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Ergonomía organizacional, clave para una prevención efectiva en el trabajo

Por Victorio Martínez Castro / Experto certificado en ergonomía aplicada y salud ocupacional / Magíster en Ergonomía y en Desarrollo Humano Organizacional. / Miembro del consejo consultivo de la Sociedad de Ergonomistas de México. Cómo citar este artículo:Martínez, V. ( 2024). EErgonomía organizacional,clave para una prevenciónefectiva en el trabajo. Protección & Seguridad No. 413 (enero – febrero 2024), pág. 62- 66. https://ccs.org.co/portfolio/ergonomia-organizacionalclave-para-una-prevencionefectiva-en-el-trabajo/ En el ámbito laboral actual, el sistema preventivo requiere de profesionales conocedores de la importancia de la multiplicidad y diversidad de factores que producen los riesgos ergonómicos y psicosociales que afectan a las personas. Estos profesionales deben sistematizar y aplicar procedimientos de intervención que modifiquen las condiciones laborales de forma que, al menor costo de recursos, logren el mayor beneficio posible para la salud de los trabajadores. La ergonomía y la psicosociología que, en su conjunto, conforman la macroergonomía o ergonomía organizacional, son especialidades preventivas esenciales para abordar los peligros ocupacionales y son fundamentales según las normas internacionales de prevención de riesgos laborales. Esta disciplina implica una serie de obligaciones que, a menudo, resultan difíciles de cumplir y cuyas consecuencias legales pueden ser perjudiciales cuando la seguridad de los sistemas y la integración del factor humano terminan siendo marginados. Esa exclusión tiene una traducción inmediata: ni se diseñan ni se adaptan los puestos a las características psicofísicas de los ocupantes. En otras palabras, el envejecimiento, el retorno a las actividades tras un accidente, la falta de aptitudes o cualquier otra alteración, tiene consecuencias sobre la organización y las características técnicas y organizativas de los procesos y los puestos de trabajo. Sin embargo, factores como el sexo, la edad, el tipo de contrato, el estado físico del trabajador, la implementación de nuevas tecnologías, entre otros, aun cuando estén en la cadena de causalidad de los accidentes, no suelen implicar la tan repetida “adaptación del puesto de trabajo”. Se cae, entonces, en un círculo vicioso donde la mejora sigue estando asociada exclusivamente a la reducción de los indicadores negativos producto de los fracasos de las estrategias como los accidentes de trabajo, enfermedades profesionales, incidentes, entre otros, mientras que los indicadores predictores de la cultura de autocuidado y prevención como el comportamiento, los valores, las actitudes y la interacción entre el individuo y la organización, son ignorados. Adicionalmente, algunas condiciones organizacionales como la presión del tiempo, los procedimientos de trabajo poco realistas, los equipos inadecuados, la falta de entrenamiento o el mantenimiento insuficiente de equipos, entre otras, representan riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores. Estas condiciones están estrechamente relacionadas con otros aspectos laborales deficientes y constituyen la raíz de los accidentes. Por lo tanto, es fundamental abordar estos factores no solo desde una perspectiva teórica, sino también desde un enfoque práctico y completo para prevenir accidentes e incidentes en el entorno laboral. No habrá una adecuada prevención si en la etapa inicial de identificar el peligro y evaluar el riesgo se ignora el análisis de la actividad de trabajo y la importancia del factor humano (figura 1). Aclaraciones relevantes 5. Falacia del andamio. En ocasiones se comete el error de pensar que lo ergonómico y lo psicosocial se relacionan exclusivamente con riesgos relacionados con el confort y no con los accidentes y enfermedades que son objeto de otras técnicas de prevención. En el ámbito de la prevención de riesgos laborales, es importante comprender que las consecuencias no necesariamente están limitadas al mismo ámbito que las causas. En otras palabras, los factores de riesgo psicosociales no solo conllevan consecuencias psicosociales, al igual que los factores de riesgo ergonómicos no solo generan consecuencias relacionadas con la comodidad. Por lo tanto, en cualquier análisis del trabajo es necesario tener en cuenta, como mínimo, las siguientes variables del puesto de trabajo: Métodos ergonómicos Lo que se emplea en la práctica son técnicas, herramientas o instrumentos valiosos para llevar a cabo el diagnóstico ergonómico. Lamentablemente, de acuerdo con la experiencia del autor de este artículo, el uso inapropiado de la palabra «método» (por ejemplo, en el «método psicosocial») ha dado lugar a la idea equivocada de que la aplicación de un solo cuestionario, sin importar quién lo realice o en qué contexto, proporcionará la solución a los problemas que enfrenta un lugar de trabajo. Como Maurice de Montmollin (1971) afirmó: “estas técnicas no son métodos de análisis, sino procedimientos útiles y rápidos que nunca deben reemplazar un análisis exhaustivo del trabajo”. De este modo, la mejor forma de aproximarnos a la realidad de un puesto de trabajo no es, evidentemente, mediante la aplicación de un cuestionario aislado (por muy prestigiosa que sea la institución o la entidad que lo haya desarrollado), sino desde una estrategia investigativa que comprenda toda una serie de técnicas e instrumentos relevantes al caso como entrevistas, análisis de documentos (por ejemplo, índices estadísticos sobre siniestralidad o defunciones en el trabajo), observación del puesto y cuestionarios. Evaluación ergonómica La evaluación es el proceso de investigación que tiene por finalidad esclarecer las causas potenciales de los factores de riesgo estudiados para evitar que se materialicen. Este proceso incluye la toma de decisiones sobre técnicas a emplear, recolección de datos, análisis de resultados y elaboración de propuestas de mejora. De forma general, se entiende por evaluación de riesgos “el proceso de valoración de factores que entrañan riesgospara la salud y la seguridad de los trabajadores y la posibilidad de que se verifique un determinado peligro en el lugar de trabajo” (SLIC, 2018). A partir de la información recopilada sobre la organización, las características y la complejidad del trabajo, así como sobre las materias primas y los equipos utilizados en la empresa y teniendo en cuenta el estado de salud de los trabajadores, se procederá a identificar los elementos peligrosos y a determinar qué trabajadores están expuestos a ellos”. A partir de la información recopilada sobre la organización, las características y la complejidad del trabajo, así como sobre las materias primas y los equipos utilizados en la empresa, y teniendo en cuenta el estado de salud de los trabajadores, se procederá

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Entornos de trabajo saludables y sostenibles: retos y oportunidades

Por Johan Andrés García Meneses / Líder técnico del CCS / Ingeniero químico / Magíster en Ingeniería Química Cómo citar este artículo:García, J. ( 2024). Entornos de trabajo saludables y sostenibles: retos y oportunidades. Protección & Seguridad No. 413 (enero – febrero 2024), pág. 35- 39. https://ccs.org.co/publicaciones/proteccion_seguridad/6/413/creando-valor-sostenible La seguridad y la salud son aspectos fundamentales en cualquier entorno laboral. Por eso, comprender los riesgos asociados a los puestos de trabajo es esencial para garantizar un ambiente ocupacional saludable. Los riesgos que representan amenazas para la seguridad física de los trabajadores son variados y abarcan diversas categorías. Por ejemplo, están los peligros mecánicos asociados al uso de maquinaria, los riesgos eléctricos y los riesgos de caída de alturas. No obstante, pese a que suelen estar asociados a la seguridad laboral, los factores físicos no siempre son los únicos que inciden en el bienestar de los trabajadores. Otro tipo de riesgos, como los psicosociales, llegan a tener un impacto significativo tanto en la seguridad física como en la salud mental y el bienestar general. Muestra de ello es la carga laboral excesiva, estrechamente vinculada con accidentes de trabajadores jóvenes (Función Pública, s.f.). Además, los riesgos de este tipo pueden derivar en problemas como trastornos de sueño, automedicación, consumo excesivo de alcohol y sentimientos de depresión, ansiedad, irritabilidad, nerviosismo, intolerancia y enojo. Y, si bien la eliminación de peligros en el entorno laboral contribuye a la protección de la salud y a la prevención de enfermedades, esto no garantiza el bienestar de los trabajadores. La salud de un empleado también se ve influida por sus hábitos personales. De ahí la importancia de abordar tanto los factores ambientales como los individuales para promover un entorno laboral seguro y saludable, propósito que ha surtido una evolución en el tiempo. Anteriormente, el enfoque se centraba en prevenir accidentes laborales y mantener la infraestructura física en condiciones óptimas. No obstante, en la actualidad este concepto se ha ampliado para abarcar aspectos como la promoción de estilos de vida saludables, la prevención de enfermedades y accidentes, la organización del trabajo, el ambiente laboral y la gestión del estrés (Caroca Marchant, s.f.). Además, se ha reconocido la importancia de considerar factores externos al entorno laboral que puedan influir en la salud de los trabajadores. Un cambio que refleja una comprensión más integral y holística de la salud y de la seguridad laboral. ¿Qué es un entorno laboral seguro y saludable? Un entorno de trabajo saludable debe proporcionar un ambiente accesible en el que se entiendan las capacidades y habilidades de cada persona, donde se minimicen las diferencias o dificultades y se otorguen herramientas tanto para la promoción de la salud, como para la prevención de enfermedades (Secretaría de Salud de México, 2022). De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), un entorno laboral saludable es “aquel en el que los trabajadores y jefes colaboran en un proceso de mejora continua para promover y proteger la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores, así como la sustentabilidad del ambiente de trabajo” (WHO, 2010). Lo anterior, enmarcado en los siguientes indicadores: En cuanto a la normatividad colombiana, el Ministerio de Salud define que un entorno laboral saludable es aquel centro de trabajo en el que las condiciones del mismo están dirigidas a lograr el bienestar de los trabajadores, no solo en el sentido de crear un buen ambiente físico, sino de que existan buenas relaciones personales, organización adecuada de las tareas y procesos, salud emocional y promoción del bienestar familiar y social de los trabajadores a través de la protección de riesgos, estimulando su autoestima y el control de su propia salud y del espacio en el que están inmersos (Ministerio de Salud, 2016). Este Ministerio establece los siguientes principios fundamentales en la promoción de la salud en los lugares de trabajo los cuales hacen parte de las políticas y actividades que el empleador debe tener en cuenta favoreciendo la productividad y competitividad de las organizaciones. Este último punto contribuye al alcance de los compromiso adquiridos por los países en cuanto al cumplimiento de la Agenda 2030 enmarcada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por la Organización de las Naciones Unidas en 2015, así como las metas de descarbonización definidas en el Acuerdo de París. En ambos ámbitos, se insta a las organizaciones a incorporar, según corresponda, las consideraciones aplicables a los entornos laborales en las hojas de ruta definidas para tales propósitos. ¿Cómo incluir la sostenibilidad en los entornos de trabajo? El bienestar y la sostenibilidad se han convertido en aspectos fundamentales a la hora de diseñar los espacios de trabajo contemporáneos, reflejando así un mayor grado de conciencia de la interconexión entre la responsabilidad ambiental y el bienestar de los trabajadores. Existen diversas formas de incluir la sostenibilidad en el diseño y mantenimiento de dichos espacios como las que se describen a continuación: Eficiencia energética y productividad. La optimización en el uso de la energía constituye un elemento esencial en el diseño sostenible de los nuevos entornos laborales. Al aprovechar mejor la entrada de luz natural, reducir la dependencia de la iluminación artificial y emplear colores claros y superficies reflectantes, se logran reducciones en el consumo de energía con su consecuente impacto positivo en el medio ambiente— al mismo tiempo que contribuye a mejorar la productividad y el bienestar de los empleados gracias a la creación de ambientes más luminosos y acogedores (Corporate Wellness, 2023). Incorporación de materiales de construcción y mobiliario sostenibles. Estos elementos desempeñan un papel esencial en el desarrollo de espacios de trabajo social y ambientalmente responsables. La procedencia de los materiales debe reflejar un compromiso con la promoción de prácticas empresariales éticas. La preferencia por fuentes locales para materiales y productos no solo respalda las prácticas de sostenibilidad, sino que también contri buye a la reducción de la huella de carbono. Entre los materiales respetuosos con el medio ambiente se encuentran las pinturas ecológicas, adoquines y cementos sostenibles, maderas de fuentes certificadas con cero deforestación y otros provenientes

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SST: en la agenda de materialidad de las empresas sostenibles

Por: Lizeth Viviana Salamanca Galvis / Líder de Comunicaciones del CCS / Comunicadora social con énfasis en periodismo / Magíster en Responsabilidad Social y Sostenibilidad Cómo citar este artículo:Salamanca, L. ( 2024). SST: en la agenda de materialidad de las empresas sostenibles. Protección & Seguridad No. 413 (enero – febrero 2024) pág. 30- 33. https://ccs.org.co/publicaciones/proteccion_seguridad/6/413/creando-valor-sostenible En la búsqueda constante de una gestión empresarial más responsable y sostenible, la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) ha emergido como un componente crítico en la ecuación. Hoy por hoy, este aspecto va más allá de ser un requisito legal y ético, convirtiéndose en un pilar fundamental en la estrategia de sostenibilidad de las organizaciones. Este enfoque no solo garantiza la protección del capital humano, considerado el activo más valioso de cualquier empresa, sino que también demuestra su compromiso con un futuro más seguro y sostenible. En este contexto, la SST se ha convertido en un factor clave que influye no solo en el bienestar de los empleados, sino también en la productividad, la competitividad y la reputación de la empresa a largo plazo. La relevancia de la SST en la sostenibilidad de las organizaciones no se limita a un ámbito interno y operativo; su alcance se extiende a la comunidad, la cadena de valor y al medio ambiente. Por eso, en la gestión de las relaciones con sus trabajadores y contratistas, se empiezan a identificar los riesgos e impactos que generan las prácticas laborales y de contratación, así como las oportunidades que emergen de allí. Este reconocimiento se refleja, cada vez más, en la inclusión de la SST en las estrategias de materialidad de las organizaciones y en la adhesión y cumplimiento de marcos internacionales. SST con «S» de social, pilar de los criterios ASG Los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) son una herramienta que permite evidenciar cómo las empresas están abordando cuestiones que van más allá de los resultados financieros. Hoy por hoy, se han transformado en un estándar común para medir el desempeño en términos de impacto sostenible. A partir de la consideración de factores que incluyen la preservación del medio ambiente, las relaciones con la comunidad, la gestión de los recursos humanos, la ética empresarial y la transparencia, los criterios ASG ofrecen una visión integral del compromiso de una empresa con la sostenibilidad y su responsabilidad con el entorno en el que opera. No obstante, los factores ASG también están siendo utilizados por diversos marcos y guías internacionales para la presentación y divulgación de reportes integrados en la perspectiva de aquellos “asuntos o situaciones que se pueden materializar en riesgos u oportunidades con capacidad de afectar el valor, la reputación y la existencia misma de las organizaciones” (Cedodes, 2022). Entre esos criterios, la Seguridad y la Salud en el Trabajo (SST) emerge como un aspecto clave que no solo protege al capital humano —que, como ya se mencionaba es el activo esencial y más importante de las organizaciones— sino que también impacta la productividad y, por ende, la competitividad y la continuidad del negocio a largo plazo. Garantizar la SST no solo es un deber ético y legal para las empresas; también tiene un impacto directo en los resultados financieros y la sostenibilidad. Un entorno de trabajo seguro y saludable reduce el absentismo laboral, aumenta la productividad, eleva la moral y la satisfacción de los empleados y reduce los costos asociados a accidentes y enfermedades laborales. Todo esto se traduce en una mayor retención de talento, una mejora en el desempeño empresarial (al tiempo que crea valor social) y el fortalecimiento de su reputación. Por el contrario, una gestión deficiente de la SST puede acarrearle a una empresa sanciones y multas, pérdida de mercados, desconfianza y la erosión de la legitimidad e, incluso, la imposibilidad de continuar operando. Por consiguiente, la SST ha adquirido un rol protagónico en los asuntos que abarca la «S» de los criterios ASG. Incluye un listado extenso de temas estrechamente relacionados con salud y bienestar; desarrollo de capital humano; condiciones laborales; abastecimiento ético de la cadena de suministro (incluyendo lucha contra la esclavitud moderna y trabajo infantil); cuestiones de Derechos Humanos en las instalaciones de la empresa y de los proveedores/contratistas; equidad, diversidad e igualdad de oportunidades en el lugar de trabajo, gestión de riesgos en los procesos y actividades; privacidad y seguridad de datos; y participación de la comunidad, entre otros (Cecodes, 2022). Además, la identificación y evaluación de peligros y la gestión y control de riesgos físicos, biológicos y químicos en las operaciones sumado a la prevención de accidentes mayores y la gestión de residuos, tiene efectos sobre la prevención de la contaminación y el cuidado del medio ambiente, por lo que la SST también tiene la capacidad de abordar cuestiones ambientales. Lo anterior demuestra que la SST tiene un lugar relevante en los criterios ASG y empieza a integrar con fuerza el listado de los asuntos materiales que guían la estrategia de sostenibilidad de las empresas. Los asuntos laborales en otros marcos de actuación sostenible La SST no solo aparece en los criterios ASG. También ha sido un tema constante en los marcos internacionales de actuación responsable y sostenible que orientan y sirven de referencia a las organizaciones y que, por supuesto, han nutrido las consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza que deben tener en cuenta las organizaciones para identificar sus impactos, oportunidades y asuntos en los cuales tiene incidencia. En los Diez Principios del Pacto Global de la Organización de las Naciones Unidas (basados en Declaraciones y Convenciones Universales), una de las cuatro áreas de actuación corresponde a ‘estándares laborales’ e indica que las empresas deben “apoyar la libertad de afiliación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva (principio 3), apoyar la eliminación de toda forma de trabajo forzoso o realizado bajo coacción (principio 4), apoyar la erradicación del trabajo infantil (principio 5) y apoyar la abolición de las prácticas de discriminación en el empleo y la ocupación (principio 6)” (Pacto Global Red Colombia,

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La seguridad y la salud de los trabajadores: impulsoras de empresas eficientes, sostenibles y constructoras de equidad social

Por Jacqueline Mesa Sierra / Gerente técnica del CCS / Ingeniera forestal / Especialista en Gestión Medioambiental / Magíster en Salud y Seguridad en el Trabajo Cómo citar este artículo:Mesa, J. ( 2024). La seguridad y la salud de los trabajadores: impulsoras de empresas eficientes, sostenibles y constructoras de equidad social. Protección & Seguridad No. 413 (enero – febrero 2024) pag. 19- 21. https://ccs.org.co/portfolio/la-seguridad-y-la-salud-de-los-trabajadores/ Los recientes resultados del ‘Life Evaluation Index’, una encuesta realizada a nivel mundial¹ para medir la percepción de las personas con respecto a su vida actual y futura, indican que solo cerca de una cuarta parte de los encuestados consideran que están prosperando. Por el contrario, más de tres cuartas partes reporta estar experimentando dificultades o padeciendo algún tipo de sufrimiento. Así mismo, de acuerdo con las memorias de la 111ª Conferencia Anual de la OIT, una gran parte de las personas tienen la percepción de que algo entro de la sociedad es injusto, aspecto que aumenta aún más la posibilidad de encontrar fenómenos de inestabilidad social. Aquí es donde las organizaciones y empresas enfrentan un desafío real: la imperante necesidad de impulsar la prosperidad de las personas. Una prosperidad que incida directamente en el reconocimiento de los seres humanos desde sus circunstancias y condiciones individuales, que fomente la igualdad de oportunidades laborales y propicie condiciones adecuadas de trabajo. Esta sensación de prosperidad se debe manifestar, especialmente, a través de la actividad productiva, proporcionando a las personas la posibilidad de asegurar su bienestar económico y social, elevar su calidad de vida, reducir la desigualdad y promover la inclusión. En este sentido, el trabajo decente desempeña, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo – OIT (2023) el papel central en la promoción de la justicia social, ya que los ingresos provenientes del empleo constituyen la fuente principal de sustento para la mayoría de los hogares a nivel mundial. Por lo tanto, unas mejores condiciones de seguridad y de salud en el trabajo inciden directamente en el logro de una sociedad más equitativa, contribuyendo a la reducción de la inestabilidad social y el alcance de un desarrollo económico justo e inclusivo. Y es aquí donde las empresas sostenibles tienen un rol fundamental al diseñar y desarrollar modelos de negocio capaces de crear nuevas oportunidades, redistribuir el valor económico y potencializar el valor social en las comunidades en las que operan. En este contexto, la mejora de las condiciones laborales, la atención prioritaria a la Seguridad y la Salud en el Trabajo (SST) y la identificación peligros y gestión proactiva de riesgos, se revelan como pilares cruciales que las empresas y organizaciones deben robustecer en su aspiración a la sostenibilidad. En términos generales, el bienestar de los trabajadores es el cimiento de una sociedad económicamente activa y productiva. Pero, además, representa un compromiso auténtico con el crecimiento empresarial sostenible enmarcado en los principios de equidad y justicia. Este enfoque contribuye a moldear una comunidad que aprecia no solo la prosperidad económica, sino también el progreso social. Por eso, al abordar la sostenibilidad dentro de las organizaciones, la salud de la población trabajadora emerge como un factor determinante no solo para la productividad empresarial, sino también para el desarrollo a nivel nacional. En primer lugar, un equipo de trabajo saludable es fundamental para garantizar una fuerza laboral productiva y comprometida. Los empleados que gozan de buena salud física y mental tienden a ser más eficientes, creativos y comprometidos en sus funciones y metas. Esto se traduce en una mejora directa de la productividad y la calidad del trabajo contribuyendo así, al éxito a largo plazo de la empresa y por ende, al aporte de esta a la economía nacional. En el ámbito nacional, la salud de la población trabajadora se convierte en un elemento clave para el desarrollo sostenible. Un país cuya fuerza laboral disfruta de buenas condiciones de salud experimenta menos interrupciones en la productividad, disminuye la carga en los sistemas de salud y fomenta la estabilidad económica. Además, la inversión en la salud de los trabajadores se evidencia en una sociedad más próspera, equitativa y resiliente, reduciendo las desigualdades y mejorando la calidad de vida de la población en general. Según estimaciones de la OIT, en la región de las Américas se presentaron de 2,9 millones de muertes por accidentes y enfermedades laborales y 402 millones de personas sufrieron lesiones laborales no mortales en 2022. Lo anterior significó pérdidas económicas por el orden del 5,4 % del Producto Interno Bruto (PIB) de la región, es decir, un aproximado de 4 billones de dólares por año (OIT, 2023). Así mismo, estimaciones conjuntas realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la OIT refieren que al garantizar condiciones de trabajo adecuadas se puede reducir el absentismo por enfermedad laboral hasta en un 27 % y los costos de atención en salud de las empresas en un 26 % (WHO- ILO, 2021). Así las cosas, una organización que no priorice a los trabajadores y la mejora de sus condiciones como prioritarios dentro de sus grupos de interés y de sus estrategias, posiblemente, será una organización que carece de sentido. En un sistema interconectado y vivo, como lo es una organización, la desatención de su activo más importante —su capital humano—no solo conlleva consecuencias inmediatas, sino que también socava los cimientos mismos de la empresa y pone en riesgo la continuidad del negocio. En este tejido interdependiente, la exposición a peligros y no reducción de riesgos, la falta de garantías para desarrollar una actividad productiva en un ambiente sano y seguro y la desmotivación de los equipos de trabajo, actúan como agentes corrosivos, debilitando la cohesión interna y generando un entorno propenso a accidentes laborales, enfermedades y, en el peor de los casos, mortalidad laboral. Esto no solo mina su productividad y competitividad, sino también su capacidad para adaptarse, crecer y perdurar en un mundo empresarial cada vez más dinámico y preocupado por crear valor para la sociedad. En este contexto, invertir en el bienestar y desarrollo de

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Reintegro laboral, hacia la reconstrucción de la dignidad laboral. Una mirada más allá del deber normativo

Por Gerencia técnica del CCS. El reintegro laboral es un proceso fundamental que busca restaurar los derechos y la estabilidad de aquellos trabajadores afectados por situaciones adversas, con especial enfoque en aquellos siniestros relacionados con las condiciones de trabajo (tanto accidentes como enfermedades laborales) y, de esta forma, evitar el despido injustificado, la discriminación o la violación de sus garantías laborales. En Colombia, este tema cobra especial relevancia debido a la creciente necesidad de garantizar condiciones justas y equitativas en el entorno laboral, así como fomentar ambientes de trabajo seguros, sanos y con bienestar que contribuyan a la gestión sostenible en las organizaciones. En ese sentido, se busca que las acciones estén encaminadas a contribuir al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 8 “lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos los trabajadores, incluidas las personas con discapacidad” tal como lo plantea la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Según cifras e indicadores de riesgos laborales reportados por el Ministerio de Salud y Protección Social, desde el 2019 y hasta mayo de 2024, más de 81 mil trabajadores han presentado una incapacidad parcial permanente (IPP) derivada de un siniestro laboral lo que ha dado origen a una pérdida de capacidad laboral de entre el 5 % y el 50 %. A su vez, más de 2500 incidentes se han presentado generando como consecuencia una pérdida de capacidad laboral que supera el 50 % y por lo cual se ha otorgado una pensión de invalidez. Puntualmente, tan solo en 2023 se determinaron 15.833 IPP, un 10,5 % más que las del año anterior. De esta cifra, el 62,6 % correspondieron a IPP derivadas de accidentes de trabajo (AT) y el 37,4% restante fueron originadas por enfermedades laborales (EL). Adicionalmente, para ese mismo año, 471 trabajadores fueron calificados para una pensión de invalidez donde el 80,9 % de los casos se debió a un accidente de trabajo y el 19,1 % restante a enfermedades de origen ocupacional. Esta cifra se ubicó un 4,2 % por encima de lo reportado en 2022. De otro lado, el análisis evidencia que el sector que presentó el mayor número de incapacidades parciales permanentes durante el 2023 fue el de ‘Industrias manufactureras’, con 3397 IPP, equivalente al 21,5 % de los casos. Le siguen los sectores de ‘Construcción’ (1692 IPP) y ‘Comercio al por mayor y al por menor’ (1422 IPP), con una participación del 10,7 % y 9,0 %, respectivamente. Con relación a las pensiones de invalidez, los sectores con mayores registros fueron ‘Construcción’ (18,0 %), ‘Industrias Manufactureras’ (14,9 %) y ‘Transporte y Almacenamiento’ (10,0 %). Por distribución geográfica, las IPP se ubicaron principalmente en Bogotá D.C. (27,3 %), Antioquia (20,4 %) y Valle del Cauca (12,9 %), comportamiento similar al presentado para las pensiones de invalidez donde estos departamentos tuvieron las siguientes participaciones: Bogotá D.C. (23,4 %), Antioquia (18,9 %) y Valle del Cauca (11,5 %). Reintegro laboral, clave ¿Qué pasa, entonces, con los trabajadores que se ven afectados por una incapacidad parcial permanente (IPP)? De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el reintegro laboral es el “proceso por el cual una persona logra compensar en el mayor grado posible las habilidades y destrezas afectadas por una condición de discapacidad que repercute directamente en su desempeño ocupacional”, el cual debe considerar las necesidades del trabajador, de la empresa y de la sociedad en general. De igual manera, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define al reintegro laboral como el “proceso de facilitar que una persona con discapacidad recupere su estado de salud y capacidad de trabajar”. Por su parte, para efectuar el reintegro laboral (definido como reincorporación laboral) el marco normativo colombiano señala, a través de la Resolución 3050 de 2022, que “al terminar el período de incapacidad temporal, los empleadores están obligados a ubicarlo en el cargo que desempeñaba o a reubicarlo en cualquier otro, de la misma categoría, para el cual esté capacitado”. Para lograrlo, es necesaria una etapa fundamental previa: la rehabilitación integral. En esta fase se debe garantizar el mejoramiento de la calidad de vida del trabajador y de sus condiciones de salud por medio de una rehabilitación funcional para recuperar, mantener y potencializar las capacidades físicas, sensoriales, intelectuales, cognitivas, psíquicas y/o sociales. Así mismo, se debe garantizar la inclusión de los trabajadores mediante una rehabilitación laboral, ocupacional, social y familiar, a través de procesos terapéuticos, educativos y formativos. La rehabilitación integral y la reincorporación laboral son procesos que, más allá de los aspectos legales y administrativos de la organización, tienen un impacto en la calidad de vida de los afectados puesto que desarrollan acciones de forma simultánea desde tres aristas: (1) la promoción de la salud y la prevención de limitaciones físicas y mentales, (2) el desarrollo, recuperación y mantenimiento funcional, y (3) la integración social y ocupacional, donde se promueve la inclusión y la igualdad de oportunidades. Todo lo anterior, fomenta la dignidad y el valor humano, reduce la estigmatización asociada a enfermedades y discapacidades e incentiva la cohesión social y la prevención de la exclusión social. Bajo este enfoque, las empresas que diseñan sus programas de rehabilitación y reincorporación laboral de forma adecuada e integral tienen la capacidad de alcanzar la resiliencia organizacional, la retención del talento humano y la diversidad e inclusión ayudan a alcanzar niveles de madurez cada vez mayores en el Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST), reduciendo el riesgo de reincidencia de los eventos al implementar políticas y prácticas destinadas a proteger a los trabajadores y promover ambientes de trabajos seguros, minimizando el impacto en los equipos de trabajo y los costos asociados. En este contexto, el CCS insta a las organizaciones a establecer programas de reincorporación laboral integrales, una apuesta que no solo debe abordar desde el cumplimiento normativo, sino también desde la oportunidad de mejora continua de las condiciones laborales y la generación de entornos de trabajo cada vez más seguros, saludables y de calidad que propendan por el

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Impacto de muertes asociadas a trastornos mentales y lesiones autoinfligidas alcanzó más de 56,5 mil millones de dólares entre el 2013 y 2022

Contexto La salud mental, hace algunos años, se consideraba como un tema tabú en las sociedades y alrededor de este se generaban diversidad de prejuicios y falsas creencias que daban lugar a la estigmatización de las personas que atravesaban por esta situación y/o condición; no obstante, debido al incremento de los casos, el cambio de percepción frente a los problemas de salud mental, los impactos en la calidad de vida, así como los impactos económicos y sociales derivados, y recientemente los daños colaterales producto de la pandemia de la COVID-19 en materia de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad, la salud mental ha tenido una gran relevancia y se ha puesto en la mira de los diferentes actores de la sociedad, que urge la necesidad de crear políticas y programas que permitan prevenir la ocurrencia de los problemas de salud mental y realizar una adecuada atención para mitigar las consecuencias que estos pueden llegar a causar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental no es solo la ausencia de alteraciones mentales, sino que es un estado de completo bienestar mental que permite a las personas responder ante momentos que generan estrés, desarrollar sus habilidades, aprender de los errores, ser resilientes y mejorar ante cada situación; esto le permitirá desarrollarse adecuadamente y contribuir a la mejora de las condiciones de vida individuales, familiares y de la sociedad. Por su parte, señala que “las afecciones de salud mental comprenden trastornos mentales y discapacidades psicosociales, así como otros estados mentales asociados a un alto grado de angustia, discapacidad funcional o riesgo de conducta autolesiva”. Y es que, a nivel mundial, se estima que una de cada ocho personas padece de un trastorno mental. Esto equivalen a 970 millones de personas afectadas en el mundo, siendo la ansiedad y la depresión los trastornos más comunes. De hecho, en 2019, cerca de 301 millones de personas sufrían trastornos de ansiedad y 280 millones padecían de depresión, valores que, se cree, han incrementado aproximadamente un 28 % después de la pandemia de la COVID-19. Adicionalmente, se estima que el 5 % de los adultos han experimentado episodios de depresión a lo largo de su vida. Como resultado de los trastornos mentales, la OMS advierte que cada año más de 700 mil personas en el mundo pierden la vida por causas relacionadas al suicidio. ESTUDIO El Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) llevó a cabo un estudio en el cual se analizaron datos disponibles en diferentes fuentes del país como el Sistema Integrado de Información de la Protección Social (SISPRO) del Ministerio de Salud y Protección Social; el Sistema de Estadísticas Vitales del  DANE y las cifras reportadas por el Centro de Información de Seguridad sobre Productos Químicos (Cisproquim®), cuyos resultados evidencian el panorama de la salud mental de la población en edad productiva en Colombia y el impacto que los trastornos mentales han generado en la economía en los últimos diez años (2013 -2022) Depresión Según cifras reportadas en el Sistema Integrado de Información de la Protección Social (SISPRO) del Ministerio de Salud y Protección Social, solo en 2022 (último año de reporte) se atendieron aproximadamente 147 mil personas por episodio depresivo (moderado o grave). Esta cifra de casos es un 38,7 % mayor a los atendidos en 2021 y casi cinco veces superior a los reportes registrados una década atrás (2013). En este mismo sentido, aunque el porcentaje de personas atendidas por episodios depresivos representan apenas el 0,59 % del total de personas atendidas en los servicios de salud, este ítem se ha triplicado en los últimos 10 años. A nivel de género, se observa una tendencia: a través de los años las mujeres representan el 70 % del total de población atendida. El 30 % restante son hombres. La variación de los casos es mayor para las mujeres, especialmente en los últimos dos años del análisis (2021 y 2022). Ahora bien, al examinar los casos presentados en la población en edad productiva (15 a 64 años), la depresión está afectando principalmente a las personas entre los 15 y los 24 años. También se destaca que, a partir del 2021, se observa un incremento sustancial en las atenciones registradas en este grupo etario, rompiendo con el comportamiento homogéneo que se venía presentando entre los diferentes grupos etarios cada año, ya que, en comparación con el 2013, los registros de atención en salud por trastornos depresivos, en edades entre los 15 y 19 años, fue 7,8 veces mayor, mientras que en el grupo de 20 a 24 años fue de 5,7 mayor. Sumado a lo anterior, es importante señalar que, si bien las atenciones tienen una tendencia a disminuir a lo largo de los grupos etarios, se presenta un repunte de los casos para los grupos de edades entre los 50 y los 59 años. Un dato no menor que debe ser tenido en cuenta es la cobertura que tiene el sistema de salud y los servicios de salud mental en el país. A propósito, se estima que, a nivel general, en 2022 se atendió el 39,9 % de las personas a las cuales se les solicitó intervención por parte de los servicios de salud mental. Pese a que este dato podría ser alentador —si se considera que la atención que en los últimos 10 años ha subido 18 puntos porcentuales— resulta preocupante que tres de cada cinco personas no reciben atención e intervención por parte de expertos en salud mental. Entre tanto, el total de personas que requieren atención se ha duplicado en la última década y este indicador únicamente contempla a aquellas que son requeridas y atendidas al menos una vez por los servicios en salud mental. Por lo tanto, se desconoce la permanencia y continuidad en la atención dado que el tratamiento de los trastornos mentales demanda un seguimiento continuo y no puede ser resuelto mediante una sola medida. El trabajo, un factor que puede influir en la salud mental Debido a las dinámicas laborales, junto a

Impacto de muertes asociadas a trastornos mentales y lesiones autoinfligidas alcanzó más de 56,5 mil millones de dólares entre el 2013 y 2022 Leer más »

Fortalecer las capacidades técnicas en SST, clave para la productividad y sostenibilidad empresarial

Por Gerencia Técnica del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) La Seguridad y la Salud en el Trabajo son aspectos fundamentales para el desarrollo y crecimiento sostenible de cualquier organización y sociedad. Por eso,comprender los riesgos asociados a cada una de las actividades laborales de los diferentes sectores y entornos de trabajo es esencial para garantizar un ambienteocupacional saludable, seguro y que ofrezca condiciones de trabajo decente. El bienestar y la sostenibilidad se han convertido en aspectos fundamentales a la hora de diseñar los espacios de trabajo contemporáneos, reflejando así un mayorgrado de conciencia sobre la interconexión entre la responsabilidad ambiental y el bienestar de los trabajadores. Crear espacios que promuevan la sostenibilidad y apoyen la seguridad y la salud de las personas no es simplemente una tendencia, es una transformación profunda en la forma en la que se conceptualizan, condicionan y ponen en prácticas los entornos laborales para que sean seguros. Este cambio de paradigma presenta tanto desafíos como oportunidades que dan forma a la trayectoria del diseño de los lugares de trabajo. Desafíos y oportunidades Uno de los principales desafíos radica en trascender del mero cumplimiento normativo y la implementación de prácticas tradicionales. Sin embargo, esto tambiénpresenta oportunidades para desarrollar soluciones innovadoras y adoptar nuevas tecnologías que nos conduzcan a una era de modernización más rentable y trasformadora. Otro desafío está en la necesidad de generar una transformación cultural al interior de las organizaciones. Adoptar la sostenibilidad y priorizar el bienestar laboralrequiere un cambio en la forma de pensar, sentir y hacer nuestras actividades diarias. Este reto precisa de una alta dosis de participación activa y una comunicación abierta entre todos los niveles de la organización, partiendo, desde el nivel gerencial. Para lograrlo, es fundamental contar con programas de educación y concientización, así como con un liderazgo comprometido que fomente un sentido de corresponsabilidad entre los trabajadores. También es crucial crear espacios de diálogo en todos los niveles jerárquicos de la organización, lo que permitirá construir entornos verdaderamente colaborativos y sostenibles. La integración de la tecnología también presenta desafíos y oportunidades para la SST y la sostenibilidad. Si bien puede mejorar la eficiencia energética, la conectividad y la productividad, también plantea desafíos relacionados con los desechos electrónicos, el consumo de energía, la destrucción de puestos de trabajo y la posibilidad de que una sobrecarga digital afecte la salud de los empleados (Madkhali & Sithole, 2023). Lograr un equilibrio entre el aprovechamiento de las bondades de las tecnologías emergentes para la sostenibilidad y garantizar que mejore la salud de la fuerza laboral (en lugar de obstaculizarla) es una consideración importante que toda organización debe abordar. Considerando los diferentes elementos y factores que implica integrar la SST con la sostenibilidad, es importante generar espacios que permitan conocer y profundizar en dicho proceso. Además, porque los desafíos que se presentan en este ámbito derivan en implicaciones directas e indirectas en la productividad empresarial. Fortalecimiento técnico, la clave Por tal motivo, el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS), comprometido con su fiel propósito de «Asegurar Abrazos», busca generar cada año espacios técnico-académicos que enriquezcan las capacidades de los profesionales y líderes empresariales del país. Del 3 al 5 de julio, llevará a cabo la versión número 57 de su emblemático Congreso de Seguridad, Salud y Ambiente, evento que proporciona un entorno idóneo para el intercambio de conocimientos, la actualización normativa, la divulgación de innovaciones y buenas prácticas, así como la mejora continua en materia de SST, protección ambiental, gestión de riesgos y desarrollo sostenible. El fortalecimiento técnico de los asistentes al Congreso seguirá basándose en la promoción de ‘Un mundo seguro, saludable y próspero: pilares esenciales de la sostenibilidad’, el cual sustenta la elaboración de la agenda temática del evento. Por ello, en esta edición, se hará un llamado a la capacidad individual y colectiva de impulsar un cambio cultural bajo el lema ‘Transformar el mundo en un lugar mejor está en tus manos’. Ejes temáticos que enriquecen el conocimiento Bajo estas dos premisas, el evento contará con 20 ponencias internacionales, 50 conferencias nacionales, 6 paneles y conversatorios y un masterclass, todo enmarcado en las 11 líneas temáticas establecidas para esta versión del congreso: En cada uno de estos ejes temáticos, se abordarán los temas más actuales y novedosos que permitan generar empresas sostenibles, que garanticen un trabajoseguro, saludable, equitativo y digno. La agenda académica estará a cargo de reconocidos expertos de las diferentes áreas del conocimiento, entre ellos, abogados litigantes en derecho laboral, ingenieros eléctricos, ingenieros industriales, psicólogos industriales, biólogos, ergónomos y médicos ocupacionales que gozan de amplia trayectoria práctica y unaalta formación académica en cada una de las líneas temáticas anteriormente mencionadas. El congreso contará con una charla inaugural y otra de cierre que permitirán a los participantes establecer conexiones entre los conceptos de seguridad, cuidado ysostenibilidad. Estas charlas estarán centradas en despertar la conciencia y la motivación, proporcionando una perspectiva integral que inspire a los asistentes a adoptar prácticas más seguras y sostenibles en sus entornos laborales. De esta manera, en su quincuagésimo séptima edición el Congreso, se destacará por mantener los más altos estándares técnicos y académicos en el ámbito de laSeguridad y Salud en el Trabajo, la gestión de riesgos y la sostenibilidad. Contará con la participación de expertos de amplia trayectoria e influencia a nivel internacional y nacional, con el objetivo de: 1) promover la mejora de los sistemas de gestión con un enfoque de prevención de accidentes, enfermedades y mortalidades laborales; 2) aportar al país para el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible; 3) promover acciones que propendan por el cuidado de todo ser vivo del planeta. Esto es lo que nos permitirá generar entornos de trabajo seguros, saludables, signos y equitativos y a la construcción de sociedades sostenibles. Referencias: Madkhali, Ashwag and Sithole, Seedwell T.M., (2023). Exploring the Role of Information Technology in Supporting Sustainability Efforts in Saudi Arabia. Sustainabilityhttps://doi.org/10.3390/su151612375, Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4683290

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Tecnologías inmersivas: el camino hacia un futuro sostenible

Autor y conferencista invitado: Carlos Viera Estarás, director de EUDE Digital, Institute of Business & Technology, dependiente de EUDE Business School. Más de 20 años de experiencia profesional en el ámbito del marketing, la publicidad y la comunicación. No creo que a estas alturas sea necesario aclarar que la sostenibilidad se ha convertido en un pilar fundamental para el futuro de nuestro planeta. En un mundo donde los recursos naturales se agotan y el cambio climático amenaza nuestro modo de vida, la tecnología emerge como un aliado indispensable para alcanzar un equilibrio sostenible. En este contexto, las tecnologías inmersivas, como la realidad virtual (VR), la realidad aumentada (AR), la realidad mixta (MR) e, incluso, la realidad extendida (XR) están redefiniendo la forma en que interactuamos con nuestro entorno y cómo entendemos los desafíos ambientales. Estas herramientas no solo tienen el potencial de educar y concienciar, también prometen soluciones prácticas para reducir el impacto ambiental, mejorar la eficiencia de los recursos y promover un desarrollo sostenible. Quizá sea complejo entenderlo, pero en las siguientes líneas trataré de mostrar cómo la tecnología inmersiva puede convertirse en ese catalizador para la sostenibilidad. La educación nos lleva a la acción. Suena a frase de cajón, pero en este caso es una realidad con mayúsculas. Una de las formas más poderosas en las que la tecnología inmersiva puede contribuir a allanar el camino hacia la sostenibilidad es a través de la educación y la concienciación, un tema que abordaré en detalle durante una conferencia en el marco del 57 Congreso de Seguridad, Salud y Ambiente del Consejo Colombiano de Seguridad. La capacidad de la VR y la AR para crear experiencias envolventes permite a los usuarios experimentar situaciones de manera directa y emocional, algo bastante más impactante que una simple lectura o visualización de información en redes sociales o medios. La VR crea una conexión emocional entre el espectador y la marca —y no lo digo yo—, sino numerosos ejemplos como el proyecto ‘This Is Climate Change’ de Participant Media & Condition One que utilizó la realidad virtual para sumergir a los espectadores en las realidades devastadoras del cambio climático, mostrando desde incendios forestales hasta el colapso por derretimiento de los glaciares. La propuesta fue galardonada en el Festival Internacional Tribeca. Esta experiencia inmersiva no solo informa, sino que también moviliza a las personas a tomar acción. En su libro ‘The Nature of the Future: Dispatches from the Socialstructed World’, la educadora y experta en tecnología, Marina Gorbis, directora ejecutiva del Institute for the Future, destaca la importancia de las tecnologías inmersivas para crear empatía y un entendimiento profundo de los problemas globales. Según Gorbis, la VR puede «cerrar la brecha entre la percepción y la realidad», permitiendo que las personas comprendan mejor los impactos de sus acciones en el medio ambiente. Y ahí está la clave. La educación es esencial para promover un futuro sostenible. Y las tecnologías inmersivas están revolucionado la educación ambiental, facilitando experiencias de aprendizaje impactantes. Al trasladarnos a escenarios futuros afectados por el cambio climático, damos un paso hacia el mundo que nos espera si no modificamos nuestros hábitos de consumo y de producción. Esta inmersión virtual nos permite experimentar de manera directa las consecuencias de nuestras acciones presentes y puede fomentar una comprensión más completa y un compromiso más fuerte con la sostenibilidad. Más allá de la educación y la concienciación, estas tecnologías ofrecen aplicaciones prácticas en el ámbito empresarial que pueden contribuir significativamente a la sostenibilidad. Por ejemplo, en el sector de la construcción, la AR y la MR se utilizan desde hace años para visualizar y planificar proyectos de manera más eficiente, reduciendo el desperdicio de materiales y optimizando el uso de recursos. Para la muestra, la empresa Trimble utiliza AR para mejorar la precisión en sus obras, lo que lleva a una reducción tanto en costos como en el impacto ambiental asociado a errores de construcción. También podemos hablar de la agricultura. Aquí la tecnología inmersiva está cambiando la forma en que se gestionan los cultivos y los recursos hídricos. Plataformas como ‘Augmenta’ permiten a los agricultores utilizar AR e inteligencia artificial (IA) para monitorear la salud de los cultivos en tiempo real, identificando áreas que necesitan riego o tratamiento, lo que optimiza el consumo de agua y reduce el uso de pesticidas. Estas innovaciones no solo mejoran la eficiencia, sino que también promueven prácticas agrícolas sostenibles. Las ciudades, como centros de población y actividad económica enfrentan, a su vez, desafíos únicos en términos de sostenibilidad. La tecnología inmersiva puede desempeñar un papel crucial en la planificación y gestión urbana. La VR y la AR ya se utilizan para crear simulaciones de proyectos de infraestructura, permitiendo a los planificadores urbanos y a las comunidades visualizar el impacto de nuevas construcciones antes de su implementación. Esto facilita una toma de decisiones más informada y sostenible. Un ejemplo destacado es el uso de la VR en el proyecto ‘Virtual Singapore’, una iniciativa del gobierno de este país asiático para crear un gemelo digital de la ciudad-Estado. Esta plataforma permite a los urbanistas y ciudadanos explorar diferentes escenarios de desarrollo urbano, desde la gestión del tráfico hasta la eficiencia energética de los edificios. Como señala la arquitecta y urbanista Jan Gehl en su libro ‘Cities for People’, este tipo de herramientas es esencial para diseñar ciudades que sean tanto habitables como sostenibles. La AR también tiene el potencial de influir directamente en nuestras prácticas diarias. Aplicaciones que ofrecen información sobre el impacto ambiental de productos o que muestran formas de reducir el desperdicio pueden transformar la toma de decisiones de los consumidores, promoviendo hábitos más responsables​​. Esto se alinea con la idea de que la tecnología no solo debe ser innovadora, sino también práctica y aplicable en la vida cotidiana para tener un impacto real y duradero. Las empresas están dando el salto hacia la realidad inmersiva para mejorar su sostenibilidad. Desde la optimización de cadenas de suministro hasta el diseño de productos más eficientes y menos perjudiciales

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El poder de la analítica de datos para la gestión eficiente de la SST

Autor y conferencista invitado: Fernando Calderón, médico especialista en Salud Ocupacional de la Universidad de El Bosque y en Dirección de Proyectos de la Universidad de los Andes. Por Gerencia de Comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) La Seguridad y la Salud en el Trabajo (SST) es un campo de una enorme riqueza en términos de generación de datos. Basta pensar en la información que genera: reportes sobre siniestralidad laboral, resultados de inspecciones y auditorías, informes de evaluación de riesgos, estadísticas de los programas de vigilancia epidemiológica, historiales de capacitaciones de prevención y promoción de la salud…la lista puede ser tan amplia como se quiera. El asunto es que, pocas veces, todo ese cúmulo de datos logra integrarse y analizarse de manera que permita realizar ejercicios predictivos y anticiparse a la materialización de riesgos. ¿El resultado? Se limita la capacidad de las empresas para identificar patrones emergentes, tendencias y áreas de mejora antes de que se conviertan en problemas mayores. Pero hay buenas noticias: existen soluciones basadas en analística de data e inteligencia artificial que serán expuestas en la conferencia titulada ‘Un paso más allá de la SST’ como parte de la agenda académica del 57 Congreso de Seguridad, Salud y Ambiente a realizarse del 3 al 5 de julio en Bogotá. En el encuentro, el ponente conducirá a la audiencia a través de un recorrido detallado sobre la implementación de la estrategia ETL, que abarca la ‘Extracción’, ‘Transformación’ y ‘Lectura’ de data. El enfoque se centrará en explicar de manera clara y comprensible este proceso, resaltando los beneficios de contar con datos organizados y analizados. “Aquí aprenderemos cómo hacer minería de datos, qué beneficios le ofrece a la organización, qué documentos o qué archivos nutren ese proceso, cómo depurar y homogeneizar la información y cómo cruzar variables a través de la analítica de data para identificar tendencias o patrones, minimizar incidentes y mejorar la eficiencia operativa”, explica Calderón. Entre los contenidos abordados en la sesión, los participantes también conocerán el desarrollo de «calculadoras de riesgo» y su aplicación a través de algoritmos programados según guías internacionalmente reconocidas para una variedad de factores, desde trastornos musculoesqueléticos hasta peligros químicos. Finalmente, podrán conocer herramientas para visualizar la información en tableros de control y en tiempo real. Para ello, el experto realizará demostraciones en vivo de la creación utilizando el software Power BI. El fin último, según el experto, es lograr que las personas, independientemente del cargo o el rol que ocupen en el SG-SST, superen el temor de administrar grandes volúmenes de datos y sepan que, para ello, no necesitan ser expertos informáticos, sino poner las herramientas apropiadas a su servicio. De esta manera, las organizaciones tendrán la capacidad de seguir el desempeño de sus planes de acción, medir en tiempo real la eficiencia de sus actividades, identificar desviaciones y tomar decisiones informadas que conduzcan a una mayor eficiencia en el uso e inversión de recursos. Con un análisis efectivo de los datos disponibles, podrán adoptar un enfoque más preventivo y menos reactivo, anticiparse mejor a los riesgos y mitigarlos de forma proactiva para garantizar la seguridad de sus operaciones y la continuidad del negocio.

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IA y nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad minera

Por: Cómo citar este artículo: Molina, J., Soto, D., Vallejo, L., Torero, J., López, S., Molina, A., Ortiz, A. (2023). IA y nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad minera. En: Revista Protección & Seguridad, No. 411 (Septiembre – Octubre 2023). https://ccs.org.co/publicaciones/proteccion_seguridad/8/411/miner%C3%ADa-segura-y-sostenible Resumen La industria minera genera una gran cantidad de datos que se encuentran en forma digital. Un ejemplo son las concentraciones de gases de los detectores personales. Frecuentemente, estos datos tienen un uso muy limitado y, en la mayoría de los casos, se descartan. Industrias como la de transporte, manufactura, agricultura y medicina han comenzado a usar todos estos datos a través de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA). En este artículo se ilustra cómo los datos de los detectores de gases personales podrían ser usados mediante un algoritmo de inteligencia artificial, específicamente, una red neuronal artificial para alertar sobre una explosión de metano. El ejercicio toma como ejemplo la explosión de metano y polvo de carbón que tuvo lugar en Tópaga en 2021. Luego de demostrar —mediante herramientas de modelamiento físico— la poca ventilación y la posible estratificación de metano en la mina, se genera una base de datos que alimenta la red neuronal artificial, la cual logra alertar sobre una inminente explosión en un 971,9 ‰¹ de las ocasiones. Introducción En Colombia, la producción de carbón fue de 50,6 millones de toneladas en 2020 (National Mining Agency, 2022). El 8 % correspondió a minas subterráneas. Por su parte, de las 1235 emergencias en minas colombianas presentadas entre el 2005 y el 2018, 956 (un 93 %) ocurrieron en minas de carbón (Gheorghe et al., 2022) y el 87 % de las fatalidades asociadas se registraron en la minería subterránea (Gheorghe et al., 2022; Jaramillo-Urrego, 2019). Frente al panorama de la siniestralidad minera, en los últimos años se han desarrollado nuevas tecnologías para la prevención de incidentes en minas de carbón (Dong et al., 2023; Ji & Shi, 2023; Sekhar & Shah, 2021; Yang et al., 2023). Algunos ejemplos son la inteligencia artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) y los macrodatos (Meng & Li, 2022). Estas tecnologías se vienen usando en la prevención de explosiones de gas (Demirkan et al., 2022), detección de incendios en minas (Barros-Daza et al., 2022; Sun et al., 2022), explosiones de polvo de carbón (Khan et al., 2022) o en la predicción de deslizamientos de tierra en minas de carbón (Zhang et al., 2023). Un elemento importante de estas nuevas tecnologías son las Herramientas de Modelado Físico (HMF). En este artículo se analiza una explosión de metano y polvo de carbón ocurrida en el municipio de Tópaga, Boyacá, que dejó 12 víctimas fatales. Sus autores fueron parte de la investigación de este incidente del cual se recolectó documentación extensa que incluye mediciones de gases (antes y después de la explosión), análisis post mortem de diferentes muestras textiles, metálicas y plásticas y estudios geológicos del entorno. La experiencia obtenida durante la investigación de la explosión permite ilustrar cómo nuevas tecnologías como las HMF y la IA se pueden aplicar en la seguridad minera. Herramientas de modelamiento físico La HMF VENTSIM² 5.4. (The Howden Group, 2023) permitió representar el sistema de ventilación de la mina antes de la explosión. La figura 1 presenta el plano de la mina. Durante la investigación de la explosión se encontró que muy cerca de una víctima mortal (F12 en la figura 1) se hallaba un martillo eléctrico perforador sin protección para explosiones, el cual se consideró como la más posible causa de ignición. La simulación en VENTSIM consideró los dos ventiladores, el circuito de ventilación natural yductos desde los ventiladores hasta los frentes de trabajo. Las HMF como VENTSIM 5.4. (The Howden Group, 2023) resuelven ecuaciones que representan el flujo de aire en la mina y, luego de definir la geometría y de incluir condiciones de frontera como temperatura, presión y velocidad de aire a la entrada, así como parámetros de diseño como el factor de fricción, permiten predecir el campo de velocidad dentro de la mina, como se muestra en la figura 2. La simulación indica que por el circuito de ventilación primaria que fluye por la galería principal desde BM1, en la parte central superior de la figura 1, las velocidades del aire están en el rango entre 0,70 m/s y 0,93 m/s. El aire viciado regresa por la pendiente principal de la galería que conduce a BM4A (un poco hacia la derecha de BM1 en la figura 1). Si bien la mina contaba con un circuito de ventilación secundario con dos ventiladores, la figura 2 evidencia que alrededor del 45 % de la mina y del 85 % de los frentes de trabajo presentaban una velocidad de aire inferior a 0,5 m/s, valor definido por la legislación colombiana como el mínimo requerido para evitar la estratificación del gas metano. Para evaluar la existencia de dispersión de metano en la mina se hace necesario usar tecnologías HMF que permitan representar el flujo de aire en tres dimensiones. La dinámica defluidos computacional (Computational Fluid Dynamics- CFD) resuelve las ecuaciones de Navier-Stokes sobre los balances de masa y cantidad de movimiento para predecir cómo varía la concentración de metano desde un posible frente de emisión y a lo largo y alto de la mina.En el estudio de la explosión se utilizó Ansys Fluent R2020 [34] (un software comercial de CFD) para representar el flujo de aire y la variación en la concentración de metano. El dominio de simulación se limitó al área donde se encontró el martillo evidenciando más fallas geológicas como se muestra en la figura 3. Al igual que con VENTSIM, Ansys Fluent requiere de una representación geométrica del interior de la mina y, adicionalmente, la generación de una malla que divida el dominio en múltiples celdas. En la figura 3, por ejemplo, se usan cerca de un millón de celdas las cuales se refinaron en las regiones donde la concentración de metano se encontró superior al 0,5

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