Gestión de los riesgos

Trabajadores al aire libre, los más afectados por las altas temperaturas

Por Lizeth Viviana Salamanca Galvis, líder de comunicaciones del Consejo Colombiano de Seguridad. Cómo citar este artículo:Salamanca, V. ( 2024). Trabajadores al aire libre, los más afectados por las altas temperaturas. Protección & Seguridad en la Comunidad No. 52, pág. 26- 30. El 22 de abril de 2024, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó un informe en el que revela que el calor excesivo y la radiación ultravioleta son algunos de los efectos del cambio climático que tienen un gran impacto sobre la Salud y la Seguridad en el Trabajo (SST). El estudio llega en un momento en que las oleadas de calor se han intensificado. Para la muestra, el 2023 fue, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el año más cálido jamás registrado en la historia con un promedio anual de 1,45 °C de temperatura, lo que indica que la humanidad continúa acercándose rápidamente al umbral crítico de 1,5 °C establecido por el Acuerdo de París. Como si fuera poco, recientemente la ONU advirtió que existe una «alta probabilidad» de que en 2024 también se registren temperaturas récord que pondrán cada vez más en riesgo la fuerza laboral de los países (como se citó en France 24). De hecho, la OIT (2024) señala que, cada año, al menos 2410 millones de trabajadores se ven expuestos al calor excesivo en el trabajo y unos 1600 millones a la radiación ultravioleta.En este último caso, el organismo advierte que los trabajadores al aire libre reciben entre dos y tres veces mayor radiación que quienes se desempeñan en interiores e, incluso, dosis diarias cinco veces superiores a los límites recomendados internacionalmente. “La OIT señala que, cada año, al menos 2410 millones de trabajadores se ven expuestos al calor excesivo en el trabajo y unos 1600 millones a la radiación ultravioleta». Aquellas personas que corren un mayor riesgo son quienes se desempeñan en trabajos físicamente exigentes como lo son las labores de la agricultura, la ganadería, la pesca, la construcción, la recolección de residuos, las reparaciones de infraestructura, el transporte, el turismo, los deportes y la gestión ambiental (por ejemplo, guardaparques e ingenieros ambientales). El listado de los efectos que el aumento de las temperaturas genera en la salud, según la OIT, es extenso: estrés térmico, insolación, agotamiento por calor, calambres, sarpullido, enfermedad cardiovascular, lesión renal aguda, enfermedad renal crónica y lesiones físicas, entre otros. Y es que según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), el estrés térmico y el cansancio pueden reducir el nivel de atención, la productividad y la capacidad laboral “lo que conduce a errores en la seguridad y aumenta el riesgo de sufrir lesiones”. El impacto de este fenómeno es tal que, cada año, se registran 22,85 millones de accidentes profesionales y 18.970 fallecimientos atribuibles al calor excesivo en el trabajo.} De otro lado, producto de la radiación, los trabajadores al aire libre pueden sufrir “quemaduras solares, ampollas en la piel, lesiones oculares agudas, debilitamiento del sistema inmunitario, cataratas, degeneración macular y cáncer de piel, entre otros”, advierte la OIT. Incluso, con relación a este último efecto se han presentado cerca de 19 mil muertes relacionadas con el trabajo solo por cáncer de piel no melanoma (Pega et al. 2023, citado por OIT). Pérdidas en la productividad El calor excesivo no solo pone en riesgo la salud, sino que también afecta la productividad de los trabajadores. En 2019 un informe titulado ‘Trabajar en un planeta más caliente’ la OIT advertía que la capacidad laboral “disminuye cuando la temperatura supera los 24 a 26 °C, mientras que, al alcanzar los 33 o 34 °C, con una intensidad de trabajo moderada, lostrabajadores pierden un 50 por ciento de su capacidad”. Por ende, el organismo estima que, para 2030, se habrá perdido un 2,2 % del total de horas de trabajo en todo el mundo. “Si pensamos que las tareas agrícolas y de construcción se realizan a pleno sol, en 2030 la pérdida prevista de horas de trabajo en todo el mundo aumentará a un 3,8 %, el equivalente a 136 millones de puestos de trabajo”, añade la OIT. En otras palabras, para ese año, alrededor del 60 % de la reducción prevista de las horas de trabajo como consecuencia del estrés térmico se concentrará en este sector. Por ello, no resulta extraño que los trabajadores del sector agropecuario estén entre los más perjudicados, especialmente, en países donde los índices de precarización laboral, empleo informal y agricultura de subsistencia son más elevados. “Los grupos y comunidades vulnerables de la población, incluidos los pueblos indígenas y tribales que dependenpara su sustento de la agricultura o de los medios de vida del litoral, tienen mayor riesgo de sufrir las consecuencias adversas del aumento de temperaturas”, indica el informe., A lo anterior se suma el hecho de que el estrés térmico es un factor que obliga a los trabajadores agrícolas a abandonar las zonas rurales no solo por la pérdida de productividady degradación de los suelos, producto de las intensas sequías, sino por el empeoramiento de sus condiciones de trabajo. “No resulta extraño que los trabajadores del sector agropecuario estén entre los más perjudicados, especialmente, en países donde los índices de precarización laboral, empleo informal y agricultura de subsistencia son más elevados». Recomendaciones para “lidiar” con las altas temperaturas en labores al aire libre Para evitar golpes de calor y otro tipo de efectos adversos para la salud producidos por las altas temperaturas, los empleadores, los supervisores de campo y los trabajadores al aire libre deben tener en cuenta las siguientes medidas proporcionadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) y por el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS): “Las operaciones, tareas, turnos y condiciones de trabajo se deben planificar considerando los aumentos de temperatura para reducir la exposición de los trabajadores al calor”. Las consecuencias del calentamiento global sobre la seguridad laboral son evidentes. Poner en práctica estas medidas contribuirá a proteger la vida de los trabajadores

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La seguridad y la salud de los trabajadores: impulsoras de empresas eficientes, sostenibles y constructoras de equidad social

Por Jacqueline Mesa Sierra / Gerente técnica del CCS / Ingeniera forestal / Especialista en Gestión Medioambiental / Magíster en Salud y Seguridad en el Trabajo Cómo citar este artículo:Mesa, J. ( 2024). La seguridad y la salud de los trabajadores: impulsoras de empresas eficientes, sostenibles y constructoras de equidad social. Protección & Seguridad No. 413 (enero – febrero 2024) pag. 19- 21. https://ccs.org.co/portfolio/la-seguridad-y-la-salud-de-los-trabajadores/ Los recientes resultados del ‘Life Evaluation Index’, una encuesta realizada a nivel mundial¹ para medir la percepción de las personas con respecto a su vida actual y futura, indican que solo cerca de una cuarta parte de los encuestados consideran que están prosperando. Por el contrario, más de tres cuartas partes reporta estar experimentando dificultades o padeciendo algún tipo de sufrimiento. Así mismo, de acuerdo con las memorias de la 111ª Conferencia Anual de la OIT, una gran parte de las personas tienen la percepción de que algo entro de la sociedad es injusto, aspecto que aumenta aún más la posibilidad de encontrar fenómenos de inestabilidad social. Aquí es donde las organizaciones y empresas enfrentan un desafío real: la imperante necesidad de impulsar la prosperidad de las personas. Una prosperidad que incida directamente en el reconocimiento de los seres humanos desde sus circunstancias y condiciones individuales, que fomente la igualdad de oportunidades laborales y propicie condiciones adecuadas de trabajo. Esta sensación de prosperidad se debe manifestar, especialmente, a través de la actividad productiva, proporcionando a las personas la posibilidad de asegurar su bienestar económico y social, elevar su calidad de vida, reducir la desigualdad y promover la inclusión. En este sentido, el trabajo decente desempeña, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo – OIT (2023) el papel central en la promoción de la justicia social, ya que los ingresos provenientes del empleo constituyen la fuente principal de sustento para la mayoría de los hogares a nivel mundial. Por lo tanto, unas mejores condiciones de seguridad y de salud en el trabajo inciden directamente en el logro de una sociedad más equitativa, contribuyendo a la reducción de la inestabilidad social y el alcance de un desarrollo económico justo e inclusivo. Y es aquí donde las empresas sostenibles tienen un rol fundamental al diseñar y desarrollar modelos de negocio capaces de crear nuevas oportunidades, redistribuir el valor económico y potencializar el valor social en las comunidades en las que operan. En este contexto, la mejora de las condiciones laborales, la atención prioritaria a la Seguridad y la Salud en el Trabajo (SST) y la identificación peligros y gestión proactiva de riesgos, se revelan como pilares cruciales que las empresas y organizaciones deben robustecer en su aspiración a la sostenibilidad. En términos generales, el bienestar de los trabajadores es el cimiento de una sociedad económicamente activa y productiva. Pero, además, representa un compromiso auténtico con el crecimiento empresarial sostenible enmarcado en los principios de equidad y justicia. Este enfoque contribuye a moldear una comunidad que aprecia no solo la prosperidad económica, sino también el progreso social. Por eso, al abordar la sostenibilidad dentro de las organizaciones, la salud de la población trabajadora emerge como un factor determinante no solo para la productividad empresarial, sino también para el desarrollo a nivel nacional. En primer lugar, un equipo de trabajo saludable es fundamental para garantizar una fuerza laboral productiva y comprometida. Los empleados que gozan de buena salud física y mental tienden a ser más eficientes, creativos y comprometidos en sus funciones y metas. Esto se traduce en una mejora directa de la productividad y la calidad del trabajo contribuyendo así, al éxito a largo plazo de la empresa y por ende, al aporte de esta a la economía nacional. En el ámbito nacional, la salud de la población trabajadora se convierte en un elemento clave para el desarrollo sostenible. Un país cuya fuerza laboral disfruta de buenas condiciones de salud experimenta menos interrupciones en la productividad, disminuye la carga en los sistemas de salud y fomenta la estabilidad económica. Además, la inversión en la salud de los trabajadores se evidencia en una sociedad más próspera, equitativa y resiliente, reduciendo las desigualdades y mejorando la calidad de vida de la población en general. Según estimaciones de la OIT, en la región de las Américas se presentaron de 2,9 millones de muertes por accidentes y enfermedades laborales y 402 millones de personas sufrieron lesiones laborales no mortales en 2022. Lo anterior significó pérdidas económicas por el orden del 5,4 % del Producto Interno Bruto (PIB) de la región, es decir, un aproximado de 4 billones de dólares por año (OIT, 2023). Así mismo, estimaciones conjuntas realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la OIT refieren que al garantizar condiciones de trabajo adecuadas se puede reducir el absentismo por enfermedad laboral hasta en un 27 % y los costos de atención en salud de las empresas en un 26 % (WHO- ILO, 2021). Así las cosas, una organización que no priorice a los trabajadores y la mejora de sus condiciones como prioritarios dentro de sus grupos de interés y de sus estrategias, posiblemente, será una organización que carece de sentido. En un sistema interconectado y vivo, como lo es una organización, la desatención de su activo más importante —su capital humano—no solo conlleva consecuencias inmediatas, sino que también socava los cimientos mismos de la empresa y pone en riesgo la continuidad del negocio. En este tejido interdependiente, la exposición a peligros y no reducción de riesgos, la falta de garantías para desarrollar una actividad productiva en un ambiente sano y seguro y la desmotivación de los equipos de trabajo, actúan como agentes corrosivos, debilitando la cohesión interna y generando un entorno propenso a accidentes laborales, enfermedades y, en el peor de los casos, mortalidad laboral. Esto no solo mina su productividad y competitividad, sino también su capacidad para adaptarse, crecer y perdurar en un mundo empresarial cada vez más dinámico y preocupado por crear valor para la sociedad. En este contexto, invertir en el bienestar y desarrollo de

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Riesgos emergentes y desafíos en SST: cambio climático, riesgo de desastres y transición energética

Dada la rápida evolución y penetración de las nuevas tecnologías, los cambios en las dinámicas de trabajo y los desafíos ambientales del contexto actual emergen nuevos riesgos a nivel empresarial que impactan directamente aspectos laborales o exacerban algunas amenazas ya presentes. Esto exige una gestión proactiva por parte de empleadores, trabajadores y autoridades pertinentes. Este contenido es la primera parte de una serie de tres artículos en los que se exponen los cinco riesgos emergentes más críticos para las organizaciones e industrias, y presenta algunas recomendaciones para abordarlos. El Consejo Colombiano de Seguridad – CCS, en conmemoración del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, presenta estos desafíos. Riesgos derivados del cambio climático y desastres ocasionados por fenómenos naturales Los desafíos ambientales como el cambio climático, la escasez de recursos naturales vitales y la pérdida de biodiversidad también tienen un impacto directo en la salud y el bienestar de quienes laboran en diversas industrias. Las previsiones sobre el clima apuntan hacia un aumento en la frecuencia y la intensidad de los eventos climáticos extremos y una de las consecuencias de esta tendencia es la pérdida de puestos de trabajo y productividad. Por un lado, el calentamiento global está generando condiciones climáticas extremas y eventos meteorológicos más frecuentes y severos. Por ejemplo, el estrés térmico producto de elevadas temperaturas y oleadas de calor  afecta, sobre todo, a aquellos trabajadores que se desempeñan al aire libre, entre ellos, quienes hacen parte de la agricultura, la construcción, la recolección de residuos, el transporte y turismo, entre otros sectores. El calor extremo puede ocasionar el aumento de los casos de enfermedades relacionadas con el calor, como insolación, agotamiento por calor y cansancio entre los trabajadores, en especial cuando las ocupaciones exigen mucho esfuerzo físico o largas jornadas laborales a la intemperie. En 2030, las previsiones de la OIT indican que se perderá al año el equivalente a más del 2 %  del total de horas de trabajo en todo el mundo, debido al aumento de las temperaturas que pueden anular la capacidad de muchas personas para trabajar o reducir su desempeño viéndose obligadas a hacerlo a un ritmo más lento. De hecho, la misma OIT señala que al alcanzar los 33 o 34 °C, con una intensidad de trabajo moderada, los trabajadores pierden un 50 % de su capacidad. Incluso, el cansancio puede reducir el nivel de atención lo que conduce a errores en la seguridad y al aumento del riesgo de sufrir accidentes laborales. Así mismo, los eventos climáticos extremos como las lluvias torrenciales, los huracanes, las inundaciones, los incendios forestales, las tormentas eléctricas y las heladas ponen en riesgo la vida de los trabajadores en determinadas industrias y sectores económicos, bien sea porque se ven directamente expuestos (si se desempeñan en actividades al aire libre) o porque la infraestructura de sus oficinas o plantas se halla en lugares de alta vulnerabilidad. Además, aquellos que trabajan en sectores como la agricultura, la construcción o el turismo suelen ser más vulnerables, ya que dependen en gran medida de condiciones climáticas estables y entornos naturales intactos para su sustento. A lo anterior se suma que la ocurrencia de este tipo de eventos es cada vez más común. Un análisis de los registros de la Base de datos de sucesos de emergencias (EM-DAT) indica que entre 1970 y 2019 se han presentado 22.326 desastres. De esta cifra, el 62 % de los eventos registrados, el 80% de todas las muertes y casi todas las pérdidas económicas (99%) estuvieron asociadas a riesgos naturales. Si solo se tiene en cuenta este siglo, más del 90 % de los desastres registrados (2000 a 2019) tienen el mismo origen. Por otra parte, para 2023 se presentaron 399 desastres y más del 80 % de estos estuvieron asociados a eventos climáticos.  Adicionalmente, los desastres producto de fenómenos naturales pueden desencadenar accidentes industriales que ponen en jaque la seguridad y la salud de los trabajadores, así como impactos en las comunidades. Se requiere implementar medidas de SST para hacer frente a las condiciones climáticas extremas que se ajusten a las necesidades y realidades específicas de cada lugar de trabajo. De igual manera, incluir fenómenos climáticos en las evaluaciones estratégicas de riesgos, así como Integrar medidas de adaptación y resiliencia en las prácticas de seguridad y salud en el trabajo es esencial para garantizar la protección y reducir la vulnerabilidad. Gestionar y reducir el riesgo originado por las amenazas derivadas del cambio y la variabilidad climática, no solo asegura una adecuada protección de los trabajadores, sino que es clave en términos de resiliencia de las organizaciones y permite la continuidad de los negocios en el largo plazo. Riesgos de la transición energética La transición hacia la carbononeutralidad de las economías, la adopción de energías alternativas, el impulso de los empleos verdes y la economía circular, resultan fundamentales para abordar los desafíos del cambio climático y construir un futuro más sostenible. Sin embargo, esta transición no está exenta de riesgos, especialmente para la población trabajadora que depende de industrias relacionadas con los combustibles fósiles. La migración hacia un sistema energético más verde plantea una serie de desafíos para los trabajadores en términos de empleo, seguridad laboral y condiciones de trabajo. Al respecto, la OIT ha sido enfática en señalar que las medidas para hacer frente al cambio climático no pueden dejar de lado la preocupación por el trabajo decente y aboga por la necesidad de desplegar toda una serie de políticas sociales y de mercado de trabajo. Esto incluye, entre otras medidas, asistencia adecuada a las personas afectadas por los cambios, la creación de nuevas fuentes de empleo, la protección social, el desarrollo de habilidades y competencias, la recualificación, la gobernanza de la migración laboral, la seguridad y la salud en el trabajo y el diálogo social para garantizar que la lucha contra el calentamiento global no afecte negativamente los medios de vida de los trabajadores. Por su parte, la rápida evolución de las tecnologías asociadas a instalaciones fotovoltaicas, baterías, nuevos materiales de

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SST y trabajo decente, elementos clave en la estrategia de creación de valor sostenible

Por Carolina Antolinez, Líder Técnica CCS; Diana Forero, Gerente de Comunicaciones CCS, Jacqueline Mesa;, Gerente Técnica CCS; Viviana Salamanca, Líder de Comunicaciones CCS. Cómo citar este artículo:Antolinez, Carolina; Forero, Diana; Mesa, Jacqueline; Salamanca, Viviana. Consejo Colombiano de Seguridad. SST y Trabajo Decente, elementos clave en la estrategia de creación de valor sostenible. Diciembre de 2023. https://ccs.org.co/portfolio/sst-y-trabajo-decente-elementos-clave-en-la-estrategia-de-creacion-de-valor-sostenible/ Las organizaciones, sin discriminar su tamaño, naturaleza o sector, están conformadas por personas. Más allá del nivel de avance tecnológico o automatización de procesos, son los seres humanos quienes toman las decisiones, programan máquinas y dispositivos, supervisan su funcionamiento, dan vida a la cultura corporativa y lideran el cumplimiento de los objetivos. La esencia de cualquier empresa, institución o entidad radica en las personas que la integran: desde la alta dirección hasta el personal de base, cada individuo aporta con su conocimiento, experiencia y perspectiva única. En consecuencia, la gestión y protección del capital humano desempeña un papel crucial en el éxito de las organizaciones y la continuidad de los negocios. En este sentido, la Seguridad y la Salud en el Trabajo (SST) y la promoción del trabajo decente se han convertido en dos elementos cruciales en la estrategia de creación de valor sostenible para las organizaciones. Hoy por hoy, estos aspectos van más allá de ser un requisito legal y ético, convirtiéndose en un pilar fundamental en las estrategias de sostenibilidad corporativa. “Un entorno de trabajo seguro y saludable reduce el absentismo laboral, aumenta la productividad, eleva la moral y la satisfacción de los empleados y reduce los costos asociados a accidentes y enfermedades laborales. Todo esto se traduce en una mayor atracción y retención de talento, una mejora en el desempeño empresarial (al tiempo que crea valor social representado por una mejor calidad de vida y bienestar para los trabajadores y sus familias), sumado al fortalecimiento de la reputación corporativa”, asegura Adriana Solano Luque, presidenta ejecutiva del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS). Por el contrario, una gestión deficiente en el cuidado y protección de los trabajadores puede acarrearle a una empresa pérdida de mercados, desconfianza, socavo de su legitimidad e, incluso, la imposibilidad de continuar operando; y, en un caso extremo, sanciones y multas. A esto se añade un nuevo desafío: las empresas, como actores clave del desarrollo económico, están llamadas a promover el trabajo decente, uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. En un mundo con una creciente expansión demográfica, las organizaciones deben apostar por la creación de oportunidades de empleo que no solo logren absorber la creciente fuerza laboral, sino que también ayuden a las personas a mejorar su calidad de vida y a romper los ciclos de pobreza y exclusión. Las estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indican que, para 2023, se ontuvo un déficit global de empleo de 453 millones de personas, lo que constituye un 11,7 % de la población en edad laboral. Este porcentaje se eleva al 14,5 % en el caso de las mujeres y alcanza un 25,7 % en países de bajos ingresos. Por ello, se insta a las empresas a garantizar condiciones dignas de empleo, tanto a sus trabajadores directos como en sus cadenas de suministro y erradicar prácticas que pongan en peligro los derechos laborales, fomentar la contratación de nueva mano de obra, especialmente entre grupos en situación de vulnerabilidad como jóvenes, mujeres y migrantes. “No es casualidad que la SST y el trabajo decente aparezcan de forma destacada y recurrente en el listado de los asuntos materiales (o aspectos de mayor relevancia) que, hoy por hoy, guían la estrategia de sostenibilidad de las empresas”, menciona Solano Luque Para la muestra, un estudio adelantado este año por la firma global de auditoría y consultoría KPMG sobre reportes de sostenibilidad en Latinoamérica, que consultó a 1.000 empresas de la región, evidencia que el 35 % de las organizaciones consultadas aborda la problemática de los riesgos sociales en sus reportes de sostenibilidad y que los elementos generalmente cubiertos tienen que ver con cuestiones de seguridad y salud en el trabajo, condiciones laborales y relaciones con la comunidad, siendo estos asuntos “cruciales para la mayoría de las empresas y sus negocios”, como lo indica la firma. Así mismo, el informe ‘Tendencias en informes de sostenibilidad para 2023’ encontró que entre los asuntos materiales más relevantes para las compañías están la Seguridad y la Salud en el Trabajo, las relaciones con proveedores, los derechos humanos, la inversión en la comunidad, el bienestar de los empleados, la diversidad y la inclusión. De otro lado, dentro de los criterios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) que los inversionistas y fondos de capital tienen en cuenta a la hora de otorgar apalancamiento financiero, se está tomando muy en cuenta el desempeño de las organizaciones en temas que incluyen (tan solo en el ámbito social) salud y bienestar; desarrollo de capital humano; condiciones laborales; abastecimiento ético de la cadena de suministro (con énfasis en la lucha contra la esclavitud moderna y el trabajo infantil); respeto de los derechos humanos en las instalaciones de la empresa y de los proveedores y contratistas; equidad de género, diversidad e igualdad de oportunidades en el lugar de trabajo, entre otros. “Así, en la medida en que una organización sea capaz de identificar y gestionar los riesgos derivados de sus actividades y operaciones en dichos ámbitos y de aprovechar las oportunidades que emergen de allí, podrá crear valor para sí misma y para la sociedad”, asegura Solano Luque. Por eso, considera clave impulsar “la filosofía de poner a las personas en el centro de las estrategias corporativas, partiendo de la base de que la salud, la seguridad y el bienestar en el trabajo son pilares de la sostenibilidad”. Para ello, desde su Declaración de Sostenibilidad, el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) insta a trabajar de la mano con las empresas, las cadenas de suministro, las agremiaciones y el sector público para impulsar las mejores prácticas de gestión económica, ambiental, social y de gobierno corporativo que conduzcan a la creación

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Eventos Natech y sus lecciones aprendidas

Por María Camila Suárez Paba Ingeniera Química / Magíster en Ingeniería Química / Doctora en Ingeniería – Universidad de Kioto (Japón) / Conocimiento y experiencia en desastres naturales que desencadenan accidentes industriales (Natech), medidas de prevención y mitigación para mejorar la capacidad de recuperación territorial a los riesgos Natech, seguridad de procesos y análisis cuantitativos de riesgos / Bogotá, Colombia / 2020. Cómo citar este artículo:Suárez, M. 2021. Eventos Natech y sus lecciones aprendidas. Revista Protección & Seguridad No. 397 pág. 12 – 15. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/estrategias-de-responsabilidad-social-y-sostenibilidad-ambiental-en-hidrocarburos/ Los eventos o desastres naturales que desencadenan accidentes tecnológicos y que implican la liberación de materiales peligrosos son conocidos como Natechs (Natural hazard triggered technological accidents) (Ana Maria Cruz, Steinberg, Vetere Arellano, Nordvik, & Pisano, 2004; Showalter & Myers, 1994). Estos accidentes representan una gran amenaza para la sociedad debido a la severidad de sus consecuencias, que pueden dar lugar a eventos secundarios como incendios, explosiones y nubes tóxicas. Los Natech se consideran eventos de alta consecuencia y baja probabilidad (Cozzani et al., 2014). A pesar de lo anterior, estudios científicos han demostrado un aumento en la frecuencia de ocurrencia y severidad de dichos eventos (Ana Maria Cruz et al., 2004; Lindell & Perry, 1996; Young, Balluz, & Malilay, 2004), además de un crecimiento en el número de accidentes Natech reportados, representando del 3 al 7 % de todas las emisiones de materiales peligrosos en las bases de datos de accidentes químicos en los Estados Unidos, Europa y Japón (Kiyohara, 2016; Krausmann, Renni, Campedel, & Cozzani, 2011; Rasmussen, 1995; Sengul, Santella, Steinberg, & Cruz, 2012). Estas tendencias han generado una preocupación generalizada relacionada también con el incremento en la severidad de los desastres naturales reportados y un aumento en el número de accidentes tecnológicos (@MunichRe, 2019; EMDAT, 2019). El impacto de los escenarios Natech puede ser devastador debido a la probabilidad de generar accidentes múltiples y liberaciones de materiales peligrosos simultáneas, con la potencialidad de dañar los sistemas de suministro (e.g. agua, electricidad, gas). Además, tienen la capacidad de afectar grandes extensiones del territorio, generando impactos sociales, ambientales y económicos significativos y de largo plazo. Es por esta razón que la preocupación de los gobiernos se agudiza cuando se considera que, en general, hay una mayor densidad poblacional, más industrias y más infraestructura en riesgo (Krausmann, Cruz, & Salzano, 2017; Mileti, 1999). Tabla 1. Ejemplos de eventos Natech En general, el retorno de experiencias de los eventos Natech ha dejado varias lecciones aprendidas que apuntan, sobre todo, a mejorar y fortalecer los niveles de preparación y prevención. Uno de los primeros y más importantes aspectos es la necesidad de consolidar sistemas de registro de accidentes Natech que permitan enriquecer y optimizar el proceso de aprehensión de dichos accidentes y apoyar la toma de decisiones para una adecuada gestión de riesgo Natech. También se ha determinado que las instalaciones industriales que no han contemplado el potencial impacto de los eventos naturales dentro de su diseño estructural y de equipos de proceso han te nido afectaciones de mayor envergadura que aquellas que sí lo han contemplado. Adicionalmente, se ha identificado como punto focal la necesidad de fortalecer la implementación de las normas de seguridad que contemplen las particularidades de los escenarios Natech. Sumado a lo anterior, también es evidente la necesidad de generar lineamientos que soporten una adecuada gestión deriesgo Natech (Krausmann et al., 2017). Otra de las lecciones aprendidas está asociada a la respuesta a emergencias de estos eventos. Se ha identificado que las industrias carecen de planes de atención de emergencias que contemplen grupos de atención diversificados para atender, tanto el desastre natural como al accidente tecnológico que implica la liberación de materiales peligrosos. Adicionalmente, los planes de atención a emergencias están diseñados para utilizar las líneas de suministro externas y no se contempla la falla de los sistemas de respuesta durante un desastre natural. Por lo tanto, se ha evidenciado que las instalaciones industriales tienden a depender de equipos externos de respuesta a emergencias (e.g. bomberos, unidades de gestión de riesgos). Por lo anterior, también se ha destacado la importancia de las medidas blandas como estrategias de preparación y prevención que podrían contribuir a una mejor capacidad de respuesta, mejorar la interacción entre las partes interesadas y mitigar la severidad de las consecuencias (Menoni, 2001). Desde un punto de vista más técnico, a pesar de que las consecuencias de los Natech pueden variar sustancialmente debido al evento natural desencadenante, se ha determinado que los equipos de proceso más vulnerables a eventos Natech son las tuberías de transporte y los tanques de almacenamiento. Los tanques de almacenamiento atmosférico son especialmente vulnerables a terremotos, inundaciones y rayos (Krausmann et al., 2017; Krausmann et al., 2011). Debido a que este tipo de tanques suelen almacenar grandes cantidades de líquidos inflamables derivados del petróleo, tienen una mayor probabilidad de ignición (Krausmann et al., 2017). Las tuberías por su parte se han visto gravemente afectadas, especialmente por eventos meteorológicos y terremotos (Girgin & Krausmann, 2016; Piccinelli & Krausmann, 2013). En general, un desconocimiento de las necesidades de seguridad específicas para los escenarios Natech y una limitada evaluación de dichos riesgos ha contribuido a que las industrias tengan bajos niveles de preparación. Referencias ◥ @MunichRe. (2019). The natural disasters of 2018 in figures | Munich Re. Retrieved from https://www.munichre.com/topics-online/en/climate-change-and-natural-disasters/natural-disasters/the-naturaldisasters-of-2018-in-figures.html◥ Cozzani, V., Antonioni, G., Landucci, G., Tugnoli, A., Bonvicini, S., & Spadoni, G. (2014). Quantitative assessment of domino and NaTech scenarios in complex industrial areas. Journal of Loss Prevention in the Process Industries, 28(Supplement C), 10-22. doi:https://doi.org/10.1016/j.jlp.2013.07.009◥ Cruz, A. M., & Krausmann, E. (2008). Damage to offshore oil and gas facilities following hurricanes Katrina and Rita: An overview. Journal of Loss Prevention in the Process Industries, 21(6), 620-626. doi:10.1016/j.jlp.2008.04.008◥ Cruz, A. M., & Krausmann, E. (2009). Hazardous-materials releases from offshore oil and gas facilities and emergency response following Hurricanes Katrina and Rita. Journal of Loss Prevention in the Process Industries, 22, 59-65.◥ Cruz, A. M., & Steinberg, L. J. (2005). Industry Preparedness for Earthquakes and Earthquake-Triggered Hazmat

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El puesto de trabajo como parte de la gestión del cambio organizacional

Por Sandra Liliana Joaqui Galindo / Fisioterapeuta / Especialista en Ergonomía / Especialista en Docencia Universitaria / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / M.Sc. Docencia e Investigación / M.Sc. Salud y Seguridad en el Trabajo / Estudiante de primer año de Doctorado en Humanidades, Humanismo y Persona / Instructora Certificada en CIF por la OPS y el Ministerio de Protección Social / Bogotá, Colombia / Diciembre 2020. Cómo citar este artículo:Joaqui, s. 2020. El puesto de trabajo como parte de la gestión del cambio organizacional. Revista Protección & Seguridad No. 395 pág. 56 – 59. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/el-puesto-de-trabajo-como-parte-de-la-gestion-del-cambio-organizacional/ Introducción Una organización es una entidad social y cultural, conformada por individuos y grupos; gracias a las interacciones entre una organización y el entorno externo tiene como propósito el cumplimiento de una meta, a partir de la ejecución de diferentes funciones y actividades previamente planificadas y estructuradas (Daft, 2019, p. 13). Actualmente, las organizaciones se enfrentan. entre otros, a factores como la globalización, la competencia intensa, los movimientos ambientalistas y el Big Data; por ser sistemas abiertos y complejos, las organizaciones evolucionan para desarrollar procesos adaptativos según las demandas del mercado, convirtiendo a la gestión de cambio organizacional en un proceso sistemático, continuo e integral para alcanzar los objetivos de un proyecto desde las dimensiones humanas (individuales- grupales) y organizacionales con sus respectivas etapas asociadas a variables como resistencia al cambio, planeación y estrategia, liderazgo, cultura e innovación (HRM, 2020; Suárez-Campas et al., 2020, p. 71,79). Dentro de la gestión del cambio, uno de los aspectos que más adaptación tiene al interior de las organizaciones (micro-entorno), resultado de los objetivos o metas de producción, las condiciones de ejecución y exigencias de la tarea, es la actividad de trabajo, mediada por las interacciones que se generan en cada uno de los elementos que conforman el sistema ergonómico (SE) e influenciadas por los factores del macro entorno: político-legales, económico-financieros, socio-culturales, tecnológico- científicos, ecológico-geográficos (PESTE). El SE está integrado por: ◥ Ser humano / trabajador: persona con capacidades, habilidades, experiencia y dimensiones biológicas, socioculturales y afectivas. Es quien ejecuta la actividad de trabajo.◥ Objeto / máquina/ artefacto: herramientas, equipos, utensilios. Medios para la realización de la actividad de trabajo.◥ Espacio físico: se encuentra la persona, los equipos / maquinaria / herramientas y se hacen presentes las condiciones ambientales. Área o lugar donde se desarrolla la actividad de trabajo. Estas interacciones generan resultados sobre los indicadores de bienestar (satisfacción, salud y seguridad) y técnicos (calidad, innovación, productividad). La figura 1 esquematiza el SE y su relación con el micro y macro-entorno. La actividad de trabajo se desarrolla en un puesto de trabajo (PT), su definición trasciende la relación hombre-máquina y debe ser vista como una unidad de análisis o un subsistema de este micro- entorno. El PT es la interacción de varios elementos y permite cumplir con los propósitos establecidos por la organización. El PT está conformado por el ser humano / trabajador, maquinaria / equipos / herramientas, espacio físico de trabajo, condiciones ambientales y condiciones organizacionales; de ahí la importancia de una constante evaluación de puesto de trabajo (EPT) en cada una de las etapas de la gestión del cambio organizacional (actual, transición y estado futuro), que a su vez debe ser desarrollada como un proceso sistemático, articulado al Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST) y realizado desde una perspectiva ergonómica. del dominio de la ergonomía física y necesario para la prevención de riesgos, desdibuja otras interacciones de tipo organizacional, cognitivo, ambiental y sociocultural; otra situación evidente al interior de las organizaciones es el desarrollo de EPT, una vez se han realizado adaptaciones a maquinaria, la generación de nuevas tareas en el proceso de trabajo o la nueva producción de materiales, situaciones que influyen en la ejecución de la actividad y, en consecuencia, en los indicadores de bienestar y técnicos propios del proceso de trabajo. Es oportuno recordar que el proceso de trabajo está conformado por cuatro elementos: el objeto de trabajo, los medios de trabajo, la actividad humana y la división y organización del trabajo; elementos que interactúan entre sí y están presentes en el SE, razón por la cual una EPT debe realizarse desde una visión sistémica. La ergonomía como aliada en la gestión del cambio organizacional De manera general, la ergonomía es una disciplina científica relacionada con la comprensión de las interacciones entre humanos y otros elementos de un sistema, tiene un carácter holístico y permite optimizar el bienestar humano y el desempeño de los sistemas en su conjunto (International Ergonomics Association, 2020). En consecuencia, la ergonomía no puede limitarse a la evaluación de aspectos biomecánicos como posturas, movimientos y requerimientos de fuerza o aspectos antropométricos como alcances, anchuras y perímetros; se reitera la importancia de su análisis, sin embargo, el análisis de estos fuera de los otros elementos que conforman el PT brindan una visión fragmentada y hace que las acciones de intervención se realicen de manera puntual y no integral. Existen varias clasificaciones de la ergonomía, según sus dominios, abordaje, perspectiva o finalidad. Para el presente artículo, se tomará como referencia la clasificación según su aplicación: ergonomía preventiva o de concepción y ergonomía correctiva o de intervención, haciendo énfasis en la primera, por ser elemento clave en la gestión del cambio. Según Estrada (2011, pp. 8-9), se definen así: ◥ Ergonomía preventiva: es la que actúa en la fase de concepción de un proceso productivo, puesto de trabajo o un producto, donde es necesario definir todos aquellos factores que tienen que ver con el control de los riesgos posibles y la interacción del ser humano.◥ Ergonomía correctiva: rediseño o cambios parciales de objetos y puestos de trabajo debidos a las inconsistencias que se presentan. Ergonomía preventiva o de concepción, el deber ser en la gestión del cambio La ergonomía de concepción debe estar presente al desarrollar cualquier diseño, implementación o sustitución de un insumo o medio de trabajo, el cambio de una actividad o el traslado a nuevas instalaciones. Lo anterior, permitirá

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Aplicación de la gestión de riesgos en el sector empresarial

Por Carlos Andrés Torres Arredondo / Sargento Cuerpo Oficial de Bomberos Bogotá / Oficial de Seguridad Equipo de Rescate COL- 1 Clasificado por Naciones Unidas / Profesional en Contaduría Pública / Especialista en Alta Gerencia / Bogotá, Colombia/ octubre de 2020. Cómo citar este artículo:Torres, C. (2020). Aplicación de la gestión de riesgos en el sector empresarial. Revista Protección & Seguridad No. 394 pág. 83-85. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/aplicacion-de-la-gestion-de-riesgos-en-el-sector-empresarial/ El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, el cual fue adoptado en la tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas celebrada en Sendai (Japón), el 18 de marzo de 2015, fue incluido en nuestro país en el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 donde podemos identificar el componente de gestión de riesgos y desastres así como los procesos de conocimiento, reducción y manejo, establecidos en la Ley 1523 de 2012 por la cual se adopta la Política Nacional de Gestión de Riesgo, Desastre y Cambio Climático y en la ley 1575 de 2012, Ley General de Bomberos de Colombia. Estos a su vez están alineados a los compromisos establecidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados a nuestro campo de acción como entidad del Distrito Capital, cuya misión es proteger la vida, el ambiente y el patrimonio de la población de Bogotá, mediante la atención y gestión del riesgo en incendios, rescates, incidentes con materiales peligrosos y otras emergencias, de manera segura, eficiente, con sentido de responsabilidad social, fundamentadas en la excelencia institucional del talento humano, en donde la gestión de riesgo se convierte en nuestro pilar fundamental para la reducción de la mortalidad, de las afectaciones de personas por desastres, la reducción de las afectaciones a infraestructura y servicios básicos, entre otros. El Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá ha establecido estrategias para abordar a todos los sectores que desarrollan actividades en la ciudad y que de acuerdo con estadísticas de servicios prestados por la entidad y analizados en los escenarios de riesgos, merecen un trato específico a la hora no solo del manejo de la emergencia ya materializada, sino desde el proceso completo de la gestión de riesgo. En el sector empresarial se requiere que exista corresponsabilidad del riesgo, es así como es responsabilidad de las empresas implementar la gestión del riesgo de desastres a los procesos establecidos en cada una de sus actividades. Se debe sensibilizar y capacitar a sus empleados y clientes, con la finalidad de reducir de manera sustancial el riesgo de desastres y de las pérdidas ocasionadas por estos, tanto en vidas, medios de subsistencia y salud, como en bienes económicos, físicos, sociales, culturales y ambientales de las personas, las empresas y las comunidades. Iniciemos con la gestión de riesgos, desde el conocimiento, con algunas preguntas: Es importante recordar que para esto se debe hacer un análisis y evaluación del riesgo, considerando las causas y fuentes de riesgo, sus consecuencias y la probabilidad de que dichas consecuencias puedan ocurrir. ◥ ¿Mi empresa puede estar ubicada en zonas de amenaza y es vulnerable?◥ ¿Qué riesgos externos tengo?◥ ¿Qué riesgos internos tengo? ¿Están separados adecuadamente todos los procesos para no ocasionar un incendio o todos los procesos están juntos?◥ ¿Mi empresa cumple con las normas de seguridad humana y contra incendios de acuerdo con el uso establecido en Colombia?◥ ¿Mis empleados están capacitados como brigadistas certificados según la normatividad? Continuemos con la reducción de riesgos Son aquellas medidas de mitigación y prevención, de las cuales hacen parte la intervención correctiva del riesgo existente, la intervención prospectiva de un nuevo riesgo y la protección financiera. Todo lo que identifique como amenazas y riesgos en el pilar del conocimiento se debe mitigar y reducir al máximo interviniendo en las condiciones de amenaza o prevenir evitando o neutralizando la amenaza con una intervención prospectiva que requiere de inversiones económicas, las cuales garantizarán que no ocurra una emergencia. Es necesario saber que, si la empresa no cuenta con la instalación de sistemas de protección contra incendio, no cuenta con extintores y en el proceso es vulnerable a que exista incendio, la responsabilidad del empresario es mitigar o prevenir. Este es un preámbulo de lo requerido a cada una de las empresas: diseñar el manual de seguridad y salud en el trabajo, contar un plan de emergencia, plan de evacuación, plan de contingencia y estructura de respuesta por parte de brigadas certificadas de acuerdo con la resolución 256 del 2014, conocer y aplicar adecuadamente procedimientos establecidos, garantizar las condiciones óptimas de seguridad a los empleados y visitantes, contar con la señalización que realmente guíe en caso de emergencia a quienes se encuentran en las instalaciones. Terminemos con el manejo de desastres Lo primero que debemos decir es que el objetivo inicial en la gestión de riesgos es que no se materialicen las amenazas y los riesgos, y es aquí en donde el actuar es fundamental, la brigada deberá estar preparada, con los recursos de actuación listos y tener claro desde cómo actuar en el momento de la detección, de la alarma, de la evacuación y atención inicial de la emergencia (respuesta), recordando que deben llamar al 123 desde la fase inicial. Concluyamos con la rehabilitación, entendida como el volver a las condiciones normales de vida, reparando y reconstruyendo todo lo afectado, los bienes y servicios interrumpidos o deteriorados, y reestablecer el desarrollo económico y social de la comunidad afectada. Es por eso por lo que la corresponsabilidad del riesgo es fundamental, las empresas al implementar todo lo relacionado con gestión de riesgos y desastres está aportando al cumplimiento de metas distritales, nacionales y globalmente armonizadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Marco de Sendai. El Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá, a traves de la Subdirección de Gestión de Riesgos, continuará fortaleciendo desde la identificación de escenarios de riesgos, análisis de casos de estudio, investigación e innovación, formulación de normativa, elaboración de procedimientos, asesoramiento, revisión y seguimiento a las emergencias presentadas en el sector empresarial, con la finalidad de reducir desastres que afectan a

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Programa de Gestión de Sustancias Químicas de Uso Industrial

Por Giovany Sánchez Casallas / Consejo Colombiano de Seguridad / Noviembre 2019 Cómo citar este artículo:Sánchez, G. (2019). Programa de Gestión de Sustancias Químicas de Uso Industrial. Revista Protección & Seguridad No. 391 pág. 54-60. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/programa-de-gestion-de-sustancias-quimicas-de-uso-industrial/ El Enfoque Estratégico para la Gestión de Productos Químicos a nivel internacional (SAICM por su sigla en inglés) es una iniciativa colectiva destinada a la protección del medio ambiente y la salud humana, donde se reconoce la contribución que hacen los productos químicos a la sociedad y a la economía moderna, y también la amenaza que representa para el desarrollo sostenible la imposibilidad de gestionar correctamente los productos químicos. La Declaración de Río sobre el medio ambiente y el desarrollo realizada en 1992, es un ejemplo claro sobre la gestión que se ha realizado. Busca establecer una alianza mundial y equitativa para la creación de nuevos niveles de cooperación entre estados, sectores claves de la sociedad y las personas, para de esta manera alcanzar nuevos acuerdos internacionales en los que se respeten los intereses de todos, promoviendo a la vez la protección del sistema ambiental (Naciones Unidas, 1992). Desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en 1992, en la que se adoptaron la Declaración y la Agenda 21 de Río, se ha hecho bastantes cosas para mejorar la gestión de los productos químicos, entre estas: se ha proporcionado mayor información sobre productos químicos y estos han sido evaluados a nivel nacional e internacional, además, se han desarrollado nuevas herramientas como el Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (SGA) y los Registros de Liberación y Transferencia de Contaminantes (RETC). La industria ha desarrollado y ampliado sus propios programas para contribuir a una mejor gestión de los productos químicos en varios países, y ahora hay además movimientos de interés público activos bien informados que promueven la conciencia y las buenas prácticas con respecto a las sustancias químicas. Sin embargo, se reconoce que: a) El marco de política internacional existente para productos químicos no está totalmente construido y necesita ser fortalecida aún más;b) La implementación de políticas internacionales establecidas es desigual;c) La coherencia y las sinergias entre las instituciones y los procesos existentes no están completamente desarrollados y deberían mejorarse aún más;d) A menudo hay información limitada o nula sobre muchos productos químicos actualmente en uso y, a menudo acceso limitado o nulo a la información que ya existe;e) Muchos países carecen de la capacidad para gestionar los productos químicos a nivel nacional, subregional, regional y mundial;f) Hay recursos inadecuados disponibles para abordar los problemas de seguridad química en muchos países, en particular para cerrar la brecha cada vez mayor entre los países desarrollados y los países en desarrollo y con economías en transición (SAICM; UNEP; World Health Organization, 2002). El objetivo del programa es lograr la gestión racional de los productos químicos durante todo su ciclo de vida, de manera que para el 2020 los productos químicos que se usen generen una disminución en los efectos adversos sobre la salud y el medio ambiente (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 2007). En Colombia este proceso se lleva a cabo mediante el acceso a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con el fin de reflexionar y hacer aportes frente al enorme desafío en el área ambiental, sustancias químicas y gestión integral de residuos; además de otras acciones que han permitido el desarrollo de esta iniciativa. Desde hace más de cinco años Colombia ha estado participando en el proceso, y ha considerado las recomendaciones de la OCDE para la implementación en el país de 74 de las 230 directrices, cabe destacar que esta organización simplemente hace las recomendaciones y el país toma la mejor decisión sobre como cumplirlas (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, 2016). Los siguientes son los ejes de trabajo relativos al proceso de adhesión en químicos: En Colombia se está adelantando la implementación de dos programas principales para la gestiónde sustancias químicas. Será reglamentado inicialmente por un decreto marco, el cual al momento de realización del presente artículo se encuentra en proceso de revisión conjunta entre el Gobierno Nacional y los principales gremios de la industria química nacional: “Proyecto de Decreto – SQUI: por el cual se reglamenta la gestión integral de las sustancias químicas de uso industrial”, cuyos instrumentos principales son: ◥ Registro de sustancias químicas de uso industrial.◥ Evaluación del riesgo para la salud o para el ambiente, de acuerdo con el uso específico.◥ Programas de reducción y manejo del riesgo para el ambiente o para la salud. De acuerdo con la más reciente versión del proyecto de decreto que se hizo pública en el mes de septiembre del año 2018: El Registro de Sustancias Químicas de Uso Industrial es un mecanismo de captura de información que tiene como fin, identificar y contar con información actualizada de las sustancias químicas de uso industrial que se comercialicen en el país. Con este propósito, los fabricantes o importadores de sustancias químicas de uso industrial deberán incorporar al registro, información sobre la identificación, clasificación de los peligros de dichas sustancias y el uso específico de las mismas, entre otra que se determine (Ministerio de Salud y Protección Social; Ministerio del Trabajo; Ministerio de Comercio, Industria y Turismo; Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, 2018). Se deberán registrar aquellas sustancias químicas de uso industrial que no hayan sido reguladas previamente y que cumplan con lo dispuesto en el Anexo 1 del Proyecto de Decreto (ver ilustración). Para efectos de la identificación y clasificación de peligros se deberá aplicar el Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (SGA) de la Organización de las Naciones Unidas, sexta edición revisada y publicada en 2015, acogida a través del Decreto 1496 de 2018 del Ministerio del Trabajo. Todos los fabricantes o importadores de las sustancias químicas de uso industrial que se encuentren dentro del ámbito de aplicación del decreto marco deberán contar con una evaluación de riesgo

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Jerarquía de controles para reducir la exposición a productos químicos

Por Andrés Camilo Hernández Salamanca / Asesor Técnico de CISPROQUIM® / Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) / enero 2020 / Bogotá, Colombia. Cómo citar este artículo:Hernández,AO. (2020). Jerarquía de controles para reducir la exposición a productos químicos. Revista Protección & Seguridad. pág. 47-54. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/jerarquia-de-controles-para-reducir-la-exposicion-a-productos-quimicos/ Introducción Dentro de la gestión que realiza una empresa, sin importar su actividad económica, debe garantizar diferentes factores como el cumplimiento de estándares de calidad, el aumento de la productividad, manejar una imagen favorable interna y externa, proporcionar un ambiente seguro, entre otros; sin embargo, cuando se trata de compañías las cuales producen, manejan, distribuyen, almacenan o dentro de su proceso está involucrada una sustancia química, toma gran importancia el propender por un ambiente seguro debido a que los productos y/o las sustancias químicas pueden presentar características intrínsecas que tengan algún potencial de causar afectaciones a la salud de los trabajadores, al ambiente o a las instalaciones (Martín Penella, 2014). En consecuencia, dentro de una empresa que en sus actividades exponga a los trabajadores a productos químicos, se debe realizar una gestión detallada referente a la seguridad y salud en el trabajo, la cual esté directamente enfocada en la higiene industrial, la seguridad industrial y la seguridad de procesos, y que permita informar, capacitar, proteger y brindar un entorno seguro y saludable a los trabajadores (Organización Internacional del Trabajo, 2014). Por esa razón, teniendo en cuenta la normatividad colombiana relacionada con el Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo, en el artículo 2.2.4.6.7. del Decreto 1072 de 2015 del Ministerio del Trabajo, se establece que las empresas dentro de su Política de Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) deben tener como uno de los objetivos el de “realizar la identificación de los peligros, evaluar y valorar los riesgos y establecer los respectivos controles”, con el fin de proteger la seguridad y la salud de todos los trabajadores (Ministerio del Trabajo, 2017). De esta forma, como primer paso se debe realizar una búsqueda detallada de todas las situaciones o fuentes las cuales podrían causar daños a los trabajadores tales como lesiones, accidentes, enfermedades laborales e incluso fatalidades. Es por esto que se hace determinante realizar una adecuada observación, inspección y auditorias del sitio de trabajo, un análisis de seguridad laboral, un análisis de accidente previos, entre otras alternativas que permitan identificar los peligros a los cuales están expuestos los trabajadores (EMC Insurance Companies, 2013). Seguido a eso, se hace indispensable realizar una evaluación del riesgo que tiene cierto peligro sobre el trabajador, teniendo en cuenta factores como la probabilidad de que ocurran y el impacto que tienen en caso de que se presente el evento; dando como resultado generalmente una matriz que determina el nivel de riesgo y lo cataloga como bajo, moderado o alto. Determinación de controles Al tener identificados los peligros y evaluar los riesgos a los cuales están expuestos los trabajadores, se deben tomar una serie de medidas tanto preventivas como correctivas, las cuales permitan controlar los peligros identificados y corregir las condiciones inseguras en los lugares de trabajo; considerando que al momento de establecer los controles se deben priorizar aquellos riesgos valorados como moderados y altos (“Controlling risks – WorkSafeBC,” n.d.). En la figura 1, se ilustra un ejemplo de matriz de evaluación de riesgos y se señalan los niveles que deben ser prioritarios para su control. Figura 1. Matriz de evaluación de riesgos. Fuente (adaptado de): Controlling risks – WorkSafeBC. (n.d.). De manera que, para realizar el control de los riesgos valorados, como primera medida se debe establecer si los controles que actualmente se están ejecutando dentro de la compañía son los adecuados para reducir o mitigar la exposición de los trabajadores a los peligros, o si por el contrario se requiere de la implementación de nuevos controles más eficaces para la prevención de enfermedades laborales o incidentes. Debido a lo anterior, en caso de que se requiera de nuevos controles, se debe realizar una búsqueda exhaustiva de todas las posibilidades que se puedan aplicar para realizar esta labor. Sin embargo, se puede llegar a tener un sinnúmero de opciones por las cuales se puede abordar el riesgo, y por esta razón en ocasiones existe la probabilidad de seleccionar un control que no proteja de forma efectiva al trabajador. Jerarquía de controles Por consiguiente, antes de seleccionar el control que sea más idóneo, se debe tener en cuenta toda la reglamentación pertinente en la cual se indique de forma específica la manera o el método con el cual se debe hacer el tratamiento y el control de los riesgos (Canadian Centre for Occupational Health and Safety, 2018). Si no existe alguna normatividad que regule el peligro a controlar, se debe adoptar una metodología la cual de forma sistémica permita aplicar un orden de prioridades en la búsqueda de medidas de control y de esta manera aumentar la protección, la seguridad y la salud a los trabajadores; en ese sentido se ha instaurado la jerarquía de controles de riesgos la cual clasifica los posibles controles en un orden decreciente según su efectividad. La jerarquía de controles define cinco herramientas que se encuentran posicionadas de acuerdo a un orden de prioridad con el objetivo de reducir los riesgos al nivel más bajo posible, de ahí que, según la jerarquía de controles, la medida con mayor efectividad es la eliminación de los peligros y la medida que tiene un menor grado de efectividad es la protección de los trabajadores al peligro por medio de Elementos de Protección Personal (EPP). Del mismo modo, a fin de establecer la funcionalidad de los diferentes tipos de controles, se ha planteado una clasificación la cual agrupa varios controles dependiendo de la causa o fuente a la cual se le va a aplicar el control; por un lado, se tienen los “controles duros” los cuales están directamente enfocados a realizar la eliminación o la reducción del peligro, y se encuentran conformados por los controles denominados como “Eliminación”, “Sustitución” y “Controles de ingeniería”;

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Estrategia público-privada para la reducción de riesgos de desastres ARISE

Por: Yezid Fernando Niño Barrero /Ingeniero Ambiental y Sanitario / Especialista en Higiene y Salud Ocupacional / M.Sc. Salud Pública / PhD en Ingeniería (c) / Gerente Técnico del CCS Daniel Arturo Quiroga Vargas / Ingeniero Químico / Especialista en Gerencia en Salud Ocupacional / Estudiante Maestría en Salud y Seguridad en el Trabajo / Líder Técnico del CCS. Cómo citar este artículo:Niño, Y. Quiroga, D (2020). Estrategia público-privada para la reducción de riesgos de desastres ARISE. Revista Protección y Seguridad. Enero – Febrero 2020 pág. 10-14. Consejo Colombiano de Seguridad. https://ccs.org.co/portfolio/estrategia-publico-privada-para-la-reduccion-de-riesgos-de-desastres-arise/ Introducción A nivel global, el impacto económico de los desastres ha estado en aumento, en los últimos años ha sido superior a los 100 billones de dólares anuales en el mundo y el 53% de las pérdidas económicas relativas ocasionadas por desastres de origen climático se concentran en la región de América, como se observa en la Figura 1. (CRED & UNDRR, 2018). Según la evaluación de riesgo INFORM , la cual tiene en cuenta variables como amenazas y exposición de riesgos, vulnerabilidad y falta de capacidad en la respuesta, Colombia para 2019 presenta un nivel de riesgo de 5.5 (alto) y se ubica en el puesto 29 entre 191 países a nivel global (Equipo Humanitario de País & OCHA, 2018; EUROPEAN COMMISSION, 2019). Figura 1. Costos humanos y económicos relativos ocasionados por desastres climáticos en los continentes durante el período 1998-2017. Colombia es un país con diferentes fenómenos amenazantes que atentan contra las comunidades, el ambiente, la infraestructura y en general contra la estructura social y productiva del país. Las características geográficas, hidrometeorológicas y en general la composición del ambiente en el territorio nacional son el escenario para la presencia permanente de amenazas como los terremotos, tsunamis, volcanes, inundaciones, sequías, movimientos en masa, amenazas tecnológicas, entre otros (UNGRD, 2018). Esta condición particular se suma a la infraestructura expuesta y a la presencia de comunidades en zonas de riesgo no mitigable que agravan los efectos potenciales de estos desastres. Las empresas no son ajenas a las preocupaciones sobre las consecuencias de los desastres; es así como históricamente han concentrado sus esfuerzos en preparación para la respuesta a situaciones de emergencia. Para esto, las organizaciones conforman brigadas de emergencias, entrenando a los brigadistas en temas como primeros auxilios, búsqueda y rescate, combate de incendios, evacuación, manejo de emergencias con materiales peligrosos, entre otros temas acordes a la naturaleza de la actividad de la organización. También se fortalecen con sistemas de alarma y extinción de incendio y se realiza la señalización de seguridad identificando peligros, rutas de evacuación y en general brindando toda la información necesaria a los trabajadores y visitantes para actuar en caso de una emergencia. Conforme maduran los planes de emergencia, y las empresas identifican que no se debe limitar su accionar a estar preparado para las emergencias, se empieza a generar la necesidad de desarrollar planes de continuidad del negocio, que actualmente tienen un marco de referencia internacional con la norma ISO 22301 (ISO, 2019) aplicable a todas las organizaciones, independientemente del tamaño, la industria o la naturaleza del negocio. Esta norma tiene una configuración basada en la Estructura de Alto Nivel (HLS por sus siglas en inglés) de ISO, se alinea con muchos otros estándares de sistemas de gestión reconocidos internacionalmente, como ISO 9001 (gestión de calidad) ISO 45000 (gestión de la seguridad y salud en el trabajo) e ISO 14001 (gestión ambiental). La ISO 22301 reúne las mejores prácticas para ayudar a las organizaciones a responder y recuperarse de las interrupciones de manera efectiva. Esto significa costos reducidos y menor impacto en el desempeño del negocio en caso de que algo salga mal a través de una mejor comprensión del mismo, mediante el análisis de problemas críticos y áreas de vulnerabilidad (ISO, 2019). Por otro lado, se cuenta con la norma ISO 22316 sobre resiliencia organizacional que se enfoca en la capacidad de las organizaciones para absorber y adaptarse a un ambiente cambiante, para permitirle cumplir sus objetivos y sobrevivir y mantener un crecimiento continuo. Si bien ISO 22301 cubre acciones para garantizar la supervivencia de la organización durante eventos disruptivos, ISO 22316 proporciona recomendaciones para la identificación y gestión de situaciones que no son tan inmediatas en términos de impacto, pero que a la larga pueden ser igualmente perjudiciales para la organización. Lograr la resiliencia de los negocios no es una tarea que aisladamente una organización pueda hacer, si bien tiene un papel fundamental de lo que pasa al interior de su organización, “de las puertas para adentro”, las interacciones aguas abajo y aguas arriba con su cadena de suministro, el papel que juegan las partes interesadas (stakeholders) y la responsabilidad de las autoridades locales y nacionales deben integrarse para alcanzar el objetivo de garantizar las capacidades para resistir y adaptarse a los cambios, sobre todos a los cambios disruptivos asociados a un desastre. Gestión del riesgo de desastres en Colombia El país cuenta actualmente con el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, creado a partir de la Ley 1523 de 2012 por sanción presidencial, que es el conjunto de entidades nacionales del orden público, privado y comunitario que, articuladas con las políticas, normas y recursos, tiene como objetivo llevar a cabo el proceso social de la gestión del riesgo con el propósito de ofrecer protección a la población en todo el territorio nacional en busca de mejorar la calidad de vida, la seguridad y el bienestar de todas las comunidades colombianas (UNGRD, n.d.). Figura 2. Estructura del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Fuente UNGRD, 2015). El sector privado ha estado comprometido con la gestión del riesgo, es por esto que las empresas han adelantado sus planes de emergencia y desarrollado modelos de continuidad del negocio y hoy, ante una complejidad de los negocios, globalización y retos importantes que trae el cambio climático, fenómenos de variabilidad climática y grandes desastres que impactan principalmente a las zonas urbanas, la gestión del riesgo de desastres ha llevado a buscar integración con

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