El sueño es una de las actividades a las que el ser humano dedica un tercio de su vida ya que es imprescindible para el correcto funcionamiento psicofisiológico. La falta de descanso al volante es junto con el alcohol y las drogas, una de las principales causas de muerte en las carreteras. A pesar de que lo ideal es descansar 8 horas diarias, las estadísticas revelan que el 19% de la población no lo cumple, mientras que el 91% no puede elegir el momento de descanso. Se comprueba que dormir menos de 4 horas para realizar tareas que requieren concentración, supone un importante deterioro. Las personas que padecen esta patología son las mayores de 50 años, cuanta más edad se tiene es más fácil sufrir procesos de alteración en el descanso, esto fomenta la falta de atención provocando distracciones o relajación y exposición al accidente. Tipos de insomnio El insomnio inicial o dificultad para dormir, a menudo es asociado a trastornos como la ansiedad, depresión o fobia. El insomnio de primera hora de la mañana, responde a que la persona se despierta antes de lo habitual y durante esas horas no puede volver a conciliar el sueño o en el caso de conseguirlo, el sueño es inquieto o insatisfactorio. Este tipo de trastorno está directamente asociado al envejecimiento y la depresión. La inversión en el ritmo del sueño, este hecho se produce a raíz de un cambio de horario derivado de un viaje, causado por alguna enfermedad o por lesiones en el diencéfalo como efecto secundario de un traumatismo o encefalitis, mal uso de sedantes, turnos alternados de trabajo o apneas del sueño. Los expertos indican que cuanto mayor es el índice de masa corporal (IMC) más disminuye el sueño. Hay estudios que demuestran que los pacientes con sobrepeso y obesidad duermen 16 minutos menos por día que aquellas personas con un IMC normal. ¿Cómo afecta el sueño a la conducción y al aumento de siniestralidad vial? Según datos de la Sociedad Española del Sueño, 1 de cada 5 accidentes de tráfico se produce por culpa del sueño y la fatiga, y este se encuentra entre las cinco primeras causas de los accidentes con víctimas. La necesidad de dormir es una de las necesidades primarias de las más importantes que tiene el ser humano. Si no se duerme nada o no se duerme lo suficiente, el organismo reacciona con toda una serie de desajustes, muchos de los cuales son altamente peligrosos para el conductor. Las estadísticas confirman que se producen más accidentes por el día, puesto que es la jornada del día en la que más personas conducen, pero lo cierto es que la gravedad del accidente y el número de víctimas es mayor durante la conducción nocturna. Un buen descanso es imprescindible a la hora de conducir, ¿por qué? La respuesta es sencilla: el sueño produce una serie de alteraciones negativas en las complejas habilidades psicofísicas que requiere la actividad de conducir. Si no se duerme lo suficiente esto puede provocar un trastorno en la salud que a su vez afecte a la conducción. Los efectos de la falta de sueño más relevantes en relación con la conducción son: Reducción de la vigilancia: el sistema nervioso se relaja y se empieza a perder el control. El tiempo de reacción es más lento: la acumulación de horas sin dormir afecta negativamente a la capacidad de reacción y dificulta el mantenerse atento a la conducción. Al aumentar el tiempo de reacción, el conductor tardará más en frenar para evitar un choque o colisión. Aparición de “microsueños”: se trata del efecto más peligroso y se produce entre conductores que conducen durante muchas horas y duermen poco. En periodos mínimos de tiempo (2-3 segundos) se pierde la consciencia respecto a la carretera, señales u otros vehículos. Son los causantes de accidentes que no tienen una explicación clara y que se producen en tramos rectos, con salida de la vía. Disminución de los reflejos: los músculos se relajan, llegando incluso a veces a producirse leves temblores en las manos y en las piernas. Pérdida de agudeza visual, provocando una visión borrosa y una mayor fatiga y cansancio ocular. Hay que tener en cuenta que aunque la actividad del sueño empieza a deteriorarse a partir de los 50 años aproximadamente, los accidentes por sueño al volante se producen entre jóvenes de 18 y 29 años y trabajadores con turno de noche. Otro factor que incide negativamente en el sueño es la apnea del sueño: pausas de respiración durante el sueño que producen despertares nocturnos y que tienen como resultado un sueño entrecortado y somnolencia durante el día. Las personas que la padecen presentan un riesgo incrementado de accidentes, pues durante el sueño se da una sensación de angustia que provoca la fragmentación del mismo y por consecuencia, durante el día se producen dolores de cabeza y pérdida de reflejos. La fatiga tiene una estrecha relación con el sueño y los mejores consejos para evitarla son: Descansar media hora aproximadamente cada 200 kilómetros, y realizar ejercicios de estiramiento de piernas y brazos. Si se tiene sueño, parar a descansar 10 minutos y refrescarse con agua fría, pues favorece a la estimulación. El café es un estimulante temporal que tras su efecto hace que el cansancio acumulado será mayor. Ventilar el vehículo y evitar fumar, ya que el calor aumenta el sueño al provocar una bajada de tensión, lo que supone un estado de mayor relajación. No tomar alcohol comer grandes cantidades previamente a conducir. Evitar la ingesta de medicamentos y en caso de estar en tratamiento, comprobar si tiene efectos secundarios para la conducción de tipo somnífero. Buscar una posición que no sea relativamente cómoda, ya que esto favorece el sueño. Al primer síntoma de somnolencia, detenerse en un lugar tranquilo y habitado, para dormir unos minutos que permitan una recuperación rápida. Fuente: Fundación CEA Seguridad Vial, es una fundación española que colabora de forma activa con estudios y proyectos de distintas organizaciones, preside una de las mesas del Congreso Mundial de Tráfico, además de ser miembro de organismos