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Uso seguro de los productos para eliminar pulgas y garrapatas en las mascotas

Uso seguro de los productos para eliminar pulgas y garrapatas en las mascotas

Fuente: Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA,  por sus siglas en inglés). Tomado de: https://www.fda.gov/consumers/articulos-enespanol/uso-seguro-de-losproductos-para-eliminar-pulgasy-garrapatas-en-las-mascotas Las picaduras de pulgas son más que una molestia para algunos perros y gatos. Pueden llegar a causarles dermatitis alérgica, una reacción a las proteínas de la saliva de las pulgas. De hecho, si la mascota se rasca constantemente, puede sufrir una pérdida permanente de pelo u otros problemas de la piel. En infestaciones graves, las pulgas que se alimentan de la sangre pueden provocarle anemia y, en casos raros, la muerte. Las garrapatas también pueden perjudicar a su mascota, transmitiéndole infecciones como la enfermedad de Lyme, ehrlichiosis, anaplasmosis, fiebre, babesiosis y bartonelosis. Eso sin contar que las mascotas pueden traer garrapatas a la casa, exponiéndolo a usted y a su familia a contraer enfermedades. Hay cientos de pesticidas, repelentes e inhibidores del crecimiento para proteger a su mascota de las picaduras de pulgas y garrapatas. Algunos de estos productos solo pueden adquirirse a través de un veterinario; otros pueden comprarse sin receta. Los productos contra pulgas y garrapatas son variados. Van desde píldoras y masticables que se administran por vía oral, hasta collares, aerosoles, baños de inmersión, champús, polvos y pipetas conocidas como “spot-ons” o pipetas, es decir, productos líquidos que se aplican sobre la piel del perro o gato, normalmente entre los omóplatos o en la espalda. Aunque los productos disponibles en el mercado se han utilizado en millones de mascotas, no están exentos de generar efectos secundarios o adversos. Por eso, es recomendable que consulte a su veterinario antes de elegir un producto contra pulgas y garrapatas, en especial, si su mascota padece de una afección o una condición diagnosticada. Otro aspecto importante para tener en consideración es leer cuidadosamente la etiqueta, el folleto y cualquier otra información que acompañe al producto para asegurarse de que lo utilizará correctamente. También debe guardar el empaque del producto en caso de que ocurra un problema y tenga que reportarlo, pues allí aparecen los componentes y esa información es valiosa para el veterinario en caso de que se presente un incidente o una complicación luego de su uso. ¿Cuándo realizar el tratamiento? Su veterinario puede ayudarle a determinar el mejor momento para tratar a su mascota. En general, es mejor empezar el tratamiento al principio de la temporada de pulgas cuando apenas está iniciando el ciclo de reproducción de pulgas y garrapatas si quiere prevenir una infestación mayor. Esto varía en función de la región donde viva, de la temperatura del lugar y de las condiciones de humedad. Incluso, hay zonas en las que estas especies se encuentran durante todo el año, con picos en verano o invierno. Consejos de uso de los productos tópicos contra pulgas y garrapatas Hay diversos tipos de productos que puede aplicar a su mascota y sus componentes químicos actúan de forma diferente. Por eso tenga en cuenta las siguientes recomendaciones: Elija el producto adecuado Consulte con su veterinario para seleccionar el producto más acorde para su mascota, en función de sus necesidades. Asegúrese de que el producto sea adecuado para tratar a su mascota según la especie, tamaño, peso, edad y estado de salud. Si el producto es para uso en perros, no lo use en gatos. Si usa el producto en un cachorro o gatito, asegúrese de que está etiquetado para esa etapa de vida y de que su mascota cumpla con el peso mínimo especificado en la etiqueta. Utilice peines antipulgas para eliminar pulgas y huevos y removedores de garrapatas en caso tal que el cachorro o gatito sea demasiado joven para usar los productos contra pulgas y garrapatas. Consulte con su veterinario antes de usar un producto en mascotas débiles, mayores, medicadas, enfermas, embarazadas o lactantes, incluso si han respondido bien a usos anteriores del mismo producto. Esto también aplica a mascotas que previamente hayan evidenciado signos de sensibilidad a los productos contra pulgas o garrapatas. A su vez, informe al veterinario sobre cualquier otro producto que pueda estar usando o administrándole a su mascota, ya que podría influir en su recomendación. Utilice el producto correctamente Lea cuidadosamente la etiqueta antes de usarlo. Inclusive, si ya ha usado el producto antes, lea nuevamente la etiqueta porque las instrucciones o advertencias pueden haber cambiado. Si no las entiende, consulte a su veterinario o contacte al fabricante. Siga las instrucciones al pie de la letra. Si la etiqueta dice que el producto se debe usar semanalmente, no lo aplique a diario. Si el producto es para uso en la casa o jardín, no lo aplique directamente a su mascota. Si tiene varias mascotas en casa y usa productos en aerosol o “spot-on”, aplíquelos a un animal a la vez y manténgalo separado de los demás hasta que el producto se seque. Esto evita que un animal lama a otro e ingiera el medicamento o pesticida. Esto es especialmente importante si el producto es solo para uso en perros y tiene un gato en su casa, por ejemplo. Lávese las manos inmediatamente con agua y jabón después de aplicar un producto o use guantes protectores mientras lo aplica. Almacene los productos lejos de los alimentos u objetos que puedan entrar en contacto con la boca de una persona, como chupos para bebés, inhaladores y cigarrillos. Mantenga los productos fuera del alcance de los niños y las mascotas. Preste atención después de usar el producto Vigile a su mascota para ver si se producen efectos secundarios o adversos después de aplicar el producto, sobre todo cuando lo utilice por primera vez. Los efectos secundarios pueden producirse inmediatamente o pueden aparecer un poco más tarde. Si su mascota experimenta una mala reacción a un collar antipulgas o antigarrapatas, retírelo inmediatamente. Si su mascota experimenta una reacción adversa a cualquier producto para pulgas o garrapatas (spot-on, champú, baño o  collar), llame a su veterinario de inmediato. Dependiendo del producto utilizado, su veterinario puede recomendarle que bañe a la mascota, si es seguro hacerlo, usando un jabón suave y

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Indigestión, pesadez y llenura, ¡no les dejes espacio en tus celebraciones!

Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Comunicadora social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social y  Sostenibilidad / Líder de comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). La escena puede resultarte familiar: asistes a una celebración navideña y te dejas tentar por los típicos manjares de la época. Cortes de pavo, perniles de cerdo, ensaladas frías, lechona, tamales, empanadas, buñuelos, natilla, ponche…. las delicias esperan por ti en la mesa. A tu mente llega un pensamiento “una vez al año no hace daño”. Te comes una, dos, cuatro unidades. Alguien te ofrece repetir. Estás al borde del límite, pero piensas “bueno, uno más”. La verdad sea dicha: ¡está delicioso! Veinte minutos después te sientes pesado, el estómago “a reventar”. Te tiras en un sillón, sientes que no te quieres mover. Te reprochas benévolamente “no debí comer tanto”. En el mejor de los casos, solo se trata de una sensación de pesadez y llenura, en otros, puede llegar a ser una indigestión o, peor aún, una intoxicación. Fin de la fiesta. Un relato frecuente en esta temporada de fin de año en la que, inevitablemente, la gastronomía se transforma en un protagonista infaltable de las celebraciones y compartirla es parte del espíritu navideño. Las personas tienden a darse ciertas licencias con los alimentos, las dietas saludables se interrumpen y el ambiente festivo es el cómplice perfecto para ingerir comidas altas en grasas y carbohidratos, pero de difícil digestión. Para evitar malestares, los profesionales de la salud señalan que el truco está en comer de todo, es decir, de forma balanceada, pero con moderación. Hacer un consumo racional de alimentos y bebidas no solo en temporada de fin de año, sino durante todo momento, te permitirá evitar indigestiones y otros malestares gástricos. Aquí te dejamos algunos consejos que ofrecen expertos de Mayo Clinic (2021) y de la Escuela Internacional de Dietética, Nutrición y Salud (2020). Trucos para una mejor digestión Sirve pequeñas porciones de alimentos. Esto no solo evita el desperdicio de comida sino que te permite establecer una medida racional y no llenar tu plato de más, lo que a veces, genera la presión psicológica de vaciarlo por completo. Come despacio, mastica muy bien los alimentos y disfruta conscientemente cada bocado. Este proceso favorece la segregación de enzimas que mejoran la absorción de los nutrientes y la digestión. Reconoce tus propios límites. Escucha a tu cuerpo. Él te envía señales de saciedad. No esperes hasta sentir esa molesta llenura para parar de comer. Intenta preservar los horarios habituales de las comidas. Por ejemplo, las cenas deben tomarse mínimo 2 horas antes de ir a dormir. Recuerda que algunas combinaciones de comidas ricas en grasas, azúcares y/o condimentos, ciertas salsas, los picantes y el consumo de licor favorecen la acidez estomacal. Procura un consumo moderado. Incluye alimentos ricos en fibra en tu menú navideño: frutas, verduras, cereales y leguminosas contribuyen a una buena digestión y favorecen los movimientos intestinales. Evita las salsas industriales y los alimentos precocinados. Inclínate por las  preparaciones caseras y con ingredientes naturales. Procura no hablar demasiado mientras comes, ya que al hacerlo, también estás ingiriendo aire, lo que contribuye a la aparición de la distención abdominal, los eructos y los gases. Finaliza tus comidas con una infusión digestiva natural. Por ejemplo, puedes prepararte un agua de manzanilla con anís o hinojo para favorecer el proceso digestivo. Si es posible, camina mínimo 15 minutos después de comer. La actividad física favorece la digestión. Si te sientes “muy lleno” o “pesado”, recuéstate de manera que tu espalda y tronco queden un poco inclinados (puedes utilizar una almohada alta para evitar el reflujo), toma un poco de agua y descansa hasta que te sientas mejor. ¡Cuidado con las preparaciones! No solo una ingesta desmedida de alimentos nos puede dañar la fiesta. Algunos errores y malas prácticas en el alistamiento y la preparación de los alimentos también pueden ponernos en apuros, incluso, mucho más graves. De hecho, entre los incidentes indeseados que se suelen presentar en las celebraciones de fin de año están las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA), las cuales se clasifican en infecciones (enfermedades que resultan de la ingestión de alimentos que contienen microorganismos patógenos vivos como virus, bacterias, hongos o parásitos) e intoxicaciones (las cuales ocurren cuando toxinas producidas por bacterias, mohos o elementos químicos están presentes en el alimento ingerido en cantidades que afecten la salud) y suelen asociarse a cambios en las características físicas por temperatura, condiciones de almacenamiento o cumplimiento de la fecha de caducidad, entre otros factores (MinSalud, s.f). Las cinco claves de oro de la OMS para evitar las ETA Incumplir alguna de las siguientes normas de inocuidad en la manipulación de alimentos puede propiciar la aparición de una ETA (OMS, 2007, citado por MinSalud, 2019). Conócelas y aplícalas en todo momento y al pie de la letra para proteger tu salud y la de tus seres queridos. Y es que según datos del Ministerio de Salud y Protección Social, con base en información del Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila), diciembre registra una tendencia en el incremento de los casos. “En promedio, puede presentarse una variación entre el 5 y el 10 % con respecto a las demás temporadas del año aunque hemos tenido unos años donde el incremento ha sido muchísimo mayor. La mejora de los indicadores se debe a las prácticas de prevención y a la implementación de acciones de control en el país”, sostuvo Elisa Cadena Gaona, nutricionista y dietista, magíster en Ciencias Económicas y subdirectora de salud nutricional, alimentos y bebidas del Ministerio de Salud y Protección Social, en entrevista con el CCS. La limpieza ante todo: Lávate las manos antes de preparar alimentos y a menudo durante la preparación. Así mismo, lava y  desinfecta todas las superficies y equipos que utilices. Protege los alimentos y las áreas de tu cocina de insectos, mascotas y otros animales. Separa alimentos crudos y cocinados: Los alimentos crudos deben permanecer separados de los cocinados y de los listos

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Ideas para celebrar una Navidad (y un año nuevo) sostenible

Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Comunicadora social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social y  Sostenibilidad / Líder de comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). En diciembre, mes de reuniones familiares, novenas de aguinaldos, Navidad y fiestas de fin de año. Un mes que es sinónimo de compartir con los seres queridos y de poner en práctica la bondad y la generosidad: dar y recibir parece ser la fórmula especial de la temporada. Pero el espíritu navideño también suele tener un sabor amargo, al menos para el planeta. La época favorece un mayor consumo de bienes y servicios, las compras se disparan y con ellas nuestra huella ambiental. Para hacernos una idea del impacto que la Navidad genera sobre el medio ambiente, la ONU (2018) estima que, en algunos países, la producción de residuos plásticos aumenta entre un 25 y un 30 % durante diciembre, debido a los envoltorios de los regalos, las tarjetas, los embalajes de alimentos, l uso de vasos, platos y cubiertos desechables y los juguetes y adornos navideños que terminan en los basureros. A esto hay que sumarle las cientos de toneladas de comida que se desperdician anualmente durante estas fechas. “En algunas zonas del mundo, estas fiestas se han convertido en sinónimo de comer en exceso y, frecuentemente, en desperdicio de alimentos”, advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2020). A su vez, un estudio realizado en 2020 por la iniciativa Too Good To Go (un movimiento internacional contra el desperdicio de alimentos) en colaboración con la Fundación Ebro Foods, de España, evidenció que mantener los típicos excesos propios de las fiestas decembrinas conlleva a que un 20 % de la comida que se prepara acabe en la basura siendo la cena de Nochebuena la que más sobras genera. Ni qué decir del consumo eléctrico. Tan solo en Colombia, la firma Raddar, experta en conocimiento y análisis sobre el  comportamiento del consumidor, ha desarrollado investigaciones que demuestran que en diciembre el consumo de energía en el país se incrementa hasta en un 22 % por cuenta de la iluminación navideña. La misma firma ha encontrado que los gastos de los hogares colombianos en el último mes del año registran un aumento considerable en comparación con el periodo enero-noviembre debido a la llamada “canasta de Navidad”, que incluye gastos en regalos, celebraciones, cenas, licores y turismo. En este sentido, los indicadores señalan que, en promedio, los hogares colombianos gastaron 20,8 billones de pesos para celebrar la Navidad en 2020, lo que significa un promedio de 1’356.527 pesos por hogar y cerca de 445.000 por persona. Esto, pese a la contracción económica generada por la pandemia. Más allá del impacto al bolsillo hay que analizar el efecto que estas compras navideñas generarán a corto, mediano y largo plazo: miles de prendas de vestir y accesorios, adornos, juguetes y residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) que terminarán en botaderos porque fueron reemplazados o sencillamente porque ya no son útiles o no gustan tanto como cuando fueron adquiridos. Considerando lo anterior, vale la pena apostar por una Navidad más responsable y sostenible, una celebración en la que la esencia se mantenga, pero se modifiquen algunos hábitos y costumbres que le pasan factura al planeta. Ese sería, al final, el mejor regalo que le podemos dar este año a nuestro hogar común. Decoración consciente: Reciclar está de moda y es absolutamente necesario, ¿por qué no hacerlo con la decoración navideña? No se requiere renovarla año tras año. Basta algo de creatividad para que los mismos adornos luzcan diferentes en cada ocasión. Por ejemplo, ¿sabías que los árboles de Navidad sintéticos pueden usarse hasta por 12 años? A la hora de comprar la decoración elige artículos durables que puedas reutilizar en cada Navidad. Prefiere aquellos elaborados con maderas certificadas, barro, cerámica y materiales que se puedan reciclar o biodegradar al final de su vida útil. También puedes elaborar tus propios adornos con materiales reciclables. En internet existe toda una variedad de tutoriales para crear manualidades a partir de corchos, residuos de madera, envases plásticos, frutos secos, telas, etc. En cuanto a la iluminación, lo ideal es elegir bombillas ahorradoras y versiones que incorporan paneles solares. A ello hay que sumarle un uso responsable de las mismas, como evitar dejarlas encendidas por largos periodos de tiempo o toda la noche. Así mismo, es importante no sobrecargar árboles, ventanales y fachadas ya que estos consumos desmedidos son los responsables del incremento de la huella de carbono. Si los adornos eléctricos requieren pilas para su funcionamiento, es preferible optar por aquellos cuyas baterías sean recargables y usarlos con mesura. Al momento de armar pesebres se recomienda evitar el uso de biodiversidad nativa como musgo, heno y otras plantas, cuya extracción de sus ecosistemas termina afectando el ciclo natural de los mismos. Tip extra: Planifica tus compras e intenta realizarlas con anterioridad. Algunos estudios demuestran que las compras impulsivas, de última  hora, le salen caras al bolsillo y al medio ambiente. Obsequios “eco-friendly” (aplica para Navidad, reyes magos y cumpleaños) Si de detalles se trata, nada mejor que regalar una experiencia. Una caminata ecológica, un plan para descubrir una reserva natural, un paseo por una finca agroturística, un bono para sembrar un árbol, son algunas opciones que no solo pueden caerle muy bien al destinatario del regalo sino también a las comunidades locales que los ofrecen. Si el obsequio es físico, en primer lugar, piensa muy bien en la utilidad que se le dará al mismo y en los gustos del receptor. No regales por regalar porque, seguramente, terminará en la basura. Elige productos de marcas sostenibles y responsables con el medioambiente o apoya emprendedores, artesanos y comercios locales. Recuerda que las compras internacionales, que viajan miles de kilómetros para llegar a su destino, tienen una huella de carbono muchísimo más alta. Intenta que los productos no contengan elementos contaminantes o cuyo porcentaje de plástico, por ejemplo, sea mínimo. En este sentido,

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Me voy de rumba”, “viernes de cine”, “domingo de ir al estadio”… ¿Necesito estar vacunado?

Me voy de rumba”, “viernes de cine”, “domingo de ir al estadio”… ¿Necesito estar vacunado?

Por Gerencia de Comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) con información tomada y adaptada del Ministerio de Salud y Protección Social. Si estás planeando asistir próximamente a un evento con presencia masiva de público, ten en cuenta las siguientes disposiciones y evita contratiempos. El pasado 3 de noviembre, el Gobierno Nacional expidió el Decreto 1408 de 2021 el cual ordena a los colombianos la presentación obligatoria del carné de vacunación o el respectivo certificado digital para poder ingresar a cualquier lugar o evento que implique aglomeración de público. La decisión se basa, por un lado, en la favorabilidad de los indicadores epidemiológicos frente a la COVID-19, evidenciada en una reducción del 88 % del promedio diario de contagio y del 92 % en el número de fallecimientos para octubre, según lo manifestó el Ministerio de Salud y Protección Social. Por otro lado, están los avances en el Plan Nacional de Vacunación, los cuales han permitido dar luz verde a la apertura de varias actividades, especialmente, de ocio y recreación. Sin embargo, el gobierno admite que la ejecución del plan no ha culminado y que aún persisten situaciones de riesgo que deben ser atendidas con medidas específicas. protocolos de bioseguridad vigentes. Una medida que requiere pleno conocimiento por parte de la ciudadanía para disfrutar sus actividades de ocio y evitar situaciones incómodas. 18 preguntas y respuestas sobre el carné de vacunación como requisito ¿Cuál es el requisito que se establece en cuanto a la presentación del carné de vacunación? La nueva normativa indica que las entidades territoriales deberán adicionar a los protocolos de bioseguridad vigentes, la presentación obligatoria del carné de vacunación contra la COVID-19 o el certificado digital de vacunación en el que se evidencie, como mínimo, el inicio del esquema de vacunación. ¿En qué lugares regirá esta nueva medida? El carné de vacunación se solicitará como requisito de ingreso a eventos presenciales de carácter público o privado que impliquen asistencia masiva. También será requerido en bares, gastrobares, restaurantes, cines, discotecas, conciertos, bingos, casinos y lugares donde se desarrollen actividades de ocio, así como escenarios deportivos –incluyendo estadios–, parques de diversiones, parques temáticos, museos y ferias. ¿Se espera ampliar la medida a otros sectores? El Ministerio de Salud y Protección Social, en coordinación con el Ministerio del Interior, podrá ampliar esta medida a otras actividades o sectores, de acuerdo con la evolución de la pandemia contra la COVID-19 y el avance del Plan Nacional de Vacunación. ¿Dónde y cómo se puede descargar el Certificado Digital de Vacunación? El certificado se puede descargar en https://mivacuna.sispro.gov.co/MiVacuna/. Allí solo deberá registrar su tipo de documento de identidad, digitar el número y la fecha de expedición. Con esos datos el sistema genera el certificado, el cual contiene el registro de vacunas que el ciudadano ha recibido contra la COVID-19. Este documento, además, contiene un código QR que permite validar su autenticidad. ¿Quiénes serán los responsables de pedir el carné o certificado?  La solicitud del carné estará a cargo de los propietarios, administradores u organizadores de eventos presenciales, de carácter público o privado, que impliquen asistencia masiva en los lugares señalados previamente. ¿Desde qué fecha se empezó a exigir el carné de vacunación? Esta medida entró en vigor a partir del 16 de noviembre de 2021, para mayores de 18 años y desde el 30 de noviembre de 2021, para mayores de 12 años. La población entre 0 y 12 años queda exenta, por ahora, de esta medida. ¿Es necesario tener el esquema de vacunación completo? Inicialmente no. Se solicitará tener, al menos, una dosis del esquema. Sin embargo, el Ministerio de Salud y Protección Social en conjunto con el Ministerio del Interior quedan facultados para determinar la fecha desde la cual se realizará la exigencia de carné con esquema de vacunación completo. ¿Se puede usar carné físico y digital? Se puede presentar en cualquiera de los dos formatos, tanto físico como digital. Al final, se trata de validar que la persona ya inició o completó su esquema de vacunación. ¿La medida puede ser opcional para ciertos comercios? Solo se exigirá para sitios de ocio, esparcimiento, donde los riesgos son mayores por las condiciones del lugar, convirtiéndose en focos de riesgo colectivo e individual. ¿Qué pasa si me vacuné en el exterior o soy extranjero? Puede presentar el documento que acredite su vacunación en el lugar donde la recibió. El propósito de este requerimiento es validar que la persona ya inició o completó su esquema de vacunación, con el objetivo de reducir y mitigar los riesgos de contagio. ¿Estas medidas complementan la aplicación de las resoluciones 777 y 1687 de 2021? Sí, la aplicación de estas medidas se realiza de manera complementaria y contribuye con el manejo de los aforos establecidos en las Resoluciones 777 y 1687 de 2021. ¿Las iglesias deben solicitar el carné de vacunación en la celebración de ceremonias o cultos habituales? No. Solo se requerirá en aquellos casos en que se realicen eventos masivos diferentes a ceremonias o cultos habituales. ¿En qué situaciones los hoteles y lugares de hospedaje deben solicitar el carné de vacunación? Se debe solicitar para eventos privados, recepciones o similares. No se requiere para servicios de hospedaje. ¿Los centros comerciales deben solicitar carné de vacunación? Los centros comerciales no deben solicitar el carné de vacunación para el ingreso. Solamente se requerirá en los espacios en los que se realicen eventos públicos o privados, así como en los cinemas y parques temáticos de sus instalaciones. ¿Cuál será el aforo permitido? Los alcaldes distritales y municipales podrán autorizar aforos de hasta el 100 %, según el ciclo de vacunación en que se encuentre cada entidad territorial, siempre y cuando los lugares o eventos masivos, públicos o privados, exijan, como requisito para su ingreso, la presentación por parte de todos los asistentes y participantes del carné de vacunación o certificado digital de vacunación, en el que se evidencie, como mínimo, el inicio del esquema. ¿Qué ocurre en caso de que una persona no presente el carné de vacunación e

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Cadenas de suministro y encadenamientos productivos: su importancia en la economía circular

Cadenas de suministro y encadenamientos productivos: su importancia en la economía circular

Por Jacqueline Mesa Sierra / Ingeniera Forestal / Especialista en Gestión Medioambiental / Magíster en Salud y Seguridad en el Trabajo / Líder técnica / Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). Los modelos de producción industrial se han mantenido históricamente como procesos lineales de consumo de recursos que siguen un patrón de «tomar, fabricar, desechar» de manera tal que, aún hoy, las empresas continúan extrayendo recursos para fabricar productos que, luego, el consumidor va a descartar. En otras palabras, la humanidad ha dependido durante mucho tiempo de sistemas económicos lineales, dando lugar a desechos en cantidades y formas sin precedentes que el medio ambiente no es capaz de metabolizar (Salvador, y otros, 2021). Para el año 2010, de acuerdo con la Fundación Ellen MacArthur, ingresaron a la economía aproximadamente 65.000 millones de toneladas de materias primas y, para 2020, se esperaba que la cifra ascendiera a unos 85.000 millones de toneladas. Lo anterior evidencia que cualquier sistema basado en el consumo más que en el uso reparador de recursos no renovables conlleva a importantes pérdidas de valor y a efectos negativos a lo largo de la cadena (Ellen MacArthur Foundation, 2013). El sistema lineal no solo revela problemas a nivel ambiental. Actualmente, muchas compañías han evidenciado que este sistema lineal aumenta la exposición a diferentes riesgos como el incremento y la volatilidad de los precios de los recursos (valores menos predecibles), cambios en la oferta1, interrupciones en el suministro, alta competencia y demanda, aumento de los costos de extracción, aumento de las emisiones, escasez de agua, aumento de los precios de la energía, aumento de la población y del consumo2 que posiblemente no logrará compensarse. Por lo tanto, este modelo lineal está alcanzando el límite: las mejoras en la efi ciencia no son sufi cientes para ser competitivos, la productividad agrícola decrece y existe un riesgo inminente en relación con la seguridad alimentaria ligada a las súper optimizadas cadenas de suministro (Ellen MacArthur Foundation, 2014). Entre tanto, la economía circular es una combinación de sistemas de producción-consumo que maximiza los servicios de producción de manera sostenible, sin violar las tasas de reproducción natural, mientras utiliza fl ujos de materiales cíclicos y fuentes de energía renovable (Korhonen et al., 2018, citado por Stefanos, Efstratios, & Styliani, 2021). Las estrategias de negocio de la economía circular tienen como objetivo cerrar baches que pueden tener los materiales, reducir el uso de materias primas, reutilizar o re-manufacturar productos y reciclar productos y materiales. Pasar a la economía circular significa rediseñar productos y procesos para que el uso y el desperdicio de materias primas se eliminen o minimicen en el sistema de producción y posconsumo. Así, los patrones de consumo circulares pueden reemplazar los actuales patrones lineales, desligando el crecimiento económico de los impactos ambientales y reorientando a las empresas manufactureras a la prestación de servicios en lugar de la producción de productos (Clyde, Sherwyn, & Eric, 2021). Una economía circular es un sistema industrial restaurador o regenerativo por intención y por diseño. Sustituye el concepto de “caducidad” por el de “restauración” y se inclina hacia el uso de energías renovables basándose en tres principios fundamentales: primero, el diseño para evitar el residuo; segundo, la utilización de componentes consumibles y duraderos; y tercero, el uso de energía renovable (Ellen MacArthur Foundation, 2014). Una de las principales barreras que existen en la implementación de la economía circular es el hecho de que, año tras año, se incluyen nuevos aditivos en los productos lo que dificulta el proceso de circularidad. De acuerdo con la Fundación Ellen MacArthur, las fórmulas de los materiales son la clave para iniciar el cambio. Es necesario inclinarse hacia la unifi cación o consolidación de los materiales de tal manera que se facilite la separación y los residuos resulten de calidades aceptables para ingresar nuevamente al proceso productivo. De hecho, la misma fundación sostiene que existen unos materiales clave con los cuales se puede empezar a demostrar la real efectividad de la economía circular y dar gran impulso por parte de varios actores. En la Tabla 1 se describen algunas de dichas categorías clave. Tabla 1. Categorías de materiales primordiales candidatos para demostrar viabilidad de circularidad Fuente: Elaboración propia basado en (Ellen MacArthur Foundation, 2014) De igual manera, otra de las unidades clave sobre las cuales se debe enfatizar en la economía circular son las cadenas de suministro y encadenamientos productivos, que requieren la eliminación de barreras como la dispersión geográfi ca, la complejidad de los materiales y lograr el sentido inverso, es decir, cerrar el círculo. Cadenas de suministro y encadenamientos productivos locales y globales Las cadenas de suministro circulares ya están en funcionamiento y se han vuelto globales, de tal manera que se espera que las oportunidades mejoren a medida que las materias primas aumenten el valor y los ciclos inversos disminuyan los costos de establecimiento, apoyados en avances tecnológicos que permiten la efi ciencia de la logística en ambos sentidos: de avance y retrocesos (Ellen MacArthur Foundation, 2014). De la misma manera, en las cadenas de suministro insertas en la economía circular los consumidores son eslabones clave puesto que, en el modelo, son vistos no solo como “el objetivo principal de la cadena de suministro del producto”, sino también como “el punto de partida de la cadena de suministro inversa”. Este movimiento de bienes del consumidor al productor implica, a su vez, que en lugar de ser tratado como un “residuo a eliminar”, sea visto como un “recurso que debe reingresar” a los procesos productivos. Como tal, una economía circular refuerza el papel del consumidor como un poderoso agente de mercado, superando así el mero papel de ser una de las partes más débiles en una relación contractual (Oliveira, 2020). Por ende, en la economía circular se reemplaza el concepto de “consumidor” por el de “usuario”, por lo que se requiere un nuevo tipo de contrato entre las empresas y sus clientes, basado en el rendimiento del producto (Ellen MacArthur Foundation, 2014). A nivel local se espera que los costos de

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Estrategia Nacional de Economía Circular: ¿en qué va el país?

Estrategia Nacional de Economía Circular: ¿en qué va el país?

Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Comunicadora Social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social Empresarial / Líder de Comunicaciones / Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). “Producir conservando y conservar produciendo”. Esta es la lógica para desarrollar nuevos modelos de negocio que plantea la Estrategia Nacional de Economía Circular (ENEC), un instrumento con el que Colombia cuenta desde noviembre de 2018 y que sienta las bases para optimizar la eficiencia en la producción y consumo de materiales, reducir la huella hídrica y de carbono, valorizar continuamente los recursos y cerrar ciclos. Se trata entonces de una transformación no solo productiva sino también cultural hacia donde el país ya empieza a transitar. La estrategia surge en un contexto en el que urge acelerar las acciones y compromisos adquiridos por los países en el Acuerdo de París (alcanzado en la COP 21) de cara a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2°C. Así mismo, está el llamado a los estados miembro de la ONU a trabajar decididamente en el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que la Economía Circular aparece como un eje transversal a varios de ellos. Sin embargo, no solo se trata de que el país esté alineado a las agendas internacionales en materia ambiental y social. Las condiciones económicas propias también apremian. Según lo advierte el documento de la ENEC, la economía colombiana presenta bajos niveles de productividad en prácticamente todos los sectores productivos, escasa diversifi cación en productos de mayor valor agregado y rezagos en innovación tecnológica e inversión en investigación. Todo esto reduce las oportunidades de generar empleo, así como de crear factores diferenciales en los mercados (ENEC, 2018). A la realidad económica se le suma la tensión ambiental. “Desde hace varios años, Colombia viene experimentando una fuerte presión sobre sus rellenos sanitarios que ya están alcanzando su capacidad máxima de almacenamiento, las basuras son un problema ambiental, la contaminación por plásticos afecta las costas, los ríos y los mares. Adicionalmente, tenemos un bajo uso de biomasa. Entonces, necesitamos con urgencia modelos de negocio que reduzcan la presión sobre los recursos naturales”, afi rma Andrea Corzo, directora de Asuntos Ambientales, Sectorial y Urbana del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS). Considerando este escenario, el país ya venía dando algunos pasos en la senda hacia la transformación de su modelo económico, especialmente, en materia normativa. De esta forma, la ENEC se asienta sobre varios instrumentos desarrollados previamente y que le otorgan razón de ser. En ese sentido, Corzo refi ere la Política Nacional de Producción y Consumo Sostenible, documento publicado en 2010 y en el que se actualizan e integran la Política Nacional de Producción más Limpia y el Plan Nacional de Mercados Verdes; el Conpes 3874 de 2016 que establece la Política Nacional para la Gestión Integral de Residuos Sólidos, incluyendo la responsabilidad extendida del productor y la gestión de residuos peligrosos; el Conpes 3866 que promueve la generación de encadenamientos productivos y el fortalecimiento de cadenas de valor a través de la Política de Desarrollo Productivo; y el Conpes 3934 de 2018 que instaura la Política de Crecimiento Verde y se traza como objetivo “impulsar a 2030 el aumento de la productividad y la competitividad económica del país, al tiempo que se asegura el uso sostenible del capital natural y la inclusión social, de manera compatible con el clima”. Bajo este marco normativo, la ENEC asume una naturaleza de “instrumento integrador” como lo resume la funcionaria. Esta característica tiene dos fundamentos. Por un lado, su desarrollo involucró un proceso de concertación entre diversos actores del sector público y privado, la academia y la sociedad civil, así como la participación de distintos ministerios acompañados por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Por otro lado, le permite al gobierno “identificar prioridades, mecanismos de gestión y necesidades de articulación interinstitucional para avanzar hacia esa transformación de los sistemas de producción y consumo”, explica Corzo. Y es que al fi nal lo que se busca es implantar en el país un nuevo modelo económico, una alternativa de desarrollo con miras a dejar atrás el actual sistema lineal de producir, usar y botar. “En cambio, a través de la Economía Circular, buscamos la optimización en el uso de los recursos y el fomento de la responsabilidad extendida del productor, donde los residuos o desechos que generan los productos o servicios de la industria se integren nuevamente en el ciclo productivo y se conviertan en un insumo para otras empresas y para la generación de nuevos emprendimientos”, agrega la funcionaria. Metas país En América Latina, Colombia se convirtió, en 2018, en el primer país en adoptar una estrategia de Economía Circular. Con este avance pretende ser, para el año 2030, el líder en la implementación de este modelo económico en la región. “Esta visión implica incrementar la efi ciencia en el uso de materiales, agua y energía, teniendo en cuenta la capacidad de recuperación de los ecosistemas y el uso circular de los flujos de materiales, maximizando su valor agregado y su vida útil”, como lo expone el documento oficial. Para lograrlo, cuenta con seis líneas priorizadas: flujos de materiales industriales y productos de consumo masivo; flujos de envases y empaques; flujos de biomasa; flujos de agua; fuentes y flujos de energía; y flujos de materiales de construcción. Adicionalmente, para cada una, se han establecido metas e indicadores de cumplimiento en un periodo establecido entre el 2021 y el 2028. Por ejemplo, respecto a los materiales industriales y productos de uso masivo, se espera que el 69 % de los Aceites Lubricantes Usados (ALU) que se generan en el país sean valorizados energéticamente y que unas 17 corrientes o subcategorías de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos sean reguladas bajo la responsabilidad extendida al productor. Para el caso de materiales de construcción se proyecta una tasa de aprovechamiento del 90

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¡Que la única llama que arda sea la del espíritu navideño!

Consejos para evitar incidentes y riesgos eléctricos Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Comunicadora social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad / Líder de comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS)  *Con asesoría técnica de Diego Moreno Bedoya, enfermero y magíster en Salud Ocupacional. Bombero desde 1999. Facilitador de Naciones Unidas para  formación en el Marco de Sendai para la reducción del riesgo de desastres. Director del Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá. Si hay algo que caracteriza la Navidad es su tradicional iluminación: el despliegue de luces se apodera de árboles, pesebres, guirnaldas y otros elementos decorativos en hogares, oficinas y comercios. Las fachadas y ventanales irradian a través de luminarias en forma de cascadas y extensas mangueras mientras las figuras de exteriores, cada vez más populares, se roban el show. No en vano, para anunciar la inauguración de los alumbrados, muchas ciudades colombianas han adoptado la expresión “se enciende la Navidad”. Y aunque este espectáculo es sinónimo de magia y alegría, no hay que perder de vista algunas recomendaciones para reducir riesgos y prevenir incidentes por cuenta de errores en las conexiones eléctricas. “Lo primero que hay que considerar es que, por lo general, la decoración navideña suele estar elaborada con materiales combustibles como cartón, material deshidratado, madera, telas y sintéticos que, en caso de presentarse un incidente eléctrico, podrían incrementar el riesgo de provocar un incendio”, señala Diego Moreno Bedoya, director del Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá. De ahí la importancia de adoptar medidas preventivas en esta temporada de fin de año haciendo un uso racional y responsable de  las instalaciones eléctricas que se utilizan tanto en hogares como en entornos laborales. ¡Que un descuido no apague tu Navidad! Las siguientes recomendaciones te permitirán disfrutar tus alumbrados navideños sin contratiempos ni sobresaltos. Ponlos en práctica a la hora de decorar tu hogar o lugar de trabajo. Verifica el estado del cableado y de los enchufes de las luces, adornos con iluminación y extensiones que vas a utilizar, especialmente, si las reutilizas año tras año. Es importante que los cables no estén enredados, que la cubierta protectora no presente desgastes o que los hilos conductores no se vean expuestos o debilitados. Si se presenta alguna de estas fallas, reemplázalos o solicita su reparación en un centro especializado. No hagas “remiendos” con cinta ni arreglos caseros. También debes revisar que no contengan bombillos fundidos y en caso tal, sustitúyelos para evitar un posible sobrecalentamiento del sistema. Asegúrate de que las instalaciones eléctricas estén en buen estado. Por ejemplo, que las cajas de los tomacorrientes estén bien aseguradas, que el enchufe se ajuste bien, que no genere chispas al momento de conectar un aparato o no se genere el fenómeno de “paso de corriente”. En caso tal, se debe contactar a un técnico electricista para que genere las reparaciones correspondientes. De igual forma, es aconsejable solicitar revisiones periódicas preventivas. No sobrecargues los tomacorrientes. De acuerdo con el Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá, una mala práctica es recurrir a sistemas multitoma y conectar, a la vez, varios adornos e iluminaciones navideñas excediendo así su capacidad. Esta sobrecarga es una de las principales razones por las que se suelen presentar fallas eléctricas. La iluminación interior debe permanecer alejada de chimeneas, estufas, hornos, calentadores y otras fuentes de calor. Si vas a decorar la fachada de tu casa asegúrate que las luces que utilices sean aptas para exteriores, ya que su diseño debe proteger completamente el sistema eléctrico de cambios de temperatura y los recubrimientos deben ser resistentes al sol y la lluvia. Adicionalmente, es importante verificar la capacidad eléctrica del inmueble para corroborar que es apta para soportar la decoración navideña. En lo posible, procura contar con la orientación y asesoría de un experto. Ten cuidado a la hora de utilizar asadores eléctricos en tus festejos familiares. Revisa que su potencia y consumo de energía sea apto para la capacidad eléctrica de tu hogar. Aunque, por lo general, las luces están diseñadas para durar encendidas por largos periodos de tiempo, no es aconsejable dejarlas prendidas toda la noche pues su consumo no solo incrementa los costos en las facturas de energía, sino también el impacto ambiental porque aumentan la huella de carbono. No olvides la importancia de contar con un extintor multipropósito en tu hogar para atender emergencias que pueden ir  desde un cortocircuito, un descuido con una vela o una llamarada al momento de freír alimentos que contienen o puedan contener residuos de agua. Tener este equipo a la mano puede hacer la diferencia entre un incidente y una tragedia. Para celebrar el tradicional Día de las Velitas recuerda no poner las velas sobre superficies cuyos materiales sean  combustibles como tablas de madera, cartones o plásticos. Mantenlas alejadas de cortinas y objetos que se puedan prender fácilmente y ocasionar incendios. Los niños deberán permanecer a una distancia prudente y supervisados por un adulto responsable. No permitas que jueguen con la parafina derretida. El uso de pólvora y otros elementos pirotécnicos está restringido única y exclusivamente a personal experto y calificado. Bajo ninguna circunstancia permitas que los menores de edad manipulen estos artefactos. Recuerda que su venta está prohibida en el espacio público. Algunas señales de alarma para tener en cuenta  Cuando se presenta una falla eléctrica es usual que se generen algunos signos que indican que algo no anda bien. Es importante estar alerta y prestarles atención para actuar a tiempo. En este sentido, Diego Moreno Bedoya, director del Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá, comparte algunas de esas señales que no se pueden pasar por alto. Alteraciones en la luminosidad e intermitencias en el sistema eléctrico. La intensidad de las luminarias cambia constantemente o por momentos. Presencia de un sonido tipo “zumbido de abeja” en algunos puntos. Generación de chispas entre cables que entran en contacto. Sobrecalentamiento de los aparatos eléctricos y adornos navideños. Se ponen muy calientes al tacto. Generación de pequeños “cortos” a la hora de conectar elementos. Olor a

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Relato de átomos y moléculas

Relato de átomos y moléculas

Por Alejandro Aldana Pérez / Magíster en química / Bogotá, Colombia / 2020 A inicios del 2020, antes de la llegada del nuevo coronavirus, estalló un escándalo en el país. En un principio, uno podría haber pensado que el resonar del hecho estaba relacionado con temas de narcotráfico, carteles de la contracción, asesinatos de líderes sociales, el proceso de paz, el paramilitarismo, las chuzadas, la polarización, el ESMAD etc. Sin embargo, en esta ocasión la noticia no giraba en torno a los asuntos nombrados arriba. El acontecimiento estaba vinculado con la composición química de un medicamento de origen natural, elaborado a base de extracto de caléndula. De manera sorpresiva, en el amanecer del año veinte del siglo XXI, la química era el epicentro periodístico en Colombia. A grosso modo, el tema alrededor del fármaco era que este no estaba constituido de forma exclusiva de extracto de caléndula. Este hecho dejaba entredicho su clasificación como producto natural. Según los resultados reportados por los análisis químicos, ejecutados por una universidad pública del país, el medicamento presentaba alto contenido de un activo farmacológico conocido como diclofenaco (Correa, 2020). En este contexto, la situación en torno a dicho fármaco presentaba dos aristas por esclarecer. La primera de ellas es dejar claro que la presencia del diclofenaco en el fármaco nos conduce hacia el complejo camino de las restricciones relacionadas con los medicamentos tipo AINEs. Es decir, el diclofenaco, según los especialistas del tema, es un activo farmacéutico antiinflamatorio no esteroideo (AINEs), el cual en ciertas personas puede ocasionar episodios de alergias. Y aquí es crucial aclarar que el éxito del medicamento a base de caléndula radica en que este era una alternativa segura para aquellos individuos alérgicos a los AINES. Lo segundo que quedó en evidencia es que en el imaginario colectivo hay una manía de catalogar a los productos de origen natural como elixires de la curación y la inocuidad. En contraste, esa misma colectividad crucifica toda sustancia de origen sintético. A esto último lo etiquetan como “químico” y lo asocian con peligroso para la salud. En este orden de ideas, la química no debe asociarse sólo con lo negativo. Es lo mismo que la idea de concebir que la vida solo es tristeza y angustia. En ella también existe la felicidad y el sosiego. De igual manera, la química acoge lo peligroso y lo inocuo. Sin importar el origen sintético o natural de la sustancia. En este sentido, lo que se pretende probar es que lo natural no siempre implica inocuidad y para demostrarlo vayamos a la época de la antigua Roma. Los romanos se especializaron en el uso de pócimas venenosas. Estas fueron empleadas para aniquilar enemigos y ejecutar suicidios. También, fue la herramienta predilecta para derrocar a sus propios emperadores. El emperador Claudio, según relata la historia, fue asesinado por su esposa Agripina. La mujer aprovechó el gusto de su esposo por los hongos y le dio a comer unas setas venenosas. Las memorias cronológicas cuentan que Claudio no murió de inmediato. De acuerdo con los historiadores, el médico Xenophon introdujo una pluma en la garganta del envenenado, con el objeto de hacerle vomitar el material ponzoñoso. Sin embargo, se conoció que el doctor había untado la pluma con veneno. Finalmente, esta maniobra acabó con la vida del soberano (Cilliers, L., Retief, F. 2014). La versión expuesta arriba dice que al mandatario romano le suministraron setas venenosas. Se especula que estos hongos estaban relacionados con la Amanita phalloide (la oronja verde). No obstante, los hechos vinculados con la muerte de Claudio no son claros. Esto, debido a que algunos afirman que los hongos fueron envenenados de manera intencional. Independiente de cómo ocurrieron los hechos con relación al veneno, en algo sí están de acuerdo los historiadores: el asesinato se ejecutó con una sustancia proveniente de la naturaleza. Si la muerte de Claudio estuvo relacionada con la ingesta de oronja verde, ¿cuál fue la molécula causante del envenenamiento? La respuesta a este interrogante fue resuelta muchos años después de la era romana, por los químicos alemanes Wieland y Linen. Ellos lograron extraer de este hongo la sustancia conocida como la faloidina, que es una micotoxina que inhibe la síntesis proteica en las células del hígado. Esto trae como consecuencia una falla hepática irreversible (Kouznetsov, 1998). El caso de Claudio no fue el único asesinato cometido vinculado con productos de origen natural. Los hechos criminales de los romanos, con relación al empleo de sustancias venenosas, es vasto. Por ejemplo, se conoce que el filósofo Séneca fue inducido al suicidio por Nerón. La vía empleada fue la ingesta de cicuta. También se dice que el emperador Tito fue envenenado por su hermano menor con un molusco ponzoñoso. Asimismo, durante la antigua Roma, se cometieron crímenes ejecutados por mujeres diestras en la extracción de sustancias tóxicas de origen natural. Las más famosas fueron: Locusta, Martina y Canidia (Cilliers, L., Retief, F. 2014). En síntesis, en el apogeo del imperio romano, la naturaleza era la despensa química de la cual ellos echaban mano. En los sucesos anteriores, la muerte fue propiciada por sustancias letales de origen natural. Esto demuestra que no todo lo suministrado por la “pachamama” es inocuo. Por otra parte, a veces olvidamos que, durante toda nuestra existencia, llevamos a cuesta un extraordinario laboratorio de química conocido como el cuerpo humano. Este artefacto, para mantenerse vivo, se rige por procesos metabólicos y fisiológicos. Cuando hay alguna alteración en ese reactor químico natural, la ciencia médica entra en escena para tratar de restaurar el orden. Y esa labor es ejecutada con sustancias de origen natural o sintético. Es decir, la medicina recurre a los químicos. Finalmente, tal vez sea necesario apelar a la definición de la química para dejar claro este asunto. De tantas que hay, creo que la mejor de ellas, por su sencillez, fue hecha por un historiador, su nombre Yuval Noah Harari. Para él, esta ciencia se define de la siguiente manera: “(…) unos 300.000 años después de su aparición,

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Resiliencia y continuidad de negocios: un reto para las pymes en la gestión del riesgo y la reducción de desastres

Por Jacqueline Mesa Sierra / Ingeniera Forestal / Especialista en Gestión Medioambiental / Magíster en Salud y Seguridad en el Trabajo / Gerente Técnica del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). Cómo citar este artículo:Mesa, J. Resiliencia y continuidad de negocios: un reto para las pymes en la gestión del riesgo y la reducción de desastres. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/resiliencia-y-continuidad-de-negocios-un-reto-para-las-pymes-en-la-gestion-del-riesgo-y-la-reduccion-de-desastres/ Importancia de las pymes Aunque la definición y clasificación de la pequeña y mediana empresa (pyme) se basa en criterios diferentes entre los países, en términos generales, es clara y evidente la importancia económica y social que representa para las regiones y los países siendo, en muchos casos, la base de los mercados mundiales, nacionales y locales. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), dos de cada tres personas trabajan en una pyme y en muchos países estas organizaciones representan hasta el 99 % de las empresas en la economía (UNDRR, Zodrow & Hendel-Blackford, 2020). Del mismo modo, se estima que existen 162,8 millones de pymes estructuradas, de las cuales alrededor de 96,3 millones se encuentran en mercados emergentes, representando el 90 % de todas las empresas y el 50 % del PIB en la mayoría de los países del mundo (UNDRR, Zodrow & Hendel-Blackford, 2020). A nivel regional, por ejemplo, en la Unión Europea (UE) el 99,8 % de todas las empresas se consideran pymes, emplean al 66 % de la población activa total y representan el 56,4 % del valor agregado. Así mismo, son consideradas una de las más importantes fuentes de éxito para el desarrollo económico. Por lo tanto, para la UE es clave garantizar un entorno beneficioso para las pyme de tal manera que, con ello, se asegure el desarrollo económico exitoso del continente (Comisión Europea, 2015, citado por Trenkle, 2020). Para el caso de Latinoamérica, las pymes constituyen más del 95 % del total de negocios establecidos y absorben más del 85 % del empleo total en la mayoría de los países de la región (Banco Interamericano para el Desarrollo, 2000, citado por Espinosa et al., 2015). En este sentido, de acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), es necesario analizar y gestionar los riesgos en las pymes si se desea mejorar la vida y los medios de subsistencia de las personas en todo el mundo, pero, principalmente en las economías emergentes y en crecimiento. Pymes en Colombia En Colombia, la Ley 590 de 2000, modificada por la Ley 905 del 2004, define el tamaño de las empresas según el valor de los activos y el número de empleados1. De acuerdo con el Banco Mundial, las pymes representan una parte importante de la economía colombiana, aunque no están bien documentadas en las estadísticas oficiales y se puede encontrar disparidad entre los datos reportados por el DANE, la Superintendencia de Sociedades y Confecámaras. Del mismo modo, el verdadero tamaño del mercado de las pymes se subestima debido a la informalidad (World Bank, 2007).  Aun así, y con los datos disponibles, se puede afirmar que las pymes en Colombia tienen un gran impacto en la economía: representan cerca el 96,4 % del parque empresarial nacional y generan el 80 % del empleo total (Plata, 2009, citado por Espinosa et al., 2015), aun cuando se caracterizan por sus elevadas tasas de cierre según estudios del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), citado por Espinosa et al., 2015. La mayoría de las investigaciones del BID y FUNDES relacionadas con las pymes se concentran en indagar sobre los factores  externos que afectan al desempeño de estas organizaciones. Entre estos aparecen la disponibilidad de mecanismos de crédito, trámites administrativos relaciones con el sector gubernamental, instituciones financieras, proveedores, distribuidores, personal y, en general, con el entorno al que está expuesto (Espinosa et al., 2015). En este sentido, los principales obstáculos de las pymes para su desarrollo en Colombia según Sánchez, et al., 2007, citados por Hernández et al. (2014) son las restricciones al crédito, las dificultades en la identificación y el acceso a la tecnología adecuada, la formalización y la absorción de nuevas tecnologías, las limitaciones técnicas y competitivas que imponen las escalas de producción, la deficiente infraestructura física, la falta de asociatividad empresarial, la carencia de directivos con capacidad gerencial y pensamiento estratégico y la dificultad de cimentar la articulación del sector con la gran empresa y con los sistemas de compras. Impacto de los desastres en las empresas Los riesgos relacionados con desastres se podrían clasificar en dos grandes grupos: los intensivos y los extensivos. Los intensivos se refieren a eventos extremos relacionados con amenazas existentes, como, por ejemplo, terremotos o tsunamis de magnitudes catastróficas que, se estima, podrían ocurrir cada 500 o 1000 años. En otras palabras, es probable que aún no hayan ocurrido y su predicción se realiza por medios probabilistas. Los extensivos, por su parte, se relacionan principalmente con eventos pequeños, localizados y altamente frecuentes como lo son las inundaciones, los deslizamientos, las remociones en masa, las sequías, los incendios forestales, entre otros fenómenos. En este último caso, el deterioro constante de los ecosistemas, la ampliación de las fronteras agropecuarias y la expansión de áreas urbanas incrementan los niveles de amenaza permanente ante eventos extensivos. En consecuencia, este tipo de riesgos influye de manera constante y radical en la reducción de la competitividad y, por ende, en el desarrollo local y nacional siendo las personas de las zonas rurales y urbanas de bajos ingresos, así como las pymes y el sector informal, los que asumen la mayoría de los costos de los desastres extensivos (Naciones Unidas, 2013). Teniendo en cuenta la frecuencia y el impacto cada vez mayor, los riesgos relacionados con el cambio climático y los desastres naturales son una preocupación creciente para los líderes empresariales de todo el mundo. De acuerdo con el Informe Anual de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial, cuyos resultados se basan en los comentarios de los líderes empresariales, los principales riesgos globales considerados en términos de probabilidad

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La gestión del riesgo de desastres y la resiliencia empresarial. Una oportunidad para la continuidad de los negocios

Por Yezid Fernando Niño Barrero / Ingeniero Ambiental y Sanitario / Especialista en Higiene y  Salud Ocupacional / Magíster en Salud Pública / Candidato a doctor en Ingeniería. Cómo citar este artículo:Niño, Y. La gestión del riesgo de desastres y la resiliencia empresarial. Una oportunidad para la continuidad de los negocios. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/la-gestion-del-riesgo-de-desastres-y-la-resiliencia-empresarial/ Es habitual ver cómo los diferentes desastres de origen natural afectan a comunidades, especialmente y en mayor medida a personas en condiciones de vulnerabilidad que están ubicadas en zonas de riesgo. Ya sea que se trate de sismos o terremotos, movimientos en masa, inundaciones, sequías, avenidas torrenciales o cualquier evento de origen natural, lo que más se observa es el impacto que estos fenómenos producen en las poblaciones que habitan en condiciones de pobreza. No obstante, en los medios de comunicación también se evidencia el impacto que sufren los micro y pequeños empresarios por estos eventos, situaciones en las que resalta la pérdida de productos y afectaciones de la infraestructura. En este sentido, es frecuente escuchar que estas empresas “lo han perdido todo”, lo que evidencia una falta de preparación para prevenir y atender este tipo de eventos. En menor medida se escucha que estos eventos afecten a las grandes industrias de manera directa. Sin embargo, la ocurrencia de casos de desastre que afectan también a las pequeñas empresas impacta las cadenas de suministro de aquellas de mayor tamaño. Por ende, una gran empresa no solo debe velar por su resiliencia, sino por la de su cadena de suministro. Muestra de ello está en la experiencia de varios fabricantes de vehículos quienes, con el desastre ocurrido en Japón, por cuenta de un terremoto y un posterior tsunami que azotó a esa región en 2011, vieron afectada su producción a nivel mundial. Particularmente, en el caso de Toyota se señaló que “la compañía japonesa anunció que su producción bajó en marzo [de ese año] un 62,7 % respecto al mismo mes del año anterior debido a los problemas de suministro. Además, su producción no se normalizará en todo el mundo hasta noviembre o diciembre, lo que generará retrasos en los pedidos” (El País, 2011). No obstante, tras ese evento, la empresa emprendió una estrategia de mejoramiento y un plan de continuidad del negocio con sus proveedores clave, que la llevó a ser «el único fabricante de automóviles adecuadamente equipado para hacer frente a la escasez de chips» (Shirouzu, 2021), situación generada por la pandemia de la COVID-19. Ahora bien, es claro que se debe fortalecer la resiliencia en el sector privado, pero no se puede ver como un tema aislado e individual de cada una de las compañías. Al contrario, este debe ser un trabajo articulado entre el gobierno nacional, las autoridades locales, las grandes empresas, las mipymes y la comunidad en general. Así, para que una empresa pueda asegurar su resiliencia requiere que su infraestructura resista el evento amenazante; sus procesos y operaciones tengan continuidad; sus trabajadores estén sanos, seguros y saludables; y, así mismo, que los proveedores clave y los clientes que recibirán los productos y servicios, continúen en operación. Todo lo anterior requiere de infraestructura y servicios públicos funcionando, carreteras para el movimiento de mercancías de entrada y de salida, transporte público para el desplazamiento de los trabajadores a las empresas. En otras palabras, se requiere que todo el andamiaje de la sociedad en general sea resiliente para que los negocios puedan continuar. Margareta Wahlström, representante especial del secretario general de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres, señaló en 2015 que “el sector privado es el defensor perfecto del pensamiento resiliente debido a su relación directa con consumidores, clientes y proveedores, y puede dirigir la demanda pública hacia productos y servicios sensibles al riesgo. Un nuevo enfoque de colaboración entre los gobiernos y la empresa privada basado en la confianza creará comunidades resistentes a los desastres”. La expresión de la funcionaria resalta el papel del sector privado, no como un actor más dentro de la gestión del riesgo de desastres, sino como un promotor e influenciador principal. De acuerdo con lo señalado en el Informe de Evaluación Global sobre la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR, 2019), se ha constatado que algunas empresas del sector privado van más allá de las consideraciones de responsabilidad social y reconocen la RRD como un modo de asegurar la competitividad y la continuidad de las operaciones en caso de desastre. A su vez, los gobiernos y los sectores empresariales están cada vez más concientizados acerca de la necesidad de reforzar la resiliencia de sus actividades y las de sus proveedores —incluidas las pymes—, frente a los desastres y al clima. Así mismo, la inversión privada determina en gran medida el riesgo de desastres. En la mayoría de las economías, el sector privado es el responsable de entre el 70 % y el 85 % de la inversión total. Por lo tanto, la clave para reducir los riesgos de manera efectiva reside en que el sector privado invierta en ingeniería teniendo en cuenta los riesgos (UNDRR, 2019; UNISDR, 2015). Ante esto, el Marco de Sendai para la reducción del riesgo de desastres (ONU, 2015) señala que “enfrentar los factores subyacentes al riesgo de desastres mediante inversiones públicas y privadas basadas en información sobre estos riesgos es más rentable que depender principalmente de la respuesta y la recuperación después de su ocurrencia, y contribuye al desarrollo sostenible”. Importancia de la gestión del riesgo de desastres Basado en la información dispuesta por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR, 2021), durante 2020 se registraron: Por otro lado, se ha indicado que el costo de los desastres en la región de América Latina y el Caribe durante la última década ha alcanzado los 35.000 millones de dólares, una cuarta parte del monto total a nivel global y ha afectado a unas 67 millones de personas (SELA, 2016). Es así como los desastres generan efectos en las empresas, las comunidades

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