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Cadenas de suministro y encadenamientos productivos: su importancia en la economía circular

Cadenas de suministro y encadenamientos productivos: su importancia en la economía circular

Por Jacqueline Mesa Sierra / Ingeniera Forestal / Especialista en Gestión Medioambiental / Magíster en Salud y Seguridad en el Trabajo / Líder técnica / Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). Los modelos de producción industrial se han mantenido históricamente como procesos lineales de consumo de recursos que siguen un patrón de «tomar, fabricar, desechar» de manera tal que, aún hoy, las empresas continúan extrayendo recursos para fabricar productos que, luego, el consumidor va a descartar. En otras palabras, la humanidad ha dependido durante mucho tiempo de sistemas económicos lineales, dando lugar a desechos en cantidades y formas sin precedentes que el medio ambiente no es capaz de metabolizar (Salvador, y otros, 2021). Para el año 2010, de acuerdo con la Fundación Ellen MacArthur, ingresaron a la economía aproximadamente 65.000 millones de toneladas de materias primas y, para 2020, se esperaba que la cifra ascendiera a unos 85.000 millones de toneladas. Lo anterior evidencia que cualquier sistema basado en el consumo más que en el uso reparador de recursos no renovables conlleva a importantes pérdidas de valor y a efectos negativos a lo largo de la cadena (Ellen MacArthur Foundation, 2013). El sistema lineal no solo revela problemas a nivel ambiental. Actualmente, muchas compañías han evidenciado que este sistema lineal aumenta la exposición a diferentes riesgos como el incremento y la volatilidad de los precios de los recursos (valores menos predecibles), cambios en la oferta1, interrupciones en el suministro, alta competencia y demanda, aumento de los costos de extracción, aumento de las emisiones, escasez de agua, aumento de los precios de la energía, aumento de la población y del consumo2 que posiblemente no logrará compensarse. Por lo tanto, este modelo lineal está alcanzando el límite: las mejoras en la efi ciencia no son sufi cientes para ser competitivos, la productividad agrícola decrece y existe un riesgo inminente en relación con la seguridad alimentaria ligada a las súper optimizadas cadenas de suministro (Ellen MacArthur Foundation, 2014). Entre tanto, la economía circular es una combinación de sistemas de producción-consumo que maximiza los servicios de producción de manera sostenible, sin violar las tasas de reproducción natural, mientras utiliza fl ujos de materiales cíclicos y fuentes de energía renovable (Korhonen et al., 2018, citado por Stefanos, Efstratios, & Styliani, 2021). Las estrategias de negocio de la economía circular tienen como objetivo cerrar baches que pueden tener los materiales, reducir el uso de materias primas, reutilizar o re-manufacturar productos y reciclar productos y materiales. Pasar a la economía circular significa rediseñar productos y procesos para que el uso y el desperdicio de materias primas se eliminen o minimicen en el sistema de producción y posconsumo. Así, los patrones de consumo circulares pueden reemplazar los actuales patrones lineales, desligando el crecimiento económico de los impactos ambientales y reorientando a las empresas manufactureras a la prestación de servicios en lugar de la producción de productos (Clyde, Sherwyn, & Eric, 2021). Una economía circular es un sistema industrial restaurador o regenerativo por intención y por diseño. Sustituye el concepto de “caducidad” por el de “restauración” y se inclina hacia el uso de energías renovables basándose en tres principios fundamentales: primero, el diseño para evitar el residuo; segundo, la utilización de componentes consumibles y duraderos; y tercero, el uso de energía renovable (Ellen MacArthur Foundation, 2014). Una de las principales barreras que existen en la implementación de la economía circular es el hecho de que, año tras año, se incluyen nuevos aditivos en los productos lo que dificulta el proceso de circularidad. De acuerdo con la Fundación Ellen MacArthur, las fórmulas de los materiales son la clave para iniciar el cambio. Es necesario inclinarse hacia la unifi cación o consolidación de los materiales de tal manera que se facilite la separación y los residuos resulten de calidades aceptables para ingresar nuevamente al proceso productivo. De hecho, la misma fundación sostiene que existen unos materiales clave con los cuales se puede empezar a demostrar la real efectividad de la economía circular y dar gran impulso por parte de varios actores. En la Tabla 1 se describen algunas de dichas categorías clave. Tabla 1. Categorías de materiales primordiales candidatos para demostrar viabilidad de circularidad Fuente: Elaboración propia basado en (Ellen MacArthur Foundation, 2014) De igual manera, otra de las unidades clave sobre las cuales se debe enfatizar en la economía circular son las cadenas de suministro y encadenamientos productivos, que requieren la eliminación de barreras como la dispersión geográfi ca, la complejidad de los materiales y lograr el sentido inverso, es decir, cerrar el círculo. Cadenas de suministro y encadenamientos productivos locales y globales Las cadenas de suministro circulares ya están en funcionamiento y se han vuelto globales, de tal manera que se espera que las oportunidades mejoren a medida que las materias primas aumenten el valor y los ciclos inversos disminuyan los costos de establecimiento, apoyados en avances tecnológicos que permiten la efi ciencia de la logística en ambos sentidos: de avance y retrocesos (Ellen MacArthur Foundation, 2014). De la misma manera, en las cadenas de suministro insertas en la economía circular los consumidores son eslabones clave puesto que, en el modelo, son vistos no solo como “el objetivo principal de la cadena de suministro del producto”, sino también como “el punto de partida de la cadena de suministro inversa”. Este movimiento de bienes del consumidor al productor implica, a su vez, que en lugar de ser tratado como un “residuo a eliminar”, sea visto como un “recurso que debe reingresar” a los procesos productivos. Como tal, una economía circular refuerza el papel del consumidor como un poderoso agente de mercado, superando así el mero papel de ser una de las partes más débiles en una relación contractual (Oliveira, 2020). Por ende, en la economía circular se reemplaza el concepto de “consumidor” por el de “usuario”, por lo que se requiere un nuevo tipo de contrato entre las empresas y sus clientes, basado en el rendimiento del producto (Ellen MacArthur Foundation, 2014). A nivel local se espera que los costos de

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Estrategia Nacional de Economía Circular: ¿en qué va el país?

Estrategia Nacional de Economía Circular: ¿en qué va el país?

Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Comunicadora Social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social Empresarial / Líder de Comunicaciones / Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). “Producir conservando y conservar produciendo”. Esta es la lógica para desarrollar nuevos modelos de negocio que plantea la Estrategia Nacional de Economía Circular (ENEC), un instrumento con el que Colombia cuenta desde noviembre de 2018 y que sienta las bases para optimizar la eficiencia en la producción y consumo de materiales, reducir la huella hídrica y de carbono, valorizar continuamente los recursos y cerrar ciclos. Se trata entonces de una transformación no solo productiva sino también cultural hacia donde el país ya empieza a transitar. La estrategia surge en un contexto en el que urge acelerar las acciones y compromisos adquiridos por los países en el Acuerdo de París (alcanzado en la COP 21) de cara a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2°C. Así mismo, está el llamado a los estados miembro de la ONU a trabajar decididamente en el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que la Economía Circular aparece como un eje transversal a varios de ellos. Sin embargo, no solo se trata de que el país esté alineado a las agendas internacionales en materia ambiental y social. Las condiciones económicas propias también apremian. Según lo advierte el documento de la ENEC, la economía colombiana presenta bajos niveles de productividad en prácticamente todos los sectores productivos, escasa diversifi cación en productos de mayor valor agregado y rezagos en innovación tecnológica e inversión en investigación. Todo esto reduce las oportunidades de generar empleo, así como de crear factores diferenciales en los mercados (ENEC, 2018). A la realidad económica se le suma la tensión ambiental. “Desde hace varios años, Colombia viene experimentando una fuerte presión sobre sus rellenos sanitarios que ya están alcanzando su capacidad máxima de almacenamiento, las basuras son un problema ambiental, la contaminación por plásticos afecta las costas, los ríos y los mares. Adicionalmente, tenemos un bajo uso de biomasa. Entonces, necesitamos con urgencia modelos de negocio que reduzcan la presión sobre los recursos naturales”, afi rma Andrea Corzo, directora de Asuntos Ambientales, Sectorial y Urbana del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS). Considerando este escenario, el país ya venía dando algunos pasos en la senda hacia la transformación de su modelo económico, especialmente, en materia normativa. De esta forma, la ENEC se asienta sobre varios instrumentos desarrollados previamente y que le otorgan razón de ser. En ese sentido, Corzo refi ere la Política Nacional de Producción y Consumo Sostenible, documento publicado en 2010 y en el que se actualizan e integran la Política Nacional de Producción más Limpia y el Plan Nacional de Mercados Verdes; el Conpes 3874 de 2016 que establece la Política Nacional para la Gestión Integral de Residuos Sólidos, incluyendo la responsabilidad extendida del productor y la gestión de residuos peligrosos; el Conpes 3866 que promueve la generación de encadenamientos productivos y el fortalecimiento de cadenas de valor a través de la Política de Desarrollo Productivo; y el Conpes 3934 de 2018 que instaura la Política de Crecimiento Verde y se traza como objetivo “impulsar a 2030 el aumento de la productividad y la competitividad económica del país, al tiempo que se asegura el uso sostenible del capital natural y la inclusión social, de manera compatible con el clima”. Bajo este marco normativo, la ENEC asume una naturaleza de “instrumento integrador” como lo resume la funcionaria. Esta característica tiene dos fundamentos. Por un lado, su desarrollo involucró un proceso de concertación entre diversos actores del sector público y privado, la academia y la sociedad civil, así como la participación de distintos ministerios acompañados por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Por otro lado, le permite al gobierno “identificar prioridades, mecanismos de gestión y necesidades de articulación interinstitucional para avanzar hacia esa transformación de los sistemas de producción y consumo”, explica Corzo. Y es que al fi nal lo que se busca es implantar en el país un nuevo modelo económico, una alternativa de desarrollo con miras a dejar atrás el actual sistema lineal de producir, usar y botar. “En cambio, a través de la Economía Circular, buscamos la optimización en el uso de los recursos y el fomento de la responsabilidad extendida del productor, donde los residuos o desechos que generan los productos o servicios de la industria se integren nuevamente en el ciclo productivo y se conviertan en un insumo para otras empresas y para la generación de nuevos emprendimientos”, agrega la funcionaria. Metas país En América Latina, Colombia se convirtió, en 2018, en el primer país en adoptar una estrategia de Economía Circular. Con este avance pretende ser, para el año 2030, el líder en la implementación de este modelo económico en la región. “Esta visión implica incrementar la efi ciencia en el uso de materiales, agua y energía, teniendo en cuenta la capacidad de recuperación de los ecosistemas y el uso circular de los flujos de materiales, maximizando su valor agregado y su vida útil”, como lo expone el documento oficial. Para lograrlo, cuenta con seis líneas priorizadas: flujos de materiales industriales y productos de consumo masivo; flujos de envases y empaques; flujos de biomasa; flujos de agua; fuentes y flujos de energía; y flujos de materiales de construcción. Adicionalmente, para cada una, se han establecido metas e indicadores de cumplimiento en un periodo establecido entre el 2021 y el 2028. Por ejemplo, respecto a los materiales industriales y productos de uso masivo, se espera que el 69 % de los Aceites Lubricantes Usados (ALU) que se generan en el país sean valorizados energéticamente y que unas 17 corrientes o subcategorías de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos sean reguladas bajo la responsabilidad extendida al productor. Para el caso de materiales de construcción se proyecta una tasa de aprovechamiento del 90

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¡Que la única llama que arda sea la del espíritu navideño!

Consejos para evitar incidentes y riesgos eléctricos Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Comunicadora social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad / Líder de comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS)  *Con asesoría técnica de Diego Moreno Bedoya, enfermero y magíster en Salud Ocupacional. Bombero desde 1999. Facilitador de Naciones Unidas para  formación en el Marco de Sendai para la reducción del riesgo de desastres. Director del Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá. Si hay algo que caracteriza la Navidad es su tradicional iluminación: el despliegue de luces se apodera de árboles, pesebres, guirnaldas y otros elementos decorativos en hogares, oficinas y comercios. Las fachadas y ventanales irradian a través de luminarias en forma de cascadas y extensas mangueras mientras las figuras de exteriores, cada vez más populares, se roban el show. No en vano, para anunciar la inauguración de los alumbrados, muchas ciudades colombianas han adoptado la expresión “se enciende la Navidad”. Y aunque este espectáculo es sinónimo de magia y alegría, no hay que perder de vista algunas recomendaciones para reducir riesgos y prevenir incidentes por cuenta de errores en las conexiones eléctricas. “Lo primero que hay que considerar es que, por lo general, la decoración navideña suele estar elaborada con materiales combustibles como cartón, material deshidratado, madera, telas y sintéticos que, en caso de presentarse un incidente eléctrico, podrían incrementar el riesgo de provocar un incendio”, señala Diego Moreno Bedoya, director del Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá. De ahí la importancia de adoptar medidas preventivas en esta temporada de fin de año haciendo un uso racional y responsable de  las instalaciones eléctricas que se utilizan tanto en hogares como en entornos laborales. ¡Que un descuido no apague tu Navidad! Las siguientes recomendaciones te permitirán disfrutar tus alumbrados navideños sin contratiempos ni sobresaltos. Ponlos en práctica a la hora de decorar tu hogar o lugar de trabajo. Verifica el estado del cableado y de los enchufes de las luces, adornos con iluminación y extensiones que vas a utilizar, especialmente, si las reutilizas año tras año. Es importante que los cables no estén enredados, que la cubierta protectora no presente desgastes o que los hilos conductores no se vean expuestos o debilitados. Si se presenta alguna de estas fallas, reemplázalos o solicita su reparación en un centro especializado. No hagas “remiendos” con cinta ni arreglos caseros. También debes revisar que no contengan bombillos fundidos y en caso tal, sustitúyelos para evitar un posible sobrecalentamiento del sistema. Asegúrate de que las instalaciones eléctricas estén en buen estado. Por ejemplo, que las cajas de los tomacorrientes estén bien aseguradas, que el enchufe se ajuste bien, que no genere chispas al momento de conectar un aparato o no se genere el fenómeno de “paso de corriente”. En caso tal, se debe contactar a un técnico electricista para que genere las reparaciones correspondientes. De igual forma, es aconsejable solicitar revisiones periódicas preventivas. No sobrecargues los tomacorrientes. De acuerdo con el Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá, una mala práctica es recurrir a sistemas multitoma y conectar, a la vez, varios adornos e iluminaciones navideñas excediendo así su capacidad. Esta sobrecarga es una de las principales razones por las que se suelen presentar fallas eléctricas. La iluminación interior debe permanecer alejada de chimeneas, estufas, hornos, calentadores y otras fuentes de calor. Si vas a decorar la fachada de tu casa asegúrate que las luces que utilices sean aptas para exteriores, ya que su diseño debe proteger completamente el sistema eléctrico de cambios de temperatura y los recubrimientos deben ser resistentes al sol y la lluvia. Adicionalmente, es importante verificar la capacidad eléctrica del inmueble para corroborar que es apta para soportar la decoración navideña. En lo posible, procura contar con la orientación y asesoría de un experto. Ten cuidado a la hora de utilizar asadores eléctricos en tus festejos familiares. Revisa que su potencia y consumo de energía sea apto para la capacidad eléctrica de tu hogar. Aunque, por lo general, las luces están diseñadas para durar encendidas por largos periodos de tiempo, no es aconsejable dejarlas prendidas toda la noche pues su consumo no solo incrementa los costos en las facturas de energía, sino también el impacto ambiental porque aumentan la huella de carbono. No olvides la importancia de contar con un extintor multipropósito en tu hogar para atender emergencias que pueden ir  desde un cortocircuito, un descuido con una vela o una llamarada al momento de freír alimentos que contienen o puedan contener residuos de agua. Tener este equipo a la mano puede hacer la diferencia entre un incidente y una tragedia. Para celebrar el tradicional Día de las Velitas recuerda no poner las velas sobre superficies cuyos materiales sean  combustibles como tablas de madera, cartones o plásticos. Mantenlas alejadas de cortinas y objetos que se puedan prender fácilmente y ocasionar incendios. Los niños deberán permanecer a una distancia prudente y supervisados por un adulto responsable. No permitas que jueguen con la parafina derretida. El uso de pólvora y otros elementos pirotécnicos está restringido única y exclusivamente a personal experto y calificado. Bajo ninguna circunstancia permitas que los menores de edad manipulen estos artefactos. Recuerda que su venta está prohibida en el espacio público. Algunas señales de alarma para tener en cuenta  Cuando se presenta una falla eléctrica es usual que se generen algunos signos que indican que algo no anda bien. Es importante estar alerta y prestarles atención para actuar a tiempo. En este sentido, Diego Moreno Bedoya, director del Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá, comparte algunas de esas señales que no se pueden pasar por alto. Alteraciones en la luminosidad e intermitencias en el sistema eléctrico. La intensidad de las luminarias cambia constantemente o por momentos. Presencia de un sonido tipo “zumbido de abeja” en algunos puntos. Generación de chispas entre cables que entran en contacto. Sobrecalentamiento de los aparatos eléctricos y adornos navideños. Se ponen muy calientes al tacto. Generación de pequeños “cortos” a la hora de conectar elementos. Olor a

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Relato de átomos y moléculas

Relato de átomos y moléculas

Por Alejandro Aldana Pérez / Magíster en química / Bogotá, Colombia / 2020 A inicios del 2020, antes de la llegada del nuevo coronavirus, estalló un escándalo en el país. En un principio, uno podría haber pensado que el resonar del hecho estaba relacionado con temas de narcotráfico, carteles de la contracción, asesinatos de líderes sociales, el proceso de paz, el paramilitarismo, las chuzadas, la polarización, el ESMAD etc. Sin embargo, en esta ocasión la noticia no giraba en torno a los asuntos nombrados arriba. El acontecimiento estaba vinculado con la composición química de un medicamento de origen natural, elaborado a base de extracto de caléndula. De manera sorpresiva, en el amanecer del año veinte del siglo XXI, la química era el epicentro periodístico en Colombia. A grosso modo, el tema alrededor del fármaco era que este no estaba constituido de forma exclusiva de extracto de caléndula. Este hecho dejaba entredicho su clasificación como producto natural. Según los resultados reportados por los análisis químicos, ejecutados por una universidad pública del país, el medicamento presentaba alto contenido de un activo farmacológico conocido como diclofenaco (Correa, 2020). En este contexto, la situación en torno a dicho fármaco presentaba dos aristas por esclarecer. La primera de ellas es dejar claro que la presencia del diclofenaco en el fármaco nos conduce hacia el complejo camino de las restricciones relacionadas con los medicamentos tipo AINEs. Es decir, el diclofenaco, según los especialistas del tema, es un activo farmacéutico antiinflamatorio no esteroideo (AINEs), el cual en ciertas personas puede ocasionar episodios de alergias. Y aquí es crucial aclarar que el éxito del medicamento a base de caléndula radica en que este era una alternativa segura para aquellos individuos alérgicos a los AINES. Lo segundo que quedó en evidencia es que en el imaginario colectivo hay una manía de catalogar a los productos de origen natural como elixires de la curación y la inocuidad. En contraste, esa misma colectividad crucifica toda sustancia de origen sintético. A esto último lo etiquetan como “químico” y lo asocian con peligroso para la salud. En este orden de ideas, la química no debe asociarse sólo con lo negativo. Es lo mismo que la idea de concebir que la vida solo es tristeza y angustia. En ella también existe la felicidad y el sosiego. De igual manera, la química acoge lo peligroso y lo inocuo. Sin importar el origen sintético o natural de la sustancia. En este sentido, lo que se pretende probar es que lo natural no siempre implica inocuidad y para demostrarlo vayamos a la época de la antigua Roma. Los romanos se especializaron en el uso de pócimas venenosas. Estas fueron empleadas para aniquilar enemigos y ejecutar suicidios. También, fue la herramienta predilecta para derrocar a sus propios emperadores. El emperador Claudio, según relata la historia, fue asesinado por su esposa Agripina. La mujer aprovechó el gusto de su esposo por los hongos y le dio a comer unas setas venenosas. Las memorias cronológicas cuentan que Claudio no murió de inmediato. De acuerdo con los historiadores, el médico Xenophon introdujo una pluma en la garganta del envenenado, con el objeto de hacerle vomitar el material ponzoñoso. Sin embargo, se conoció que el doctor había untado la pluma con veneno. Finalmente, esta maniobra acabó con la vida del soberano (Cilliers, L., Retief, F. 2014). La versión expuesta arriba dice que al mandatario romano le suministraron setas venenosas. Se especula que estos hongos estaban relacionados con la Amanita phalloide (la oronja verde). No obstante, los hechos vinculados con la muerte de Claudio no son claros. Esto, debido a que algunos afirman que los hongos fueron envenenados de manera intencional. Independiente de cómo ocurrieron los hechos con relación al veneno, en algo sí están de acuerdo los historiadores: el asesinato se ejecutó con una sustancia proveniente de la naturaleza. Si la muerte de Claudio estuvo relacionada con la ingesta de oronja verde, ¿cuál fue la molécula causante del envenenamiento? La respuesta a este interrogante fue resuelta muchos años después de la era romana, por los químicos alemanes Wieland y Linen. Ellos lograron extraer de este hongo la sustancia conocida como la faloidina, que es una micotoxina que inhibe la síntesis proteica en las células del hígado. Esto trae como consecuencia una falla hepática irreversible (Kouznetsov, 1998). El caso de Claudio no fue el único asesinato cometido vinculado con productos de origen natural. Los hechos criminales de los romanos, con relación al empleo de sustancias venenosas, es vasto. Por ejemplo, se conoce que el filósofo Séneca fue inducido al suicidio por Nerón. La vía empleada fue la ingesta de cicuta. También se dice que el emperador Tito fue envenenado por su hermano menor con un molusco ponzoñoso. Asimismo, durante la antigua Roma, se cometieron crímenes ejecutados por mujeres diestras en la extracción de sustancias tóxicas de origen natural. Las más famosas fueron: Locusta, Martina y Canidia (Cilliers, L., Retief, F. 2014). En síntesis, en el apogeo del imperio romano, la naturaleza era la despensa química de la cual ellos echaban mano. En los sucesos anteriores, la muerte fue propiciada por sustancias letales de origen natural. Esto demuestra que no todo lo suministrado por la “pachamama” es inocuo. Por otra parte, a veces olvidamos que, durante toda nuestra existencia, llevamos a cuesta un extraordinario laboratorio de química conocido como el cuerpo humano. Este artefacto, para mantenerse vivo, se rige por procesos metabólicos y fisiológicos. Cuando hay alguna alteración en ese reactor químico natural, la ciencia médica entra en escena para tratar de restaurar el orden. Y esa labor es ejecutada con sustancias de origen natural o sintético. Es decir, la medicina recurre a los químicos. Finalmente, tal vez sea necesario apelar a la definición de la química para dejar claro este asunto. De tantas que hay, creo que la mejor de ellas, por su sencillez, fue hecha por un historiador, su nombre Yuval Noah Harari. Para él, esta ciencia se define de la siguiente manera: “(…) unos 300.000 años después de su aparición,

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Resiliencia y continuidad de negocios: un reto para las pymes en la gestión del riesgo y la reducción de desastres

Por Jacqueline Mesa Sierra / Ingeniera Forestal / Especialista en Gestión Medioambiental / Magíster en Salud y Seguridad en el Trabajo / Gerente Técnica del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). Cómo citar este artículo:Mesa, J. Resiliencia y continuidad de negocios: un reto para las pymes en la gestión del riesgo y la reducción de desastres. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/resiliencia-y-continuidad-de-negocios-un-reto-para-las-pymes-en-la-gestion-del-riesgo-y-la-reduccion-de-desastres/ Importancia de las pymes Aunque la definición y clasificación de la pequeña y mediana empresa (pyme) se basa en criterios diferentes entre los países, en términos generales, es clara y evidente la importancia económica y social que representa para las regiones y los países siendo, en muchos casos, la base de los mercados mundiales, nacionales y locales. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), dos de cada tres personas trabajan en una pyme y en muchos países estas organizaciones representan hasta el 99 % de las empresas en la economía (UNDRR, Zodrow & Hendel-Blackford, 2020). Del mismo modo, se estima que existen 162,8 millones de pymes estructuradas, de las cuales alrededor de 96,3 millones se encuentran en mercados emergentes, representando el 90 % de todas las empresas y el 50 % del PIB en la mayoría de los países del mundo (UNDRR, Zodrow & Hendel-Blackford, 2020). A nivel regional, por ejemplo, en la Unión Europea (UE) el 99,8 % de todas las empresas se consideran pymes, emplean al 66 % de la población activa total y representan el 56,4 % del valor agregado. Así mismo, son consideradas una de las más importantes fuentes de éxito para el desarrollo económico. Por lo tanto, para la UE es clave garantizar un entorno beneficioso para las pyme de tal manera que, con ello, se asegure el desarrollo económico exitoso del continente (Comisión Europea, 2015, citado por Trenkle, 2020). Para el caso de Latinoamérica, las pymes constituyen más del 95 % del total de negocios establecidos y absorben más del 85 % del empleo total en la mayoría de los países de la región (Banco Interamericano para el Desarrollo, 2000, citado por Espinosa et al., 2015). En este sentido, de acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), es necesario analizar y gestionar los riesgos en las pymes si se desea mejorar la vida y los medios de subsistencia de las personas en todo el mundo, pero, principalmente en las economías emergentes y en crecimiento. Pymes en Colombia En Colombia, la Ley 590 de 2000, modificada por la Ley 905 del 2004, define el tamaño de las empresas según el valor de los activos y el número de empleados1. De acuerdo con el Banco Mundial, las pymes representan una parte importante de la economía colombiana, aunque no están bien documentadas en las estadísticas oficiales y se puede encontrar disparidad entre los datos reportados por el DANE, la Superintendencia de Sociedades y Confecámaras. Del mismo modo, el verdadero tamaño del mercado de las pymes se subestima debido a la informalidad (World Bank, 2007).  Aun así, y con los datos disponibles, se puede afirmar que las pymes en Colombia tienen un gran impacto en la economía: representan cerca el 96,4 % del parque empresarial nacional y generan el 80 % del empleo total (Plata, 2009, citado por Espinosa et al., 2015), aun cuando se caracterizan por sus elevadas tasas de cierre según estudios del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), citado por Espinosa et al., 2015. La mayoría de las investigaciones del BID y FUNDES relacionadas con las pymes se concentran en indagar sobre los factores  externos que afectan al desempeño de estas organizaciones. Entre estos aparecen la disponibilidad de mecanismos de crédito, trámites administrativos relaciones con el sector gubernamental, instituciones financieras, proveedores, distribuidores, personal y, en general, con el entorno al que está expuesto (Espinosa et al., 2015). En este sentido, los principales obstáculos de las pymes para su desarrollo en Colombia según Sánchez, et al., 2007, citados por Hernández et al. (2014) son las restricciones al crédito, las dificultades en la identificación y el acceso a la tecnología adecuada, la formalización y la absorción de nuevas tecnologías, las limitaciones técnicas y competitivas que imponen las escalas de producción, la deficiente infraestructura física, la falta de asociatividad empresarial, la carencia de directivos con capacidad gerencial y pensamiento estratégico y la dificultad de cimentar la articulación del sector con la gran empresa y con los sistemas de compras. Impacto de los desastres en las empresas Los riesgos relacionados con desastres se podrían clasificar en dos grandes grupos: los intensivos y los extensivos. Los intensivos se refieren a eventos extremos relacionados con amenazas existentes, como, por ejemplo, terremotos o tsunamis de magnitudes catastróficas que, se estima, podrían ocurrir cada 500 o 1000 años. En otras palabras, es probable que aún no hayan ocurrido y su predicción se realiza por medios probabilistas. Los extensivos, por su parte, se relacionan principalmente con eventos pequeños, localizados y altamente frecuentes como lo son las inundaciones, los deslizamientos, las remociones en masa, las sequías, los incendios forestales, entre otros fenómenos. En este último caso, el deterioro constante de los ecosistemas, la ampliación de las fronteras agropecuarias y la expansión de áreas urbanas incrementan los niveles de amenaza permanente ante eventos extensivos. En consecuencia, este tipo de riesgos influye de manera constante y radical en la reducción de la competitividad y, por ende, en el desarrollo local y nacional siendo las personas de las zonas rurales y urbanas de bajos ingresos, así como las pymes y el sector informal, los que asumen la mayoría de los costos de los desastres extensivos (Naciones Unidas, 2013). Teniendo en cuenta la frecuencia y el impacto cada vez mayor, los riesgos relacionados con el cambio climático y los desastres naturales son una preocupación creciente para los líderes empresariales de todo el mundo. De acuerdo con el Informe Anual de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial, cuyos resultados se basan en los comentarios de los líderes empresariales, los principales riesgos globales considerados en términos de probabilidad

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La gestión del riesgo de desastres y la resiliencia empresarial. Una oportunidad para la continuidad de los negocios

Por Yezid Fernando Niño Barrero / Ingeniero Ambiental y Sanitario / Especialista en Higiene y  Salud Ocupacional / Magíster en Salud Pública / Candidato a doctor en Ingeniería. Cómo citar este artículo:Niño, Y. La gestión del riesgo de desastres y la resiliencia empresarial. Una oportunidad para la continuidad de los negocios. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/la-gestion-del-riesgo-de-desastres-y-la-resiliencia-empresarial/ Es habitual ver cómo los diferentes desastres de origen natural afectan a comunidades, especialmente y en mayor medida a personas en condiciones de vulnerabilidad que están ubicadas en zonas de riesgo. Ya sea que se trate de sismos o terremotos, movimientos en masa, inundaciones, sequías, avenidas torrenciales o cualquier evento de origen natural, lo que más se observa es el impacto que estos fenómenos producen en las poblaciones que habitan en condiciones de pobreza. No obstante, en los medios de comunicación también se evidencia el impacto que sufren los micro y pequeños empresarios por estos eventos, situaciones en las que resalta la pérdida de productos y afectaciones de la infraestructura. En este sentido, es frecuente escuchar que estas empresas “lo han perdido todo”, lo que evidencia una falta de preparación para prevenir y atender este tipo de eventos. En menor medida se escucha que estos eventos afecten a las grandes industrias de manera directa. Sin embargo, la ocurrencia de casos de desastre que afectan también a las pequeñas empresas impacta las cadenas de suministro de aquellas de mayor tamaño. Por ende, una gran empresa no solo debe velar por su resiliencia, sino por la de su cadena de suministro. Muestra de ello está en la experiencia de varios fabricantes de vehículos quienes, con el desastre ocurrido en Japón, por cuenta de un terremoto y un posterior tsunami que azotó a esa región en 2011, vieron afectada su producción a nivel mundial. Particularmente, en el caso de Toyota se señaló que “la compañía japonesa anunció que su producción bajó en marzo [de ese año] un 62,7 % respecto al mismo mes del año anterior debido a los problemas de suministro. Además, su producción no se normalizará en todo el mundo hasta noviembre o diciembre, lo que generará retrasos en los pedidos” (El País, 2011). No obstante, tras ese evento, la empresa emprendió una estrategia de mejoramiento y un plan de continuidad del negocio con sus proveedores clave, que la llevó a ser «el único fabricante de automóviles adecuadamente equipado para hacer frente a la escasez de chips» (Shirouzu, 2021), situación generada por la pandemia de la COVID-19. Ahora bien, es claro que se debe fortalecer la resiliencia en el sector privado, pero no se puede ver como un tema aislado e individual de cada una de las compañías. Al contrario, este debe ser un trabajo articulado entre el gobierno nacional, las autoridades locales, las grandes empresas, las mipymes y la comunidad en general. Así, para que una empresa pueda asegurar su resiliencia requiere que su infraestructura resista el evento amenazante; sus procesos y operaciones tengan continuidad; sus trabajadores estén sanos, seguros y saludables; y, así mismo, que los proveedores clave y los clientes que recibirán los productos y servicios, continúen en operación. Todo lo anterior requiere de infraestructura y servicios públicos funcionando, carreteras para el movimiento de mercancías de entrada y de salida, transporte público para el desplazamiento de los trabajadores a las empresas. En otras palabras, se requiere que todo el andamiaje de la sociedad en general sea resiliente para que los negocios puedan continuar. Margareta Wahlström, representante especial del secretario general de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres, señaló en 2015 que “el sector privado es el defensor perfecto del pensamiento resiliente debido a su relación directa con consumidores, clientes y proveedores, y puede dirigir la demanda pública hacia productos y servicios sensibles al riesgo. Un nuevo enfoque de colaboración entre los gobiernos y la empresa privada basado en la confianza creará comunidades resistentes a los desastres”. La expresión de la funcionaria resalta el papel del sector privado, no como un actor más dentro de la gestión del riesgo de desastres, sino como un promotor e influenciador principal. De acuerdo con lo señalado en el Informe de Evaluación Global sobre la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR, 2019), se ha constatado que algunas empresas del sector privado van más allá de las consideraciones de responsabilidad social y reconocen la RRD como un modo de asegurar la competitividad y la continuidad de las operaciones en caso de desastre. A su vez, los gobiernos y los sectores empresariales están cada vez más concientizados acerca de la necesidad de reforzar la resiliencia de sus actividades y las de sus proveedores —incluidas las pymes—, frente a los desastres y al clima. Así mismo, la inversión privada determina en gran medida el riesgo de desastres. En la mayoría de las economías, el sector privado es el responsable de entre el 70 % y el 85 % de la inversión total. Por lo tanto, la clave para reducir los riesgos de manera efectiva reside en que el sector privado invierta en ingeniería teniendo en cuenta los riesgos (UNDRR, 2019; UNISDR, 2015). Ante esto, el Marco de Sendai para la reducción del riesgo de desastres (ONU, 2015) señala que “enfrentar los factores subyacentes al riesgo de desastres mediante inversiones públicas y privadas basadas en información sobre estos riesgos es más rentable que depender principalmente de la respuesta y la recuperación después de su ocurrencia, y contribuye al desarrollo sostenible”. Importancia de la gestión del riesgo de desastres Basado en la información dispuesta por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR, 2021), durante 2020 se registraron: Por otro lado, se ha indicado que el costo de los desastres en la región de América Latina y el Caribe durante la última década ha alcanzado los 35.000 millones de dólares, una cuarta parte del monto total a nivel global y ha afectado a unas 67 millones de personas (SELA, 2016). Es así como los desastres generan efectos en las empresas, las comunidades

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Hallazgos clave del más reciente informe de cambio climático: la humanidad inicia una carrera contrarreloj

Hallazgos clave del más reciente informe de cambio climático: la humanidad inicia una carrera contrarreloj.

Fuente. Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Periodista / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad / Líder de Comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) El sexto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) confirma que no hay vuelta atrás en algunos cambios que ya están afectando al planeta y advierte que, si el nivel actual de emisiones globales se mantiene, estaríamos a poco tiempo de superar la barrera de 1,5°C, un escenario crítico para la supervivencia humana. “Un código rojo para la humanidad”. Así fue como el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, calificó las conclusiones del más reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado el pasado 9 de agosto. Se trata de un reporte histórico que supera las 3.500 páginas y que fue elaborado por 234 expertos y científicos de 66 países, con la contribución de 517 autores y la revisión de más de 14 mil estudios que condensan años y años de investigación, convirtiéndose así en la comprensión física más actualizada del sistema climático y reuniendo los últimos avances en materia de simulaciones regionales y globales. En líneas gruesas, el documento revela que el cambio climático es un fenómeno que ya afecta a todas las regiones del planeta, sin excepción alguna, con un impacto negativo acelerado y una intensificación prolongada sin precedentes en la historia de la humanidad. Así mismo, advierte que los efectos del calentamiento global son irrefutables y prácticamente irreversibles o, que al menos, se necesitarán varios siglos, e incluso, milenios para restituir el orden inicial. Con respecto al umbral establecido por el Acuerdo de París, en 2015, el cual buscaba mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5°C, el informe es escéptico: “a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan de manera inmediata, rápida y a gran escala, este será un objetivo inalcanzable”, afirma. No obstante, el grupo de trabajo del IPCC enfatiza que, si bien una reducción sustancial y sostenida de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), metano y otros agentes contaminantes podrían mejorar la calidad del aire, también reconocen que se requerirá entre 20 y 30 años para que las temperaturas mundiales se estabilicen. A su vez, advierte que, de llegar a ese límite, el nivel de tolerancia sería crítico para la agricultura y la salud, lo que pondría en peligro la supervivencia misma de la humanidad, un riesgo cada vez más cercano pues el análisis de la data prevé que la temperatura mundial promediada durante los próximos 20 años alcanzará o superará un calentamiento de 1,5°C. En otras palabras, la ventana de tiempo que tenemos para cumplir el compromiso de París se está cerrando aceleradamente y, según la mirada de los expertos, la humanidad inicia una carrera contrarreloj para evitar un colapso global. “Las campanas de alarma son ensordecedoras (…) Este informe debe sonar como una sentencia de muerte para el carbón y los combustibles fósiles antes de que destruyan nuestro planeta”, sostuvo Guterres a través de un comunicado. Los resultados del análisis surgen en un momento en que el planeta experimenta los embates del incremento de las temperaturas. La misma semana de su divulgación varias regiones de Europa sufrían intensas olas de calor. Incluso, en la isla italiana de Sicilia, las temperaturas rompieron récord histórico al llegar a los 48,8°C, una cifra que no se alcanzaba desde 1977, cuando se registraron 48°C en Atenas, Grecia, según datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Lo anterior es apenas una muestra inequívoca de las señales de alarma que evidencia el informe, según el cual muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, como las olas de calor, las lluvias torrenciales, las sequías y los ciclones tropicales, se han vuelto cada más frecuentes y graves como nunca en la historia. En este sentido, el informe incluye un atlas interactivo de los impactos regionales presentes y futuros, una herramienta que permitirá a los responsables de políticas y a todas las demás partes interesadas contar con información relevante para el diseño de políticas climáticas más acertadas. Pese a que la ONU ha instado a “actuar con decisión para evitar una catástrofe climática” y ha invitado a los países firmantes del Acuerdo de París a redoblar sus esfuerzos en materia de reducción de emisiones, el pasado primero de agosto el organismo informó que el 42 % de los países involucrados incumplieron el plazo para renovar sus compromisos y presentar propuestas actualizadas para evitar que continúe aumentando el calentamiento global. China, India, Arabia Saudita, Sudáfrica, Siria y otros 82 países conforman el listado de los rezagados. Hallazgos del reporte a grandes rasgos Es incuestionable que la influencia humana ha modificado la atmósfera, el océano y la tierra. La dependencia de los combustibles fósiles es la razón por la que el planeta ya se ha calentado 1,1°C con respecto a niveles preindustriales. La escala de los recientes cambios en el sistema climático en su conjunto y el estado actual de muchos aspectos del sistema climático no tienen precedentes durante muchos siglos o miles de años. Muestra de ello es que, desde 1979, el planeta ha perdido el 40% del hielo en el Ártico. Muchos cambios generados por las emisiones de gases de efecto invernadero pasadas y futuras serán irreversibles durante siglos o milenios, especialmente, en lo que respecta a los cambios en las corrientes oceánicas, las capas de hielo y el nivel del mar. Las sequías que ocurrían, en promedio, una vez cada 10 años, ahora ocurren con un 70 % más de frecuencia, cada 3 años. En el otro extremo, las tormentas hoy se presentan con un 30 % más de frecuencia. La temperatura de la superficie global seguirá aumentando hasta mediados de siglo en todos los escenarios de emisiones considerados. El calentamiento global de 1,5 °C y 2°C se superará durante el siglo XXI a menos que se produzcan reducciones profundas en las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero en los próximos años. Debido

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Salud mental: claves para cuidarla y recomendaciones para brindar ayuda

Salud mental: claves para cuidarla y recomendaciones para brindar ayuda

Fuente: Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Periodista / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad / Líder de Comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) Se aproxima el Día Mundial para la Prevención del Suicidio y cada persona puede hacer su contribución para evitar este flagelo. Por eso, el CCS habló con Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social sobre algunas herramientas útiles para fortalecer la salud mental, identificar signos de alarma y ofrecer o solicitar ayuda a tiempo. Sin duda alguna, la pandemia ha tenido un impacto profundo en la salud mental de la población a nivel mundial y ha puesto nuevamente este asunto en la agenda pública como una prioridad. No solo la rápida dispersión del virus y su potencial letal en adultos mayores o personas con comorbilidades, sino también las medidas de confinamiento adoptadas por las autoridades y el cese de la actividad económica durante varios meses hicieron mella en el bienestar físico y emocional de un buen porcentaje de la población. Y es que con los cambios abruptos en la cotidianidad derivados de la emergencia sanitaria se instalaron nuevos estresores: miles de muertes diarias, destrucción de empleos, pérdida de capacidad adquisitiva, profundización de las inequidades sociales, incremento de las violencias en los hogares, sobreabundancia de información y pánico han sido los ingredientes de un cóctel nocivo para la salud mental. En este escenario cambiante y complejo las emociones entraron en juego: temor al contagio, angustia, ansiedad, incertidumbre, soledad, desesperanza, dolor por la pérdida de un ser querido o de un empleo, impotencia, rabia, frustración y escepticismo son algunos de los sentimientos que aún hoy coexisten y son experimentados por la población, sin distinción de edad. Incluso, una investigación desarrollada por la Asociación de Expertos en Psicosociología Aplicada (AEPA) durante los primeros meses de la pandemia en Colombia, Perú, México, España y Chile reveló que más del 60 % de la población encuestada experimentaba una o más de esas emociones. Adicionalmente, evidenció que las personas no adoptan o no cuentan con herramientas para cuidar su salud mental. Según el reporte, el 45 % de las personas consultadas no utiliza técnicas antiestrés, el 33 % no limita ni selecciona las noticias que recibe, el 24 % no implementa ni conserva una rutina, el 16 % ha descuidado su aspecto físico y no tiene hábitos saludables, el 13 % no sabe o no es capaz de gestionar sus emociones, el 9 % no logra reconocer sus fortalezas, el 8 % ha aumentado el consumo de tabaco, alcohol y drogas y el 5 % suele tener pensamientos negativos. A nivel local, el Estudio de Resiliencia y Riesgos en Salud Mental realizado a finales de 2020 en Colombia por el Ministerio de Salud y Protección Social, evidenció que los riesgos asociados a problemas y trastornos mentales se triplicaron durante la pandemia con respecto a los indicadores previos, los cuales de por sí ya eran alarmantes en el país. Grosso modo, la investigación señala que los colombianos aumentaron sus riesgos de depresión y ansiedad, mientras que las tasas de ideación e intento de suicidio, así como de consumo de sustancias psicoactivas conservaron una tendencia similar a la observada antes de la pandemia. La estigmatización de la salud mental, una enorme barrera Muchas personas aún consideran que la salud mental tiene que ver exclusivamente con trastornos y enfermedades mentales y, en consecuencia, consideran que solicitar ayuda cuando enfrentan situaciones emocionales podría resultar exagerado pues tienen una noción errónea según la cual “los psicólogos son para los locos”. Nada más alejado de la realidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “un estado de bienestar en el que la persona es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad”. En este sentido positivo, la OMS señala que la salud mental es fundamental para interactuar con los demás, ganar el sustento, superar retos y disfrutar plenamente de la vida. Por lo tanto, es un aspecto que va más allá de la ausencia de trastornos mentales. Pese a lo anterior, en Colombia, la Encuesta Nacional de Salud Mental (2015) reveló que solo la mitad de las personas que saben que tienen una necesidad en salud mental deciden consultar los servicios de salud. “Eso es lo que se denomina como “barreras actitudinales para el acceso a los servicios”. Hay quienes consideran que solicitar ayuda cuando presentan un malestar emocional es motivo de vergüenza. Solo cuando enfrentan necesidades sociales muy graves, que afectan de manera intensa su vida cotidiana, familiar, comunitaria o laboral, se ven forzados a consultar. El peso de ese estigma y los prejuicios alrededor del tema son una de las grandes preocupaciones del país y allí todos tenemos una tarea muy importante en poder comprender que las afectaciones en salud mental son muy comunes”, señala Nubia Bautista, médico psiquiatra y subdirectora de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social. Seis claves para cuidar y fortalecer la salud mental 1. Preste atención a sus emociones y sentimientos. Si bien puede que no sea fácil reconocerlos porque suelen ser confusos o difíciles de asimilar, el hecho de permitirse sentir tristeza, angustia, dolor o frustración posibilita encontrar alternativas, nuevas soluciones y formas distintas de hacer las cosas. No ignore sus emociones. Al contrario, reconózcalas, comprenda qué situaciones las desencadenan y capitalícelas a su favor, para aprender de ellas en el día a día. Incorporar en la rutina diaria ejercicios de respiración, de relajación y/o meditación, puede ayudarle a gestionar sus pensamientos positivamente. 2. Cultive sus relaciones sociales y fortalezca los lazos afectivos con padres, hermanos, hijos, demás familiares, pareja, amigos e incluso, vecinos y compañeros de trabajo. La calidad de estos vínculos tiene un impacto profundo en la salud mental porque implica la posibilidad de dar y recibir afecto, de construir confianza, de estar atento a las necesidades del otro y de contar con una red robusta de apoyo

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Abecé de la nueva ley de licencia compartida y otras modalidades: lo que usted debe saber

Abecé de la nueva ley de licencia compartida y otras modalidades: lo que usted debe saber

Fuente: Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Periodista / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad / Líder de Comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) Con asesoría de Jorge Alberto Palacio Riveros / Abogado / Especialista en Derecho Laboral, Seguridad Social y Derecho de la Empresa / Socio principal de la firma Barrera Palacio Abogados. A inicios de agosto pasado entró en vigor la Ley 2114 de 2021 que amplía la licencia de paternidad y crea dos nuevas figuras: la licencia parental compartida y la licencia flexible de tiempo parcial. De acuerdo con sus ponentes, el objetivo de esta iniciativa es incentivar que la madre y el padre puedan compartir y redistribuir, de común acuerdo, el cuidado del hijo durante sus primeros meses de vida. Así, lo que se busca es promover la paternidad responsable y equilibrar la labor de crianza que, hasta ahora, recaía mayoritariamente en la mujer, dado que su licencia de maternidad es de 18 semanas mientras que los hombres apenas contaban con ocho días para disfrutar con su bebé. Adicionalmente, la nueva ley incidiría en la lucha contra la discriminación laboral que enfrentan las mujeres en Colombia debido a los prejuicios que tienen algunos empleadores frente a la licencia de maternidad. Así las cosas, se espera que la ampliación del número de semanas a las que tendrían derecho los hombres equilibre un poco más la balanza en las tendencias de contratación. Ahora bien, ¿Qué cambios trae la nueva ley?, ¿en qué casos aplica?, y ¿Cómo hacerla efectiva? El siguiente abecé puede ayudarle a resolver sus dudas Licencia de paternidad Aumenta la duración Pasa de ocho días hábiles a dos semanas calendario posteriores a la fecha de parto. Pago proporcional Legalmente, el pago de la licencia será reconocido en proporción a las semanas que haya cotizado el padre durante el periodo de gestación. Aumento progresivo La licencia será ampliada progresivamente en una semana, por cada punto porcentual que se reduzca la tasa de desempleo estructural* hasta llegar a un máximo de cinco semanas de licencia. *La tasa de desempleo estructural es diferente a la tasa de desempleo común que es certificada mensualmente por el Dane. Se trata de un nuevo indicador cuya metodología de medición será definida por el Ministerio de Hacienda, el Banco de la República y el Departamento Nacional de Planeación y se publicará en diciembre de cada año. Certificación El único soporte válido para el otorgamiento de la licencia remunerada de paternidad es el Registro Civil de Nacimiento, el cual deberá presentarse a la EPS dentro de los 30 días siguientes a la fecha del nacimiento del menor. ¿A quién aplica? Padres de hijos nacidos de la compañera permanente o cónyuge. Padres adoptantes. Licencia parental compartida Permite que la pareja, de manera voluntaria y de común acuerdo, distribuya entre sí las últimas seis (6) semanas de las dieciocho (18) que corresponden a la licencia de maternidad. En este caso: El padre conserva su licencia de paternidad que le corresponden a partir de la fecha de parto. Esta licencia, en el caso de la madre, es independiente del permiso de lactancia. Si la madre cede sus últimas semanas de licencia al padre y retorna al trabajo, el empleador está en la obligación de concederle, dentro de la jornada laboral, dos descansos de treinta (30) minutos cada uno, para amamantar a su hijo. Condiciones Para acceder a la licencia parental, la pareja debe cumplir las siguientes condiciones: 1. La madre deberá tomar como mínimo las primeras doce (12) semanas después del parto, las cuales serán intransferibles, salvo que el médico tratante haya determinado que deba tomar una o dos semanas de licencia previas a la fecha probable del parto. Las restantes seis (6) semanas podrán ser distribuidas entre la pareja, de común acuerdo. 2. No se podrá fragmentar, intercalar ni tomar de manera simultánea los períodos de licencia a menos que sea por enfermedad postparto de la madre, debidamente certificada por el médico. Pago La licencia parental compartida será remunerada con base en el salario de quien disfrute de la licencia compartida en el periodo correspondiente. Requisitos Debe existir mutuo acuerdo entre los padres acerca de la distribución de las semanas de licencia. La madre está en absoluto derecho de decidir si quiere compartir o no sus semanas finales. La pareja deberá presentar a sus empleadores un documento firmado explicando la distribución de semanas acordada y la fecha en la que iniciaría la licencia de cada uno. Además, deberá adjuntar un certificado médico que indique la fecha probable de parto o constancia de nacimiento, según sea el caso, y un aval del médico tratante donde autorice el acuerdo alcanzado. Esto con el fin de garantizar la salud de la madre y del recién nacido. Para ello, cuentan con un plazo de 30 días contados a partir de la fecha de nacimiento del menor. Restricciones ¿Quiénes no pueden optar por la licencia parental compartida? Padres que hayan sido condenados en los últimos cinco años por delitos de acceso carnal violento o abusivo, acto sexual violento; prostitución o trata de personas. Padres condenados en los últimos dos años por violencia intrafamiliar e inasistencia alimentaria.  Padres que tengan vigente una medida de protección en su contra. Licencia parental flexible de tiempo parcial ¿Cómo funciona? La madre y/o el padre podrá cambiar un periodo determinado de su licencia de maternidad o paternidad por un periodo de trabajo de medio tiempo. De esta forma, la licencia se extiende al doble de tiempo del periodo seleccionado. Los padres podrán usar esta figura antes de la segunda semana de su licencia de paternidad y las madres a partir de la semana 13 de su licencia de maternidad. Por ejemplo, si un padre solicita acogerse a esta modalidad y quiere trabajar medio tiempo durante la segunda semana de su licencia de paternidad, esta se extendería una semana más, cumpliendo media jornada laboral. Así mismo, si la madre quisiera flexibilizar las dos últimas semanas de su licencia, podría dilatarla a cuatro con trabajo

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Orientaciones para personas vacunadas

Orientaciones para personas vacunadas

Aunque las vacunas autorizadas contra la COVID-19 son altamente efectivas, es necesario que las personas que han recibido una o dos dosis continúen adoptando medidas de bioseguridad y no desatiendan las medidas básicas de protección, especialmente, ante la llegada de la nueva variante delta. Al respecto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) publicaron recientemente, en su página web, una serie de recomendaciones mediante las cuales invitan a las personas inmunizadas a seguir reduciendo el riesgo de contagio. Aquí recogemos algunas orientaciones: Continúe usando mascarilla o tapabocas, así como medidas de distanciamiento social. A su vez, evite las aglomeraciones y no olvide el lavado de manos cada dos horas. Si llega a entrar en contacto cercano con una persona sospechosa de COVID-19o confirmada, deberá realizarse la prueba PCR de3 a 5 días después de la exposición, incluso si no presenta síntomas. Si días después de aplicarse la vacuna experimenta síntomas asociados al virus, es recomendable que se aísle y se realice una prueba para descartar un posible contagio. Recuerde que las infecciones en personas totalmente vacunadas (es decir, que ya completaron su esquema de vacunación) ocurren solo en una pequeña proporción y sus efectos tienden a ser leves versus las personas no vacunadas. Algunos países como Estados Unidos y de la Unión Europea continúan exigiendo la prueba viral del SARS-CoV-2 negativa a los viajeros completamente vacunados. Antes de viajar a su destino consulte los requisitos de ingreso establecidos por las autoridades nacionales en cada territorio. De otro lado, el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia hizo un llamado para que las personas que han sido vacunadas no se realicen pruebas rutinarias de anticuerpos, una práctica que, al parecer, se ha incrementado gracias al aumento en la oferta de este tipo de pruebas en el mercado y al afán de la población por comprobar si, efectivamente, desarrollaron anticuerpos tras la aplicación de la vacuna. “Muchas de las pruebas que se consiguen en el mercado, particularmente a precios bajos, buscan anticuerpos contra la proteína N del virus. Por el contrario, vacunas como las desarrolladas por AstraZeneca, Janssen, Moderna y Pfizer sólo producen anticuerpos contra la proteína S, por lo que es obvio que las pruebas rápidas no sirven para detectar la presencia de anticuerpos (…) Por estas razones, las pruebas rápidas no pueden considerarse como una herramienta fiable para evaluar la protección conferida por la vacunación”, advirtió esa cartera a través de un comunicado. Referencias: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. (2021, 19 agosto). Recomendaciones interinas de salud pública para las personas completamente vacunadas. https://espanol.cdc.gov/. https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/fully-vaccinated-guidance.html  Ministerio de Salud y Protección Social. (2021, 10 agosto). Llamado ala no realización rutinaria de pruebas de anticuerpos tras vacunación [Comunicado de prensa]. https://www.minsalud.gov.co/Paginas/-Llamado-a-la-no-realizaci%C3%B3n-rutinaria-de-pruebas-de-anticuerpos-tras-vacunaci%C3%B3n.aspx Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y podrás leerla desde cualquier lugar. No olvides leer esta segunda edición del año y encuentra un especial sobre las vacunas contra la COVID-19. Accede a la revista completa aquí

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