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Seguridad auditiva en el trabajo y en el teletrabajo

Seguridad auditiva en el trabajo y en el teletrabajo

Fuente: Audiocentro. (29 de abril de 2020). Seguridad auditiva en el trabajo y en el teletrabajo. Recuperado de: https://www.audiocentros.com/seguridad-auditiva-en-el-trabajo-y-en-elteletrabajo/ Cada 28 de abril, desde el año 1996, se conmemora el Día Internacional de la Seguridad y la Salud en el Trabajo (en ese año empezaron los movimientos sindicales y en 2003 se involucró la Organización Internacional del Trabajo). Un día para sensibilizar a la sociedad en general y a las administraciones y empresarios en particular, sobre la importancia que la protección en el trabajo tiene para la seguridad de los trabajadores. Desde 2020, debido a la pandemia causada por la COVID-19, las medidas de seguridad que se reclaman en los puestos de trabajo pasan por la protección frente al contagio. Se pide que los trabajadores, no sólo los del ámbito sanitario, puedan contar con las medidas necesarias para protegerse del contagio de este virus. Algo muy importante en los comercios y las actividades que se realizan de cara al público y en el que se prestan servicios a las personas. Pero, además de este tipo de protección, sigue siendo necesario concienciar sobre la necesidad de tomar las medidas necesarias para proteger la audición de muchos trabajadores. Jardineros, conductores de ambulancias, músicos, profesores de guarderías, entre otros, están expuestos a un ruido excesivo que puede afectar a su salud auditiva. Teletrabajo y auriculares La protección frente al contagio por COVID-19, por prioritaria, ha hecho que hayamos dejado de prestar atención a otros riesgos para la salud, en este caso auditiva, que se pueden derivar del teletrabajo. Son muchas las personas que, durante la pandemia, están teniendo que utilizar auriculares, conectados a sus equipos informáticos, para comunicarse con compañeros o clientes durante su jornada laboral. Si el uso es continuo y no se utilizan auriculares adecuados, los oídos pueden sufrir, a medio plazo, fatiga auditiva. Es lo que les ocurre a los teleoperadores. Un colectivo que atiende al día decenas de llamadas y cuya herramienta de trabajo básica es el oído. A través de los auriculares, los oídos pueden estar expuestos a más de 85 decibelios (dB). Si la conexión no es buena o si hay ruido en el lugar de teletrabajo, es habitual subir el volumen de los auriculares. Los auriculares que se introducen en los oídos son más peligrosos que los de diadema ya que se encuentran más cerca del tímpano y un elevado volumen, o un ruido inesperado y potente, puede afectar a esta delicada membrana. Consejos para proteger los oídos Si queremos proteger los oídos, es básico reducir el volumen de los auriculares. Existen auriculares en el mercado con control de ruido. Al eliminar el ruido del entorno, no es necesario subir el volumen para mejorar la audición. Si durante el teletrabajo debemos utilizar de manera continua los auriculares, es aconsejable adquirir un auricular de este tipo. Proteger la audición bien vale invertir un dinero extra. En todo caso es fundamental no elevar el volumen por encima de los 80 decibelios (evitar subir el volumen por encima del 60 %). Recuerda que cuanto mayor sea el volumen, menor debe ser el tiempo de exposición al mismo. Dejar descansar los oídos es importante para evitar la fatiga auditiva. La fatiga auditiva es un problema común hoy en día debido a la exposición al ruido y supone una reducción temporal de la capacidad auditiva. El daño auditivo es acumulativo por lo que, si la situación persiste, se pueden producir daños en las células del oído y, como consecuencia, la pérdida de audición será permanente.   Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y podrás leerla desde cualquier lugar. No olvides leer esta segunda edición del año y encuentra un especial sobre las vacunas contra la COVID-19. Accede a la revista completa aquí

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La OMS advierte que, según las previsiones, una de cada cuatro personas presentará problemas auditivos en 2050

La OMS advierte que, según las previsiones, una de cada cuatro personas presentará problemas auditivos en 2050

Fuente: Organización Mundial de la Salud (OMS). [2 de marzo de 2021]. La OMS advierte que, según las previsiones, una de cada cuatro personas presentará problemas auditivos en 2050. Recuperado de: https://www.who.int/es/news/item/02-03-2021-who-1-in-4-people-projected-to-have-hearing-problems-by-2050 Este es el dato que revela el primer Informe mundial sobre la audición que se hizo público el 2 de marzo de 2021, en el que también se informa que, al menos, 700 millones de los afectados necesitarán atención otológica y para mejorar su audición, así como otros servicios de rehabilitación, a menos que tomemos medidas para evitarlo. El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director General de la OMS, ha señalado: «Nuestra capacidad de audición es un bien muy preciado y, si no se tratan, las pérdidas auditivas pueden acarrear consecuencias devastadoras en la capacidad de las personas para comunicarse, estudiar y ganarse la vida. Además, también pueden afectar su salud mental y la posibilidad de que mantengan relaciones. Este nuevo informe expone este problema y ofrece intervenciones basadas en datos científicos para solucionarlo. Esperamos que todos los países integren estas medidas en sus sistemas de salud para hacer realidad nuestro anhelo de alcanzar la cobertura sanitaria universal». El informe, que se hace público en el marco el Día Mundial de la Audición que tiene lugar el 3 de marzo de todos los años, subraya la necesidad de actuar con rapidez para prevenir y resolver las pérdidas auditivas, invirtiendo y ampliando el acceso a los servicios de atención otológica y a la pérdida de audición. Se ha demostrado que la inversión en estos servicios resulta rentable: de acuerdo con los cálculos efectuados por la OMS, los gobiernos pueden prever la obtención de cerca de US$ 16 por cada dólar invertido.   Principales conclusiones del informe La falta de información precisa y las actitudes estigmatizadoras en torno a las enfermedades del oído y la pérdida auditiva suelen limitar el acceso de las personas a la atención a estas afecciones. Es incluso habitual que los propios profesionales de la salud carezcan de conocimientos sobre la prevención, la detección temprana y el tratamiento de la pérdida auditiva y las enfermedades otológicas, lo cual dificulta su capacidad para brindar la atención requerida. En la mayoría de los países estos servicios no están integrados en el sistema nacional de salud y las personas que presentan enfermedades del oído y pérdida auditiva encuentran dificultades para acceder a ellos. Además, este acceso no se mide ni se documenta suficientemente y los sistemas de información de salud carecen de indicadores pertinentes con ese fin. No obstante, la deficiencia más evidente en la capacidad de los sistemas de salud afecta a los recursos humanos. Aproximadamente el 78 % de los países de ingresos bajos cuentan con menos de un otorrinolaringólogo por cada millón de habitantes; el 93 % tiene menos de un audiólogo por cada millón de personas; solo el 17 % tiene uno o más logopedas por cada millón, y solo el 50 % dispone de, al menos, un maestro para sordos por cada millón de habitantes. De acuerdo con el informe, estas deficiencias se pueden solventar mediante la integración de la atención otológica y de la audición en la atención primaria, valiéndose de la formación y de los sistemas de distribución de tareas. Incluso en los países que cuentan con una proporción relativamente alta de profesionales en esta esfera, la distribución de estos especialistas es desigual, lo cual no solo plantea dificultades a las personas que necesitan atención, sino que también añade una carga de trabajo excesiva al personal que brinda esos servicios. Causas principales de la pérdida de audición En la niñez, casi el 60 % de los casos de pérdida de audición se deben a causas que pueden prevenirse mediante medidas como la vacunación para prevenir la rubéola y la meningitis, la mejora de la atención materna y neonatal y el cribado y el tratamiento temprano de la otitis media (es decir, las enfermedades inflamatorias del oído medio). En los adultos, la limitación de los ruidos, la escucha sin riesgos y la vigilancia de la posible ototoxicidad de los medicamentos, junto con una buena higiene otológica, pueden ayudar a mantener una buena audición y a reducir los riesgos de perderla. La detección es el primer paso para tratar la pérdida auditiva y las enfermedades del oído relacionadas con ella. El cribado clínico en momentos convenientes de la vida permite que estas afecciones se detecten en la etapa más temprana posible. Gracias a los avances tecnológicos recientes, que incluyen herramientas precisas y fáciles de usar, se pueden detectar las enfermedades del oído y la pérdida auditiva a cualquier edad, en entornos clínicos o comunitarios y con capacitación y recursos limitados. El cribado puede hacerse incluso en situaciones complejas como las que vivimos durante la pandemia actual de COVID-19 y puede abarcar a las personas que viven en regiones remotas y desatendidas.   Acceso rápido a la atención necesaria Una vez hecho el diagnóstico, es fundamental actuar rápidamente para obtener buenos resultados. La mayoría de las enfermedades del oído se pueden curar con un tratamiento farmacológico o quirúrgico y, en muchos casos, se revierte la tendencia y se recupera audición. Además, cuando la pérdida es irreversible, la rehabilitación permite que las personas afectadas no sufran consecuencias adversas. En la actualidad disponemos de diversas opciones eficaces. Las tecnologías auditivas, como los audífonos y los implantes cocleares, si se acompañan de servicios de apoyo y de una terapia de rehabilitación adecuados, son eficaces y rentables y pueden ser ventajosas tanto para los niños como para los adultos. Así mismo, el informe indica que la lengua de signos y otros métodos de sustitución sensorial, como la lectura labio facial, también son opciones útiles para muchas personas sordas; por otro lado, los servicios y las tecnologías de ayuda a la audición (como el subtitulado y la interpretación en lengua de signos) pueden ampliar aún más el acceso a la comunicación y la educación para las personas con pérdida auditiva. La Dra. Bente Mikkelsen, directora del Departamento de Enfermedades no

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Acerca de las variantes del virus que causa el COVID-19

Acerca de las variantes del virus que causa el COVID-19

Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). [2 de abril de 2021]. Acerca de las variantes del virus que causa el COVID-19. Recuperado de: https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/transmission/variant.html. La información sobre las características de estas variantes está surgiendo rápidamente. Los científicos están trabajando para aprender más sobre la facilidad con la que se propagan, si podrían causar enfermedades más graves y si las vacunas autorizadas actualmente protegerán a las personas contra ellas. Lo que sabemos Los virus cambian constantemente a través de la mutación y se espera que aparezcan nuevas variantes del virus con el paso del tiempo. A veces, emergen nuevas variantes y luego desaparecen. En otras ocasiones, emergen nuevas variantes y persisten. Se han documentado diversas variantes del virus que causa el COVID-19 a nivel mundial durante esta pandemia. El virus que causa la COVID-19 es un tipo de coronavirus, una gran familia de virus. Los coronavirus reciben este nombre debido a los picos en forma de corona que se encuentran en su superficie. Los científicos monitorean los cambios del virus, incluidos los cambios en los picos de la superficie del virus. Estos estudios, que incluyen análisis genéticos del virus, ayudan a los científicos a entender cómo los cambios en el virus pueden incidir en la forma en que se propaga y lo que les pasa a las personas que se infectan con él. Hay diferentes variantes del virus que causa la COVID-19 en circulación en el mundo. En colaboración con el Grupo Interagencial del SARS-CoV-2 (SIG), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos establecieron tres clasificaciones para las variantes del SARS-CoV-2 que están siendo monitoreadas: variante de interés (VOI, por sus siglas en inglés), variante de preocupación (VOC, por sus siglas en inglés) y variante de gran consecuencia (VOHC, por sus siglas en inglés). Actualmente, hay cinco VOC: B.1.1.7: esta variante se identificó por primera vez en los EE. UU. en diciembre del 2020. Se detectó inicialmente en el RU. B.1.35: esta variante se identificó por primera vez en los EE. UU. a finales de enero del 2021. Se detectó inicialmente en Sudáfrica en diciembre del 2020. P.1: esta variante se detectó por primera vez en los EE. UU. en enero del 2021. La variante P.1 se identificó inicialmente en viajeros provenientes de Brasil, a quienes se les realizó una prueba de detección durante los controles de rutina en un aeropuerto de Japón, a principios de enero. B.1.43 y B.1.43: estas dos variantes se identificaron por primera vez en California en febrero del 2021 y se las clasificó como VOC en marzo del 2021. Estas variantes parecen propagarse con mayor facilidad y rapidez que las otras variantes, lo que podría generar más casos de COVID-19. Un aumento en la cantidad de casos ejercerá mayor presión sobre los recursos de atención médica, implicará mayor cantidad de hospitalizaciones y la posibilidad de más muertes. asta el momento, los estudios sugieren que los anticuerpos generados a través de la vacunación con las vacunas autorizadas en la actualidad reconocen estas variantes. Este aspecto se está estudiando atentamente y hay más investigaciones en curso. Un mayor cumplimiento riguroso de las estrategias de mitigación de salud pública, como la vacunación, el distanciamiento físico, el uso de tapabocas, la higiene de manos, el aislamiento y la cuarentena, son esenciales para limitar la propagación del virus que causa el COVID-19 y para proteger la salud pública. Lo que no sabemos Los científicos están trabajando para obtener más información acerca de estas variantes y es necesario realizar estudios adicionales para comprender: Cuánto se han propagado estas nuevas variantes. Cómo la enfermedad causada por estas nuevas variantes difiere de la enfermedad causada por las otras variantes que están circulando actualmente. De qué manera pueden afectar estas variantes a los tratamientos, vacunas y pruebas disponibles en la actualidad. Lo que significa Los funcionarios de salud pública están estudiando estas variantes rápidamente para obtener más información acerca de cómo  controlar su propagación. Buscan comprender si estas variantes: Se propagan más fácilmente de persona a persona. Causan manifestaciones más leves o más graves de la enfermedad en las personas. Pueden detectarse con las pruebas virales disponibles. Responden a los medicamentos usados actualmente ara tratar a las personas con COVID-19. Inciden en la efectividad de las vacunas contra el COVID-19. Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y podrás leerla desde cualquier lugar. No olvides leer esta segunda edición del año y encuentra un especial sobre las vacunas contra la COVID-19. Accede a la revista completa aquí 

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¿Cuál es la efectividad de las vacunas actuales contra la COVID-19?

¿Cuál es la efectividad de las vacunas actuales contra la COVID-19?

Fuente: Bogotá.gov.co. Junio de 2021. ¿Cuál es la efectividad de las vacunas actuales contra COVID-19? Recuperado de: https://bogota.gov.co/mi-ciudad/salud/cual-es-laefectividad-de-las-vacunas-contra-covid-19. En el marco del Primer Encuentro Latinoamericano de Vacunas Anti-COVID-19, espacio liderado por la Secretaría de Salud de  Bogotá, con el objetivo de compartir conocimientos frente a este tema por parte de la comunidad científica, María del Pilar Lemos, experta en salud pública e inmunología, hizo un análisis detallado y explicó cuál es la efectividad de las vacunas que se aplican a la población mundial para combatir los efectos del SARS-CoV-2, virus que genera la enfermedad de la COVID-19. Lemos es bióloga de la Universidad Nacional de Colombia, magíster en Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins, Ph.D. en Inmunología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania e investigadora asociada en la División de Vacunas y Enfermedades Infecciosas del Fred Hutchinson Cancer Research Center. ¿Cuál es la efectividad de las vacunas contra COVID-19? En Bogotá, a la fecha, se aplican vacunas como Pfizer, Sinovac y Astrazeneca, biológicos que según disposición de su casa farmacéutica requieren de dos aplicaciones. Vacunas de otros laboratorios empezarán también a operar en Bogotá. Al respecto, María del Pilar Lemos, experta en salud pública e inmunología, explicó que las vacunas modernas desarrolladas contra la COVID-19 están diseñadas bajo métodos como: Vectores virales (vacunas AstraZeneca o Johnson&Johnson): es decir, que utilizan una versión inofensiva de un virus diferente llamado vector para enseñarle al cuerpo o sistema inmune a identificar el virus y defenderse contra el mismo. Material genético – RNA mensajero (vacunas Pfizer o Moderna): transportan las instrucciones genéticas del virus para que las células produzcan el antígeno o anticuerpo y entrenar al sistema inmune para combatir el virus. Células presentadoras de antígeno que, según la experta, están un poco demoradas por encontrarse en estudio. De esta manera, la experta precisó que la eficacia de estas vacunas está comprobada mediante estudios previos de tres fases en los que se vacuna a miles de personas voluntarias y mediante los cuales se comprueba que los biológicos son seguros y eficaces contra la enfermedad de la COVID-19, producida por el virus SARS-CoV-2, antes de implementar un programa de vacunación masiva de la población. Luego de que se comprueba la seguridad y efectividad de estas vacunas, la comunidad científica y entidades prestadoras de salud deben mantener un seguimiento detallado de farmacovigilancia para detectar cualquier efecto secundario adverso o imprevisto que se pueda presentar en alguna persona y tomar las medidas necesarias. En ese sentido, según Lemos, la vacuna Pfizer cuenta con las tres fases que demuestran una eficacia de más del 94 % de prevención de la enfermedad sintomática y excelente prevención de la mortalidad y hospitalización; se ha probado en 45 países y ya hay información aprobada para uso en adolescentes mayores de 12 años. La vacuna de AstraZeneca también completó sus tres fases de estudio, se ha probado en 29 países y en términos de eficacia, varios estudios del Reino Unido han demostrado un grado de protección de hasta el 74 %; en Brasil, del 62 % y en los Estados Unidos, del 72 %. En cuanto a la vacuna de virus inactivado como Sinovac, Lemos precisó que esta cuenta con dos fases de estudio, se han reportado muy pocos síntomas adversos asociados a esta vacuna, se ha comprobado una reducción de la mortalidad por el virus y una reducción de la enfermedad sintomática del 50 % en países como Brasil y del 91 % en Turquía. Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y podrás leerla desde cualquier lugar. No olvides leer esta segunda edición del año y encuentra un especial sobre las vacunas contra la COVID-19. Accede a la revista completa aquí 

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Beneficios de vacunarse contra la COVID-19

Beneficios de vacunarse contra la COVID-19

Fuente: Centros para el control y la prevención de enfermedades (CDC). [15 de junio de 2021]. Beneficios de vacunarse contra el  COVID-19. Recuperado de: https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/vaccine-benefits.html Las vacunas contra la COVID-19 son seguras Las vacunas contra la COVID-19 se desarrollaron con base en conocimientos científicos utilizados durante décadas. Las vacunas contra la COVID-19 no son experimentales. Atravesaron todas las etapas requeridas de los ensayos clínicos. Las pruebas y el monitoreo exhaustivos han demostrado que estas vacunas son seguras y efectivas. Las vacunas contra la COVID-19 se han sometido y continuarán siendo sometidas al monitoreo de seguridad más intensivo en la historia. Las vacunas contra la COVID-19 son efectivas Pueden evitar que contraigas y propagues el virus que causa la COVID-19. Las vacunas contra la COVID-19 también pueden evitar que te enfermes gravemente, aunque contraigas COVID-19. Vacunarse también puede proteger a las personas a tu alrededor, en especial aquellas con mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa de la COVID-19. La vacunación contra la COVID-19 es la manera más segura de ayudar a generar protección:  Vacúnate independientemente de que hayas tenido COVID-19. Los estudios han demostrado que la vacunación proporciona un fuerte refuerzo de protección en personas que se han recuperado de la COVID-19. La COVID-19 continúa siendo una amenaza para las personas que no están vacunadas. Algunas personas que contraen COVID-19 pueden enfermarse gravemente, lo que podría provocar su hospitalización, y algunas personas presentan problemas de salud permanentes por varias semanas después de haberse infectado, o incluso por más tiempo. Incluso las personas que no tuvieron síntomas cuando se infectaron pueden experimentar estos problemas de salud permanentes. Inmunidad después de vacunarse contra la COVID-19 Aún hay mucho que estamos aprendiendo acerca de las vacunas contra la COVID-19. No sabemos cuánto dura la protección en las personas que se vacunan. Lo que sí sabemos es que hay casos muy graves y muertes por COVID-19 en muchas personas. Si contraes la COVID-19, también corres el riesgo de contagiar a tus seres queridos, que podrían enfermarse gravemente. La opción más segura es vacunarse contra la COVID-19. En estos momentos, los datos sobre la efectividad de las vacunas en personas inmunodeprimidas, incluidas aquellas que toman medicamentos inmunodepresores, son limitados. Ninguna de las vacunas contra la COVID-19 pueden enfermarte de COVID-19 Ninguna de las vacunas contra la COVID-19 contiene el virus que causa el COVID-19 vivo, así que no es posible que una vacuna contra la COVID-19 te enferme. Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y podrás leerla desde cualquier lugar. No olvides leer esta segunda edición del año y encuentra un especial sobre las vacunas contra la COVID-19. Accede a la revista completa aquí 

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Posibles efectos secundarios después de vacunarte contra la COVID-19

Posibles efectos secundarios después de vacunarte contra la COVID-19

Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades [CDC]. (25 de mayo de 2021). Posibles efectos secundarios  después de vacunarte contra la COVID-19. Recuperado de: https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/expect/after.html La vacunación contra la COVID-19 ayudará a protegerte de contraer dicha enfermedad. Es posible que experimentes efectos secundarios, los cuales son signos normales de que tu organismo está generando protección. Estos efectos secundarios pueden afectar tu capacidad de realizar tus actividades diarias, pero deberían desaparecer al cabo de pocos días. Algunas personas no sufren efectos secundarios. Efectos secundarios comunes En el brazo donde recibiste la vacuna inyectable: Dolor. Enrojecimiento. Hinchazón. En el resto del cuerpo: Cansancio. Dolor de cabeza. Dolor muscular. Escalofríos. Fiebre. Náuseas. Para reducir el dolor y las molestias, donde recibiste la vacuna inyectable: Aplica un paño limpio, frío y húmedo sobre el área. Usa o ejercita tu brazo. Para reducir las molestias provocadas por la fiebre: Bebe mucho líquido. Usa ropa liviana. Si ya recibiste la segunda dosis Los efectos secundarios después de la segunda dosis pueden ser más intensos que los que experimentó después de recibir la primera. Estos efectos secundarios son signos normales de que su organismo está generando protección y deberían desaparecer al cabo de unos días. Cuándo llamar al médico En la mayoría de los casos, la molestia a causa del dolor o fiebre son un signo normal de que tu organismo está generando protección. Comunícate con tu médico o proveedor de atención médica: Si la irritación o sensibilidad en la zona de la inyección empeoran pasadas las 24 horas. Si tus efectos secundarios te preocupan o parecen no estar desapareciendo al cabo de algunos días. Tu organismo necesita tiempo para generar protección luego de aplicarte cualquier vacuna. Las personas se consideran completamente vacunadas dos semanas después de haber recibido la segunda dosis de las vacunas contra la COVID-19 o dos semanas después de haber recibido la vacuna contra la COVID-19 de dosis única. Debes seguir usando todas las herramientas disponibles para protegerte y proteger a otras personas hasta estar totalmente vacunado.   Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y podrás leerla desde cualquier lugar. No olvides leer esta segunda edición del año y encuentra un especial sobre las vacunas contra la COVID-19. Accede a la revista completa aquí

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Información para entender cómo actúan las vacunas contra la COVID-19

Información para entender cómo actúan las vacunas contra la COVID-19

Fuente: Centros para el control y a Prevención de Enfermedades [CDC]. (27 de mayo de 2021). Información para entender cómo actúan las vacunas contra la COVID-19. Recuperado de: https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/difffferent-vaccines/how-they-work.html Lo que necesitas saber Las vacunas contra el COVID-19 son seguras y efectivas. Puedes tener efectos secundarios después de vacunarte, pero son normales. Por lo general, el organismo necesita dos semanas después de haber recibido la vacuna completa para generar protección (inmunidad) contra el virus que causa la COVID-19. Si no te vacunaste sigue tomando todas las precauciones hasta estar totalmente vacunado. El sistema inmunitario: la defensa del organismo contra las infecciones Para entender cómo actúan las vacunas contra la COVID-19, es útil primero saber cómo combate las enfermedades nuestro organismo. Cuando los gérmenes, como el virus que causa la COVID-19, invaden nuestro organismo, atacan y se multiplican. Esta invasión, llamada infección, es lo que causa la enfermedad. Nuestro sistema inmunitario tiene diversas herramientas para combatir las infecciones. La sangre contiene glóbulos rojos que transportan oxígeno a los tejidos y órganos, y glóbulos blancos o inmunitarios que combaten las infecciones. Los diferentes tipos de glóbulos blancos combaten las infecciones de diferentes maneras: Los macrófagos son glóbulos blancos que absorben y digieren los gérmenes y las células muertas o a punto de morir. Los macrófagos dejan en el organismo los llamados “antígenos” que son partes de los gérmenes invasores. El organismo identifica los antígenos como peligrosos y estimula los anticuerpos para que los ataquen. Los linfocitos B son glóbulos blancos que actúan como defensa. Producen anticuerpos que atacan las partes del virus que dejaron atrás los macrófagos. Los linfocitos T son otro tipo de glóbulo blanco. Atacan a las células del organismo que ya están infectadas. La primera vez que una persona se infecta con el virus que causa la COVID-19, su cuerpo puede demorar varios días o semanas en desarrollar y usar todas las herramientas necesarias para combatir los gérmenes y vencer la infección. Después de la infección, el sistema inmunitario de la persona recuerda lo que aprendió sobre cómo proteger al organismo de la enfermedad. El organismo conserva algunos linfocitos T, conocidos como «células de memoria», que entran en acción rápidamente si el  organismo se vuelve a encontrar con el mismo virus. Cuando se detectan los antígenos familiares, los linfocitos B producen anticuerpos para atacarlos. Los expertos siguen estudiando para comprender durante cuánto tiempo estas células de memoria pueden proteger a una persona contra el virus que causa la COVID-19. Cómo actúan las vacunas contra la COVID-19 Las vacunas contra la COVID-19 ayudan a nuestro organismo a desarrollar inmunidad contra el virus que causa la COVID-19 sin que para ello tengamos que contraer la enfermedad. Los diferentes tipos de vacunas actúan de diversas formas para brindar protección. Pero, con todos los tipos de vacunas el organismo se queda con un suministro de linfocitos T de «memoria», además de linfocitos B que recordarán cómo combatir ese virus en el futuro. Por lo general, después de la vacunación, el organismo demora algunas semanas en producir linfocitos T y linfocitos B. Por consiguiente, es posible que una persona se infecte con el virus que causa la COVID-19 justo antes o justo después de vacunarse y que se enferme porque la vacuna no tuvo suficiente tiempo para generar protección. A veces, después de la vacunación, el proceso de generar inmunidad puede causar síntomas, por ejemplo, fiebre. Estos síntomas son normales y son una señal de que el organismo está desarrollando inmunidad. Tipos de vacunas Las vacunas ARNm contienen material del virus que causa la COVID-19, el cual instruye a nuestras células a crear una proteína inocua que es exclusiva del virus. Una vez que nuestras células copian la proteína, destruyen el material genético de la vacuna. Nuestro organismo reconoce que esa proteína no debería estar presente y crea linfocitos T y linfocitos B que recordarán cómo combatir el virus que causa el COVID-19 si nos infectamos en el futuro. Las vacunas de subunidades proteicas incluyen porciones inocuas (proteínas) del virus que causa la COVID-19, en lugar del germen completo. Una vez que recibimos la vacuna, nuestro organismo reconoce que esa proteína no debería estar presente y crea linfocitos T y anticuerpos que recordarán cómo combatir el virus que causa la COVID-19 si nos infectamos en el futuro. Las vacunas de vectores contienen una versión modificada de otro virus diferente del que causa la COVID-19. Dentro de la envoltura del virus modificado, hay material del virus que causa la COVID-19. Esto se llama «vector viral». Una vez que el vector viral está en nuestras células, el material genético les da instrucciones a las células para que produzcan una proteína que es exclusiva del virus que causa la COVID-19. Con estas instrucciones, nuestras células hacen copias de la proteína. Esto despierta en nuestro organismo una respuesta y empieza a crear linfocitos T y linfocitos B que recordarán cómo combatir el virus si nos llegamos a infectar en el futuro. Algunas vacunas contra la COVID-19 deberán aplicarse en más de una dosis Para una vacunación completa, deberá recibir dos dosis de la misma vacuna contra el COVID-19. Dos dosis: si recibes una vacuna contra la COVID-19 que requiere la administración de dos dosis, se considera que estás completamente vacunado dos semanas después de la segunda dosis. Las vacunas contra la COVID-19 de Pfizer-BioNTech, Moderna, Sinovac, Astrazeneca requieren la administración de dos dosis. Una dosis: si recibes una vacuna contra la COVID-19 que requiere la administración de una dosis, se considera que estás  completamente vacunado dos semanas después de la vacunación. La vacuna contra el COVID-19 Janssen de Johnson & Johnson solo requiere una dosis. Si han pasado menos de dos semanas desde que te vacunaste, o si aún tienes que recibir la segunda dosis, NO está totalmente protegido. Sigue tomando medidas para protegerte y proteger a los demás hasta que estés completamente vacunado (dos semanas después de la última dosis).   Sabías que la Revista Protección & Seguridad en la Comunidad es de acceso libre y

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Prevención del cáncer ocupacional que puede ser causado por derivados clorados presentes en labores de limpieza y desinfección

Prevención del cáncer ocupacional que puede ser causado por derivados clorados presentes en labores de limpieza y desinfección

Por: Daniel Arturo Quiroga Vargas / Ingeniero químico / Especialista en gerencia en salud ocupacional / Estudiante maestría en salud y seguridad en el trabajo / Líder técnico del CCS / Agosto de 2020 Introducción Los efectos agudos sobre la salud, originados por la exposición a productos de limpieza y desinfección, son bastante conocidos. En el año 2019, de acuerdo con cifras consolidadas por el Consejo Colombiano de Seguridad, el Centro de Información de Seguridad sobre Productos Químicos (CISPROQUIM®) atendió 11.182 eventos de emergencia, de los cuales 769 (6.9%) de los casos correspondieron a intoxicaciones con desinfectantes domésticos, limpiadores, jabones y detergentes (Hernández, 2020a). Las estadísticas del Sistema Nacional de Datos Sobre Intoxicaciones de los Estados Unidos (NPDS, por su sigla en inglés), reportan que entre los años 2012 y 2016 los Centros Toxicológicos de dicho país recibieron un promedio de 44.000 consultas por año, relacionadas con productos que contienen Hipoclorito de Sodio; lo que corresponde al 2% del total de eventos atendidos anualmente. En Europa, por otra parte, información consolidada de los Centros Toxicológicos de Francia, Italia, Bélgica, Grecia, Turquía, España y Portugal, da cuenta de 21.915 casos de intoxicación con Hipoclorito de Sodio en un periodo de tres años, involucrando todas las vías de exposición (Slaughter et al., 2019). Almacenamiento de productos de limpieza y desinfección. Fuente: 123rf.com En el marco de la actual pandemia por COVID-19, los productos químicos de limpieza y desinfección han sido ampliamente empleados dentro de la estrategia de prevención de la transmisión del agente patógeno SARS-CoV-2. En los Estados Unidos, tan solo entre Enero y Marzo de 2020 los Centros Toxicológicos atendieron un total de 45.550 consultas relacionadas con este tipo de sustancias (Chang et al., 2020). Para establecer las razones detrás de la materialización de dichos eventos, en el mes de mayo de 2020  los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), realizaron una encuesta a 502 adultos, encontrando que los usuarios de estos productos desarrollan prácticas de alto riesgo para su salud y la de personas cercanas, como la preparación insegura de soluciones, la mezcla de diferentes productos para “potenciar su efecto”, el almacenamiento al alcance de niños e individuos vulnerables, la aplicación de desinfectantes domésticos directamente sobre los productos alimenticios (frutas y verduras) y sobre las manos y la piel, así como su inhalación e incluso su ingestión (Gharpure et al., 2020). Los efectos crónicos sobre la salud de las personas expuestas ocupacionalmente a productos de limpieza y desinfección están asociados a enfermedades que se manifiestan con el tiempo, después de un periodo prolongado de exposición a “bajas” dosis de estas sustancias, por debajo del nivel que puede generar los efectos agudos descritos anteriormente. Como sucede con otras sustancias químicas, muchos de los efectos crónicos son aún desconocidos, por lo que es difícil establecer una relación entre la exposición y la enfermedad, a consecuencia del largo periodo de latencia (Niño-Barrero et al., 2020). Entre los posibles efectos crónicos sobre la salud de las personas que desarrollan labores de limpieza y desinfección, se encuentran el asma ocupacional, la exacerbación de asma de origen común, la bronquitis crónica (Bello et al., 2009), la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, tanto por el uso directo de las sustancias químicas, como por una exposición indirecta o pasiva (Carder et al., 2019; Moual et al., 2014), la dermatitis irritativa de contacto, por agresión sobre la capa protectora externa de la piel (Araghi et al., 2020), y el cáncer de origen ocupacional (Dragani, 2020). En el presente artículo se abordará precisamente la prevención del cáncer de origen ocupacional que puede ser causado por los derivados clorados presentes en el ambiente laboral durante el desarrollo de estas actividades, generados a partir de reacciones del Hipoclorito de Sodio y de otros productos precursores de Cloro. Generación de derivados clorados en labores de limpieza y desinfección Blanqueadores, removedores de moho, limpiadores de inodoros, aerosoles de limpieza y  geles y polvos abrasivos contienen Hipoclorito de Sodio en una concentración aproximada del 5%, como único ingrediente activo o acompañado de otros elementos (surfactantes, fragancias, Cloruro de Sodio, Silicato de Sodio, Hidróxido de Sodio, antioxidantes y agentes antiespumantes) (Odabasi, 2008). Se ha establecido que el Hipoclorito de Sodio puede generar sustancias tóxicas a través de reacciones con compuestos orgánicos como los alcoholes, las cetonas y los ésteres (Bond et al., 2014), por lo que las etiquetas de productos químicos que lo contienen indican expresamente que se debe evitar su mezcla con otros agentes de limpieza. Específicamente, al ser mezclado con sustancias a base de Amonio, reacciona formando Cloraminas (NH2Cl y NHCl2), mientras que su mezcla con limpiadores de naturaleza ácida puede causar la liberación de Cloro gaseoso (Cl2) (Nazaroff & Weschler, 2004). Los productos comerciales con Hipoclorito de Sodio contienen estabilizantes que son añadidos para minimizar su reacción con componentes orgánicos en la formulación. Sin embargo, el largo tiempo que puede pasar entre la producción y el uso de la sustancia (incluso del orden de meses), permite que sean posibles reacciones entre el Hipoclorito y los surfactantes contenidos, de tal forma que se generen derivados clorados (Odabasi, 2008; Odabasi et al., 2014). Al respecto, estudios realizados por Shin y Lim (2017) y Ayri et al. (2020), identificaron y cuantificaron la generación de hasta nueve compuestos orgánicos volátiles halogenados (Cloroformo, Tetracloruro de Carbono, Tetracloroetileno, Clorobenceno, 2-clorotolueno, 4-clorotolueno, 1,2-diclorobenceno, 1,3-diclorobenceno y 1,4-diclorobenceno) y de dos ácidos haloacéticos (Ácido Dicloroacético, Ácido Tricloroacético), tras diversos análisis efectuados sobre productos de limpieza y desinfección adquiridos en la República de Corea, Estados Unidos, Alemania y Turquía. En cuanto al Cloroformo (CHCl3), la reacción del Cloro activo generado por el Hipoclorito de Sodio, con la materia orgánica natural presente en las superficies a tratar (mesas, cocinas, inodoros, etc.), puede formar dicho Trihalometano volátil (Andra et al., 2015; Odabasi, 2008). Este agente químico, de hecho, se encuentra presente en el agua potable como un subproducto de los procesos de tratamiento de esta (Lévesque et al., 2002; Odabasi, 2008; Wawryk et al., 2021), y su

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La ventilación como una herramienta en la prevención del contagio de la COVID-19

La ventilación como una herramienta en la prevención del contagio de la COVID-19

Por: Yezid Fernando Niño Barrero / Gerente técnico Consejo Colombiano de Seguridad / Bogotá, Colombia / Marzo de 2021 Desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, los responsables de seguridad y salud en el trabajo de las empresas han tenido el gran reto de ir aprendiendo poco a poco sobre las medidas preventivas que se pueden adoptar para evitar el contagio de sus trabajadores. En febrero de 2020, el escaso conocimiento sobre los mecanismos de contagio nos llevó a tomar medidas que en algunos casos resultaban extremas; en otros casos, algunas medidas se consideraron por sí mismas peligrosas. El caso de las cabinas de desinfección fue uno de esos ejemplos donde, buscando un beneficio de prevención el contagio, se puso en riesgo la salud de las personas. En su momento el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS), el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA), el Ministerio de Salud y Protección Social y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) lanzaron distintas advertencias sobre el riesgo que traían este tipo de dispositivos (CCS, 2020; INVIMA, 2020; MinSalud, 2020; OPS, 2020). Recientemente, otras medidas se han señalado como innecesarias debido a que no previenen el contagio, tales como la desinfección de zapatos y el uso de tapetes impregnados con desinfectantes; estas medidas, si bien no se espera que generen una afectación directa en las personas o les cause algún riesgo, sí ocasionan un aumento en el uso de sustancias químicas y exposición de los trabajadores encargados de la limpieza en las instalaciones. Para la definición de medidas de prevención del contagio es importante entender cómo se produce dicho contagio; frente a esto, la Organización Mundial de la Salud (2020b) ha señalado que la COVID-19 “se propaga entre las personas, principalmente, cuando una persona infectada está en contacto cercano con otra persona, el virus se puede propagar a través de pequeñas partículas líquidas expulsadas por una persona infectada a través de la boca o la nariz al toser, estornudar, hablar, cantar o resoplar”. Por otro lado, algunos estudios empezaron a mostrar la posibilidad de la transmisión por vía de aerosoles o vía aérea (Erath et al., 2020), lo que empezó a generar alertas desde diferentes sectores académicos para que se tomaran medidas de protección frente a esta vía de exposición al virus. Actualmente, en las recomendaciones sobre el uso de tapabocas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 1 de diciembre de 2020, se señala que “la transmisión por aerosoles puede producirse en entornos y circunstancias particulares, sobre todo en lugares cerrados, abarrotados de gente y mal ventilados, en los que personas infectadas pasan mucho tiempo con otras. Algunos estudios sugieren que estas circunstancias se darían en restaurantes, ensayos de coros, clases de gimnasia, clubes nocturnos, oficinas y lugares de culto” (Organización Mundial de la Salud, 2020). Frente a este aspecto es importante entender que las personas emiten pequeñas gotas, puede haber entre 40.000 y más de dos millones de gotas liberadas por un estornudo, en comparación con menos de 100.000 por tos y 3.000 por hablar en voz alta (Qian & Zheng, 2018), y las gotas mas pequeñas de menos de 5 micras pueden permanecer en el aire, incluso durante horas (Erath et al., 2020). En caso de no tener una buena ventilación en el lugar, estas gotas se pueden concentrar en la habitación, oficina o espacio cerrado, aumentando el riesgo de los ocupantes a contraer la enfermedad, de allí la importancia en el uso de protección respiratoria, el distanciamiento y la adecuada ventilación. Figura  1: Columnas térmicas producidas por una persona en un entorno inactivo. Tomado de Bhagat et al., (2020). Para entender la propagación de estas gotas en el aire, Bhagat et al. (2020) desarrollaron un estudio bajo dos condiciones, con y sin tapabocas. De acuerdo con las imágenes de la Figura 1, en los paneles (a – c) no se usa tapabocas, mientras que en los paneles (d – f) se usa un tapabocas desechable de tres capas no quirúrgica. El sujeto en la imágenes a y d está sentado tranquilamente respirando por la nariz, en las imágenes b y e es cuando habla a un volumen de conversación y en las imágenes c y f, el sujeto se encuentra riendo (Bhagat et al., 2020). Esto nos muestra que el uso de protección respiratoria es útil para evitar la propagación de las microgotas; a través de esta medida, la persona infectada reduce el rango de expansión de las microgotas en el espacio donde se encuentra. Ventilación en lugares de trabajo Actualmente, en un escenario de reactivación económica, se han permitido cada vez más lugares de trabajo habilitados, lo que genera más espacios de interacción entre las personas; en algunos de estos espacios se debe mantener el tapabocas en forma permanente y en otros, como los restaurantes, se presentan momentos en los cuales las personas deben retirarse su Elemento de Protección Personal (EPP), generando situaciones de alta propagación de gotas y aerosoles sobre todo el espacio. Frente a los diferentes escenarios de interacción de personas, es fundamental entender que la estimación del riesgo de infección por transmisión a través del aire tiene una relación directa con la ventilación, la cual cuenta con tres elementos clave: la tasa de ventilación, la dirección del flujo y el patrón del flujo de aire, como se muestra en la Figura 2 (Qian & Zheng, 2018). Figura  2: Tres elementos clave de la ventilación que afectan la transmisión por el aire. Tomado de Qian & Zheng, (2018). Frente a estos tres elementos, Qian & Zheng (2018) señalan que una tasa de ventilación más alta puede diluir el aire contaminado dentro del espacio más rápidamente y disminuir el riesgo de infección cruzada; la dirección de flujo controlada tiene como objetivo prevenir infecciones cruzadas entre diferentes salas o cubículos, lo que indica que es un método eficaz para evitar la transmisión aérea de largo alcance entre habitaciones. Finalmente, mantener la dirección del flujo de aire de los cubículos limpios a

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Halloween en familia

Halloween en familia

Bogotá, 20 de octubre de 2020.  El Gobierno Nacional ha manifestado su preocupación ante el alto riesgo de contagio de COVID-19 que se pueda presentar en la noche de Halloween, así lo hizo saber el ministro de Salud y Protección Social, Fernando Ruiz Gómez. «Las recomendaciones que salieron ayer del comité asesor son totalmente claras. Primero, no fiestas; de ninguna manera queremos fiestas de adultos o de niños en el entorno de Halloween», aseguró. El jefe de la cartera de Salud señaló que la evidencia científica demuestra que estas fiestas, reuniones y celebraciones han sido la mayor causa de nuevos contagios en Europa. Añadió que con la alta tasa de población de riesgo que existe en el país no se puede dar cabida a situaciones que expongan la vida. También están prohibidos los recorridos para recoger dulces en centros comerciales, calles o conjuntos, ya que «esto tiene un efecto muy negativo, en el sentido en el que se generan lo que llamamos ‘supercontagiadores‘, es decir, personas que van pasando de un lugar a otro -posiblemente asintomáticos- y en este transcurrir de una casa a otra va contagiando personas», afirmó Ruiz Gómez. Adicional a esto, si los alcaldes consideran y el territorio presenta situaciones que lo ameriten, podría haber toques de queda en algunas ciudades. Explicando que, siempre, 15 días después de estas situaciones de aglomeración, se da un crecimiento en la curva de casos de contagio. «Estamos en un momento muy especial porque estamos bajando la curva epidémica, es una disminución consistente, pero todavía muy frágil. De manera que no estamos en este momento para jugar con candela y nos toca ser muy juiciosos y responsables. Las eventualidades del Halloween y otras fiestas nos pueden generar problemas muy severos», concluyó. Bogotá, 22 de octubre de 2020 – El ministro de Salud y Protección Social, Fernando Ruiz Gómez, explicó las recomendaciones generales para la próxima celebración de Halloween en el país durante su intervención en el programa Prevención y Acción. «Hoy expedimos con el Ministerio del Interior, Consejería Presidencial para la Niñez y la Adolescencia y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, una circular conjunta de orientación a alcaldes y gobernadores acerca de la fiesta de los niños o Halloween», dijo. Ruiz Gómez señaló los riesgos que acarrea el Halloween, entre los que se cuentan: aglomeraciones, dificultad para el distanciamiento físico, intercambio de objetos que pueden tener el virus en su superficie (bolsas, dulces, disfraces, máscaras, maquillajes) y contacto intergeneracional, que genera un gran riesgo para los adultos mayores. De igual forma recalcó las recomendaciones generales para la ciudadanía: Celebrar el Halloween en casa con el núcleo familiar directo residente en la vivienda. Evitar el contacto intergeneracional. No hacer rondas por las casas para pedir dulces. Mantener el distanciamiento físico en todo momento. Cubrirse la boca con el codo flexionado o con un pañuelo desechable al toser. Evitar tocarse los ojos, nariz y boca. Quedarse en casa si se presenta fiebre o dificultad para respirar. Lavarse constantemente las manos. Usar el tapabocas si se está fuera del lugar de residencia. Asimismo, reiteró que los centros o establecimientos comerciales deben continuar con las medidas establecidas en las resoluciones 666 y 749; además de crear campañas masivas y claras para que la gente adopte un comportamiento adecuado, desde el punto de vista de la prevención del COVID-19 en el marco de la celebración. En cuanto a los entes territoriales, el ministro indicó que deben realizar campañas para evitar reuniones sociales en salones de conjuntos cerrados, sitios públicos o centros comerciales y los tradicionales recorridos barriales, así como promover celebraciones en el hogar sin invitados. «El esparcimiento que se da en Halloween es fundamental para la salud mental de los niños y por tanto es muy importante. Pero un Halloween diferente, como el que tenemos en este entorno de pandemia, no necesariamente es un Halloween menos feliz. Tenemos que adaptarnos y aprovechar para trabajar en nuestras familias las medidas que recomendamos», manifestó Ruiz Gómez. La pandemia de COVID-19 nos ha planteado un escenario diferente este año para celebrar Halloween. ¡Pero aún podemos divertirnos! Lo más importante es seguir cumpliendo el protocolo de bioseguridad: evitar reuniones con asistencia masiva, mantenerse a una distancia de 2 metros de los demás, usar tapabocas y lavarse las manos con frecuencia. Aquí te damos algunas ideas sobre cómo mantener tu seguridad y la de tu familia durante esta fecha especial para tus niños: ¡Prepárate para el triki triki en tu casa!  Recuerda que quedarte en casa es un plan seguro Fiestas o desfiles virtuales de disfraces Usa las herramientas de videochats para una fiesta en línea con amigos y familiares, muestra los disfraces que creaste en casa y participa por ser uno de los mejores. ¡Diviértete con eso! En climas fríos, esta puede ser la primera vez que tu hijo puede usar un disfraz  en el que no esté atrapado debajo de una chaqueta. Si los niños planean usar sus cubiertas faciales de tela (tapabocas)  como parte de sus disfraces, no deben pintarlos, debes estar atento a las pinturas que usas y su componentes. Noche de cine de terror Reúnete con tu familia en casa e invita a tus amigos a una reunión virtual y participa en una noche de cine vistiéndote como tus personajes favoritos. Realiza la actividad con toda tu familia (los que viven contigo) reunidos en la misma habitación y en paralelo con todos tus amigos conectados comenzando la película al mismo tiempo para que así cuando hagan pausas puedan comentar al mismo tiempo acerca de sus disfraces. Recuerda que es una actividad para toda la familia y debes escoger películas apropiadas para los más pequeños. Prepara comida con temática de Halloween Si tu pasatiempo favorito es cocinar recetas únicas, crea algunas golosinas divertidas de Halloween en familia. Decora una pizza con aderezos en forma de calabaza, o construye calabazas mandarina (pela la mandarina y pega una rodaja fina de apio encima para que parezca un tallo). Asegúrate de que las golosinas no sean un peligro de asfixia

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