradación. La química verde El primer enfoque sistemático de química alineada con la sostenibilidad fue introducido en el año 1991 por Anastas y Warner y se denominó «química verde». La definición acuñada por estos investigadores es la siguiente: “la química verde es el diseño de productos químicos y procesos que reduzcan o eliminen el uso y la generación de sustancias peligrosas” (Anastas & Warner, 1998). Los principios de la química verde constituyen un marco de lo que haría que un producto o proceso químico sea más ecológico (American Chemical Society [ACS], 2020), y son presentados a continuación de acuerdo con el trabajo publicado por Anastas y Warner (1998): Prevención: Es mejor prevenir el residuo que tratar o limpiar el residuo después de que se haya creado. Economía del átomo: Los métodos sintéticos deben diseñarse para maximizar la incorporación en el producto final de todos los materiales utilizados en el proceso. Síntesis de productos químicos menos peligrosos: Siempre que sea posible, los métodos sintéticos deben diseñarse para usar y generar sustancias que posean poca o ninguna toxicidad para la salud humana y el medio ambiente. Diseño de productos químicos más seguros: Los productos químicos deben diseñarse para preservar la eficacia de su función, mientras se reduce su toxicidad. Solventes y auxiliares más seguros: El uso de sustancias auxiliares (solventes, agentes de separación, etc.) debe evitarse siempre que sea posible, y sus efectos deben ser inocuos cuando se usan. Diseño con eficiencia energética: Los requisitos de energía deben ser reconocidos de acuerdo con sus impactos ambientales y económicos y deben minimizarse. Los métodos sintéticos deben desarrollarse a temperatura y presión ambiente. Uso de materias primas renovables: Una materia prima debe ser renovable en lugar de tratarse de una fuente agotable, siempre que sea técnica y económicamente posible. Reducción de derivados: La derivación innecesaria (uso de grupos de bloqueo, protección / desprotección, modificación temporal de procesos físicos / químicos) debe minimizarse o evitarse si es posible, porque tales pasos requieren reactivos adicionales y pueden generar residuos. Catálisis: Los reactivos catalíticos (tan selectivos como sea posible) son superiores a los reactivos estequiométricos. Diseño para la degradación: Los productos químicos deben diseñarse de modo que al final de su función se descompongan en productos de degradación inocuos que no persistan

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Neuroseguridad laboral: neurociencias aplicadas en prevención de accidentes de trabajo y enfermedades laborales

Por: Efraín Butrón P. / Médico especialista en medicina del trabajo / Director general de Neuroseguridad Laboral y Neurocinco Lab Institute / Medellín – Colombia / 2019 La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que el costo total de los accidentes de trabajo (AT) a nivel mundial y las alteraciones de la salud equivalen aproximadamente al 4% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, una suma 20 veces superior a la de ayuda oficial para el desarrollo. A nivel mundial con datos suministrados en el año 2018 por las OIT en la problemática de accidentalidad laboral tenemos (Organización Internacional del Trabajo, OIIT, 2017): Cada 15 segundos un trabajador muere y 153 trabajadores tienen un accidente de trabajo, se presentan 2.300.000 muertes al año por accidentes de trabajo y 317.000.000 de accidentes laborales anuales. Desde mi experiencia, me preguntaba insistentemente ¿por qué un trabajador que hace una actividad laboral para mejorar las condiciones básicas de él y su familia, su desarrollo personal, no percibe el peligro, se accidenta y hasta pierde la vida, impactando a su familia y su entorno? Como no encontraba las respuestas me dedique a investigar las causas que intervenían en este proceso llegando hasta las neurocompetencias y otros temas cuyas conclusiones ustedes leerán aquí. Así mismo empezamos a indagar sobre la forma como el cerebro influye en el individuo a la hora de tomar decisiones y acciones laborales. La idea es identificar por qué la accidentalidad laboral no disminuye a pesar de todas las medidas técnicas y financieras que se han venido aplicando, aplicando,viéndolo desde ese punto, habría una crisis, hay una crisis en el viejo paradigma de la ingeniería de seguridad y salud en el trabajo. La crisis entre el factor humano y el cumplimiento de las normas y estándares de seguridad se da por la falta de resultados contundentes para lograr disminuir los accidentes graves o mortales. A pesar de los esfuerzos, la accidentalidad no disminuía en la proporción esperada; poco a poco fueintroduciéndose el concepto de que, aunque los ambientes y protocolos de seguridad contemplaban los peligros y riesgos inherentes a la labor, el trabajador al interactuar en ese ambiente laboral con sus actos inseguros o errores hacían una grieta en la seguridad, constituyéndose estos factoreshumanos como una causa básica de los accidentes graves o mortales. Los seres humanos independientemente a su roll siempre tendrán en acción sus funciones ejecutivas superiores que determinan con protagonismo su seguridad no solo en el trabajo sino en todos los momentos de su vida. Después de investigar casos de accidentes graves y mortales en trabajadores accidentados en miles de empresas durante los últimos 20 años podemos mostrar alternativas efectivas para prevenir los accidentes y salvar vidas, ya que no basta la norma y los ambientes laborales seguros; existe un componente cerebral específico que predetermina la seguridad del trabajador. Según mis estudios, en el antiguo Instituto Seguro Social de Colombia durante 50 años implementaron control de condiciones ambientales peligrosas, sin bajar tasas de accidentalidad, esto mismo se observa en las tasas de accidentalidad del Sistema de Riesgo Laboral, por esto es necesario avanzar en el control de factores humanos con enfoque hacia neuroseguridad laboral inteligente mediante neurociencias aplicadas al comportamiento. Aproximadamente el 90% de las causas inmediatas de los accidentes investigados ocurrieron por errores humanos por lo tanto si fortalecemos las neurocompetencias y la percepción de riesgos entre otras, estaremos construyendo prevención real en las organizaciones y esto se logra evaluandodesde ese mundo irreal de cada trabajador las áreas de las neurocompetencias que son los responsables en gran porcentaje de la ocurrencia de la mayoría de los accidentes a nivel mundial. En dichas investigaciones encontramos que existen causas inmediatas que son los síntomas y las causas básicas que es la verdadera enfermedad que está ocasionando los accidentes de trabajo. En las investigaciones en campo encontramos lo siguiente: En factores humanos o causas básicas: ◥ 35% de los accidentes son por problemas de neurocompetencias.◥ 19% de los accidentes de trabajo son problemas de conocimiento de tareas aplicadas.◥ 14% de los accidentes de trabajo son por falta de habilidad y destreza de tareas.◥ 12% de los accidentes son por capacidad física o fisiológica inadecuada. Al analizar lo anterior se encuentra que el 80% de la accidentalidad son ocasionadas por estas cuatro causas anteriores de factores humanos. En factores de trabajo el 36% son por falta de liderazgo o supervisión; es decir existe un jefe o supervisor que no realiza una función de verdadero neurolíder en el control de los accidentes y enfermedades laborales. Es necesario profundizar en la exploración de la condición humana desde el campo de las Neurociencias, aplicando la tecnología de punta y el conocimiento científico conociendo los potenciales del cerebro y la importancia del conocimiento así como del entrenamiento de las funciones ejecutivas superiores de la mano de métodos científicos probados por terceros que garantizan la evolución y fortalecimiento de las habilidades blandas como las cognitivas y afectivas para el logro de una cultura efectiva orientada hacia la seguridad individual y colectiva. Así mismo podemos reconocer que falta algo más en las estrategias aplicadas para disminuir las pérdidas humanas, y es este el momento de grandes cambios para dar a conocer, aplicar y experimentar lo que nunca se ha hecho: la implementación de la neuroseguridad en el campo laboral. Nuestra investigación y experiencia parten desde nuestra cultura misma, que desempeña un rol fundamental para insertar con éxito los cambios que se requieren desde lo fisiológico, físico, emocional y racional; estamos seguros que es necesario dar el siguiente paso para implementar aquí y ahora este revolucionario método científico que será una poderosa herramienta que nos ayude a culminar exitosamente las intervenciones laborales, tomando como base el funcionamiento del cerebro como el responsable directo de la seguridad en los seres humanos desde todos sus roles; nos enfocaremos desde el rol del trabajador hasta llegar al punto álgido que falta intervenir, sin que eso tenga que remplazar lo que se está haciendo hoy día en todas las áreas, que lógicamente son

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Importancia de las certificaciones profesionales internacionales en seguridad y salud ocupacional

Importancia de las certificaciones profesionales internacionales en SST

Por Ingeniero Oscar Mauricio Barajas Pinzón / CSP, CFPS, NEBOSH IGC/IFC/IOG/PSM, ISO 450001 Lead Auditor /Loss  Prevention Department – Saudi Aramco / Abqaiq – Arabia Importancia de Saudita. Introducción En la Resolución 754 de 2021 se establecen los requisitos para la expedición y renovación de las licencias de personas naturales o jurídicas, públicas o privadas, que oferten servicios de seguridad y salud en el trabajo en lo nacional, cuya vigencia es de 10 años, es válida para todo el territorio nacional y su expedición no tiene costo. La vigilancia y control de las licencias están a cargo de las Secretarías Seccionales y Distritales de Salud. Estas licencias en salud ocupacional constituyen un gran avance en la normalización del conocimiento de seguridad en Colombia. Sin embargo, pese a ser una gran iniciativa, la licencia en salud ocupacional no es reconocida internacionalmente. Debido a lo anterior, adicional a la licencia en salud ocupacional, es recomendable que los profesionales de seguridad, salud ocupacional y seguridad de procesos se certifiquen internacionalmente con el propósito de tener reconocimiento y ampliar opciones laborales. En el mercado de seguridad hay certificaciones reconocidas internacionalmente tales como: ◥ CSP – Certified Safety Professional. ◥ ASP – Associate Safety Professional. ◥ NEBOSH. ◥ CFPS – Certified Fire Protection Specialist. ◥ ISO 45001:2018 Lead Auditor. ◥ CCPSC. Estas entidades internacionales tienen también códigos y esquemas de ética que soportan el reconocimiento, credibilidad y transparencia de las certificaciones. El propósito del presente artículo es describir estas certificaciones, discutir ventajas y beneficios y mostrar los contenidos temáticos más relevantes. Ventajas de las certificaciones internacionales en seguridad Las principales ventajas que pueden tener los profesionales que deciden certificarse internacionalmente son: ◥ Adquirir reconocimiento y credibilidad internacional (Adams, 2004). ◥ Mayores probabilidades de contratación laboral en el ámbito internacional. ◥ Participación en la formulación de normas y estándares. ◥ Acceso a especialistas y grupos de profesionales reconocidos mundialmente en diferentes temáticas de seguridad y salud  ocupacional: seguridad industrial, seguridad de procesos, higiene, ergonomía, ingeniería en protección contra incendios, manejo de emergencias, auditorías, entre otros. ◥ Acceso a grupos de investigación. ◥ Es una oportunidad para actualizar conocimientos. ◥ Satisfacción personal. Las certificaciones profesionales constituyen un constructor moral, brindando justificable orgullo a los individuos que han probado su competencia en el campo de seguridad a través de sus habilidades para cumplir los requerimientos de la certificación. La designación profesional va a identificar al individuo con su trabajo y lo va a forzar a realizar ese trabajo de forma ética, con responsabilidad y con calidad (Gorbell, 2016). Entidades más reconocidas que proveen certificaciones internacionales Board of Certified Safety Professionals (BCSP) BCSP, con sede en Indianápolis, Indiana (EE. UU.), es una corporación sin fines de lucro reconocida como líder en acreditación de alta calidad para profesionales de la seguridad, la salud y el medio ambiente (SH&E). BCSP establece estándares y certifica criterios de competencia en la práctica de seguridad profesional (Board of Certified Safety Professionals, 2021). Desde 1969, la Junta de Profesionales de Seguridad Certificados (BCSP) ha establecido y certificado los criterios de competencia técnica para los profesionales de la seguridad, la salud y el medio ambiente. Las certificaciones generadas por el BCSP son las siguientes: ◥ CSP – Certified Safety Professional. ◥ ASP – Associate Safety Professional. ◥ SMS – Safety Management Specialist. ◥ GSP – Graduate Safety Practitioner. ◥ TSP – Transitional Safety Practitioner. ◥ OHST- Occupational Health and Safety Technician. ◥ CHST- Construction Health and Safety Technician. ◥ STS – Safety Trained Supervisor. ◥ STSC – Safety Trained Supervisor Construction. ◥ CIT – Certified Instructional Trainer. National Fire Protection Association (NFPA) La NFPA (National Fire Protection Association) es una organización fundada en Estados Unidos en 1896, encargada de crear y mantener las normas y requisitos mínimos para la prevención contraincendio, capacitación, instalación y uso de medios de protección contra incendio, los cuales son utilizados tanto por bomberos, como por el personal encargado de la seguridad. Sus estándares conocidos como National Fire Codes recomiendan las prácticas seguras desarrolladas por personal experto en el control de incendios (National Fire Protection Association, 2021). NFPA tiene las siguientes certificaciones internacionales y designaciones: ◥ Certified Fire Protection Specialist (CFPS). ◥ Certified Fire Inspector I (CFI). ◥ Certified Fire Inspector II (CFI-II). ◥ Certified Fire Plan Examiner (CFPE). ◥ Certified Hazard Recognition Specialist (CHRS). ◥ Certified Electrical Safety Worker (CESW). ◥ Certified Electrical Safety Technician (CEST). ◥ Certified Electrical Safety Compliance Professional (CESCP). ◥ Certified Emergency Power Systems Specialist for Facility Managers (CEPSS). ◥ Certified Emergency Power Systems Specialist for Health Care Facility Managers (CEPSS-HC). ◥ Certified Fire Alarm ITM Specialist (CFAITMS) for Facility Managers. ◥ Certified Life Safety Specialist (CLSS-HC) for Health Care Facility Managers. ◥ Certified Sprinkler ITM Specialist for Facility Managers (CSITMS). ◥ Certified Water-Based Systems Professional (CWBSP). ◥ Certified Wildfire Mitigation Specialist (CWMS). ◥ Certified Marine Chemist (CMC). ◥ Certificación de Especialista en Inspección, Prueba y Mantenimiento de Sistemas de Rociadores (CEIPMSR-LatAm). Nebosh El National Examination Board in Occupational Safety and Health NEBOSH fue fundada en 1979 en el Reino Unido con el propósito de promover seguridad, salud y un mejor ambiente en lugares de trabajo. NEBOSH también alcanzó Awarding Body Status de Scottish Qualifications Authority (SQA) Accreditation desde 2009 (Nebosh, 2021) Las cifras de Nebosh a grandes rasgos son las siguientes: ◥ 33 certificaciones. ◥ 400.000 alumnos. ◥ 600 instituciones asociadas. ◥ Los exámenes son ofrecidos en 130 países. Las certificaciones Nebosh son las siguientes: ◥ National and International General Certificate in Occupational Health and Safety. ◥ NEBOSH HSE Certificate in Process Safety Management. ◥ International technical certificate in oil and gas operational safety. ◥ National and International Health and Safety Management for Construction. ◥ Certificate in Fire Safety. ◥ Certificate in Environmental Management. Nebosh también tiene programas de diploma y maestrías para aquellos profesionales que quieran profundizar sus conocimientos a niveles de postgrado. CCPS – Center for Chemical Process Safety CCPS reúne a fabricantes, agencias gubernamentales, consultores, instituciones académicas y aseguradoras para liderar el camino hacia la mejora de la seguridad de los procesos

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Efectividad en la gestión de los programas de mantenimiento preventivo dentro del sistema de gestión de SSTA para las empresas contratistas RUC®

Efectividad en la gestión de los programas de mantenimiento preventivo dentro del sistema de gestión de SSTA para las empresas contratistas RUC®

Por Nasli Miranda Arandia / Ingeniera industrial / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / Magíster en Sistemas Integrados de Gestión / Profesional de Servicios II del CCS / Auditor RUC®. La inadecuada administración de un programa de mantenimiento de equipos, instalaciones y herramientas puede conllevar a la materialización de accidentes o fallas con impacto negativo a las personas, la operación o el medio ambiente. La implementación de actividades de mantenimiento preventivo y predictivo busca asegurar la capacidad de funcionamiento de los recursos  disponibles en la organización, que pueden sufrir deterioro debido a las condiciones de almacenamiento, exposición, tiempo de uso o desarrollo de los propios procesos productivos. La Guía RUC® indica que “toda empresa contratista, en armonía con las disposiciones legales vigentes, debe demostrar la existencia por escrito de su programa de mantenimiento preventivo de instalaciones, redes eléctricas, equipos de emergencia y otros equipos pertinentes” (RUC, 2021). Así mismo, el Decreto 1072 de 2015, en su artículo 2.2.4.6.24, establece que el empleador debe realizar, dentro de las medidas preventivas, el mantenimiento de las instalaciones, equipos y herramientas de acuerdo con los informes de inspecciones y los manuales de uso (Ministerio de Trabajo, 2015). De igual forma, los estándares mínimos en Seguridad y Salud en el Trabajo definidos mediante la Resolución 0312 de 2019 solicitan la implementación de “mantenimientos periódicos de instalaciones, equipos, máquinas y herramientas de acuerdo con los manuales y/o las fi chas técnicas de los mismos” (Ministerio de Trabajo, 2019). En este artículo se presenta una revisión de las principales estrategias útiles para tener en cuenta en el proceso de implementación de los programas de mantenimiento preventivo, buscando generar herramientas de apoyo para los responsables de su administración y lograr un impacto positivo en el sistema de gestión en SSTA, propendiendo siempre por la prevención de accidentes. Mantenimiento: conjunto de las acciones técnicas, administrativas y gerenciales durante el ciclo de vida de un bien destinadas a mantenerlo o repararlo para ponerlo en un estado en el que pueda realizar las funciones requeridas (UNE, 2018). Los recursos técnicos, tecnológicos y físicos requieren la adopción de actividades que aseguren el buen estado y funcionamiento de estos para poder identificar las estrategias de intervención. A continuación, presentamos los principales tipos de mantenimiento que se pueden presentar: Figura 1. Tipos de Mantenimiento Fuente: elaboración propia.   El objetivo de la implementación de los programas de mantenimiento preventivo es, precisamente, prevenir la falla del recurso y evitar la necesidad de acudir a mantenimientos correctivos. El mantenimiento preventivo puede ser programado en periodos definidos, predeterminado acorde al tiempo o unidades de uso, o con base en la condición y el estado identificado a través de los procesos de verificación. También se utilizan estrategias de mantenimiento predictivo que, por medio de actividades de inspección, análisis y diagnóstico, buscan identificar la degradación o desgaste de un elemento de forma que sea reparado, modificado o cambiado preventivamente para evitar un fallo. Por su parte, un mantenimiento correctivo implica la interrupción no programada de un proceso o actividad, y/o la afectación por consecuencias que la falla pudiese haber generado, como los son las fugas, un mayor consumo de recursos naturales para su funcionamiento (agua, energía, combustible), el daño de materiales, materias primas o insumos, la generación de accidentes que afecten a las personas o al medio ambiente, la parada no programada en los procesos y los retraso en las líneas de producción o servicios, entre otros. Esto indica que un mantenimiento correctivo siempre representará pérdidas para la organización. Estrategias para considerar en la formulación de un programa de mantenimiento preventivo 1. Identificar los recursos El primer paso será identificar los equipos, la maquinaria, las herramientas, la infraestructura y los demás elementos sensibles de mantenimiento que utiliza o se ven involucrados durante el desarrollo de las actividades, como se evidencia en la siguiente gráfica: Figura 2. Recursos a incluir dentro del programa de mantenimiento Fuente: elaboración propia. 2. Determinar las recomendaciones propias para el adecuado funcionamiento de cada recurso Surtido el paso anterior, se deberán definir los criterios particulares que cada recurso debe cumplir para poder mantener un adecuado funcionamiento y trazabilidad en su vida útil, definiendo, entre otros, los siguientes elementos con base en las recomendaciones del fabricante y los criterios técnicos aplicables (figura 3): Figura 3: Criterios a considerar frente a los recursos incluidos dentro del programa de mantenimiento Fuente: elaboración propia. La identificación de criterios adecuados para la selección, uso y mantenimiento, permiten contar con una menor probabilidad de daño o fallas en el recurso. 3. Establecer la periodicidad y tipo de intervención preventiva Con base en las recomendaciones del fabricante y la vida útil del recurso, se requiere definir la periodicidad y el tipo de intervención a realizar. Un mantenimiento preventivo puede estar constituido por actividades de inspección, cambio de piezas, lubricación y limpieza de partes, pruebas de funcionamiento, entre otros, a intervalos predeterminados de tiempo o periodos regulares como horas de operación, kilómetros recorridos, toneladas producidas, ciclos ejecutados. La complejidad y detalles de las actividades de intervención preventiva dependerán del tipo de recurso (equipo, máquina, infraestructura o herramienta). Con los programas de mantenimiento preventivo se conserva un grado de incertidumbre frente a la potencial falla de un equipo. Aunque se procede bajo recomendaciones del fabricante, las condiciones de uso, almacenamiento u operación pueden ocasionar deterioros o desgastes ocasionando una falla no identificada de alguno de sus componentes. En estos casos, los mantenimientos predictivos generan un gran aporte preventivo a la organización. A su vez, el mantenimiento predictivo también puede ser parte del mantenimiento preventivo, y busca, a través de actividades de inspección, análisis y diagnóstico, identificar la degradación o desgaste de un elemento de forma que sea reparado, modificado o cambiado preventivamente para evitar un fallo. Los mantenimientos predictivos generan un gran aporte preventivo a la organización; también puede ser parte del mantenimiento preventivo La planificación de las actividades de mantenimiento preventivo y/o predictivo estarán en concordancia con las recomendaciones del fabricante y criterios técnicos aplicables al recurso a intervenir. La organización debe

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Nuevo estudio indica que el 88 % de los humedales de Colombia no está protegido

Por Antonio José Paz Cardona. Tomado de: Mongabay Latam (https:// es.mongabay.com/2021/11/nuevo-estudio-humedalescolombia-o-estanprotegidos/). Colombia es un país de agua, un país de humedales. Colombia es anfibia, como lo mencionan dos grandes publicaciones del  Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. El país cuenta con cerca de 31 millones de hectáreas de humedales, lo que representa el 26 % de su territorio continental e insular. Aunque los humedales siempre han estado presentes, su posicionamiento reciente en la agenda política colombiana vino a tomar fuerza después del fenómeno de La Niña 2010-2011 que causó grandes inundaciones y pérdidas económicas. Esto llevó a que, un año después, en 2012, se creara el Fondo Adaptación, una entidad dedicada a la construcción, reconstrucción y reactivación económica de las zonas afectadas por La Niña, pero con criterios de mitigación y prevención del riesgo. Uno de los grandes proyectos se concentró en la zona de La Mojana, una de las más afectadas por el fuerte invierno y donde hay muchos humedales debido a la influencia de tres grandes ríos: Magdalena, Cauca y San Jorge. Aunque gran parte de esta región tiene presencia permanente de agua y muchos de sus habitantes están acostumbrados a sus dinámicas, las lluvias fueron tan fuertes que se inundaron zonas que históricamente nunca lo habían estado. Una década después de los impactos dejados por una Niña para la que el país no estaba preparado, los científicos todavía hacen fuertes llamados para que se conozcan y protejan los humedales. En el más reciente informe Biodiversidad, publicado anualmente por el Instituto Humboldt, se analiza el estado de conservación y transformación de los humedales en Colombia y se concluye que “los ecosistemas de humedal deben ser incorporados en los procesos de planificación territorial. No hacerlo no solamente pone en peligro las dinámicas y funciones ecohidrológicas que los caracterizan sino que aumenta la vulnerabilidad de las comunidades ante eventos climáticos extremos”. ¿Un país que ignora sus humedales? Sandra Vilardy, profesora de la Universidad de Los Andes y directora de Parques Nacionales Cómo Vamos, es una de las voces expertas en humedales en Colombia. La bióloga dedicó su más reciente columna de opinión en el diario El Espectador a estos ecosistemas y manifestó una gran preocupación por lo que ocurre con ellos. “La insistencia en invisibilizar los humedales en Colombia no tiene explicación […] Almacenar agua de manera natural debería ser una de las principales funciones a proteger ante la crisis climática, ya que el ciclo del agua será uno de los procesos más afectados por el calentamiento global. Sin embargo, las acciones de política pública en los últimos años y gobiernos han ido en franco retroceso, ante una deuda histórica que tenemos con los humedales”, comenta Vilardy. De hecho, el informe del Instituto Humboldt revela que aproximadamente el 88 % de los humedales del país no se encuentran bajo figuras de protección. El 5 % son áreas que, además de la conservación, permiten el uso sostenible de los recursos y solo el 7 % de los humedales están dentro de parques nacionales, la figura de protección más estricta. Ronald Ayazo, investigador del instituto, explica que desde la época de la colonia, los humedales “no eran bien vistos” y se desecaban, a diferencia de lo que pasaba con las comunidades precolombinas, que los consideraban sitios sagrados. “Los primeros proyectos agropecuarios de Colombia desecaban los humedales para volverlos supuestamente tierra productiva. Actualmente se sabe que los humedales no son improductivos, pero en zonas rurales ves cómo a algunas personas no les gusta tener cerca un humedal”, dice Ayazo. Sandra Vilardy va más allá y comenta que, aún hoy, las políticas agropecuarias mantienen incentivos para la adecuación de tierras, que no es otra cosa que desecar humedales. “¿Cómo es posible que llevemos décadas en esta incongruencia con políticas ambientales que intentan proteger los humedales y por otro lado se otorguen recursos públicos para desecarlos?”, se pregunta en su columna. Los investigadores destacan las importantes funciones y servicios que prestan estos ecosistemas. “La regulación hidrológica es una de sus principales funciones, por ejemplo, la amortiguación ante inundaciones. En el caso de muchas comunidades, ese espejo de agua es lo que los surte de agua y alimentos”, destaca Jaime Burbano, investigador que también participó en la publicación del Instituto Humboldt. El Instituto Humboldt, en una de sus más recientes publicaciones, reconoce que los humedales permanentes del país son especialmente frágiles y recomienda la conservación estricta de sus espejos de agua.   Por otra parte, cada vez hay mayor preocupación por el aumento de la temperatura global, que ha llevado a mensajes alarmantes en el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), donde se indica, entre otras cosas, que los daños causados al planeta son irreversibles y la humanidad es la responsable. En ese escenario los humedales juegan un papel clave ya que estos ecosistemas fijan grandes cantidades de carbono. Por ejemplo, la UNESCO, Conservación Internacional y la UICN, en su iniciativa Blue Carbon, destacan que cada hectárea de manglares captura y almacena más carbono que cualquier otro bosque pero en el mundo se están perdiendo a una tasa de 2 % anual, liberando el 10 % de las emisiones de CO2 causadas por la deforestación, a pesar de que solo cubren el 0,7 % de la superficie terrestre. Ignorar a los humedales en la planificación territorial y en el desarrollo de las poblaciones que conviven con ellos puede traer consecuencias ecosistémicas, sociales y económicas profundas. Ronald Ayazo resume el problema de la siguiente manera: “los humedales no tienden a ser muy valorados, a pesar de brindar servicios ecosistémicos muy importantes para el bienestar de todos, y por ende no se les da la protección y el manejo adecuado”. La ganadería y los cultivos les roban espacio a los humedales En el 2015, cuando el Instituto Humboldt publicó los dos tomos de Colombia Anfibia —uno de los estudios más completos sobre humedales en el país—, clasificó a estos ecosistemas en permanentes, temporales y potenciales. Los permanentes son

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