Sostenibilidad Ambiental

Riesgos emergentes y desafíos en SST: cambio climático, riesgo de desastres y transición energética

Dada la rápida evolución y penetración de las nuevas tecnologías, los cambios en las dinámicas de trabajo y los desafíos ambientales del contexto actual emergen nuevos riesgos a nivel empresarial que impactan directamente aspectos laborales o exacerban algunas amenazas ya presentes. Esto exige una gestión proactiva por parte de empleadores, trabajadores y autoridades pertinentes. Este contenido es la primera parte de una serie de tres artículos en los que se exponen los cinco riesgos emergentes más críticos para las organizaciones e industrias, y presenta algunas recomendaciones para abordarlos. El Consejo Colombiano de Seguridad – CCS, en conmemoración del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, presenta estos desafíos. Riesgos derivados del cambio climático y desastres ocasionados por fenómenos naturales Los desafíos ambientales como el cambio climático, la escasez de recursos naturales vitales y la pérdida de biodiversidad también tienen un impacto directo en la salud y el bienestar de quienes laboran en diversas industrias. Las previsiones sobre el clima apuntan hacia un aumento en la frecuencia y la intensidad de los eventos climáticos extremos y una de las consecuencias de esta tendencia es la pérdida de puestos de trabajo y productividad. Por un lado, el calentamiento global está generando condiciones climáticas extremas y eventos meteorológicos más frecuentes y severos. Por ejemplo, el estrés térmico producto de elevadas temperaturas y oleadas de calor  afecta, sobre todo, a aquellos trabajadores que se desempeñan al aire libre, entre ellos, quienes hacen parte de la agricultura, la construcción, la recolección de residuos, el transporte y turismo, entre otros sectores. El calor extremo puede ocasionar el aumento de los casos de enfermedades relacionadas con el calor, como insolación, agotamiento por calor y cansancio entre los trabajadores, en especial cuando las ocupaciones exigen mucho esfuerzo físico o largas jornadas laborales a la intemperie. En 2030, las previsiones de la OIT indican que se perderá al año el equivalente a más del 2 %  del total de horas de trabajo en todo el mundo, debido al aumento de las temperaturas que pueden anular la capacidad de muchas personas para trabajar o reducir su desempeño viéndose obligadas a hacerlo a un ritmo más lento. De hecho, la misma OIT señala que al alcanzar los 33 o 34 °C, con una intensidad de trabajo moderada, los trabajadores pierden un 50 % de su capacidad. Incluso, el cansancio puede reducir el nivel de atención lo que conduce a errores en la seguridad y al aumento del riesgo de sufrir accidentes laborales. Así mismo, los eventos climáticos extremos como las lluvias torrenciales, los huracanes, las inundaciones, los incendios forestales, las tormentas eléctricas y las heladas ponen en riesgo la vida de los trabajadores en determinadas industrias y sectores económicos, bien sea porque se ven directamente expuestos (si se desempeñan en actividades al aire libre) o porque la infraestructura de sus oficinas o plantas se halla en lugares de alta vulnerabilidad. Además, aquellos que trabajan en sectores como la agricultura, la construcción o el turismo suelen ser más vulnerables, ya que dependen en gran medida de condiciones climáticas estables y entornos naturales intactos para su sustento. A lo anterior se suma que la ocurrencia de este tipo de eventos es cada vez más común. Un análisis de los registros de la Base de datos de sucesos de emergencias (EM-DAT) indica que entre 1970 y 2019 se han presentado 22.326 desastres. De esta cifra, el 62 % de los eventos registrados, el 80% de todas las muertes y casi todas las pérdidas económicas (99%) estuvieron asociadas a riesgos naturales. Si solo se tiene en cuenta este siglo, más del 90 % de los desastres registrados (2000 a 2019) tienen el mismo origen. Por otra parte, para 2023 se presentaron 399 desastres y más del 80 % de estos estuvieron asociados a eventos climáticos.  Adicionalmente, los desastres producto de fenómenos naturales pueden desencadenar accidentes industriales que ponen en jaque la seguridad y la salud de los trabajadores, así como impactos en las comunidades. Se requiere implementar medidas de SST para hacer frente a las condiciones climáticas extremas que se ajusten a las necesidades y realidades específicas de cada lugar de trabajo. De igual manera, incluir fenómenos climáticos en las evaluaciones estratégicas de riesgos, así como Integrar medidas de adaptación y resiliencia en las prácticas de seguridad y salud en el trabajo es esencial para garantizar la protección y reducir la vulnerabilidad. Gestionar y reducir el riesgo originado por las amenazas derivadas del cambio y la variabilidad climática, no solo asegura una adecuada protección de los trabajadores, sino que es clave en términos de resiliencia de las organizaciones y permite la continuidad de los negocios en el largo plazo. Riesgos de la transición energética La transición hacia la carbononeutralidad de las economías, la adopción de energías alternativas, el impulso de los empleos verdes y la economía circular, resultan fundamentales para abordar los desafíos del cambio climático y construir un futuro más sostenible. Sin embargo, esta transición no está exenta de riesgos, especialmente para la población trabajadora que depende de industrias relacionadas con los combustibles fósiles. La migración hacia un sistema energético más verde plantea una serie de desafíos para los trabajadores en términos de empleo, seguridad laboral y condiciones de trabajo. Al respecto, la OIT ha sido enfática en señalar que las medidas para hacer frente al cambio climático no pueden dejar de lado la preocupación por el trabajo decente y aboga por la necesidad de desplegar toda una serie de políticas sociales y de mercado de trabajo. Esto incluye, entre otras medidas, asistencia adecuada a las personas afectadas por los cambios, la creación de nuevas fuentes de empleo, la protección social, el desarrollo de habilidades y competencias, la recualificación, la gobernanza de la migración laboral, la seguridad y la salud en el trabajo y el diálogo social para garantizar que la lucha contra el calentamiento global no afecte negativamente los medios de vida de los trabajadores. Por su parte, la rápida evolución de las tecnologías asociadas a instalaciones fotovoltaicas, baterías, nuevos materiales de

Riesgos emergentes y desafíos en SST: cambio climático, riesgo de desastres y transición energética Leer más »

Ocho propósitos para un 2024 más sostenible y resiliente

Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis, líder de comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad. Cómo citar este artículo:Salamanca, V. 2024. Ocho propósitos para un 2024 más sostenible y resiliente. Revista Protección & Seguridad en la Comunidad No. 51 pág. 16 – 19. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/ocho-propositos-para-un-2024-mas-sostenible-y-resiliente En la búsqueda constante de un estilo de vida más consciente y respetuoso con nuestro entorno, el 2024 se presenta como una oportunidad para redefinir nuestras metas personales y hacer ajustes en nuestros hábitos. Todo esto en aras de crear un estilo de vida más responsable y sostenible. Cada acción, por más mínima y cotidiana que parezca, tiene un impacto sustancial. Por eso, en esta edición de Protección & Seguridad en la Comunidad te presentamos ocho propósitos prácticos y alcanzables para integrar la sostenibilidad en tu día a día ¡Anímate a adoptarlos! Reducir la huella de carbono personal: Reducir nuestra huella de carbono personal es esencial para combatir el cambio climático y preservar nuestro planeta. Optar por medios de transporte más ecológicos, como el transporte público, las bicicletas o los vehículos eléctricos e híbridos, puede reducir significativamente las emisiones de carbono asociadas a los desplazamientos. Asimismo, la elección de alimentos de origen local y de temporada, así como la reducción del consumo de carne, contribuyen a disminuir la huella ambiental asociada con la producción de alimentos. Reducir, reutilizar y reciclar son prácticas clave para minimizar los desechos, al igual que optar por productos con envases sostenibles. Además, el uso eficiente de la energía en el hogar, a través de la instalación de tecnologías más eficientes y la disminución del consumo eléctrico, es fundamental. Pequeñas acciones cotidianas como apagar los dispositivos electrónicos cuando no se utilizan o utilizar bombillas de bajo consumo también suman para alcanzar un estilo de vida más respetuoso con el medio ambiente. Entrar en la “onda” de la economía circular: Adoptar la economía circular en la vida cotidiana implica cambiar nuestra perspectiva hacia los recursos, fomentando la reducción de residuos y la reutilización de productos. Una manera práctica de comenzar es comprar productos duraderos y de calidad, evitando el consumo impulsivo. Así mismo, al reparar y dar una segunda vida a los objetos antes de desecharlos se contribuye significativamente a la economía circular. La práctica del reciclaje adecuado de residuos, incluyendo el compostaje de desechos orgánicos, también es esencial para cerrar el ciclo de los materiales. A su vez, la compra de productos de segunda mano o la participación en intercambios y “pulgueros” son excelentes formas de extender la vida útil de los artículos. De otro lado, vale la pena preguntarse sobre el origen y el ciclo de vida de los productos que adquirimos, consultar las etiquetas, investigar sobre los procesos de producción y apoyar empresas que adopten prácticas sostenibles y circulares para aumentar la demanda de estas prácticas en el mercado. Conservar la biodiversidad: Adopta un papel activo en la preservación de la biodiversidad. Planta árboles, participa en proyectos de reforestación, únete a campañas de voluntariado y sé parte de iniciativas comunitarias para proteger los ecosistemas locales. Cuando desarrolles actividades turísticas opta por destinos y operadores turísticos que implementen prácticas ecoamigables, que apoyen y respeten a las comunidades locales y que contribuyan a la preservación de los recursos naturales de las zonas en las que operan. Así mismo, sé un turista responsable: no dejes residuos en las áreas visitadas, no realices fogatas en zonas no aptas o que generen riesgo de incendios, haz un uso racional de los recursos y no extraigas fauna o flora de los ecosistemas que visites. Otro paso crucial para conservar la biodiversidad es tener en cuenta la procedencia de productos que sean elaborados con materiales extraídos de la naturaleza, como el cuero, la madera, el marfil y la palma, para citar algunos ejemplos. Antes de comprar artículos de ese tipo, investiga y asegúrate de que su obtención no fomente el comercio ilegal de especies, la degradación ambiental o la pérdida de biodiversidad. Procura que cuenten con certificaciones ambientales. Finalmente, a la hora de consumir pescados y mariscos respeta los periodos de veda que contribuyen directamente a la conservación de la biodiversidad marina y la preservación de los ecosistemas acuáticos. Estos períodos son esenciales para permitir que las poblaciones de peces se reproduzcan y se regeneren, fortaleciendo así la sostenibilidad de la pesca. Hacer un uso racional del agua: Reducir los desperdicios de agua y optimizar su uso es, quizá, uno de los desafíos más apremiantes de la humanidad para preservar este recurso vital y enfrentar la escasez hídrica. Basta con adoptar prácticas sencillas pero contundentes en la vida diaria. Tomar duchas más cortas, reparar inmediatamente las fugas, utilizar dispositivos de bajo consumo y captar y reutilizar aguas lluvia para labores de aseo o mantenimiento de jardines son acciones clave para conservar este recurso. Ahora bien, en el lavado de ropa, también se puede optimizar la demanda de agua. Una manera efectiva de hacerlo es asegurarse de cargar la lavadora completamente antes de cada ciclo, maximizando así la cantidad de ropa lavada por litro de agua utilizado. Preferir la configuración de carga completa o la opción de carga económica en la lavadora ayuda a reducir el consumo de agua y energía. Asimismo, utilizar detergentes ecológicos y en cantidades moderadas no solo es beneficioso para el medio ambiente, sino que también disminuye la cantidad de agua necesaria para enjuagar la ropa. Apoyar la agricultura sostenible: Opta por alimentos cultivados de manera sostenible y apoya a agricultores locales. Elige productos orgánicos y promueve prácticas agrícolas que respeten la salud del suelo y reduzcan el uso de pesticidas o fertilizantes químicos. Procura adquirir tus frutas y verduras en mercados campesinos o plazas locales para apoyar la economía campesina. Optar por una alimentación más consciente: Reducir el consumo de carnes rojas es una acción valiosa para disminuir la huella ambiental. ¿Sabías que la cría de ganado, en particular, genera emisiones considerables de gases de efecto invernadero como metano y óxido nitroso que contribuyen al cambio climático? Por eso, una estrategia

Ocho propósitos para un 2024 más sostenible y resiliente Leer más »

Estrategias de responsabilidad social y Sostenibilidad ambiental en el sector de hidrocarburos en América Latina

Por Beatriz Hurtado Artunduaga / Ingeniera Electricista / Especialista en Administración / Profesional HSE de Ecopetrol S.A. Carolina Rodríguez Manrique / Ingeniera Industrial / Máster en Gerencia Ambiental / Jefe HSE de Ecopetrol S.A. Ernesto Amaya Ibáñez / Ingeniero Ambiental / Profesional HSE de Ecopetrol S.A. Cómo citar este artículo:Hurtado, B. 2021. Estrategias de responsabilidad social y Sostenibilidad ambiental en el sector de hidrocarburos en América Latina. Revista Protección & Seguridad No. 395 pág. 16 – 24. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/estrategias-de-responsabilidad-social-y-sostenibilidad-ambiental-en-hidrocarburos/ Resumen La producción y consumo de hidrocarburos es fundamental en la economía de los países productores en América Latina y no se visualiza en el corto o mediano plazo un producto o servicio que los reemplace. En este contexto, se requiere conocer las estrategias que abordan las empresas para eliminar, mitigar y/o compensar los impactos socioambientales generados, para contribuir con el desarrollo sostenible de los territorios. Objetivo: analizar estrategias en responsabilidad social y sostenibilidad ambiental en las organizaciones del sector.Metodología: estudio observacional descriptivo mediante análisis de reportes (de sostenibilidad o rendición de cuentas) emitidos por cada compañía analizada. Revisión de información de organismos oficiales y gubernamentales relacionados con el sector. Resultados: se identificaron siete empresas líderes en explotación de hidrocarburos en América Latina, incluyendo una empresa extranjera con presencia importante en la región. A excepción de dos empresas, todas incluyen estrategias orientadas al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible. Se destacan metas voluntarias en la disminución de impactos socioambientales más allá del cumplimiento de las normas existentes; observándose un crecimiento en las iniciativas orientadas a mitigar los efectos del cambio climático. Conclusiones: las estrategias de responsabilidad social y sostenibilidad ambiental están orientadas a ofrecer energía fósil con una menor huella de carbono, gestionando los impactos asociados; sin embargo, se identifica la necesidad de tener un mayor alcance dentro del ciclo de vida del producto, debido a los impactos generados por su consumo, incorporando, como parte de sus medidas, procesos de innovación y tecnología frente a energías renovables. Palabras clave: Oil&Gas, estrategia, sostenibilidad, ambiental, responsabilidad social. Introducción La demanda de hidrocarburos en el mundo en 2018 fue de 98,84 millones de barriles al día (mb/d) y en 2019 fue de 99,67 mb/d (Organization of the Petroleum Exporting Countries – OPEC, 2020). Esta cifra equivale a 15,7 giga litros al día de petróleo. Para establecer una medida de comparación, el consumo de agua en Colombia para uso doméstico es de 7,5 giga litros al día (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales – IDEAM, 2019). El descubrimiento y uso de los hidrocarburos ha permitido potenciar el desarrollo humano y social ampliando los alcances de la humanidad. Los progresos en transporte, movilidad, empleo, inversión social, desarrollo industrial, industria petroquímica, industria energética, derivados plásticos, entre otros, son inequívocos de que el uso de esta materia prima ha generado más beneficios que desventajas hacia la humanidad. Estos beneficios están inmersos en la responsabilidad social de una empresa que no es más que el deber discrecional y manifiesto de contribuir en materia de desarrollo humano integral, fomentando el crecimiento económico y el desarrollo social de sus empleados, la comunidad y la sociedad en general, con el fin de mejorar su calidad de vida (Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación – Icontec, 2008). A su vez, la sostenibilidad ambiental se orienta en la protección del entorno, reduciendo en el mayor grado posible los impactos generados, promoviendo acciones de conservación de los recursos naturales y buscando un equilibrio entre los aspectos sociales, ambientales y económicos. En cuanto a los efectos adversos, un indicador que quizás nos da un acercamiento del impacto del uso de los hidrocarburos en el mundo es el de las emisiones de CO2. En 2014 la emisión mundial fue de 36 millones de kilo toneladas de CO2, de las cuales 12 millones provienen del consumo de combustibles líquidos (33 % de las emisiones en el mundo) y 6,7 millones del consumo de combustibles gaseosos (19 %) (Carbon Dioxide Information Analysis Center, 2014). Más de la mitad de las emisiones de CO2 en el mundo provienen del uso de hidrocarburos (Carbon Dioxide Information Analysis Center, 2014). Actualmente se pueden evidenciar variaciones en el clima, principalmente referidas al aumento de temperaturas ambientales, que diversos autores relacionan como una consecuencia del incremento en el uso de hidrocarburos y las emisiones de CO2. El principal indicio, quizás, es que la combustión de los hidrocarburos en la presencia de oxígeno es una reacción exotérmica que genera CO2, H2O, calor y otros gases residuales. El Informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático concluye que el calentamiento global está ocurriendo y se puede comprobar gracias al aumento de la temperatura del aire y las aguas, la disolución de nieves y hielos; así como el aumento en el nivel de los mares (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climatico, 2007). Este informe concluye que es muy probable que dichos impactos se estén generando por el aumento comprobado en los gases de efecto invernadero inducido por la actividad humana. Finalmente, establece que los impactos pueden ser reducidos y mitigados con adaptaciones de gran alcance en nuestras actividades. En línea con lo anterior, en caso de no implementarse medidas en el corto plazo, los impactos en América Latina pueden generar efectos como la desertificación, la salinización de la tierra, inundaciones en zonas de baja altitud por el aumento de los niveles de las aguas marítimas, afectación de ecosistemas corales, desplazamiento de fauna del mar, extinción de especies amenazadas en áreas biodiversas, entre otros (Conde-Álvarez & Saldaña-Zorrilla, 2007). Este artículo aborda las principales estrategias e iniciativas que vienen liderando las empresas productoras de hidrocarburos en América Latina para fortalecer la sostenibilidad de la industria, mantener o potenciar los beneficios sociales y contribuir en la mitigación de los efectos ambientales que se vienen presentando en la actualidad de América Latina y del planeta. Adicionalmente, analiza el impacto de estas medidas, su alcance y la contribución en el cambio de las matrices energéticas en la región. Metodología Este artículo es

Estrategias de responsabilidad social y Sostenibilidad ambiental en el sector de hidrocarburos en América Latina Leer más »

Jekyll and Hyde: el extraño reclamo de una lavandería

Por Alejandro Aldana Pérez / Químico / Magíster en Química / Diciembre CCS literario 2019. Cómo citar este artículo:Aldana, A. 2019. Jekyll and Hyde: el extraño reclamo de una lavandería. Revista Protección & Seguridad No. 395 pág. 11 – 14. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/jekyll-and-hyde-el-extrano-reclamo-de-una-lavanderia/ El doctor Jekyll y el señor Hyde es una novela corta, publicada en 1886 y escrita por el escocés Robert Louis Stevenson. La historia es un «thriller» que gira en torno a una investigación liderada por el abogado Utterson. El jurista sigue la pista de una serie de sucesos extraños que involucran a su amigo, el noble médico Henry Jekyll y un siniestro personaje llamado Edward Hyde. El relato desarrolla la dualidad entre el bien y el mal. Narra el proceso de transformación de un hombre distinguido en un desalmado criminal (Stevenson, 1920). En términos anglosajones, la trama se podría resumir con la expresión “breaking bad”. Esta locución de habla inglesa es empleada cuando un individuo toma decisiones que convierten su vida en un completo caos. También, el mundo anglosajón emplea la expresión “Jekyll and Hyde”. La frase es usada para describir a una persona con dos lados muy diferentes de su personalidad, uno bueno y otro malo. Y aquí es necesario resaltar que en la narración fantástica del “Dr. Jekyll and Mr. Hyde”, el detonante de la transición entre una existencia equilibrada y el desconcierto es un brebaje químico. Por el momento, dejemos a un lado el asunto de los menjurjes químicos abordados desde la inventiva literaria y tratemos el tema desde otra faceta más formal. En el año 2018, Colombia asumió el reto de aplicar el Sistema Globalmente Armonizado (SGA). Este método tiene como objetivo comunicar de manera práctica los peligros asociados con el uso de sustancias químicas en la industria. La metodología no es una ley, es una guía. Sin embargo, el Estado colombiano ha decretado que este sistema sea el empleado en los sitios de trabajo como herramienta para divulgar los peligros intrínsecos relacionados con los químicos. Lo que se busca con este instrumento de comunicación es tener un panorama de los peligros y determinar las medidas cautelares necesarias para mantener un equilibrio entre productividad y seguridad. Puesto sobre la mesa todo lo anterior, es oportuno hacer la siguiente pregunta: ¿qué propósito tiene mencionar el relato fantástico del escocés Robert Louis Stevenson, la dualidad entre el bien y el mal, una pócima que convierte al más noble de los hombres en un criminal, un sistema de comunicación de peligros asociados al uso de sustancias químicas y el reclamo de una lavandería? En un principio, esto puede parecer sin sentido, pero los elementos expuestos arriba están presentes día a día en las lavanderías donde se ejecutan procesos con el denim. El «jean» es una pieza de vestir informal, versátil y de nuestra cotidianidad. En otras palabras, es el comodín de nuestros armarios. El atractivo y el valor estético que caracteriza al denim es el contraste en el color. Y ese aspecto azuloso/blanquecino, propio de este tipo de atuendo, es posible gracias a diferentes manualidades ejecutadas en las lavanderías. La lista de técnicas es amplia; sin embargo, el empleo del permanganato de potasio es la principal vía usada con el objeto de generar esa apariencia de desgaste. A grandes rasgos, las lavanderías reciben un denim crudo de coloración homogénea. Es decir, sin toques de originalidad. Un elemento plano, simple. Luego, el artesano somete este material a un proceso creativo: como un pintor en su lienzo, el artista del denim espliega su arte sobre la prenda y genera una pieza única. Las pinceladas de permanganato de potasio, aplicadas por los artesanos sobre las piezas textiles, tienen como objetivo generar desgaste. En las zonas en que entra en contacto esta sustancia, se produce la degradación del índigo. El índigo es el elemento coloreado que le confiere esa tonalidad azulosa a la prenda. La interacción entre el índigo y el permanganato de potasio le concede al material textil una coloración parduzca indeseable. Esa apariencia parda-amarillenta es contrarrestada gracias a neutralizantes de permanganato. En consecuencia, se genera el contraste azul/blanquecino tan apreciado. En ese orden de ideas, hace algún tiempo el equipo de investigación y desarrollo donde trabajo ha venido ejecutando un estudio con la finalidad de identificar productos inocuos capaces de neutralizar residuos de permanganato de potasio, óxidos de manganeso e hipoclorito. Es pertinente saber que algunos de estos agentes neutralizantes presentan peligros que podrían afectar la salud de los trabajadores. Y aquí quiero que me permitan traer una digresión. Philip Ball es un químico y doctor en física autor del libro titulado “La invención del color”. Este texto es un recorrido fascinante y erudito que muestra cómo la química y los colores han estado vinculados durante el transcurso de la historia del arte. El manuscrito hace énfasis en cómo la ciencia influyó en la paleta de tonalidades de los pintores. También, cuenta cómo determinados tonos afectaron la salud de algunos genios del pincel (Ball, 2003). Lo que se pretende con esta pequeña digresión es demostrar que la ciencia no puede ser ignorada a la hora de crear obras de arte. Dicho lo anterior, es probable que no haya sido lo suficientemente claro en que ciertos neutralizantes de permanganato son peligrosos para el humano. Con el objetivo de reforzar lo antes mencionado, pongamos un ejemplo: el sulfato de hidroxilamina. Este compuesto químico es de uso extendido en el procesamiento del denim. Su capacidad de neutralización es apreciada en las lavanderías. Sin embargo, sus peligros asociados a alergias sobre la piel y su potencial efecto de perjudicar la molécula de hemoglobina presente en la sangre han motivado a los investigadores a hallar alternativas más inocuas (Gharahbaghian, Massoudian & DiMassa, 2009). Y en este punto es importante hacer énfasis que, gracias al Sistema Globalmente Armonizado (SGA), la compañía donde presto mis servicios pudo asimilar la importancia de la identificación de los peligros asociados al uso de sustancias químicas. De cierta forma, esta metodología puso en el escenario los

Jekyll and Hyde: el extraño reclamo de una lavandería Leer más »

Jerarquía de controles para reducir la exposición a productos químicos

Por Andrés Camilo Hernández Salamanca / Asesor Técnico de CISPROQUIM® / Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) / enero 2020 / Bogotá, Colombia. Cómo citar este artículo:Hernández,AO. (2020). Jerarquía de controles para reducir la exposición a productos químicos. Revista Protección & Seguridad. pág. 47-54. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/jerarquia-de-controles-para-reducir-la-exposicion-a-productos-quimicos/ Introducción Dentro de la gestión que realiza una empresa, sin importar su actividad económica, debe garantizar diferentes factores como el cumplimiento de estándares de calidad, el aumento de la productividad, manejar una imagen favorable interna y externa, proporcionar un ambiente seguro, entre otros; sin embargo, cuando se trata de compañías las cuales producen, manejan, distribuyen, almacenan o dentro de su proceso está involucrada una sustancia química, toma gran importancia el propender por un ambiente seguro debido a que los productos y/o las sustancias químicas pueden presentar características intrínsecas que tengan algún potencial de causar afectaciones a la salud de los trabajadores, al ambiente o a las instalaciones (Martín Penella, 2014). En consecuencia, dentro de una empresa que en sus actividades exponga a los trabajadores a productos químicos, se debe realizar una gestión detallada referente a la seguridad y salud en el trabajo, la cual esté directamente enfocada en la higiene industrial, la seguridad industrial y la seguridad de procesos, y que permita informar, capacitar, proteger y brindar un entorno seguro y saludable a los trabajadores (Organización Internacional del Trabajo, 2014). Por esa razón, teniendo en cuenta la normatividad colombiana relacionada con el Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo, en el artículo 2.2.4.6.7. del Decreto 1072 de 2015 del Ministerio del Trabajo, se establece que las empresas dentro de su Política de Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) deben tener como uno de los objetivos el de “realizar la identificación de los peligros, evaluar y valorar los riesgos y establecer los respectivos controles”, con el fin de proteger la seguridad y la salud de todos los trabajadores (Ministerio del Trabajo, 2017). De esta forma, como primer paso se debe realizar una búsqueda detallada de todas las situaciones o fuentes las cuales podrían causar daños a los trabajadores tales como lesiones, accidentes, enfermedades laborales e incluso fatalidades. Es por esto que se hace determinante realizar una adecuada observación, inspección y auditorias del sitio de trabajo, un análisis de seguridad laboral, un análisis de accidente previos, entre otras alternativas que permitan identificar los peligros a los cuales están expuestos los trabajadores (EMC Insurance Companies, 2013). Seguido a eso, se hace indispensable realizar una evaluación del riesgo que tiene cierto peligro sobre el trabajador, teniendo en cuenta factores como la probabilidad de que ocurran y el impacto que tienen en caso de que se presente el evento; dando como resultado generalmente una matriz que determina el nivel de riesgo y lo cataloga como bajo, moderado o alto. Determinación de controles Al tener identificados los peligros y evaluar los riesgos a los cuales están expuestos los trabajadores, se deben tomar una serie de medidas tanto preventivas como correctivas, las cuales permitan controlar los peligros identificados y corregir las condiciones inseguras en los lugares de trabajo; considerando que al momento de establecer los controles se deben priorizar aquellos riesgos valorados como moderados y altos (“Controlling risks – WorkSafeBC,” n.d.). En la figura 1, se ilustra un ejemplo de matriz de evaluación de riesgos y se señalan los niveles que deben ser prioritarios para su control. Figura 1. Matriz de evaluación de riesgos. Fuente (adaptado de): Controlling risks – WorkSafeBC. (n.d.). De manera que, para realizar el control de los riesgos valorados, como primera medida se debe establecer si los controles que actualmente se están ejecutando dentro de la compañía son los adecuados para reducir o mitigar la exposición de los trabajadores a los peligros, o si por el contrario se requiere de la implementación de nuevos controles más eficaces para la prevención de enfermedades laborales o incidentes. Debido a lo anterior, en caso de que se requiera de nuevos controles, se debe realizar una búsqueda exhaustiva de todas las posibilidades que se puedan aplicar para realizar esta labor. Sin embargo, se puede llegar a tener un sinnúmero de opciones por las cuales se puede abordar el riesgo, y por esta razón en ocasiones existe la probabilidad de seleccionar un control que no proteja de forma efectiva al trabajador. Jerarquía de controles Por consiguiente, antes de seleccionar el control que sea más idóneo, se debe tener en cuenta toda la reglamentación pertinente en la cual se indique de forma específica la manera o el método con el cual se debe hacer el tratamiento y el control de los riesgos (Canadian Centre for Occupational Health and Safety, 2018). Si no existe alguna normatividad que regule el peligro a controlar, se debe adoptar una metodología la cual de forma sistémica permita aplicar un orden de prioridades en la búsqueda de medidas de control y de esta manera aumentar la protección, la seguridad y la salud a los trabajadores; en ese sentido se ha instaurado la jerarquía de controles de riesgos la cual clasifica los posibles controles en un orden decreciente según su efectividad. La jerarquía de controles define cinco herramientas que se encuentran posicionadas de acuerdo a un orden de prioridad con el objetivo de reducir los riesgos al nivel más bajo posible, de ahí que, según la jerarquía de controles, la medida con mayor efectividad es la eliminación de los peligros y la medida que tiene un menor grado de efectividad es la protección de los trabajadores al peligro por medio de Elementos de Protección Personal (EPP). Del mismo modo, a fin de establecer la funcionalidad de los diferentes tipos de controles, se ha planteado una clasificación la cual agrupa varios controles dependiendo de la causa o fuente a la cual se le va a aplicar el control; por un lado, se tienen los “controles duros” los cuales están directamente enfocados a realizar la eliminación o la reducción del peligro, y se encuentran conformados por los controles denominados como “Eliminación”, “Sustitución” y “Controles de ingeniería”;

Jerarquía de controles para reducir la exposición a productos químicos Leer más »

Más de 3,7 billones de pesos en pérdidas podría dejar el Fenómeno de El Niño en la productividad laboral de Colombia

Bogotá D.C., julio 5 de 2023. La economía colombiana podría afrontar pérdidas en la productividad laboral estimadas en más de 3,7 billones de pesos debido al Fenómeno de El Niño, evento que, según el Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera de los Estados Unidos (CPC/NOAA, por sus siglas en inglés) tiene entre un 89 y un 94 % de probabilidades de desarrollo para el segundo semestre del año y produciría un aumento significativo en las temperaturas del país y escasez de agua en algunas de sus regiones. Si bien el impacto de las sequías en el mercado laboral ha sido ampliamente medido en el sector agrícola por ser uno de los más afectados, el efecto también se evidencia en grandes ciudades y áreas metropolitanas. En 2019, el Banco Mundial analizó el impacto de las sequías sobre las horas trabajadas e ingresos de los trabajadores del sector formal e informal en las principales ciudades de América Latina, entre ellas 22 ciudades de Colombia. Los principales resultados de este estudio indican que los periodos de sequía producen una disminución del 0,6 % en las horas laborales de los trabajadores formales. La peor parte la llevan los trabajadores informales cuyas horas trabajadas se reducen en un 4,5 %, lo que genera una pérdida del 6,4 % en sus ingresos laborales mensuales. Con base en esta información, el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) estimó el impacto que el Fenómeno de El Niño generaría en el mercado laboral de las principales ciudades y áreas metropolitanas durante los próximos 10 meses. Para el cálculo, tomó el salario promedio mensual reportado por el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, estimado en $2.098.239 para el sector formal y $901.246 para el sector informal. Adicionalmente, incorporó los datos de población ocupada reportados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) con corte a abril de 2023; esto es, 6.734.431 personas ocupadas en el sector formal y 4.996.626 en el informal[1]. De esta forma, se estimó que la población ocupada informal dejaría de percibir 2,88 billones de pesos mientras que las pérdidas para el sector formal alcanzarían los 838 mil millones; es decir, un total de más de 3,7 billones de pesos. Realizando un comparativo, esta cifra equivale a aproximadamente el 0,25 % del PIB nacional y casi el 20 % de lo que pretende recaudar la más reciente reforma tributaria en 2023. Desagregando estas pérdidas a nivel geográfico, Bogotá aportaría 1,08 billones, seguida por Medellín (592 mil millones), Cali (386 mil millones) y Barranquilla (343 mil millones). Cabe mencionar que el costo para el sector informal lo asume el propio trabajador, dejando de percibir esos ingresos u obligándolo a trabajar más horas al día para reponer dichas pérdidas. Por el contrario, para el sector formal, este costo lo asume el empleador, al disminuir las horas trabajadas de sus colaboradores y/o teniendo que asumir el costo de horas extras. “La reducción del 6,4 % en los ingresos laborales de los trabajadores informales durante las sequías es motivo de preocupación ya que dificulta aún más los esfuerzos para reducir la pobreza, especialmente en el contexto actual”, afirma Adriana Solano Luque, presidenta ejecutiva del Consejo Colombiano de Seguridad, durante del 56 Congreso de Seguridad, Salud y Ambiente, en el marco del cual se lleva a cabo el III Foro Regional de la Alianza del Sector Privado para Sociedades Resilientes ante Desastres (ARISE). No obstante, Solano enfatiza en que es importante tener en cuenta que el impacto puede ser mucho mayor ya que el análisis no contempló ciudades intermedias, pequeños municipios, cascos urbanos y áreas rurales donde se concentra un gran porcentaje de los trabajadores informales ligados a las actividades agropecuarias. Principales causas del deterioro en la productividad El incremento de las temperaturas como consecuencia de un Fenómeno de El Niño intenso es la principal causa de la disminución de horas trabajadas, especialmente, en el sector informal o en trabajadores formales cuya labor se lleva a cabo en exteriores. Esto se debe al estrés calórico que no solo disminuye la productividad del trabajador, sino que también genera efectos negativos para la salud ya que la presencia prolongada en ambientes muy calurosos puede resultar en un aumento excesivo de la temperatura corporal y desencadenar emergencias. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cuando la temperatura supera los 33 °C, con una intensidad de trabajo moderada, los trabajadores pierden hasta un 50 % de su capacidad laboral. Incluso, pueden fallecer si la temperatura supera los 40,6 °C. Aunque el fenómeno afecta a trabajadores de diversos sectores, hay ciertas ocupaciones que enfrentan mayores riesgos debido a la intensidad física requerida o al hecho de ser desempeñadas al aire libre. Algunos ejemplos incluyen la agricultura, los servicios ambientales, la construcción, la recolección de residuos, el transporte y el turismo, muchos de los cuales concentran una gran proporción de mano de obra informal. En el sector formal, por su parte, los trabajadores que laboran en espacios cerrados como fábricas y oficinas enfrentan riesgos si los niveles de temperatura no se controlan adecuadamente. Su incremento puede generar fatiga mental y/o física, náuseas, aceleración del pulso cardiaco, entre otros signos y síntomas. Además, las altas temperaturas pueden afectar la concentración, la coordinación y la toma de decisiones, lo que aumenta el riesgo de accidentes laborales. De igual manera, las empresas pueden experimentar una escasez de mano de obra en áreas mal acondicionadas donde las personas no están dispuestas a trabajar por el salario actual. Por el contrario, los trabajadores en ambientes climatizados estarán mucho más cómodos y serán más productivos, pero las organizaciones deberán costear el incremento en el consumo de energía, recurso que se limita en temporadas secas debido al descenso en el nivel de los embalses. Por otra parte, la poca disponibilidad de agua o los racionamientos producto de las sequías también generan pérdida de horas laborales e, incluso, pérdida completa de empleos. De acuerdo con la ONU, al menos tres de cada cuatro empleos en el

Más de 3,7 billones de pesos en pérdidas podría dejar el Fenómeno de El Niño en la productividad laboral de Colombia Leer más »

Desnudos y sin límites. El impacto social y ambiental de la producción de ropa

Por: Alejandro Aldana Pérez / Químico / Magíster en Química / diciembre 2019. Cómo citar este artículo:Aldana, A. (2020). Desnudos y sin límites. Revista Protección y Seguridad. Enero – Febrero 2020 pág. 29-32. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/desnudos-y-sin-limites-el-impacto-social-y-ambiental-de-la-produccion-de-ropa/ El escritor William Ospina (2016), en su ensayo titulado Parar en seco dice lo siguiente: “…cada invento trae aparejado su accidente, de modo que, al inventar la navegación, surgió la posibilidad del naufragio, al inventar el coche la posibilidad de “crash” y al inventar las máquinas voladoras la posibilidad del siniestro aéreo…” Esta tesis manejada por el escritor tolimense puede extenderse hacia muchos frentes. No obstante, la invención a la cual haremos referencia está relacionada con la protección y la moda: la ropa. La ropa es una invención humana que satisface dos necesidades. La primera de estas se vincula con la defensa. La ropa cumple el papel de salvaguardar a los humanos de la intemperie. En un principio, el vestuario fue concebido con el propósito de brindarnos calor, de aislarnos del sol, el viento, la nieve y ser barrera del agua en los días lluviosos. Luego, la misión de resguardar se extendió al campo laboral. Por eso, es común ver a médicos y a los profesionales que trabajan en laboratorios de ensayos con batas como elemento de protección personal. Dependiendo de la profesión podemos encontrar trajes con tecnología. Por ejemplo, en el caso de un bombero, su ropaje está elaborado con materiales especiales que lo protegen contra las llamas. En fin, la principal función de la ropa es protegernos. El segundo objetivo que cumple la vestimenta se relaciona con la estética y la apariencia. Sin estas no existirían los colorantes y pigmentos. Para nadie es un secreto que los colores le otorgan vida a las prendas de vestir. El color le aplica a los vestidos, camisas, corbatas, medias, pantalones y “jeans” toques artísticos y de exclusividad. También, la confección le otorga estilo y glamur al vestido. En conclusión, la moda le concede singularidad a la ropa y ese aspecto genera deleite al ser humano. Sin embargo, en consonancia con la tesis manejada por el escritor William Ospina, la ropa también trae aparejado su accidente: su impacto al medioambiente. Y para corroborar esto, traemos a colación un fragmento de un informe de la Fundación Ellen MacArthur, publicado por el diario El Espectador bajo el título: El verde es el nuevo negro o cómo la industria de la moda podría ser sostenible. Este documento dice lo siguiente: “Al retroceder hasta el inicio del ciclo de producción de la ropa, desde los fertilizantes para sembrar el algodón, el agua necesaria para regar los cultivos y hacer las telas- 93000 millones de metros cúbicos de agua al año-, pasando por los químicos necesarios para teñir la ropa y los derivados del petróleo necesarios para hacer algunas fibras artificiales; es posible entender porque la industria de la moda emite 21 veces más CO2 que la industria del transporte del mundo” (Rubiano, 2017). Esta información es abrumadora; no obstante, es la realidad y la industria textil debe tomar conciencia de la situación. En ese contexto, uno podría ir a los extremos y proponer una solución radical: la desnudez. No obstante, esto es absurdo, la ropa es un elemento esencial para la humanidad que se seguirá produciendo, y en ese orden de ideas lo que la especie humana debe hacer es enfocar sus esfuerzos en aras de mitigar la huella negativa que produce la invención de la ropa sobre el medioambiente. Por otra parte, teniendo un contexto concerniente a la situación de la ropa en torno al medioambiente, es pertinente aclarar que no se ha hecho referencia a lo peligroso que es elaborar prendas de vestir para la salud humana. Y en esta ocasión no tengo un dato, como el expuesto por la Fundación Ellen MacArthur, que soporte esta afirmación. No obstante, para la fabricación de artículos asociados al vestuario es necesario el empleo de sustancias químicas y ellas poseen peligros intrínsecos que pueden afectar la salud del ser humano. Debido a esto, se han creado en el mundo sistemas de comunicación de peligros que han sido concebidos con el objeto de mitigar el impacto de la producción de la ropa u otro elemento sobre el medioambiente y la salud del hombre. Y aquí es importante esclarecer que, cada sistema de comunicación de peligro y política ambiental tienen sus reglas de juego y definiciones. Por esta razón, a continuación, trataremos un escenario a modo de ilustración. En una ocasión un cliente de la compañía donde laboro expuso la tesis de considerar los productos inflamables como no ecológicos. La proposición fue motivo de controversia. En principio, era inconcebible dicha afirmación. Sin embargo, este escenario ponía en evidencia la importancia de conocer la función y los límites de los sistemas de comunicación de peligros. En concordancia con esto y con el objeto de tratar de dilucidar la situación planteada arriba, es pertinente recurrir a las definiciones. En ese sentido, vamos a echar mano de la definición de ecología de la Real Academia Española de la Lengua. Según la RAE (2019), la ecología es la ciencia que estudia los seres vivos como habitantes de un medio y las relaciones que mantienen entre sí y con el propio medio. En otras palabras, examina las interacciones entre organismos vivientes y cómo estos se relacionan con su hábitat. En ese marco, si consideramos a un trabajador como un ser vivo y como entorno a una bodega de químicos, podríamos registrar las posibles conexiones con el potencial de llevarse a cabo entre ese individuo y esas sustancias químicas. Este tipo de interacción hombre y sustancia química es estudiada por la salud ocupacional, la higiene industrial y la toxicología laboral. Es decir, de los vínculos existentes entre el humano, el hábitat y las sustancias químicas han surgido nuevas ramas del conocimiento. Lo anterior demuestra, de cierta manera, la complejidad del asunto. Con base en lo anterior, si evaluamos lo que pudiera suceder si un producto inflamable es sometido

Desnudos y sin límites. El impacto social y ambiental de la producción de ropa Leer más »

¿Cuál es la relación entre la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) y la sostenibilidad?

Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis, líder de comunicaciones del CCS / Comunicadora social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad. Desde que en 1987 la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo publicó el informe «Nuestro futuro común», también conocido como ‘Informe Brundtland’ (en el que, por primera vez, se definió el desarrollo sostenible), la salud, la seguridad y el cuidado de los trabajadores ya aparecía como un asunto fundamental en las estrategias para el desarrollo industrial sostenible. Más tarde, el programa 21, aprobado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Cumbre de Río 92) puso un fuerte énfasis en el desarrollo de estrategias preventivas para reducir las enfermedades de carácter ocupacional y las causadas por toxinas en el medio ambiente y en el trabajo a fin de mejorar la seguridad de los trabajadores. Más recientemente, con la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el objetivo número 8 ‘Trabajo decente y crecimiento económico’ insta en su meta 8.8 a “proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y sin riesgos para todos los trabajadores, incluidos los trabajadores migrantes, en particular las mujeres migrantes y las personas con empleos precarios”. De esta manera, la relación estrecha entre sostenibilidad y Seguridad y Salud en el Trabajo -SST (antes llamada salud ocupacional) ha estado presente desde la creación del concepto. Pero fue la llegada de la pandemia por la COVID-19, cuyos efectos aún vivimos, la que nos dejó enseñanzas significativa, donde lo fundamental volvió a cobrar sentido: garantizar la vida de las personas y su bienestar como la esencia de las sociedades. Es por esto que las diferentes estructuras sociales, empresariales y económicas han trazado planes para aportar en diferente medida a la sostenibilidad, donde la seguridad, la sa­lud en el trabajo y el ambiente son parte de sus pilares. De hecho, el informe de Tendencias de Reportes de Sostenibilidad para el 2023 sitúa a la SST dentro de los asuntos materiales más importantes para las empresas en la elaboración de sus estrategias de sostenibilidad. A esto se le suma la comprensión de que la SST impacta profundamente la continuidad de los negocios, la estabilidad económica y la cohesión del tejido social. Según estimaciones de la OIT, cada año mueren 2,3 millones de trabajadores por accidentes y enfermedades relacionados con el trabajo; otros 160 millones de trabajadores padecen enfermedades relacionadas con el trabajo, y 313 millones de trabajadores padecen accidentes no mortales relacionados con el trabajo que les deja secuelas de por vida. Para las empresas y los sistemas económicos, esta situación representa un costo significativo y puede poner en riesgo la sostenibilidad económica (por pérdidas en productividad, sanciones y costos reputacionales, entre otros). La OIT estima que se pierde más del 4 % del PIB anual del mundo como consecuencia de accidentes y enfermedades relacionados con el trabajo. Por ende, hoy por hoy, invertir en seguridad y salud de los trabajadores ya no es un diferencial; es una condición para permanecer en el mercado, para garantizar operaciones sostenibles que permitan seguir contribuyendo al bienestar de las sociedades. Es por ello que la protección de los trabajadores se debe constituir en un pilar estratégico para todas las empresas, sin importar el tamaño ni el sector en el que se desempeñan. Así mismo, la muerte y la discapacidad resultantes de actividades laborales peligrosas constituyen una causa importante de pobreza que afecta a familias enteras quienes pierden la capacidad productiva de sus integrantes y genera retrocesos en los avances en materia social. Ahora bien, frente a la relación que tiene la Seguridad y la Salud en el Trabajo con la sostenibilidad ambiental, el avance hacia la descarbonización de las industrias, la adopción de energías renovables, la implementación de procesos ecoeficientes en los sistemas de producción y la introducción de la economía circular trae consigo grandes retos y nuevas oportunidades en materia de gestión laboral.  El BID estima que los compromisos ambientales que los países han asumido en el marco del Acuerdo de París pueden llegar a generar 15 millones de empleos netos en América Latina al 2030. Sin embargo, en esa transición hacia economías más verdes, es necesario tener en cuenta que las medidas para hacer frente al cambio climático no pueden dejar de lado la preocupación por el trabajo decente y, por lo tanto, es indispensable desplegar toda una serie de políticas sociales y de mercado de trabajo. Esto incluye, entre otras medidas, una asistencia adecuada a las personas afectadas por los cambios, la creación de nuevas fuentes de empleo, la protección social, el desarrollo de habilidades y competencias, la recualificación, la gobernanza de la migración laboral, la seguridad y la salud en el trabajo y el diálogo social para garantizar que la lucha contra el calentamiento global no afecte negativamente los medios de vida de los trabajadores. En otras palabras, un crecimiento económico sostenible, ecológico e inclusivo requiere una transición justa de la fuerza laboral, especialmente, si se tiene en cuenta que, al menos la mitad de esa fuerza de trabajo a nivel global –equivalente a 1.500 millones de personas–, se verá impactada por la “ecologización” de la economía.

¿Cuál es la relación entre la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) y la sostenibilidad? Leer más »

Contribuciones de la SST al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis, líder de comunicaciones del CCS / Comunicadora social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad. La Seguridad y Salud en el Trabajo no solo es un factor estratégico que les permite a las organizaciones proteger su capital humano, mitigar riesgos en su cadena de valor, incrementar la productividad y blindar la continuidad de los negocios, también constituye una herramienta clave para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). ¿Cómo? A continuación, se evidencia la relación que existe entre la creación de entornos de trabajo sanos y seguros con algunas de las principales apuestas de la Agenda 2030. ODS 1. Fin de la pobreza. La SST puede ayudar a reducir la pobreza al mejorar las condiciones de trabajo y promover el acceso a empleos seguros y saludables, lo que a su vez contribuye a aumentar los ingresos de las personas. Es preciso tener en cuenta que una gran mayoría de los trabajadores informales laboran en condiciones precarias, insalubres e inseguras, sin protección social, por lo cual la formalización del empleo es una estrategia para asegurar que la fuerza laboral de un país cuente con condiciones dignas de trabajo y pueda acceder a la seguridad social dentro de un mercado laboral incluyente, justo y equitativo. De otro lado, hay que tener en cuenta que la muerte y la discapacidad resultantes de actividades laborales peligrosas constituyen una causa importante de pobreza que afecta a las familias de las víctimas, quienes pierden la capacidad productiva de sus integrantes y genera retrocesos en los avances en materia social. ODS 3. Salud y bienestar. Este objetivo cuenta con tres metas directamente relacionadas con la SST: la 3.5 “fortalecer la prevención y el tratamiento del abuso de sustancias adictivas, incluido el uso indebido de estupefacientes y el consumo nocivo de alcohol”; el 3.6 “reducir a la mitad el número de muertes y lesiones causadas por accidentes de tráfico en el mundo” y el 3.9 “para 2030, reducir sustancialmente el número de muertes y enfermedades producidas por productos químicos peligrosos y la contaminación del aire, el agua y el suelo”. En todos los tres casos, la SST juega un rol esencial. En el primero, la promoción y el cuidado de la salud mental y la gestión oportuna de los riesgos psicosociales en los lugares de trabajo es una estrategia que incide positivamente en la reducción del consumo de sustancias psicoactivas por parte de la población trabajadora, pues les proporciona herramientas para gestionar sus emociones y les brinda apoyo para superar situaciones adversas. Con relación a la meta 3.6, al menos para el caso colombiano, si bien se desconoce el número exacto de víctimas de siniestros viales de origen laboral, se sabe, sin embargo, que en el 21 % del total de los accidentes fatales en las vías que tuvieron lugar en el país entre 2016 y 2021 se vieron involucrados vehículos de transporte de carga y pasajeros, según datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial. Además, se estima que más del 50 % de las fatalidades en las vías y carreteras del país están asociadas a actividades laborales (no necesariamente donde le sucede algo al trabajador, pero si se genera afectación o daños a terceros), dejando un enorme impacto social y económico para las organizaciones y la sociedad. Frente a este panorama, adquiere relevancia la implementación de los Planes Estratégicos de Seguridad Vial (PESV) hoy ya incorporados al Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST). De esta forma, las organizaciones cuentan con una estrategia que les permite reducir riesgos de siniestralidad en entornos laborales e implementar mecanismos y herramientas que favorezcan la adopción de hábitos, comportamientos y conductas seguras en las vías, así como la identificación, análisis, valoración y control de los riesgos viales asociados a su operación. Finalmente, en lo que respecta a la meta 3.9, la SST tiene como principal objetivo promover la prevención de accidentes y enfermedades laborales. Para ello, las organizaciones deben implementar un Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST). Este Sistema de Gestión es la herramienta esencial para que las empresas identifiquen los peligros a los cuales están expuestos los trabajadores, hagan la gestión del riesgo asociado y prevengan la ocurrencia de accidentes de trabajo y enfermedades laborales. Debe garantizar la aplicación de las medidas de control y prevención, el mejoramiento del comportamiento de los trabajadores, el aseguramiento de condiciones de trabajo sanas y seguras y la gestión eficaz de los riesgos en el lugar de trabajo. La aplicación del SG-SST tiene como ventajas la mejora de las condiciones de trabajo, el bienestar y la calidad de vida laboral, la disminución de las tasas de ausentismo por enfermedad, la reducción de los indicadores de accidentalidad y mortalidad por accidentes de trabajo y el aumento de la productividad. Además, el sistema permite velar por el cumplimiento efectivo de las normas, requisitos y procedimientos de obligatorio cumplimiento por parte de las empresas y contratantes en materia de riesgos laborales. ODS 5. Igualdad de género: la SST puede contribuir a la igualdad de género al mejorar la seguridad y las condiciones de trabajo de las mujeres en el lugar de trabajo y abordar los riesgos específicos que enfrentan las trabajadoras en ciertos sectores. De hecho, la OIT señala que “las cuestiones de igualdad de género y no discriminación, en particular la protección de la maternidad, el salario equitativo, el acoso sexual y la violencia en el trabajo, se relacionan con la SST y pueden resolverse mediante leyes relativas a la SST en el ámbito nacional, y también mediante normas que rigen las cadenas mundiales de suministro”. ODS 8. Trabajo decente y crecimiento económico: la rigurosa aplicación de la normatividad en SST, la creación de iniciativas voluntarias y el trabajo constante en cuanto a actualización de leyes, reglamentos y sistemas relativos a la SST, ayuda a promover la creación de puestos de trabajo en

Contribuciones de la SST al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible Leer más »

Empleos verdes y transición laboral: ¿riesgos emergentes en SST?

Lizeth Viviana Salamanca Galvis, líder de Comunicaciones del CCS. Comunicadora social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad. Cómo citar este artículo:Salamanca, V. (2022). Empleos verdes y transición laboral: ¿riesgos emergentes en SST?. Revista Protección & Seguridad No. 405. pág. 52-59. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/empleos-verdes-y-transicion-laboral-riesgos-emergentes-en-sst/ La emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia de la SARS-CoV-2 impactó drásticamente los mercados laborales de América Latina. Las cifras son dispares. De acuerdo con datos del Observatorio Laboral COVID-19 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2021) en la región se llegaron a perder más de 31 millones de empleos. Por su parte, la Cepal y la OIT (2020) estiman una pérdida de alrededor de 47 millones de trabajos siendo los más afectados grupos vulnerables como las mujeres, los trabajadores informales, los inmigrantes, los jóvenes que recién se insertaban en el mercado laboral y los trabajadores de menor cualificación o que no tuvieron posibilidad de acceder al teletrabajo. Pese a los avances en los planes nacionales de vacunación, los esfuerzos de los Estados por alcanzar la inmunidad colectiva y la progresiva reactivación de la economía, los organismos internacionales mencionados anteriormente advierten que la recuperación laboral será lenta y se necesitará no solo tiempo sino también la adopción de importantes medidas para retornar a los niveles previos a la crisis sanitaria y lograr las metas establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En este contexto, para el BID los compromisos ambientales que los países han asumido en el marco del Acuerdo de París, como parte de sus apuestas por el desarrollo de un nuevo modelo productivo mundial, pueden ser una fuente clave de oportunidades laborales y un motor para la reactivación económica. “Si bien la recuperación del empleo depende de múltiples factores, se estima que transformaciones en sectores como agricultura, silvicultura, energía, transporte, turismo, construcción y gestión de residuos, que hacen posible la descarbonización durante el proceso de transición hacia una economía de cero emisiones, pueden llegar a crear 15 millones de empleos netos en la región al 2030” (BID, 2021). Sin embargo, en esa transición hacia economías más verdes, la OIT ha sido enfática en señalar que las medidas para hacer frente al cambio climático no pueden dejar de lado la preocupación por el trabajo decente y aboga por la necesidad de desplegar toda una serie de políticas sociales y de mercado de trabajo. Esto incluye, entre otras medidas, una asistencia adecuada a las personas afectadas por los cambios, la creación de nuevas fuentes de empleo, la protección social, el desarrollo de habilidades y competencias, la recualificación, la gobernanza de la migración laboral, la seguridad y la salud en el trabajo y el diálogo social para garantizar que la lucha contra el calentamiento global no afecte negativamente los medios de vida de los trabajadores. En otras palabras, un crecimiento económico sostenible, ecológico e inclusivo requiere una transición justa de la fuerza laboral (OIT, 2021), especialmente, si se tiene en cuenta que, al menos la mitad de esa fuerza de trabajo a nivel global –equivalente a 1.500 millones de personas–, se verá impactada por la “ecologización” de la economía (OIT, como se citó en Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud, 2019). 15 millones de empleos netos se podrían crear al 2030 en América Latina durante el proceso de transición hacia una economía baja en carbono, según el BID. De hecho, reconociendo que dicha transformación “impactará de manera más aguda a la fuerza laboral de sectores, ciudades y regiones que dependen de industrias intensivas en energías fósiles” (UN Climate Change Conference UK, 2021) en octubre pasado, más de 30 países, entre estos, los principales productores de carbón, firmaron una declaración en la que se comprometen a implementar estrategias que respalden a los trabajadores, las empresas y las comunidades más afectadas. Empleos verdes: retos para la SST La crisis económica y social de la COVID-19 no es el único factor que ha impactado el mercado laboral. Durante las últimas décadas el calentamiento global también se ha encargado de poner su cuota: los efectos de eventos climáticos extremos como las sequías, los incendios, las inundaciones, los huracanes y las heladas, entre otros, han interrumpido la operación de empresas y de sectores productivos debido a daños en infraestructuras, riesgos operacionales y bloqueos en cadenas de suministro por escasez lo cual ha ocasionado cuantiosas pérdidas económicas y destrucción masiva de empleos. En la transición hacia economías más verdes, las medidas para hacer frente al cambio climático no pueden dejar de lado la preocupación por el trabajo decente». A su vez, se perciben impactos en la productividad y la salud laboral. Según expertos del Programa Empleos Verdes de la OIT, cada año, se pierden miles de horas de trabajo a causa de factores ambientales y, para 2030, se estima que el número de horas trabajadas se reducirá en un 2 % debido al aumento de las temperaturas. De igual forma, la variabilidad climática está contribuyendo a generar riesgos ocupacionales y estrés térmico en la fuerza laboral (Sánchez, s.f., & Montt, 2019). Una recuperación verde e inclusiva es esencial no solo para enfrentar la crisis climática sino también para empezar a cerrar las desigualdades sociales develadas y exacerbadas por la pandemia, y es allí donde la creación de empleos verdes se presenta como una herramienta clave para avanzar en esa dirección». En este sentido, una recuperación verde e inclusiva es esencial no solo para enfrentar la crisis climática sino también para empezar a cerrar las desigualdades sociales develadas y exacerbadas por la pandemia, y es allí donde la creación de empleos verdes se presenta como una herramienta clave para avanzar en esa dirección. La OIT (2016) los define como: “Empleos decentes que contribuyen a preservar y restaurar el medio ambiente ya sea en los sectores tradicionales como la manufactura la construcción o en nuevos sectores emergentes como las energías renovables y la eficiencia energética (…). A nivel empresarial, los empleos verdes pueden producir bienes o prestar servicios con impactos ambientales positivos como, por ejemplo, los edificios

Empleos verdes y transición laboral: ¿riesgos emergentes en SST? Leer más »