Boletín CCS al día

Gestión de conflictos y desastres: Estudio sobre la colaboración entre las organizaciones de empleadores y de trabajadores

En el presente informe se examinan las posibilidades de colaboración entre las organizaciones empresariales y de trabajadores en las crisis derivadas de conflictos y desastres.

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Afectaciones cardiovasculares, hepáticas, renales y neuronales son consecuencia de la exposición a sustancias químicas en el trabajo

Durante el primer semestre del año el sector agrícola se ubicó nuevamente en el primer puesto de accidentalidad laboral, presentando una tasa de 6.75%.

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Los viajeros que enfrentan un riesgo inminente de contagio de la COVID-19 y los nuevos escenarios después de la pandemia

“Viajar es una tarea de reflexión, de análisis y de toma de decisiones enfocadas al antes, al durante y al después del traslado”: Consejo Colombiano de Seguridad, CCS. El referente en seguridad laboral compartió recomendaciones que le restarán inconvenientes a los trabajadores que se dispongan a viajar en época de reactivación. En el marco del 53 Congreso de Seguridad, Salud y Ambiente, expertos en seguridad laboral y epidemiólogos debatieron sobre cómo minimizar la exposición al virus tras el regreso a la normalización. Tras cinco meses de aislamiento preventivo y acumulación de tensión y estrés por la adaptación de los trabajadores a los nuevos escenarios laborales, miles de personas consideran aprovechar las ofertas de vacaciones que las regiones turísticas del país ofrecen para reactivar sus economías, enfrentándose a nuevas condiciones de autocuidado y exigidas por las autoridades locales. En el marco del 53 Congreso de Seguridad, Salud y Ambiente, Adriana Solano Luque, presidenta del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS), destacó que la contención del virus y su propagación dependerá del grado de responsabilidad personal que cada hombre, mujer o niño, tenga sobre los protocolos de bioseguridad y autocuidado establecidos. “Con la reactivación del transporte aéreo y terrestre, las posibilidades de viajeros, familias y empresarios de recorrer el territorio nacional e incluso salir del país, se acentúan las posibilidades de propagación del virus de la COVID-19 tal y como sucedió en Europa y China, en donde se registraron rebrotes tras decretarse el transito libre”, señaló Solano. De acuerdo con Jorge Oswaldo Restrepo, médico laboral y Presidente Emérito del CCS, debemos pensar muy bien antes viajar, y si vale la pena hacerlo, es bueno tener en cuenta las siguientes recomendaciones del antes, durante y después de desplazarse a otro lugar con la premisa que del autocuidado depende el bienestar de todos. ¿Puedo aplazar el viaje hasta que se normalice mucho más la situación? ¿Qué pasaría si aplazo el viaje, cómo me afectaría? ¿Cuál es la situación en mi lugar de residencia y en mi lugar de destino? ¿Presentó alguna sintomatología sugestiva o he estado en contacto con algún diagnosticado con la COVID-19? ¿El tipo de transporte que voy a utilizar me permite mantener dos metros de distancia respecto a otras personas? “Si usted tiene claro estos escenarios y el viaje es inaplazable, tome la decisión de hacerlo con responsabilidad”, indicó el epidemiólogo quién señaló que aquellas personas o trabajadores que deben hacer un viaje por motivos laborales o de suma urgencia, antes de llenar las maletas contemplen los siguientes aspectos: Si presenta comorbilidades no controladas tales como enfermedades respiratorias, diabetes tipo 2, sistema inmunológico debilitado y las demás que han descrito las autoridades sanitarias, debería en la medida de lo posible, evitar viajar. Si es por razones de trabajo, averigüe la situación de contagios en la empresa a la que se dirige. Cerciórese que la empresa de destino cumpla con los protocolos de bioseguridad que garantizará su salud y la de sus seres más cercanos. Reflexione y contemple todos los traslados (de la casa al aeropuerto, al terminal, al hotel o casal y quién lo va a trasladar a sus respectivas diligencias) Investigue los requisitos exigidos por las autoridades del país o región al que se dirige. Cerciórese que su lugar de destino exija o no algún tipo de pasaporte. Algunos destinos exigen periodos de aislamiento de 14 días antes de permitir el ingreso a sus territorios, prevea esta situación en su itinerario. Investigue si existe alguna prueba médica de deba practicarse al llegar. ¿Cómo debo proceder con la aerolínea para la devolución de mi dinero o reprogramación de mi vuelo en caso de algún percance? (antes de la compra). De acuerdo con los epidemiólogos, es muy importante no dejar ninguna situación a la improvisación, tomando las acciones necesarias para cada momento. Traslados, en la medida de lo posible hacerlos a pie o si debe hacerse en vehículo, procurar que sea propio o hacerlo junto al conductor exclusivamente. El consumo de alimentos en cualquier situación del viaje debe ser un asunto individual. Los productos deben tener un empaque sellado y se deben asumir posturas que, en lo posible, los mantenga alejados de terceros. Lávese las manos con abundante agua y jabón cada vez que tenga oportunidad y acompañe con alcohol antiséptico. Evitar compartir el teléfono móvil o demás elementos de uso constante con terceros. En lo posible deben ser artículos de uso personal. Utilice constantemente tapabocas y nunca lo toque después de quitárselo y desinfectarlo, hasta que no sea momento de utilizarlo nuevamente. Conservar las distancias en las terminales de transporte, aeropuertos y cabinas. No toque con las manos sillas, pasamanos, agarraderas y cualquier tipo de superficies que puedan tener contacto constante con otros individuos. Los expertos en seguridad laboral recomiendan seguir estas instrucciones básicas al pie de la letra para reducir los riesgos, asegurando que las personas vuelvan a sus actividades laborales o familiares y no haya un contagio masivo que ponga en peligro la vida de las personas y la productividad de las empresas y sus trabajadores.

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La Inteligencia Artificial como motor del cambio cultural en la empresa

Por: PhD. Rafael Ruiz Calatrava, Presidente del Consejo General de Profesionales en Seguridad y Salud en el Trabajo de España. Que el mundo está cambiando no lo duda nadie. Y en este cambio y de entre todos los retos a los que se enfrenta la humanidad, el cambio demográfico global es el más predecible y, hasta cierto punto, el más cierto. A pesar de que ahora sabemos mucho acerca de la escala del reto al que se enfrenta la humanidad debido a asuntos como el cambio climático, la inteligencia artificial y los avances en medicina, los plazos y la naturaleza de dichos retos siguen planteando grandes interrogantes. Sin embargo, los demógrafos están razonablemente seguros de que nos enfrentamos a grandes cambios en el ritmo de crecimiento de nuestras poblaciones y en su estructura, y sabemos en gran medida cuándo y dónde se van a producir estos cambios. En este sentido podemos afirmar con relativa certeza que: • La población global está creciendo más despacio y se estabilizará a lo largo del presente siglo. Entre 1950 y 2018 el crecimiento medio anual fue del 1,6%. En la actualidad, este nivel se sitúa en el 1%. Declinará gradualmente a lo largo del siglo para concluir el siglo en un nivel que tenderá a cero. La población en el planeta se estabilizará en torno a los 11.000 millones. • Nos hacemos más viejos. El porcentaje de la población por encima de los 65 años de edad pasará del 5% en 1950 al 15% en 2050 y representará un cuarto de la población mundial en 2100. • A pesar de que son de carácter generalizado, la distribución de estas tendencias varía bastante entre regiones. Según un estudio del Banco Mundial (2016), este envejecimiento está teniendo un impacto importante sobre las economías más pujantes del mundo: hoy por hoy, los países con fuerzas laborales menguantes aportan el 90% del crecimiento económico global. Los principales centros de crecimiento demográfico sostenido se sitúan en el subcontinente indio y el áfrica subsahariana. A esta última región, en concreto, se va a deber más de una cuarta del crecimiento total de la población hasta final de siglo. El porcentaje de la población mundial que vive en países de rentas altas va a descender del 32% en 1950 al 10% en 2050. Por muy negativos que sean, los datos pasan por alto un elemento de gran importancia: la forma en que las nuevas tecnologías afectan al crecimiento en la economía. Tradicionalmente, el capital y el trabajo son los “factores de producción” que impulsan el crecimiento económico. El crecimiento se produce cuando hay un aumento de capital o trabajo, o bien cuando se utilizan de un modo más eficiente. El crecimiento que resulta de innovaciones y cambios tecnológicos se mide con la Productividad Total de los Factores (PTF). Los economistas siempre han considerado las nuevas tecnologías como un motor de crecimiento por su capacidad de aumentar la PTF. Se trata de una conclusión lógica para las tecnologías a las que estamos acostumbrados. Los grandes avances tecnológicos del último siglo (la electricidad, el ferrocarril y las TI) generaron un enorme aumento de productividad, pero no causaron cambios tan grandes en la mano de obra. En la actualidad, asistimos a la aparición de una nueva serie de tecnologías transformadoras que se conocen con el nombre de Inteligencia Artificial (IA). Muchos creen que la IA es similar a otros avances tecnológicos. Si fuera así generaría cierto nivel de crecimiento, pero nada revolucionario. La clave está en pensar en la IA como en un híbrido de capital y trabajo. La IA puede realizar actividades laborales a una velocidad y una escala mucho mayores, o incluso llevar a cabo tareas que serían imposibles para los seres humanos. En algunas áreas tiene la capacidad de aprender con más rapidez que las personas, aunque sin llegar todavía a su nivel de profundidad. La IA puede adoptar también la forma de capital físico, como robots y máquinas inteligentes. Y, al contrario de lo que ocurre con el capital convencional (como máquinas y edificios), puede mejorar con el tiempo gracias a su capacidad de autoaprendizaje. Gracias a nuestros análisis y modelos, podemos ver lo que ocurre si consideramos que la IA es un nuevo factor de producción y no solo un impulsor de la productividad. Así la IA con su capacidad para Sentir, Comprender y Actuar (SCA), nos llevará al acceso ilimitado a la capacidad de procesamiento y al crecimiento del Big Data. En un mundo cada vez más digital, el aumento exponencial de datos está llevando a constantes avances en la IA. Como nuevo factor de producción, la IA abre al menos tres vías importantes hacia el crecimiento. En primer lugar, puede crear una nueva mano de obra virtual; es lo que llamamos “automatización inteligente”. En segundo lugar, la IA puede complementar y enriquecer los conocimientos y capacidades de la actual mano de obra y el capital físico. Por último, y al igual que tecnologías anteriores, la IA puede impulsar innovaciones en la economía. Con el tiempo, todo ello se convierte en un catalizador de una amplia transformación estructural. Las economías que utilizan la IA no sólo tienen un modo diferente de hacer las cosas, sino que también hacen las cosas diferentes.

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