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Resiliencia y continuidad de negocios: un reto para las pymes en la gestión del riesgo y la reducción de desastres

Por Jacqueline Mesa Sierra / Ingeniera Forestal / Especialista en Gestión Medioambiental / Magíster en Salud y Seguridad en el Trabajo / Gerente Técnica del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). Cómo citar este artículo:Mesa, J. Resiliencia y continuidad de negocios: un reto para las pymes en la gestión del riesgo y la reducción de desastres. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/resiliencia-y-continuidad-de-negocios-un-reto-para-las-pymes-en-la-gestion-del-riesgo-y-la-reduccion-de-desastres/ Importancia de las pymes Aunque la definición y clasificación de la pequeña y mediana empresa (pyme) se basa en criterios diferentes entre los países, en términos generales, es clara y evidente la importancia económica y social que representa para las regiones y los países siendo, en muchos casos, la base de los mercados mundiales, nacionales y locales. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), dos de cada tres personas trabajan en una pyme y en muchos países estas organizaciones representan hasta el 99 % de las empresas en la economía (UNDRR, Zodrow & Hendel-Blackford, 2020). Del mismo modo, se estima que existen 162,8 millones de pymes estructuradas, de las cuales alrededor de 96,3 millones se encuentran en mercados emergentes, representando el 90 % de todas las empresas y el 50 % del PIB en la mayoría de los países del mundo (UNDRR, Zodrow & Hendel-Blackford, 2020). A nivel regional, por ejemplo, en la Unión Europea (UE) el 99,8 % de todas las empresas se consideran pymes, emplean al 66 % de la población activa total y representan el 56,4 % del valor agregado. Así mismo, son consideradas una de las más importantes fuentes de éxito para el desarrollo económico. Por lo tanto, para la UE es clave garantizar un entorno beneficioso para las pyme de tal manera que, con ello, se asegure el desarrollo económico exitoso del continente (Comisión Europea, 2015, citado por Trenkle, 2020). Para el caso de Latinoamérica, las pymes constituyen más del 95 % del total de negocios establecidos y absorben más del 85 % del empleo total en la mayoría de los países de la región (Banco Interamericano para el Desarrollo, 2000, citado por Espinosa et al., 2015). En este sentido, de acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), es necesario analizar y gestionar los riesgos en las pymes si se desea mejorar la vida y los medios de subsistencia de las personas en todo el mundo, pero, principalmente en las economías emergentes y en crecimiento. Pymes en Colombia En Colombia, la Ley 590 de 2000, modificada por la Ley 905 del 2004, define el tamaño de las empresas según el valor de los activos y el número de empleados1. De acuerdo con el Banco Mundial, las pymes representan una parte importante de la economía colombiana, aunque no están bien documentadas en las estadísticas oficiales y se puede encontrar disparidad entre los datos reportados por el DANE, la Superintendencia de Sociedades y Confecámaras. Del mismo modo, el verdadero tamaño del mercado de las pymes se subestima debido a la informalidad (World Bank, 2007).  Aun así, y con los datos disponibles, se puede afirmar que las pymes en Colombia tienen un gran impacto en la economía: representan cerca el 96,4 % del parque empresarial nacional y generan el 80 % del empleo total (Plata, 2009, citado por Espinosa et al., 2015), aun cuando se caracterizan por sus elevadas tasas de cierre según estudios del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), citado por Espinosa et al., 2015. La mayoría de las investigaciones del BID y FUNDES relacionadas con las pymes se concentran en indagar sobre los factores  externos que afectan al desempeño de estas organizaciones. Entre estos aparecen la disponibilidad de mecanismos de crédito, trámites administrativos relaciones con el sector gubernamental, instituciones financieras, proveedores, distribuidores, personal y, en general, con el entorno al que está expuesto (Espinosa et al., 2015). En este sentido, los principales obstáculos de las pymes para su desarrollo en Colombia según Sánchez, et al., 2007, citados por Hernández et al. (2014) son las restricciones al crédito, las dificultades en la identificación y el acceso a la tecnología adecuada, la formalización y la absorción de nuevas tecnologías, las limitaciones técnicas y competitivas que imponen las escalas de producción, la deficiente infraestructura física, la falta de asociatividad empresarial, la carencia de directivos con capacidad gerencial y pensamiento estratégico y la dificultad de cimentar la articulación del sector con la gran empresa y con los sistemas de compras. Impacto de los desastres en las empresas Los riesgos relacionados con desastres se podrían clasificar en dos grandes grupos: los intensivos y los extensivos. Los intensivos se refieren a eventos extremos relacionados con amenazas existentes, como, por ejemplo, terremotos o tsunamis de magnitudes catastróficas que, se estima, podrían ocurrir cada 500 o 1000 años. En otras palabras, es probable que aún no hayan ocurrido y su predicción se realiza por medios probabilistas. Los extensivos, por su parte, se relacionan principalmente con eventos pequeños, localizados y altamente frecuentes como lo son las inundaciones, los deslizamientos, las remociones en masa, las sequías, los incendios forestales, entre otros fenómenos. En este último caso, el deterioro constante de los ecosistemas, la ampliación de las fronteras agropecuarias y la expansión de áreas urbanas incrementan los niveles de amenaza permanente ante eventos extensivos. En consecuencia, este tipo de riesgos influye de manera constante y radical en la reducción de la competitividad y, por ende, en el desarrollo local y nacional siendo las personas de las zonas rurales y urbanas de bajos ingresos, así como las pymes y el sector informal, los que asumen la mayoría de los costos de los desastres extensivos (Naciones Unidas, 2013). Teniendo en cuenta la frecuencia y el impacto cada vez mayor, los riesgos relacionados con el cambio climático y los desastres naturales son una preocupación creciente para los líderes empresariales de todo el mundo. De acuerdo con el Informe Anual de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial, cuyos resultados se basan en los comentarios de los líderes empresariales, los principales riesgos globales considerados en términos de probabilidad

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La gestión del riesgo de desastres y la resiliencia empresarial. Una oportunidad para la continuidad de los negocios

Por Yezid Fernando Niño Barrero / Ingeniero Ambiental y Sanitario / Especialista en Higiene y  Salud Ocupacional / Magíster en Salud Pública / Candidato a doctor en Ingeniería. Cómo citar este artículo:Niño, Y. La gestión del riesgo de desastres y la resiliencia empresarial. Una oportunidad para la continuidad de los negocios. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/la-gestion-del-riesgo-de-desastres-y-la-resiliencia-empresarial/ Es habitual ver cómo los diferentes desastres de origen natural afectan a comunidades, especialmente y en mayor medida a personas en condiciones de vulnerabilidad que están ubicadas en zonas de riesgo. Ya sea que se trate de sismos o terremotos, movimientos en masa, inundaciones, sequías, avenidas torrenciales o cualquier evento de origen natural, lo que más se observa es el impacto que estos fenómenos producen en las poblaciones que habitan en condiciones de pobreza. No obstante, en los medios de comunicación también se evidencia el impacto que sufren los micro y pequeños empresarios por estos eventos, situaciones en las que resalta la pérdida de productos y afectaciones de la infraestructura. En este sentido, es frecuente escuchar que estas empresas “lo han perdido todo”, lo que evidencia una falta de preparación para prevenir y atender este tipo de eventos. En menor medida se escucha que estos eventos afecten a las grandes industrias de manera directa. Sin embargo, la ocurrencia de casos de desastre que afectan también a las pequeñas empresas impacta las cadenas de suministro de aquellas de mayor tamaño. Por ende, una gran empresa no solo debe velar por su resiliencia, sino por la de su cadena de suministro. Muestra de ello está en la experiencia de varios fabricantes de vehículos quienes, con el desastre ocurrido en Japón, por cuenta de un terremoto y un posterior tsunami que azotó a esa región en 2011, vieron afectada su producción a nivel mundial. Particularmente, en el caso de Toyota se señaló que “la compañía japonesa anunció que su producción bajó en marzo [de ese año] un 62,7 % respecto al mismo mes del año anterior debido a los problemas de suministro. Además, su producción no se normalizará en todo el mundo hasta noviembre o diciembre, lo que generará retrasos en los pedidos” (El País, 2011). No obstante, tras ese evento, la empresa emprendió una estrategia de mejoramiento y un plan de continuidad del negocio con sus proveedores clave, que la llevó a ser «el único fabricante de automóviles adecuadamente equipado para hacer frente a la escasez de chips» (Shirouzu, 2021), situación generada por la pandemia de la COVID-19. Ahora bien, es claro que se debe fortalecer la resiliencia en el sector privado, pero no se puede ver como un tema aislado e individual de cada una de las compañías. Al contrario, este debe ser un trabajo articulado entre el gobierno nacional, las autoridades locales, las grandes empresas, las mipymes y la comunidad en general. Así, para que una empresa pueda asegurar su resiliencia requiere que su infraestructura resista el evento amenazante; sus procesos y operaciones tengan continuidad; sus trabajadores estén sanos, seguros y saludables; y, así mismo, que los proveedores clave y los clientes que recibirán los productos y servicios, continúen en operación. Todo lo anterior requiere de infraestructura y servicios públicos funcionando, carreteras para el movimiento de mercancías de entrada y de salida, transporte público para el desplazamiento de los trabajadores a las empresas. En otras palabras, se requiere que todo el andamiaje de la sociedad en general sea resiliente para que los negocios puedan continuar. Margareta Wahlström, representante especial del secretario general de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres, señaló en 2015 que “el sector privado es el defensor perfecto del pensamiento resiliente debido a su relación directa con consumidores, clientes y proveedores, y puede dirigir la demanda pública hacia productos y servicios sensibles al riesgo. Un nuevo enfoque de colaboración entre los gobiernos y la empresa privada basado en la confianza creará comunidades resistentes a los desastres”. La expresión de la funcionaria resalta el papel del sector privado, no como un actor más dentro de la gestión del riesgo de desastres, sino como un promotor e influenciador principal. De acuerdo con lo señalado en el Informe de Evaluación Global sobre la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR, 2019), se ha constatado que algunas empresas del sector privado van más allá de las consideraciones de responsabilidad social y reconocen la RRD como un modo de asegurar la competitividad y la continuidad de las operaciones en caso de desastre. A su vez, los gobiernos y los sectores empresariales están cada vez más concientizados acerca de la necesidad de reforzar la resiliencia de sus actividades y las de sus proveedores —incluidas las pymes—, frente a los desastres y al clima. Así mismo, la inversión privada determina en gran medida el riesgo de desastres. En la mayoría de las economías, el sector privado es el responsable de entre el 70 % y el 85 % de la inversión total. Por lo tanto, la clave para reducir los riesgos de manera efectiva reside en que el sector privado invierta en ingeniería teniendo en cuenta los riesgos (UNDRR, 2019; UNISDR, 2015). Ante esto, el Marco de Sendai para la reducción del riesgo de desastres (ONU, 2015) señala que “enfrentar los factores subyacentes al riesgo de desastres mediante inversiones públicas y privadas basadas en información sobre estos riesgos es más rentable que depender principalmente de la respuesta y la recuperación después de su ocurrencia, y contribuye al desarrollo sostenible”. Importancia de la gestión del riesgo de desastres Basado en la información dispuesta por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR, 2021), durante 2020 se registraron: Por otro lado, se ha indicado que el costo de los desastres en la región de América Latina y el Caribe durante la última década ha alcanzado los 35.000 millones de dólares, una cuarta parte del monto total a nivel global y ha afectado a unas 67 millones de personas (SELA, 2016). Es así como los desastres generan efectos en las empresas, las comunidades

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Hallazgos clave del más reciente informe de cambio climático: la humanidad inicia una carrera contrarreloj

Hallazgos clave del más reciente informe de cambio climático: la humanidad inicia una carrera contrarreloj.

Fuente. Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Periodista / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad / Líder de Comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) El sexto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) confirma que no hay vuelta atrás en algunos cambios que ya están afectando al planeta y advierte que, si el nivel actual de emisiones globales se mantiene, estaríamos a poco tiempo de superar la barrera de 1,5°C, un escenario crítico para la supervivencia humana. “Un código rojo para la humanidad”. Así fue como el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, calificó las conclusiones del más reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado el pasado 9 de agosto. Se trata de un reporte histórico que supera las 3.500 páginas y que fue elaborado por 234 expertos y científicos de 66 países, con la contribución de 517 autores y la revisión de más de 14 mil estudios que condensan años y años de investigación, convirtiéndose así en la comprensión física más actualizada del sistema climático y reuniendo los últimos avances en materia de simulaciones regionales y globales. En líneas gruesas, el documento revela que el cambio climático es un fenómeno que ya afecta a todas las regiones del planeta, sin excepción alguna, con un impacto negativo acelerado y una intensificación prolongada sin precedentes en la historia de la humanidad. Así mismo, advierte que los efectos del calentamiento global son irrefutables y prácticamente irreversibles o, que al menos, se necesitarán varios siglos, e incluso, milenios para restituir el orden inicial. Con respecto al umbral establecido por el Acuerdo de París, en 2015, el cual buscaba mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5°C, el informe es escéptico: “a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan de manera inmediata, rápida y a gran escala, este será un objetivo inalcanzable”, afirma. No obstante, el grupo de trabajo del IPCC enfatiza que, si bien una reducción sustancial y sostenida de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), metano y otros agentes contaminantes podrían mejorar la calidad del aire, también reconocen que se requerirá entre 20 y 30 años para que las temperaturas mundiales se estabilicen. A su vez, advierte que, de llegar a ese límite, el nivel de tolerancia sería crítico para la agricultura y la salud, lo que pondría en peligro la supervivencia misma de la humanidad, un riesgo cada vez más cercano pues el análisis de la data prevé que la temperatura mundial promediada durante los próximos 20 años alcanzará o superará un calentamiento de 1,5°C. En otras palabras, la ventana de tiempo que tenemos para cumplir el compromiso de París se está cerrando aceleradamente y, según la mirada de los expertos, la humanidad inicia una carrera contrarreloj para evitar un colapso global. “Las campanas de alarma son ensordecedoras (…) Este informe debe sonar como una sentencia de muerte para el carbón y los combustibles fósiles antes de que destruyan nuestro planeta”, sostuvo Guterres a través de un comunicado. Los resultados del análisis surgen en un momento en que el planeta experimenta los embates del incremento de las temperaturas. La misma semana de su divulgación varias regiones de Europa sufrían intensas olas de calor. Incluso, en la isla italiana de Sicilia, las temperaturas rompieron récord histórico al llegar a los 48,8°C, una cifra que no se alcanzaba desde 1977, cuando se registraron 48°C en Atenas, Grecia, según datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Lo anterior es apenas una muestra inequívoca de las señales de alarma que evidencia el informe, según el cual muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, como las olas de calor, las lluvias torrenciales, las sequías y los ciclones tropicales, se han vuelto cada más frecuentes y graves como nunca en la historia. En este sentido, el informe incluye un atlas interactivo de los impactos regionales presentes y futuros, una herramienta que permitirá a los responsables de políticas y a todas las demás partes interesadas contar con información relevante para el diseño de políticas climáticas más acertadas. Pese a que la ONU ha instado a “actuar con decisión para evitar una catástrofe climática” y ha invitado a los países firmantes del Acuerdo de París a redoblar sus esfuerzos en materia de reducción de emisiones, el pasado primero de agosto el organismo informó que el 42 % de los países involucrados incumplieron el plazo para renovar sus compromisos y presentar propuestas actualizadas para evitar que continúe aumentando el calentamiento global. China, India, Arabia Saudita, Sudáfrica, Siria y otros 82 países conforman el listado de los rezagados. Hallazgos del reporte a grandes rasgos Es incuestionable que la influencia humana ha modificado la atmósfera, el océano y la tierra. La dependencia de los combustibles fósiles es la razón por la que el planeta ya se ha calentado 1,1°C con respecto a niveles preindustriales. La escala de los recientes cambios en el sistema climático en su conjunto y el estado actual de muchos aspectos del sistema climático no tienen precedentes durante muchos siglos o miles de años. Muestra de ello es que, desde 1979, el planeta ha perdido el 40% del hielo en el Ártico. Muchos cambios generados por las emisiones de gases de efecto invernadero pasadas y futuras serán irreversibles durante siglos o milenios, especialmente, en lo que respecta a los cambios en las corrientes oceánicas, las capas de hielo y el nivel del mar. Las sequías que ocurrían, en promedio, una vez cada 10 años, ahora ocurren con un 70 % más de frecuencia, cada 3 años. En el otro extremo, las tormentas hoy se presentan con un 30 % más de frecuencia. La temperatura de la superficie global seguirá aumentando hasta mediados de siglo en todos los escenarios de emisiones considerados. El calentamiento global de 1,5 °C y 2°C se superará durante el siglo XXI a menos que se produzcan reducciones profundas en las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero en los próximos años. Debido

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Salud mental: claves para cuidarla y recomendaciones para brindar ayuda

Salud mental: claves para cuidarla y recomendaciones para brindar ayuda

Fuente: Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Periodista / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad / Líder de Comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) Se aproxima el Día Mundial para la Prevención del Suicidio y cada persona puede hacer su contribución para evitar este flagelo. Por eso, el CCS habló con Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social sobre algunas herramientas útiles para fortalecer la salud mental, identificar signos de alarma y ofrecer o solicitar ayuda a tiempo. Sin duda alguna, la pandemia ha tenido un impacto profundo en la salud mental de la población a nivel mundial y ha puesto nuevamente este asunto en la agenda pública como una prioridad. No solo la rápida dispersión del virus y su potencial letal en adultos mayores o personas con comorbilidades, sino también las medidas de confinamiento adoptadas por las autoridades y el cese de la actividad económica durante varios meses hicieron mella en el bienestar físico y emocional de un buen porcentaje de la población. Y es que con los cambios abruptos en la cotidianidad derivados de la emergencia sanitaria se instalaron nuevos estresores: miles de muertes diarias, destrucción de empleos, pérdida de capacidad adquisitiva, profundización de las inequidades sociales, incremento de las violencias en los hogares, sobreabundancia de información y pánico han sido los ingredientes de un cóctel nocivo para la salud mental. En este escenario cambiante y complejo las emociones entraron en juego: temor al contagio, angustia, ansiedad, incertidumbre, soledad, desesperanza, dolor por la pérdida de un ser querido o de un empleo, impotencia, rabia, frustración y escepticismo son algunos de los sentimientos que aún hoy coexisten y son experimentados por la población, sin distinción de edad. Incluso, una investigación desarrollada por la Asociación de Expertos en Psicosociología Aplicada (AEPA) durante los primeros meses de la pandemia en Colombia, Perú, México, España y Chile reveló que más del 60 % de la población encuestada experimentaba una o más de esas emociones. Adicionalmente, evidenció que las personas no adoptan o no cuentan con herramientas para cuidar su salud mental. Según el reporte, el 45 % de las personas consultadas no utiliza técnicas antiestrés, el 33 % no limita ni selecciona las noticias que recibe, el 24 % no implementa ni conserva una rutina, el 16 % ha descuidado su aspecto físico y no tiene hábitos saludables, el 13 % no sabe o no es capaz de gestionar sus emociones, el 9 % no logra reconocer sus fortalezas, el 8 % ha aumentado el consumo de tabaco, alcohol y drogas y el 5 % suele tener pensamientos negativos. A nivel local, el Estudio de Resiliencia y Riesgos en Salud Mental realizado a finales de 2020 en Colombia por el Ministerio de Salud y Protección Social, evidenció que los riesgos asociados a problemas y trastornos mentales se triplicaron durante la pandemia con respecto a los indicadores previos, los cuales de por sí ya eran alarmantes en el país. Grosso modo, la investigación señala que los colombianos aumentaron sus riesgos de depresión y ansiedad, mientras que las tasas de ideación e intento de suicidio, así como de consumo de sustancias psicoactivas conservaron una tendencia similar a la observada antes de la pandemia. La estigmatización de la salud mental, una enorme barrera Muchas personas aún consideran que la salud mental tiene que ver exclusivamente con trastornos y enfermedades mentales y, en consecuencia, consideran que solicitar ayuda cuando enfrentan situaciones emocionales podría resultar exagerado pues tienen una noción errónea según la cual “los psicólogos son para los locos”. Nada más alejado de la realidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “un estado de bienestar en el que la persona es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad”. En este sentido positivo, la OMS señala que la salud mental es fundamental para interactuar con los demás, ganar el sustento, superar retos y disfrutar plenamente de la vida. Por lo tanto, es un aspecto que va más allá de la ausencia de trastornos mentales. Pese a lo anterior, en Colombia, la Encuesta Nacional de Salud Mental (2015) reveló que solo la mitad de las personas que saben que tienen una necesidad en salud mental deciden consultar los servicios de salud. “Eso es lo que se denomina como “barreras actitudinales para el acceso a los servicios”. Hay quienes consideran que solicitar ayuda cuando presentan un malestar emocional es motivo de vergüenza. Solo cuando enfrentan necesidades sociales muy graves, que afectan de manera intensa su vida cotidiana, familiar, comunitaria o laboral, se ven forzados a consultar. El peso de ese estigma y los prejuicios alrededor del tema son una de las grandes preocupaciones del país y allí todos tenemos una tarea muy importante en poder comprender que las afectaciones en salud mental son muy comunes”, señala Nubia Bautista, médico psiquiatra y subdirectora de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social. Seis claves para cuidar y fortalecer la salud mental 1. Preste atención a sus emociones y sentimientos. Si bien puede que no sea fácil reconocerlos porque suelen ser confusos o difíciles de asimilar, el hecho de permitirse sentir tristeza, angustia, dolor o frustración posibilita encontrar alternativas, nuevas soluciones y formas distintas de hacer las cosas. No ignore sus emociones. Al contrario, reconózcalas, comprenda qué situaciones las desencadenan y capitalícelas a su favor, para aprender de ellas en el día a día. Incorporar en la rutina diaria ejercicios de respiración, de relajación y/o meditación, puede ayudarle a gestionar sus pensamientos positivamente. 2. Cultive sus relaciones sociales y fortalezca los lazos afectivos con padres, hermanos, hijos, demás familiares, pareja, amigos e incluso, vecinos y compañeros de trabajo. La calidad de estos vínculos tiene un impacto profundo en la salud mental porque implica la posibilidad de dar y recibir afecto, de construir confianza, de estar atento a las necesidades del otro y de contar con una red robusta de apoyo

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Abecé de la nueva ley de licencia compartida y otras modalidades: lo que usted debe saber

Abecé de la nueva ley de licencia compartida y otras modalidades: lo que usted debe saber

Fuente: Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Periodista / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad / Líder de Comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) Con asesoría de Jorge Alberto Palacio Riveros / Abogado / Especialista en Derecho Laboral, Seguridad Social y Derecho de la Empresa / Socio principal de la firma Barrera Palacio Abogados. A inicios de agosto pasado entró en vigor la Ley 2114 de 2021 que amplía la licencia de paternidad y crea dos nuevas figuras: la licencia parental compartida y la licencia flexible de tiempo parcial. De acuerdo con sus ponentes, el objetivo de esta iniciativa es incentivar que la madre y el padre puedan compartir y redistribuir, de común acuerdo, el cuidado del hijo durante sus primeros meses de vida. Así, lo que se busca es promover la paternidad responsable y equilibrar la labor de crianza que, hasta ahora, recaía mayoritariamente en la mujer, dado que su licencia de maternidad es de 18 semanas mientras que los hombres apenas contaban con ocho días para disfrutar con su bebé. Adicionalmente, la nueva ley incidiría en la lucha contra la discriminación laboral que enfrentan las mujeres en Colombia debido a los prejuicios que tienen algunos empleadores frente a la licencia de maternidad. Así las cosas, se espera que la ampliación del número de semanas a las que tendrían derecho los hombres equilibre un poco más la balanza en las tendencias de contratación. Ahora bien, ¿Qué cambios trae la nueva ley?, ¿en qué casos aplica?, y ¿Cómo hacerla efectiva? El siguiente abecé puede ayudarle a resolver sus dudas Licencia de paternidad Aumenta la duración Pasa de ocho días hábiles a dos semanas calendario posteriores a la fecha de parto. Pago proporcional Legalmente, el pago de la licencia será reconocido en proporción a las semanas que haya cotizado el padre durante el periodo de gestación. Aumento progresivo La licencia será ampliada progresivamente en una semana, por cada punto porcentual que se reduzca la tasa de desempleo estructural* hasta llegar a un máximo de cinco semanas de licencia. *La tasa de desempleo estructural es diferente a la tasa de desempleo común que es certificada mensualmente por el Dane. Se trata de un nuevo indicador cuya metodología de medición será definida por el Ministerio de Hacienda, el Banco de la República y el Departamento Nacional de Planeación y se publicará en diciembre de cada año. Certificación El único soporte válido para el otorgamiento de la licencia remunerada de paternidad es el Registro Civil de Nacimiento, el cual deberá presentarse a la EPS dentro de los 30 días siguientes a la fecha del nacimiento del menor. ¿A quién aplica? Padres de hijos nacidos de la compañera permanente o cónyuge. Padres adoptantes. Licencia parental compartida Permite que la pareja, de manera voluntaria y de común acuerdo, distribuya entre sí las últimas seis (6) semanas de las dieciocho (18) que corresponden a la licencia de maternidad. En este caso: El padre conserva su licencia de paternidad que le corresponden a partir de la fecha de parto. Esta licencia, en el caso de la madre, es independiente del permiso de lactancia. Si la madre cede sus últimas semanas de licencia al padre y retorna al trabajo, el empleador está en la obligación de concederle, dentro de la jornada laboral, dos descansos de treinta (30) minutos cada uno, para amamantar a su hijo. Condiciones Para acceder a la licencia parental, la pareja debe cumplir las siguientes condiciones: 1. La madre deberá tomar como mínimo las primeras doce (12) semanas después del parto, las cuales serán intransferibles, salvo que el médico tratante haya determinado que deba tomar una o dos semanas de licencia previas a la fecha probable del parto. Las restantes seis (6) semanas podrán ser distribuidas entre la pareja, de común acuerdo. 2. No se podrá fragmentar, intercalar ni tomar de manera simultánea los períodos de licencia a menos que sea por enfermedad postparto de la madre, debidamente certificada por el médico. Pago La licencia parental compartida será remunerada con base en el salario de quien disfrute de la licencia compartida en el periodo correspondiente. Requisitos Debe existir mutuo acuerdo entre los padres acerca de la distribución de las semanas de licencia. La madre está en absoluto derecho de decidir si quiere compartir o no sus semanas finales. La pareja deberá presentar a sus empleadores un documento firmado explicando la distribución de semanas acordada y la fecha en la que iniciaría la licencia de cada uno. Además, deberá adjuntar un certificado médico que indique la fecha probable de parto o constancia de nacimiento, según sea el caso, y un aval del médico tratante donde autorice el acuerdo alcanzado. Esto con el fin de garantizar la salud de la madre y del recién nacido. Para ello, cuentan con un plazo de 30 días contados a partir de la fecha de nacimiento del menor. Restricciones ¿Quiénes no pueden optar por la licencia parental compartida? Padres que hayan sido condenados en los últimos cinco años por delitos de acceso carnal violento o abusivo, acto sexual violento; prostitución o trata de personas. Padres condenados en los últimos dos años por violencia intrafamiliar e inasistencia alimentaria.  Padres que tengan vigente una medida de protección en su contra. Licencia parental flexible de tiempo parcial ¿Cómo funciona? La madre y/o el padre podrá cambiar un periodo determinado de su licencia de maternidad o paternidad por un periodo de trabajo de medio tiempo. De esta forma, la licencia se extiende al doble de tiempo del periodo seleccionado. Los padres podrán usar esta figura antes de la segunda semana de su licencia de paternidad y las madres a partir de la semana 13 de su licencia de maternidad. Por ejemplo, si un padre solicita acogerse a esta modalidad y quiere trabajar medio tiempo durante la segunda semana de su licencia de paternidad, esta se extendería una semana más, cumpliendo media jornada laboral. Así mismo, si la madre quisiera flexibilizar las dos últimas semanas de su licencia, podría dilatarla a cuatro con trabajo

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Orientaciones para personas vacunadas

Orientaciones para personas vacunadas

Aunque las vacunas autorizadas contra la COVID-19 son altamente efectivas, es necesario que las personas que han recibido una o dos dosis continúen adoptando medidas de bioseguridad y no desatiendan las medidas básicas de protección, especialmente, ante la llegada de la nueva variante delta. Al respecto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) publicaron recientemente, en su página web, una serie de recomendaciones mediante las cuales invitan a las personas inmunizadas a seguir reduciendo el riesgo de contagio. Aquí recogemos algunas orientaciones: Continúe usando mascarilla o tapabocas, así como medidas de distanciamiento social. A su vez, evite las aglomeraciones y no olvide el lavado de manos cada dos horas. Si llega a entrar en contacto cercano con una persona sospechosa de COVID-19o confirmada, deberá realizarse la prueba PCR de3 a 5 días después de la exposición, incluso si no presenta síntomas. Si días después de aplicarse la vacuna experimenta síntomas asociados al virus, es recomendable que se aísle y se realice una prueba para descartar un posible contagio. Recuerde que las infecciones en personas totalmente vacunadas (es decir, que ya completaron su esquema de vacunación) ocurren solo en una pequeña proporción y sus efectos tienden a ser leves versus las personas no vacunadas. Algunos países como Estados Unidos y de la Unión Europea continúan exigiendo la prueba viral del SARS-CoV-2 negativa a los viajeros completamente vacunados. Antes de viajar a su destino consulte los requisitos de ingreso establecidos por las autoridades nacionales en cada territorio. De otro lado, el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia hizo un llamado para que las personas que han sido vacunadas no se realicen pruebas rutinarias de anticuerpos, una práctica que, al parecer, se ha incrementado gracias al aumento en la oferta de este tipo de pruebas en el mercado y al afán de la población por comprobar si, efectivamente, desarrollaron anticuerpos tras la aplicación de la vacuna. “Muchas de las pruebas que se consiguen en el mercado, particularmente a precios bajos, buscan anticuerpos contra la proteína N del virus. Por el contrario, vacunas como las desarrolladas por AstraZeneca, Janssen, Moderna y Pfizer sólo producen anticuerpos contra la proteína S, por lo que es obvio que las pruebas rápidas no sirven para detectar la presencia de anticuerpos (…) Por estas razones, las pruebas rápidas no pueden considerarse como una herramienta fiable para evaluar la protección conferida por la vacunación”, advirtió esa cartera a través de un comunicado. Referencias: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. (2021, 19 agosto). Recomendaciones interinas de salud pública para las personas completamente vacunadas. https://espanol.cdc.gov/. https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/fully-vaccinated-guidance.html  Ministerio de Salud y Protección Social. (2021, 10 agosto). Llamado ala no realización rutinaria de pruebas de anticuerpos tras vacunación [Comunicado de prensa]. https://www.minsalud.gov.co/Paginas/-Llamado-a-la-no-realizaci%C3%B3n-rutinaria-de-pruebas-de-anticuerpos-tras-vacunaci%C3%B3n.aspx Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y podrás leerla desde cualquier lugar. No olvides leer esta segunda edición del año y encuentra un especial sobre las vacunas contra la COVID-19. Accede a la revista completa aquí

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Variante delta: lo que hay que saber sobre sus síntomas

Variante delta: lo que hay que saber sobre sus síntomas

Fuente: Tomado y adaptado de: Ministerio de Salud y Protección Social. Agosto 2 de 2021. Recuperado de: https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Variante-Delta-una-razon-mas-para-vacunarse.aspx y de https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Vacuna-covid-19-es-necesaria-una-tercera-dosis.aspx La variante delta ya está presente en Colombia y se ha convertido en la más predominante en el mundo, justamente por su capacidad de contagio. De ahí la importancia de vacunarse prontamente y mantener las medidas de bioseguridad. Esta nueva variante se caracteriza porque, además de cambiar el comportamiento habitual del virus, presenta síntomas diferentes en las personas. Así lo explicó José Alejandro Mojica, médico infectólogo del Ministerio de Salud y Protección Social, al indicar que “una de las preocupaciones con los virus es que mutan, lo que quiere decir que estos organismos son cambiantes y el Sars-CoV-2 no es la excepción”. En tal sentido, hay tres criterios que definen la preocupación de las autoridades sanitarias frente a la variante delta. Primero, que aumenta la transmisibilidad y empeora el comportamiento epidemiológico; segundo, incrementa la virulencia y presenta cambios en la presentación clínica; y tercero, disminuye la eficiencia en las medidas de control que se tienen, así como en las terapias. Hay que tener en cuenta que, hasta inicios de agosto, la variante delta circulaba en 105 países, entre ellos 19 de Latinoamérica. “Esta variante tiene una particularidad y es que tiene 60 % mayor posibilidad de transmitirse, por lo que hay mayor riesgo de hospitalizaciones o de reinfecciones”, advierte Mojica. Síntomas para estar alerta Entre los síntomas que se han identificado en las personas infectadas con esta nueva variante es que predomina el dolor de cabeza, es más recurrente el dolor de garganta y hay presencia de secreciones nasales y fiebre. “Pero algo muy interesante y es que hay menos presencia de tos y a la mayoría de las personas no les afecta ni el olfato ni el gusto”, señala el experto, añadiendo que, en ese sentido, la sintomatología es más parecida a una influenza. Esto indica que hay importantes diferencias frente a la sintomatología que se tiene documentada con respecto al virus original. Otro dato importante es que, con la cepa inicial, se contagiaban entre una y dos personas por cada caso positivo. En cambio, con la variante delta, ese indicador de contagios por caso confirmado alcanza hasta las 10 personas afectadas. Adicionalmente, según Mojica, la gravedad en la sintomatología por esta nueva variante se da de manera más rápida, llegándose a presentar síntomas gastrointestinales como diarrea, náuseas y vómito e, incluso, dolor de oídos y de las articulaciones. “Otro aspecto que se ha evidenciado es que los requerimientos de oxígeno a medida que avanza la enfermedad por COVID-19 en esta nueva variante, pueden ser mayores», advirtió el experto. No obstante, el hecho de tener este conjunto de síntomas no necesariamente significa que una persona haya contraído la variante delta. “Para determinarlo se debe hacer una identificación respectiva con el estudio genómico”, advirtió el galeno. De este modo, instó a tener en cuenta que las pruebas de PCR o de antígenos, no identifican la variante, ya que apenas son pruebas diagnósticas de la infección. Debido a lo anterior, Mojica invitó a la ciudadanía a vacunarse o a completar sus esquemas, a fin de incrementar la protección contra la COVID-19. «Si no nos encontramos con la vacunación, nos va a encontrar la delta», enfatizó. Vacuna COVID-19: ¿será necesaria una tercera dosis? A medida que la variante delta de la COVID-19 se propaga por el mundo, muchas personas quieren saber qué pueden hacer para mantenerse a salvo. Incluso se preguntan si deberían obtener más protección buscando una segunda o tercera dosis o combinando vacunas. Al respecto, Leonardo Arregocés, director de Medicamentos y Tecnologías en Salud del Ministerio de Salud y Protección Social, explicó que hasta el momento no hay evidencia clara y contundente para tomar una decisión. “Tenemos una experiencia de vacunación contra la COVID-19 de nueve meses en el mundo y es muy pronto para saberlo. Lo que demuestran los estudios preliminares es que tras una ter cera dosis los anticuerpos suben rápidamente”, dijo. Eso, sin embargo, no significa que la protección de las primeras vacunas sea insuficiente. Lo que indica es que están generando la memoria inmunológica necesaria. “Muestra que el sistema inmune aprendió a atacar el patógeno y por eso tiene una respuesta rápida cuando se enfrenta nuevamente a él”, aclaró. En ese sentido, el funcionario reiteró que la inmunidad con dos dosis podría durar hasta un año (dependiendo del grupo de edad y la persona) y que, hasta la fecha, no hay evidencia sobre la necesidad de una tercera dosis. Sin embargo, reconoció que algunos grupos específicos sí podrían beneficiarse de ella, como los adultos mayores y aquellos que toman determinados medicamentos o sufren de trastornos de inmunidad. “Los estudios evidencian que sí hay asociación entre la edad y qué tan rápido bajan los anticuerpos. Las personas de edad avanzada pierden protección más rápido que los jóvenes. Lo mismo sucede con aquellas personas que han recibido trasplantes, tratamientos para el cáncer o necesitan tratamientos de inmunosupresión”, afirmó Arregocés. Sobre la combinación de diferentes vacunas, el experto aseguró que los pocos estudios que existen parecen indicar que sí es posible obtener mejor protección. No obstante, estos estudios experimentales aún no son definitivos ya que deberán ser probados con personas para evaluar su seguridad. Frente a la posibilidad de implementar estas medidas en el país, el director de Medicamentos y Tecnologías indicó que no se ha descartado ninguna. “Los estudios están andando y esperamos que en las próximas semanas haya más evidencia para poder tomar una decisión”, explicó. Ahora bien, ¿Cuándo empezaría ese proceso? De acuerdo con el vocero del MinSalud, la evidencia apunta a que, entre más tiempo transcurra entre la segunda y la posible tercera dosis, se obtendrán más ventajas. “Todo indica que otorgar un plazo de seis meses luego de la última aplicación genera un beneficio mayor”, concluyó el experto. Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y podrás leerla desde cualquier lugar. No olvides leer esta

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¿Dudas sobre la seguridad de las vacunas contra la COVID-19? ¡Aquí las despejamos!

¿Dudas sobre la seguridad de las vacunas contra la COVID-19? ¡Aquí las despejamos!

Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Periodista / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad / Líder de Comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) La desinformación que circula en redes sociales sumado a algunas creencias erróneas alrededor de las vacunas incide en que un porcentaje de la población todavía se rehúse a vacunarse contra el coronavirus. En esta edición, presentamos una serie de argumentos, datos de interés y razones por las cuales la vacunación continúa siendo la mejor alternativa para crear un escudo protector frente al virus. Al cierre de esta edición, en Colombia ya se habían aplicado más de 36 millones de dosis de los biológicos disponibles contra la COVID-19 y unos 15 millones de personas contaban con su esquema completo de vacunación, según datos del Ministerio de Salud y Protección Social. A pesar de este avance, para las autoridades y expertos en la materia no deja de ser preocupante que un porcentaje de la ciudadanía aún se rehúse a vacunarse. Los datos así lo demuestran. El pasado 26 de julio, el Dane reveló los resultados de la más reciente encuesta Pulso Social, que mide la percepción de los hogares colombianos e indagó, entre otros temas, la intención de vacunarse. El estudio indica que, de las más de 12 mil personas encuestadas en 23 ciudades del país, el 11,6 % no está interesado en aplicarse la vacuna en contra del coronavirus. ¿Las razones? Más de la mitad de estas personas considera que la vacuna puede ser insegura debido a posibles efectos adversos; una proporción menor no cree que sea lo suficientemente efectiva y una minoría presenta argumentos que van desde afirmar que el coronavirus no es peligroso para la salud hasta la creencia de que la vacuna será utilizada para manipular a la población. Incluso, en este grupo hay quienes admiten estar en contra de las vacunas, en general. Un hallazgo similar lo arrojan los resultados de la encuesta de Invamer realizada en junio pasado en las principales ciudades del país. En este caso, las personas reacias a vacunarse (12 % de 1.200 encuestados) admiten que la vacuna no les genera confianza porque se desarrolló en muy poco tiempo, no creen que sea efectiva, temen que les inyecten el virus o señalan que no cuentan con información clara sobre la misma. Razones por las que las vacunas contra la COVID-19 son seguras y confiables De acuerdo con la guía ‘Mensajes y respuestas clave sobre la vacunación segura’ publicado en marzo de 2021 por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el desarrollo de las vacunas contra la COVID-19 presenta unas particularidades que hay que considerar especialmente cuando se duda de la rapidez con la que se crearon y aprobaron: Se contaba con conocimiento avanzado  El virus que causa la COVID-19 no es el primer coronavirus del que se tenga evidencia. Desde las epidemias causadas por el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS) y el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS), hace años que numerosos científicos vienen trabajando en vacunas contra el coronavirus, lo que ha propiciado una ventaja inicial en el proceso de desarrollo de las vacunas contra la COVID-19. Por ejemplo, la tecnología empleada para las vacunas por ARNm se ha estado desarrollando durante más de una década. La rigurosidad y la seguridad se preservaron Si bien es cierto que las vacunas contra la COVID-19 se han desarrollado más rápido que cualquier otra vacuna, cada una de ellas ha pasado por los mismos ensayos clínicos que otros biológicos previamente desarrollados. Hay que recordar que para que una vacuna sea aprobada debe superar distintas fases (preclínica y clínica) antes de recibir la aprobación regulatoria. El objetivo de todo este proceso es garantizar que la vacuna sea segura y eficaz, además de responder a otras preguntas como cuántas dosis se deben usar y cuándo se las debe aplicar (ver recuadro Así es el proceso de aprobación de una vacuna que garantiza su seguridad y efectividad). Las fuentes de financiación y el trabajo colaborativo estaban disponibles Debido a que la COVID-19 ha representado una crisis sanitaria global, propició una colaboración mundial y un incremento en el financiamiento gubernamental sin precedentes, lo que ha permitido que las vacunas contra la enfermedad se desarrollen más rápido de lo habitual. En este caso, los costos de la investigación estuvieron asegurados. Así mismo, desde el inicio de la pandemia muchas instituciones, entidades comerciales que desarrollan vacunas e investigadores en todo el mundo empezaron a trabajar en el desarrollo de la vacuna a una velocidad y escala sin precedentes. Se probó ampliamente su eficacia Otro de los aspectos clave es la prueba. Usualmente se necesitan muchos voluntarios para probar las vacunas, lo que requiere bastante tiempo, por lo general, un año o más. En este caso, miles de voluntarios se inscribieron para colaborar en varios países, lo que permitió probar su eficacia en menos tiempo y con más personas. A su vez, hacer el seguimiento fue más rápido que con otras enfermedades debido a su alta tasa de incidencia en la población. También se destaca que los científicos más reconocidos y experimentados del mundo pusieron al servicio de los ensayos su capacidad profesional y técnica. Así es el proceso de aprobación de una vacuna que garantiza su seguridad y efectividad De acuerdo con la guía ‘Mensajes y respuestas clave sobre la vacunación segura’ publicada este año por la Organización Panamericana de la Salud, las siguientes son las fases que debe superar una vacuna para ser aplicada en seres humanos. Fase preclínica: se centra en evaluar la seguridad de las vacunas y su capacidad para producir una respuesta inmunitaria en animales. Fases clínicas: en seres humanos, que incluyen: Fase 1: se llevan a cabo ensayos en un número reducido de seres humanos (generalmente, menos de 100 adultos) para evaluar la seguridad de la vacuna y su capacidad para generar una respuesta inmunitaria (inmunogenicidad). Esta fase podría incluir estudios para determinar el número de dosis necesarias y las vías de administración de la vacuna. Si en la fase

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Motociclistas deben portar el casco de protección de manera correcta: ANSV

Motociclistas deben portar el casco de protección de manera correcta: ANSV

Fuente: Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV). 23 de enero de 2021. Motociclistas deben portar el casco de protección de manera correcta: ANSV. Bogotá, Colombia. Recuperado de: https://www.mintransporte.gov.co/publicaciones/9367/motociclistasdeben-portar-el-casco-de-proteccion-de-manera-correcta-ansv/#:~:text=A%20 partir%20de%20este%20s%C3%A1bado,el%20uso%20de%20cascos%20protectores A partir del sábado 23 de enero de 2021 entró a regir la Resolución No. 23385 de 2020, del Ministerio de Transporte, que establece y obliga a los conductores y acompañantes de motocicletas, mototriciclos, motocarros y cuatrimotos a cumplir con las condiciones mínimas en el uso de cascos protectores. La norma dispone tres buenas prácticas mínimas con el objetivo de disminuir y evitar traumas craneoencefálicos a los usuarios de motocicleta, en caso de un siniestro vial. Según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial, en 2020, el 33,2 % de los casos de muerte de los usuarios de motos fueron causados por trauma craneoencefálico.   El Gobierno Nacional hace un vehemente llamado tanto a los usuarios como a los acompañantes de motocicletas, motociclos, mototriciclos, motocarros y cuatrimotos, para que usen de manera adecuada y correcta el casco de protección cuando realicen sus desplazamientos por las carreteras del territorio nacional. Así quedó establecido en la resolución No. 23385 de 2020, del Ministerio de Transporte, en la cual “se establecen las condiciones mínimas para el uso del casco protector para conductores y acompañantes de vehículos tipo motocicletas, motociclos, mototriciclos, motocarros, cuatrimotos y se dictan otras disposiciones”, con el fin de garantizar y proteger la vida de los usuarios de estos vehículos. De esta forma, la norma que empezó a regir el 23 de enero y que busca disminuir y evitar traumas craneoencefálicos a los usuarios de motocicleta involucrados en un siniestro vial, y, por lo tanto, muertes o lesiones, establece tres condiciones vitales para el uso de este elemento personal de protección. La primera condición consiste en que la cabeza del usuario de motocicleta debe estar totalmente inmersa en el casco, es decir, debe ocupar toda su cavidad interna para ofrecer la mayor protección posible según su diseño de fabricación. Esto implica que el casco debe estar bien abrochado a través de su sistema de retención, sin correas rotas, ni broches partidos e incompletos. Una segunda medida, también de gran importancia, establece que no se podrán portar dispositivos móviles de comunicación o teléfonos que se interpongan entre la cabeza y el casco, excepto si son utilizados con accesorios o equipos auxiliares que permitan tener las manos libres. Por último, en tercer lugar, la medida indica que, para el caso de los cascos con cubierta facial inferior movible, conocidos comúnmente como abatibles o modulares, la misma siempre debe ir totalmente cerrada y asegurada. El director de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, Luis Lota, destacó que esta nueva resolución es una herramienta más que contribuirá notablemente a salvar las vidas de los motociclistas en las vías porque se alinea con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) referente a la necesidad de contar con normas enfocadas a la calidad y el uso adecuado de estos elementos. “El uso correcto del casco es una de las medidas más efectivas para prevenir fatalidades y mitigar la gravedad de lesiones en conductores y acompañantes de motocicleta, pero solo es efectivo cuando se usa de forma correcta. Acatando estas tres condiciones mínimas contempladas en la resolución, nos protegemos más en las vías”, indicó Lota. El alto funcionario precisó y aclaró que la norma no obliga a cambiar los cascos que se utilizan actualmente si este cumple los requisitos. “Lo que sí recomendamos es reemplazarlo cuando haya sufrido golpes considerables, se encuentre en mal estado o el sistema de retención presente daños o averías que no permitan asegurarlo de manera adecuada”, explicó. Con la expedición de esta resolución, el país, además de contar con un reglamento técnico para la fabricación, importación y comercialización de cascos, contenido en la Resolución 1080 de 2019 y dirigido hacia los fabricantes, importadores y comercializadores, ahora cuenta con condiciones mínimas que los motociclistas deben tener en cuenta al momento de circular en las vías. Principales recomendaciones Además de las condiciones adoptadas en la nueva resolución, la ANSV invita a los usuarios de motocicletas a adoptar las siguientes buenas prácticas como: Adquirir cascos certificados Tener en cuenta la talla al momento de usar un casco. Evitar usar el casco de otro conductor. Mantenerlo limpio y desinfectado en el interior y exterior. No exponerlo a golpes o caídas. Siniestralidad en motos Según el informe de 2020 del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, entre enero y diciembre de ese año fallecieron en Colombia 5458 ciudadanos en accidentes de tránsito. Los usuarios de motocicleta son quienes mayor participación tuvieron, con un total de 2908 registros, que representan el 53,28 % del total. Los siguen los peatones, con el 20,67 % de los casos, y usuarios de vehículo, con el 11,43%. El 33,2 % de los casos de muerte de los usuarios de motos fueron causados por trauma craneoencefálico. Los motociclistas pasaron de representar el 24 % de las fatalidades en el tránsito durante 2004, a cerca del 54% en 2019. El incremento en la participación de los usuarios de motocicleta en las fatalidades respecto a los otros actores viales evidencia el aumento que ha tenido la utilización de este medio de transporte durante los últimos 15 años. Con el fin de socializar la norma entre los actores viales, la Agencia Nacional de Seguridad Vial ya ha adelantado diferentes jornadas pedagógicas en todos los departamentos del país, con personal técnico de los municipios, llegando a sensibilizar 901 funcionarios de autoridades locales. Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y podrás leerla desde cualquier lugar. No olvides leer esta segunda edición del año y encuentra un especial sobre las vacunas contra la COVID-19. Accede a la revista completa aquí

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Cinco cosas que debes saber sobre los tapabocas desechables y la contaminación por plásticos

Cinco cosas que debes saber sobre los tapabocas desechables y la contaminación por plásticos

Fuente: Organización de las Naciones Unidas (ONU). [28 de marzo de 2021]. Cinco cosas que debes saber sobre las mascarillas desechables y la contaminación por plásticos. Recuperado de: https://news.un.org/es/story/2021/03/1490132 La pandemia del coronavirus ha provocado un gran aumento del uso de mascarillas, guantes y otros equipos de protección desechable afectando potencialmente la lucha contra la contaminación marítima. Los diversos organismos de la ONU y sus socios aseguran que, de ponerse en marcha una serie de medidas eficaces, la cantidad de plásticos desechados cada año puede reducirse considerablemente, o incluso eliminarse. 1) Aumento de la contaminación provocado por el enorme consumo de tapabocas, guantes y otros productos La pandemia del coronavirus ha provocado un importante aumento de la producción de tapabocas desechables. Las cifras proporcionadas por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo no engañan y prevén que las ventas mundiales de mascarillas ascenderán a unos 166.000 millones de dólares en 2020, frente a unos 800 millones de dólares en 2019. Para muchas personas, una de las más recientes llamadas de atención sobre este problema se produjo cuando aparecieron en los medios de comunicación videos y fotos de buzos recogiendo máscaras y guantes ensuciando las aguas de la Riviera francesa. Este acontecimiento supone un recordatorio de que los políticos, los líderes y los individuos necesitan abordar el problema de la contaminación por plásticos desechados. 2) Considerar la gestión de los residuos como un servicio público esencial Si nos fiamos de los datos históricos, sus cifras nos indican que alrededor del 75 % de los tapabocas usados, así como otros residuos relacionados con la pandemia, acabarán en vertederos o flotando en los mares. Daños medioambientales aparte, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente calcula que el coste financiero, en ámbitos como el turismo y la pesca, será de unos 40.000 millones de dólares. El Programa advierte que, de no gestionarse adecuadamente el gran aumento de los residuos médicos, muchos de ellos fabricados con plásticos de un solo uso, podría producirse un vertido incontrolado. Entre las posibles consecuencias se encuentran los riesgos para la salud pública derivados de las mascarillas usadas infectadas y la quema al aire libre o la incineración incontrolada de las mascarillas, lo que provocaría la liberación de toxinas en el medio ambiente y la transmisión secundaria de enfermedades a los seres humanos. Ante el temor de estos posibles efectos secundarios en la salud y el medio ambiente, el Programa insta a los gobiernos a considerar la gestión de los residuos, entre ellos los médicos y los nocivos, como un servicio público esencial. El organismo argumenta que la manipulación segura y la eliminación final de estos residuos es un elemento vital para una respuesta de emergencia eficaz. «La contaminación producida por los plásticos ya era una de las mayores amenazas para nuestro planeta antes del brote de coronavirus», afirma Pamela Coke-Hamilton, directora de comercio internacional de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. «El repentino auge del uso cotidiano de ciertos productos que sirven para mantener a salvo a las personas y detienen la enfermedad está empeorando mucho las cosas», advirtió. 3) Es posible reducir un 80 % la contaminación por plásticos  Sin embargo, esta situación puede modificarse como demuestra un amplio informe sobre residuos plásticos  publicado por The Pew Charitable Trusts, y el laboratorio de ideas Systemiq. El estudio, avalado por la directora ejecutiva de la agencia medioambiental de la ONU, Inger Andersen, pronostica que, si no se toman las medidas adecuadas, la cantidad de plásticos vertidos en el océano se triplicará en 2040, pasando de 11 a 29 millones de toneladas al año. Sin embargo, cerca del 80 % de la contaminación producida por plásticos podría eliminarse en ese mismo periodo simplemente sustituyendo una regulación inapropiada: cambiar el modelo de negocio e introducir incentivos que conduzcan a la reducción de la producción de plásticos. Otras medidas recomendadas son diseñar productos y envases que puedan reciclarse más fácilmente y aumentar la recogida de residuos, especialmente en los países de menor renta. 4) La necesidad de impulsar una alianza mundial En un análisis sobre plásticos, sostenibilidad y desarrollo en 2020, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo llegó a la conclusión de que las políticas comerciales mundiales también pueden desempeñar un importante papel en la reducción de la contaminación. Aunque durante la última década muchos países han introducido normativas relativas a la contaminación producida por plásticos, un indicador de la creciente preocupación que rodea a este tema, según el análisis de la Conferencia, es que para que estas políticas sean realmente eficaces se necesitan reglas coordinadas y globales. «El modo en que los países han utilizado sus políticas comerciales para luchar contra la contaminación por plásticos ha sido en su mayor parte descoordinado, limitando la eficacia de sus esfuerzos, dice Coke-Hamilton. «Hay límites a lo que cualquier país puede lograr por sí solo». 5) Impulsar alternativas respetuosas con el planeta y el empleo Aunque la aplicación de estas medidas reduciría enormemente la contaminación por plásticos de aquí a 2040, el informe de la organización sin fines de lucro Pew y el laboratorio de ideas Systemiq reconoce que, incluso en el mejor de los casos, se seguirían vertiendo cinco millones de toneladas de plásticos en el océano cada año. Los autores del estudio consideran que para enfrentarse de forma integral al problema se necesitaría un aumento drástico de la innovación y la inversión que se tradujera en avances tecnológicos. La Conferencia también insta a los gobiernos a potenciar sustancias no tóxicas, biodegradables o fácilmente reciclables, como las fibras naturales, la cáscara de arroz y el caucho natural. Estos productos serían más respetuosos con el medio ambiente y, dado que los países en desarrollo son proveedores clave de muchos sustitutos del plástico, podrían aportar una ventaja añadida: la creación de nuevos puestos de trabajo. Bangladesh, por ejemplo, es el primer proveedor mundial de exportaciones de yute, mientras que entre Tailandia y Côte d’Ivoire concentran la mayor parte de las

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