Por: Daniel Arturo Quiroga Vargas / Ingeniero químico / Especialista en gerencia en salud ocupacional / Estudiante maestría en salud y seguridad en el trabajo / Líder técnico del CCS / Agosto de 2020 Introducción Los efectos agudos sobre la salud, originados por la exposición a productos de limpieza y desinfección, son bastante conocidos. En el año 2019, de acuerdo con cifras consolidadas por el Consejo Colombiano de Seguridad, el Centro de Información de Seguridad sobre Productos Químicos (CISPROQUIM®) atendió 11.182 eventos de emergencia, de los cuales 769 (6.9%) de los casos correspondieron a intoxicaciones con desinfectantes domésticos, limpiadores, jabones y detergentes (Hernández, 2020a). Las estadísticas del Sistema Nacional de Datos Sobre Intoxicaciones de los Estados Unidos (NPDS, por su sigla en inglés), reportan que entre los años 2012 y 2016 los Centros Toxicológicos de dicho país recibieron un promedio de 44.000 consultas por año, relacionadas con productos que contienen Hipoclorito de Sodio; lo que corresponde al 2% del total de eventos atendidos anualmente. En Europa, por otra parte, información consolidada de los Centros Toxicológicos de Francia, Italia, Bélgica, Grecia, Turquía, España y Portugal, da cuenta de 21.915 casos de intoxicación con Hipoclorito de Sodio en un periodo de tres años, involucrando todas las vías de exposición (Slaughter et al., 2019). Almacenamiento de productos de limpieza y desinfección. Fuente: 123rf.com En el marco de la actual pandemia por COVID-19, los productos químicos de limpieza y desinfección han sido ampliamente empleados dentro de la estrategia de prevención de la transmisión del agente patógeno SARS-CoV-2. En los Estados Unidos, tan solo entre Enero y Marzo de 2020 los Centros Toxicológicos atendieron un total de 45.550 consultas relacionadas con este tipo de sustancias (Chang et al., 2020). Para establecer las razones detrás de la materialización de dichos eventos, en el mes de mayo de 2020 los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), realizaron una encuesta a 502 adultos, encontrando que los usuarios de estos productos desarrollan prácticas de alto riesgo para su salud y la de personas cercanas, como la preparación insegura de soluciones, la mezcla de diferentes productos para “potenciar su efecto”, el almacenamiento al alcance de niños e individuos vulnerables, la aplicación de desinfectantes domésticos directamente sobre los productos alimenticios (frutas y verduras) y sobre las manos y la piel, así como su inhalación e incluso su ingestión (Gharpure et al., 2020). Los efectos crónicos sobre la salud de las personas expuestas ocupacionalmente a productos de limpieza y desinfección están asociados a enfermedades que se manifiestan con el tiempo, después de un periodo prolongado de exposición a “bajas” dosis de estas sustancias, por debajo del nivel que puede generar los efectos agudos descritos anteriormente. Como sucede con otras sustancias químicas, muchos de los efectos crónicos son aún desconocidos, por lo que es difícil establecer una relación entre la exposición y la enfermedad, a consecuencia del largo periodo de latencia (Niño-Barrero et al., 2020). Entre los posibles efectos crónicos sobre la salud de las personas que desarrollan labores de limpieza y desinfección, se encuentran el asma ocupacional, la exacerbación de asma de origen común, la bronquitis crónica (Bello et al., 2009), la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, tanto por el uso directo de las sustancias químicas, como por una exposición indirecta o pasiva (Carder et al., 2019; Moual et al., 2014), la dermatitis irritativa de contacto, por agresión sobre la capa protectora externa de la piel (Araghi et al., 2020), y el cáncer de origen ocupacional (Dragani, 2020). En el presente artículo se abordará precisamente la prevención del cáncer de origen ocupacional que puede ser causado por los derivados clorados presentes en el ambiente laboral durante el desarrollo de estas actividades, generados a partir de reacciones del Hipoclorito de Sodio y de otros productos precursores de Cloro. Generación de derivados clorados en labores de limpieza y desinfección Blanqueadores, removedores de moho, limpiadores de inodoros, aerosoles de limpieza y geles y polvos abrasivos contienen Hipoclorito de Sodio en una concentración aproximada del 5%, como único ingrediente activo o acompañado de otros elementos (surfactantes, fragancias, Cloruro de Sodio, Silicato de Sodio, Hidróxido de Sodio, antioxidantes y agentes antiespumantes) (Odabasi, 2008). Se ha establecido que el Hipoclorito de Sodio puede generar sustancias tóxicas a través de reacciones con compuestos orgánicos como los alcoholes, las cetonas y los ésteres (Bond et al., 2014), por lo que las etiquetas de productos químicos que lo contienen indican expresamente que se debe evitar su mezcla con otros agentes de limpieza. Específicamente, al ser mezclado con sustancias a base de Amonio, reacciona formando Cloraminas (NH2Cl y NHCl2), mientras que su mezcla con limpiadores de naturaleza ácida puede causar la liberación de Cloro gaseoso (Cl2) (Nazaroff & Weschler, 2004). Los productos comerciales con Hipoclorito de Sodio contienen estabilizantes que son añadidos para minimizar su reacción con componentes orgánicos en la formulación. Sin embargo, el largo tiempo que puede pasar entre la producción y el uso de la sustancia (incluso del orden de meses), permite que sean posibles reacciones entre el Hipoclorito y los surfactantes contenidos, de tal forma que se generen derivados clorados (Odabasi, 2008; Odabasi et al., 2014). Al respecto, estudios realizados por Shin y Lim (2017) y Ayri et al. (2020), identificaron y cuantificaron la generación de hasta nueve compuestos orgánicos volátiles halogenados (Cloroformo, Tetracloruro de Carbono, Tetracloroetileno, Clorobenceno, 2-clorotolueno, 4-clorotolueno, 1,2-diclorobenceno, 1,3-diclorobenceno y 1,4-diclorobenceno) y de dos ácidos haloacéticos (Ácido Dicloroacético, Ácido Tricloroacético), tras diversos análisis efectuados sobre productos de limpieza y desinfección adquiridos en la República de Corea, Estados Unidos, Alemania y Turquía. En cuanto al Cloroformo (CHCl3), la reacción del Cloro activo generado por el Hipoclorito de Sodio, con la materia orgánica natural presente en las superficies a tratar (mesas, cocinas, inodoros, etc.), puede formar dicho Trihalometano volátil (Andra et al., 2015; Odabasi, 2008). Este agente químico, de hecho, se encuentra presente en el agua potable como un subproducto de los procesos de tratamiento de esta (Lévesque et al., 2002; Odabasi, 2008; Wawryk et al., 2021), y su