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Impacto de muertes asociadas a trastornos mentales y lesiones autoinfligidas alcanzó más de 56,5 mil millones de dólares entre el 2013 y 2022

Contexto La salud mental, hace algunos años, se consideraba como un tema tabú en las sociedades y alrededor de este se generaban diversidad de prejuicios y falsas creencias que daban lugar a la estigmatización de las personas que atravesaban por esta situación y/o condición; no obstante, debido al incremento de los casos, el cambio de percepción frente a los problemas de salud mental, los impactos en la calidad de vida, así como los impactos económicos y sociales derivados, y recientemente los daños colaterales producto de la pandemia de la COVID-19 en materia de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad, la salud mental ha tenido una gran relevancia y se ha puesto en la mira de los diferentes actores de la sociedad, que urge la necesidad de crear políticas y programas que permitan prevenir la ocurrencia de los problemas de salud mental y realizar una adecuada atención para mitigar las consecuencias que estos pueden llegar a causar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental no es solo la ausencia de alteraciones mentales, sino que es un estado de completo bienestar mental que permite a las personas responder ante momentos que generan estrés, desarrollar sus habilidades, aprender de los errores, ser resilientes y mejorar ante cada situación; esto le permitirá desarrollarse adecuadamente y contribuir a la mejora de las condiciones de vida individuales, familiares y de la sociedad. Por su parte, señala que “las afecciones de salud mental comprenden trastornos mentales y discapacidades psicosociales, así como otros estados mentales asociados a un alto grado de angustia, discapacidad funcional o riesgo de conducta autolesiva”. Y es que, a nivel mundial, se estima que una de cada ocho personas padece de un trastorno mental. Esto equivalen a 970 millones de personas afectadas en el mundo, siendo la ansiedad y la depresión los trastornos más comunes. De hecho, en 2019, cerca de 301 millones de personas sufrían trastornos de ansiedad y 280 millones padecían de depresión, valores que, se cree, han incrementado aproximadamente un 28 % después de la pandemia de la COVID-19. Adicionalmente, se estima que el 5 % de los adultos han experimentado episodios de depresión a lo largo de su vida. Como resultado de los trastornos mentales, la OMS advierte que cada año más de 700 mil personas en el mundo pierden la vida por causas relacionadas al suicidio. ESTUDIO El Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) llevó a cabo un estudio en el cual se analizaron datos disponibles en diferentes fuentes del país como el Sistema Integrado de Información de la Protección Social (SISPRO) del Ministerio de Salud y Protección Social; el Sistema de Estadísticas Vitales del  DANE y las cifras reportadas por el Centro de Información de Seguridad sobre Productos Químicos (Cisproquim®), cuyos resultados evidencian el panorama de la salud mental de la población en edad productiva en Colombia y el impacto que los trastornos mentales han generado en la economía en los últimos diez años (2013 -2022) Depresión Según cifras reportadas en el Sistema Integrado de Información de la Protección Social (SISPRO) del Ministerio de Salud y Protección Social, solo en 2022 (último año de reporte) se atendieron aproximadamente 147 mil personas por episodio depresivo (moderado o grave). Esta cifra de casos es un 38,7 % mayor a los atendidos en 2021 y casi cinco veces superior a los reportes registrados una década atrás (2013). En este mismo sentido, aunque el porcentaje de personas atendidas por episodios depresivos representan apenas el 0,59 % del total de personas atendidas en los servicios de salud, este ítem se ha triplicado en los últimos 10 años. A nivel de género, se observa una tendencia: a través de los años las mujeres representan el 70 % del total de población atendida. El 30 % restante son hombres. La variación de los casos es mayor para las mujeres, especialmente en los últimos dos años del análisis (2021 y 2022). Ahora bien, al examinar los casos presentados en la población en edad productiva (15 a 64 años), la depresión está afectando principalmente a las personas entre los 15 y los 24 años. También se destaca que, a partir del 2021, se observa un incremento sustancial en las atenciones registradas en este grupo etario, rompiendo con el comportamiento homogéneo que se venía presentando entre los diferentes grupos etarios cada año, ya que, en comparación con el 2013, los registros de atención en salud por trastornos depresivos, en edades entre los 15 y 19 años, fue 7,8 veces mayor, mientras que en el grupo de 20 a 24 años fue de 5,7 mayor. Sumado a lo anterior, es importante señalar que, si bien las atenciones tienen una tendencia a disminuir a lo largo de los grupos etarios, se presenta un repunte de los casos para los grupos de edades entre los 50 y los 59 años. Un dato no menor que debe ser tenido en cuenta es la cobertura que tiene el sistema de salud y los servicios de salud mental en el país. A propósito, se estima que, a nivel general, en 2022 se atendió el 39,9 % de las personas a las cuales se les solicitó intervención por parte de los servicios de salud mental. Pese a que este dato podría ser alentador —si se considera que la atención que en los últimos 10 años ha subido 18 puntos porcentuales— resulta preocupante que tres de cada cinco personas no reciben atención e intervención por parte de expertos en salud mental. Entre tanto, el total de personas que requieren atención se ha duplicado en la última década y este indicador únicamente contempla a aquellas que son requeridas y atendidas al menos una vez por los servicios en salud mental. Por lo tanto, se desconoce la permanencia y continuidad en la atención dado que el tratamiento de los trastornos mentales demanda un seguimiento continuo y no puede ser resuelto mediante una sola medida. El trabajo, un factor que puede influir en la salud mental Debido a las dinámicas laborales, junto a

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Fortalecer las capacidades técnicas en SST, clave para la productividad y sostenibilidad empresarial

Por Gerencia Técnica del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) La Seguridad y la Salud en el Trabajo son aspectos fundamentales para el desarrollo y crecimiento sostenible de cualquier organización y sociedad. Por eso,comprender los riesgos asociados a cada una de las actividades laborales de los diferentes sectores y entornos de trabajo es esencial para garantizar un ambienteocupacional saludable, seguro y que ofrezca condiciones de trabajo decente. El bienestar y la sostenibilidad se han convertido en aspectos fundamentales a la hora de diseñar los espacios de trabajo contemporáneos, reflejando así un mayorgrado de conciencia sobre la interconexión entre la responsabilidad ambiental y el bienestar de los trabajadores. Crear espacios que promuevan la sostenibilidad y apoyen la seguridad y la salud de las personas no es simplemente una tendencia, es una transformación profunda en la forma en la que se conceptualizan, condicionan y ponen en prácticas los entornos laborales para que sean seguros. Este cambio de paradigma presenta tanto desafíos como oportunidades que dan forma a la trayectoria del diseño de los lugares de trabajo. Desafíos y oportunidades Uno de los principales desafíos radica en trascender del mero cumplimiento normativo y la implementación de prácticas tradicionales. Sin embargo, esto tambiénpresenta oportunidades para desarrollar soluciones innovadoras y adoptar nuevas tecnologías que nos conduzcan a una era de modernización más rentable y trasformadora. Otro desafío está en la necesidad de generar una transformación cultural al interior de las organizaciones. Adoptar la sostenibilidad y priorizar el bienestar laboralrequiere un cambio en la forma de pensar, sentir y hacer nuestras actividades diarias. Este reto precisa de una alta dosis de participación activa y una comunicación abierta entre todos los niveles de la organización, partiendo, desde el nivel gerencial. Para lograrlo, es fundamental contar con programas de educación y concientización, así como con un liderazgo comprometido que fomente un sentido de corresponsabilidad entre los trabajadores. También es crucial crear espacios de diálogo en todos los niveles jerárquicos de la organización, lo que permitirá construir entornos verdaderamente colaborativos y sostenibles. La integración de la tecnología también presenta desafíos y oportunidades para la SST y la sostenibilidad. Si bien puede mejorar la eficiencia energética, la conectividad y la productividad, también plantea desafíos relacionados con los desechos electrónicos, el consumo de energía, la destrucción de puestos de trabajo y la posibilidad de que una sobrecarga digital afecte la salud de los empleados (Madkhali & Sithole, 2023). Lograr un equilibrio entre el aprovechamiento de las bondades de las tecnologías emergentes para la sostenibilidad y garantizar que mejore la salud de la fuerza laboral (en lugar de obstaculizarla) es una consideración importante que toda organización debe abordar. Considerando los diferentes elementos y factores que implica integrar la SST con la sostenibilidad, es importante generar espacios que permitan conocer y profundizar en dicho proceso. Además, porque los desafíos que se presentan en este ámbito derivan en implicaciones directas e indirectas en la productividad empresarial. Fortalecimiento técnico, la clave Por tal motivo, el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS), comprometido con su fiel propósito de «Asegurar Abrazos», busca generar cada año espacios técnico-académicos que enriquezcan las capacidades de los profesionales y líderes empresariales del país. Del 3 al 5 de julio, llevará a cabo la versión número 57 de su emblemático Congreso de Seguridad, Salud y Ambiente, evento que proporciona un entorno idóneo para el intercambio de conocimientos, la actualización normativa, la divulgación de innovaciones y buenas prácticas, así como la mejora continua en materia de SST, protección ambiental, gestión de riesgos y desarrollo sostenible. El fortalecimiento técnico de los asistentes al Congreso seguirá basándose en la promoción de ‘Un mundo seguro, saludable y próspero: pilares esenciales de la sostenibilidad’, el cual sustenta la elaboración de la agenda temática del evento. Por ello, en esta edición, se hará un llamado a la capacidad individual y colectiva de impulsar un cambio cultural bajo el lema ‘Transformar el mundo en un lugar mejor está en tus manos’. Ejes temáticos que enriquecen el conocimiento Bajo estas dos premisas, el evento contará con 20 ponencias internacionales, 50 conferencias nacionales, 6 paneles y conversatorios y un masterclass, todo enmarcado en las 11 líneas temáticas establecidas para esta versión del congreso: En cada uno de estos ejes temáticos, se abordarán los temas más actuales y novedosos que permitan generar empresas sostenibles, que garanticen un trabajoseguro, saludable, equitativo y digno. La agenda académica estará a cargo de reconocidos expertos de las diferentes áreas del conocimiento, entre ellos, abogados litigantes en derecho laboral, ingenieros eléctricos, ingenieros industriales, psicólogos industriales, biólogos, ergónomos y médicos ocupacionales que gozan de amplia trayectoria práctica y unaalta formación académica en cada una de las líneas temáticas anteriormente mencionadas. El congreso contará con una charla inaugural y otra de cierre que permitirán a los participantes establecer conexiones entre los conceptos de seguridad, cuidado ysostenibilidad. Estas charlas estarán centradas en despertar la conciencia y la motivación, proporcionando una perspectiva integral que inspire a los asistentes a adoptar prácticas más seguras y sostenibles en sus entornos laborales. De esta manera, en su quincuagésimo séptima edición el Congreso, se destacará por mantener los más altos estándares técnicos y académicos en el ámbito de laSeguridad y Salud en el Trabajo, la gestión de riesgos y la sostenibilidad. Contará con la participación de expertos de amplia trayectoria e influencia a nivel internacional y nacional, con el objetivo de: 1) promover la mejora de los sistemas de gestión con un enfoque de prevención de accidentes, enfermedades y mortalidades laborales; 2) aportar al país para el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible; 3) promover acciones que propendan por el cuidado de todo ser vivo del planeta. Esto es lo que nos permitirá generar entornos de trabajo seguros, saludables, signos y equitativos y a la construcción de sociedades sostenibles. Referencias: Madkhali, Ashwag and Sithole, Seedwell T.M., (2023). Exploring the Role of Information Technology in Supporting Sustainability Efforts in Saudi Arabia. Sustainabilityhttps://doi.org/10.3390/su151612375, Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4683290

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Tecnologías inmersivas: el camino hacia un futuro sostenible

Autor y conferencista invitado: Carlos Viera Estarás, director de EUDE Digital, Institute of Business & Technology, dependiente de EUDE Business School. Más de 20 años de experiencia profesional en el ámbito del marketing, la publicidad y la comunicación. No creo que a estas alturas sea necesario aclarar que la sostenibilidad se ha convertido en un pilar fundamental para el futuro de nuestro planeta. En un mundo donde los recursos naturales se agotan y el cambio climático amenaza nuestro modo de vida, la tecnología emerge como un aliado indispensable para alcanzar un equilibrio sostenible. En este contexto, las tecnologías inmersivas, como la realidad virtual (VR), la realidad aumentada (AR), la realidad mixta (MR) e, incluso, la realidad extendida (XR) están redefiniendo la forma en que interactuamos con nuestro entorno y cómo entendemos los desafíos ambientales. Estas herramientas no solo tienen el potencial de educar y concienciar, también prometen soluciones prácticas para reducir el impacto ambiental, mejorar la eficiencia de los recursos y promover un desarrollo sostenible. Quizá sea complejo entenderlo, pero en las siguientes líneas trataré de mostrar cómo la tecnología inmersiva puede convertirse en ese catalizador para la sostenibilidad. La educación nos lleva a la acción. Suena a frase de cajón, pero en este caso es una realidad con mayúsculas. Una de las formas más poderosas en las que la tecnología inmersiva puede contribuir a allanar el camino hacia la sostenibilidad es a través de la educación y la concienciación, un tema que abordaré en detalle durante una conferencia en el marco del 57 Congreso de Seguridad, Salud y Ambiente del Consejo Colombiano de Seguridad. La capacidad de la VR y la AR para crear experiencias envolventes permite a los usuarios experimentar situaciones de manera directa y emocional, algo bastante más impactante que una simple lectura o visualización de información en redes sociales o medios. La VR crea una conexión emocional entre el espectador y la marca —y no lo digo yo—, sino numerosos ejemplos como el proyecto ‘This Is Climate Change’ de Participant Media & Condition One que utilizó la realidad virtual para sumergir a los espectadores en las realidades devastadoras del cambio climático, mostrando desde incendios forestales hasta el colapso por derretimiento de los glaciares. La propuesta fue galardonada en el Festival Internacional Tribeca. Esta experiencia inmersiva no solo informa, sino que también moviliza a las personas a tomar acción. En su libro ‘The Nature of the Future: Dispatches from the Socialstructed World’, la educadora y experta en tecnología, Marina Gorbis, directora ejecutiva del Institute for the Future, destaca la importancia de las tecnologías inmersivas para crear empatía y un entendimiento profundo de los problemas globales. Según Gorbis, la VR puede «cerrar la brecha entre la percepción y la realidad», permitiendo que las personas comprendan mejor los impactos de sus acciones en el medio ambiente. Y ahí está la clave. La educación es esencial para promover un futuro sostenible. Y las tecnologías inmersivas están revolucionado la educación ambiental, facilitando experiencias de aprendizaje impactantes. Al trasladarnos a escenarios futuros afectados por el cambio climático, damos un paso hacia el mundo que nos espera si no modificamos nuestros hábitos de consumo y de producción. Esta inmersión virtual nos permite experimentar de manera directa las consecuencias de nuestras acciones presentes y puede fomentar una comprensión más completa y un compromiso más fuerte con la sostenibilidad. Más allá de la educación y la concienciación, estas tecnologías ofrecen aplicaciones prácticas en el ámbito empresarial que pueden contribuir significativamente a la sostenibilidad. Por ejemplo, en el sector de la construcción, la AR y la MR se utilizan desde hace años para visualizar y planificar proyectos de manera más eficiente, reduciendo el desperdicio de materiales y optimizando el uso de recursos. Para la muestra, la empresa Trimble utiliza AR para mejorar la precisión en sus obras, lo que lleva a una reducción tanto en costos como en el impacto ambiental asociado a errores de construcción. También podemos hablar de la agricultura. Aquí la tecnología inmersiva está cambiando la forma en que se gestionan los cultivos y los recursos hídricos. Plataformas como ‘Augmenta’ permiten a los agricultores utilizar AR e inteligencia artificial (IA) para monitorear la salud de los cultivos en tiempo real, identificando áreas que necesitan riego o tratamiento, lo que optimiza el consumo de agua y reduce el uso de pesticidas. Estas innovaciones no solo mejoran la eficiencia, sino que también promueven prácticas agrícolas sostenibles. Las ciudades, como centros de población y actividad económica enfrentan, a su vez, desafíos únicos en términos de sostenibilidad. La tecnología inmersiva puede desempeñar un papel crucial en la planificación y gestión urbana. La VR y la AR ya se utilizan para crear simulaciones de proyectos de infraestructura, permitiendo a los planificadores urbanos y a las comunidades visualizar el impacto de nuevas construcciones antes de su implementación. Esto facilita una toma de decisiones más informada y sostenible. Un ejemplo destacado es el uso de la VR en el proyecto ‘Virtual Singapore’, una iniciativa del gobierno de este país asiático para crear un gemelo digital de la ciudad-Estado. Esta plataforma permite a los urbanistas y ciudadanos explorar diferentes escenarios de desarrollo urbano, desde la gestión del tráfico hasta la eficiencia energética de los edificios. Como señala la arquitecta y urbanista Jan Gehl en su libro ‘Cities for People’, este tipo de herramientas es esencial para diseñar ciudades que sean tanto habitables como sostenibles. La AR también tiene el potencial de influir directamente en nuestras prácticas diarias. Aplicaciones que ofrecen información sobre el impacto ambiental de productos o que muestran formas de reducir el desperdicio pueden transformar la toma de decisiones de los consumidores, promoviendo hábitos más responsables​​. Esto se alinea con la idea de que la tecnología no solo debe ser innovadora, sino también práctica y aplicable en la vida cotidiana para tener un impacto real y duradero. Las empresas están dando el salto hacia la realidad inmersiva para mejorar su sostenibilidad. Desde la optimización de cadenas de suministro hasta el diseño de productos más eficientes y menos perjudiciales

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El poder de la analítica de datos para la gestión eficiente de la SST

Autor y conferencista invitado: Fernando Calderón, médico especialista en Salud Ocupacional de la Universidad de El Bosque y en Dirección de Proyectos de la Universidad de los Andes. Por Gerencia de Comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) La Seguridad y la Salud en el Trabajo (SST) es un campo de una enorme riqueza en términos de generación de datos. Basta pensar en la información que genera: reportes sobre siniestralidad laboral, resultados de inspecciones y auditorías, informes de evaluación de riesgos, estadísticas de los programas de vigilancia epidemiológica, historiales de capacitaciones de prevención y promoción de la salud…la lista puede ser tan amplia como se quiera. El asunto es que, pocas veces, todo ese cúmulo de datos logra integrarse y analizarse de manera que permita realizar ejercicios predictivos y anticiparse a la materialización de riesgos. ¿El resultado? Se limita la capacidad de las empresas para identificar patrones emergentes, tendencias y áreas de mejora antes de que se conviertan en problemas mayores. Pero hay buenas noticias: existen soluciones basadas en analística de data e inteligencia artificial que serán expuestas en la conferencia titulada ‘Un paso más allá de la SST’ como parte de la agenda académica del 57 Congreso de Seguridad, Salud y Ambiente a realizarse del 3 al 5 de julio en Bogotá. En el encuentro, el ponente conducirá a la audiencia a través de un recorrido detallado sobre la implementación de la estrategia ETL, que abarca la ‘Extracción’, ‘Transformación’ y ‘Lectura’ de data. El enfoque se centrará en explicar de manera clara y comprensible este proceso, resaltando los beneficios de contar con datos organizados y analizados. “Aquí aprenderemos cómo hacer minería de datos, qué beneficios le ofrece a la organización, qué documentos o qué archivos nutren ese proceso, cómo depurar y homogeneizar la información y cómo cruzar variables a través de la analítica de data para identificar tendencias o patrones, minimizar incidentes y mejorar la eficiencia operativa”, explica Calderón. Entre los contenidos abordados en la sesión, los participantes también conocerán el desarrollo de «calculadoras de riesgo» y su aplicación a través de algoritmos programados según guías internacionalmente reconocidas para una variedad de factores, desde trastornos musculoesqueléticos hasta peligros químicos. Finalmente, podrán conocer herramientas para visualizar la información en tableros de control y en tiempo real. Para ello, el experto realizará demostraciones en vivo de la creación utilizando el software Power BI. El fin último, según el experto, es lograr que las personas, independientemente del cargo o el rol que ocupen en el SG-SST, superen el temor de administrar grandes volúmenes de datos y sepan que, para ello, no necesitan ser expertos informáticos, sino poner las herramientas apropiadas a su servicio. De esta manera, las organizaciones tendrán la capacidad de seguir el desempeño de sus planes de acción, medir en tiempo real la eficiencia de sus actividades, identificar desviaciones y tomar decisiones informadas que conduzcan a una mayor eficiencia en el uso e inversión de recursos. Con un análisis efectivo de los datos disponibles, podrán adoptar un enfoque más preventivo y menos reactivo, anticiparse mejor a los riesgos y mitigarlos de forma proactiva para garantizar la seguridad de sus operaciones y la continuidad del negocio.

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IA y nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad minera

Por: Cómo citar este artículo: Molina, J., Soto, D., Vallejo, L., Torero, J., López, S., Molina, A., Ortiz, A. (2023). IA y nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad minera. En: Revista Protección & Seguridad, No. 411 (Septiembre – Octubre 2023). https://ccs.org.co/publicaciones/proteccion_seguridad/8/411/miner%C3%ADa-segura-y-sostenible Resumen La industria minera genera una gran cantidad de datos que se encuentran en forma digital. Un ejemplo son las concentraciones de gases de los detectores personales. Frecuentemente, estos datos tienen un uso muy limitado y, en la mayoría de los casos, se descartan. Industrias como la de transporte, manufactura, agricultura y medicina han comenzado a usar todos estos datos a través de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA). En este artículo se ilustra cómo los datos de los detectores de gases personales podrían ser usados mediante un algoritmo de inteligencia artificial, específicamente, una red neuronal artificial para alertar sobre una explosión de metano. El ejercicio toma como ejemplo la explosión de metano y polvo de carbón que tuvo lugar en Tópaga en 2021. Luego de demostrar —mediante herramientas de modelamiento físico— la poca ventilación y la posible estratificación de metano en la mina, se genera una base de datos que alimenta la red neuronal artificial, la cual logra alertar sobre una inminente explosión en un 971,9 ‰¹ de las ocasiones. Introducción En Colombia, la producción de carbón fue de 50,6 millones de toneladas en 2020 (National Mining Agency, 2022). El 8 % correspondió a minas subterráneas. Por su parte, de las 1235 emergencias en minas colombianas presentadas entre el 2005 y el 2018, 956 (un 93 %) ocurrieron en minas de carbón (Gheorghe et al., 2022) y el 87 % de las fatalidades asociadas se registraron en la minería subterránea (Gheorghe et al., 2022; Jaramillo-Urrego, 2019). Frente al panorama de la siniestralidad minera, en los últimos años se han desarrollado nuevas tecnologías para la prevención de incidentes en minas de carbón (Dong et al., 2023; Ji & Shi, 2023; Sekhar & Shah, 2021; Yang et al., 2023). Algunos ejemplos son la inteligencia artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) y los macrodatos (Meng & Li, 2022). Estas tecnologías se vienen usando en la prevención de explosiones de gas (Demirkan et al., 2022), detección de incendios en minas (Barros-Daza et al., 2022; Sun et al., 2022), explosiones de polvo de carbón (Khan et al., 2022) o en la predicción de deslizamientos de tierra en minas de carbón (Zhang et al., 2023). Un elemento importante de estas nuevas tecnologías son las Herramientas de Modelado Físico (HMF). En este artículo se analiza una explosión de metano y polvo de carbón ocurrida en el municipio de Tópaga, Boyacá, que dejó 12 víctimas fatales. Sus autores fueron parte de la investigación de este incidente del cual se recolectó documentación extensa que incluye mediciones de gases (antes y después de la explosión), análisis post mortem de diferentes muestras textiles, metálicas y plásticas y estudios geológicos del entorno. La experiencia obtenida durante la investigación de la explosión permite ilustrar cómo nuevas tecnologías como las HMF y la IA se pueden aplicar en la seguridad minera. Herramientas de modelamiento físico La HMF VENTSIM² 5.4. (The Howden Group, 2023) permitió representar el sistema de ventilación de la mina antes de la explosión. La figura 1 presenta el plano de la mina. Durante la investigación de la explosión se encontró que muy cerca de una víctima mortal (F12 en la figura 1) se hallaba un martillo eléctrico perforador sin protección para explosiones, el cual se consideró como la más posible causa de ignición. La simulación en VENTSIM consideró los dos ventiladores, el circuito de ventilación natural yductos desde los ventiladores hasta los frentes de trabajo. Las HMF como VENTSIM 5.4. (The Howden Group, 2023) resuelven ecuaciones que representan el flujo de aire en la mina y, luego de definir la geometría y de incluir condiciones de frontera como temperatura, presión y velocidad de aire a la entrada, así como parámetros de diseño como el factor de fricción, permiten predecir el campo de velocidad dentro de la mina, como se muestra en la figura 2. La simulación indica que por el circuito de ventilación primaria que fluye por la galería principal desde BM1, en la parte central superior de la figura 1, las velocidades del aire están en el rango entre 0,70 m/s y 0,93 m/s. El aire viciado regresa por la pendiente principal de la galería que conduce a BM4A (un poco hacia la derecha de BM1 en la figura 1). Si bien la mina contaba con un circuito de ventilación secundario con dos ventiladores, la figura 2 evidencia que alrededor del 45 % de la mina y del 85 % de los frentes de trabajo presentaban una velocidad de aire inferior a 0,5 m/s, valor definido por la legislación colombiana como el mínimo requerido para evitar la estratificación del gas metano. Para evaluar la existencia de dispersión de metano en la mina se hace necesario usar tecnologías HMF que permitan representar el flujo de aire en tres dimensiones. La dinámica defluidos computacional (Computational Fluid Dynamics- CFD) resuelve las ecuaciones de Navier-Stokes sobre los balances de masa y cantidad de movimiento para predecir cómo varía la concentración de metano desde un posible frente de emisión y a lo largo y alto de la mina.En el estudio de la explosión se utilizó Ansys Fluent R2020 [34] (un software comercial de CFD) para representar el flujo de aire y la variación en la concentración de metano. El dominio de simulación se limitó al área donde se encontró el martillo evidenciando más fallas geológicas como se muestra en la figura 3. Al igual que con VENTSIM, Ansys Fluent requiere de una representación geométrica del interior de la mina y, adicionalmente, la generación de una malla que divida el dominio en múltiples celdas. En la figura 3, por ejemplo, se usan cerca de un millón de celdas las cuales se refinaron en las regiones donde la concentración de metano se encontró superior al 0,5

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Riesgos emergentes y desafíos en SST: nuevas tecnologías e impacto en la salud mental

Este contenido es la tercera parte de una serie de tres artículos en los que se exponen los cinco riesgos emergentes más críticos para las organizaciones e industrias, y presenta algunas recomendaciones para abordarlos. El Consejo Colombiano de Seguridad – CCS, en conmemoración del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, presenta estos desafíos. Riesgos psicosociales derivados del uso de tecnologías 4.0 La llegada de nuevos avances tecnológicos, como la inteligencia artificial (IA), la robótica, el big data, el internet de las cosas (IoT) y la realidad aumentada, entre otros, ha revolucionado los procesos industriales y comerciales. Si bien estas innovaciones ofrecen numerosas ventajas como la eficiencia operativa y la reducción de costos, también introducen riesgos potenciales para la seguridad y salud de los trabajadores. Por ende, surgen cuestionamientos frente a la transformación de las relaciones humanas, la interacción hombre-máquina, la desconexión laboral y el bienestar integral de la fuerza laboral. Se debe considerar que los procesos de digitalización y automatización asociados a estas tecnologías están influyendo drásticamente en la transformación de puestos de trabajo al tiempo que exacerban peligros psicosociales. Efectos como la ansiedad, el (tecno)estrés, la sobrecarga de información, la destrucción de puestos de trabajo, la despersonalización y la falta de control o habilidad para adaptarse a los cambios tecnológicos que derivan en tecnofobia o tecnoadicción son parte del nuevo escenario que impacta en la salud mental de los trabajadores. A ello se suman los cambios en la naturaleza del trabajo como el aumento del trabajo remoto y el teletrabajo, que plantea nuevos desafíos para la gestión de la SST. La falta de supervisión directa y la separación física de los equipos de trabajo pueden aumentar la probabilidad de accidentes laborales y problemas psicosociales. En el Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST) se vuelve prioritario identificar peligros y evaluar riesgos, con especial atención en contrarrestar situaciones relacionadas con el riesgo psicosocial. En este sentido, urge la implementación de políticas que contemplen el derecho a la desconexión laboral, la capacitación en el uso y adaptación, la transición laboral justa y un liderazgo efectivo que apoye a los trabajadores en los procesos de integración de las nuevas tecnologías. De otro lado, se requiere aprovechar el potencial tecnológico para reducir o eliminar riesgos laborales producto de la ejecución de tareas repetitivas y peligrosas que pueden ser realizadas por cobots, la mayor disponibilidad de datos para tomar decisiones, la reducción de incidentes como consecuencia de mantenimientos predictivos y el desarrollo de dispositivos de protección personal inteligentes, capaces de identificar situaciones de riesgo y emitir alertas. Un llamado a la acción Como se evidencia, los diversos riesgos emergentes que han surgido tras las dinámicas climáticas, económicas, tecnológicas y de salubridad son indispensables de abordar y gestionar desde cada una de las empresas, con el fin de lograr organizaciones resilientes, decentes y sostenibles, que velan por la garantía de trabajos seguros, saludables y de bienestar para cada uno de sus actores. En las siguientes dos series encontrarás los riesgos emergentes relacionados con cambio climático, riesgo de desastres y nuevos productos químicos y amenazas biológicas. Lee la primera parte del artículo: Riesgos emergentes y desafíos en SST: cambio climático, riesgo de desastres y transición energética. Lee la segunda parte del artículo: Riesgos emergentes y desafíos en SST: nuevos productos químicos y amenazas biológicas.

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Riesgos emergentes y desafíos en SST: nuevos productos químicos y amenazas biológicas

Este contenido es la segunda parte de una serie de tres artículos en los que se exponen los cinco riesgos emergentes más críticos para las organizaciones e industrias, y presenta algunas recomendaciones para abordarlos. El Consejo Colombiano de Seguridad – CCS, en conmemoración del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, presenta estos desafíos. Riesgos biológicos La aparición de nuevas enfermedades y la intensificación de algunas ya existentes, la resistencia a los antimicrobianos y la exposición a agentes patógenos en entornos laborales específicos está dando forma a un panorama laboral cada vez más complejo en términos de salud y seguridad laboral. Entre las causas está, por un lado, la creciente pérdida de biodiversidad en los ecosistemas generada por la deforestación y el cambio climático, entre otras, que conlleva el desplazamiento de especies y una cercanía cada vez mayor a los centros poblados incrementando así el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas y el desarrollo de nuevas pandemias como la vivida por la COVID-19. Además, los cambios en las temperaturas pueden dar origen a nuevos riesgos derivados de la exposición a agentes biológicos. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que un clima más cálido aumentará la reproducción, resiliencia y distribución de enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, la malaria y el virus del Zika, entre otros. A su vez, estima que el número adicional de personas infectadas por malaria en América del Sur se incrementará de 25 millones en 2020 a 50 millones hacia el 2080. Entre ellas, se verán afectados trabajadores expuestos que realizan actividades en entornos exteriores, como la construcción, la agricultura, la minería y los servicios ambientales. Por otro lado, el uso excesivo e inadecuado de antibióticos en la medicina humana y veterinaria, ha llevado al desarrollo de cepas bacterianas resistentes, dificultando así el tratamiento de infecciones. Esto no solo pone en peligro la salud de los trabajadores expuestos a estos agentes patógenos en sus labores diarias, como el personal del sector de la salud, sino que también puede tener un impacto económico significativo en términos de costos de atención médica y pérdida de productividad laboral para las organizaciones. Además, ciertos sectores laborales enfrentan riesgos específicos relacionados con la exposición a agentes biológicos. Por ejemplo, los trabajadores de laboratorio pueden enfrentar riesgos asociados con la manipulación de muestras biológicas y cultivos de microorganismos. Las enfermedades transmisibles infecciosas son las que han tomado mayor relevancia en torno a SST, debido al rápido y fácil contagio que se puede generar del agente patógeno infeccioso y la aparición de signos y síntomas tempranos y/o tardío que pueden generar en el trabajador enfermedades crónicas y mortales como VIH, fiebre amarilla, tuberculosis, malaria, entre otras. Por ello es indispensable que desde las organizaciones se realice la educación y capacitación en torno a la identificación del peligro biológico en cada uno de los entornos de trabajo y el adecuado uso de los equipos de protección personal, así como el fomento de las prácticas de higiene respectivas como el correcto lavado de manos en los momentos correspondientes. También es indispensable mantener al día los esquemas de inmunización de la población trabajadora que se encuentra expuesto al peligro, mantener estrictos protocolos de gestión de residuos líquidos y sólidos que contengan contaminantes biológicos y realizar un riguroso monitoreo a la salud de los trabajadores con la realización de los exámenes médicos periódicos pertinentes que permitan detectar, de forma oportuna y temprana, las enfermedades o condiciones relacionadas con la exposición a agentes biológicos.  Riesgo químico por sustancias nuevas De acuerdo con la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR) del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU., se calcula que, a nivel mundial, se usan casi 70.000 sustancias químicas y el sector de los productos químicos introduce aproximadamente entre 200 y 1000 sustancias nuevas cada año. Por ello, los riesgos químicos emergentes representan una preocupación para la salud y la seguridad en el trabajo. Desde la exposición a productos químicos industriales hasta el uso de nanomateriales en la producción, los trabajadores se enfrentan a una serie de desafíos que requieren una atención especializada y medidas preventivas efectivas. Por ejemplo, existe evidencia científica sobre el cáncer ocupacional derivado de la exposición, cada vez más frecuente, a sustancias químicas y procesos insalubres no solo en los ámbitos laborales, sino también en los entornos cotidianos como consecuencia de la contaminación ambiental. La Organización Panamericana para la Salud asegura que “el 19 % de todos los cánceres son atribuidos a exposiciones en el medio ambiente, incluyendo los lugares de trabajo, con cerca de 1,3 millones de muertes anuales”. Adicionalmente, se han identificado 160 carcinógenos ocupacionales (entre plaguicidas, asbesto, benceno, sílice cristalina) y algunas circunstancias como la exposición a rayos ultravioleta (UV) y al humo de tabaco. Además del cáncer ocupacional, el trabajo con nanomateriales presenta desafíos únicos en términos de salud ocupacional. Los nanomateriales, debido a su tamaño diminuto y propiedades únicas, pueden tener efectos biológicos inesperados y potencialmente dañinos cuando se inhalan o se absorben a través de la piel. Los trabajadores expuestos a nanomateriales en industrias como la electrónica, la medicina y la ingeniería de materiales pueden enfrentar riesgos de toxicidad pulmonar, inflamación crónica, daño genético y efectos carcinogénicos. Para abordar estos riesgos químicos emergentes, es esencial que los empleadores implementen medidas preventivas efectivas en el lugar de trabajo. Esto puede incluir la evaluación y gestión de riesgos químicos, la implementación de controles de ingeniería, como la ventilación adecuada, el uso de barreras físicas y la provisión de equipos de protección personal (EPP) adecuados, como respiradores y trajes de protección química. Además, la capacitación regular sobre seguridad química y prácticas de trabajo seguras es fundamental para aumentar la conciencia de los trabajadores sobre los riesgos asociados con los productos químicos y cómo minimizar la exposición. Además, es crucial fomentar la investigación continua sobre los efectos de los productos químicos en la salud humana, especialmente en lo que respecta a los nanomateriales y otros compuestos emergentes. Esto puede incluir estudios

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Riesgos emergentes y desafíos en SST: cambio climático, riesgo de desastres y transición energética

Dada la rápida evolución y penetración de las nuevas tecnologías, los cambios en las dinámicas de trabajo y los desafíos ambientales del contexto actual emergen nuevos riesgos a nivel empresarial que impactan directamente aspectos laborales o exacerban algunas amenazas ya presentes. Esto exige una gestión proactiva por parte de empleadores, trabajadores y autoridades pertinentes. Este contenido es la primera parte de una serie de tres artículos en los que se exponen los cinco riesgos emergentes más críticos para las organizaciones e industrias, y presenta algunas recomendaciones para abordarlos. El Consejo Colombiano de Seguridad – CCS, en conmemoración del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, presenta estos desafíos. Riesgos derivados del cambio climático y desastres ocasionados por fenómenos naturales Los desafíos ambientales como el cambio climático, la escasez de recursos naturales vitales y la pérdida de biodiversidad también tienen un impacto directo en la salud y el bienestar de quienes laboran en diversas industrias. Las previsiones sobre el clima apuntan hacia un aumento en la frecuencia y la intensidad de los eventos climáticos extremos y una de las consecuencias de esta tendencia es la pérdida de puestos de trabajo y productividad. Por un lado, el calentamiento global está generando condiciones climáticas extremas y eventos meteorológicos más frecuentes y severos. Por ejemplo, el estrés térmico producto de elevadas temperaturas y oleadas de calor  afecta, sobre todo, a aquellos trabajadores que se desempeñan al aire libre, entre ellos, quienes hacen parte de la agricultura, la construcción, la recolección de residuos, el transporte y turismo, entre otros sectores. El calor extremo puede ocasionar el aumento de los casos de enfermedades relacionadas con el calor, como insolación, agotamiento por calor y cansancio entre los trabajadores, en especial cuando las ocupaciones exigen mucho esfuerzo físico o largas jornadas laborales a la intemperie. En 2030, las previsiones de la OIT indican que se perderá al año el equivalente a más del 2 %  del total de horas de trabajo en todo el mundo, debido al aumento de las temperaturas que pueden anular la capacidad de muchas personas para trabajar o reducir su desempeño viéndose obligadas a hacerlo a un ritmo más lento. De hecho, la misma OIT señala que al alcanzar los 33 o 34 °C, con una intensidad de trabajo moderada, los trabajadores pierden un 50 % de su capacidad. Incluso, el cansancio puede reducir el nivel de atención lo que conduce a errores en la seguridad y al aumento del riesgo de sufrir accidentes laborales. Así mismo, los eventos climáticos extremos como las lluvias torrenciales, los huracanes, las inundaciones, los incendios forestales, las tormentas eléctricas y las heladas ponen en riesgo la vida de los trabajadores en determinadas industrias y sectores económicos, bien sea porque se ven directamente expuestos (si se desempeñan en actividades al aire libre) o porque la infraestructura de sus oficinas o plantas se halla en lugares de alta vulnerabilidad. Además, aquellos que trabajan en sectores como la agricultura, la construcción o el turismo suelen ser más vulnerables, ya que dependen en gran medida de condiciones climáticas estables y entornos naturales intactos para su sustento. A lo anterior se suma que la ocurrencia de este tipo de eventos es cada vez más común. Un análisis de los registros de la Base de datos de sucesos de emergencias (EM-DAT) indica que entre 1970 y 2019 se han presentado 22.326 desastres. De esta cifra, el 62 % de los eventos registrados, el 80% de todas las muertes y casi todas las pérdidas económicas (99%) estuvieron asociadas a riesgos naturales. Si solo se tiene en cuenta este siglo, más del 90 % de los desastres registrados (2000 a 2019) tienen el mismo origen. Por otra parte, para 2023 se presentaron 399 desastres y más del 80 % de estos estuvieron asociados a eventos climáticos.  Adicionalmente, los desastres producto de fenómenos naturales pueden desencadenar accidentes industriales que ponen en jaque la seguridad y la salud de los trabajadores, así como impactos en las comunidades. Se requiere implementar medidas de SST para hacer frente a las condiciones climáticas extremas que se ajusten a las necesidades y realidades específicas de cada lugar de trabajo. De igual manera, incluir fenómenos climáticos en las evaluaciones estratégicas de riesgos, así como Integrar medidas de adaptación y resiliencia en las prácticas de seguridad y salud en el trabajo es esencial para garantizar la protección y reducir la vulnerabilidad. Gestionar y reducir el riesgo originado por las amenazas derivadas del cambio y la variabilidad climática, no solo asegura una adecuada protección de los trabajadores, sino que es clave en términos de resiliencia de las organizaciones y permite la continuidad de los negocios en el largo plazo. Riesgos de la transición energética La transición hacia la carbononeutralidad de las economías, la adopción de energías alternativas, el impulso de los empleos verdes y la economía circular, resultan fundamentales para abordar los desafíos del cambio climático y construir un futuro más sostenible. Sin embargo, esta transición no está exenta de riesgos, especialmente para la población trabajadora que depende de industrias relacionadas con los combustibles fósiles. La migración hacia un sistema energético más verde plantea una serie de desafíos para los trabajadores en términos de empleo, seguridad laboral y condiciones de trabajo. Al respecto, la OIT ha sido enfática en señalar que las medidas para hacer frente al cambio climático no pueden dejar de lado la preocupación por el trabajo decente y aboga por la necesidad de desplegar toda una serie de políticas sociales y de mercado de trabajo. Esto incluye, entre otras medidas, asistencia adecuada a las personas afectadas por los cambios, la creación de nuevas fuentes de empleo, la protección social, el desarrollo de habilidades y competencias, la recualificación, la gobernanza de la migración laboral, la seguridad y la salud en el trabajo y el diálogo social para garantizar que la lucha contra el calentamiento global no afecte negativamente los medios de vida de los trabajadores. Por su parte, la rápida evolución de las tecnologías asociadas a instalaciones fotovoltaicas, baterías, nuevos materiales de

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Ocho propósitos para un 2024 más sostenible y resiliente

Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis, líder de comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad. Cómo citar este artículo:Salamanca, V. 2024. Ocho propósitos para un 2024 más sostenible y resiliente. Revista Protección & Seguridad en la Comunidad No. 51 pág. 16 – 19. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/ocho-propositos-para-un-2024-mas-sostenible-y-resiliente En la búsqueda constante de un estilo de vida más consciente y respetuoso con nuestro entorno, el 2024 se presenta como una oportunidad para redefinir nuestras metas personales y hacer ajustes en nuestros hábitos. Todo esto en aras de crear un estilo de vida más responsable y sostenible. Cada acción, por más mínima y cotidiana que parezca, tiene un impacto sustancial. Por eso, en esta edición de Protección & Seguridad en la Comunidad te presentamos ocho propósitos prácticos y alcanzables para integrar la sostenibilidad en tu día a día ¡Anímate a adoptarlos! Reducir la huella de carbono personal: Reducir nuestra huella de carbono personal es esencial para combatir el cambio climático y preservar nuestro planeta. Optar por medios de transporte más ecológicos, como el transporte público, las bicicletas o los vehículos eléctricos e híbridos, puede reducir significativamente las emisiones de carbono asociadas a los desplazamientos. Asimismo, la elección de alimentos de origen local y de temporada, así como la reducción del consumo de carne, contribuyen a disminuir la huella ambiental asociada con la producción de alimentos. Reducir, reutilizar y reciclar son prácticas clave para minimizar los desechos, al igual que optar por productos con envases sostenibles. Además, el uso eficiente de la energía en el hogar, a través de la instalación de tecnologías más eficientes y la disminución del consumo eléctrico, es fundamental. Pequeñas acciones cotidianas como apagar los dispositivos electrónicos cuando no se utilizan o utilizar bombillas de bajo consumo también suman para alcanzar un estilo de vida más respetuoso con el medio ambiente. Entrar en la “onda” de la economía circular: Adoptar la economía circular en la vida cotidiana implica cambiar nuestra perspectiva hacia los recursos, fomentando la reducción de residuos y la reutilización de productos. Una manera práctica de comenzar es comprar productos duraderos y de calidad, evitando el consumo impulsivo. Así mismo, al reparar y dar una segunda vida a los objetos antes de desecharlos se contribuye significativamente a la economía circular. La práctica del reciclaje adecuado de residuos, incluyendo el compostaje de desechos orgánicos, también es esencial para cerrar el ciclo de los materiales. A su vez, la compra de productos de segunda mano o la participación en intercambios y “pulgueros” son excelentes formas de extender la vida útil de los artículos. De otro lado, vale la pena preguntarse sobre el origen y el ciclo de vida de los productos que adquirimos, consultar las etiquetas, investigar sobre los procesos de producción y apoyar empresas que adopten prácticas sostenibles y circulares para aumentar la demanda de estas prácticas en el mercado. Conservar la biodiversidad: Adopta un papel activo en la preservación de la biodiversidad. Planta árboles, participa en proyectos de reforestación, únete a campañas de voluntariado y sé parte de iniciativas comunitarias para proteger los ecosistemas locales. Cuando desarrolles actividades turísticas opta por destinos y operadores turísticos que implementen prácticas ecoamigables, que apoyen y respeten a las comunidades locales y que contribuyan a la preservación de los recursos naturales de las zonas en las que operan. Así mismo, sé un turista responsable: no dejes residuos en las áreas visitadas, no realices fogatas en zonas no aptas o que generen riesgo de incendios, haz un uso racional de los recursos y no extraigas fauna o flora de los ecosistemas que visites. Otro paso crucial para conservar la biodiversidad es tener en cuenta la procedencia de productos que sean elaborados con materiales extraídos de la naturaleza, como el cuero, la madera, el marfil y la palma, para citar algunos ejemplos. Antes de comprar artículos de ese tipo, investiga y asegúrate de que su obtención no fomente el comercio ilegal de especies, la degradación ambiental o la pérdida de biodiversidad. Procura que cuenten con certificaciones ambientales. Finalmente, a la hora de consumir pescados y mariscos respeta los periodos de veda que contribuyen directamente a la conservación de la biodiversidad marina y la preservación de los ecosistemas acuáticos. Estos períodos son esenciales para permitir que las poblaciones de peces se reproduzcan y se regeneren, fortaleciendo así la sostenibilidad de la pesca. Hacer un uso racional del agua: Reducir los desperdicios de agua y optimizar su uso es, quizá, uno de los desafíos más apremiantes de la humanidad para preservar este recurso vital y enfrentar la escasez hídrica. Basta con adoptar prácticas sencillas pero contundentes en la vida diaria. Tomar duchas más cortas, reparar inmediatamente las fugas, utilizar dispositivos de bajo consumo y captar y reutilizar aguas lluvia para labores de aseo o mantenimiento de jardines son acciones clave para conservar este recurso. Ahora bien, en el lavado de ropa, también se puede optimizar la demanda de agua. Una manera efectiva de hacerlo es asegurarse de cargar la lavadora completamente antes de cada ciclo, maximizando así la cantidad de ropa lavada por litro de agua utilizado. Preferir la configuración de carga completa o la opción de carga económica en la lavadora ayuda a reducir el consumo de agua y energía. Asimismo, utilizar detergentes ecológicos y en cantidades moderadas no solo es beneficioso para el medio ambiente, sino que también disminuye la cantidad de agua necesaria para enjuagar la ropa. Apoyar la agricultura sostenible: Opta por alimentos cultivados de manera sostenible y apoya a agricultores locales. Elige productos orgánicos y promueve prácticas agrícolas que respeten la salud del suelo y reduzcan el uso de pesticidas o fertilizantes químicos. Procura adquirir tus frutas y verduras en mercados campesinos o plazas locales para apoyar la economía campesina. Optar por una alimentación más consciente: Reducir el consumo de carnes rojas es una acción valiosa para disminuir la huella ambiental. ¿Sabías que la cría de ganado, en particular, genera emisiones considerables de gases de efecto invernadero como metano y óxido nitroso que contribuyen al cambio climático? Por eso, una estrategia

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Recomendaciones para afrontar la crisis hídrica en el sector industrial

En medio de la creciente alerta por el desabastecimiento hídrico que afecta a varios embalses, represas y cuerpos de agua del país por cuenta del Fenómeno de El Niño y las medidas de racionamiento impuestas en la capital colombiana y 12 municipios aledaños de la Sabana para enfrentar la crisis, se hace necesario abordar el impacto que el suministro limitado de agua puede tener en la productividad de las empresas y organizaciones. En Colombia, el Estudio Nacional del Agua 2022 del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) indica que las actividades productivas de agricultura y poscosecha representan el 43,25 % de la demanda hídrica sectorial con un consumo de 14 mil millones de metros cúbicos por año. A este le siguen las actividades de generación de energía (8224 millones de m3), la piscicultura (3971 millones de m3) y el consumo doméstico (2857 millones de m3). Otros sectores como las actividades pecuarias y de sacrificio, la minería, los hidrocarburos, la industria, el sector oficial y de servicios y la construcción tienen una participación mucho menor. Puntualmente, el sector industrial representa el 1% de la demanda hídrica; no obstante, la tasa de agua extraída que no retorna a la cuenca se sitúa en el 58 %, siendo el segundo sector que presenta mayor porcentaje a nivel nacional. Por su parte, el Registro Único Ambiental Manufacturero (RUA-MF) del Ideam, indica que las actividades industriales con mayor demanda hídrica son ‘fabricación de pulpas (pastas) celulósicas, papel y cartón’ con el 18 %, seguido de ‘elaboración y refinación de azúcar’ con el 10,8 %, y ‘elaboración de otros productos alimenticios n.c.p.’ con el 8,7 %. Con base en lo anterior, resulta evidente que las industrias y organizaciones que dependen del agua para llevar a cabo sus procesos de producción pueden experimentar interrupciones significativas si no tienen acceso suficiente a este recurso. Esto puede resultar en la reducción de la producción, retrasos en la entrega de productos y servicios, e, incluso, la suspensión temporal de las operaciones e interrupción del negocio. Esto puede tener un efecto dominó en toda la cadena de suministro y afectar la capacidad de las organizaciones para cumplir con los compromisos contractuales. Así mismo, la escasez de agua puede afectar la eficiencia operativa al limitar la capacidad para desarrollar labores de higiene y limpieza, refrigeración, producción de alimentos y bebidas, creación de mezclas, generación de vapor y otros procesos industriales que requieren de agua. Finalmente, pero no menos importante, el acceso restringido a agua potable puede afectar el bienestar de los empleados, especialmente, en entornos de trabajo donde se requiere agua para el consumo, la higiene personal y la seguridad. Por ello, si bien muchas de las medidas para enfrentar la crisis hídrica actual se han dirigido a los hogares con el propósito de fomentar un consumo racional y eficiente del recurso hídrico en los hogares, es preciso también adoptar acciones orientadas al mismo fin en los entornos laborales. Desde el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) se brindan algunas recomendaciones: Tomar medidas para el uso racional y eficiente del agua no solo permite afrontar la crisis actual por el desabastecimiento del recurso, sino que también ayuda a garantizar la disponibilidad y gestión sostenible del agua en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 6 – Agua limpia y saneamiento), garantizando un ambiente de trabajo sano, seguro y con bienestar para todos los trabajadores.

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